CASA PARA OCHO
Notas de antes de comenzar:
Ari: ¿saben que me encanta ver como saltan a conclusiones apresuradas? La verdad, la principal razón por la que apresuré estos capítulos fue porque todo el mundo decía "pobre Taichi…" y me llamó la atención… Taichi-san no se comporta del todo bien en este fanfic, tiene que darse muchos golpes para darse cuenta de la realidad que lo rodea… ¡y ni hablar del resto de los personajes!
Cris: ¡¡Así es!! Aquí está el nuevo capitulo. ¡Gracias por todo su apoyo en los reviews! ¡¡Casi llegamos a los 100!! ¡Ari-chan, celebremos!
Ari: ¡Cierto! Muchisimas gracias a todos los constantes lectores: Joana, Noemi, Nadia, U-chan, Jesús, Kali, Mi Koushiro Yamato, Sora Kinomoto, Lara, OR, Cali-chan, Digi_Diosa, Beba, Kireii Neko, CieloCriss… eh, si se me olvidó alguien, disculpen, ¡pero es que son muchos! ^^
Capítulo 12: No importa.
La mañana amaneció nublada, se veía como un domingo muy feo el que acababa de comenzar…
-¿cómo puede haber nubes cargadas y oscuras allá afuera cuando se supone que se aproxima el verano? – cuestionó Hikari a nadie en especial, mientras miraba el horizonte por la ventana de su cuarto.
Sora parecía dormida aún. Se había quedado despierta hasta muy tarde la noche anterior, platicando con Mimi. La botella de vodka que había tomado de la cocina estaba sólo a medias, lo que por un lado sorprendió a Mimi, ya que ella no consumió nada de eso, pero por el otro fue aliviante, pues pareció que la plática más el alcohol le sirvió de mucho a Sora y al final de la noche se sintió mejor.
Hikari ahora se preguntaba de donde había salido esa botella en primer lugar, no era como que ninguno de ellos estuviese planeando una fiesta en la casa luego, ¿no es así?
Se encogió de hombros y decidió bajar a desayunar. Quería oír de boca de Taichi lo ocurrido la noche anterior. Ella se había quedado dormida esperándolo en la noche, y Koushirou tuvo que despertarla y llevarla hasta su cama después, porque Taichi no tenía aspecto de querer hablar con nadie. Pero eso había sido anoche, y hoy día lo iba hacer hablar.
-¡buenos días! – la saludó Jou, que salía de una ducha en ese momento.
-buenos días. – respondió la menor. – te levantaste temprano. – acotó.
-hay una exposición de ciencias en mi universidad este fin de semana. Sora-chan me iba a acompañar, pero… no parece querer salir de la cama.
-será mejor dejarla dormir un poco más. – Hikari sonrió. – si quieres yo le recuerdo cuando se levante para que vaya más tarde.
-bien, gracias.
Mientras, en el piso de abajo parecía haber un silencio e muerte. Yamato estaba ahí junto a Koushirou, desayunando. Pero ninguno de los dos decía palabra. El pelirrojo no entendía porque prefería no hablar, pero cuando había visto llegar por separado a Taichi y Yamato durante la noche, supuso que su encuentro terminó igual de bien que la cita del hermano de Hikari con Sora, y no quería verse inmiscuido él también en la pelea sin el apoyo de nadie más.
-¡buenos días a todos! – dijo Hikari desde la escalera, con una gran sonrisa.
Koushirou se sintió aliviado de verla, algo de conversación vendría bien en la mesa.
-hola, Hikari-san, ¿dormiste bien?
-muy bien, gracias. – giró su atención a Yamato también. - ¿han visto a mi hermano? Quiero hablar con él…
Una mancha de oscuridad se formó en los ojos del músico presente. Trató de evitar el sentimiento y negó con la cabeza.
-si todavía no está dormido, debe haber salido a trotar. – respondió Koushirou. - hace eso durante algunas mañanas, ¿no?
