Advertencias: YAOI Lemon
Autor: RavenTears
Beta: Little Kei
Dedicado: Akira Devha
Notas del autor:
~El título es una canción de Glay (¿novedad? ¿Dónde?)
~SIGO SIN COMPUTADORA... pero pude fastidiar a mi tía para usar la suya. No es muy largo el capi, pero al menos lo escribí. Tenedme paciencia.
Agradezco a todos aquellos que me reventaron el mail con cartas de apoyo moral. Igualmente con los Reviews.
Aquellos fieles a la causa (Yaoi) denle las gracias a Akira Devha, la encontré el otro día en el MSN y muy gentilmente amenazó con matarme si no actualizaba. ¿Cómo podría negarme a una petición tan agradable?
However
Capítulo 8: La necesidad obliga
Sentía su rostro frío. Abrió los ojos con algo de dificultad. Cuando creyó estar bien despierto, en realidad despierto a medias, recordó que había estado hablando por teléfono y que luego... Luego no recordaba qué más.
-Me quedé dormido -se dijo, como reprochándoselo él mismo.
Revisó la hora; apenas habían pasado un par de horas. Una vez ubicado en tiempo y espacio, se preguntó en dónde estaría su Kai-san.
__________________________________________
~In Kai's bedroom~
Kai estaba sentado al borde de su cama mirando a su Ray. Porque total, era su habitación, estaban en su mansión y era su propiedad.
Suspiró con resignación y se puso de pie.
-¿Qué pasa? ¿Te aburriste de verme dormir?
-No, estaba pensando en las maravillas que pudimos haber hecho, pero como alquien estaba cansado y según él, con sueño...
-No soy una máquina, Kai.
-Lástima.
-Pensé que tenías bastante con Kira.
-¿Kira? -Kai guardó silencio-. Qué raro que no haya venido a joder.
Ray se sentó en la cama y lo miró fijamente.
-No me agrada.
-Qué bien. Verás, Ray, Kira tampoco te quiere mucho.
-No se cómo lo aguantas.
-Con resignación. Eso ayuda.
Ray levantó una ceja.
-No sé cómo te aguanta.
-Con dinero.
-Tú con resignación y él con dinero. ¿Y yo con qué?
-Lo siento, Ray, no todo puede ser perfecto.
-Y tú te lo tomas todo a la ligera -se quejó Ray.
-No he escuchado que alguien se queje.
-¡Yo sí! Y no me agrada que Kira sea así.
-¿Así cómo? -preguntó Kai, interesado-. ¿Así de mierda? Pues acostúmbrate.
-Por qué tiene que ser tan... Celoso. Parece tu mujer y no tu asistente.
Ya estaba. Ray lo había dicho. De hecho, lo había querido decir desde que lo conoció. Sabía perfectamente que Kai quizás se molestaría; siempre defendía a Kira, bueno, a su manera, pero lo hacía.
Al escuchar eso Kai se rio, se partió de risa. Cuando (después de mucho) se recuperó, se volvió para responder al insulto, y se encontró con un Ray sorprendido. De todas las reacciones posibles, reirse era la última en la que había pensado Ray.
-¿Mi mujer? De todas las asquerosidades e insultos que me han dicho, y créeme que me han dicho muchos, ése ha sido el peor. ¿Mi mujer? -repitió el japonés-ruso, sin asimilarlo bien-. Aún me cuesta aceptar que sea humano, puesto que no reúne los requisitos. -Kai miró detenidamente a su acompañante-. Pero tengo que admitir que soy un dios. No me sorprendería que Kira me quisiera para él.
-¡No digas estupideces! -explotó Ray-. No aguanto esto... No lo aguanto a él.
-Lo harás. Tienes tiempo para acostumbrarte.
-¿A qué te refieres?
-No me digas que pensabas regresar a vivir con Max.
Sólo ahí Ray cayó en la cuenta que su relación con Kai era algo más que seria.
-Los chinos son lentos -se quejó Kai, leyendo los pensamientos de Ray.
-Me va a costar trabajo -dijo el chino, con un tono de engreimiento.
