CAPITULO 22: OTRO INTENTO.
Tras el sonoro golpe de la puerta vino el silencio, miro el hueco
vacío donde ella había estado sentada... era como si todavía estuviera
allí, estaba pero sin estar.
Un pedazo de su corazón se había desprendido de su pecho, el dolor
había sido mas hondo y mas fuerte que cualquiera que hubiera sentido
antes y ahora agonizaba en el silencio de su soledad, soledad, eso
era lo que le esperaba a partir de ahora... un camino de desierto
interminable, de caminos sombríos, de tinieblas, sin ella todo seria
diferente.
Pero no, no iba a sucumbir a la tentación... no se rendiría tan
fácilmente, había sido débil una sola vez en todo este tiempo, y
aun así y sin saber lo que la charla le deparaba había mandado a
Pansy que se marchara... sin duda eso no podía definirse nada mas
que con una palabra: amor...
Lo que sentía cuando la veía, cuando pensaba en ella, cuando la
tocaba, cuando la besaba, simplemente cuando la tenia cerca... lo
único que sentía era una sensación mágica, abrumadora, incomoda,
fantástica, maravillosa, envidiable, pletorita, sentía amor... sabia
que este corría por sus venas a velocidades vertiginosas
emponzoñándola de pasión de delirio de ganas de seguir con vida solo
para verla una vez mas.
Y ahora todo eso se rompía, como el que con una piedra rompe un
cristal, frágil, débil, inconsistente, endeble, enclenque, delicado,
un cristal que era como su corazón...
Había sido un necio al creer de verdad que esa chica, podía llegar
a quererle a él, un hombre sin destino... sin vida... sin sentimientos...
Recordó que una vez ella le dijo con la misma voz del demonio:
" Tu mismo sabes que a ti nadie podrá amarte nunca. Porque eres como
un témpano de hielo, como un pedazo de acero, como la fría roca...
tu no tienes corazón... por eso nadie podrá darte el suyo"
Y ahora estas palabras le dolieron todavía mas, había probado el
dulce sabor de aquella chica, había descubierto que si podía darle
su cariño, pero ahora que su voluntad había sido cumplida, ahora que
casi la había conseguido, se daba cuenta de la verdad que
entrelazaban estas palabras... él había cambiado, pero ella no, y no
se puede jugar a amar si dos personas no ponen de su parte.
Así que al fin y al cabo eso era todo, puro egoísmo, de nuevo volvió
a sentirse como un tonto, acababa de darse cuenta de que ella había
jugado con él... nunca le había querido lo mas mínimo, solo había
sido su segundo plato... el que la había ayudado a soportar que su
novio (independientemente de que hubiera sido su culpa) la hubiera
olvidado por completo... y ahora que se recuperaba quería volver con
él, con Potter, seguramente fuera eso, y lo que él se había tomado
en serio ella solo lo había visto como una distracción.
Por primera vez en su vida sentía como si le hubieran arrancado las
entrañas y luego las hubieran tirado a la basura... "lo creas o no
Draco te lo mereces" se dijo "esta es tu recompensa por haber sido
tan hipócrita todo este tiempo, ohh perdona he dicho recompensa
quería decir ¡castigo!"
Y ahora experimentaba el dolor de su castigo y el peso de la verdad
calló sobre el... su padre estaba en Azkaban, su madre debía valerse
ahora por si misma en un mundo que estaba lleno de rencores contra
los de su familia, nadie que conocía le apreciaba en realidad, no
tenia un solo amigo y la chica a la que amaba le acababa de clavar
un puñal en el pecho que le había destrozado toda ilusión.
Su vida era un completo caos... ¿qué se suponía que tenia que hacer
ahora? Porque lo que tenia mas claro que nada era que en la partida
de su vida era su turno de mover ficha.
Algo se le ocurriría, de momento lo que necesitaba era comer algo y
pensárselo.
Porque... después de todo como su padre solía decir: todo tiene
solución en esta vida hijo mío, todo salvo la muerte...
***
Se dirigía hacia la sala común, sabía que sus dos amigos Harry y Ron
estarían allí iba dispuesta a pedirles perdón...
