Advertencias: YAOI Lemon
Autor: RavenTears
Beta: Little Kei
Dedicado:Akira Devha
Notas del autor:
~El título es una canción de Glay (¿novedad? ¿Dónde?)
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Doktor Draguniev Pues sobre Kira, tiene el ojo izquierdo dorado y el derecho
rojo y no azul como me dijiste. ¿La furia de los fans de Ray? Descuida no le daré tan
fuerte. Sólo lo necesario. Otro dato de Kira es que sufre de una rara enfermedad.
Akira Devha Te gustó el segundo capítulo más por Kira, ¿o por qué? Si es que
Kira agrada a los lectores (osea ustedes) podré desarrollar su personaje un poco más,
incluso dedicarle capítulos sólo a él (sin dejar de lado a Kai y Ray, obvio).
Little-kei Así que mis fics son adictivos. Sí, gracias por tu clase de gramática
gratis. Aprovecho este espacio para presentar a mi beta: Little Kei. Es quien se traga mis
fics y me dice si son lo suficientemente buenos como para publicarse. También es mi
biblia de términos Yaoi, traductora, quien me va a regalar un tatuaje para mi cumpleaños
y que la quiero mucho (en especial porque es quien me edita y publica los fics en la red,
así que si no actualizo los capítulos es porque ella no los ha puesto a tiempo). Ah,
entre otras cosas, es mi hermana.
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However
Capítulo 4: Servicio a la habitación
El día estaba lento, quizás más lento de lo normal. Era eso, o que al estar pensando a
Ray le parecía todo más lento. Y no era que Ray no pensara seguido; sólo que no lo
hacía tan intensamente.
Cuando Kai se había ido, había decidido que sería bueno dar una vuelta por ahí para
pensar en todo lo que había ocurrido. La verdad era que aún no podía asimilarlo;
practicamente había confesado sus sentimientos hacia Kai y, de alguna manera, Kai le
había pedido tiempo para "pensar las cosas".
Desde hace mucho Ray buscaba más que simple amistad en Kai, pero sabía que era algo en
lo que no podía poner muchas esperanzas. Pero ahora estaba tan cerca de conseguir lo que
tanto había deseado. Sólo tenía que esperar. Y la espera lo estaba volviendo loco, y
eso que apenas había pasado un par de horas.
Ray se percató del tiempo que había pasado cuando las luces de las calles y las tiendas
empezaron a encenderse.
-Vaya, hombre... -se lamentó consigo mismo- ¿Qué tanto he caminado? -Ray miró hacia
ambos lados. Estaba en una calle poco transitada. Decidió regresar al restaurante; sabía
que los chicos ya no estarían ahí, pero tenía ganas de seguir caminando.
En su trayecto más de una persona le preguntó si estaba perdido. Suponían que ver a un
chico chino caminando calle arriba, y luego volver a verlo caminar de regreso con la
mirada perdida era algo más que raro. Una vez que regresó al restaurante no supo a donde
más podía ir a caminar. Para entonces la espera lo estaba matando (y era el primer día;
nadie podía saber cuántos días se demoraría Kai en darle una respuesta). Estaba tan
desesperado que hasta pensó en darse una vuelta por la bajada de Armendáriz* (1). Por
otra parte, empezaba a tener hambre. Después de todo, no había comido casi nada en el
almuerzo. Y todo por mirar a Kai.
-Si no quiero morir de inanición, no volveré a comer con Kai -se dijo a sí mismo para
tratar de calmar a su estómago. Alrededor del parque estaban dispuestas varias cadenas de
restaurantes, así que decidió dar una vuelta para ver en cuál se animaba a comer.
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En la mansión Hiwatari un nervioso Kai estaba mirando el techo de su habitación, tirado
en su cama.
-¡Demonios! Para qué demonios me tuvieron que llamar. Ahora me han preocupado a mí
también -se quejó, sin quitar los ojos del techo. -¡Maldición!
