DÍAS OSCUROS

Capítulo XVII

Meiling había visto como los hechos habían ocurrido muy deprisa. Aunque ella no poseía magia era una gran luchadora y estaba segura que algo podría hacer en ese sitio. Delante tenía a su oponente, un chico que parecía de su misma edad, con el pelo rubio muy peinado y con una mirada algo arrogante. Ya había tenido tiempo de acabar con algunos chicos más como él, ella era la encargada de luchar contra los alumnos de Hogwarts que habían traicionado al colegio. Ese parecía el líder y después de meditar un tiempo pensó que si era eliminado los demás chicos de su grupo se rendirían fácilmente. Es así como suelen operar esos grupos de gente.

-Vamos nena, ya he visto como te has cargado a dos de mis mejores amigos- le dijo el chico sonriendo y enseñando toda su dentadura completamente blanca-. Pero no te será tan fácil conmigo. Sólo quiero hacerte una pregunta ¿Por qué aún no has utilizado tu magia?.

-No he utilizado magia por la sencilla razón de que no tengo- dijo Meiling algo molesta con el chico, él había osado preguntarle sobre su gran fallo, era la única de la familia que no tenía ninguna aptitud para la magia y le molestaba que se lo recordaran.

-¿No puedes hacer magia?- dijo escéptico el rubio riéndose cada vez más fuerte-. Vaya, no te creas que un ser tan despreciable como tú podrá acabar con Draco Malfoy, el heredero de todo un largo linaje de magos.

-No me importa quién eres ni tu linaje, ten por seguro que mi familia es mucho más poderosa- le contestó-. Además no puedes fiarte sólo de tu magia, tengo otras armas para luchar-. Mientras decía esto sacó un par de puñales que guardaba en el pantalón de su traje y se puso en posición de ataque.

-Lástima que no tengas magia, eres bastante mona- siguió provocando Malfoy.

Enseguida Meiling se lanzó contra él y antes de que Draco pudiera reaccionar le clavó un puñal en el brazo y con el otro le rozaba el cuello de manera amenazante.

-Deja de hacer estupideces y empecemos de una vez- le recriminó Meiling cansada de tener que hablar con ese tipo tan pesado.

Fue entonces cuando la faz pálida de Draco recuperó el color que había perdido y realizó un hechizo que lanzó a Meiling a lo lejos de su oponente. Para la sorpresa del chico ella cayó perfectamente de pie y otra vez estaba en posición para lanzarse otra vez al ataque. Realmente era fuerte aunque no tuviera magia, él pensó que sería una oponente más difícil de lo que parecía a simple vista.

Mirando su brazo ensangrentado se dijo que tenía que evitar el combate cuerpo a cuerpo el mayor tiempo posible. Ahí estaba su ventaja, él podía atacar de más lejos y con mayor contundencia.

Entonces Malfoy empezó con una serie de hechizos para ver cómo se defendía Meiling. Ninguno de los tantos que realizó logró dar con su objetivo, ella se movía de una forma muy rápida y se le acercaba demasiado para el gusto de él, ya había conseguido hacerle algunos cortes bastante importantes aunque su vida no corría ningún peligro por ellos. Así que decidió ir a algo más fuerte.

Se concentró durante unos minutos y lanzó uno de sus hechizos preferidos. De su varita salió una gran serpiente que se lanzó enseguida sobre Meiling con los colmillos totalmente abiertos. Esto la tomó algo desprevenida pero enseguida se recuperó y empezó a esquivarla. La serpiente no se daba por vencida fácilmente y cargó contra ella en un momento en que ya estaba bastante cansada de tanto moverse, fue así como le mordió en el muslo rasgándole la tela.

Meiling vio como su uniforme se estaba rompiendo, y la serpiente cada vez le clavaba los dientes con más fuerza. Con una mano intentó cortar la cabeza del animal pero le fue imposible ya que tuvo que retirarse enseguida a causa de la corriente que había recibido. Ese monstruo reaccionaba dando un cortocircuito a cualquier agente externo que intentara dañarle. Así comprendió que para salvarse de esa tenía que matar al chico que había creado la serpiente o obligarle a que cambiara de hechizo.

