DÍAS OSCUROS

Capítulo XIV

Eriol Hiraguizawa se había quedado totalmente paralizado. Haría lo que fuera para que esa chica entendiera su punto de vista, aunque sabía que sería bastante difícil, en su rostro se veía un gran odio y rencor.

-Me traicionaste Clow- dijo Sheila llena de odio-. Durante un tiempo pensé ir a buscarte para encontrar una explicación pero al final decidí terminar con mi dolor por el camino más fácil, cosa que no haré de nuevo. Esta vez me voy a enfrentar a ti.

-Escucha, las cosas son diferentes ahora- intentó explicarle Eriol-. El pasado está muy lejos, ya no somos los mismos que antes.

-¿Te crees que con esto tienes bastante para librarte de mi?, no, esta vez me las vas a pagar. Me utilizaste, yo te amaba Clow. Lástima que tu eras demasiado crío y sólo te dedicaste a jugar conmigo, ¿por qué no rompiste el compromiso que nos unía?. Sólo por orgullo, te conozco bien- le reclamó Sheila muy enfadada.

-Era verdad que era orgulloso, no me gustaba estar ligado a nada- intentó explicar él-, pero eso no significa que no te apreciara. Eras mi mejor amiga y lo sabes.

-Tú lo único que querías era que te nombraran el mejor hechicero de todos los tiempo, pero eso fue muy egoísta por tu parte, ¿no crees?- le dijo mientras se tiraba hacia él intentando derribarlo con sus brazos-. Por eso me dejaste tirada y nunca regresaste.

Mientras ella iba diciendo esto empezaba a pegarle con todas sus fuerzas, aunque ella no podía hacerle mucho daño de esta manera. Sólo estaba descargando todo el odio y la tristeza y soledad que había vivido durante su vida. Por su parte, Eriol ni siquiera se protegía de ella, sabía que se merecía esto, pero tendría que pararlo antes de que llegara a algo mayor.

-Escucha- dijo Eriol mientras la agarraba por las muñecas- ¿por qué haces esto ahora?, todo esto ha pasado hace mucho tiempo, ni tú ni yo somos los mismos. Date otra oportunidad, sólo somos reencarnaciones no exactamente la misma persona que habíamos sido antes.

-Pero yo no quiero olvidar, sólo quiero vengarme- dijo ella sin hacerle el menor caso-. No puedo olvidar que fue por tu culpa que me suicidé en mi otra vida. Creo que eso es algo difícil de perdonar.

-¿Y que quieres? Matarme a mi por haberte suicidado hace tanto tiempo no creo que sea la respuesta adecuada aún que yo fuera el culpable entonces- dijo Eriol serio y pensativo- ¿No te has parado a pensar que seria de tu vida actual si olvidaras eso y te dejaras a ti misma ser una chica normal?, seguro que ganarías mucho con ello.

-No entiendes mi punto de vista- criticó Sheila-. Yo quiero vivir como una chica normal pero da el caso que no lo soy. Puede que no seamos exactamente igual ni tengamos los mismos sentimientos que en el pasado, pero aún así no puedo olvidar. Nosotros sólo estamos de paso por este mundo, no pertenecemos al presente y creo que ya te avisé algún día de eso.

-Cierto, eso que me dijiste aquél día en el pasillo- contestó él pensando-. Y ... ¿has olvidado para qué estamos aquí? No creo que sea para pelearnos y matarnos entre nosotros.

Sheila se lo quedó mirando durante un rato pensando en sus palabras. Poco a poco sintió como si en su cabeza se desprendiera algún tipo de tela que le estaba nublando la razón y no le había dejado ver claro hasta ese momento. Lo que decía Hiraguizawa era cierto, su misión no consistía en matarse entre ellos. Pero en contra de este pensamiento aún había algo dentro de ella que le decía que debía matarle para que sus problemas terminaran. Estaba totalmente confundida. Ante esto, lo único que pensó fue que tenía que atacarle, alguien le había dicho que sólo así conseguiría ser libre. Su rostro mostró de nuevo determinación y empezó a lanzarle ataques que ni siquiera ella sabía que podía hacer.

-Hilos de fuego- dijo ella mientras el cuerpo de Eriol iba envolviéndose con un aro de fuego que lentamente se cerraba sobre él-. Vamos, defiéndete- le gritaba Sheila al ver que él no hacía nada.

