DÍAS OSCUROS

Capítulo XVI

Ya habían pasado las dos semanas que habían decidido que duraría el entrenamiento de los chicos de Occidente. No habían tenido ninguna noticia sobre lo que habría pasado en Hogwarts pero Sakura estaba segura de que se tendría la situación controlada. Los clanes de Oriente eran muy eficientes en su trabajo.

Lo que no podía quitarse de la mente era la traición de su hermano. Touya estaba vivo pero la odiaba, la herida que le había hecho aún le dolía a veces aunque parecía que ya había cicatrizado. No entendía muy bien esa reacción. Shaoran la había ayudado mucho durante ese tiempo, ahora notaba que estaba más débil que nunca. Sin duda sus enemigos habían conseguido que se hundiera.

Estaba paseando como cada mañana intentando poner orden en su cabeza, durante esas dos semanas había tenido algunas peleas con Shaoran. Ella sabía que él sólo quería lo mejor para él pero su situación emocional no era muy buena. Justo esa noche se habían reconciliado ya, se había dado cuenta de lo que su marido le intentaba explicar.

Su carácter había empeorado mucho, estaba mucho más molesta de lo habitual y con muy mala cara. Estaba con un constante mal humor y se lo hacía pagar a cualquier persona que tuviera delante.

Durante su paseo se paró en el lugar en que se había reencontrado con su hermano. Aún le dolía mucho, pero ya estaba decidida que iba a superarlo. Tenía que pensar que él ahora era su enemigo por muy duro que eso fuera. Si mostraba algún signo de debilidad terminarían enseguida con ella y no podría defender a los que necesitaban su ayuda.

-Señora Li- escuchó una voz débil detrás de ella.

Sakura se giró y se encontró con Sheila que se acercaba hacia donde se encontraba ella. Su rostro también mostraba dolor.

-Señorita Mankiv- le respondió mirándola directamente a los ojos para intentar entrar en su alma-. A usted también le hizo daño, ¿verdad?.

-Sí señora- dijo Sheila mientras bajaba la cabeza y sabiendo que su rostro era una hoja en la que la señora Li podía leer perfectamente sus sentimientos-. Me había hecho creer que era mi amigo, el único en el que podía confiar y conocía perfectamente mi situación. Por su culpa estuve a punto de hacer algo terrible.

-No se preocupe, Eriol se encuentra perfectamente- le dijo Sakura tranquilamente-. Le conozco perfectamente y sé que no le guarda ningún rencor.

-Me utilizó y estuve a punto de hacer algo terrible, nada puede reparar ese dolor- dijo Sheila amargamente.

-No debe dejar que eso le supere, es lo que ellos quieren- dijo Sakura-. Ya lo han intentado algunas veces conmigo pero gracias a mi marido aún voy aguantando.

-Gracias- dijo Sheila al escuchar esas palabras, le habían dado fuerza.

Sakura asintió y siguió andando sin dar más importancia a la conversación. Ese mismo día iban a Hogwarts a reunirse con los demás. Después de un tiempo fue hacia el lugar donde habían quedado todos para irse hacia Londres. Habían decidido utilizar la magia para poder llegar lo más pronto posible. No conocían la situación en que se encontraba todo en su lugar de destino.

Cuando llegó ya estaban todos esperándola, Shaoran le indicó que se acercara hacia él. Dumbeldore estaba un poco intranquilo, pero al ver los rostros confiados de sus alumnos supo que todos darían todo lo que tenían para vencer. El carácter de los chicos había cambiado algo después de las dos semanas en Hong Kong, ahora eran algo más confiados que antes.

-Ya estamos todos, vamos hacia el colegio de Hogwarts- dijo Shaoran.

Al momento todos asintieron y realizaron el hechizo. Meiling aunque no tenía magia había decidido que no abandonaría a su familia y entre Sakura y Shaoran la llevaron con magia hacia Occidente. Era una mujer muy valiente y no estaba dispuesta a dejar que los demás hicieran el trabajo por ella si podía hacer algo para evitarlo.