Levantó la mirada sin dar importancia al dolor que sentía en su pierna y vio como Malfoy estaba rodeado por el resto de chicos que le concedían el puesto de ser su jefe, todos se la miraban riendo viendo su sufrimiento. Cuando vieron que ella se levantaba lentamente y se iba acercando se asombraron un poco. Le costaba mucho caminar ya que la serpiente la tiraba hacia otro lado e intentaba enrollarse por su pierna.

-No me mires de esta forma tan arrogante- le gritó Draco-. Si te humillas lo bastante como para que esté contento y convirtiéndote en mi esclava voy a salvarte... si los demás no ven ningún inconveniente- dijo mientras señalaba a todos los que se encontraban a su alrededor.

Ante esa arrogancia Meiling adoptó una posición aún más desafiante que antes. Parecía una gran guerrera llena de odio y que era capaz de cualquier cosa. Estaba llena de rabia, no aguantaría una humillación como esa. Si ese tipo se pensaba que se rendiría estaba muy equivocado, prefería la muerte antes de realizar un acto tan deshonroso.

-Declino tu oferta. Pero tranquilo, yo si puedo perdonarte la vida y dejar que seas tú mismo el que se la quite por propia voluntad. ¿Acaso no es mejor una muerte honrosa según la pureza de tu familia a morir a manos de alguien que no tiene nada de magia?. Reflexiona sobre esto.

Draco empezó a enfadarse por el tono empleado por la chica. Ella no estaba en ninguna posición para referirse a él con esas palabras, ya que de él dependía su vida en estos momentos. Indicó a la serpiente que atacara más fuerte. Estaba tan seguro de su victoria que no se preparó para realizar ningún hechizo más, era imposible que ella saliera con vida de ésta.

La serpiente le soltó el trozo de carne que estaba mordiendo y decidió subir un poco más, fue entonces cuando clavó sus largos y afilados dientes en la cadera impidiéndole avanzar. Meiling reprimió lo mejor que pudo una mueca de dolor se tambaleó un poco pero sin llegar a caer. Calculó rápidamente la distancia que existía entre ella y el odioso chico que la estaba atacando. Entonces decidió que esa era su última oportunidad y no podía desperdiciarla.

Malfoy estaba riéndose con sus compañeros del dolor que había causado a la chica que no poseía magia y se burlaban de ella sin piedad.

-Mirad a la pobrecilla- decía el líder rubio-. Se pensaba que un ser inmundo como ella me vencería-. Los demás empezaron a reír con más ganas después de este comentario-. Y además le he dado la oportunidad de salvarle la vida, no puedo hacer nada más por ella.

Después de que esa frase saliera por su boca sintió como algo impactaba sobre él, enseguida perdió la conciencia y ya no se dio cuenta de nada más. Estaba en el suelo con un puñal clavado en el cuello y el otro justo entre los dos ojos. Había caído fulminado por ese ataque, sus compañeros se asustaron mucho al contemplar esa escena tan escandalosa.

La chica que había matado a su líder se había quedado sentada en el suelo sin poderse poner de pie, la serpiente había desaparecido en el mismo instante en que Draco Malfoy había respirado por última vez aunque el dolor y todas sus heridas aún seguían allí. Le era imposible levantarse, así que poco a poco se fue arrastrando de la forma en que le era posible dejando un rastro de sangre y algún líquido negro que le había inyectado la serpiente. Cuando llegó frente al cadáver recogió sus dos puñales y escupió encima del chico que yacía inerte.

-Estúpido- dijo entre dientes. Después miró a todos los que estaban allí y les enseñó sus armas ensangrentadas-. Supongo que no queréis terminar como este imbécil, corred y salvad vuestras tontas vidas, no debisteis dejaros manipular por alguien tan ruin como ése-. Dijo mientras señalaba a Malfoy.

Enseguida todos se fueron corriendo de allí, Meiling vio como su rastro desaparecía del lugar donde se estaba realizando el combate. Entonces supo que ella no iba a salir de allí ya que estaba demasiado herida y no podía ni moverse. Limpió sus puñales lo mejor que pudo para poder terminar con el sufrimiento, había conseguido con el propósito que se había marcado para ella, ahora sólo le faltaba poder reposar en paz con sus antepasados.

Recitando unas oraciones en su lengua natal echó una última ojeada al transcurso de la batalla, ella ya había terminado. Levantó sus armas y procedió a quitarse la vida, su vista se nubló enseguida y entró en una paz que nunca hasta entonces había conocido.

