Advertencia: Este fanfic contiene yaoi, es decir, relaciones afectuosas entre dos hombres. Si no te gusta este tipo de lectura, abandona antes de comenzar a leer. Luego no me responsabilizo si tu salud mental se ve afectada por esto.
Disclaimer:
Ni Yu Yu Hakusho ni ninguno de sus personajes me pertenece. De ser así, seria
millonaria.
Nota: Este fic es una secuela de "Fuego de Noche, nieve de dia",
otro fanfic escrito por mi. Te recomiendo leerlo antes que leer este para saber
de que va la mano.
No importa la distancia
Una vez soñé que en algún lugar
yo podría ser alguien si lograse amar
y también soñé que si he de triunfar
mi orgullo aferrado tendré que superar
Estaba cansado. Ya no podía mas.
Por mas que me recorría todo el inframundo, no daba con mi objetivo.
Se me entumecían las piernas de tanto caminar
Me ardían los ojos de no poder casi dormir pensando en eso
Estaba perdiendo el conocimiento, desesperado, buscando tu rastro por todos
lados
Me dolía todo el cuerpo a causa del viaje...
... y también de los malditos youkais que se aprovechaban de mi condición.
Pero sobretodo me dolía el corazón. Oh, si.. cuanto dolía. Cuanto duele el no
encontrarte. Cuanto duele el sentirte absolutamente mío; sentirme absolutamente
tuyo para que luego me abandones como lo hiciste. Duele demasiado. Mas que
cualquier daño físico que podía sufrir. Mas que cualquier cosa.
un día llegare
no importa la distancia
el rumbo encontrare
y tendré valor
paso a paso ire
y persistire
a cualquier distancia
yo el amor alcanzare
Incalculables eran las veces que me he desmayado en medio de aquel horrible
lugar, arriesgándome de ese modo, todo por encontrar la razón de mi existencia,
el motivo de mis penas, mis enojos, mis alegrías y mis deseos. Todo por
encontrarte.
Y eran esos momentos en los que mas vulnerable me sentía. En los que no podía
defenderme de aquellos demonios que se apoderaban de mi cuerpo como si fuera un
juguete y me hacían sentir tan miserable. Que se me tiraban encima y me llevaban
a alguno de los infinitos callejones del Makai y usurpaban cada milímetro de mi
piel, conquistada por ti, un numero incontable de veces. Dolor. Demasiado. Y no
solo físico.
Me sentía una basura, un trozo de carne sucio e impuro deambulando por aquellos
confines del mundo, solo, desprotegido, siendo abusado por todos los espectros y
monstruos que se cruzaban por mi camino, sintiendo como cada vez me manchaban
mas y mas. Sintiendo como cada vez me alejaban mas de ti.
Durante mi búsqueda logre instalarme en una pequeña cabaña a las afueras de
aquella ciudad tan espantosa para poder ocultarme ahí en las noches y conciliar
al menos una o dos horas de sueño. Deshabitada y avejentada, gracias al cielo
nadie iba para allí. Igualmente, intentaba pasar desapercibido y esconder
constantemente mi youki para que nadie pudiera rastrearme. Para que nadie me
encontrara y me manchara y destruyera mas de lo que ya estaba.
un vez perd
era todo ideal
y aunque fuese un sueño
te sentía junto a mi
se que estas ah
que te encontrare
aunque tarde una vida
yo jamás renunciare
Desesperado, como un pobre tras su único alimento, te buscaba por cielo y
tierra.
Una mañana encontré a una viejecita a quien le pregunte por ti. Me dijo que te
había visto. Mis ojos de pronto se iluminaron, demostrando un poco de la escasa
energía que me quedaba. Me comento que te había visto por el este, cerca de una
vieja fabrica en ruinas que había por ahí. Jamás tuve una noticia mejor que esa
en meses.
Sin esperar mas, fui hacia allí. Estaba realmente emocionado, necesitaba verte,
tocarte, hablarte.. preguntarte por que me abandonaste. Al llegar, ingrese al
viejo edificio, casi destruido. Paredes mohosas; muchas derrumbadas. Viejas
puertas de metal oxidado que rechinaban e incluso se trababan cuando intentaba
atravesarlas.
Y una curiosamente se cerró sola detrás de mi, al ingresar a una pequeña
habitación a oscuras. Me gire sobre mis talones de inmediato, sonriendo.