Llegaron a Hogwarts y el paisaje que vieron les dejó un poco de piedra. Allí no había nadie, estaba completamente desierto. Se detuvieron al lado de la puerta de entrada y allí vieron el cuerpo del profesor Snape colgado como el día en que lo colocaron allí. Los chicos no sabían que pensar de eso, no se podía decir que fuera su profesor favorito pero eso no significaba que lo odiaran hasta ese punto.

Dumbeldore dirigió una mirada a Shaoran a la que éste asintió. Indicaron a los demás que se quedaran quietos y ellos entraron en el gran castillo. Se sentía una presencia algo extraña. Al traspasar la puerta de entrada vieron como enseguida se les lanzó un hechizo hacia ellos, hechizo que anularon enseguida sin que les llegara a afectar. Shaoran miró directamente a las personas que les habían atacado.

Allí estaban de pie los miembros de la Orden del Fénix con sus varitas levantadas, no había ninguna duda que habían sido ellos. Al ver la mirada sombría de Shaoran dieron un paso hacia atrás. Detrás de Shaoran apareció el señor Dumbeldore. Fueron corriendo hacia él hablándole todos a la vez.

Sonriente como siempre, Dumbeldore se dirigió hacia ellos de forma tranquila.

-Vamos, no habléis todos a la vez que no se entiende nada- dijo él-. Además, venimos desde muy lejos y no sabemos que ha ocurrido por aquí durante el tiempo que hemos estado fuera.

-A sido terrible señor- le contestó la profesora Trelawney-. Han matado al profesor Snape y también a todos nuestros alumnos. Lo hemos pasado muy mal.

Albus Dumbeldore tardó unos minutos a procesar la información que había recibido, ciertamente no esperaba nada de eso.

-¿Han matado a todos los alumnos?- preguntó el director del colegio como si no hubiera entendido bien-. ¿Quién ha sido?.

-Me temo que es la verdad señor- le respondió Mc Gonnagall apenada por la cara de dolor que percibió en su director y amigo-. Lo hicieron el joven Malfoy y sus seguidores, se han aliado con el señor oscuro.

-Otros que se alían con él, creo que ya no hay nadie más que nos pueda traicionar- contestó Dumbeldore-. Señor Li, ¿está de acuerdo conmigo?.

-Claro señor Dumbeldore- respondió Shaoran tan seco como siempre-. ¿Dónde están los hechiceros de Oriente? desearía hablar con ellos.

-Están en el gran salón, señor- le respondió el señor Weasley.

-Usted debería explicar a sus alumnos lo que ha sucedido aquí- le dijo Shaoran al profesor Dumbeldore que asintió afirmativamente-. Ahora les hago entrar.

Diciendo esto Shaoran salió del castillo e indicó a todos que entraran. Los alumnos le siguieron caminando lentamente hacia el interior de la gran casa que se encontraba a oscuras. Dentro se encontraron con las caras largas de toda la Orden del Fénix y su director. No entendían el motivo pero después de ver el cuerpo del profesor Snape colgado de esa manera en el exterior se temían lo peor.

Shaoran cogió a Sakura, Meiling y a sus hermanas y se fueron hacia el gran salón. Una vez entraron dentro los que se encontraban allí les hicieron una reverencia a modo de saludo y ellos tomaron sus puestos para seguir con la reunión.

-Agradecería se nos explicara lo que ha sucedido aquí- dijo Shaoran hacia los demás hechiceros orientales.

-Señor, todo eso ha sido una maniobra de distracción- contestó un hombre que se levantó para explicar a los recién llegados el estado de la cuestión- . Wu Zhaodao y el señor Lord Voldemort dijeron que volverían una vez estuviéramos todos reunidos. Creo que ese momento ya ha llegado, deberíamos tomar posiciones.

