Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling
Capítulo 4 A la Madriguera
Casa de los Jenkins 31 de Julio madrugada
-Dumbledore- dijo la voz fría de Snape, -¿Qué haremos ahora, no lo podemos dejar con (Snape crispó un poco su rostro) él, además no sabemos que es lo que desea-.
-Severus- dijo Dumbledore mirándolo fijamente, a lo cual Snape comprendió al instante lo que tenia que hacer, dio media vuelta y salió rápidamente del lugar.
-¿Pero nosotros que haremos?- preguntó Sirius
-No podemos quedarnos sin hacer nada- añadió Remus.
-Por el momento solo esperar- terminó.
En el número 4 de Privet Drive, el ambiente no podría esta mas tenso, a mediados de Julio Harry había recibido un paquete con todos los nuevos invento que los gemelos Fred y George Weasley habían desarrollado y accidental mente la tía Petunia había topado con uno de ellos.
"Bromas Portátiles", eran unas cajitas de apena 2*4 cm. Que al abrirlas ocurrían varias cosas, como por ejemplo gritaban, o dejaban salir pequeños animalitos que desaparecían en una hora pero no dejaban de seguirte, o , en el peor de los casos como le habia tocado a la Tía Petunia, una especie de humo que te pintaba la piel según el humor que tuvieras.
Tia Petunia relucía de varios colores durante una semana, aunque casi siempre era rojo vivo del disgusto.
Harry no pudo aguantarse la risa cuando un día bajo y era de color azul con motitas verdes. -¿que habrá sentido en ese momento?- se pregunta una y otra vez.
Pero la risa no le duró mucho, de hecho justo después del incidente, le cogieron todas las cosas del colegio y le prohibieron usar a Hedwig. Esas dos semanas habían sido las peores de su vida.
Todas la noches despertaba exaltado porque recordaba el día que Voldemort había regresado. Entonces una noche, justo antes de su cumpleaños, su cicatriz le empezó a doler, el dolor era intenso, como cuando Voldemort estaba cerca, pero él no estaba ahí, así que trató de volverse a dormir.
-Pronto tendré noticias de los demás- pensaba para tranquiliarse un poco y lograr volver a dormir.
Caminaba dentro de una casa, no reconocía el lugar, todo estaba oscuro, pero distinguía 2 bultos en el suelo, se acercó, no reconoció a ninguno de ellos, pero sus rostros le eran familiares, sabía que había visto esa expresión de horror antes, - Cedric- dijo para si.
De pronto una mano se extendió y el dolor fue insoportable.
Harry se levantó de golpe- ¿Qué había sido eso?
Abrió los ojos y vió tres lechuzas que picoteaban desde la ventana, buscó sus gafas y fue a abrirles. La primera era Pig, las otra dos eran de color marrón, una era de Hermione y la otra provenía de Hogwarts.
-Falta una- pensó y buscó en el cielo para ver si encontraba a la otra lechuza o cualquier tipo de ave, pero no había nada.
Los días siguieron pasando y ninguna noticia de Sirius. -Espero que no le haya pasado nada- , - y si lo atraparon-. Estos pensamientos predominaban en su mente.
Harry pensó que tendría que quedarse el resto de las vacaciones en casa de los Dursleys ya que no tenía noticia alguna del mundo mágico. Pero un día algo increíble pasó.
-Buenos días, estoy buscando al joven Harry Potter- oyó desde su habitación y enseguida un portazo.
Harry miró por la ventana de su alcoba y ahí estaba con cara de incredulidad su antiguo profesor de DAO Remus Lupin.
Venía vestido con una túnica de mago algo raída y vieja, Harry pensó que ese habia sido el motivo por el cual el tío Vernom siquiera dijo algo y le cerró la puerta de golpe.
-¡POTTER!- gritó desde la salita de estar.
Harry bajó corriendo.
-Te buscan- dijo mirando a Harry con una furia innata.