-ah, si, es cierto…
La chica se sentó con los muchachos para comer también. Al rato se les unió Jou. Éste desayunó rápidamente y luego se despidió. Hikari y Koushirou hicieron lo mismo, argumentando que terminarían una tarea antes de salir por un trabajo. Yamato se quedó solo, esperando que Takeru apareciera también. Él que lo hizo, y se fue de inmediato a la cocina para buscar más café y agua caliente.
En eso entró Taichi…
-Tai… - murmuró el Ishida, algo nervioso.
El otro chico lo miró con el semblante serio. No pronunció palabra y se sentó en la mesa para prepararse un emparedado. Ahí finalmente dijo:
-buenos días.
-buenos… - Yamato dudó, pero al final, volvió su mirada a su amigo. – Taichi, sobre lo de anoche…
-no me importa.
-¿eh? – el rubio no pudo captar el sentido de las palabras.
-no me importa, mientras no me metas ni a mí ni a Hikari en esos asuntos tuyos no hay problema, no me importará.
Al terminar su emparedado lo tomó y se dirigió al segundo piso. En las escaleras se encontró con Mimi, que lo miraba un poco interrogante.
La chica terminó de llegar al primer piso y vio la expresión derrotada de Yamato.
-¿qué fue eso? – le preguntó, suavemente.
-nada, no importa… - él evitó mirarla a la cara y trató de concentrarse en su comida. – nada importante…
-¡claro que importa! – Takeru apareció tras la puerta de la cocina con el ceño fruncido. - ¿qué fue lo que pasó ayer? ¿Qué le dijiste a Taichi?
Su hermano suspiró. No saldría de esa tan fácilmente…
-se me escapó. – respondió finalmente. – le dije a Taichi que soy gay… no se lo tomó bien.
-¿qué? ¿Por qué? – Mimi no entendió.
-¡es obvio, Mimi! – exclamó Yamato de vuelta, enojado. – rayos, no debía haberle dicho nada…
-eso no es cierto, hermano. – la expresión de Takeru también era de enojo, pero no contra Yamato, nunca contra Yamato. – tal vez ese no era el momento adecuado para decirle, pero si Taichi lo tomó mal es cosa suya. Tu no eres ningún bicho raro para que te ande tratando distinto.
-¿es eso por lo que se comportaba tan extraño? – interrogó la única chica presente, indignada. - ¡que estúpido!
-si, bueno, siempre es así. – el músico se puso de pie y comenzó a caminar a su cuarto. – por cada buena reacción, hay dos malas… - dijo, antes de desaparecer tras la puerta.
Hubo un momento de silencio entre la 'rubia' y el deportista.
-parece resignado… - comentó ella.
-lo está, siempre se pone así.
-¿cómo, siempre?
-¿en serio no lo entiendes, Mi-chan?
-¡No!, ¡No lo entiendo! – la Tachikawa parecía molesta por ser tratada como una tonta. - ¡claro que no lo entiendo, Takeru-kun! ¿Por qué Taichi-san…?
El menor lanzó un respingo, también molesto.
-no puedes esperar que todos apoyen la forma de ser de una persona, no todos actuamos iguales.
-pero…
-Yamato está resignado porque no es la primera vez. Cuando le dijo a papá, él se lo tomó bien, pero mamá no. Ella hizo como si mi hermano jamás le hubiera dicho nada. Y no quiero ni mencionar las reacciones de algunos de sus otros amigos… ¡o mis abuelos!
-pero… ¡no es justo! – ella se exaltó. - ¡no debería ser así!
-¿y crees que no lo sé?
Mimi se sintió herida.
-no me hables así, Takeru.
