CASA PARA OCHO

Capítulo 10: Sentimientos encontrados.

Mayo16, Sábado.

07:13 Hrs.

Otra mañana llegó, y por suerte, el sábado era un día de descanso para todos. Tenían clases y cosas que hacer, sí, pero por alguna razón siempre fue considerado un día de relajo general.

A la hora del desayuno ya estaban todos sentados a punto de comer, salvo Takeru. Cuando éste llegó… Se ruborizó claramente al mirar hacía Koushirou y Hikari, los que se sonrojaron también, inevitablemente…

-Eh, Takeru-chan… - La chica se puso de pie bruscamente. - ¿Recuerdas que quedé de mostrarte esa cafetería de la que tanto te hablaba? ¡Te invito a desayunar ahí hoy! ¿Te parece?

Takeru no alcanzó replicar. La hermana de Taichi lo arrastró fuera de la casa antes de que el chico fuera capaz de articular palabra.

-¿Qué fue todo eso? – Interrogó Sora en voz alta, esperando que alguien tuviese respuesta.

Koushirou se hundió en su asiento para evitar que le preguntaran a él… No se consideraba muy bueno mintiendo.

-No sé… - Interrumpió Mimi, sonriendo. – Pero a mí me pareció que hay algo raro entre ellos dos…

-¡¿Qué?! – Ahora fue el mayor de los Yagami el que se puso de pie bruscamente. - ¡Repite eso! ¿Qué intenta Takeru con mi pequeña hermana?

-Argh, Taichi, no exageres…

-¡No trates de defender a tu hermano, Ishida!

La discusión prosiguió con más palabras y gritos, mientras Koushirou seguía hundido en su asiento.

-------------------------

07:18 Hrs.

-¿La estás pasado bien?

Jou suspiró mientras veía la pelea verbal entre Yamato y Taichi a causa de sus hermanos menores. Trataba de hablar tranquilo por teléfono pero así no podía conversar en paz.

-Um, supongo… ¿Cómo estás tú?

-¡Me aburro! Nada es lo mismo sin ti, Jou-kun, te extraño…

-Y yo a ti, pero sabes que no puedo simplemente dejar mis estudios, U-chan.

-Lo sé, no estoy pidiendo eso. Pero no puedo negar que desearía que esa posibilidad de estudiar en Tokio jamás se te hubiese presentado…

-Tal vez si tú pidieras un traslado también… - Jou comenzó a sugerir.

-No, cariño, y lo sabes. Puede que la mejor Universidad de Medicina se encuentre en Tokio, pero a mi nadie me quita de la cabeza que Nagoya sigue siendo un lugar espectacular para estudiar Biología Marina. – La voz del otro lado del auricular tomó una pausa y luego agregó. – Lo siento.

-¿Qué es lo que sientes?

-Que para mí sea más importante mi carrera… No debería ser así.

-Lo sé, pero tan solo nos estamos asegurando el futuro, U-chan. Es por nuestro bien, no debes sentirte mal por eso.

-Ay, ¡Esa clase de comentarios alentadores son los que echo de menos a diario por acá!

-Sé que puedes vivir sin mí, U-chan, no exageres…

-Pues no he estado sin ti por los pasados siete años, ¿Qué quieres que diga?

-Sólo dime que estás bien, con eso soy feliz.

-Pues estoy bien, pero… – Hubo un momento de silencio, ya que la voz al teléfono pareció distraerse. – ¡¡AHH!! ¡Voy tarde! Lo siento, Jou-kun, ¡Me tengo que ir! ¡Nadia me matará!

-OK, tómalo con calma, y vete. Te llamo yo mañana.

-Bien, adiós.

-Adiós…

-------------------------

07:20 Hrs.

-¡No digas tonterías!

-¡Pues es cierto, idiota! Lo tuyo va más allá que la protección, ¡Ni que fueras a perder a tu hermana sólo porque salga con un chico!

-¿Quién me asegura que no la perderé?

-¡Por favor, es Takeru del que estamos hablando!

-¡Que es un chico, que la puede dañar y/o distraer y alejarla de lo que es importante!

-¿¿Y lo importante vendrías a ser TÚ??

-¡¡Quieren callarse los dos!!

Todas las caras se giraron para mirar a Mimi. Jou parecía igual de molesto que la 'rubia', mientras Sora y Koushirou tenían cara de no estar para nada a gusto. Taichi y Yamato callaron de inmediato.

Tachikawa se les acercó.

