CASA PARA OCHO

Capítulo 8: Infraganti.

Mayo 15, Viernes.

06:37 Hrs.

El viento de la mañana era leve. Aún no amanecía por completo, pero el cielo estaba despejado, indicando que el final de la primavera se acercaba…

Sora trataba de no hacer mucho ruido al entrar a la casa. Sabía que sus compañeros ya deberían estar despiertos a esta hora, para partir temprano a las respectivas clases de cada uno, pero no quería llamar la atención…

-¡SORA!

Demasiado tarde.

-Ah, buenos días, Hikari-chan…

-¿Cómo se te ocurre llegar a estas horas, Sora? – Exclamó la menor de los Yagami.

-Estabamos preocupados… - Agregó Mimi, tratando de traducir el enojo de la hermana de Taichi en preocupación.

-Mimi-chan tiene razón. – Interrumpió Jou. - ¿Dónde te habías metido?

La recién llegada tenía cara de culpable, pero no tenía pensado pedir disculpas.

-Les avisé ayer que no volvería hasta hoy…

-Dejaste un mensaje en la contestadota. - Dijo Yamato, en tono severo. – Eso no es avisar.

La verdad es que los siete chicos estaban frente a la mesa del comedor mirándola seriamente. Ninguno de ellos había sabido nada de la chica Takenouchi en toda la noche.

-¡Oigan, no es mi culpa si me dan a última hora un trabajo en grupo y tengo que quedarme en la casa de un compañero TODA LA NOCHE DESPIERTA para acabarlo! – Exclamó Sora a la defensiva.

Los siete muchachos bajaron la cabeza, en realidad no deberían tratarla as

-Ya, ya… lo sentimos, Sora. – Aclaró Taichi, tratando de bajar los humos de tensión. – Lo que pasa es que tu hermana estuvo ayer tratando de ubicarte y…

La colorina levantó la cabeza.

-¿Kenia estuvo aquí?

-Sí, se veía deprimida, pero no nos quiso decir a nosotros cual era el problema. – Explicó Hikari. – Era algo relacionado con tu padre…

Algo en los ojos de Sora cambió por un momento. Se oscurecieron.

-Ah… ¿Y al final decidió irse?

-Daisuke la vino a buscar. – Contó Taichi, sonriendo. – Realmente el mundo es muy pequeño…

-¿Conoces a Motomiya-kun, Tai?

-Claro, iba en la misma escuela que Hikari y yo, éramos compañeros en el club de fútbol.

-Creo que deberías llamar a tu casa. – Dijo Yamato, volviendo al tema original. – Kenia-chan aún debe estar preocupada.

-Sí, llamaré más tarde…

Por alguna razón, Sora no sonaba muy convincente…

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06:46 Hrs.

-Ah, Mimi, ¿Podemos hablar a solas un momento?

Takeru miró a su hermano al escucharlo hablar con su amiga. No había tenido tiempo de preguntarle a él sobre su versión de la historia… vio como Yamato y Mimi se metían a la cocina para conversar tranquilos.

-¿De qué quieres hablar? – Interrogó la chica, algo nerviosa. No era capaz de mirarlo a los ojos todavía.

Yamato estaba serio, realmente no sabía cómo plantear el tema. Era incómodo estar con una persona que se te había declarado el día anterior…

-Quería saber si todo está bien… ¿Estás enojada conmigo?

Ella agitó la cabeza.

-Claro que no… No puedo cambiar los sentimientos de las personas de esa manera, si no soy correspondida es cosa mía, no debes preocuparte por eso.

-Pero… - El chico tragó saliva. – Respecto a lo otro que te dije…

-Ah, eso. – Mimi no pudo evitar sonreír a pesar de su suerte. – Creo que es… lindo.

-... ¿Lindo? – Yamato casi se fue de espaldas, le salió una enorme gota de sudor en la cabeza. - ¿En serio lo crees?

-¡SÍ!

-Er, está bien, si tú lo dices… ¿Entonces no te molesta?

-Bueno… - Ella se ruborizó. – Me sentiré incomoda, más que más, realmente me gustas… ¡Digo, me gustabas! Pero ya se me pasará, estaré bien.

-¿De verdad?

-Sí.

-¿De verdad de verdad?

Mimi rió, Yamato parecía un niño pequeño preguntando así.

-¡Sí, de verdad! – Tomó una pausa y luego agregó. – Siempre y cuando me cuentes todo…

-¿Todo? – El chico no pareció entender. - ¿A qué te refieres con todo?