-Ya te he explicado lo que tenía que decirte- dijo Eriol desde el centro del aro, que ya casi rozaba su piel-. Ahora es tu turno de hacer lo que creas correcto.

-¿Vas a dejar que acabe contigo sin poner ningún tipo de resistencia?- le preguntaba ella incrédula-. O es que te crees o bastante poderoso para pensar que mi ataque no va a hacerte daño, sin piensas eso déjame decirte que vas muy equivocado, Clow. Sé mucho más de lo que me enseñaron en Hogwarts.

-No estoy dudando de tu pontencial para nada- decía Eriol mientras una mueca de dolor aparecía en su cara, ese ataque realmente era fuerte pero él estaba decidido a no hacer nada hasta que ella se diera cuenta de la barbaridad que estaba haciendo-. Y si no te importa, desearía que me llamaras Eriol, Clow murió hace mucho tiempo.

-¡No estás en posición de hacer peticiones!- le gritó ella enfadada mientras acrecentaba la fuerza de su ataque-.

El cuerpo de Eriol empezó a arder por algunos lugares, su túnica ya estaba bastante rasgada y se podía ver algunas heridas que asomaban por los agujeros. Él seguía allí de pie esperando lo que tuviera que pasar. Le quedaba una remota esperanza para pensar que Sheila se daría cuenta de todo y dejaría de torturarle de esa manera, ellos eran compañeros no enemigos. No sabía por qué ella actuaba de esa manera, siempre había sido una chica callada pero nunca tan rencorosa como para desear su muerte y menos cuando los dos sabían que aún les faltaba realizar una misión juntos para que sus almas por fin pudieran descansar en paz en el sueño eterno.

Eriol estaba tan pensativo en todo eso que no se dio cuenta de en que momento había dejado de encontrarse envuelto en el disco de fuego. Su vista lentamente volvió a enfocarse y encontró delante suyo a Sheila en el suelo de rodillas y llorando.

-¿Por qué me has salvado?- le preguntó él de la manera más suave posible.

-No se que me ha pasado- decía ella entre sollozos-. Perdóname profesor, pero es que alguien me dijo una vez que sólo acabando contigo conseguiría ser feliz, no sé por que se nubló mi razón. No debí haber hecho eso.

-Vamos, tranquila que ya ha pasado todo- le comentaba Eriol sonriendo-. Debo de comentar que en realidad eres una chica muy fuerte, cuando te tenía de alumna nunca conseguí ver tu auténtico potencial, pero ahora me has sorprendido.

Sheila se secó las lágrimas y empezó a reír, su prueba había pasado. Al final continuaba en el sitio que le correspondía, lo que no pudo entender era por qué Touya le había dicho esas cosas. Ya se lo preguntaría cuando se levantara el día, su amigo le tendría que dar una buena explicación.

-Bueno, me voy a la cama que tengo sueño- dijo ella, Eriol la observó hasta que su figura desapareció en el corredor-. Vaya, por fin se ha dado cuenta de que ya no somos lo mismo que en el pasado. Aún así Clow no debería haberla dejado así, pero que se le va a hacer, el pasado no se puede cambiar.

Mientras había dicho sus pensamientos en voz alta, él también siguió el mismo camino y fue a descansar, aunque ya no le quedaba mucho tiempo. Por la mañana empezarían los entrenamientos y tenia que estar bien despierto para ello.

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Harry se despertó escuchando como alguien estaba picando en su puerta, lentamente se desperezó y se dio cuenta de que Touya ya no se encontraba en la habitación. Se levantó y fue a abrir la puerta para ver quién era. Cuando pudo ver a la persona deseaba no haberse levantado nunca de la cama.

-Hola pequeño Potter- decía Shutie Li- mientras se lo miraba inquisitoriamente-. Creo que esta ropa no te queda muy bien para dormir, bueno, vístete rápido que mi hermano te espera en su despacho, el señor Dumbeldore ya se encuentra allí, y ya te aviso que no le gusta tener que esperar-. Le decía ella tan efusivamente como siempre, todas las hermanas de Shaoran tenían un carácter algo estraño.

-¿Dónde se encuentran los demás?- preguntó Harry.

-Pues están en el jardín para empezar el entrenamiento, ya te unirás a ellos cuando mi hermano termine contigo.

