Alien
Quedo tendido en suelo y veo como V, u y w salen volando, seguramente conseguirán a un nuevo miembro de la hermandad, cuando llegue le van a explicar todo, nos retiraremos cada quien a lo sus asuntos...
BHo vuelve a aparecer, le pido que por favor me teletransporte a donde me había encontrado antes, no necesitaba ver al nuevo miembro ni nada de lo que siempre hacen.
Volví a aparecer en las ruinas Alph momentos después.
Me sentía terrible, me senté sobre una de las rocas. Hoy mi novia me había abandonado, hoy había asesinado a una persona, a uno de mis compañeros. Pareciera como si la suerte no me favoreciera. Pero... al menos uno de mis unnow 'evolucionó' pasó de ser w, a ser W, entonces ya tengo... Suerte, Furia y Fuerza. Vaya combinación. ¿Por qué? ¿Qué fue lo que causó que mi unnown evolucionara? En esos momentos no podía pensar claro... estaba enojado... estaba furioso... Ahora que lo recuerdo, el unnown supremo § era locura, pero VuW no estaba loco, de hecho actuaba con la furia. Era como si la locura hubiera sido cegada por la furia, la misma furia que me encendió a mi... pero es muy simple, debe de haber pasado algo más.
Ow, no puedo pensar en eso... Estela... ¿Por qué me abandonó? Esto es ridículo, sus razones no me convencieron... ¿Quería estar sola? No, no era eso, creo que la maldita se enamoró de Pedro, maldición, lo sabía, sabía que estaba haciendo algo mal, nunca debí dejar que se fueran solos. Maldita sea, maldito Pedro y maldita Estela. Tomé una de las pokébolas de los unnown y la arrojé con furia, la pokébola chocó contra un muro de las ruinas Alph, vi como rodaba por el pasto y finalmente se detenía. Fui por ella y la guardé, no tengo ganas de caminar el día de hoy, así que acamparé aquí mismo de nuevo.
Me siento cansado y solo, algunas veces lloraba en las noches y cuando la recordaba, me gustaba pensar en esos momentos alegres que pasamos, siempre pensaba en ella, todo en mi vida era acerca de ella. Mi vida era ella. Mi vida no tiene sentido sin ella.
Pero no podía hacer alguna locura, simplemente y aunque lo pensara, no tenía el valor ni las ganas de hacerlo.
Como me gustaban sus ojos, era lo más hermoso de ella, su profundidad y su toque, su belleza casi celestial, cuando hablábamos me quedaba viendo fijamente en sus ojos y me perdía, me dejaba llevar por ellos, me hundía en su profundidad, era como ver lo más bello del alma de alguien, después ella me daba un golpecito en la cabeza y me preguntaba si le estaba poniendo atención a lo que me decía y yo le decía que estaba de acuerdo en que se pintara el cabello, ella me daba un golpe y me decía que no estaba hablando de eso, que estaba hablando en usar pupilentes de colores, luego nos poníamos a reír juntos.
Me dolía el corazón, no podía levantarme, no pude levantarme en muchos días, me quedé en mi campamento en las ruinas Alph, no salía a ningún lado, sólo comía de las provisiones que había comprado para todo el mes y seguía pensando en lo que me había dicho Estela... si tal vez hubiera hecho otra cosa, si hubiera actuado diferente... Maldita sea. Al menos hoy abandonaré mi campamento, ya han pasado varios días, y ya me he terminado la comida. No, no saldré, no hay nada en el mundo allá afuera para mí. Me quedaré aquí, no importa si muero de hambre, ya no importa nada.
Hoy si será el día en que salga de aquí, ya no aguanto más, no he comido en tres días, ni me he bañado en más de tres semanas, la casa de campaña comienza a oler muy feo y ya no aguanto el olor.
Finalmente salgo al mundo exterior, estoy hecho un asco, mi cabello está enorme y todo revuelto. Lentamente llegó a uno de los árboles de frutas, esto es lo que comen los pokémon, si ellos los comen no veo el porque yo no puedo comer algo.