No soportó más la espera. Sabía que el teléfono no volvería a sonar, así que de nada
servía permanecer pendiente a él. Kai sintió que se estaba acalorando. Se quitó la
bufanda y salió del cuarto. Todos los mayordonos debían estar atentiendo sus propios
asuntos puesto que Kai no se topó con ninguno, lo cual le sorprendió mucho. Ni siquiera
encontró a Kira.
Sin que nadie lo notara, salió de la mansión. Si salía por la puerta principal le
preguntarían a dónde se dirigía y luego se lo dirían a Kira y este mandaría a alguien
a espiarlo o, en el peor de los casos, saldría él mismo a espiarlo. ¡Ni pensarlo!
Bastante tenía con que Kira lo espiara en la casa como para soportarlo en la calle. Se
dirirgió a una parte alejada del jardín y trepó a un árbol para saltar al otro lado de
la pared de más de 3 metros de altura. Cuando Kai cayó a la acera del otro lado de la
pared maldijo el pensamiento de su abuelo: vivía pensando en que intentarían robarle.
Por eso, en vez de una casa, la mansión parecía una cárcel.
Una vez del otro lado de la pared, Kai caminó sin rumbo por las calles. Sólo quería
pensar sin que nadie lo molestase, ni siquiera Kira.
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"¿Qué estará haciendo Kai ahora?" se preguntaba el chico chino, sentado en un
restaurante y tomando un café bien cargado. "¡Ya basta, Ray! Deja de pensar en Kai.
Pensar en él no hará que aparezca."
Ray agitó la cabeza y cuando abrió los ojos, vio a Kai del otro lado de la calle con las
manos en los bolsillos.
-¡Kai! -gritó mientras se ponía de pie. Todos en el lugar voltearon a verlo. A Ray no
le importó; pagó la cuenta y corrió detrás de su querido japonés-ruso-. ¡Kai!
Kai volteó al escuchar su nombre. Estaba preocupado por Ray pero no había salido a
buscarlo; sólo quería aire fresco. Pensaba que aunque sea Takao y los otros harían el
intento de buscarlo y, al menos, lo encontrarían..
-¿Qué demonios haces aquí?
-Oh... Pues no sabía que te disgustara que caminara en tu misma calle. No sabía que la
habías comprado -contestó Ray, algo ofendido por la pregunta.
-No me refiero a eso -dijo Kai poniéndose frente a Ray-. Pensé que estabas perdido, y
mírate nada más: tomando un paseíto.
-¿Perdido? -repitió Ray sin entender-. ¿Qué hora es? -preguntó recordando algo
importante.
-Como las 9 de la noche.
-¡Demonios! ¡No llamé a los chicos! Soy un idiota.
-Sí, lo eres. Ahora dime: ¿Qué demonios has estado haciendo?
-No mucho. Sólo caminar -contestó Ray. No sonó muy convincente para Kai. Pero no iba a
decirle que se le había ido el tiempo pensando en él-. ¿Y tú?
-Sólo caminaba -respondió Kai, remedando la respuesta de Ray.
-Ah~ bueno, sigue con tu camino, entonces -dijo Ray, moviendo la mano a forma de
despedida.
-¿Se supone que te vas a casa de Max?
-¿Mmmm?... Sí, se supone que sí. ¿Por qué preguntas?
"¡Maldición! Andar con Kira ha hecho que diga sus frases. Será mejor no pasar
mucho tiempo con él: esto me está afectando." pensó Kai, achicando los ojos.
-¿Kai? ¿Kai? ¿Estás escuchando? ¿Por qué preguntas si voy a casa de Max? -inquirió
Ray al notar que Kai volvía su atención a él.
-Su casa está algo lejos. Y además es tarde -dijo Kai, dándose media vuelta.
-¿Y eso qué significa? -preguntó el chico chino-. Eso me suena a invitación... Pero no
creo que Kai Hiwatari me esté invitando a su casa. ¡Oh, no! No podría aceptar tan
grande honor.