-Entiendo, muy hábiles son nuestro enemigos- contestó Shaoran-. ¿Se ha tomado alguna decisión en esta reunión sin nuestra presencia?.

-Sí señor- contestó el mismo hombre que había sido elegido como portavoz-. Hemos repartido un poco a nuestros enemigos para que no todos ataquemos en el mismo lugar. Los hechiceros occidentales nos han dicho que ellos querían acabar con sus enemigos, a los que llaman mortifagos que son los seguidores de Lord Voldemort. Nosotros nos encargaremos del clan Wu y los traidores.

-Apruebo el plan, no hay mucho más que podamos hacer en esas circunstancias- dijo Shaoran-. Ahora sería mejor que nos preparáramos, parece que el ataque no va a tardar demasiado.

Con esto dieron por cerrada la reunión y fueron a reunirse con los demás para ponerse enseguida en posición esperando el ataque. Cuando llegaron vieron que los alumnos se habían desmoralizado mucho con las inesperadas noticias. Parecía que habían perdido la esperanza enseguida. Al verles descender, Eriol fue enseguida al lado de Shaoran.

-Ha sido un golpe duro para ellos- le explicó a su amigo que estaba frustrado ante esa reacción.

-Los hemos entrenado como guerreros, se que es doloroso pero si quieren salvarse y a todos los que aún están vivos deben cambiar de actitud- respondió Shaoran.

-Vamos Shaoran, puedes estar tranquilo seguro que el entrenamiento no ha sido en vano- dijo Sakura mientras le posaba una mano sobre su hombro haciendo que él se tranquilizara.

Shaoran la miró agradecido, siempre se apoyaban unos a otros. Lo que había pasado era que ante esa escena había pensado que tal vez los chicos se negarían a pelear y eso podría ser muy malo para que pudieran vencer definitivamente. Ellos eran poderosos y piezas importantes en sus planes.

-Todos deben ponerse en sus puestos, nuestros enemigos no tardarán en llegar- dijo Shaoran-. Creo que cada uno ya sabe contra quién debe atacar. Debemos ser precisos para que eso dure poco tiempo y las bajas sean pocas.

Salieron a fuera a esperar a sus enemigos. No pasó mucho tiempo cuando vieron como se acercaba un grupo muy numeroso hacia ellos. En la cabeza estaba Lord Voldemort y Wu Zhaodao, seguido directamente por Touya y Yue iba volando siguiendo sus pasos.

Shaoran notó como Sakura se tensaba al ver a su hermano y a su amigo que durante mucho tiempo había sido uno de sus guardianes. Enseguida sacó su sangre fría y se tranquilizó, ya se había preparado mentalmente para eso, estaba decidida a que si tenía que terminar con ellos para poder vivir en paz y obtener su venganza no dudaría en hacerlo. Aunque también sabía que esa decisión sería muy difícil para ella.

-Ya estamos todos aquí por lo que veo- dijo Lord Voldemort cuando llegaron enfrente de ellos-. Bien bien, ya era hora. Habéis tardado mucho en regresar. ¿Teníais miedo acaso?-. mientas decía eso se podía notar su tono lleno de sarcasmo. Se creía muy superior y creía que no duraría mucho tiempo antes de que terminaran con ellos.

-Déjate de charlas que no sirven para nada- dijo Dumbeldore muy seriamente, realmente no estaba para jugar en estos momentos-. Empecemos eso de una vez y que salga vencedor el que deba serlo.

-Siempre tan conciliador Dumeldore- le contestó Voldemort-. Te tomamos la palabra.

Después de eso los dos bandos se tiraron el uno contra el otro. La guerra ya estaba declarada.

Yue bajó rápidamente a tierra y se colocó al frente de Sakura y se quedaron mirando durante un rato. La cara inexpresiva de Yue se clavaba en la de ella, aunque interiormente la chica estaba algo alterada visto desde fuera no lo parecía. Seguía tan tranquila como siempre.