Harry sabía que no dejaría entrar a ningún mago a su casa, no desde el incidente del año anterior y eso alegró a Harry ya que Hablar con el profesor Lupin delante de los Dursleys no sería muy agradable.
Salió rápidamente, miró a Remus y lo que hizo fue preguntarle directamente por Sirius.
-Harry, él esta bien- contestó, - solo que esta haciendo cosas importantes- .
Harry se atrevió a preguntar, pero Remus solo contestó: ES ASUNTO CLASIFICADO
-Voy a Ir al Punto - dijo de manera clara y directa.
Harry lo miró suspicaz.
-Debes venir conmigo, ahora, te llevaré a casa de tu amigo Ron, pero debe ser en este preciso momento.-
A Harry todo esto lo confundía, ni una sola noticia sobre el mundo mágico y ahora, sin mas, tendría que salir, sin hacer preguntas, hacia la casa de su mejor amigo Ron.
Los Dursley no pudieron haber recibido mejor noticia.
-Y ¿Cómo piensan irse?- le preguntó El Tio Vernom a Remus, como si esperase que dijera algo inapropiado para echarlo de su casa inmediatamente.
Remus sacó una bolsa con algo que parecían cenizas.
Los Dursley se hecharon para atrás.
-De ninguna Manera- Bramó el señor Dursley al ver los polvos Flu.
-Pero señor, es la única manera -dijo Remus- a menos que usted acceda a llevarnos.
Harry no pudo evitar sonreír al ver la cara que puso su tío.
-Esta bien- refunfuño.
Y Remus le dedicó una sonrisa.
Harry entró a la chimenea y se hizo un silencio total, desde la cocina se escuchaban las noticias de la tarde.
"Y sigue la búsqueda del Joven Henry Jenkins, que desapareció el 31 de Julio, después de que sus padres fueron asesinados".
-Harry- interrumpió Remus el silencio, -debes irte ya-.
Harry tomó un puñado de polvos Flu y gritó: -A LA MADRIGUERA-
En pocos segundos se encontraba rodeado de la familia que más le gustaba del mundo mágico, los Weasley.
Capítulo 4 A la Madriguera
Casa de los Jenkins 31 de Julio madrugada
-Dumbledore- dijo la voz fría de Snape, -¿Qué haremos ahora, no lo podemos dejar con (Snape crispó un poco su rostro) él, además no sabemos que es lo que desea-.
-Severus- dijo Dumbledore mirándolo fijamente, a lo cual Snape comprendió al instante lo que tenia que hacer, dio media vuelta y salió rápidamente del lugar.
-¿Pero nosotros que haremos?- preguntó Sirius
-No podemos quedarnos sin hacer nada- añadió Remus.
-Por el momento solo esperar- terminó.
En el número 4 de Privet Drive, el ambiente no podría esta mas tenso, a mediados de Julio Harry había recibido un paquete con todos los nuevos invento que los gemelos Fred y George Weasley habían desarrollado y accidental mente la tía Petunia había topado con uno de ellos.
"Bromas Portátiles", eran unas cajitas de apena 2*4 cm. Que al abrirlas ocurrían varias cosas, como por ejemplo gritaban, o dejaban salir pequeños animalitos que desaparecían en una hora pero no dejaban de seguirte, o , en el peor de los casos como le habia tocado a la Tía Petunia, una especie de humo que te pintaba la piel según el humor que tuvieras.
Tia Petunia relucía de varios colores durante una semana, aunque casi siempre era rojo vivo del disgusto.
Harry no pudo aguantarse la risa cuando un día bajo y era de color azul con motitas verdes. -¿que habrá sentido en ese momento?- se pregunta una y otra vez.
Pero la risa no le duró mucho, de hecho justo después del incidente, le cogieron todas las cosas del colegio y le prohibieron usar a Hedwig. Esas dos semanas habían sido las peores de su vida.
Todas la noches despertaba exaltado porque recordaba el día que Voldemort había regresado. Entonces una noche, justo antes de su cumpleaños, su cicatriz le empezó a doler, el dolor era intenso, como cuando Voldemort estaba cerca, pero él no estaba ahí, así que trató de volverse a dormir.
