Capítulo #2: Las varitas.

Al día siguiente James Potter y su familia se dirigieron al Callejón Diagon para comprar sus cosas por medio de los polvos flu, igualmente lo hicieron Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew. Ya en él Callejón James fue a comprar su varita, Sirius su caldero, Remus sus libros y Peter sus túnicas. Así que James entró en la tienda de varitas Ollivanders y un hombre alto de pelo canoso se acercó al y le dijo: -Esperaba verlo pronto joven Potter-dijo Ollivanders. -¿Cómo sabe quién soy?-dijo James. -Recuerdo cada varita que he vendido Sr. Potter, y recuerdo cuando sus padres vinieron-dijo Ollivanders sacando una caja con una varita dentro. -Haber pruebe está-dijo Ollivanders. James tomó la varita, la agitó e inmediatamente un florero se rompió. -No está no-dijo Ollivanders dándole otra varita a James. James la cogió y una ráfaga de viento llenó el cuarto. Entonces el Sr. Ollivanders le quitó la varita, la puso en su caja, la envolvió mientras murmuraba: -Que bien, que bien -¿Qué es bueno?-preguntó James -Bueno es que tu varita tiene pelos de unicornio y da la casualidad de que pensé que no iba a vender esta varita porque el unicornio que dio los pelos dio pelos para 4 varitas.-explicó Ollivanders. -Ahora entiendo-dijo James. En ese momento entraron los padres de James y su padre preguntó: -Ollivander, ¿qué varita es?. -Caoba, 30 cm, pelos de unicornio, muy buena para transformaciones. -Muy bien-dijo James -Bueno Sr. Ollivander nos vamos porque hay mucho que comprar-dijo la madre de James. -Gracias-dijo James. -De que-contestó Ollivander. Y los Potter salieron de la tienda.

Al poco rato el chico llamado Sirius Black entró en la tienda con su familia. -A, Sr. Black ¿supongo que viene por una varita?-dijo Ollivander. -Si-dijo Sirius. -Entonces hay que medirlo. Abrió un cajón y sacó una cinta para medir, sacó su varita murmuró unas palabras y la cinta empezó a medir a Sirius automáticamente y sin ayuda. -Eres diestro o zurdo-dijo Ollivander. -Diestro-contestó Sirius. Ollivander viendo también a las primas de Sirius dijo: -¿Ustedes también vienen por varitas? -Si-respondieron al unísono -Bien supongo que también hay que medirlas Le quitó la vista a Sirius y midió a las dos hermanas. -Bien, ¿quién va a ir primero?-preguntó Ollivander -Yo-respondió Bellatrix. -Pruebe está-dijo Ollivander Bellatrix tomó la varita, la agitó pero sucedió algo inesperado. -¿Qué...paso?-dijo Bellatrix. -Es que la varita es indicada para ti-dijo Ollivander. Sirius vio como Bellatrix guardaba su varita y Narcisa se adelantaba. -Ahora me toca a mi-dijo ella. -Ok prueba con esta-dijo Ollivander. Narcisa probó pero nada pasó. -Muy bien ya veo que esta no, haber pruebe esta. Ella probó y si fue la indicada. Las hermanas le dijeron a Sirius que lo esperarían afuera. Sirius se acercó a Ollivander y le dijo: -Ahora me toca a mí. -Ya lo sé, muy bien pruebe con-dijo Ollivander viendo una caja, cuando de repente se fijó en una caja de las hermanas de la varita que le vendió a James-está-y se la dio. Sirius la tomó y una ráfaga de viento llenó la habitación y de la varita salieron chispas rojas. Inmediatamente Ollivander le quitó la varita, la envolvió y se la entregó mientras murmuraba: -Curioso, muy curioso. -Perdone pero ¿qué es curioso?-preguntó Sirius. -La varita elige al mago señor Black y hay 4 varitas iguales a la suya y yo pensé que ni iba a vender ninguna de las 4 y ya vendí 2, ah su varita es buena para encantamientos. Dicho esto Sirius salió de la tienda.