-Taichi-san, lo siento, pero creo que Yamato-kun tiene razón. Llegará el día en que Hikari-chan traiga un novio a la casa y tú tendrás que aceptar que es el correcto para ella sólo por el hecho que ella lo quiere, no porque a ti te guste.

Taichi lanzó un respingo, Koushirou suspiró y Yamato embozó una sonrisa.

–Lo que no implica, – Ella continuó. – Que tú tengas el derecho de criticarlo, Yama-kun. Tienes que recordar que esa sobreprotección la tenías tú también por Takeru-kun cuando éramos pequeños, no dejabas que nadie se acercara a él, y siendo así, ¿Cómo es que te sientes capaz de burlarte o contradecir los sentimientos de Taichi-san?

Yamato también lanzó un respingo, pero no dijo nada más.

Feliz de que no todos se hayan lanzado en su contra, Taichi volvió a su desayuno, seguido por Jou y Koushirou. Mimi, ya más satisfecha, anunció que ocuparía la ducha del segundo piso. Sora por su parte iba a su habitación, pero al darse cuenta de que estaban solos, Yamato la detuvo.

-Espera un poco.

-¿Qué pasa?

El rubio dudó.

-Um, es sobre tu cita con Taichi esta noche…

La pelirroja pareció no entenderlo en un principio, pero segundos después su rostro se iluminó.

-¡Ah, verdad! la cita…

-¿Cómo? ¿No recordabas?

-Er, no es que la hubiese olvidado completamente… - La chica sacó la lengua, avergonzada. – Pero gracias por… ¡Mencionarla!

-Eh… Ese es precisamente le problema, Sora, no te lo estás tomando en serio.

-¿Qué es lo que me tengo que tomar en serio? Es sólo una cita…

-Una cita… con Taichi. – Recalcó Yamato. – Él SI se lo está tomando en serio.

Ahora fue el turno de ella para dudar.

-¿Tú crees?

-Definitivamente.

-Pero…

-Deberías ser sincera con él, Sora.

La colorina soltó una risa nerviosa.

-Vamos, no creo que…

-Pues yo sí. Ve en ti la candidata perfecta para el romance.

-Pero… ¡Sólo somos amigos, nada más! ¡Él lo sabe!

-Pero por alguna razón, quiere más.

Silencio.

-… De todas formas, sólo es una cita, incluso si va en serio, no creo que me diga que me ama ni nada por el estilo… - Insistió ella.

-Pero puede ser peor… - Yamato volvió a dudar. – A no ser que quieras que te diga todo eso…

-No. Yo lo quiero como amigo, sólo amigo. – Se mordió el labio inferior. - ¿Y no puedes tú tratar de convencerlo de que no diga nada?

-Ya viste como terminan nuestras conversaciones… - Comentó, refiriéndose a la discusión de momentos atrás.

-¿Entonces tendré que lidiar con esto yo sola?

-Así parece…

-------------------------

08:26 Hrs.

No tan lejos de ahí, en una cafetería a pocas cuadras de la casa, Takeru y Hikari tomaban un calmado desayuno bastante más abundante del que se habían acostumbrado en compartir con sus otros seis amigos a diario. Hikari llevaba más de una hora contándole desde el comienzo todo el asunto de su relación con Koushirou, esperando, en lo posible, que el chico la comprendiera.

-Entonces… - Dijo él, finalmente, luego de escuchar la larga historia. – ¿Me estás diciendo que huiste de Koushirou-san por miedo a salir herida, cuando por huir de él, saliste igualmente dolida?

Hikari bajó la vista, concentrándose en su taza de café.

-Sí… Creo que así es. – Comenzó a jugar con la cuchara que tenía en su mano, revolviendo el contenido de su taza. – Mi cabeza estaba revuelta en ese entonces. Sabía que Koushirou estaba sufriendo por la muerte de Osamu-kun, pero me sentía incapaz de consolarlo, y luego, de golpe, la noticia de la separación de mis padres…

-Pero… - El hermano de Yamato interrumpió. – Tu apellido sigue siendo Yagami, ¿No? ¿Tus padres se divorciaron o no?

-No. Aún no lo hacen.

-¿Quiere decir que volvieron a estar juntos?

-No, quiere decir que aún no se deciden por nada. – La chica hablaba con el entrecejo fruncido, dejando claro que no era un tema que le gustaba tocar. – En realidad no sé qué pensar. Ahora se llevan bien, pero… Parecen sólo amigos, es frustrante…

-¿Por qué no intentaste contactar a Koushirou-san durante los últimos tres años?

