DÍAS OSCUROS

Capítulo XVIII

Nakuru enseguida sintió como un dolor intenso ocupó su cuerpo en pocos instantes. A causa del dolor el hechizo que había realizado hacia sólo unos momentos se desvió y cayó sobre el suelo en lugar de alcanzar a su enemigo. Delante suyo se encontraba Yue, él también sintió algo extraño pero esa sensación desapareció tan de repente como vino. A unos pocos metros de ellos y en el suelo Spinel Sun gritó de dolor y se desplomó enseguida sin ser capaz de aguantar su fuerza.

Eso sólo podía significar una cosa, Eriol, su creador, había muerto y su energía que era lo que les mantenía vivos desaparecido. Habían fallado a su señor, no habían podido salvarle a él. Antes de que pasara todo esto Eriol les había dicho que no se preocuparan por él, que su destino ya estaba decidido.

En esos momentos Yue decidió dejarlos a su suerte. Como él no dependía directamente de Eriol podría sobrevivir. Desde que se había levantado en su nueva vida al lado de Wu Zhaodao, ahora estaba ligado a su magia. Tenía que servirle a él. Encontró a Sakura al lado de Hermione, Ron y Ginny, que aún sollozaba.

Una flecha plateada rompió el aire que había entre ellos y alcanzó a Sakura que estaba distraída. Enseguida que el artefacto entró en contacto con su piel desapareció dejando una marca roja a su alrededor. Había tenido suerte de que no hubiera llegado a ningún sitio extremadamente vulnerable. Sakura se puso de pie y se apartó un poco de los chicos que estaban presos del pánico por tal escena.

-Yue- murmuró ella esperando a que el ángel plateado bajara del cielo y posara sus pies encima del suelo.

-Esta vez estás sola, avisa a estos amigos tuyos de que no se incumban en nuestra pelea o van a morir en el momento en que intenten hacer algo- dijo Yue mientras se incorporaba lentamente en el suelo.

-Puedes estar tranquilo nadie va a entrar en eso- contestó Sakura mientras miraba a los jóvenes que pertenecían a Gryffindor con una mirada muy seria que les obligaba a hacer caso de lo que ese hombre extraño había dicho.

Los dos empezaron a atacarse mutuamente igual que lo habían hecho al principio de la batalla. Pero ahora las cosas eran diferentes, Sakura había pasado por diferentes ocasiones muy dolorosas y éstas habían hecho que se concentrara mucho más en lo que estaba haciendo. También era mucho más fría que antes y ya no le preocupaba lo que Yue había sido en su vida pasada. Ahora sólo era un enemigo más, ya no le preocupaba el hecho de que tuviera que matarle.

Yue se dio cuenta de eso, significaba que ahora ya no jugaba con la ventaja de los sentimientos de su antigua maestra. Esta vez iba en serio de verdad. La carta del bosque lo había rodeado por completo y algunas de las ramas se habían incrustado en su cuerpo provocando que un líquido viscoso y de un color extraño empezara a brotar de sus heridas. Eso dolía mucho, más de lo que hubiera pensado. Si quería vencer tenía que desconcertarla, hacer que perdiera su concentración en algún momento.

Enseguida le vino una idea a la mente. Haría que ella perdiera la concentración en un momento y también haría que sufriera aún más de lo que ya había sufrido. Se elevó rápidamente hacia el cielo y apuntó con su arco. Sakura viendo su intención invocó a la carta del escudo rápidamente, esperando que ésa fuera lo suficientemente fuerte como para poder parar el objeto.

Lo que no se esperaba Sakura era que la flecha pasara por su hombro sin llegar a tocarla a ella. Yue nunca fallaba tan claramente un objetivo si no quería hacerlo. Giró su cabeza para buscar la flecha y fue entonces cuando una imagen que la llenó de horror se presentó ante sus ojos. Eso sólo había sido una maniobra de distracción, Yue no había apuntado a ella sino a otra persona.

Shaoran tenía la flecha incrustada en su corazón y con un hechizo Yue había obligado a su cuerpo a permanecer en el aire como si estuviera clavado con la flecha en alguna pared. Shaoran intentaba luchar contra ese hechizo pero le era prácticamente imposible, la herida hacía que perdiera mucha sangre y que su cuerpo se sintiera débil de golpe. Entonces vio como Sakura le miraba con los ojos llenos de lágrimas y muy asustada, no quería despedirse de ella, no así. Después de lo que habían vivido juntos no era justo que todo terminara de esa forma.