-Pronto tendré noticias de los demás- pensaba para tranquiliarse un poco y lograr volver a dormir.
Caminaba dentro de una casa, no reconocía el lugar, todo estaba oscuro, pero distinguía 2 bultos en el suelo, se acercó, no reconoció a ninguno de ellos, pero sus rostros le eran familiares, sabía que había visto esa expresión de horror antes, - Cedric- dijo para si.
De pronto una mano se extendió y el dolor fue insoportable.
Harry se levantó de golpe- ¿Qué había sido eso?
Abrió los ojos y vió tres lechuzas que picoteaban desde la ventana, buscó sus gafas y fue a abrirles. La primera era Pig, las otra dos eran de color marrón, una era de Hermione y la otra provenía de Hogwarts.
-Falta una- pensó y buscó en el cielo para ver si encontraba a la otra lechuza o cualquier tipo de ave, pero no había nada.
Los días siguieron pasando y ninguna noticia de Sirius. -Espero que no le haya pasado nada- , - y si lo atraparon-. Estos pensamientos predominaban en su mente.
Harry pensó que tendría que quedarse el resto de las vacaciones en casa de los Dursleys ya que no tenía noticia alguna del mundo mágico. Pero un día algo increíble pasó.
-Buenos días, estoy buscando al joven Harry Potter- oyó desde su habitación y enseguida un portazo.
Harry miró por la ventana de su alcoba y ahí estaba con cara de incredulidad su antiguo profesor de DAO Remus Lupin.
Venía vestido con una túnica de mago algo raída y vieja, Harry pensó que ese habia sido el motivo por el cual el tío Vernom siquiera dijo algo y le cerró la puerta de golpe.
-¡POTTER!- gritó desde la salita de estar.
Harry bajó corriendo.
-Te buscan- dijo mirando a Harry con una furia innata.
Harry sabía que no dejaría entrar a ningún mago a su casa, no desde el incidente del año anterior y eso alegró a Harry ya que Hablar con el profesor Lupin delante de los Dursleys no sería muy agradable.
Salió rápidamente, miró a Remus y lo que hizo fue preguntarle directamente por Sirius.
-Harry, él esta bien- contestó, - solo que esta haciendo cosas importantes- .
Harry se atrevió a preguntar, pero Remus solo contestó: ES ASUNTO CLASIFICADO
-Voy a Ir al Punto - dijo de manera clara y directa.
Harry lo miró suspicaz.
-Debes venir conmigo, ahora, te llevaré a casa de tu amigo Ron, pero debe ser en este preciso momento.-
A Harry todo esto lo confundía, ni una sola noticia sobre el mundo mágico y ahora, sin mas, tendría que salir, sin hacer preguntas, hacia la casa de su mejor amigo Ron.
Los Dursley no pudieron haber recibido mejor noticia.
-Y ¿Cómo piensan irse?- le preguntó El Tio Vernom a Remus, como si esperase que dijera algo inapropiado para echarlo de su casa inmediatamente.
Remus sacó una bolsa con algo que parecían cenizas.
Los Dursley se hecharon para atrás.
-De ninguna Manera- Bramó el señor Dursley al ver los polvos Flu.
-Pero señor, es la única manera -dijo Remus- a menos que usted acceda a llevarnos.
Harry no pudo evitar sonreír al ver la cara que puso su tío.
-Esta bien- refunfuño.
Y Remus le dedicó una sonrisa.
Harry entró a la chimenea y se hizo un silencio total, desde la cocina se escuchaban las noticias de la tarde.
"Y sigue la búsqueda del Joven Henry Jenkins, que desapareció el 31 de Julio, después de que sus padres fueron asesinados".
-Harry- interrumpió Remus el silencio, -debes irte ya-.
Harry tomó un puñado de polvos Flu y gritó: -A LA MADRIGUERA-
En pocos segundos se encontraba rodeado de la familia que más le gustaba del mundo mágico, los Weasley.