Algo lejos de esa escena se encontraba Eriol luchando contra Touya. El hermano de Sakura nunca había tenido más poderes que su habilidad para ver y hablar con los fantasmas pero en ese momento había cambiado mucho. Era capaz de realizar algunos hechizos y bastante poderosos.

El problema era que dentro de él había un pequeño conflicto. Sabía que ese hombre que tenía delante no era el que había sido tiempo atrás pero aún así hubiera preferido no tenerse que encontrar en esa situación tan delicada. En un momento que no prestaba atención se encontró que Touya se le había adelantado y uno de sus hechizos le había tocado levemente la mano derecha.

Observó el pequeño rasguño que tenía en la mano, sabía que Touya nunca podría llegar a hacerle mucho daño. Después de curarse la herida con su magia y se dirigió al hombre que tenía delante.

-Kinomoto aún no me explico lo que os ha pasado a ti y a Yue- comentó Eriol- . No querría que eso terminara sin que me lo hagas entender.

-No hay mucho que entender- dijo Touya-. Sólo un cambio inesperada en el destino.

-Permíteme negarlo- le dijo el hechicero-. El destino no puede cambiar tan fácilmente, nosotros no podemos saber que es lo que se ha escrito para nosotros.

-No pretendas que me crea que tú lo sabes todo. ¿Quieres una respuesta? Pues bien, te la daré- dijo Touya bastante enfadado-. Después de la muerte de mi padre juré venganza sobre mi hermana, esa estúpida no hizo nada para poder salvarles. Yo estuve allí, perdí la conciencia y cuando desperté Wu Zhaodao me lo explicó todo y los dos decidimos unirnos a su causa.

-No entiendo como pudiste hacer eso, tu querías mucho a tu hermana y Yue es su guardián. No es tan fácil terminar con eso.

-Estoy harto de hablar de eso- contestó Touya mientras intentaba ponerse en posición de ataque de nuevo.

-¿Por qué te empeñas a pelear conmigo? Sabes que no puedes hacer nada en mi contra, te podría haber vencido hace tiempo pero no lo he hecho- Eriol no quería seguir con eso, ya estaba cansado. Miró hacia sus otros compañeros y vio a Sakura junto con Spinel luchando sin tregua, los dos se veían muy concentrados-. Mira Kinomoto, ahí está tu hermana. Supongo que sabes que le hiciste mucho daño.

Touya giró la cabeza y empezó a observar la escena que le indicaba Eriol. Su rostro se quedó impasible y no mostró ninguna emoción. Ya tenía todo el dolor superado y ahora lo único que le importaba era la venganza. Desde el día que él y Yue habían jurado obediencia a Wu Zhaodao había roto con su vida anterior, ahora ya no tenía ninguna familia sólo las ganas de terminar lo que se había empezado.

-Estoy seguro de ello y me alegro- le contestó Touya-. Terminemos ya de una buena vez.

-Tu sacrificio es estúpido, ¿qué lograrás con tu muerte?- preguntó Eriol en un último intento para que Touya volviera a pensar con claridad.

-Tal vez deberías preguntarte que lograría con mi vida. Además, ya he logrado mi propósito y estoy convencido de que me es imposible vencerte en un duelo como este- dijo el hombre atacando de nuevo a su oponente.

De esta manera el combate se reanudó enseguida, al poco tiempo Eriol tenía perfectamente controlado y a punto de realizar el golpe final. Aunque ya estaba claro de quien sobreviviría, Eriol no se acababa de decidir por realizar su último movimiento. Alzó la cabeza y vio como Sakura había acabado con unos cuantos hombres del clan de Wu Zhaodao y, en ese mismo momento miró hacia su dirección y sus ojos se encontraron.

Sakura había visto cómo se encontraba la situación entre su hermano y Eriol, estaba confundida y asustada. Hacía poco tiempo había logrado convencerse a sí misma que ése hombre con el que había compartido la mayoría de su vida era ahora su enemigo. Pero en esos momentos empezó a dudar de lo que estaba bien y lo que estaba mal. No estaba capacitada para distinguir qué era lo que se debía hacer. Desvió su mirada para no hacer sentir mal a Eriol, sabía que él haría lo que era correcto para todos los que protegían.