La rubia se dirigió hacía la puerta, se giró, le guiñó un ojo a su amigo y amplió su sonrisa.

-¡Todo sobre todo! Incluido cada detalle, ¿OK?

El hermano de Takeru pasó la mano por su cabellera.

-Eres rara, ¿Lo sabes?

-Sólo trato de hacer la vida más divertida… De ahora en adelante, me contarás todo lo que te pasé. En especial el lado amoroso… - Mimi se llevó las manos a la cara, sonrojada. - ¡¡Que lindo!!

-Rara… - Siguió murmurando Yamato mientras la chica se alejaba. - Muy rara…

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17:12 Hrs.

-Kari-chan, por favor…

-No, hoy a la noche no se puede, tengo clases temprano mañana, Koushirou.

-Pero no estás enojada conmigo por lo de ayer todavía ¿O sí?

-Un poco… Pero en tu cuarto me tratarás de recompensar, ¿OK? Me lo merezco.

-¡Claro!

-Shhh… Ya llegamos.

Hikari y Koushirou venían camino a casa luego de otro día de clases. El chico había tratado de disculparse en contadas ocasiones por haber cancelado la cita, pero solían ser interrumpidos demasiado seguido.

-¿De qué te preocupas, si no hay nadie?

Ella sonrió. Era cierto… Mimi tenía un trabajo ahora, no había nadie más en la casa. Él se acercó un poco más a ella y…

-¡Hola chicos! ¡Bienvenidos!

La hermana de Taichi se apartó rápidamente y el pelirrojo se golpeó contra la pared.

-¡Mimi! – Hikari trató de recuperarse de la sorpresa y de no sonrojarse tanto por lo ridículo de la escena. - ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar trabajando?

La dichosa 'destructora de momentos' (Aunque ella no lo sabía) negó con la cabeza.

-Nah, renuncié.

-Pero… Si llevabas dos días…

-No resultó como yo quería, eso es todo. – Se giró hacía Koushirou. – Ese golpe fue feo, ¿Te traigo un poco de hielo? – Se dirigió a la cocina, agregando: - No deberías tropezarte con las paredes a estas alturas de tu vida, Koushirou-kun…

-Sí, tomaré eso en cuenta…

El joven Izumi se tocaba la nariz con dolor, mientras veía como Hikari trataba de aguantarse la risa.

-No es gracioso, ¿Sabes?

-Yo creo que s

La puerta de entrada de pronto se abrió de golpe, casi chocando con Koushirou para dejarlo peor, pero por suerte alcanzó a esquivarla.

-Ya regresé.

-Hola Takeru-chan, bienvenido. – Lo saludó cordialmente Hikari.

-Hola… - El chico pasó de largo y lanzó su bolso al suelo, momentos antes de tirarse sobre el sillón.

-¿Cansado? – Interrogó Mimi, quien venía de la cocina con hielo para el pelirrojo.

-Um… No tanto, más bien arruinado…

-¿Qué pasó?

Los otros tres chicos se sentaron junto a él en el living.

-Reprobaré mi primera materia… - Dijo de mala gana. - Rayos, no quería que me pasara eso el primer semestre de clases…

-Si te hace sentir mejor, Koushirou reprobará Filosofía este semestre también.

-¡Hey! – El chico iba a quejarse con Hikari por el comentario, pero al moverse la nariz le dolió de nuevo. – Ouch…

-¡Quédate quieto! – Lo regañó Tachikawa.

-Umgh. De todas formas, ¡Es porque el profesor me odia! – Se defendió el pelirrojo.

-Sí, claro…

-Ojalá pudiera decir lo mismo. - Replicó Takeru. – Pero la verdad es que nunca fui bueno para el Inglés, lo que no entiendo es porqué es un ramo obligatorio…

-¿Te fue mal en Inglés? – Interrogó Mimi, luego de dejar al pobre Izumi tranquilo. – ¡Pero si el Inglés es tan fácil!

-Eso lo dirás tú.

-¿Por qué no le pediste ayuda a Yama-kun? Él vivió en Estados Unidos por dos años completos, ¿No? – Argumentó la chica.

-¿Yamato-san vivió en Estados Unidos? ¿De verdad? – Al parecer la Hikarii no sabía nada de eso.

-Al menos eso me contó él...

-Sí, bueno… - Takeru bajó un poco la vista. – Mi hermano no la pasó del todo bien ahí, así que no quería recordárselo.

