DÍAS OSCUROS

Capítulo XII

En el despacho se encontraban dos hombres sentados tranquilamente y pensando. La luz entraba por la ventana, que estaba un poco abierta, aunque el día aún no se había levantado del todo. Era bastante pronto.

-¿Entonces el señor Dumbeldore te ha pedido que les ayudemos a entrenar a sus alumnos elegidos?- preguntó Shaoran rompiendo el silencio que reinaba en la habitación-. Vaya, si que cambian pronto de idea por allí.

-Eso era lo que pensaba yo también- le contestó su amigo Eriol que estaba delante suyo con una mirada seria-. ¿Qué vas a hacer?.

-Supongo que no hay nada de malo en que vengan- dijo Shaoran-. Si lo pide el señor Dumbeldore no hay problema. Pero no quiero que venga nadie que no pertenezca a Hogwarts ¿de acuerdo?.

-Sabía que dirías eso, así que ya avisé a Dumbeldore para que no llevara a nadie de la Orden- dijo Eriol sonriendo-. Así pues le digo que estás de acuerdo. Van a venir durante las vacaciones de invierno.

Shaoran asintió con la cabeza y se miró el reloj, la reunión había concluido. Con Eriol habían acordado que celebrarían esa pequeña reunión por la mañana, así terminaban enseguida con la cuestión. Dentro de poco se levantarían todos. Todos se habían llevado una grata sorpresa al ver como el hombre inglés había llegado a su casa el día anterior por la tarde, ciertamente no le esperaban tan pronto.

-¿Qué vamos a hacer hoy?- preguntó Eriol-. Espero que sepas tratar bien a un invitado.

-Sakura y yo tenemos algo de tiempo libre después de comer, ya iremos a pasear con Meiling si ella asiente a venir con nosotros- comentó Shaoran mientras los dos salían al pasillo dirigiéndose hacia el jardín.

-Estoy de acuerdo contigo amigo.

Los dos llegaron al jardín y se sentaron en una mesa que estaba colocada debajo de unos árboles muy altos, muy cerca de ellos había una gran fuente. El ruido del agua hacía que la atmósfera fuera muy tranquilizadora. Los criados que empezaban sus tareas diarias les saludaban con una inclinación respetuosa de cabeza. Después de un rato bajaron las hermanas de Shaoran con Sakura. Éstas se tiraron encima de Eriol para saludarlo y con una inclinación saludaron a su hermano, que las miraba de manera reprobadora. Esas mujeres nunca aprenderían. Sakura dirigió una pequeña sonrisa a Eriol y se sentó junto a su marido.

-¿Ya habéis terminados con vuestros asuntos?- preguntó ella a los dos chicos.

-Dentro de poco tendremos visitas- dijo Shaoran-. El profesor Dumbeldore y sus alumnos elegidos van a venir para entrenar. Al final se ve que han entrado en razón.

-Aja- dijo ella algo distraída-. Por cierto, esta tarde tenemos que ir a ver al clan Yuan, la esposa de Ma Yuan me dijo que su marido le había pedido que nos avisara para hablar sobre algunos temas muy serios, aunque no me dijo de que se trata.

-Pues eso trunca nuestros planes- dijo Shaoran-. Lo siento Eriol pero te vas a tener que ir a pasear con Meiling, nosotros tenemos trabajo.

-No pasa nada- dijo Eriol sonriendo- ya se sabe, lo primero es lo primero, puedo entender eso. Aunque sigo pensando que os lo tomáis muy a pecho.

-La seguridad de las personas no es algo con lo que se pueda jugar- dijo Sakura un poco molesta-. Puede que nosotros nos lo tomemos muy a pecho pero a veces parece que tú te lo tomas todo a broma.

-Creo que será mejor dejar el tema, no quiero discutir con mis amigos- comentó Eriol, a lo que los demás asintieron.

Shaoran se despidió de todos ellos y dijo que tenía si le necesitaban estaría en la biblioteca. Siempre estaba lleno de trabajo, el consejo de ancianos del clan le habían pedido que les explicara como se encontraba la situación actual, con todos los datos que habían conseguido con la llegada de Eriol.

Sakura también se disculpó y fue a entrenar con Meiling las artes marciales. Siempre entrenaban juntas, en poco tiempo había conseguido dominarlas pero aún le fallaban algunos movimientos. Como Meiling era de las mejores en el clan habían acordado que entrenarían juntas. Sakura se esforzaba lo máximo para poder llegar a ser una experta en esa materia.