Dejo el arbusto prácticamente sin ninguna fruta, ahora es tiempo de ir a aquel lago que había visto antes, no me caerá nada mal un baño fresco, hasta incluso podré lavar mi ropa. Hago las cosas sin ganas, me cuesta mucho trabajo hacer las cosas más simples.
Después de hacer todas mis tareas decidí moverme de ese lugar e ir tal vez a otra ciudad. ¿a cuál? A cualquiera, en realidad no hay diferencia. Comencé a quitar la casa de campaña, pensaba en que necesitaría más dinero para el viaje, en un centro pokémon podría llamar a mis padres y pedirles que me depositaran algo de dinero. Luego iría a un mercado y...
- ¿Cómo te llamas? – me pregunta una voz infantil a mis espaldas.
Yo no respondo, simplemente sigo doblando la casa de campaña.
- ¿No sabes hablar? – continuó hablando la pequeña voz. – Yo sí, mi nombre es Paco. Te voy a dar un regalo.
- Hablas mucho – le dije.
- No importa, si lo quieres solo tienes que mostrarme a uno de tus pokémon. – dijo Paco con algo de entusiasmo.
- ¿Y para qué? – Le pregunté con indiferencia.
- Mmmhh... pues sólo quiero ver que tipo de pokémon es el que usa un entrenador experimentado, así yo podré entrenar uno igual. Además no se qué hacer con este objeto que me encontré, no tiene circuitos ni nada por el estilo, es un juego estúpido.
Giré mi cabeza y vi al pequeño niño, tenía una cabeza algo grande y un cuerpo pequeño, y unos ojos con un iris demasiado grande. En sus manos tenía lo que parecía ser una caja con... ¡Símbolos de unnown!
- ¿Y dices que me darás eso si te muestro a uno de mis pokémon?
- Sip – me respondió.
- Muy bien, prepárate.
- ¡Yay! – gritó el niño - ¡Qué emoción!
Giré mi cachucha como solía hacerlo antes, usé una de mis poses de entrenador que usaba al principio, saqué la primera pokébola y la lanzé al aire, Paco la miraba con gran emoción y con la boca abierta.
- ¡Sal Kadhoe! – grité con todas mis fuerzas. Al momento que el unnown K aparecía.
- ¡Ohhhh! – dijo Paco. – Es sorprendente, esto es muy divertido. Toma, te las has ganado por entretenerme.
Paco me entregó la extraña caja, rápidamente la guardé en la mochila, en eso, una señora gorda sale de entre una de las cuevas de las ruinas alph, parecía ser una científica o algo así.
- ¡Ven acá Paco! – gritó la señora.
- ¡Allá voy mamá! – dijo Paco algo asustado.
- Maldito mocoso, te dije que nada de pokémon hasta que cumplieras los 12 años. – decía la señora reprendiendo al pequeño niño.
Terminé de empacar y salí corriendo de ahí en dirección al norte, en una zona boscosa saqué la caja, tal vez el niño se la había robado a su madre, bueno, eso es lo de menos, lo que importa es que ahora es mío.
Abro la caja y de su interior sale lo que parece ser un extraño tablero de juegos antiguos, y cientos de fichas, cada una de ellas con un unnown representado como una imagen. Me fijé en el título del "juego", decía: .
- ¿Puzzle? – me pregunté a mí mismo – Eso es algo así como rompecabezas.
El tablero estaba lleno de cuadros, en los cuadros encajaba cada letra unnown perfectamente. Entonces debería ser como uno de esos juegos en los que tienes que formar frases y palabras. Sin pensar tomé un puño de letras unnown y las arrojé en el tablero, las letras eran E, E, L, T, A, S. Tragué saliva y una gota de sudor salió de mi frente mientras acomodaba esas letras para darles un orden lógico, las acomodé sin siquiera pensarlo mucho, la palabra que formé era ESTELA.
- ¿Qué haces aquí? – me preguntó una voz.
Giré mi vista hacia arriba con emoción al oír esas palabras.
- ¿Eres tú, Estela?