Esas palabras dejaron al pobre Harry helado, había otras maneras más finas de referirse a lo que tenían que hacerle, aunque él no tuviera ni idea de lo que iba a ser. Sólo esperaba no volver a sentir aquél dolor tan punzante que había sentido el día anterior. Rápidamente se vistió y salió en busca del despacho del señor Li. Cuando llegó vio que el señor Dumbeldore ya se encontraba allí hablando con el señor Li, al verle entrar callaron y se fijaron en el chico.

-¿Cómo has dormido Harry?- le preguntó el señor Dumbeldore tan tranquilo como siempre.

-Bastante bien, gracias por preguntar- le contestó él.

Harry pudo ver por la ventana abierta como todos sus compañeros se encontraban en el jardín puestos en fila y preparados para recibir la instrucción de mano del profesor Hiraguizawa y la señora Li, con ellos también había otras personas que no conocía y las hermanas del señor Li.

-Potter explícame que pasó- dijo Shaoran de repente sacando a Harry de sus pensamientos.

-No sé muy bien que fue, sólo que la cabeza me empezó a doler mucho y no podía aguantarme de pie-. Dijo él un poco avergonzado de no poder explicarse mejor, la verdad es que había sido tan repentino.

-Así que la cabeza- dijo Shaoran mientras se acercaba a él y le ponía una mano en la frente, justo encima de la cicatriz-. Señor Dumbeldore, ésta es la cicatriz que me explicó que le dejó Voldemort, ¿cierto?.

-Sí señor Li, así es-. Le contestó el hombre-. Usted también piensa que fue una señal de los movimientos de la oscuridad.

-No hay ninguna otra posibilidad- contestó Shaoran mirando directamente a Harry-. ¿Alguna otra vez le ha pasado algo parecido?.

-Pues sí, pero no me dolía tanto- contestó él.

-Con esa cicatriz tiene una conexión con Voldemort, puedo intentar utilizarle para saber que está haciendo en estos momentos-. Dijo pensativo Shaoran-. Creo que nos va a ser de una gran ayuda Potter.

-Puede hacerme lo que quiera- dijo Harry un poco asustado, no sabía exactamente si lo que quería hacer dolería mucho o no, pero eso era una gran oportunidad para ellos, así tendrían un poco de control de las acciones del bando de la oscuridad.

-Siéntese aquí y relájese, no le va a doler durante mucho tiempo- le indicó Shaoran mientras le indicaba que se sentara en una silla.

Harry se sentó como le habían indicado y esperó. Shaoran iba recitando algo ininteligible, al menos para él, de repente se le nubló la razón y le pareció que era atravesado por algo metálico muy frío, tuvo que cerrar los ojos y ya no notó nada más porque cayó en una especie de trance. Su cicatriz se inflamó y abrió los ojos de repente que tenía completamente blancos y delante suyo apareció una especie de pantalla de luz blanquecina que poco a poco iba enseñando algunas siluetas hasta que al cabo de un rato fueron figuras completamente visibles.

-Ahora vamos a ver que está pasando- dijo Shaoran.

Se podía ver el castillo de Hogwarts envuelto por espesas nubes negras y parecía una imagen bastante desoladora, la mayoría de árboles estaban quemados y el bosque prohibido parecía aún más tétrico de lo que ya era normalmente.

Luego la acción se focalizó sobre unos personajes que parecía que estaban luchando cerca precisamente del bosque prohibido. Entre ellos se podía ver a los profesores del colegio y el resto de la Orden del Fénix. Estaban protegiendo bastante bien el viejo castillo, se podían imaginar que el resto de los alumnos estaban escondidos en el castillo que tenia una barrera de protección a su alrededor que parecía que era bastante fuerte.

Encima de un lugar elevado y observando la escena se encontraban dos personajes cruzados de brazos y sonriendo maléficamente. Sin ninguna duda ellos eran Lord Voldemort y Wu Zhaodao. Algo un poco inusual era que detrás de ellos había otra figura que no se podía ver bien entre esa inmensa oscuridad, parecía un ángel con largos cabellos plateados y una mirada inexpresiva.

Shaoran observó atentamente a esa última figura durante un largo rato. Cuando se dio cuenta de quien era se sobresaltó algo, aunque nadie se hubiera dado cuenta de ello ya que cubría perfectamente todos sus pensamientos. Decidió que debería hablar con Sakura y Eriol para intentar explicar como había sido posible que se hubiera llegado a esa situación.

