(GINX)FELIZZZZZZ NAVIDADDDDDDDDD

(GINNY)SI ESO... MIRAD OS VAMOS A SUBIR UN CAPI CHULO...+

(GINX)SI, MUY ROMANTICO....(suspiro)

(GINNY)NO... LO DIGO POR LO DE RON, QUE SE JODA¡¡¡

(GINX)GINNY NO DIGAS ESAS COSAS (os recuerdo que a mi Ron me

cae de culo y que no le aguanto)

(GINNY)¿QUE? LA VERDAD SEA DICHA, QUE DONDE ESTE UNA VERDAD BIEN DICHA

(GINX)BUENO POR LO MENOS ERS SINCERA,,,, PERO QUE BONITO CAPIII...

SI ES QUE CON LEER EL TITULO YA ME EMOCIONO...

(GINNY)QUE FLIPAAAAAAAAA.....

ENTRE EL AMOR Y EL ODIO....

PARA MIS NIÑAS: LORE, ADRI, LENA Y SALLY

CAPITULO 15: UN CORAZON ETERNAMENTE ROTO.

Vaya, ni ella misma podía creerlo, ¡una fiesta!

Hacia siglos que no asistía a una, organizada por los alumnos claro,

se suponía que esas fiestas solo iba la gente popular, y ella no lo

era, nunca había estado en ninguna de estas que no fuera solo para

Gryffindor.

Pero esta era solo para algunos.

Todos los alumnos.

De las cuatro casas.

Caminaba por el pasillo dándole vueltas a esto.

Se dirigía a su habitación, con la tontería se le había olvidado el

libro que estaba leyendo en la mesa. Pero ahora le era indiferente,

estaría demasiado ocupada pensando en el peinado que se haría, la ropa

que se pondría, el maquillaje que usaría....

Todas estas no eran la clase de cosas que preocupaban a Hermione, pero

este era un caso especial. ¡UNA FIESTA!

Y la habían invitado.

Mejor dicho, él la había invitado.

Se detuvo en seco en medio del pasillo... tuvo que sujetarse a una

pared para no caerse de la impresión. No se le había ocurrido antes.

¿Por que diantres Malfoy la había invitado?

Tal vez ese beso que para ella no había significado "nada" habría sido

suficiente para él, suficiente como para que pudiera creer que ella

era suya.

Se equivocaba ella no era de nadie.

Solo ella controlaba sus actos, su vida, su destino, sus pensamientos,

su corazón...

Iría en todo caso, pero no pensaba dejarle que volviera a besarla,

¿pero que se haba creído? ¿qué todo este lió iba a convertirse en algo

mas?

Tal vez...

No nunca, ni hablar eso era una locura.

¿Pero por que pensaba todas estas bobadas? ¿Acaso cabía la posibilidad

de que no fuera solo oportunismo?

NO imposible, simplemente la había visto pasando un mal momento y

había aprovechado la situación. Era lo que hubiera hecho cualquier tío.

¿Por qué había sido solo eso no? ¿Había sido por eso que ella le

había correspondido al beso? ¿Haba sido por eso que se había olvidado

de Harry?

Claro, solo había sido eso.

Nada mas.

Oportunismo.

Al final entro. Pues sin haberse dado apenas cuenta había llegado

hasta la puerta de su habitación.

La traspaso como con resignación.

Tiro la capa en la cama y cogió un pequeño estuche de color lila.

Allí era donde ella guardaba todos sus maquillajes. Su madre se los

había reglado para su cumpleaños el año pasado y solo lo había usado

una vez en noche buena.

Se metió en el baño y comenzó a hacerse unas pruebas... sombra

turquesa, magenta, añil, plata, oliva, púrpura, beige, etc.

Pintalabios rosa, malva, marrón, transparente, brillante, mate...

La noche llego rauda, el tiempo se le había pasado volando. Las

estrellas ya centelleaban en el cielo, era la hora de cenar.

Bajo al Gran Comedor.

Casi todos los Gryffindor ya estaban allí, tomo asiento entre Seamus

y Lavander, justamente enfrente de Ron.