Eriol se quedó quieto un rato charlando con las hermanas de Shaoran. En sólo una hora se enteró de todo lo que había pasado en Hong Kong. Eran unas chicas muy animosas y si su hermano no estaba con ellas se dejaban ir por su carácter y no dejaban de hablar y reír sin parar. Eriol también reía con ellas, pensando lo diferentes que eran a su hermano.

De esta manera, el día pasó como cualquier otro en la mansión del clan Li. Eriol se sentía muy cómodo entre ellos. Después de comer decidió enviar al señor Dumbeldore una nota para comentarle el veredicto al que había llegado su amigo. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios, podría ser que eso fuera su última esperanza. No podían ir cada uno por su lado en unos momentos tan difíciles, y menos si sus enemigos se habían unido en su contra.

Meiling asintió gustosa a acompañar a Eriol a dar un paseo por Hong Kong. Hacía tempo que no lo veía y quería que le explicara cosas de Occidente, siempre había sido muy curiosa respecto a ese lugar, aunque nunca había podido ir ni siquiera a Londres. Le haría mucha ilusión poder llegar a visitarlo alguna vez.

-Nosotros ya nos vamos- dijo Shaoran a Meiling y a Eriol- ¿Queréis que os llevemos a algún sitio en concreto?.

-Gracias Shaoran pero no importa, nos las arreglaremos solos- dijo Eriol sonriente-. Además quiero ir paseando tranquilamente, seguro que das miedo conduciendo un coche. Nunca me subiré si eres tú el que se encuentra al mando.

-Ya te lo recordaré el día que me supliques por que te lleve a algún sitio- dijo Shaoran bastante molesto-.

-Adiós- dijo Sakura.

Los dos subieron al coche que se ya se encontraba estacionado a la salida de la casa. Era un coche plateado bastante grande, aunque tampoco era muy lujoso. No les gustaba llamar la atención cuando iban por la calle, aunque eran conocidos en todo Hong Kong y no solamente por los hechiceros.

El coche arrancó rápidamente y Eriol y Meiling se quedaron viendo como desaparecía rápidamente por el horizonte.

-¿A dónde quieres ir?- le preguntó Meiling.

-Donde desee usted, señorita- le contestó Eriol sonriendo.

Meiling también sonrió y le cogió por el brazo. Lentamente salieron de la mansión y fueron paseando hacia el centro de la ciudad.

Sakura y Shaoran ya habían llegado a la mansión del clan Yuan, allí les recibieron con todos los honores. Enseguida la señora Yuan fue a ver a sus invitados.

-Buenas tardes señores Li, es un gran honor que hayan aceptado a venir a nuestra casa- dijo ella sonriendo a los dos jóvenes.

-El honor es nuestro- contestó Sakura.

-Vengan, mi marido les espera en su despacho- dijo la señora mientras les indicó que la siguieran. Fueron por diferentes pasillos hasta que al final ella les señaló una puerta, indicándoles donde se encontraba se despacho-. Yo estaré en la sala de estar, si necesitan algo llámenme, por favor.

-Gracias- le contestaron Sakura y Shaoran mientras abrían la puerta.

Dentro se encontraba el señor Ma Yuan, líder del clan Yuan. Era un clan bastante poderoso, aunque siempre había tenido problemas con algunos de sus miembros. La verdad es que esa reunión iba a tratar sobre algunos de esos miembros.

-Gracias por acudir- les dijo Ma Yuan mientras se levantaba y hacía una reverencia a modo de saludo. Sakura y Shaoran también le saludaron respetuosamente.

-Se que les he convocado muy rápidamente, pero creo que era necesario comentar algunos aspectos de los que me he enterado hace poco.

-No se preocupe, no hay problema con eso- dijo Shaoran-. ¿De que se ha enterado?.

-Verán, desde que nos enteramos que Wu Zhaodao era un traidor algunos miembros de diferentes clanes se han unido a él- dijo molesto el señor Yuan- . No pude decir nada antes porque me enteré ayer por la tarde. Algunos miembros de mi clan también me han traicionado. Se ve que fue ayer por la tarde cuando todos desaparecieron y nadie puede encontrarlos.

-Eso es algo grave- dijo Shaoran pensando-. ¿No los han encontrado?. Es extraño pero no me di cuenta de nada. Sé que Zhaodao ha desaparecido hace ya algún tiempo, pero eso de que algunos miembros de los otros clanes le siguieran...

-Según me he enterado, hace tiempo que lo tenían planeado así- dijo el señor Yuan-. Bueno, he pensado que era mejor que estuvieran enterados de eso.