Cuando hubieron visto todo silenciosamente Shaoran tocó otra vez la frente de Harry y toda la visión desapareció mientras Harry se despertaba intentando entender las caras largas que tenía delante de él. El señor Dumbeldore no estaba sonriente, y eso era una cosa muy extraña, parecía algo turbado.

-Gracias Potter, ha sido de gran ayuda- le dijo Shaoran que enseguida se dirigió al señor Dumbeldore-. Todo ha empezado ya, nos tenían bien vigilados. No puedo creer que se dieran cuenta sobre su venida aquí por ellos mismos, alguien les tuvo que dar la información.

-Sí, ya me he dado cuenta de ella- dijo Dumbeldore pensativo-. Tengo algunos candidatos para ser ese traidor. Parece que también hemos sido traicionados en Occidente.

-Eso no importa ya- le contestó el joven chino-. Necesitamos tiempo, parece que por ahora se puede resistir, enviaré algunos refuerzos. Los entrenamientos se endurecerán, dentro de dos semanas como máximo tendremos que volver tanto si están preparados como si no.

-Dos semanas, me parece un tiempo razonable-. Contestó el director de Hogwarts.

Harry no entendía de que hablaban, él no se había dado cuenta de lo que les había enseñado, de lo que sí que se dio cuenta era que había pasado algo inesperado y que no era nada bueno, ya que incluso el señor Dumbeldore había abandonado su sonrisa reconfortante. Decidió esperar hasta que le dieran permiso para ir a entrenar con los demás. No sabía el tiempo que había estado en ese tránsito extraño. Miró por la ventana para ver que hacían en el jardín.

Parecía que les empezaban a enseñar como bloquear hechizos o algo así. Se podía ver que tanto Sakura como Eriol les iban tirando unos hechizos muy extraños que parecían que en realidad no eran nada y uno por uno los demás tenían que protegerse de ellos. Una vez pasaban por esta primera parte, había las hermanas del señor Li que atacaban a la vez.

Mientras tanto Harry podía oír como Shaoran y Dumbeldore seguían hablando, aunque no les prestaba mucha atención. Pero en un momento se dio cuenta de que había algo que no estaba bien. De un rincón apareció Touya y se acercó sigilosamente hacia Sakura y Eriol sin que éstos se dieran cuenta porque estaban ocupados con sus compañeros.

Mientras Sakura estaba lanzando un hechizo a Sheila notó una aura extraña que se acercaba. Hasta ahora no se había dado cuenta de que hubiera alguien más allí y que no se hubiera presentado ante ellos hasta entonces. Dejó lo que estaba haciendo e indicó a Eriol que se parara con la mano. Todos la miraron para intentar descubrir que le había pasado por la cabeza a la chica. Fue en ese preciso momento cuando Touya llegó frente a ellos y se quedó mirando a Sakura con una sonrisa burlona.

En ese mismo momento Sakura se quedó helada, eso si que no se lo esperaba. ¿Es que el mundo se había vuelto loco?, no tenia ni pies ni cabeza. Ella misma lo había visto tirado en el suelo. No sabía cómo había llegado hasta allí y la había encontrado. Después de un rato se le pasó la sorpresa y empezó a sentirse feliz, ¡estaba vivo!, lo había echado tanto de menos... todos los alumnos de Hogwarts quedaron de piedra cuando vieron como la expresión helada de Sakura se suavizó un poco e incluso sonreía. Parecía que Touya y la señora Li se conocían de antes.

-Cuánto tiempo- dijo Touya mirando directamente a Sakura.

-Hermano- dijo ella mientras se lanzó a sus brazos y le abrazó con todas sus fuerzas.

Eriol dejó escapar una pequeña sonrisa al ver a su amiga tan feliz, él sabía que aún lo estaba mucho más de lo que aparentaba, siempre había estado muy unida a su familia. Por su parte, todos los demás nunca hubieran pensado que Touya Kinomoto fuera el hermano de Sakura ni tampoco habían visto nunca que ella actuase como una chica normal.

-Veo que estas como siempre monstruo- le contestó Touya mientras le correspondía al abrazo. Pero después de unos segundos ese abrazo se convirtió es asfixiante para Sakura, Touya la estaba apretando demasiado fuerte.

