Capítulo 7: Lágrimas.
Mayo 14, Jueves.
16:25 Hrs.
Hikari invitó a Kenia a sentarse a su lado. La chica se veía muy nerviosa…
La hermana de Taichi le ofreció algo para tomar, pero ella se negó.
El silencio se estaba haciendo molesto, Hikari no estaba segura de cómo relacionarse con Kenia…
-Em, y… - Suspiró. – Ah, la verdad es que no sé nada de ti, no he tenido la oportunidad de hablar con Sora-san sobre su familia… ¿Ppor qué no me cuentas un poco mientras la esperamos?
Kenia no parecía muy complacida con la idea, pero se mostró cortés y lo encontró mejor opción a quedarse callada.
-Pues, tengo dieciséis años cumplidos hace poco. Mi tipo de sangre es AB. Estudio segundo de preparatoria y vivo con mis padres en Shinjuku.
-Preparatoria… - Hikari suspiró. - Echo de menos mis tiempos en la escuela, ¡La Universidad es mucho más difícil! – Exclamó, recordando la cantidad de tareas que tenía pendiente.
-Disculpa, pero yo no sé mucho de ti tampoco…
-Oh, claro. Mi nombre completo es Yagami Hikari, tengo dieciocho, mi tipo de sangre es A y estoy en primer año de Fotografía.
-Tú eres la hermana de… ¿Cómo se llamaba?… - Kenia trató de hacer memoria. - ¿Tachi?
-TaIchi. Sí, soy su hermana menor.
-Ah, es que tengo algunas fotos de Sora-neechan cuando pequeña y en casi todas sale con ese chico, era su mejor amigo, ¿No?
-¡Y aún lo sigue siendo!
-Que bueno… - el tono de voz de la chica se volvió triste de nuevo. – No sabes… ¿No sabes si Sora le ha dicho algo respecto a… a mi papá?…
Hikari temió que Kenia soltara las lágrimas de manera brusca, y así fue… La chica no pudo más y se abrazó a la joven Yagami en busca de consuelo.
-En realidad, no sé, yo… Kenia-san… - No sabía qué decir. "¿Qué hago con ella?"
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17:09 Hrs.
Luego de un agotado partido de práctica, Takeru llegó algo cansado a casa. Al abrir la puerta y encontrarse con la hermana de Taichi en casa se sorprendió.
-¿Hikari-chan? ¿No ibas a salir hoy?
La chica hizo una mueca ante la pregunta, y rápidamente desvió el tema.
-Ayúdame un poco, ¿Sí? – Dijo, indicando a la muchacha que lloraba en su hombro.
Takeru no alcanzó a acercárseles, pues en ese momento sintió la puerta abrirse de nuevo, esta vez por Mimi, quien sin saludar a nadie pasó corriendo por su lado y subió las escaleras hacia su habitación. Takeru notó con claridad las lágrimas que recorrían las mejillas de su amiga "rubia".
El rubio miró de nuevo hacia Hikari y la muchacha en sus brazos, murmuró un "disculpa" y subió las escaleras tras la chica Tachikawa.
-Ya, Kenia-san, por favor, no llores más… - Fue lo último que escuchó decir a Hikari mientras subía.
Golpeó la puerta en la cual colgaba un pequeño afiche escrito en romaji que decía el nombre de su dueño.
-¿Mimi-san? – Silencio. - ¿Puedo pasar?
Ella no se molestó en responder, y Takeru simplemente entró a la habitación.
El cuarto de Mimi se veía bastante ordenado para ser de ella… Aunque tenía un exceso de muebles notorio… el chico encontró a la susodicha acurrucada a los pies de su cama, abrazando a un enorme gorila de peluche, hundiendo su cara completamente en él.
-¿Mimi, estás bien? ¿Qué fue lo que te pasó?
La muchacha no respondió hasta que él se sentó a su lado. En ese momento ella dejó el peluche y se acurrucó en el hombro de su amigo.
-¿Sabías… sabías que tu hermano es-está loco? – Dijo finalmente, con algo de hipo causando por el exceso de lágrimas. Luego rió a causa de su mala suerte. – Mira que… rechazar a una chica como yo…
Takeru no dijo nada. Sabía que a Mimi le gustaba su hermano, pero nunca esperó que tanto como para declarársele…
-Me duele el pecho, y ni sé porque… Tampoco entiendo porque lloro… No debería llorar, ¿Verdad? Es tonto llorar por cosas como esta…
El chico Takaishi siguió sin decir nada, y eso comenzó a molestar a Mimi.
-¿Por qué te quedas callado? ¿Por qué no me dices nada? – Se separó bruscamente de él y volvió a apretar a su peluche con rabia. - ¿No deberías decirme que todo va a estar bien? ¿Que es una suerte que no estuviese realmente enamorada de Yamato? ¿Que fue un idiota al rechazarme? ¡¿Algo?!
Ella lo miró con el ceño fruncido. Él bajó la vista.
-No sé que decirte, Mimi… Nunca he pasado por una situación así… Y bueno, sabía que mi hermano te rechazaría, pero no es su culpa si no puede corresponder tus sentimientos…
-Eso lo sé. Yamato me dijo las razones.