-Este es tu final Señora de las Cartas- dijo el ángel mientras hacía aparecer su arco luminoso.

Yue lanzó una flecha pero falló a propósito sólo para ver la reacción de ella. Sakura no se había inmutado ante este acto. Había sacado su vara y se había colocado en posición de defensa.

-No te será tan fácil como crees- dijo ella de modo desafiante-. Tú no eres Yue, no sé que os ha pasado a mi hermano y a tí, lo único que sé es que no sois los mismos.

-Veo que al final lo has aceptado- contestó Yue-.

Así los dos empezaron a enfrentarse entre ellos mientras a su alrededor todo eran personas que se peleaban entre ellas. La magia se había concentrado en un punto muy concreto del planeta.

Sakura utilizó la carta Vuelo y se elevó por los aires seguida de su oponente. Entonces ella se fue protegiendo bajo el Escudo sin tener oportunidad de contraatacar. Yue no dejaba ninguna opción al contraataque, estaba lanzando flechas sin parar. Al ver que eso no servía, decidió atacar más directamente. Fue rápidamente hacia ella y le clavó un cuchillo negro en el costado. Enseguida Sakura cayó al suelo retorciéndose de dolor.

-¿Recuerdas el dolor verdad?- le preguntó su atacante con la misma voz fría de siempre-. Es el cuchillo con el que tu hermano te hirió, eso me dará ventaja. Ya no puedes salir de aquí.

Sakura se lo miró con resentimiento, eso era un golpe bajo. Nunca había pensado que Yue utilizaría métodos como ésos para terminar con sus enemigos. Era algo muy cobarde, en ese estado tenía una gran ventaja sobre ella. Con una mano se agarró el lugar donde le había clavado el cuchillo, sintió como la vieja herida se le había reabierto de nuevo y eso producía un dolor que casi no podía aguantar. Aún así intentó seguir de pie con mucho esfuerzo.

-Eso es muy cobarde de tu parte- dijo ella, que no podía disimular las muecas de dolor-. Pensaba que eras un ser con honor, pero ahora no se que pensar.

Yue no se inmutó ante ese comentario. Sólo siguió atacando a la chica que tenía delante e iba perdiendo poco a poco el color de su rostro. Sabía que la herida que le había causado le provocaría una hemorragia que duraría cierto tiempo, eso la debilitaría bastante. No tenía que dejar que se recuperara y terminar con ella lo más pronto posible.

Por su parte, Sakura iba notando como poco a poco perdía las fuerzas. Si Yue no le dejaba un momento para poder recuperarse veía que su vida corría un gran peligro. No parecía que a él le importara lo que le pasara así que al final se resignó a hacer lo máximo posible antes de que se desplomara.

Sus ojos se iban nublando lentamente, pero aún así seguía atacando. Yue se movía rápido, ella tuvo que empezar a luchar abiertamente contra él utilizando la vara para poder sostenerse de pie. Llamó a la carta Fuego para que lo rodeara para después atacar con la espada e intentar herirle y así intentar que sus condiciones fueran parecidas y tener algún tiempo para recuperarse un poco.

Con todo su esfuerzo para realizar esa opción que veía como la que mayor éxito podía darle, empezó a acercarse a él con la espada en la mano. Rápidamente se la clavó en el estómago y de la herida empezó a salir una especie de líquido viscoso plateado. Eso debía ser la sangre del ángel. Sin que tuviera tiempo de retirarse, Yue le dio un golpe con la rodilla y la lanzó a lo lejos.

Del golpe se quedó algo aturdida. Estaba tirada en el suelo boca abajo. Le dolía el cuerpo y le costaba moverse. Sabía que si no hacía algo su enemigo la mataría sin contemplaciones, ese era el momento adecuado para ello. Levantó un poco la cabeza y vio que Yue se estaba preparando para darle el golpe final. Intentó levantarse y llamar a Escudo para protegerse pero sabía que no tenía suficiente fuerza en esos momentos para que el escudo fuera lo bastante fuerte como para protegerla adecuadamente.