Sakura enseguida se giró y miró a Yue con diferentes sentimientos reflejados en su rostro. Tanto Ginny, Ron y Hermione se dieron cuenta de que era la primera vez que ella mostraba abiertamente sus sentimientos y que podían ser entendidos por cualquier persona. Allí se reflejaba el dolor y desesperación junto a un odio profundo. Las lágrimas empezaron a mojar lentamente su rostro, sus ojos esmeralda se estaban enrojeciendo por momentos.

Su aura empezó a cambiar rápidamente, en ella se podía encontrar una gran rabia y odio. Sin pensar mucho invocó a vuelo y sus alas aparecieron enseguida haciendo que ella fuera al encuentro de la persona que había cometido el peor error de su vida: herir de muerte a la única persona que ella amaba de verdad. Estaba dispuesta a todo, ya no tenía miedo de nada, no le importaba nada. Su vida había perdido sentido de nuevo.

-¡Maldito!- gritó ella- ¿Cómo te has atrevido?, ¡Acabaré contigo!.

Yue sabía que lo que había hecho le provocaría mucho dolor pero no esperaba una reacción como esa en ella. Sólo había conseguido que tuviera más ganas de terminar con él y sus ataques eran aún más poderosos que antes.

Casi sin que tuviera tiempo para pensar en nada ni contraatacar, Sakura con su espada empezó a darle estocadas sin parar haciendo que una de sus alas se rompiera y cayera al suelo casi inconsciente.

Sakura ni se inmutó por la situación en que se encontraba Yue, sólo se dedicó a anularlo con un hechizo muy fuerte y a continuar atacándole. Hacía tiempo de que había perdido el sentido y sólo se dedicaba a luchar contra ese ser abominable que le había quitado lo que ella más quería. Yue no aguantó durante mucho tiempo más y fue ahogándose en su propia sangre lentamente viendo como Sakura le miraba con mucho asco. Ésta siguió golpeándole aún sabiendo que ya había muerto.

-Mira a quién tenemos aquí- dijo una voz detrás suyo-. Creo que la señora está un poco enfadada.

Sakura se giró para ver quién le estaba hablando, entonces se dio cuenta de su situación. Estaba llena de la sangre de Yue, su antiguo guardián que yacía delante suyo sin vida. Recordó lo que éste le había hecho y empezó a notar como sus ojos le escocían y le caían las lágrimas.

-Ya déjame en paz, termina con esto rápido- dijo la joven irguiéndose delante de su mayor enemigo.

Wu Zhaodao se la miró con una mirada burlesca al verla en ese estado. Sabía que si se eliminaba a uno de los señores Li el otro desearía morir, y eso era lo que estaba pasando. Podían ser muy poderosos pero tenían un punto débil que les había llevado a esa situación. Ahora ya no tendría que esforzarse mucho para terminar con ella y proclamarse el vencedor en la batalla.

-Mira a los demás jovencita, vas a morir y yo seré el vencedor, supongo que lo sabes.

-Yo ya estoy muerta, déjame irme de aquí- le contestó Sakura-. No voy a poner resistencia, así te será más fácil.

-Muy bien, si eso es lo que quieres no tengo ningún inconveniente- dijo Wu Zhaodao riéndose de la situación en que se encontraba la mujer que estaba delante suyo.

-Sakura- se escuchó una voz débil que la llamaba-.

Ella levantó la vista y vio que Shaoran aún estaba vivo, aunque estaba realmente débil. La herida era demasiado grande pero con un último esfuerzo él logró quitarse la flecha ahora que el hechizo de Yue ya no tenía efecto y fue cayendo lentamente al suelo. Sakura enseguida llamó a una de sus cartas para que fuera flotando hasta el suelo, así no se lastimaría tanto.

Cuando llegó a su lado ella lo abrazó fuertemente y notó como casi no podía mantenerse en pie.

-Ahora si podemos terminar con esto- dijo él sacando su espada que ya empezaba a brillar de la energía que estaba acumulando.

A unos cuantos metros de allí el señor Dumbeldore y Harry seguían luchando contra Voldemort. Ésta era una lucha realmente difícil, aunque Harry se encontraba más seguro con Dumbeldore a su lado no estaba seguro de cómo terminaría. Hasta ahora él sólo se había dedicado a defender al director de Hogwarts cada vez que veía que tenía algún problema. Voldemort no había perdido mucha energía y seguía atacando fuertemente.

Dumbeldore levantó su varita e intentó inmovilizar a su enemigo, pero éste enseguida se lo devolvió y la varita de Dumbeldore no fue lo suficientemente fuerte como para pararlo. Fue aquí donde Harry recordó que su varita y la de Voldemort era la misma, podía ser que así fuera más fácil poder hacer que algún hechizo pudiera llegar a tocarle. Como la varita sólo le aceptaba a él decidió arriesgarse. Además, si ya le había vencido otras veces, podría ser que esta última vez también pudiera salir bien. Además sus planes alocados normalmente funcionaban.

