El Aro

Me encontraba ya en la larga linea para entrar al torneo, los pokémon que crié desde que yo era un niño los guardé en mi PC hace mucho, tal vez ya se encariñaron con el profesor. Pero no importa, aun tengo mis unnown. Es increible que después de un año me encuentre haciendo esto, todo es lo mismo. Recuerdo que en una de estas filas me encontré a KwZ, Panchito Sobacos, lo llamé. Jamás supe su verdadero nombre, pero se ve que le fue muy bien en el torneo con los unnown... ...es extraño... ...no recuerdo nada de lo que pasó después...

Me doy golpes en la cabeza para recordar mientras avanzo en la linea, hasta que llego con una de las recepcionistas.

- ¿Su nombre? - me pregunta mecánicamente.

Me quedo mudo por unos instantes, ¿Usaré mi verdadero nombre? ¿Qué puedo decirle? Podría usar un seudónimo, o algo por el estilo... ¿Pero exactamente qué? ¡Oh rayos! ¡Me tardé demasiado en pensar! ¡La recepcionista ya volteó a verme!

- Se llama Paco Fumarolas - dijo una voz femenina por encima de mis hombros. - Le da mucha vergüenza decir su nombre, por eso se tardó mucho. - Muy bien - dijo la señorita anotando el nombre - tome un boleto y espere a que se publique el orden y lugar de su encuentro.

La misma chica que estaba tras de mí me empujó para ocupar mi lugar.

- ¿Su nombre? - Le pregunta la recepcionista. - Natalia Fernanda III DeMontague Brunet... - ¿Perdón? - preguntó la recepcionista acercándose más hacia ella. Natalia se fastidió por tener que repetirlo de nuevo y se acercó un poco más para que esta vez pudier oir bien. - ¡¡¡NATALIA FERNANDA III DEMONTAGUE BRUNEEEEEET!!! - dijo gritándole en el oido a la recepcionista que terminó con estrellas en los ojos. Después tomó un boleto y muy digna se fue de ese lugar. No pude evitar sonreir ante tal escena, la primera vez que sonreía en mucho tiempo.

Por una extraña razón no pude evitar el seguirla, me atraía de una manera inconsciente, la seguía sin siquiera pensarlo, estaba sola, al igual que yo... tal vez no tenía amigos... tal vez no tenía novio...

Así la seguí hasta fuera del estadio, donde la multitud se hacía más densa, se me hizo más difícil seguirla, por unos segundos la perdía de vista, hasta que finalmente no lo pude ver, la había perdido... pero dejó de importarme, tal vez nunca hubiéramos llegado a nada. Así que di media vuelta... pero ahí estaba ella, con esos extraños ojos enormes color violeta que me veían fijamente...

- ¿Así que me estabas siguiendo? - me preguntó. - Vamos... - le dije - esta es la salida que nos quedaba más cerca a ambos.

Ella definitivamente no se tragó mis mentiras, de una manera u otra se había dado cuenta de como trataba de buscarla entre la multitud.

- ¿Te gusto, verdad? - me dijo mirándome a los ojos con una sonrisa pícara. - ¿Qué? - le pregunté sin poder evitar ruborizarme - ¿De qué hablas? - Hablas muy trilladamente - me dijo - Como si tuvieras un gancho de ropa en tu camisa, ¿Sabes a lo que me refiero? - No tengo idea - le respondí. - Hablas así como... ¿Cómo te lo explicaré? - dijo mientras sacaba su chicle y lo enrollaba en una larga tira en un su dedo índice - Hablas así como muy lelo. - ¡Oh perdóname por no ser perfecto! - le dije mientras hacía una cara graciosa. - Tonto - me dijo y me enseñó la lengua. Le sonreí.

No es que yo hablara como un lelo ni que me comportara como un lelo... es solo que hace mucho que no hablaba con alguien. Y mucho menos con una chava tan bonita.

- Ven - me dijo mientras tomaba mi mano para guiarme - Quiero presentarte a alguien.

Seguramente una de sus amigas o su hermana... incluso su madre. Vaya, no puedo evitarlo. El simple hecho de pensar en eso hace que me ruborize. Fianalmente luego de dejar atrás a la multitud nos dirigimos a un centro pokémon, el cual también estaba lleno de personas. Odio las multitudes.