El basquetbolista se sorprendió. No imaginó que Yamato estuviera tan seguro como para decirle…
-Así que… te dijo…
Ella asintió.
-Y si no estuviera tan molesta conmigo misma y con él, lo encontraría interesante…
Mimi parecía seria al hablar, pero de todas maneras hizo que Takeru riera con el comentario.
-Realmente no entiendo a las mujeres…
-Pues yo no entiendo a los hombres. – Declaró ella. - Definitivamente es de una manera muy extraña como es que les funciona el cerebro…
El hermano de Yamato finalmente vio una sonrisa en el rostro de su amiga. Ya estaba mucho mejor…
-¿Estarás bien entonces?
-Yo creo… Me resultará incómodo, eso s
-Espero que no demasiado… - Pausó. – ¿Quieres que te traiga un vaso de agua?
-Si fueras tan amable…
Takeru bajó las escaleras con lentitud. Tendría que hablar con su hermano una vez que éste regresara. Vaya el lío que se había armado… Se alivió de no escuchar más el llanto de abajo, porque quería decir que la chica que estaba con Hikari se encontraba mejor… O eso parecía, pues cuando apareció nuevamente frente al living, la chica en cuestión no tenía lágrimas en los ojos y conversaba más tranquila con la menor de los Yagami.
El timbre sonó.
-Yo abro… - Avisó Takaishi. - ¿Sí, diga?
Un muchacho de su exacta edad estaba en la entrada esta vez. Sus ojos eran color chocolate, su tez morena y poseía un cabello desordenado y en punta color marrón. Era más bajo en altura, sí, y en su cabeza usaba un objeto que Takeru había visto antes… Los goggles de Taichi.
-Disculpa, pero… ¿No vive aquí Takenouchi Sora?
-Sí...
-Takeru-chan, ¿Quién es? – Hikari se acercó a la puerta y vio al recién llegado. Lo reconoció de inmediato. - ¿¿Daisuke??
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17:23 Hrs.
El paso parecía constante pero se iba degradando… Después de un día lleno de exámenes caminar rápido era casi imposible para Jou, por mucho que deseara regresar a casa lo más pronto posible.
Por una suerte que podría ocurrir una vez en un millón, al entrar Kido al tren que le correspondía, se encontró con una figura conocida.
-Hey, hola Yamato. – Lo saludó de inmediato, llamando su atención con las manos.
El rubio alzó la vista y embozó una sonrisa.
-Hola.
-Es un milagro que nos hayamos encontrado a estas horas aquí. Es cuando más se llena de gente…
-Cierto...
Ishida no parecía en la mejor disposición para conversar. Se mostraba distraido.
-¿Por qué esa cara? ¿Tuviste un mal día?
El hermano de Takeru dudó por un momento, pero luego suspiró resignado.
-El día estuvo bien, pero tuve unos cuantos problemas con una chica…
-¿Tú? ¿Problemas con chicas? – El estudiante de medicina no pudo evitar ser burlón al respecto. – Tal vez yo no te haya visto actuar directamente con una chica, pero sé que no puedes de tener problemas con ninguna, ¿Qué pasó?
-No era cualquier chica, era Mimi.
-¿Uh? ¿Mimi-chan?
-Sí… - Yamato bajó la vista. Claras señales de que no quería hablar de ello. – Pero bueno, ya pasará… - Decidió cambiar de tema. - ¿Y bien? ¿Qué tal estás TÚ con las chicas?
Jou se ruborizó.
-¿A qué te refieres?
-A cierta persona que suele llamar al menos dos veces por semana a la casa… Tiene voz suave, claramente NO es hermana tuya y no nos has contado nada de ella… - Yamato embozó una sonrisa pícara. - ¿Nos contarás algún día o dejarás que sigamos creando historias respecto a ustedes dos?
El joven Kido calló, pensando bien su respuesta… Pero no pudo encontrar ninguna buena palabra.
-Se llama Umi… - Aclaró, finalmente. – Y es mi prometida.
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17:24 Hrs.
-¿Daisuke-kun, en serio eres tú?
-¿Hikari-chan? ¡Que gusto verte!
El recién llegado le sonrió cariñosamente a la hermana de Taichi, aunque estaba sorprendido de verla… Ella también, pero no dudó en hacerlo pasar.
-¿Qué haces aquí? – Se preguntaron al mismo tiempo.
Rieron, mientras Takeru los miraba extrañado.
-¿Se conocen?
-Claro, Daisuke-kun iba a la escuela conmigo y estaba en el club de fútbol de mi hermano.
El rubio asintió, al fin entendiendo porqué los goggles de Taichi estaban en la cabeza de otro chico.
-¿Y cómo nos ubicaste? – Interrogó la chica a su viejo amigo. - ¿Te contactaste con Taichi?
-Um, no… En realidad… - El chico no terminó su frase, apenas vio a la hermana de Sora instalada en el living corrió hacia ella. - ¡Kenia!