Apresuró aun más el paso y a los pocos minutos se planto frente al
cuadro de la dama gorda y mascullo con nerviosismo la contraseña:
- Ignavia hábeas evavat
La dama del vestido rosa sonrió y le cedió el paso. Hermione atravesó
la entrada y hallo a sus amigos en un rincón de la sala jugando al
ajedrez mágico. Se fue para ellos casi sin pensárselo y se sentó a
su lado .
Ron se quedó un poco sorprendido. Perno hizo nada mas que mover su
reina hasta la casilla 5D y comerle a Harry el alfil.
- Hola, chicos... - dijo a media voz- ¿cómo te va Harry?
- Me va bien... he recordado muchas cosas, a veces me viene momentos
de mi vida y Ron se emociona cuando se los describo tal y como
pasaron... solo los días previos a mi "accidente" están borrosos.
- Valla, me alegro, no sabes cuanto- dijo con la mas amplia
sonrisa- Ron... vengo a pedirte perdón, por todo lo que te he dicho,
sabes que no es verdad.
- No esperaba que tu... con lo testaruda y lo orgullosa que eres
vinieras a pedirme perdón, pero Hermione, eres mi mejor amiga, debo
perdonarte... todo ha sido un error yo tampoco lo decía en serio.
- Perfecto, entonces... ¿todo vuelve a ser como antes?- pregunto
esta con algo de incredulidad.
- Claro... siempre ha sido así y siempre lo será... nada podrá
arrancarnos nunca esta amistad que llevamos dentro.
- Nunca podré olvidaros, os quiero- dijo Hermione mientras las
lagrimas se le resbalaban por su cara... por un momento no supo si
eran por la alegría y emoción del momento o por haber tenido que
dejar a Draco.
- Volvemos a ser el trío fantástico de Hogwarts- dijo Harry jovialmente.
Sus dos compañeros le miraron y le sonrieron.
- ¿De donde has sacado eso?- pregunto Hermione con sorna.
- De Dean- contesto este con una sonrisa radiante y una carcajada.
Ahora todo volvía a ser como antes y no le había costado tanto
trabajo tragarse el orgullo y pedirle perdón a sus amigos por
creerse el centro del mundo.
Pero, se sentía mal, a pesar de todo, se sentía mal, por haber dejado
a aquel chico así... ¿se lo merecía realmente? Dijo que había
cambiado... pero ¿seria verdad?
"la gran verdad de este mundo es que nada cambia nunca... metetelo
en la cabeza, no tienes porque tener remordimiento de conciencia has
hecho lo correcto, lo mas adecuado para tu bienestar" se dijo...
" pero también hay que pensar en los demás de vez en cuando, no hay
que ser tan egoísta"se espetó.
¿cuál de sus dos partes tenia razón, su cerebro o su corazón? De
nuevo el dilema, las cruzadas, la guerra entre dos bandos que
deberían estar en el mismo lado... guerra civil entonces... mal asunto.
Quien no encuentra el equilibrio acaba cayendo, tarde o temprano.
- ¿Sabéis lo que acabo de decidir...?- dijo ella con una sonrisa.
- ¿Qué?- pregunto el moreno en un ataque de curiosidad.
- Que este año pasaré las navidades con vosotros, en el castillo,
escribiré a mis padres y les diré que este año prefiero estar con
mis amigos... porque, este año es especial- dijo con melancolía-
es el ultimo. Hay que disfrutarlo a tope.
- Valla, pero si tu nunca te has quedado en navidad...
- Ya lo se, pero quiero que este año estemos los tres juntos, ¿vale?
- Si. Suena genial...- dijo Harry.
- Voy a escribir la carta ahora mismo, os veo en la cena.
- Esta bien...- contesto Ron
Avanzo por el pasillo con lentitud, ahora que se alejaba de sus
amigos sentía su cuerpo aun mas lánguido, algo en su interior se
moría, algo que solo un filosofo podría describir, algo que solo
un poeta podría diagnosticar, algo que solo el que ama puede sentir...