- Él es la persona quien te quería presentar - me dijo mientras me ponía frente a frente con un sujeto más alto que yo, con una ropa de diseñador ajustada al cuerpo, lentes de color rojo, y peinado al último grito de ciudad Caña Dorada. - Mira Railly, te presento a... ¿Cómo me habías dicho que te llamabas? Bueno, no importa. Railly, este chico está enamorado de mí de tan solo conocerme unos segundos, ¿No es eso increible? Y tú que decías que el amor a primera vista no existía.

"Increíble", me dije a mí mismo... esta chica solo me quería llevar con su novio para ganar una apuesta o algo así. Mi cara se pone completamente roja de la vergüenza y busco una manera de escapar de ese lugar. Por entre la gente. Por entre la multitud.

Regresé al hotel y caí sobre la cama boca abajo, giré la cabeza hacia la izquierda y vi el espejo. Entonces vi la verdad de frente, vi porque tal vez Alicia me abandonó y el porque no pude encontrar el valor de buscar otra novia. Dios, soy horrible, con razón ninguna chica me querría. Lloré sin siquiera saber porque, nunca me había visto a mí mismo como una persona fea. Nunca. Pero ahora es diferente, ahora que estoy solo mientras los demás están disfrutando la juventud. Solo me queda lamentarme por haber perdido un año de mi vida. Pero a partir de hoy... mi meta no será conseguir chicas ni novias ni nada por el estilo... mi meta será ser el mejor entrenador que haya existido sobre la faz de la Tierra. Seré el mejor, y los unnown me ayudarán a lograrlo. Pero hoy... necesito dormir... después de todo el torneo comienza mañana.

Finalmente comienza un nuevo día... el primer día del resto de mi vida. Ni siquiera tomé un baño, ya me desacostumbré al agua. Voy camino al centro pokémon para usar una de las PC's. Tengo pensado ir por unos viejos amigos que espero todavía se acuerden de mí. Ojalá que el profesor también me recuerde. Ha pasado tanto. Tantas personas en el centro pokémon y yo no conozco a nadie aquí, por una extraña razón comienzo a buscar rostros conocidos, tal vez vea a la chica de ayer con su novio. ¡Ja! Pero claro que ni siquiera tengo ganas de verla.

Entonces lo vi...

En una PC sacando unas pokébolas...

Jamás ni en un millón de años pensé que lo volvería a ver. Ese bastardo mal nacido. Pedro.

- ¡¡¡PEDRO!!!! - le grité con todas mis fuerzas desde el final de la fila - ¡¡¡PEDRO!!! - le volví a gritar mientras avanzaba entre las personas. Ni siquiera me percaté de que algunos chicos pequeños los empujaba mientras pasaba, no me importaba, sólo quería ver el rostro de ese maldito hijo de...

- ¡Félix! - me saluda el desgraciado - No te conocí tu voz, hace ya tanto tiempo que no te veía.

Mi saludo hacia él fue un puñetazo en la nariz, lo derribé al suelo mientras él me veía aterrorizado y sorpendido. Después no lo vi. Estaba como ciego, solo sentía mis puños estrellarse en su cara. Después sentí como entre varias personas me sujetaban, deberían haber sido más de cinco, pues me dejaron completamente inmóvil. Pedro se levantó. Su rostro tenía sangre y un ojo cerrado. Se acercó hacia mí, pensé que se iba a desquitar y que me iba a golpear en la cara, pero solo se acercó a mi oido y me murmuró... "Alicia tenía razón, eres un idiota."

Mi respiración aun estaba agitada, mis ojos estaban rojos. Mis manos fueron rodeadas por aros de metal. Era la oficial Jenny.

- Muchas gracias jóvenes entrenadores por ayudarnos a controlar esta situación - dijo la oficial Jenny mientras salía conmigo por la puerta del centro pokémon.

- Es increíble que aun exista la violencia física en nuestros días - me dice la oficial Jenny mientras me encamina - ¿Ese pokémon que nos viene siguiendo... es tuyo?

Giré la cabeza... era el unnown W.

- Si - le contesté - debió haberse salido de su pokéball.

continuará...