Fue entonces cuando sintió una punzada en la espalda, ella rápidamente se soltó de su hermano y gritó de dolor llevándose la mano a la parte que le dolía. Nadie se había dado cuenta de que Touya llevaba un cuchillo en la mano. Enseguida las hermanas de Shaoran fueron a ayudarla. Los alumnos de Hogwarts no podían salir del asombro y tanto Sheila como Eriol empezaron a comprender algunas cosas.

El grito de Sakura se escuchó hasta en el despacho de Shaoran. El profesor Dumbeldore y Shaoran callaron de repente y Harry se giró intentando explicar lo que había visto, pero por mucho que quisiera no le salían las palabras, se había quedado totalmente de piedra, lo había visto todo desde la ventana.

-¿Qué has visto?- le preguntó Shaoran gritando, sabía que le había pasado algo a Sakura.

-Pues yo... él ha venido y le ha clavado algo...- Harry no podía hablar normalmente por la impresión.

Shaoran miró por la ventana y saltó por la misma para descubrir lo que pasaba. Si alguien le hacía daño a Sakura lo pagaría con su vida. El señor Dumbeldore y Harry decidieron salir corriendo hacia el jardín y ver lo que pasaba.

Sakura levantó la cabeza y vio como Shaoran se había colocado delante suyo en posición de ataque y preparado con la espada. Ella lo miraba todo como si se encontrara muy lejos e allí, escuchaba unas voces muy lejos que parecía que la llamaban pero no era plenamente consciente de eso. Se había quedado de rodillas en el suelo mirando pasivamente a su alrededor. Las hermanas de Shaoran intentaban ayudarla para que se levantara y fuera a dentro la casa para curarle la herida. Pero ella no daba ninguna señal de hacerles caso.

-Mira por donde aquí tenemos al mocoso- dijo Touya tranquilamente mirando de forma desafiante a Shaoran-. Creo que te encuentras en un pequeño problemita, dile a tu familia que deje de prepararse para atacarme, no creo que mi querida hermana se ponga muy contenta si me matan.

Al poco tiempo de que Sakura hubiera gritado todos los que se encontraban en la casa acudieron lo más rápido posible a ayudar a su señora. En esos momentos todos se encontraban en el jardín preparados y esperando una orden de Shaoran para atacar.

-Kinomoto que te propones- dijo Shaoran muy enfadado. No sabía que hacer, una parte de él le decía que tenia que matarlo, pero otra recordaba que era el hermano de Sakura. No podía entender muchas cosas, entre ellas que era lo que hacía allí vivo y el porqué del ataque a su hermana.

-Pues la verdad es que me proponía hacer una serie de cosas, pero al final solo he conseguido una parte de mi plan-. Explicaba Touya-. Verás el amable señor Dumbeldore me dejó quedarme en su colegio y créeme, fue muy útil para nosotros. Pero todo mi plan ha fracasado, ¡y todo por tu culpa!- gritó a Sheila que se quedó mirándola algo asustada.

Sheila ahora había entendido, él se hizo pasar por su mejor amigo, hizo que confiara en él y todo esto sólo para utilizarla. ¿Cómo no se había dado cuenta? Eso le había dolido mucho. Eriol tenía razón, aún tenían un papel que cumplir en esa historia y por su culpa casi habían fallado a todos. Estaba decidida a que nadie más pudiera hacerle algo parecido, ya nadie podría quitarla del camino que debía seguir.

-¿Por qué no acabaste con la reencarnación de Clow? El plan era perfecto hasta que te negaste a llevarlo a cabo. Casi no me lo pude creer cuando vi que cedías y no terminaste lo que habías empezado- le dijo Touya a Sheila muy enfadado. Eriol empezaba a sentir como su rabia iba en aumento, utilizar a una pobre chica para llevar a cabo su plan.

-¿Por qué no me atacaste directamente?- le preguntó Eriol mirándole muy serio- al menos habría sido algo que te hubiera honrado.

-No me podía arriesgar, ya hace tiempo que planeamos eso con Zhaodao- dijo Touya-. Parece que lo único que he conseguido ha sido llegar hasta mi hermana. La herida que tiene está hecha con una arma especial, no se le va a curar completamente hasta que yo muera, así estará más débil para la batalla final.

-Así que te has aliado con Zhaodao, nunca me lo hubiera pensado de alguien como tú- dijo Shaoran-. Lo que no entiendo es cómo has podido hacer esto a tu hermana, creía que te conocía bastante como para decir que nunca habrías podido hacer algo así.