- Hiei?...- pregunte entusiasmado. Silencio.
- Hiei?, eres tu?- insistí. Nuevamente silencio. - Soy yo... Kurama-.
Sentí con horror como varios pares de gélidas manos me empujaban contra una de
las paredes del lugar. Fue entonces cuando los ví: 6 youkais, de los mas
grandotes que había visto jamás. Las piernas me flaquearon; hasta una viejita me
engañó. Y otra vez lo mismo...
Manos. Cuerpos fríos. Movimientos bruscos. Mordidas. Besos salvajes. Sangre.
Desesperación. Dolor.
un día llegare
no importa la distancia
el rumbo encontrare
y tendré valor
paso a paso ire
y persistire
a cualquier distancia yo el amor alcanzare
Desperté unas cuantas horas mas tarde en aquel lugar, luego de haber caído
inconsciente mientras aquel grupo de demonios se aprovechaba de mi por 4º o 5º
vez . Abrí los ojos temeroso, rogando no encontrarme con aquellas criaturas de
nuevo. Suspire aliviado, irguiéndome. No estaban. Al sentarme en el piso helado
gemí de dolor. Con la escasa luz del amanecer pude observarme. Arañazos.
Mordidas. Golpes.
Todo mi, ahora frágil, cuerpo estaba cubierto de aquello. Y un dolor
indescriptible en mi interior. Peor que lo usual en esos últimos meses. Mucho
peor.
Con un esfuerzo sobrehumano me levanté y busque mi ropa, hecha jirones. Me la
coloqué como pude y busque el camino para salir de ese horrible lugar.
Ahora que lo pensaba, era obvio que tu no podías estar ahí. Mas que obvio; era
totalmente imposible que me esperaras ahí. Tu, que siempre evades todo, que
siempre que te afecta algo anímicamente de modo tal que estés vulnerable huyes,
aprovechándote de tu velocidad para hacerlo. Tu, que me evadiste durante casi 2
meses... esperándome en una fabrica abandonada. Que patético.
mas allá de toda gloria, del orgullo y del valor
el poder de un héroe esta en su corazón
Desde ese día me encerré en aquella pocilga donde estaba escondido.
Ya no me importaba nada. Estaba claro que me habías abandonado y que jamás te
volvería a ver, a ver esos ojos rojo fuego, a ver esa rebelde cabellera negra
azabache con lindas pintas blancas, a ver y sentir tu pequeño y fuerte cuerpo a
mi lado. A ver esa sonrisa que reservabas únicamente para mi. La verdadera. La
sonrisa real. La que a mi tanto me gustaba. Estaba claro que para ti había sido
solo un impuro acto de sexo. Estaba claro que no me amabas.
Así pasaron los dais, encogido en un rincón que aquel diminuto dormitorio 2x2
desvencijado en el cual esperaba mi fin.
No me quedaba nada; te habías llevado todo de mi y jamás me lo regresaste.
Jamás.
Ya pocas veces salía, descubierto y sin molestarme en ocultar mi youki para que
nadie me descubriera. No tenia nada mas que pudiera interesarle a los demonios
de aquel lugar; y si lo tenia ya no me importaba. Me habían tomado por sorpresa
tantas veces que comenzaba a hacérseme costumbre. Una horrorosa, pero costumbre
al fin.
Una madrugada sentí como abrían violentamente la puerta de la cabaña.
Seguramente me habían seguido y estaban esperando el momento justo para atacar.
Podrían haberlo hecho en cualquier momento en realidad, ya ni siquiera tenia
fuerzas para oponer resistencia alguna. Espere en aquel rincón el momento en el
que intentaran poseerme; el momento en el que no resistiría mas y cayera ya sin
vida sobre los asquerosos brazos de cualquier ser que haya tenido la suficiente
astucia de seguirme hasta aquí.
Sentí pasos cerca mío. No me atrevía siquiera a mirar. Ya sabia lo que vendría;
unas manos se aferraban de mi y me tumbaban en el piso para luego comenzar a
arrancarme los trapos que llevaba encima y utilizarme para saciar su ansiedad.
Y de hecho, unas manos se aferraron de mi y me levantaron del rincón donde
estaba. Ya ni miedo tenía, ningún sentimiento me invadía en aquel momento.
Sorpresivamente, los brazos dueños de aquellas manos me rodearon el cuerpo,
seguramente para comenzar a arrancar mi ropa.