-Vamos Voldemort, lucha conmigo- le gritó Harry situándose delante de Dumbeldore que se estaba recuperando de ese hechizo.

-Por fin te has dignado a retarme- dijo Voldemort riéndose-. Ten cuidado chico, no voy a dejar que me dejes en ridículo otra vez, no vas a salir bien parado de ésta.

-Ya veremos- respondió el chico intentando recoger todo su valor y poniéndose en posición.

Sólo había un hechizo que podía decidir la suerte de los dos contrincantes y capaz de terminar con esa guerra, los dos lo sabían y estaban dispuestos a realizarlo. Eso tenía que acabar cuando antes, ya estaban cansados y cuando más energía tuvieran mejor, así su hechizo sería el más poderoso.

Sin ningún preámbulo se lanzaron el hechizo fatal, el que había utilizado Voldemort para matar a toda esa gente la vez que intentó vencer al resto y que había provocado le cicatriz a Harry. De sus varitas salió un rayo color verde que chocó justo en el centro del espacio que los separaba. Al menos en un inicio el hechizo había sido igual de poderoso por los dos lados. Ahora solo faltaba aguantar más que el otro para ser el que quedara vivo.

Harry estaba aguantando todo lo que podía pero durante un momento la mano empezó a temblarle y veía como estaba perdiendo terreno. Rápidamente intentó concentrarse aún más para seguir, de esa manera, ahora era Voldemort el que lo pasaba mal.

Voldemort no se podía creer que un chico estúpido pudiera hacerle frente de esa manera. Cualquier persona ya habría muerto hacía tiempo pero él seguía resistiendo. No seria tan fácil como se había pensado. Había algo en ese chico pero no sabía exactamente que era.

Los dos ya empezaban a estar algo cansados pero aún nada estaba perdido. Viendo un momento de debilidad de Voldemort aprovechó para sacar todo lo que le quedaba y así intentar poder vencer, la cicatriz empezaba a molestarle y le escocía mucho. Su cabeza empezaba a doler tanto que casi no podía sostenerse en posición. Aún así, pudo devolver el hechizo fuertemente. Voldemort se quedó de piedra al ver como Harry le devolvía el hechizo de una manera imparable, ya no podía hacer nada y empezó a maldecir al chico que le había convertido en lo que era. Antes de que el hechizo le diera de pleno juró vengarse alguna vez de él. Le había vencido por segunda vez, aunque ahora ya no era ese bebé indefenso. No podía creer lo que le estaba pasando.

Harry y Dumbeldore vieron como Voldemort cayó al suelo inerte. Esto ya había terminado y los dos estaban muy contentos. Había resultado bastante más duro de lo que habían pensado y muchos habían muerto para llegar a este final feliz. Una parte de la pesadilla había terminado.

Harry estaba muy cansado, había gastado toda su energía en el último ataque y, después de intentar aguantarse un rato más de pie se desmayó. Dumbeldore evitó que cayera al suelo y lo miró con una mirada bondadosa. El héroe que había terminado con Voldemort un día lo había vuelto a lograr. Ese chico tenia mucho futuro.

Fue encaminándose lentamente para decir la buena nueva a todos los que habían quedado. Eran muy pocos pero aún quedaban algunos. Una parte de la pesadilla había terminado. Ginny, Ron y Hermione al verlo con Harry en sus brazos fueron a verle, estaban bastante magullados y Ron tenía serios problemas para poder andar.

-Tranquilos chicos, él está bien- dijo Dumbeldore sonriendo- sólo está agotado. Vamos Ron y vosotras chicas dentro buscaremos algún lugar para poder ayudar a los que lo necesiten. La señora Pomfrey se ha quedado dentro del castillo de Hogwarts para cuando llegara este momento.

-Aún no ha terminado todo- dijo Ginny señalando el lugar donde Sakura y un Shaoran muy mal herido estaban enfrentando a Wu Zhaodao.

-Nada podemos hacer por ellos, será mejor que ayudemos a los que podamos para que no haya más muertes- contestó Dumbeldore mientras iba avanzando hacia el interior del castillo.

Estuvieron llevando adentro a todos los heridos que encontraron con vida. Así, en el exterior sólo quedaban los tres que seguían luchando. Sakura estaba asustada, sabía lo que estaba intentando Shaoran y, aunque esa era una de las únicas maneras con las que podían acabar con Wu Zhaodao en el menor tiempo posible eso también podía ser fatal para él. Había intentado hacer que cambiara de opinión pero había sido imposible. Ella lo único que podía hacer era quedarse a su lado y darle parte de su energía para que lo pudiera realizar con éxito.