-Seguro que existe una conexión de ese hecho con las muertes con las que empezamos todo esto- dijo Sakura-, no se por qué pero algo me dice que es así.

-¿Una conexión?, si me pudiera explicar que es señora porque yo no encuentro nada que pueda confirmar su teoría-. Dijo Ma Yuan.

-A ver, según mi teoría Wu Zhaodao estaba intentando que determinados miembros de diferentes clanes se unieran a él- empezó a explicar ella-. A partir de aquí se puede deducir que los que pudiera eliminar a los que no estuvieran de acuerdo con él, no es algo descabellado según mi punto de vista.

-Tienes razón- dijo Shaoran lentamente-. Eso puede ser cierto. Además ese tal Lord Voldemort seguro que estaba ayudándole a llevar a cabo su plan, por eso ese traidor conocía la magia occidental.

-Mejor terminar esta reunión ahora, tengo algunas cosas que comentar en el Concilio y así también podremos abordar ese tema- anunció Shaoran con autoridad-. Mañana por la tarde tendremos reunión. ¿Podrá avisar a los demás?.

-Claro señor, no hay problema en eso- le contestó Ma Yuan.

-Entonces nos vemos mañana, adiós y gracias por su información- dijo Sakura.

Los dos chicos salieron de la casa despidiéndose de los que allí se encontraban y entraron en el coche que tenían aparcado al salir de la mansión. Por el camino de vuelta ambos estaban muy callados. De repente Shaoran se giró para mirar a Sakura que estaba observando las calles de la ciudad por la ventanilla.

-Has llegado a esa conclusión porque es lo que él quería hacer contigo, ¿verdad?- le preguntó Shaoran.

Sakura desvió su mirada de la ventana y miró a su marido con algo de tristeza en sus ojos.

-Sí- fue lo único que salió de sus labios.

Shaoran decidió no presionarla más. Aunque ella era una persona muy fuerte sabía que era mejor no presionarla sobre ese tema en concreto. Realmente era muy fácil desarmarla cuando se tocaba un tema muy sensible. Habían estado trabajando este aspecto en su entrenamiento pero nunca lo había podido superar del todo, aunque ahora ya lo dominaba bastante y podía pretender que no le afectaba.

Cuando llegaron a su hogar avisaron que al día siguiente habría una reunión importante el Concilio. Esperaban que la reunión no fuera muy larga, la verdad tampoco se tenía que decidir mucho. Sólo tenían que quedar de acuerdo en cómo entrenarían a sus huéspedes que vendrían de Hogwarts. Al mismo tiempo, Shaoran pensó que sería mejor que cada clan siguiera con el entrenamiento específico para cada uno de sus miembros, como se llevaba haciendo desde hacía mucho tiempo.

Los líderes de los clanes de Oriente ya estaban sentados en su sala habitual de reuniones y esperando respetuosamente que su jefe empezara a comentarles la razón por la que los había hecho reunir tan urgentemente. Había una silla que estaba vacía, ésa era la que pertenecía a Wu Zhaodao, el traidor. Se había decidido que no quitarían esa silla para que todos recordaran su traición.

Shaoran Li se levantó majestuosamente y miró a todos con una expresión seria, el tema que se tenía que tratar no era para menos.

-No les entretendré mucho tiempo, pero he pensado importante que se hable sobre dos puntos. El primero hace referencia a los diferentes miembros de sus clanes que han seguido al traidor, quiero que se me facilite una lista de todos ellos. Debemos conocerles por si intentan hacer algo. ¿Entendido?.

-Será como usted desee, señor- le contestaron todos los presentes. Sakura estaba callada y observando como su marido hacía notar su enorme poder sobre todos los que estaban presentes. Realmente tenía el alma de un líder, se notaba que estaba acostumbrado a que se obedecieran sus órdenes.

-Entonces el primer punto ya ha sido explicado. El segundo es que he invitado al señor Dumbeldore, director del colegio de Hogwarts que llevará a algunos de sus alumnos para ser entrenados. Como ya se decidió en otras reuniones del Concilio el pacto con Occidente aún está sellado, aunque sólo con determinadas personas.

-Mi señor, ¿que es lo que debemos enseñar a esos chicos?- preguntó Ni Zan.

-Ellos tienen un gran potencial, lo pudimos comprobar cuando estuvimos allí- respondió Shaoran-. Lo que se les debe enseñar es sobretodo técnicas de defensa, había pensado que ustedes podrían venir si encontraran algún rato libre en sus tareas. Se alojarán en mi casa y el clan Li se preocupará de su entrenamiento. Además, quiero que cuando lleguen se prepare una bienvenida y así podrán conocer a Albus Dumbeldore.