Después de un rato sin notar nada decidió volver a mirar que era lo que pasaba. Allí se encontraban Yue y Nakuru desafiándose mutuamente. Entonces sintió algo que intentaba levantarla. Éste era Spinel Sun en su forma original, ella se dejó llevar y se levantó lentamente. Notaba como la herida ya no le dolía tanto, si conseguía tener un rato se tranquilidad se le cerraría bastante y así podría recuperarse.

-Señora ¿se encuentra bien?- le preguntó la gran pantera negra con una marcada preocupación en sus ojos-. Tranquila, te protegeré hasta que recuperes tus fuerzas.

-Gracias- dijo Sakura.

Mientras Spinel la defendía a toda costa, ella observó a los que tenían cerca. Ya había algunos cadáveres esparcidos por el suelo que pertenecían a los dos bandos. A un lado vio a Dumbeldore que estaba peleando con Voldemort, con él se encontraba su fénix inseparable. Parecía que en esa lucha había un gran odio o rencor en ellos. Se daban embestidas sin parar y parecía que ninguno de los dos iba a ceder. En un ataque muy poderoso Voldemort logró herir a Dumbeldore en el brazo que aguantaba la varita, enseguida Fawkes llegó a su lado y mientras le protegía del próximo ataque que le lanzaba su enemigo le curó la herida con sus valiosas lágrimas. Al ver eso, Voldemort se molestó mucho, si siempre que conseguía herir al director de Hogwarts ese estúpido animal corría en su ayuda, nunca podría terminar con él.

-Creo que estás perdiendo tu poder Dumbeldore- dijo Voldemort-. ¿Qué sería de ti sin tu precioso amigo?, seguro que no aguantarías mucho.

-Me estoy haciendo viejo, eso no puedo negarlo- le replicó él-. Pero aún puedo hacerte bastante daño. Aunque no lograra terminar contigo, estoy seguro que hay alguien que sí podrá hacerlo.

-Tienes demasiada confianza en tus alumnos.

Diciendo esto Voldemort se lanzó al ataque otra vez. Había pensado un plan con el que poder hacer desaparecer a ese cansado anciano. Estaba harto de escuchar a alguien que explicaba las grandes cosas que había hecho. Él lo había admirado de joven, cuando era un alumno de Hogwarts, pero ahora sólo esperaba que todo el mundo de la magia lo considerara como el más poderoso. Cuando llegara su reinado podría hacer desaparecer toda memoria sobre Albus Dumbeldore y todo el mundo conocería las hazañas del poderoso Lord Voldemort.

Con un rápido movimiento, alcanzó una espada que estaba tirada en el suelo y pertenecía a uno de los hechiceros orientales que habían perdido la vida y la tiró directamente al corazón del animal de fuego. El fénix se dio cuenta de eso y enseguida se lanzó al vuelo para poder esquivar el arma. Al ver una entrada Dumbeldore intentó lanzar un fuerte ataque a Voldemort que estaba mirando al ave como había escapado de su trampa. Fue entonces cuando le practicó el hechizo del control de la voluntad.

Voldemort no se había percatado de ello y el hechizo le provocó que se cayera al suelo de rodillas. Dumbeldore lo iba controlando con dureza y él no podía controlar el hechizo para poder librarse de él. Estuvieron un rato en esa pelea silenciosa cuando finalmente Voldemort logró neutralizar el hechizo con mucho esfuerzo. Se puso de pie lo más rápido posible ante la mirada sorprendida del director, nunca antes nadie había conseguido salir de uno de sus hechizos de esa manera, era verdad que estaba perdiendo lentamente sus facultades. Eso fue un golpe muy duro para él, Voldemort se había convertido en un ser muy poderoso, incluso más que en su juventud.