-Vas a lamentar si me desprecias, Ray Kon -amenazó Kai, mirándolo de reojo-. Si quieres,
puedes irte, pero será una bella caminata. Supongo que como te gusta caminar, no vas a
quejarte. -Kai se llevó una mano al rostro. "De verdad, tengo que medir mi tiempo
con Kira. Empiezo a parecerme a él."
-Claro que no -contestó a media voz Ray.
Dicho esto, se dirigieron a la residencia Hiwatari. Kai no estaba seguro de porque había
invitado a Ray a quedarse en su casa. Por otra parte, Ray no sabía cómo era que había
aceptado tan rápido. Cuando Max o Takao lo invitaban, se quedaban buen rato tratando de
convencerlo. Ambos creían que era porque, aunque les doliera admitirlo, deseaban estar
juntos. Y eso era lo único que importaba.
Kai se paró frente a las rejas de la puerta principal. Sus hombres no tardaron en
abrirles; se notaba un poco de confusión en sus ojos. Se suponía que ellos eran los
encargados de vigilar quienes salían y entraban, pero no había visto salir a Kai.
Sin más vuelta que darle, Kai entró en el primer hall y le dijo a Ray que lo siguiera.
Subieron la escalera en Y y atravesaron luego un par de pasillos hasta llegar a la
habitación de Kai.
-Entra. Es mi habitación -dijo Kai, abriendo la puerta. Kai miró de reojo a Ray que
estaba algo indeciso y confundido- Mi cuarto es la única habitación que tiene una mesa
lo suficientemente grande como para comer.
-¿Comer?
-Sí. Se nota que no has cenado -dijo, torciendo una sonrisa. A este comentario Ray se
sonrojó ligeramente.
-Entra de una vez o comes en el pasillo.
Ray entró y, a indicación de Kai, cerró la puerta detrás de él. La habitación era
bastante amplia. La cama estaba cubierta por finas telas; Ray suponía que debía ser
seda. Tenía un armario de buen tamaño. Ray rio entre dientes pensando que Kai debía
tener el armario lleno de trajes del mismo modelo. A grandes rasgos, Ray pudo describir la
habitación como sencilla pero elegante y algo lúgubre por la falta de luz. Pero con Kai
dentro, se hacía un poco más acogedora.
Kai se acercó al interruptor de luz. Hacía mucho que no admiraba su cuarto tan
iluminado; nunca prendía las luces de noche, apenas unas pequeñas lámparas de luz muy
tenue, mientras que en el día ni siquiera los rayos del sol podían atravesar las gruesas
cortinas.
-Con las luces parece más pequeño el cuarto -comentó Kai mientras se acostumbraba a la
luz.
-¿Pequeño? ¡¿Qué dices, hombre?! Tu habitación es enorme. Podríamos hacer una
fiesta aquí.
-Ni lo pienses.
-¿Por qué no?
-¿Por qué crees?
-Podría ser porque... -Ray miró el techo mientras pensaba- ...Porque no te gusta la
música escandalosa y los chicos que la bailan. Porque, considerando que no te gusta estar
en lugares con mucha gente, yo diría que no te gustan las fiestas por divertidas.
¡Tendría que emborracharte para que hagas una fiesta!
-¿Emborracharme? -repitió Kai antes de reírse escandalosamente-. Como si emborracharme
fuera cosa fácil.
-Kai, ¿acaso tú tomas?
-¿Tomar? No. La gente que toma es aquélla que bebe una o dos botellas de licor, fuera el
que fuera. En cambio, gente como yo podría tomar media docena de botellas de cerveza una
vez que las de whisky, cognac, vodka, pisco y vino se acabaran.
-Entonces, tú no tomas: ¡Tú chupas!
-¿Oh? Un día deberíamos jugar a la ronda.
-¡Dalo por hecho!