Todos asintieron, tenían ganas de conocer a ese señor Dumbeldore, de Occidente llegaban noticias que decían que era uno de los magos más poderosos allí.

-Otra cosa que me gustaría comentarles antes de finalizar esta reunión es la presencia del señor Hiraguizawa en Hong Kong, creo que le recordarán. Él también se ha prestado en ayudarnos en todo lo que sea posible. Espero que sea tratado con el respeto que se merece. Creo que ya podemos dar por terminada esta sesión, ¿Alguien tiene algo que comentar?.

-¿Hasta cuando se quedarán los huéspedes en Oriente?- preguntó Han Kan-.

-Más o menos unas tres semanas- contestó Shaoran-. No es mucho tiempo, por eso se tendrá que realizar un entrenamiento bastante exhaustivo. Si ya está todo resuelto se cierra la sesión. Les avisaremos para que acudan a la bienvenida.

Todos se despidieron respetuosamente y cada uno fue hacia su casa. Sabían que cada vez tenían menos tiempo para estar preparados. Que estuvieran con la reencarnación de Clow Reed y además con los occidentales que vendrían se podría ver cuál era verdaderamente la envergadura de su poder. Eso ya les daba algunas esperanzas para que el futuro fuera mejor de lo que se esperaba.

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El señor Dumbeldore recibió muy contento las noticias que le envió Eriol. Ahora que sabía que habían aceptado su propuesta ya estaba más tranquilo. Aún les quedaba alguna esperanza. Ya tenía realizada la lista de los alumnos elegidos, él mismo se encargaría de avisarles para explicarles el plan. Los profesores también estaban de acuerdo.

Había decidido que los profesores se quedarían en el colegio, nunca se sabía si sus enemigos utilizarían su ausencia para llevar a cabo alguna acción. Él se quedaría con Touya, no podía ir solo a Hong Kong. Lo había pensado mucho y era mejor llevárselo a él. En el poco tiempo que llevaba en el colegio ya se había adaptado perfectamente a su nueva vida.

-Bien, ya ha llegado la hora-. Dijo él- voy a avisarles ya.

Resueltamente se levantó y fue andando hacia las diferentes clases donde se encontraban sus alumnos. Tendría una reunión con ellos en ese mismo momento. Ya faltaba poco para que tuvieran que irse y quería que todos estuvieran preparados.

Después de media hora tenía a unos veinte alumnos en su despacho que lo miraban con mucha curiosidad. Todos ellos habían sido llamados por su director y se tuvieron que ausentar de sus clases. No sabían muy bien que era lo que estaba pasando. Se miraban unos a otros esperando que alguien pudiera responder las dudas que mostraban sus miradas.

-Vaya, creo que tendría que explicar por que los he llamado- dijo el profesor Dumbeldore sonriendo mirando las caras de sus alumnos que estaban prestando atención a lo que les estaba diciendo-. Bien, durante las vacaciones que vienen no podrán ir con sus familias, lo siento mucho. Espero que avisen a sus familiares.

Eso sólo hacía que estuvieran más preocupados. Todos tenían muchas ganas de que llegaran las vacaciones para poder ir a ver a sus familiares. Bueno, todos no ya que había algunos que nunca habían ido a ningún lugar o que preferían quedarse en el colegio para no tener que ver a sus familias. Todos empezaron a hablar a la vez, no se podía entender nada. El profesor Dumbeldore levantó una mano para hacer que todos callaran

-Les explico mejor. Vamos a ir a Hong Kong, todos ya sabéis lo que está pasando porque os lo expliqué hace algún tiempo, se acuerdan ¿no?-. todos asintieron a estas palabras. El profesor Dumbeldore ya se había encargado de avisar a algunos alumnos para que estuvieran preparados por lo que vendría-. Pues por eso, los señores Li han sido muy amables y nos dejan ir a su casa por las vacaciones para poder entrenarles a ustedes. Tienen un gran potencial y así lo sacaréis todo, aunque ya os aviso que será un entrenamiento duro. Lo siento mucho pero ninguno de ustedes puede negarse, ésta es una de las pocas veces que os ordenaré algo.

-¿Los señores Li?- preguntó Cho Chang de Ravenclaw, ella era una de las elegidas-. ¿Vamos a volver a verlos? Vaya, me pensaba que no me cruzaría nunca más en su camino. Podría decirnos por qué vamos tan lejos.