Quedo tendido en suelo y veo como V, u y w salen volando, seguramente conseguirán a un nuevo miembro de la hermandad, cuando llegue le van a explicar todo, nos retiraremos cada quien a lo sus asuntos...
BHo vuelve a aparecer, le pido que por favor me teletransporte a donde me había encontrado antes, no necesitaba ver al nuevo miembro ni nada de lo que siempre hacen.
Volví a aparecer en las ruinas Alph momentos después.
Me sentía terrible, me senté sobre una de las rocas. Hoy mi novia me había abandonado, hoy había asesinado a una persona, a uno de mis compañeros. Pareciera como si la suerte no me favoreciera. Pero... al menos uno de mis unnow 'evolucionó' pasó de ser w, a ser W, entonces ya tengo... Suerte, Furia y Fuerza. Vaya combinación. ¿Por qué? ¿Qué fue lo que causó que mi unnown evolucionara? En esos momentos no podía pensar claro... estaba enojado... estaba furioso... Ahora que lo recuerdo, el unnown supremo § era locura, pero VuW no estaba loco, de hecho actuaba con la furia. Era como si la locura hubiera sido cegada por la furia, la misma furia que me encendió a mi... pero es muy simple, debe de haber pasado algo más.
Ow, no puedo pensar en eso... Estela... ¿Por qué me abandonó? Esto es ridículo, sus razones no me convencieron... ¿Quería estar sola? No, no era eso, creo que la maldita se enamoró de Pedro, maldición, lo sabía, sabía que estaba haciendo algo mal, nunca debí dejar que se fueran solos. Maldita sea, maldito Pedro y maldita Estela. Tomé una de las pokébolas de los unnown y la arrojé con furia, la pokébola chocó contra un muro de las ruinas Alph, vi como rodaba por el pasto y finalmente se detenía. Fui por ella y la guardé, no tengo ganas de caminar el día de hoy, así que acamparé aquí mismo de nuevo.
Me siento cansado y solo, algunas veces lloraba en las noches y cuando la recordaba, me gustaba pensar en esos momentos alegres que pasamos, siempre pensaba en ella, todo en mi vida era acerca de ella. Mi vida era ella. Mi vida no tiene sentido sin ella.
Pero no podía hacer alguna locura, simplemente y aunque lo pensara, no tenía el valor ni las ganas de hacerlo.
Como me gustaban sus ojos, era lo más hermoso de ella, su profundidad y su toque, su belleza casi celestial, cuando hablábamos me quedaba viendo fijamente en sus ojos y me perdía, me dejaba llevar por ellos, me hundía en su profundidad, era como ver lo más bello del alma de alguien, después ella me daba un golpecito en la cabeza y me preguntaba si le estaba poniendo atención a lo que me decía y yo le decía que estaba de acuerdo en que se pintara el cabello, ella me daba un golpe y me decía que no estaba hablando de eso, que estaba hablando en usar pupilentes de colores, luego nos poníamos a reír juntos.
Me dolía el corazón, no podía levantarme, no pude levantarme en muchos días, me quedé en mi campamento en las ruinas Alph, no salía a ningún lado, sólo comía de las provisiones que había comprado para todo el mes y seguía pensando en lo que me había dicho Estela... si tal vez hubiera hecho otra cosa, si hubiera actuado diferente... Maldita sea. Al menos hoy abandonaré mi campamento, ya han pasado varios días, y ya me he terminado la comida. No, no saldré, no hay nada en el mundo allá afuera para mí. Me quedaré aquí, no importa si muero de hambre, ya no importa nada.
Hoy si será el día en que salga de aquí, ya no aguanto más, no he comido en tres días, ni me he bañado en más de tres semanas, la casa de campaña comienza a oler muy feo y ya no aguanto el olor.
Finalmente salgo al mundo exterior, estoy hecho un asco, mi cabello está enorme y todo revuelto. Lentamente llegó a uno de los árboles de frutas, esto es lo que comen los pokémon, si ellos los comen no veo el porque yo no puedo comer algo.