-Escucha. -La voz de Kai ya no sonaba con sarcasmo. Sonaba sin expresión alguna-. Me costó más de lo que crees acostumbrarme a él. Lo hice porque me di cuenta de que lo necesito. Fue el asistente de mi abuelo; dirigía todos sus asuntos y sabe mejor que nadie las porquerías que sucedían aquí. Quién mejor que él para ayudarme ahora.
-Pero, Kai...
-No hables, sólo escucha -interrumpió Kai-. Kira nunca habla de él. Lo único que ha dicho es que se llama Kira, y ni siquiera estoy seguro de que sea su nombre verdadero. Mientras que él me conoce más que yo mismo, yo me conformo con llamarlo Kira, y lo demás no me importa. Lo que él ha hecho con su vida es su problema. Lo que me interesa es saber qué puede hacer por la mía.
Al terminar, Kai besó suavemente los labios de un Ray algo asustado.
-No quiero pelear contigo. Pero me molesta que me anden cuestionando.
-Kira lo hace -se aventuró a decir Ray, notando cómo regresaba a ser el Kai que conocía.
-Pero con él no me acuesto.
Ray sonrió al comentario.
-¿Ves las estupideces que me haces decir? Acostarme con Kira -el rostro de Kai mostraba verdadero asco.
Unos golpes en la puerta cortó la conversación.
-Es una plaga -se quejó Ray-.De las diez plagas, Dios nos mandó la mejor.
-Es el demonio -corrigió Kai-. Nómbralo tres veces y aparecerá.
-El demonio se contenta con tu alma; este imbécil no lo hace por el placer de vernos sufrir -comentó irritado, Ray.
-Silencio.
-¿Qué? ¿Acaso escucha a través de las paredes y las puertas?
-Sí, créeme que puede.
-Me va a costarme acostumbrarme -volvió a quejarse Ray, un poco más relajado.
-La necesidad obliga -dijo Kai mientras caminaba a abrirle la puerta, o a tirársela en la cara.
Hasta aquí.
No les cuesta mucho dejarme un Review, así que háganlo y háganme feliz.
Críticas y comentarios:
RavenTears02@yahoo.es
RavenTears02@hotmail.com
Autor: RavenTears
Beta: Little Kei
Dedicado: Akira Devha
Notas del autor:
~El título es una canción de Glay (¿novedad? ¿Dónde?)
~SIGO SIN COMPUTADORA... pero pude fastidiar a mi tía para usar la suya. No es muy largo el capi, pero al menos lo escribí. Tenedme paciencia.
Agradezco a todos aquellos que me reventaron el mail con cartas de apoyo moral. Igualmente con los Reviews.
Aquellos fieles a la causa (Yaoi) denle las gracias a Akira Devha, la encontré el otro día en el MSN y muy gentilmente amenazó con matarme si no actualizaba. ¿Cómo podría negarme a una petición tan agradable?
Capítulo 8: La necesidad obliga
Sentía su rostro frío. Abrió los ojos con algo de dificultad. Cuando creyó estar bien despierto, en realidad despierto a medias, recordó que había estado hablando por teléfono y que luego... Luego no recordaba qué más.
-Me quedé dormido -se dijo, como reprochándoselo él mismo.
Revisó la hora; apenas habían pasado un par de horas. Una vez ubicado en tiempo y espacio, se preguntó en dónde estaría su Kai-san.
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~In Kai's bedroom~
Kai estaba sentado al borde de su cama mirando a su Ray. Porque total, era su habitación, estaban en su mansión y era su propiedad.
Suspiró con resignación y se puso de pie.
-¿Qué pasa? ¿Te aburriste de verme dormir?
-No, estaba pensando en las maravillas que pudimos haber hecho, pero como alquien estaba cansado y según él, con sueño...
-No soy una máquina, Kai.
-Lástima.
-Pensé que tenías bastante con Kira.
-¿Kira? -Kai guardó silencio-. Qué raro que no haya venido a joder.
Ray se sentó en la cama y lo miró fijamente.
-No me agrada.
-Qué bien. Verás, Ray, Kira tampoco te quiere mucho.
-No se cómo lo aguantas.