-Hemos llegado a un acuerdo- dijo el señor Dumbeldore-, es mejor ir a entrenar lo más lejos posible de aquí para que Voldemort no sepa que es lo que estamos planeando.

Todos los alumnos palidecieron un poco al oír como el director pronunciaba ese nombre, aún no se acostumbraban a escucharlo. Pensando bien, esa era una buena oportunidad para conocer un país nuevo.

-Perdone señor Dumbeldore- dijo un chico de Huffelpuff que se llamaba Richard Howe- ¿tendremos algo de tiempo libre?.

-Lo siento mucho señor Howe pero no será así- le contestó Dumbeldore-, ya que el clan Li nos ha ofrecido su casa para poder entrenar vamos a aprovechar el tiempo al máximo. Además sólo será poco tiempo el que pasaremos allí. Por cierto, el señor Touya nos acompañará, es mejor que los demás profesores se queden aquí para guardar el colegio.

A Sheila se le iluminaron los ojos cuando escuchó que Touya iría con ellos. Estaba muy contenta de poder pasar más tiempo con él, aunque parecía que no tendrían mucho tiempo para descansar. Con sólo poder verlo ya tenía bastante. Además que su amiga Ginny también estaría con ella, junto a sus otros compañeros Harry, Ron y Hermione. Por otra parte, ir a Hong Kong significaba tener que enfrentarse a sus recuerdos, eso de ser una reencarnación realmente era complicado.

Por su parte, Ron, Hermione y Ginny estaban algo preocupados, sobretodo en lo que hacía referencia a Harry. Con la noticia de que Lord Voldemort volvía a estar en las andadas sabían que el que corría más peligro de todos ellos era su amigo. Pero también estaban alegres como los demás veinte que les acompañaban.

-¿Alguien tiene algo que añadir?- preguntó expectante el señor Dumbeldore. Viendo que todos estaban charlando sobre lo que harían en Hong Kong sonrió- , ya veo que todo está claro. Ya pueden volver a sus clases. Los otros alumnos serán informados de esto a su tiempo, espero que nadie les explique nada de esto.

El resto del día todos estaban con una sonrisa triunfante en sus rostros. Estaban orgullosos de ser llamados para ese entrenamiento especial a Hong Kong. Se apresuraron a avisar a sus familias sobre las nuevas noticias. Empezaron a contar los días que faltaban para irse hacia Oriente.

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Lord Voldemort estaba sentado en su sillón de piel en su sala de estar. Estaba acariciando tranquilamente a su serpiente Nagini, ésta sumisa dejaba que su amo hiciera lo que quisiera. A su lado estaba Wu Zhaodao mirando unos papeles y pasando lista a todos sus aliados. Enfrente de ellos estaba un hombre con el pelo rubio y bastante largo, sus ojos mostraban un brillo muy frío.

-Estas si son realmente buenas noticias, si señor- dijo riendo Lord Voldemort-. ¿Qué te parece?- preguntó con una sonrisa maligna a Wu Zhaodao, que también estaba sonriendo.

-Esto es lo mejor que nos podría haber pasado- le contestó-. Realmente este Dumbeldore es un estúpido, sabe que pone su colegio en grave peligro haciendo esto. Al fin y al cabo, Oriente no tiene nada que perder con esta visita.

-Eso ha sido lo que he pensado yo cuando mi hijo me ha informado- dijo Lucius Malfoy-. En teoría los alumnos de Hogwarts no saben nada pero mi hijo se ha podido informar gracias los medios que ya teníamos preparados para saber todo lo que ocurre allí. Esto es información confidencial, estos estúpidos no saben que sabemos todo lo que hacen o van a hacer.

-Sí, realmente tu idea es la mejor Wu Zhaodao- dijo Voldemort-. Con esto será muy difícil que no consigamos realizar nuestros planes.

-Lo sé- dijo Wu Zhaodao muy orgulloso de sí mismo-. Voy a reír mucho viendo como sufren esos estúpidos. Nunca se pueden subestimar las fuerzas de la oscuridad. Ellos creen que son muy listos, pero no saben que nosotros ya hemos movido nuestra primera pieza.

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Notas de la autora. Vaya, esta vez sí que he actualizado pronto, ¿no? Incluso estoy orgullosa de mí misma. Bueno, he hecho un hueco entre mis ocupaciones pero ya está aquí.

Parece que la cosa ya empieza a cambiar de color, a ver que tal va todo en ese escenario nuevo. Bueno, espero que nos veamos en el próximo capítulo, que intentaré que sea lo más pronto posible.