Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling

Capitulo 7

El expreso a Hogwarts.

Henry estaba confundido, tantas cosas habían pasado y ¿Qué era este lugar?, el viejo que habia dicho llamarse Dumbledore no había vuelto desde aquel día, no le habían dado muchas explicaciones, pero cuando preguntó si podía volver a su casa la respuesta habia sido un rotundo no, "Ay cosas que debes comprender primero" le contestó y ese no le agradaba nada, tres días habían pasado, aun sentía el dolor de las heridas exteriores pero interior mente se sentía mucho mejor, le preocupaba un poco la salud de su tutor Snape, ya que no había despertado desde entonces, tanto tiempo solo lo hacia divagar mucho, entonces su cabeza hizo una conexión que no había hecho antes, había otro hombre aquel día, aquel que había sido llevado inconsciente, ¡BLACK! Se llamaba, él lo habia salvado de la maldición asesina, pero ¿Dónde estaba? ¿Acaso él?.... Ni lo pienses, pero el hecho de no haberlo visto le preocupaba. Definitivamente tenía que hacer algo sino su mente no lo dejaría en paz, cuando la enfermera pasaba a checarlos trataba de hacerle charla, pero ella solo le decía que tenía que descansar. Al día siguiente, trató de ponerse de pie, apenas había podido levantarse, sentía que si daba un paso caería al momento, no tenía nada para sujetarse así que se recargó en la pared, era inútil no podía moverse.

-No te desesperes chico- oyó desde la puerta, cayó sentado a la cama. Y giró para ver quien le había hablado, era un hombre joven de sus facciones pero tenía en su cabello castaño claro algunas canas y sus ojos color miel lo miraban atentamente.

Henry se sintió algo incómodo, pero justo detrás de él entro la persona en la que había estado pensando. Traía un bastón para apoyarse. Ambos caminaron hasta quedarse frente a la cama donde estaba.

-Mucho gusto- dijo el de los ojos miel -Yo soy Remus Lupin- y extendió su mano.

-Demasiado formal- dijo el de los ojos azules.

-A mi me puedes llamar Sirius-

-Muchas gracias señor Black- dijo Henry

Sirius y Remus se quedaron expectantes.

-¿Cómo?-

-Recuerdo bien aquel día señor Black, lo recuerdo a usted..........- Henry enmudeció, no deseaba recordar nada.

Sirius se colocó enfrente de él, lo tomó por los hombros.

-Henry, mírame, eso ya pasó, ya pasó, debes dejarlo pasar-

Henry no pudo evitar sonreír, había algo en esta persona que lo hacía sentir bien. Tanto Remus (que se encontraba enojadísimo con Sirius, por el hecho de haber arriesgado su vida, ya que para él Sirius era lo único que le quedaba, el único recuerdo Vivo de los mejores años de su vida) pasaron todo el día con el, animándolo y haciéndolo reír, no podían decirle nada, pero hacerlo sentir mejor era suficiente para ellos.

Faltaba solo un día para el primero de septiembre y con los Weasley el ambiente había mejorado un poco con la llegada de Charlie, ya que no se encontraba porque había tenido mucho trabajo desde el torneo de los tres Magos.

Muchas personas trataban de lidiar con dragones, escapar de ellos, o molestarlos y siempre resultaban heridos, quemados y en el peor de los casos sin algún miembro corporal.

Las historias cada vez eran mejores.

-Entonces, el mago suizo trató de distraer al dragón con luces de colores. Resultó todo quemado de la ropa, ¡imaginen a mis compañeras!.-

-Si, imaginen la cara de Natalie- dijo Fred. Guiñando un ojo.

-Si- repuso George.

-O la de Nancy-.

Charlie se puso rojo.

-No, esperen- dijo Ginny, -Y que me dicen de Nadine-.

Charlie se puso aún más rojo y todos rieron, lo que pasaba era que Charlie en su trabajo tenia de compañeras a una trillizas que estaban completamente enamoradas de él y siempre lo acosaban, y se peleaban entre ellas para llamar su atención, pero a él le gustaba Nadine y no se atrevía a decircelo por la reacción que tendrían sus hermanas.

Esa mañana recibieron una visita muy especial, Remus habia aparecido para desayunar, se veía mucho más relajado que la vez anterior y justo detrás de él apareció Sirius, el cual llevaba un bastón para apoyarse ya que una de sus piernas estaba rígida .

Sirius pensaba que Harry se lanzaría sobre él cuando apareciera pero no fue así, de hecho parecía que Estaba enojado con él, al igual que Remus que ni siquiera le dirigía la palabra.

El desayuno pasó tranquilamente, nadie preguntaba nada. Justo al terminar Harry se levantó y se fue a la habitación en donde dormía (la de Ron).

Sirius fue tras él, Ron y Hermione iban a seguirlos, pero la señora Weasley les hizo el ademán de que no lo hicieran.

Harry llegó a la habitación, se detuvo justo a la entrada, ahí Sirius le dio alcance.

-Lo siento Harry- le dijo.

Pero Harry no dijo nada, abrió la puerta y entró en la habitación, Sirius entró detrás y cerro la puerta.

-¿Por qué lo sientes?-, - no me has hecho nada.- contestó sin siquiera dirigirle la mirada.

-Lo siento por no estar contigo, te hice una promesa, pero habia algo muy importante...-

-¡Más importante que Yo!- lo interrumpió

Sirius se quedó callado, ¿cómo lidiar con eso?.

-No es lo que crees Harry- Sirius miró a su ahijado.