Se paró frente a la puerta de madera y con pesadumbre saco la
llave de color oro que la profesora de encantamientos le había
entregado. La introdujo en la cerradura y abrió la puerta, traspaso
el umbral de esta y la cerró tras su paso, se acercó al escritorio y
tomo pluma y pergamino.
Queridos mama y papa:
He pensado mucho vuestra oferta de quedarme aquí en el colegio
durante la navidad y al final he decidido aceptarla, las cosas
no van muy bien con los muchachos y he pensado que esta podría
ser una buena oportunidad para restituir nuestra antigua amistad.
Las clases me van muy bien, estoy sacando muy buenas notas, a
pesar de que ahora sea la prefecta y tenga mas obligaciones, paso
casi todo el di encerrada en mi habitación individual haciendo
trabajos y leyendo complicados libros de hechizos, encantamientos,
pociones, historia etc... por eso apenas he tenido tiempo de parar
por la sala común y por eso he compartido muy poco tiempo con mis
amigos.
Mi salud va muy bien, a pesar del frió intenso que cada día
castiga mas esta zona yo sigo sin enfermarme, así que no tienes
porque preocuparte mama.
Bueno, me despido deseándoos la mas feliz de las navidades, que
el año que viene sea mejor o igual que este y esperando que
vosotros dos os encontréis tan bien como yo.
Besos y abrazos de vuestra hija: Hermione.
Puso la pluma sobre el tintero y enrollo la nota, llamo a su
lechuza que estaba dentro de la jaula a pesar de que la puerta de
esta estuviera abierta, la acaricio un par de veces hasta que el
animal extendió la pata, entonces le ató la pequeña nota y abriéndole
la ventana le susurro con voz clara "a casa"
El animal se perdió en la oscuridad del cielo, se detuvo a mirarlo
un momento, cuajado de estrellas, como diminutas velitas colgadas
en un techo demasiado grande como para iluminarlo. Una ráfaga de
aire frió le helo la piel, y de paso la devolvió a la realidad,
había quedado con sus amigos en el Gran Comedor para cenar, sería
mejor que bajara, se le estaba haciendo tarde.
Tras el sonoro golpe de la puerta vino el silencio, miro el hueco
vacío donde ella había estado sentada... era como si todavía estuviera
allí, estaba pero sin estar.
Un pedazo de su corazón se había desprendido de su pecho, el dolor
había sido mas hondo y mas fuerte que cualquiera que hubiera sentido
antes y ahora agonizaba en el silencio de su soledad, soledad, eso
era lo que le esperaba a partir de ahora... un camino de desierto
interminable, de caminos sombríos, de tinieblas, sin ella todo seria
diferente.
Pero no, no iba a sucumbir a la tentación... no se rendiría tan
fácilmente, había sido débil una sola vez en todo este tiempo, y
aun así y sin saber lo que la charla le deparaba había mandado a
Pansy que se marchara... sin duda eso no podía definirse nada mas
que con una palabra: amor...
Lo que sentía cuando la veía, cuando pensaba en ella, cuando la
tocaba, cuando la besaba, simplemente cuando la tenia cerca... lo
único que sentía era una sensación mágica, abrumadora, incomoda,
fantástica, maravillosa, envidiable, pletorita, sentía amor... sabia
que este corría por sus venas a velocidades vertiginosas
emponzoñándola de pasión de delirio de ganas de seguir con vida solo
para verla una vez mas.
Y ahora todo eso se rompía, como el que con una piedra rompe un
cristal, frágil, débil, inconsistente, endeble, enclenque, delicado,
un cristal que era como su corazón...
Había sido un necio al creer de verdad que esa chica, podía llegar
a quererle a él, un hombre sin destino... sin vida... sin sentimientos...
Recordó que una vez ella le dijo con la misma voz del demonio:
" Tu mismo sabes que a ti nadie podrá amarte nunca. Porque eres como
un témpano de hielo, como un pedazo de acero, como la fría roca...
tu no tienes corazón... por eso nadie podrá darte el suyo"
Y ahora estas palabras le dolieron todavía mas, había probado el
dulce sabor de aquella chica, había descubierto que si podía darle
su cariño, pero ahora que su voluntad había sido cumplida, ahora que
casi la había conseguido, se daba cuenta de la verdad que
entrelazaban estas palabras... él había cambiado, pero ella no, y no
se puede jugar a amar si dos personas no ponen de su parte.