Un momento después Remus Lupin entró en la tienda. -Hola señor Ollivanders-dijo Remus. -Oh, claro joven Lupin-dijo Ollivanders-pero yo lo esperaba hace un año. -Pero si le cuento porque no vine hace un año se va a asustar. -No claro que no-dijo Ollivanders. -Bueno, hace dos años yo estaba en el bosque con mis hermanas, entonces en la noche no podía dormir y me salí de la tienda de acampar. Empecé a caminar por ahí cuando de repente escuche un aullido. Mientras platicaba Ollivanders fue a ver que varita le daba a Remus. -Me interné en el bosque y llegué a una cueva me puse a ver sino había nadie alrededor-prosiguió Remus-como vi que no había nadie, entré en la cueva y entonces a lo lejos vi una sombra y me adentré mas y más en la cueva hasta que llegué adentro y vi un licántropo totalmente trasformado. Entonces él me vio y yo corrí hacia la tienda con el tras de mí. Pero cual fue mi sorpresa qué cuando iba llegando a la tienda él me mordió-cuando Remus dijo esto Ollivander suspiró-y como no hay cura. Pero bueno el chiste es que pedí mi ingreso el año pasado y no me lo dieron, entonces llegó Albus Dumbledore a director, y recibí mi carta. Me dijo por medio de la carta que con las medidas necesarias podría ir. Pero bueno ya lo sabe soy un hombre lobo-finalizó Remus. -Ya veo, pero si Dumbledore confió en usted no hay porque temerte. Pero bueno veamos tu varita-dijo Ollivander. Saco la varita de la caja que estaba en su escritorio y se la dio a Remus. Éste la cogió, la agitó y las cajas del estante de enfrente se cayeron. -Ya veo que está no-dijo Ollivander. -Está bien-dijo Remus. Ollivander sacó otra caja con una varita dentro. Remus la agitó y no fue la indicada. Entonces Ollivander posó la vista en la 3° varita de pelos de unicornio, y al parecer fue la indicada. Entonces explicó a Remus lo de las varitas y le dijo: Tu varita es excelente para Defensa Contra las Artes Oscuras, así que buena suerte-dicho esto Remus se fue.

Después de un rato el chico llamado Peter Pettigrew entró en la tienda. Entonces... -Joven Pettigrew-gritó Ollivander emocionado. Peter asustado volteó y cuando vio que era Ollivander dio un suspiro y dijo: -V...Vengo por una varita. -Oh, eso ya lo sé sino no hubieras entrado aquí-dijo Ollivander. Sacando de nuevo la cinta métrica, murmuró algo y la cinta comenzó a medir a Peter. Éste, sorprendido, se echo hacia atrás y dijo: -¿Para qué es eso? -Para medirte-contestó Ollivander. Peter esperó y de repente la cinta lo empezó a medir. La cinta le comenzó a medir el brazo, luego el pie y así hasta que terminó midiéndole las fosas nasales. Hasta que Ollivander murmuró algo y preguntó: -Joven Pettigrew ¿vino solo? -No, no mis padres están afuera-contestó Peter. -Pues hágalos pasar-dijo Ollivander. Peter salió y un momento después entró con sus padres. -John, que gusto me da verte-dijo Ollivander. -Ollivander, querido amigo-dijo el padre de Peter. -¿Cómo es qué ustedes se conocen?-preguntó Peter. -Bueno es qué tu padre trabajó aquí, él fue el qué ordeno todo esto- contestó Ollivander. -Genial-dijo Peter. -Bueno Peter regresando a tu varita ¿eres diestro o zurdo?. -Diestro. Entonces Ollivander sacó la cuarta varita y se la dio a Peter. Pero cuál fue su sorpresa que no pasó nada, entonces le dio otra varita y tampoco, hasta que le dio una y esa fue la indicada. -¿Viste papá?
-Si ya vi hijo, a propósito Ollivander ¿qué varita es?
-Caoba, 30 cm con nervio de corazón de dragón.
-Genial-dijeron los 3 Pettigrew, pagaron y se fueron de la tienda.
Pero los otros 3 chicos tenían varitas iguales, ¿por qué Peter no?