Este la miro extrañado, la chica no comprendió el porque.

Se detuvo a pensar un momento. Halló la respuesta, pues claro, estaban

enfadados aun.

La miro con hostilidad. Estiro la mano y cogió un pedazo de pastel de

carne. Se servia patatas violentamente, pero no las miraba tenia la

vista puesta en la chica. Después alargo la mano y se servio zumo de

calabaza, derramo la mitad, porque no miraba lo que hacia, tenia los

ojos soldados a los de la chica.

- ¿Ron te ocurre algo?- pregunto Lavander al verle tan raro.

- Nada grave... Lavander-dijo sin ni siquiera mirarla.

- Pues estas muy raro- inquirió Seamus.

- ¿Tu crees?- pregunto mirando solo a la chica.

- Si- contesto Hermione- yo soy libre Ron.

- ¿Libre? ¿Qué es para ti la libertad Hermione?

- No creo que deba responderte a eso en este momento- los dos se

miraban fijamente. Todo lo que había al rededor haba desaparecido

ahora esto era como un duelo del oeste, el primero en disparar un

tiro certero ganaría.

- ¿Tal vez te gustaría discutir eso con Harry?- la chica siguió

impasible, ni iba a dejarle ganar- Hoy me ha preguntado por ti ¿sabes?

- ¿Si? ¿Y tu que le has contestado?- pregunto con fingida frialdad,

sus ojos seguían fijos.

- Que estabas muy ocupada con tu nuevo amigo o... ¿o debería decir

amante?- pregunto en tono hiriente.

- ¿De que hablas Ron?- dijo haciendo que no sabia nada.

- Ohh si, he dicho Amante, ¿sabes? Fui a la enfermería justo después

de estar en la biblioteca, iba a un libro de Quiddtch a Harry y os vi

a ti y a tu nuevo amiguito- su voz sonaba casi tan ácida como la de

Snape en sus mejores tiempos.

- Ahora me controlas ¿no?- empezaba a incomodarse- no me importa.

Yo no tengo ningún amante, ni ningún nuevo amiguito...

- ¿Estas diciendo que ni siquiera comprendo lo que veo? ¿es eso?-

pregunto casi en un grito.

- ¿Acaso no puedo hablar con quien me apetece, cuando me apetece?-

contesto ella en el mismo tono.

- No si es un Slytherin- esta vez si grito.

Todos los de Slytherin levantaron la cabeza al oír el nombre de su

casa. Ella pudo distinguir a Malfoy que miraba con especial interés.

- No tengo mas que discutir Ron- Se puso en pie. Seamus y Lavander

que habían escuchado todo la miraban con ojos desorbitados- Hasta

mañana chicos- dijo mirando a sus compañeros.

- ¿Es que no vas a comer nada?- pregunto Lavander.

- No, creo que se me ha quitado el hambre.

Salió del comedor como un rayo.

Todos la miraban con caras de sorpresa, ¿Cómo era que la prefecta de

Gryffindor daba estos espectáculos a la hora de comer?

***

La vio salir del comedor, con su paso firme y decidido.

Se levanto de la mesa con la determinación de ir tras ella. La cara de

perro de Weasley le fulmino al pasar por delante suya. Vio que

murmuraba algo.

Pero no le importo.

Salió al vestíbulo, escruto la oscuridad, una figura que caminaba

despacio entre las tinieblas, tomo el pasillo de la diestra y corrió

tras ella.

Se puso a su lado.

La miro, ella sin duda sabia que estaba allí, pero ni siquiera doblego

su vista, seguía mirando hacia el frente.

Seria aventurarse mucho hablarla mientras se sumergía en su mar

particular de dudas.

Tal vez, podría naufragar su barco y podría derrumbarse.

Nunca, ella era una Gryffindor, así que se atrevió a hablarla.

- ¿Qué es lo que ha ocurrido ahí dentro?-pregunto.

- ¿Por qué me sigues?-pregunto ella.

- Porque quiero una repuesta, necesito saber que es lo que pasa.