Zhaodao los estaba mirando con una sonrisa. En el estado en que estaba el chico seria imposible que cualquier cosa que intentara saliera bien, estaba muy seguro de sí mismo y eso precisamente seria su perdición. El suyo fue un final muy parecido al de Voldemort. Los dos se habían confiado demasiado en sus posibilidades y la debilidad del enemigo. Sin que tuviera tiempo a reaccionar Shaoran dejó toda la energía que habían acumulado entre él y Sakura y realizó el hechizo más poderoso que tenía.

El gran dagón fue directamente hacia el hombre que estaba delante suyo y lo convirtió en polvo. Había sufrido una descarga de todos los elementos. En ese mismo momento las nubes negras que estaban cubriendo la zona desde el inicio de toda esa batalla empezaron a abrirse, ahora sí que había terminado todo, las fuerzas de la oscuridad habían sido vencidas de nuevo hasta que el círculo empezara otra vez y alguien decidiera volver a intentar invadir el mundo.

Shaoran tuvo que clavar la espada en el suelo y se apoyaba en ella, éstos eran los últimos segundos de su vida. Sakura se negaba a dejarle allí de esta manera y se quedó con él sujetándolo.

-Ya ha terminado todo, ese es sin duda un gran día- dijo él intentando calmar a su esposa que estaba destrozada y llorando.

-No, no es un gran día- gimió ella abrazándolo-. Si te vas me voy contigo- decía ella sollozando sin parar.

-No puedes dejar este mundo aún- le contestó Shaoran sonriéndole y acariciando su mejilla-. Hay muerte pero también hay vida, debes pensar en ese detalle también. No es justo que decidas la vida o no de otra persona, sólo puedes hacerlo con la tuya.

Sakura entendió sus palabras y asintió. Se reuniría con él pero aún no, debería aguantar un poco más de tiempo. Sabía que sin él su vida ya no tenía sentido.

-Haré lo que me pides- dijo ella-. Será así como tú quieres.

-Entonces ya no tengo nada más que hacer aquí, nos veremos dentro de un tiempo.

Ésas fueron las últimas palabras de Shaoran, el gran líder del clan Li. Sakura seguía abrazándole aunque notaba que ya no quedaba ni un poco de vida en su cuerpo. No quería dejarle allí, su vida se había ido junto con la de él, aunque su cuerpo aún seguía allí. Cogió su espada y se levantó, dejando el cuerpo de su esposo envuelto en una luz dorada para poder llevárselo a su casa y poder realizar las ceremonias de las que era digno.

Caminó lentamente hacia el gran castillo que tenía delante suyo. El suelo por el que pasaba estaba lleno de cadáveres que había dejado la batalla. Otra vez se había convertido en un trozo de hielo, con la única diferencia que ahora ya no le importaba nada.

Cuando entró vio todas las camillas que se habían puesto allí y a los heridos que eran curados por los que aún eran conscientes. Era una imagen bastante triste pero aún así era la imagen de la victoria. Al verla todas las miradas se posaron en ella para ver si todo había terminado de verdad, y al comprobar que así había sido un grito de alegría cruzó por la estancia. Ese había sido el fin de su pesadilla, al menos, para la mayoría de ellos.

Notas de la autora. Hola! Por fin he vuelto y esta vez con el último capítulo. Puede que este final no les guste a muchos pero bueno... es mi final y punto.

No es que me gusten mucho los finales tristes pero había pensado que para esta historia este era el que más me convencía. Siempre ganan los buenos, seguro, pero aún así no todo puede ser tan feliz.

Espero que les haya gustado tanto este capítulo como el resto de la historia. Solo espero que no me odien toda su vida por haber matado a tanta gente... E intentado hacerlo lo mejor que he podido enserio! Pero es más fácil imaginar las cosas que escribir.

Creo que no voy a escribir ninguna otra historia con tantas batallas, eso no es lo mío. Por cierto, hago un poco de propaganda (ya que estoy, jeje). Estoy preparando otra historia aunque aún la tengo un poco dejada (primero quería terminar esta) pero será muy diferente. Tengo el primer capítulo ya escrito y puede que lo ponga un día de estos, espero que lo leáis y así me decís si debería seguirla o no.

La próxima historia no es nada parecido a Días Oscuros, que por mi estará terminada y bien terminada con el Epílogo que le falta y que ya estoy escribiendo. Supongo que en máximo una semana ya la habré puesto.

Ya no les canso más, he terminado todo lo que tenía que decir. Espero sus comentarios con ansias y a ver si aún seguís queriendo leer el Epílogo, cosa que espero que así sea. Adiós!