Ambos chicos rieron un poco antes de recordar porque Kai había llevado a Ray a su
habitación. El chico de cabellos azules se acercó al teléfono que estaba en una mesita
de noche cerca a la cabecera de la cama y pidió algo de comida. Al colgar el teléfono
Kai recordó algo importante.
-¿Ray?
-¿Hai?
-Dijiste que eras un idiota por no haber llamado a los chicos. Supongo que estar cerca a
un teléfono y no llamarles te hace ser más... ¿Idiota?
-¡Dios! Los chicos deben estar preocupados...
Kai hizo un moviemiento con la cabeza para indicar que podía llamar desde ahí. Ray
llamó a casa de Max y Takao, en ese orden, pero ninguno se encontraba en casa. Ya no
tenía esperanza, pero igual intentó llamar al jefe.
-¿Hola? ¿Jefe?
*¿¡Ray?! ¿Estás bien? ¿Dónde estás? ¿Qué estuviste haciendo? ¿Por qué no nos
llamaste? ¿De dónde estás llamando?
Ray tuvo que alejar el teléfono de su oreja por miedo que el jefe le reventara el
tímpano con sus gritos.
-Tranquilo, jefe. Lamento mucho haberlos peocupado... Sí, estoy bien. Estoy en casa de
Kai. Estuve caminando. No los llamé porque estaba demasiado dsitraído como para hacerlo.
Y estoy llamando desde el cuarto de Kai...
Hubo un gran silencio. Ni Ray ni Kenny dijeron algo. En primer lugar, el jefe estaba en
shock por las respuestas de Ray. Y segundo, Ray a penas había comprendido lo que dijo.
Estaba en casa de Kai, en su cuarto para ser exactos, y lo peor (o mejor) del caso era que
pasaría la noche ahí.
*¿Ray? ¿Ray? ¿Estás ahí?
-¿Ah? ¿Jefe, qué pasa?
*¿Seguro que estás bien? Los chicos salieron a buscarte. Yo me quedé por si es que
llamabas. Hace mucho que salieron, y ya deberían estar de regreso. Les diré lo que me
has dicho... Este... ¿Ray?
-¿Qué pasa?
*¿Te... quedarás en casa de Kai?
-Creo que sí... -contestó, no muy seguro y moviendo ligeramente la cabeza para ver al
dueño de casa.
*Entonces... te veremos mañana.
-Sí, adiós, jefe. Lo lamento una vez más. Mañana me disculparé con Takao y Max.
Ray colgó muy lentamente el teléfono después de decir esto. Meditaba la situación:
estaba en casa de Kai. Estaba en el cuarto de Kai. Estaban ambos en el cuarto.
-Puedes soltar el teléfono. No es de vidrio; no se va a romper -interrumpió Kai, viendo
la extraña actitud del chino-. Ya, bueno, ¿qué fue?
-Sólo avisé que estaba aquí. Pero mañana tendré que soportar los gritos de Takao y
Max -contestó Ray, muy avergonzado. Le molestaba actuar así de estúpido, pero cuando
tenía a Kai en frente (o detrás, como en ese momento) la mente se le congelaba y sus
movimientos se le hacían lentos. En resumen, estar cerca a la humanidad de Kai lo volvía
estúpido.
Kai no respondió; sólo fue a sentarse en el borde de la cama. Ray lo miró cruzar la
habitación. Estaba realmente nervioso. Primero había estado como loco pensando en él y
su respuesta, y después estaba en su cuarto esperando la cena. Esto se le estaba saliendo
de las manos o, más bien, ya se le había salido de las manos.
Ambos se miraron sin decir nada. Sentían que no importara qué tanto quisieran escuchar
sus voces; no era necesario hablar. Se comprendían sin siquiera tener que emitir sonido.
Sólo estaban sentados en la cama pensando. Deseándose en silencio.
Varios minutos transcurrieron hasta que llamaron a la puerta. Kai la abrió y entró
Mamoru con un bandeja llena de comida variada. Kai lo despachó rápido y lo sacó de la
habitación.