Harry sabia que su intensión no era mala, de hecho ahora que lo pensaba mejor tal vez le había ocurrido algo, de hecho le preocupó que llevara la pierna rígida. Luego recordó que había engañado a todos sobre su paradero, todos los sentimientos encontrados hacían que el estómago se le revolviera, pero el hecho que más le molestaba era que lo habían tenido fuera de todo, y este era el momento para averiguarlo todo.

-¿Qué te ha sucedido?- preguntó.

Sirius lo que más deseaba era contarle todo, pero habia prometido a Dumbledore que no lo haría, y volver a romper la confianza de él sería mucho, incluso por olvidar mencionárselo a Harry. Tuvo que inventar algo.

-Fui atacado por mortífagos- mintió.

A Harry no le convencía mucho esa respuesta, pero era algo lógico, y si era cierto no sería apropiado que le reclamase que mintiera sobre su paradero y además muy adentro se sentía tan feliz de verlo y por que razón arruinaría algo de felicidad.

-Estaba preocupado por ti- dijo casi sollozando y se lanzó a darle un gran abrazo.

En la parte baja de la casa los demás se encontraban un poco tensos, y Lupin no daba su brazo a torcer, no habían podido sacarle nada y por más que trataran de oír no lo conseguían. Pero al ver que Harry bajaba con una sonrisa se relajaron un poco, continuaron con el desayuno incluso Harry se atrevió a repetir.

El resto del día se la pasaron jugando al Quidditch, Charlie realmente era muy bueno como buscador pero le hacía algo de practica y de vez en cuando Sirius les contaba como había sido su pelea con los mortífagos y de cómo había salido casi ileso.

Remus parecía molesto por ello, mentirles a los chicos no estaba bien, pero era mucho mejor que decirles la verdad, al menos hasta que llegaran a Hogwarts. Ya entrada la noche ambos se retiraban.

-A sido un placer- dijo Remus sonriente y preparó la chimenea

-Ya vámonos BLACK-.

La sonrisa que Sirius traía se quitó al oír que su compañero lo llamaba de esa manera.

-Ya voy LUPIN,- contestó y se metió en la chimenea. - A LA CASA LUPIN- gritó y desapareció al instante.

-Nos vemos chicos- Remus les sonrió y desapareció unos instantes después.

-Han oído la forma en que se llamaron- dijo Hermione suspicasmente.

-Por supuesto Hermione- repuso Ron, -Black y Lupin. Así se llaman ¿No?.

-Ay Ron, me refiero a la manera, aprecian molestos-

Los dos asintieron, habia algo que no estaba bien, o si no Lupin no estaría tan molesto.

Subieron a sus habitaciones para acomodar las pertenencias en los baúles, ya que mañana partirían hacia Hogwarts.

Esa noche durmieron placidamente.

A la mañana siguiente se levantaron muy temprano, desayunaron y marcharon hacia King Cross, los primeros en pasar hacia el anden 9 3/4 fueron los señores Weasley con Ginny, después los gemelos y por último Harry, Hermione y Ron.

Y ahí estaba el flamante expreso Escarlata, faltaban 5 minutos para que partiera, acomodaron sus baúles en uno de los vagones del medio. Bajaron para despedirse de los Weasley. El expreso comenzó a andar y en poco tiempo dejaron la ciudad atrás, al medio día pasó la señora del carrito y Harry compró para todos ranas de chocolate.

-No puedo creerlo- Repuso Ron. -Otra vez Dumbledore-

A Harry le tocó la última que le faltaba y se la intercambió.

-¡POR FIN!, toda la colección, no creo que haya mago alguno que la tenga completa.-

Ron estaba más que feliz.

Extrañamente ese día estaba haciendo mucho calor y Harry se sentía abochornado, así que salió a tomar algo de aire fresco al pasillo, y cuando salió tropezó con un niño que iba a iniciar su curso en Hogwarts.

-Hola- dijo Harry

Pero el chico lo vió y salió corriendo.

-¿Qué raro?- pensó. Y después de unos 5 minutos entró al compartimento.

-Oye Hermione, no se supone que este año serias prefecto?

Hermione se sonrojó un poco.

-Lo he rechazado-

-¿Qué?- los chicos estaban sorprendidos.

-Si, ya lo sé, pero piénsenlo, si Yo fuera prefecta les quitaría demasiados puntos por todos las reglas que rompen-

-Rompemos- dijo Harry.

-Como sea, además tengo otras cosas por las cuales preocuparme.-

Los tres rompieron en risas.

Justo en ese momento Draco Malfoy entró al compartimento.

-Ríanse cuanto puedan perdedores, porque pronto ya no podrán-

-Cállate Malfoy- repusieron los tres.

Pero Draco tenia esa sonrisa Malévola que nadie le quitaba y miró a Harry.

-Yo que tu lo cuidaba Potter, no te lo vayan a quitar- y salió del compartimento.

Las risas acabaron ¿A que se refería Malfoy? Se preguntaban una y otra vez, pero el expreso aminoró la marcha, pronto llegarían así que tomaron sus túnicas y se cambiaron.

Cuando bajaron del tren reconocieron la voz de Hagrid que llamaba a los de primero, fueron a saludarlo.

-Hola chicos- dijo y el trío contestó el saludo.

-¡LOS DE PRIMERO POR ACÁ!- gritó de nuevo y un montón de niños se acercaron.

-Son muchos este año ¿Verdad?- dijo mientras que ellos se acomodaban en las balsas

Harry notó al pequeño rubio con el que había chocado en el tren.

-Bueno chicos, márchense de una vez, no los vayan a dejar-

Se marcharon y llegaron hasta el castillo donde en el gran comedor había un ambiente excepcional.