Inconscientemente cerró los ojos mientras se dejaba caer pesadamente en el suelo, sintió como su corazón se partía en el momento en que el hechizo fatal fue conjurado por Eriol. Ahora ya había terminado y abrió de nuevo sus hermosos ojos esmeralda pero no pudo ver mucho, estaban llenos de lágrimas. Fue entonces cuando una mano la obligó a levantarse.

-Lo siento- dijo Shaoran mientras la abrazaba fuertemente-. Sabíamos que eso iba a pasar. Habla con Eriol, debe estar muy preocupado por como te sientas en estos momentos.

-Sí, ahora voy- dijo Sakura mientras intentaba luchar contra las lágrimas que ya empezaban a caerle por las mejillas.

-Toma, ella quería que lo tuvieras tú, me lo dijo hace unos días, cuando aún estábamos en Hong Kong- dijo el líder del clan Li mientras le depositaba un objeto en la mano.

Sakura miró que era lo que le había entregado su marido y vio un colgante de plata con una hermosa piedra de ámbar. Ése era el regalo que se había visto obligado a hacer Shaoran a Meiling cuando aún estaban prometidos. Para Meiling era una prueba de su entrega total a su primo, era su objeto más preciado y Sakura conocía lo que significaba para ella. Así comprendió que Meiling también había caído.

Se colocó el colgante y dirigió una mirada de pesar a Shaoran que se había quedado contemplándola. Debían ir a la acción de nuevo, no podían perder tiempo, debían recuperarse rápido. Se despidieron y cada uno tomó una dirección diferente. Shaoran fue rápidamente a ayudar a su madre que tenía serios problemas para romper una barrera de protección que le impedían atacar mientras era atacada sin parar. Sakura por su parte se acercó a Eriol que aún se encontraba de pie mirando el cadáver de Touya en el suelo.

-No deberías pensar que la culpa es tuya, hiciste lo que debías- dijo Sakura una vez que llegó al lado de su amigo y le cogió la mano.

-Lo siento, me sabe mal por ti. Sé que le querías mucho- le contestó el chico con una mirada de culpa-. Hablé con él antes de matarle, no creo que Yue pare de atacarnos hasta que hayan logrado su propósito.

-¿Él tampoco va a volver a nuestro lado?- preguntó Sakura algo triste-. ¿Cuál es su propósito?.

-Matarte a ti y hacerte sufrir- contestó Eriol.

-Ya han conseguido hacerme sufrir mucho- contestó ella con un hilo de voz mirando el rostro de su hermano-. Pero no dejaré que me maten, no puedo permitirlo. Hay muchas personas que dependen de mí, no puedo fallarles.

-Tampoco puedes dejarle a él- dijo Eriol intentando que la conversación fuera un poco menos seria-. No se que haría si no te tuviera a su lado.

-¿Y qué haría yo si él tampoco estuviera conmigo?- Sakura esbozó una pequeña sonrisa.

Sheila se acercó un poco a ellos mirando a Eriol fijamente. Sakura entendió el mensaje y se despidió de ellos rápidamente mientras buscaba rápidamente en que lugar hacía falta su ayuda. Fue entonces cuando vio a Hermione y Ron que tenían algunos problemas al lado de la profesora Mc Gonnagall con un par de seguidores de Voldemort.

-Es la hora, debemos hacerlo ahora- le dijo Sheila de manera enigmática.

Sheila cogió a Eriol por su brazo y lo tiró rápidamente hacia el centro del lugar de la batalla. Eriol aún no había entendido cuál era la idea que rondaba por la cabeza de la chica, y como no podía hacer nada más que seguirla esperó a que ella le explicara.

-Desde aquí podemos lanzar un ataque conjunto con el que podamos quitar a la mitad de los enemigos- dijo la chica mientras señalaba a todos los seres que se habían unido a las fuerzas oscuras.

Allí había muchos gigantes, deméntores y otros seres por el estilo. Como ellos tenían la costumbre de luchar en equipo, eran pocos los que habían podido eliminar y muchos los que yacían bajo sus pies. Si conseguían derrotar a todo ese grupo quitarían una enorme fuerza al enemigo.

-Bien, ahora entiendo la idea pero ¿Qué hechizo piensas realizar? Sólo conozco uno pero resultaría fatal para los dos- le contestó Eriol mientras se dedicaba a pensar para ver si encontraba alguna otra solución.