Así que al fin y al cabo eso era todo, puro egoísmo, de nuevo volvió
a sentirse como un tonto, acababa de darse cuenta de que ella había
jugado con él... nunca le había querido lo mas mínimo, solo había
sido su segundo plato... el que la había ayudado a soportar que su
novio (independientemente de que hubiera sido su culpa) la hubiera
olvidado por completo... y ahora que se recuperaba quería volver con
él, con Potter, seguramente fuera eso, y lo que él se había tomado
en serio ella solo lo había visto como una distracción.
Por primera vez en su vida sentía como si le hubieran arrancado las
entrañas y luego las hubieran tirado a la basura... "lo creas o no
Draco te lo mereces" se dijo "esta es tu recompensa por haber sido
tan hipócrita todo este tiempo, ohh perdona he dicho recompensa
quería decir ¡castigo!"
Y ahora experimentaba el dolor de su castigo y el peso de la verdad
calló sobre el... su padre estaba en Azkaban, su madre debía valerse
ahora por si misma en un mundo que estaba lleno de rencores contra
los de su familia, nadie que conocía le apreciaba en realidad, no
tenia un solo amigo y la chica a la que amaba le acababa de clavar
un puñal en el pecho que le había destrozado toda ilusión.
Su vida era un completo caos... ¿qué se suponía que tenia que hacer
ahora? Porque lo que tenia mas claro que nada era que en la partida
de su vida era su turno de mover ficha.
Algo se le ocurriría, de momento lo que necesitaba era comer algo y
pensárselo.
Porque... después de todo como su padre solía decir: todo tiene
solución en esta vida hijo mío, todo salvo la muerte...
***
Se dirigía hacia la sala común, sabía que sus dos amigos Harry y Ron
estarían allí iba dispuesta a pedirles perdón...
Apresuró aun más el paso y a los pocos minutos se planto frente al
cuadro de la dama gorda y mascullo con nerviosismo la contraseña:
- Ignavia hábeas evavat
La dama del vestido rosa sonrió y le cedió el paso. Hermione atravesó
la entrada y hallo a sus amigos en un rincón de la sala jugando al
ajedrez mágico. Se fue para ellos casi sin pensárselo y se sentó a
su lado .
Ron se quedó un poco sorprendido. Perno hizo nada mas que mover su
reina hasta la casilla 5D y comerle a Harry el alfil.
- Hola, chicos... - dijo a media voz- ¿cómo te va Harry?
- Me va bien... he recordado muchas cosas, a veces me viene momentos
de mi vida y Ron se emociona cuando se los describo tal y como
pasaron... solo los días previos a mi "accidente" están borrosos.
- Valla, me alegro, no sabes cuanto- dijo con la mas amplia
sonrisa- Ron... vengo a pedirte perdón, por todo lo que te he dicho,
sabes que no es verdad.
- No esperaba que tu... con lo testaruda y lo orgullosa que eres
vinieras a pedirme perdón, pero Hermione, eres mi mejor amiga, debo
perdonarte... todo ha sido un error yo tampoco lo decía en serio.
- Perfecto, entonces... ¿todo vuelve a ser como antes?- pregunto
esta con algo de incredulidad.
- Claro... siempre ha sido así y siempre lo será... nada podrá
arrancarnos nunca esta amistad que llevamos dentro.
- Nunca podré olvidaros, os quiero- dijo Hermione mientras las
lagrimas se le resbalaban por su cara... por un momento no supo si
eran por la alegría y emoción del momento o por haber tenido que
dejar a Draco.
- Volvemos a ser el trío fantástico de Hogwarts- dijo Harry jovialmente.
Sus dos compañeros le miraron y le sonrieron.
- ¿De donde has sacado eso?- pregunto Hermione con sorna.
- De Dean- contesto este con una sonrisa radiante y una carcajada.