-Con resignación. Eso ayuda.
Ray levantó una ceja.
-No sé cómo te aguanta.
-Con dinero.
-Tú con resignación y él con dinero. ¿Y yo con qué?
-Lo siento, Ray, no todo puede ser perfecto.
-Y tú te lo tomas todo a la ligera -se quejó Ray.
-No he escuchado que alguien se queje.
-¡Yo sí! Y no me agrada que Kira sea así.
-¿Así cómo? -preguntó Kai, interesado-. ¿Así de mierda? Pues acostúmbrate.
-Por qué tiene que ser tan... Celoso. Parece tu mujer y no tu asistente.
Ya estaba. Ray lo había dicho. De hecho, lo había querido decir desde que lo conoció. Sabía perfectamente que Kai quizás se molestaría; siempre defendía a Kira, bueno, a su manera, pero lo hacía.
Al escuchar eso Kai se rio, se partió de risa. Cuando (después de mucho) se recuperó, se volvió para responder al insulto, y se encontró con un Ray sorprendido. De todas las reacciones posibles, reirse era la última en la que había pensado Ray.
-¿Mi mujer? De todas las asquerosidades e insultos que me han dicho, y créeme que me han dicho muchos, ése ha sido el peor. ¿Mi mujer? -repitió el japonés-ruso, sin asimilarlo bien-. Aún me cuesta aceptar que sea humano, puesto que no reúne los requisitos. -Kai miró detenidamente a su acompañante-. Pero tengo que admitir que soy un dios. No me sorprendería que Kira me quisiera para él.
-¡No digas estupideces! -explotó Ray-. No aguanto esto... No lo aguanto a él.
-Lo harás. Tienes tiempo para acostumbrarte.
-¿A qué te refieres?
-No me digas que pensabas regresar a vivir con Max.
Sólo ahí Ray cayó en la cuenta que su relación con Kai era algo más que seria.
-Los chinos son lentos -se quejó Kai, leyendo los pensamientos de Ray.
-Me va a costar trabajo -dijo el chino, con un tono de engreimiento.
-Escucha. -La voz de Kai ya no sonaba con sarcasmo. Sonaba sin expresión alguna-. Me costó más de lo que crees acostumbrarme a él. Lo hice porque me di cuenta de que lo necesito. Fue el asistente de mi abuelo; dirigía todos sus asuntos y sabe mejor que nadie las porquerías que sucedían aquí. Quién mejor que él para ayudarme ahora.
-Pero, Kai...
-No hables, sólo escucha -interrumpió Kai-. Kira nunca habla de él. Lo único que ha dicho es que se llama Kira, y ni siquiera estoy seguro de que sea su nombre verdadero. Mientras que él me conoce más que yo mismo, yo me conformo con llamarlo Kira, y lo demás no me importa. Lo que él ha hecho con su vida es su problema. Lo que me interesa es saber qué puede hacer por la mía.
Al terminar, Kai besó suavemente los labios de un Ray algo asustado.
-No quiero pelear contigo. Pero me molesta que me anden cuestionando.
-Kira lo hace -se aventuró a decir Ray, notando cómo regresaba a ser el Kai que conocía.
-Pero con él no me acuesto.
Ray sonrió al comentario.
-¿Ves las estupideces que me haces decir? Acostarme con Kira -el rostro de Kai mostraba verdadero asco.
Unos golpes en la puerta cortó la conversación.
-Es una plaga -se quejó Ray-.De las diez plagas, Dios nos mandó la mejor.
-Es el demonio -corrigió Kai-. Nómbralo tres veces y aparecerá.
-El demonio se contenta con tu alma; este imbécil no lo hace por el placer de vernos sufrir -comentó irritado, Ray.
-Silencio.
-¿Qué? ¿Acaso escucha a través de las paredes y las puertas?
-Sí, créeme que puede.
-Me va a costarme acostumbrarme -volvió a quejarse Ray, un poco más relajado.
-La necesidad obliga -dijo Kai mientras caminaba a abrirle la puerta, o a tirársela en la cara.
Hasta aquí.
No les cuesta mucho dejarme un Review, así que háganlo y háganme feliz.
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