Por su parte, Voldemort estaba bastante herido y le costaba moverse. Una vez puesto de pie supo que había vencido a su antiguo maestro, la cara de incredulidad de éste le daba aún más fuerzas para su causa. De manera rápida y sin pensar mucho tiempo atacó con el mismo hechizo que acababa de neutralizar con todas sus fuerzas, Dumbeldore no pudo defenderse y se encontraron en la misma situación que antes, sólo que ahora los papeles estaban cambiados.

El fénix fue enseguida a proteger a su amo y amigo, fue entonces cuando Voldemort realizó de nuevo la misma estrategia que antes. Deshizo el hechizo que lanzaba contra Dumbeldore y con la primera arma que pudo coger la lanzó directamente al corazón del animal. Esta vez no se pudo desviar y esa arma se le quedó clavada. Fue entonces cuando de él salió un grito lleno de horror y que paralizó la lucha durante unos segundos. Todos se giraron al ver al animal mientras su fuego se apagaba y se iba convirtiendo en cenizas lentamente, pero esa vez no podría resurgir como lo había hecho tantas veces. Convertido en cenizas doradas, el viento provocó que se esparcieran por toda la tierra. Había llegado el fin para un animal muy leal a su amo y al que todos apreciaban.

El señor Dumbeldore se quedó sin palabras al ver la muerte de uno de sus compañeros y amigos más inseparables. Le había ayudado en infinidad de ocasiones y le había salvado la vida en algunas otras. Hizo una pequeña reverencia en señal de respeto. En esos momentos no podía dejarse influenciar por eso y tenía que seguir adelante. Ya habría tiempo más tarde para lamentar esa terrible pérdida. Sin pronunciar ninguna palabra se puso en posición de ataque de nuevo.

Entre todos los que habían presenciado la muerte del precioso animal se encontraba Harry. Enseguida se había acordado de la vez en que gracias a Fawkes había logrado salvar la vida. Vio que la situación de su director era muy complicada y decidió que no vería morir a alguien que había sido lo más parecido a un padre para él. Sabía que sus padres fueron asesinados por Voldemort cuando era muy pequeño y no había podido hacer nada para evitarlo. Ahora que tenía la oportunidad no dejaría que sucediera otra vez lo mismo con una persona muy importante para él. Se deshizo rápidamente del chico que tenía delante suyo en esos momentos y corrió al lado de Dumbeldore.

Voldemort al ver como Harry se colocaba al lado del director y también se ponía en posición de ataque se puso a reír.

-¿Vienes a ayudar a tu querido director, Potter?- le preguntó divertido-. No creo que seas de mucho ayuda, pero tengo muchas ganas de terminar contigo. No tendrás tanta suerte como la otra vez.

- No tengo miedo Voldemort- contestó Harry enfadado-. Ahora no soy un bebé indefenso como entonces.

Dumbeldore se puso orgulloso de Harry, había plantado cara a Voldemort y en su mirada se veía que había dicho la verdad, no tenía ningún miedo. Parecía que durante toda su vida se había concienciado para ese momento. Ahora los dos lucharían juntos y estaban seguros que no podían perder.

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Notas de la autora. Ya tengo otro capítulo!!. Me he tardado un poco pero vamos mejorando, intentaré hacer los deberes, jaja.

Como siempre tengo que dar las gracias a todos los que me apoyáis en esta difícil empresa (estoy empezando a delirar...). bueno, espero que continuéis hasta el final que ya está próximo.

Debo pedir disculpas porque no soy muy experta en describir los enfrentamientos particulares entre los personajes principales, cosa que será lo que va a ocupar la historia hasta el final. Bueno, puede que no me quede muy bien pero que conste que hago todo lo que puedo.

Y sin nada más que decir, les mando un saludo a todos.