Nada ocurrió.
Y por unos cuantos minutos.
- Kurama...- susurro el sujeto que me aprisionaba. Que macabro, lo hizo con una
voz tan similar a la tuya....
No pude resistirme. Abrí los ojos, enfrentándome así al ser maligno que se había
atrevido a tanto. Al que se había atrevido a simular ser tu.
y un día llegare
no importa la distancia
junto a ti estare
con tu resplandor
paso a paso ire
y persistire
a cualquier distancia yo tu vida y tu amor tendr
Me sentí desfallecer de pronto. Las piernas no me aguantaron y caí al
piso.
El youkai que estaba frente a mi se agachó, intentando mantenerme en pie
inútilmente. Me sentó con la espalda contra el muro y se arrodillo frente a mi,
observándome fijamente.
Sentí como una ola de aire frío recorría todas y cada una de mis, algo dañadas
por los golpes, vértebras. Y es que no podía concebir lo que veía.
Frente a mi no estaba nadie mas que el dueño de mis sueños; de mi cuerpo y de mi
corazón. Frente a mi estabas tú, con aquel rostro de preocupación que tenias la
misma noche en la que te vi por ultima vez, con esos ojos rojo fuego clavados en
los verdes míos, con esas pintas blancas en el negro azabache de tu cabello.
Simple y llanamente tu, tal como te recordaba.
- Hiei.. - susurre débilmente -... eres tú.... v-volviste...-
- Si... yo... lamento haberme ido así. De verdad....- dijiste con sinceridad.
- Por que...?- no me salían las palabras.
- Por que... -agacho la vista- porque creí que solo jugabas; que todo lo que
querías era divertirte un rato conmigo y nada mas- susurro. Casi me desmayo al
oírlo.
- Yo jamás pensé algo así!- me defendí, algo desesperado, mientras una lagrima
se derramaba por mi mejilla. No podía creerlo, era el mismo motivo que yo había
pensado por el cual tu me habías abandonado.... nada mas que invertido. - Hiei,
yo... yo te amo!-
Levantaste la vista. Fue la primera vez en mi vida que vi esos rubíes húmedos,
al borde del llanto. Hubo silencio durante unos segundos, los cuales parecían
una eternidad. Nos vimos a los ojos durante todo ese tiempo.
- Zorro estúpido..- dijiste, con un gesto de enfado - Por que demonios entonces
no lo dijiste antes?!, te podías haber ahorrado todo este sufrimiento, idiota!!-
me regañaste. Sonreí débilmente, como hacia mucho que no hacia.
- Creí que.. que no sentías lo mismo por mi, que todo lo que querías era...
sexo.- dije con sinceridad.
- Serás tonto, Kitsune... - exclamaste, abrazándome nuevamente y acercando tus
labios a mi oído. - Te amo... mas que a nada en este mundo- susurraste.
Y ya nada mas me importo. Nada mas. Te tenia de vuelta; lo que mas quería en el
universo entero estaba a mi lado, ya no necesitaba mas nada.
Desde ese momento, estaríamos juntos y para siempre. Sin nada que importe.
Sin nada que nos atemorice
Sin nadie que se interponga entre nosotros
Solos, tu y yo. Y nadie mas.
Paso a paso ire
y persistire
a cualquier distancia yo tu vida y tu amor tendre
Fin
Lyrics: No importa la distancia - Ricky
Martin
Notas de autor: Aqui tienen la tan esperada (si, como no) secuela del
fanfic. La realidad es que cuando escribi Fuego de noche, nieve de dia no tenia
ni la mas minima intencion de hacer un segundo capitulo o similar, pero gracias
a los reviews que me dejaron y a consejos de la gente he decidido que seria lo
mas indicado. Asi, el que desea un final triste que simplemente lea solo ese fic
y el que desea un final feliz, que lea la secuela.
Muchisimas gracias a todos los reviews que me dejaron, se los agradezco
muchisimo y.. nada simplemente eso. Esta secuela va dedicada tambien a
ustedes.
Dedicado a Nicole, a quien le dedique enteramente la precuela de esta historia,
a Chio, quien constantemente me ayuda en la escritura de fics, aconsejándome y
alentándome para que no deje de escribir, y a Fran, la reina del angst a quien
se que le gustara esta secuela. Las quiero mucho!