-Porque seguía dudando sobre el amor, Takeru. – Tomó una pausa. – Aún… dudo…

El chico se sorprendió.

-¿Aún ahora? ¿Y porque volviste con Koushirou-san si todavía dudas?

-No lo pude evitar. Lo que aprendí de toda esta experiencia es que voy a sufrir mucho, pero no puedo dejar de amar por ello, no puedo forzar mi amor por él, no importa cuanto sufra, lo voy a amar de todas formas.

Takeru vio con calma como su amiga se cruzaba de brazos para abrazarse a sí misma. Giró su atención al pedazo de pastel que estaba comiendo, y emitió una sonrisa irónica.

-Esto definitivamente me ha dado de golpe…

-¿A qué te refieres?

Él la miró a los ojos.

-Siempre esperé tener la posibilidad de que pasara algo entre tú y yo, Hikari-chan. Todo el mundo decía que estabamos destinados a estar juntos, ¿No?

-Teníamos ocho años… - Replicó ella, nerviosa.

-¡Y a mí me gustaba Mimi! – Rió él. – Pero ese no es el punto. La verdad, es que desde que nos volvimos a ver pensé que… - Se detuvo unos segundos, negando con la cabeza. – Menos mal que mis sentimientos no llegaron tan lejos…

La chica pareció suspirar aliviada.

-¿Entonces estamos bien? – Tanteó, para asegurarse.

-Siempre lo hemos estado. – Aseguró su amigo. – Y realmente, tienes demasiados conflictos en tu cabeza como para querer ser el objeto de tu afecto, Hikari-chan.

Ella lanzó una risa desalentada.

-Sí es así, ¿No es cierto? – Pasó una mano por su cabello para sacarse un mechón de la cara. – Ay, Takeru-chan, ¿Qué voy a hacer? ¡No me entiendo a mi misma!

-Yo tampoco estoy seguro de entenderte, Hikari-chan. Aún no me enamoro de la manera en que tú lo estás, por lo que no me creo capaz de opinar. – Pausó unos momentos para comer un poco más de su pastel. – Lo único que me queda claro es que hiciste muy mal en comparar tu relación a la de tus padres. Ninguna relación es igual a otra, yo creo. Si no, de antemano no debiera intentar encontrar una chica para amar, porque podríamos terminar igual que mis padres, y eso también sería un desastre, ¿No?

Hikari suspiró.

-Tienes razón, tienes mucha razón.

-Otra pregunta… - Decidió continuar el hermano de Yamato. - ¿Por qué se esconden? Sería más fácil lidiar con todo si sus amigos supieran… Deberían decirle a los demás que son novi…

-No somos novios, Takeru. – Cortó ella. – Aún no sabemos qué es lo que somos, por eso no le hemos dicho a nadie, lo tratamos como un asunto privado. Además, si Taichi se entera…

El chico se echó otro pedazo de pastel a la boca.

-Mmm, entiendo lo de Taichi-san, pero… ¿No son novios? Lo que vi anoche se parecía bastante a lo que hacen los novios…

La hermana de Taichi frunció el ceño. Por el tono de voz de Takeru parecía referirse a algo más…

-Estabamos besándonos, nada más. No estamos teniendo relaciones.

-¿Quiere decir que Koushirou-san y tú nunca…?

-Cuando éramos novios lo hicimos… - Se ruborizó. – Varias veces… Pero ahora no. Es cierto que dormimos juntos, pero nada más.

-Cuando eran novios tenías quince años, ¿No eras muy joven?

-Puede ser, pero estaba enamorada, Takeru-chan. No me arrepiento.

Un momento de silencio entre ambos. Takeru volvió a mirar su pastel, y luego su mirada se posó en su amiga.

-Te ves mayor ahora.

-¿Uh?

-Te veo mayor. Puede que tengamos la misma edad, pero siento que has pasado por muchas más cosas que yo. Siento que sabes de la vida más que yo, Hikari-chan… Vaya, ni siquiera sé si seguir llamándote "chan" después de todo esto.

-No me digas eso, Takeru, en serio. Quiero seguir conservando lo que queda de mi niñez, es en parte el regalo que intentaron darnos nuestras familias, volver a los inicios, como cuando todos éramos niños.

-Está bien, dejemos que sea así entonces… Hikari-chan…

Ella sonrió.

-------------------------

21:06 Hrs.