La susodicha se veía, al igual que Hikari momentos atrás, sorprendida de ver a Daisuke, pero la diferencia fue que el muchacho se le acercó y la abrazó con ternura.
-¿Ustedes dos también se conocen? – Volvió a preguntar Takeru.
-Sí… - Kenia se tomó su tiempo para responder, sintiendo que se sonrojaba. – Dai-kun es mi novio.
La hermana de Taichi quedó con la boca completamente abierta… Motomiya Daisuke, el chico que la estuvo persiguiendo sólo ella sabe por cuánto tiempo… Ahora tenía novia. ¡Y nadie más que la hermana de Sora!
-¡Vaya, felicidades, Daisuke-kun! – Exclamó, con una enorme sonrisa. – Que curioso que tu novia sea hermana de la mejor amiga de mi hermano…
El chico estaba sonrojado ante la reacción de Hikari. Que ya no la quisiera de la misma manera no quitaba que aún hubiera sentimientos extraños en su relación… Incluso ella podía reconocer eso.
-Gracias… ¿Pero qué quieres decir con lo de la hermana de la mejor amiga…?
-La chica que estabas buscando… - Explicó Takeru. - Takenouchi Sora, vive aquí, con todos nosotros.
-¿Y tú quien eres? – Finalmente uno de ellos se dio cuenta de que Takeru jamás fue presentado.
-Él es Takaishi Takeru-chan, mi mejor amigo de infancia.
Daisuke asintió, aunque frunció el ceño ante el sufijo "chan" por parte de Hikari para nombrar al rubio. Después giró su atención a su joven novia.
-Kenia, tu mamá me pidió que te buscara. – Le contó a su actual chica. - ¿Por qué te fuiste de la casa de esa manera?
-Ya sabes bien por qué, Dai-kun… No quiero volver.
-Kenia, no seas testaruda…
Los otros dos presentes se dieron cuenta de que estaban de más en la escena, y prefirieron retirarse a la cocina.
-Oye, ¿No que Motomiya era el nombre del chico que te perseguía en la escuela? – Cuestionó Takeru.
-El mismo. – Hikari suspiró.
-Pues, parece haberte olvidado.
-Sí, menos mal…
-¿Por qué nunca saliste con él? – Preguntó después. – Taichi-san me contó que tuviste muchos novios durante preparatoria.
-Lo quería mucho como para hacerle eso…
Takeru no entendió a lo que la chica se refería con eso, ¿Es que acaso sus novios no le importaban en ese tiempo? Iba a interrogarla al respecto, pero ella habló primero.
-¿Qué fue lo que le pasó a Mimi-chan?
-Ah, verdad, ¡Quedé de llevarle un vaso de agua! – El muchacho se llevó la palma de su mano a su frente y luego fue por un vaso.
-Pero bueno, ¿Qué fue lo que le pasó? – Insistió ella.
-Nada, nada, ya se le pasar
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17:25 hrs.
-¡¿Tu prometida?!
-shhh, Yamato, baja la voz, no tienes por qué gritarlo.
-No es como que al resto de esta gente le moleste escucharlo, pero en serio ¿Prometida? ¿Ni siquiera novia, sino que prometida?
Yamato y Jou bajaron del tren al llegar a la estación de Nagatacho. El músico estaba inundando a su amigo de preguntas, mientras el susodicho sólo respondía vagamente, bastante ruborizado…
-Pues s
-Pero… ¿Y cómo?
-Qué sé yo… - Jou se rascó la cabeza. – Éramos novios desde preparatoria, nos conocimos en secundaria, fue mi mejor amiga… Pasamos tanto tiempo juntos que una cosa llevó a la otra y antes de venirme a vivir con ustedes le propuse matrimonio.
-Y la quieres mucho, ¿Verdad?
-Claro que sí.
Yamato sonrió, se alegraba mucho por su amigo. Le dio unas palmadas amistosas en la espalda.
-¡Te felicito!
Jou suspiró y luego sonrió también, agradeciendo el apoyo. En verdad tenía mucha vergüenza de confesarle todo eso a sus amigos, sintió mucho alivio con la reacción del hermano de Takeru.
-Gracias.
-¿Y cuándo piensan casarse?
-No tenemos ninguna fecha aún, quedamos de casarnos cuando termináramos nuestras respectivas carreras, ella estudia Biología Marina. Digamos que sólo quedó como una promesa, no pensamos en nada de eso todavía.
-¿Qué tipo de matrimonio tendrán? ¿Shinto, cristiano…?
-Yo soy budista, pero Umi-chan es católica. A mí me da igual, supongo que será por una iglesia católica…
Yamato sonrió con más ganas.
-¿Entonces seré yo tu padrino de bodas?
-Yamato, no bromees… Aún falta para eso…
-¡Pues no dejaré de molestarte hasta que me digas que sí! ¿O quieres que le cuente a todos sobre tu 'Umi-CHAN'?
-¡Hey, eso es chantaje!
Ishida asintió, disfrutando tal vez más de lo que debería, al menos al parecer de Jou, de la embarazosa situación en la que estaba su amigo.
Continuará...