-Si, nunca habría podido hacer nada así hasta que renací de nuevo- dijo Touya-. Ella no hizo nada para ayudarnos es una asesina. Nuestro padre murió por su culpa, no fue capaz de luchar. ¿Me has escuchado Sakura?- dijo mientras la miraba directamente a los ojos con un profundo odio en sus ojos, lo único que hizo la chica fue levantar sus ojos que se veían algo perdidos-. Tú lo mataste, tendrías que haber muerto tú en su lugar. Recuérdalo.

Dicho esto miró a todos y hizo un pequeño gesto de despedida desapareciendo poco después. Su misión en la mansión Li ya había terminado, ya era hora de volver con su señor para seguir atacando el colegio de Hogwarts.

Sakura empezó a llorar sin parar, ya no tenía fuerzas para aguantar más. Por un momento había pensado que podría llegar a ser feliz, su hermano había vuelto para quedarse con ella. Pero todo eso no había sido más que una ilusión. Sabía que Shaoran nunca se iría de su lado pero en esos momentos en lo único que podía pensar era en las últimas palabras que le había dedicado su hermano. Ella era la culpable, si hubiera muerto entonces no tendría que sufrir todo ese dolor en esos momentos. Se levantó muy lentamente y empezó a andar hacia ningún lado, sus pasos eran muy inseguros. Los demás se quedaron viendo lo que hacía. Después de la revelación que les había hecho Touya habían quedado aún más confundidos que antes.

Shaoran se quedó mirando como su esposa se alejaba de ellos. Tenía que hablar con ella y ayudarla, ya hacía tiempo que no le pasaba algo así. La traición de Touya había sido algo muy duro para todos pero sobretodo para ella. Sabía lo mucho que quería a su hermano. Y además, ahora se había dado cuenta de que Yue también estaba con ellos, tenía que decírselo pero sería mejor encontrar otro momento. Miró a todos los que estaban en el jardín de su casa. Tenían que terminar con eso ya, estaba harto de que todos tuvieran que sufrir. La guerra terminaría pronto, el reloj ya empezaba a andar hacia atrás.

-Todos a entrenar de nuevo- dijo él mirando a Eriol y a sus hermanas-. Meilin por favor quédate con ellos y practica con tus artes marciales. No tenemos mucho tiempo que perder.

Todos asintieron y se pusieron a trabajar de nuevo, el silencio invadió el lugar. Como si todos se hubieran puesto de acuerdo, empezaron a tomarse aún más en serio el entrenamiento. Harry ya se había incorporado al mismo.

Shaoran fue detrás de Sakura para hablar con ella e intentar tranquilizarla. Sabía donde se encontraba ya que cuando estaba triste siempre iba al mismo lugar. El un lugar muy escondido del jardín había unos cuantos árboles de cerezo, la encontró allí sentada en el suelo mientras se abrazaba a sus rodillas, al menos ya no lloraba.

-¿Por qué ha tenido que pasar eso?- le preguntó ella cuando sintió su aura que se acercaba al lugar.

-No lo sé, pero por una parte es mejor así, ya estaremos preparados para ello- le respondió mientras se sentaba a su lado y le pasaba el brazo por la espalda, intentando no tocar la herida que le había hecho su propio hermano.

-Él me odia- dijo ella mientras se abrazaba a él y empezaba a llorar de nuevo.

-Tranquila, algo le debe de haber pasado, Kinomoto nunca haría algo así- le dijo Shaoran mientras la iba acariciando esperando que se calmara un poco.

Las cosas cada vez se ponían más difíciles, lo que había pasado era un golpe muy duro para ellos. Eso tenía que terminar pronto.

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Notas de la autora. Después de todo este tiempo he vuelto de nuevo. Ya he terminado con los exámenes satisfactoriamente y ahora voy a tener algo más de tiempo para volver a escribir.

Ahora ya se han descubierto todas las cartas y sólo falta el desenlace de la historia. Ya no falta demasiado para terminarla. Espero que os haya gustado este capítulo e intentaré que el próximo no tarde tanto en salir.

Desde aquí doy un agradecimiento de corazón a todos los que me dais ánimos para seguir con la historia. La verdad es que me está gustando como queda y espero que a vosotros también os guste como a mi. Estoy decidida a terminarla cueste lo que cueste, así que no os preocupéis que no voy a dejarla a medias no voy a dejar de escribir, jeje