El día no fue muy largo, como era de esperarse. Cada uno tuvo que hacer lo suyo y no volvieron a saber de los otros hasta la tarde, momento de la esperada cita de Taichi y Sora. Éste, muy galante, decidió dar con ella un paseo por la ciudad. Una gran manera de evitar tomar tren o autobús, que a esas horas estaban muy llenos de gente. Vieron su película, que trataba sobre un jugador de fútbol que se volvió asesino y tuvo que matar a su mejor amigo. La temática dejó los pelos de punta a la pareja, y trataron de no comentar nada cuando la cinta terminó. Luego de eso, vino la cena. A pesar de no ser vistoso ni elegante, al menos estaban en un restaurante limpio donde servían algo más que hamburguesas, lo que Sora agradeció bastante.

-¿Qué pasa, Taichi? Has estado muy callado…

-¿Um? No nada… - El chico volvió en sí. – Sólo pensaba en esa estúpida película… ¡Que susto me dio!

-¿Lo del jugador de fútbol engañado por su mejor amigo o lo del otro asesino que tenía su hermana en coma tras la muerte de sus padres?

-¡Todo! – Taichi estaba muy sorprendido. - ¡Hasta el niño que perdió la memoria me asustó! Tenía la inteligencia de Koushirou y la sonrisa de Takeru… ¡Juro que no vuelvo a ver una película sin antes informarme bien de su contenido!

-Pero si te informaste…

-Que se trataba de un jugador de fútbol, no que iba a terminar matando a su mejor amigo porque él trataba de matarlo primero. – Insistió el hermano de Hikari. – Cambiemos el tema, ¿Sí?

-OK, ¿De qué quieres hablar?

-Er… ¿Del clima?

La chica rió. Tenía que aceptar que su amigo se veía muy tierno así de nervioso.

-Ya cálmate, Taichi, sólo fue una película.

-Sí, por supuesto… - Miró a su alrededor. – ¿Es que nadie atiende en este lugar? Ah, ahí está el mesero…

El chico de gran cabello castaño no se demoró en pedir, tanto que casi olvida agregar lo de Sora. Se disculpó y agregó su pedido.

-OK… ¿Y qué desean para beber? – Preguntó el joven mesero con una sonrisa.

-Yo quiero una cerveza, que sea bien helada. ¿Sora?

-Um… - La colorina analizó con detenimiento la carta del menú. – Quiero un pisco… - Se dio cuenta de la mirada de Taichi y dudó. – Con Coca-Cola. Sí, una piscola, por favor. Y también que esté bien helada.

El joven se retiró y el Yagami siguió mirándola de manera extraña.

-¿Qué?

-No sabía que bebías.

-¿Por qué no habría de beber?

Taichi se echó para atrás.

-No lo sé, es que eres… Sora. Tú no bebes, Sora no bebe.

La chica hizo una mueca.

-¿Perdón?

-Es sólo que… - Taichi tuvo que reírse de sí mismo por su comentario. – Es sólo que siempre te tuve un poco idealizada en mi cabeza, desde niños, y jamás te vi como alguien que bebe… Lo de la fiesta a la que fuiste con Jou hace semanas, pensé que había sido tú primera vez, no que fuera un hábito.

-No es un hábito. – Replicó ella, de manera cortante. – Y no tienes porque tener una idealización sobre mí en la cabeza, Taichi, podrías llevarte una gran decepción.

Él no supo muy bien como responder a eso, así que simplemente se calló. Pero luego de un rato, tuvo que reanudar la conversación…

-No es que te haya idealizado por completo, Sora, sólo me gustaba pensar en ti… De manera especial…

-¿Especial?

Viendo que su enojo había desaparecido, Taichi decidió que era el momento adecuado para actuar. Tomó la mano de su amiga con cariño.

-Sora… Nos conocemos desde los cinco años, ¿No es así?

-Los seis.

-Cierto, desde los seis… Estuvimos juntos hasta los once y luego la mala suerte nos separó… Pero ahora… Ahora estamos juntos de nuevo, como si el azar hubiese jugado con nuestros caminos para reunirnos, ¿No te parece genial?

Sora comenzó a sudar feo.

-¿A qué quieres llegar? – Interrogó, nerviosa.

-Lo que quiero decir… bueno, todos saben que hay una buena química entre nosotros dos, y nos conocemos bien… - Taichi se detuvo, pensando en algo claramente vergonzoso. - Mi suerte con las chicas nunca ha sido del todo buena, porque estoy buscando a alguien que me entienda, y sé que tú lo haces, y yo te entiendo a ti, Sora, por eso… - Tragó saliva. – Yo te quiero mucho, por eso… Me preguntaba si… si… ¿Te gustaría ser mi novia?

Continuará...