Ahora todo volvía a ser como antes y no le había costado tanto
trabajo tragarse el orgullo y pedirle perdón a sus amigos por
creerse el centro del mundo.
Pero, se sentía mal, a pesar de todo, se sentía mal, por haber dejado
a aquel chico así... ¿se lo merecía realmente? Dijo que había
cambiado... pero ¿seria verdad?
"la gran verdad de este mundo es que nada cambia nunca... metetelo
en la cabeza, no tienes porque tener remordimiento de conciencia has
hecho lo correcto, lo mas adecuado para tu bienestar" se dijo...
" pero también hay que pensar en los demás de vez en cuando, no hay
que ser tan egoísta"se espetó.
¿cuál de sus dos partes tenia razón, su cerebro o su corazón? De
nuevo el dilema, las cruzadas, la guerra entre dos bandos que
deberían estar en el mismo lado... guerra civil entonces... mal asunto.
Quien no encuentra el equilibrio acaba cayendo, tarde o temprano.
- ¿Sabéis lo que acabo de decidir...?- dijo ella con una sonrisa.
- ¿Qué?- pregunto el moreno en un ataque de curiosidad.
- Que este año pasaré las navidades con vosotros, en el castillo,
escribiré a mis padres y les diré que este año prefiero estar con
mis amigos... porque, este año es especial- dijo con melancolía-
es el ultimo. Hay que disfrutarlo a tope.
- Valla, pero si tu nunca te has quedado en navidad...
- Ya lo se, pero quiero que este año estemos los tres juntos, ¿vale?
- Si. Suena genial...- dijo Harry.
- Voy a escribir la carta ahora mismo, os veo en la cena.
- Esta bien...- contesto Ron
Avanzo por el pasillo con lentitud, ahora que se alejaba de sus
amigos sentía su cuerpo aun mas lánguido, algo en su interior se
moría, algo que solo un filosofo podría describir, algo que solo
un poeta podría diagnosticar, algo que solo el que ama puede sentir...
Se paró frente a la puerta de madera y con pesadumbre saco la
llave de color oro que la profesora de encantamientos le había
entregado. La introdujo en la cerradura y abrió la puerta, traspaso
el umbral de esta y la cerró tras su paso, se acercó al escritorio y
tomo pluma y pergamino.
Queridos mama y papa:
He pensado mucho vuestra oferta de quedarme aquí en el colegio
durante la navidad y al final he decidido aceptarla, las cosas
no van muy bien con los muchachos y he pensado que esta podría
ser una buena oportunidad para restituir nuestra antigua amistad.
Las clases me van muy bien, estoy sacando muy buenas notas, a
pesar de que ahora sea la prefecta y tenga mas obligaciones, paso
casi todo el di encerrada en mi habitación individual haciendo
trabajos y leyendo complicados libros de hechizos, encantamientos,
pociones, historia etc... por eso apenas he tenido tiempo de parar
por la sala común y por eso he compartido muy poco tiempo con mis
amigos.
Mi salud va muy bien, a pesar del frió intenso que cada día
castiga mas esta zona yo sigo sin enfermarme, así que no tienes
porque preocuparte mama.
Bueno, me despido deseándoos la mas feliz de las navidades, que
el año que viene sea mejor o igual que este y esperando que
vosotros dos os encontréis tan bien como yo.
Besos y abrazos de vuestra hija: Hermione.
Puso la pluma sobre el tintero y enrollo la nota, llamo a su
lechuza que estaba dentro de la jaula a pesar de que la puerta de
esta estuviera abierta, la acaricio un par de veces hasta que el
animal extendió la pata, entonces le ató la pequeña nota y abriéndole
la ventana le susurro con voz clara "a casa"
El animal se perdió en la oscuridad del cielo, se detuvo a mirarlo
un momento, cuajado de estrellas, como diminutas velitas colgadas
en un techo demasiado grande como para iluminarlo. Una ráfaga de
aire frió le helo la piel, y de paso la devolvió a la realidad,
había quedado con sus amigos en el Gran Comedor para cenar, sería
mejor que bajara, se le estaba haciendo tarde.