Dejo el arbusto prácticamente sin ninguna fruta, ahora es tiempo de ir a aquel lago que había visto antes, no me caerá nada mal un baño fresco, hasta incluso podré lavar mi ropa. Hago las cosas sin ganas, me cuesta mucho trabajo hacer las cosas más simples.
Después de hacer todas mis tareas decidí moverme de ese lugar e ir tal vez a otra ciudad. ¿a cuál? A cualquiera, en realidad no hay diferencia. Comencé a quitar la casa de campaña, pensaba en que necesitaría más dinero para el viaje, en un centro pokémon podría llamar a mis padres y pedirles que me depositaran algo de dinero. Luego iría a un mercado y...
- ¿Cómo te llamas? – me pregunta una voz infantil a mis espaldas.
Yo no respondo, simplemente sigo doblando la casa de campaña.
- ¿No sabes hablar? – continuó hablando la pequeña voz. – Yo sí, mi nombre es Paco. Te voy a dar un regalo.
- Hablas mucho – le dije.
- No importa, si lo quieres solo tienes que mostrarme a uno de tus pokémon. – dijo Paco con algo de entusiasmo.
- ¿Y para qué? – Le pregunté con indiferencia.
- Mmmhh... pues sólo quiero ver que tipo de pokémon es el que usa un entrenador experimentado, así yo podré entrenar uno igual. Además no se qué hacer con este objeto que me encontré, no tiene circuitos ni nada por el estilo, es un juego estúpido.
Giré mi cabeza y vi al pequeño niño, tenía una cabeza algo grande y un cuerpo pequeño, y unos ojos con un iris demasiado grande. En sus manos tenía lo que parecía ser una caja con... ¡Símbolos de unnown!
- ¿Y dices que me darás eso si te muestro a uno de mis pokémon?
- Sip – me respondió.
- Muy bien, prepárate.
- ¡Yay! – gritó el niño - ¡Qué emoción!
Giré mi cachucha como solía hacerlo antes, usé una de mis poses de entrenador que usaba al principio, saqué la primera pokébola y la lanzé al aire, Paco la miraba con gran emoción y con la boca abierta.
- ¡Sal Kadhoe! – grité con todas mis fuerzas. Al momento que el unnown K aparecía.
- ¡Ohhhh! – dijo Paco. – Es sorprendente, esto es muy divertido. Toma, te las has ganado por entretenerme.
Paco me entregó la extraña caja, rápidamente la guardé en la mochila, en eso, una señora gorda sale de entre una de las cuevas de las ruinas alph, parecía ser una científica o algo así.
- ¡Ven acá Paco! – gritó la señora.
- ¡Allá voy mamá! – dijo Paco algo asustado.
- Maldito mocoso, te dije que nada de pokémon hasta que cumplieras los 12 años. – decía la señora reprendiendo al pequeño niño.
Terminé de empacar y salí corriendo de ahí en dirección al norte, en una zona boscosa saqué la caja, tal vez el niño se la había robado a su madre, bueno, eso es lo de menos, lo que importa es que ahora es mío.
Abro la caja y de su interior sale lo que parece ser un extraño tablero de juegos antiguos, y cientos de fichas, cada una de ellas con un unnown representado como una imagen. Me fijé en el título del "juego", decía: .
- ¿Puzzle? – me pregunté a mí mismo – Eso es algo así como rompecabezas.
El tablero estaba lleno de cuadros, en los cuadros encajaba cada letra unnown perfectamente. Entonces debería ser como uno de esos juegos en los que tienes que formar frases y palabras. Sin pensar tomé un puño de letras unnown y las arrojé en el tablero, las letras eran E, E, L, T, A, S. Tragué saliva y una gota de sudor salió de mi frente mientras acomodaba esas letras para darles un orden lógico, las acomodé sin siquiera pensarlo mucho, la palabra que formé era ESTELA.
- ¿Qué haces aquí? – me preguntó una voz.
Giré mi vista hacia arriba con emoción al oír esas palabras.
- ¿Eres tú, Estela?