Los otros tres presentes callaron por un momento, incómodos.

-Si quieres… - Volvió a hablar Mimi. – Yo te puedo enseñar.

La vista de hermano de Yamato se levantó de un salto.

-¿¿En serio??

-Claro, yo también viví en Estados Unidos… Me fui justo después de que Odaiba fuera destruida. Estuve con mis padres por seis años ahí, antes de vivir en Osaka.

-¡Genial! Muchas gracias, Mi-chan.

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20:34 Hrs.

La noche llegó, y con ello la hora de la cena. Sora se había ido a la cama temprano, debido al cansancio de la noche anterior, y Yamato dijo que llegaría tarde pues estaba viendo posibilidades de trabajo en el local de un amigo. Hikari y Koushirou, por otro lado, estaban "haciendo tareas" en la habitación de este último, escuchando música además. El resto de los muchachos comía tranquilamente.

-¿Y que tal va tu trabajo, Taichi?

-Bien, supongo… - El muchacho suspiró. - No es mucho lo que tengo que hacer. Sólo convencer a la gente que se compre zapatillas y pelotas de distintos deportes… Pero vale la pena.

-Tal vez debería buscar un trabajo yo también. – Comentó Jou. – Pero me quitaría tiempo con los estudios…

-Nah, trabajar es aburrido. – Agregó Mimi, comiendo sus papas fritas con los dedos.

-Yo no lo creo así. - Dijo Taichi entre bocado y bocado. – ¿Por qué renunciaste al tuyo, de todas formas? Llevabas sólo un día…

-Mis expectativas del lugar no concordaban con los resultados obtenidos. - Respondió ella, algo ausente.

-Oigan, - Interrumpió Jou. - ¿Qué tanto están haciendo Koushirou-kun y Hikari-chan? Se quedarán sin comida si no vienen luego…

-Al menos podrían bajarle a la música. – Taichi frunció el ceño. – No sé de qué se trate su tarea, pero despertarán a todo el vecindario así… ¡Y eso que no tenemos vecinos inmediatos!

-Lo extraño es que Sora-chan no se haya quejado… - Acotó Mimi.

-Pobre, debe estar muy cansada…

-Iré a hablar con ellos. – Se ofreció Takeru.

El rubio se puso de pie y caminó hacía la habitación del pelirrojo, que se encontraba al lado de la suya. El sonido de la música se escuchaba cada vez más fuerte y molestaba los oídos del rubio deportista. Golpeó la puerta, pero nadie respondió.

-¡Koushirou-san! ¡Hikari-chan! ¿Podrían bajarle un poco el volumen?

De nuevo sin respuesta. Takeru supuso que ellos no lo escuchaban por el ruido. Volvió a golpear y nada pasó.

-¡Koushirou-san! ¡Hika…!

Takeru testó si la puerta estaba asegurada y resultó que no (o que el seguro estaba malo) y la abrió. Adentro no encontró a sus dos amigos haciendo una tarea como esperaba… o si era una tarea, era bastante particular…

Al sentirse observada, Hikari levantó la vista y vio la mirada de sorpresa de su amigo. Los había pillado mientras estaban besándose… demasiado apasionadamente para ser un beso normal… además de que ambos estaban claramente desordenados y despeinados y tenían la cama echa un desastre…

Koushirou notó que Hikari tenía los ojos pegados a la entrada y vio a Takeru también. Ambos se pusieron de pie rápidamente.

-Er… Takeru… podemos explicar…

-Este… La verdad…

El hermano de Yamato, sin dejar de estar sorprendido, comenzó a ponerse nervioso también…

-Eh, creo que fue un mal momento… Yo… ¡Disculpen!

Y dicho esto, cerró la puerta tras de sí. Koushirou y Hikari intercambiaron miradas preocupadas y ruborizadas. Luego la chica salió del cuarto tras su amigo.

-¡Takeru-chan, espera!

Ella le sostuvo la mano, pero ni aún así logró que el chico la mirara a la cara.

-Lo de Kou-chan y yo… No se lo digas a nadie, por favor…

-Um…

-Mañana te lo explicaré todo con más calma, pero por favor no digas nada, ¿sí?

Él asintió.

-OK, no diré nada…

Segundos después, el aún sorprendido chico regresó al comedor.

-¿Y mi hermana y 'Shiro? – Preguntó Taichi.

-Ocupados, muy ocupados…

Continuará...