Mamoru se sorprendió mucho al entrar en la habitación de Kai; el amo Kai casi nunca
pedía "servicio a la habitación". Y se sorprendio más cuando al encontrar a
un chico sentado en su cama. Cuando su cerebro lo pudo asimilar, ya estaba en el pasillo
mirando la puerta cerrada de Kai. Sin meditar mucho la cuestión (aunque la verdad se
moría de ganas por saber quién era el otro chico), se retiró en silencio pero...
-Mamoru, ¿sucede algo? -preguntó Kira cuando Mamoru se disponía a bajar las escaleras-.
¿Fuiste a ver a Kai-san?
-Sí, sólo fui a llevarle comida.
-¿Comida? Es raro que coma a estas horas. Además, cenó conmigo -analizó Kira,
cruzándose de manos.
-Creo que no era para él.
-¿Para quién, si no? No me digas. Supongo que para sus amigos que han venido para hacer
una fiesta -comentó, sarcástico, Kira. Nunca, en todo estos años al servicio de la
familia Hiwatari, había visto a Kai llevar "amigos" a la casa (de hecho, no
había llevado a ningún otro ser viviente).
-Ehhhh~... Sí. La comida era para... su amigo -respondió Mamoru, muy confundido al
pronunciar esas palabras. Referirse al amo Kai y a un amigo suyo en una sola oración era
para sentir más que miedo.
Kira abrió la boca pero no dijo nada, o Mamoru no logró escuchar nada. Ese ojo rojo tan
expresivo que tenía le brilló de una forma extraña.
-¿"Amigo"?
-Sí. Cuando fui a dejar la comida estaba con él un chico que aparentaba tener su misma
edad.
Kira analizó la información recibida: un chico de la misma edad de Kai-san en su cuarto
a las 9:30 de la noche.
-¿Qué estaban haciendo?
-Nada en particular. Conversar, supongo. Cuando entré, estaban sentados en la cama...
-Ahí se dio cuenta de que la había metido hasta el fondo. Kira era demasiado celoso con
respecto al amo Kai. Cualquier cosa lo ponía de mal humor. Y ahora, saber que estaban muy
cerca de la cama era suficiente para que Kira tuviera uno de sus ataques de celos que
solían terminar en caos, si es que antes no moría alguien-. Kira-san, creo que será
mejor que me retire.
Quizás esa fue la jugada más inteligente que pudo haber hecho Mamoru en toda su vida.
Dejó a un muy confundido, histérico y celoso Kira en la escalera.
Pero todo aquello tenía que ser un error. Kai-san estaba en su cuarto con alguien que no
era él. Incluso él, que contaba con el favor de Kai para entrar en su habitación, no se
atrevía a entrar y molestarlo a esas horas de la noche.
"¿Con quién demonios está Kai-san?" pensaba Kira, mordiéndose los labios.
Una idea corrió por su mente. Una salida con sus amigos, una llamada telefónica y luego
un chico en su cuarto.
-Ray -susurró Kira. Había escuchado decir ese nombre a Kai. No había duda, ese tal Ray
estaba con su Kai-san en ese mismo momento.
Hasta aquí.
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+Notas del autor:
*1.- La bajada de Armendáriz es el nombre de cierto lugar en un distrito limeños en donde se encuentra un puente especialmente alto, Villena; incluso, allí solía practicarse puenting. Pero debido al elevado número de personas que se dedicaban a practicar el puenting sin soga (por su muy larga lista de suicidios, es decir), se terminó por prohibir esta práctica (la legal). Podría asegurar que aquí en Lima es el lugar favorito para quitarse la vida. Incluso, cuando cruzas el puente tienes que hacerlo sin pararte. Está prohibido parar estando en el puente y siempre tiene policías vigilando a las personas.
No les cuesta mucho dejarme un Review, así que háganlo y háganme feliz.
Críticas y comentarios:
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RavenTears02@hotmail.com