-No hay otra forma, tenemos que hacerlo- le contestó Sheila mientras se ponía seria-. Sabías que no podríamos salir vivos que aquí, es nuestro destino, para eso volvimos a la vida y una vez esté terminado ya no podremos permanecer más tiempo en este mundo.

-Sólo hubiera deseado poder ver el final de esta aventura- se quejó Eriol-. Sé que eso no es posible, odio este momento. Hasta ahora me había sentido el rey de todas las cosas, lo conocía todo pero ahora me veo obligado a salir de aquí sin poder ver lo único que se me ha resistido.

-Vamos Hiraguizawa no te pongas así- decía Sheila mientras empezaba a prepararse para su ataque final-. Un hombre no puede dominarlo todo, lástima que no te hayas dado cuenta hasta ahora. Entiendo como te sientes pero ahora ya no podemos hacer nada, sólo seguir con nuestra misión.

-Cierto, cierto. Aunque me gustaría saber una cosa Sheila- contestó Eriol mientras también se ponía en posición-. ¿Ya me has perdonado pro lo que hice en mi otra vida?, no me gustaría morir esta vez sin saberlo.

-Claro que sí Eriol, todo está perdonado.

Eriol le dedicó una de sus sonrisas amables y se concentraron a la vez mientras fundían sus dos auras. Empezaron a ser envueltos por una energía dorada que cada vez se hacía más poderosa.

En poco tiempo consiguieron reunir todo su poder y decidieron lanzarse al ataque. Ése era un hechizo bastante difícil porque los dos compartían la misma cantidad de energía a la vez y tenían que dar la misma intensidad, si no lo conseguían el hechizo podía volverse en su contra. Sus mentes tenían que ir al unísono y tener bien claro quiénes eran los enemigos a batir. Tanto Sheila como Eriol tenían los ojos cerrados concentrándose y una especie de lucecita dorada empezó a marcar sus objetivos, nadie se dio cuenta de eso.

Cuando todos los objetivos estaban marcados de manera definida una brisa les rodeó y la luz dorada iba cogiendo forma lentamente hasta convertirse en una especie de tigre enorme. Era un animal enorme todo de color dorado, por su boca parecía que salían unas llamas de color azul, este color era el mismo azul que brillaba en los ojos de la gran aparición. De repente esa bestia lanzó un gritó desgarrador mientras se liberaba del aura de sus creadores y se lanzaba rápidamente hacia los objetivos que le habían marcado.

En poco tiempo el enorme tigre dorado terminó con todos sus objetivos, pero se podía ver como su poder se había debilitado de repente y cayó al suelo contorneándose de dolor. Los que veían la escena se quedaron de piedra, una criatura que había sido creada por un hechizo no podía sentir dolor, eso era realmente muy extraño.

Pero había algunas personas que sabían exactamente lo que estaba pasando, éstas fijaron su mirada rápidamente hacia las dos figuras que aún estaban envueltas por una aura dorada. Era muy difícil poder ver a través de ella y la mayoría de las personas que se encontraban ahí no consiguieron divisar ni a Eriol ni a Sheila. Allí se encontraban los dos luchando por su vida, aunque sabían lo que estaba a punto de suceder se negaban a dejar ir sus vidas de una manera tan fácil.

-Lo han hecho- murmuró Sakura por lo bajo, Hermione que había escuchado el comentario de la joven y la miró de manera interrogante. Estaba segura que la mujer que se encontraba a su lado sabía algo.

-Perdone señora pero ¿podría explicarme lo que está pasando?- dijo Hermione.

Sakura miró a la chica y se acordó de algo de repente. Había observado que los alumnos de Hogwarts que habían entrenado eran bastante poderosos aunque ya no quedaban muchos de ellos. Miró rápidamente todos los rostros de los chicos que aún estaban en pie e intentando luchar por no mostrar dolor, así como les habían enseñado ellos durante esos entrenamientos tan duros.

-La chica que siempre va con ustedes ¿dónde está?- le contestó Sakura con esta pregunta tan rara. Hermione no encontraba ninguna relación entre lo que le había preguntado y la respuesta con que le había salido.

-¿Qué chica?- preguntó Hermione sin entender bien-. Se refiere a Ginny, la hermana de Ron. La chica pelirroja ¿es ella?.