Necesito saber por que aceptaste mi invitación, necesito saber lo que

sientes por Potter y lo que sientes por Weasley...y...

- ¿Lo que siento por ti?-interrumpió.

- Eso- dijo bajando la mirada, caminaban sin rumbo, andar por andar

y hablar por hablar.

- Ni yo lo se, porque a veces te odio y me siento bien conmigo misma,

y a veces siento que entre nosotros hay algo especial, y entonces me

enfado conmigo misma.

- ¿Y la fiesta?-pregunto temerario, en el fondo sabia la respuesta.

- Acepte porque Ron estaba delante, últimamente el y yo nos hemos

peleado, y discutimos a menudo y... Harry... Harry ha sufrido un

trastorno y ha perdido una parte de su memoria. Y yo soy una de esas

cosas, ahora su mente es como un puzzle al que le faltan piezas.

- ¿Quieres decir que no recuerda nada acerca de ti?- pregunto asustado,

el había sido el causante de aquello.

- Exactamente. Yo era su novia ¿Y que soy ahora? nada , ni siquiera

recordaba mi nombre.

- Es cruel... grotesco...

- Es macabro-añadió.

- Después de decirme lo que me has dicho no hace falta que vengas a

la fiesta si no quieres...

- Quiero ir, de veras- le miro a los ojos.

El chico sintió como si un ángel le acariciara, pues la mirada de

aquella chica era sensación mas intensa que había experimentado nunca.

No podía dejar de mirarla, era mágica, maravillosa... era única.

Las manos le temblaron un poco, si hubiera querido decir algo en aquel

momento no habría podido, pues una extraña fuerza le ataba la garganta.

De todas formas no pudo encontrar las palabras, como la niebla mas

espesa un solo pensamiento se había extendido en su cabeza y no le

dejaba pensar.

Debía besarla.

Saco fuerzas de su interior para logra mover su brazo, la abrazo por

la cadera y dio un paso al frente.

Ahora pensaba cono mas claridad. Acaricio su mejilla con ternura, su

piel era tersa y suave, era cálida. Se acerco mas a ella y sus labios

se rozaron con indescriptible timidez. Como si fueran dos desconocidos.

Ella le abrazo por la cintura y en la oscuridad del pasillo iluminado

tan solo por algunas velas se besaron.

Un beso empañado por la ternura y el cariño, tan solo una boca en la

otra.

Dos labios que se juntaron apenas unos segundos, dos lenguas que

buscaron conocerse.

Una breve caria que produjo un escalofrió en el cuello de Draco a

pesar de que los labios de Hermione eran de ardiente pasión y estaban

tan calientes como las brasas.

- No te separes de mi- rogó en un susurro, mas ni él mismo se

entendía ¿por qué había dicho eso?

- No puedo seguir con esto- dejo de abrazarle y retrocedió unos

pasos rompiendo el contacto entre ellos.

- Por favor... espera, yo no se que...

- Yo tampoco se porque te he seguido la corriente- interrumpió-

He de irme. Hasta mañana, te veré en la sala de trofeos.

- Adiós Hermione Granger.

- Adiós Draco Malfoy.

Mas hermosa que nunca se perdió como en un sueño, en lo oscuro de la

noche la figura de la muchacha se desvaneció como el humo, dejando

tras de si solo su recuerdo. Solo el calor de los labios de Draco le

demostraron que el beso había sido real.

Con la piel todavía de gallina, incapaz de mover ni un músculo,

incapaz de cerrar los ojos por si acaso se le olvidaba su ultima

visión de ella.

Un laberinto que se entrecruzaba mas y mas cada vez, atrapado en su

interior se encontraba su corazón... esperando encontrarla salida a

la vuelta de cada esquina, incansable, impasible, imbatible,

inexpugnable.

Pero al mismo tiempo tan frágil como el cristal, que puede quebrarse

con el mas ligero golpe del destino. Si ella le rechazaba no le cabía

duda de que se romperia. Y los cachos serian tan pequeños que su

precomposición seria imposible.

¿Acaso merecía el vivir con un corazón eternamente roto?

Quizás.



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