-Sí, la chica pelirroja- contestó Sakura-. Llámela, siempre estaba con Mankiw. Ella debería escuchar la respuesta a su pregunta también.

Hermione asintió y fue rápidamente a buscar a Sheila, que estaba al lado de Ron. Éste se encontraba bastante herido y sólo se aguantaba de pie gracias a la ayuda de su hermana. Realmente la pelea había sido dura, nunca antes se habían encontrado con nada similar.

-¡Ron!- gritó Hermione saliendo a su encuentro-. ¿Te encuentras bien?- preguntó algo asustada al ver su estado.

-Sí Hermione estoy bien- respondió él con una voz muy débil.

-Venid, la señora Li quiere hablar contigo Ginny.

Hermione enseguida ayudó a Ginny a cargar a Ron y los tres fueron hacia el lugar donde se encontraba antes. Sakura las estaba esperando sin quitar la mirada del tigre agonizante que se encontraba en el suelo, la bestia ya estaba a punto de desaparecer. Ella podía sentir como las auras de Eriol y Sheila casi habían desaparecido junto al animal.

-Señora Ginny está aquí- dijo Hermione mientras se dejaba caer al suelo y apoyando a Ron para que pudiera descansar mejor de sus heridas. Ginny se quedó de pie escuchando lo que la mujer quería decirle.

-Es amiga de la señorita Mankiw, ¿cierto?- preguntó Sakura directamente. Ginny asintió como respuesta-. Entonces quizá debería explicarles lo que está sucediendo aquí y así le respondo a la pregunta que me ha hecho antes.

Ginny estaba algo perdida y buscó la mirada de Hermione para saber que era lo que estaba pasando allí. Hermione enseguida le dijo que le había preguntado a Sakura sobre lo que era el gran tigre que había terminado con tantos enemigos de un golpe.

-Ese es uno de los hechizos más poderosos que existen y que sólo puede realizarse mediante la unión de fuerzas de dos personas con un poder muy parecido. Dependiendo de la energía que se utilice para realizarlo, los que lo producen reciben un contraataque de unas características más o menos poderosas. En este caso se puede decir que el ataque ha sido muy eficaz.

-¿Qué les va a pasar a los que lo han llevado a cabo?- preguntó Ginny aún sin saber que tenía eso que ver con ella.

-Morirán. De hecho, se puede decir que ya les quedan pocos segundos de vida. Su energía está ya casi agotada- contestó Sakura seriamente-. Pensaba que debía decírselo ya que ella era una de sus amigas.

-¿Ella?- preguntó Ginny mientras su mente no paraba de buscar a quién se estaba refiriendo Sakura. Al poco tiempo se dio cuenta de todo y se espantó mucho de repente, su cara estaba totalmente blanca- Sheila...

Entonces fue corriendo hacia donde le había indicado la señora Li. Se encontró con Eriol y Sheila en el suelo en una muestra de pura agonía. Ya no podían moverse y sus ojos empezaban a quedarse en blanco y sus cuerpos se convulsionaban de dolor. Ginny se arrodilló al lado de Sheila, en un último momento, la joven esbozó una pequeña sonrisa al ver a su única amiga a su lado en el momento de su fin. Ginny se quedó allí llorando desconsoladamente, ya no había nada más que hacer.

Las dos personas que no pertenecían a la línea normal del tiempo ya habían terminado su función allí, sus almas podían descansar en paz. El tiempo siempre se lleva con él aquello que no puede seguir, nadie puede ser inmortal ni conocer todo lo que pasa en el mundo.

*_*_*_*_*_*_*_*_*_*

Notas de la autora. Sí, sí, entiendo que todos quieran matarme, de verdad! ... sólo espero que me den una oportunidad para poder terminar la historia antes de que terminen con mi inútil vida...

Bueno, si me dejan decir algo digo que en un capítulo o dos más eso va a terminar. Aún no estoy del todo segura de ello, depende de las ganas que tenga y de los detalles que ponga. No suelo hacer unos capítulos interminables, supongo que hasta ahora ya se han dado cuenta.

De verdad, lo siento mucho. Es que últimamente estoy repleta de trabajo y también algo estresada. Ya falta menos para terminar el curso y se me empieza a acumular un montón de trabajo.

Dicho eso, espero que la espera al menos haya valido la pena, espero vuestros comentarios sobre ello!. Nos vemos.