-lo siento, Mi-chan. – el muchacho suspiró. – es que a mí tampoco me parece justo…
En el centro de la ciudad, en uno de sus edificios antiguos, se encontraba la centro de extensión de la Universidad Médica a la que Jou y Sora asistían. La exposición de ciencias trataba temas sobre Ginecología y Obstetricia, algo en lo que Jou no se estaba especializando, pero no le importó. Le gustaba asistir a ese tipo de actos, sentía que aprendía algo nuevo a todos a los que iba…
Ya llevaba media hora observando el lugar. Era temprano, y las charlas no comenzaban hasta dentro de dos horas. Esperaba que Sora pudiera alcanzarlo antes que eso…
Le pareció ver una figura familiar entre el público. Al ser temprano, aún no había mucha gente, pero esa persona si estaba ahí, y él recordaba de donde la ubicaba…
-¡Kenia-chan!
Al oír ese nombre, una adolescente de cabellos oscuros y ojos rojizos se giró a verlo.
-tú eres, Kenia, ¿no? la hermanita de Sora…
-eh… sí. – la muchacha dudó. Al parecer a ella si se le hacía difícil reconocer al amigo de su hermana. – um… Kido-san, ¿no es así? ¿O es Ishida-san?
-Kido Jou. – le sonrió. – es un gusto verte de nuevo.
Ella asintió. Parecía aún sorprendida por el encuentro, pero también feliz al recordar algo.
-entonces estuve en lo correcto, ¿no? ¿Sora-neechan está aquí también?
-er… no. Iba a venir conmigo, pero se quedó dormida. – notó la decepción en el rostro de Kenia. - Hikari-chan me dijo que la haría venir más tarde, eso sí.
-¿en serio? ¡Que bien!
-¿pero que haces aquí? Sora-chan no me había comentado que tuvieras interés por la medicina…
-en realidad no lo tengo. – sacó la lengua en signo culpable. – vine para poder hablar con Sora…
-¿eh? ¿Y por qué no la llamas a la casa?
La chica bajó la vista.
-siempre dice que está ocupada… y me cuelga, diciendo que llamará después, pero nunca lo hace…
Jou calló, tratando de hacer memoria de la cantidad de veces que había visto a Sora llamar a su casa. Ninguna. Recordó también lo ocurrido un par de días atrás, cuando Kenia llegó buscando a su hermana llorando.
-Kenia-chan… ¿Sora-chan llamó a tu casa el día después que tú fuiste a verla?
Ella levantó la vista.
-¡no! – exclamó. – pensé que no le habían dicho que lo hiciera o algo así…
-si le dijimos. Que extraño…
-no es tan extraño… - murmuró la muchacha. – pero no me parece bien, ¡qué mi mamá la haya sacado de la casa no le da derecho a que se olvide de nosotros!
-¿cómo? – el mayor parpadeó. – ¿a que te refieres? ¿Sacada de la casa?
-… ¿es que no sabe? – Kenia dudó por un momento. - ¿en serio no sabe? ¿Sora no le ha dicho nada a nadie?
-¿decirnos qué? – él no entendía muy bien la situación, pero estaba dispuesto a averiguarlo. - ¿te parece si nos sentamos en alguna parte y me explicas? Realmente quiero saber…
-mmm… está bien, pero Sora-neechan se enojará por esto, estoy segura…
Volviendo a la casa, la colorina despertó a causa de un estornudo. Se dio cuenta lo tarde que era… pero no le importó. Se puso de pie lentamente, tenía hambre…
Al abrir la puerta de su cuarto, vio a Taichi que estaba a punto de golpear a su puerta.
-eh… - el chico se sonrojó. – hola.
-hola… - dijo ella rápidamente, aunque le costó unos segundos recordar porque esa situación era incómoda. – ah… ¿qué quieres?
-um, es sobre lo de ayer… - Taichi esperó que ella dijera algo más, pero se mantuvo en silencio, por lo que él procedió. – no me quedó claro exactamente como es que sabían que no te quería de esa manera en verdad… pero… pero me disculpo por abusar de nuestra amistad.
Sora estaba demasiado cansada para sonreír, pero asintió.
-por lo visto, Yamato te hizo entrar en razón.
El hermano de Hikari frunció el entrecejo.
-si, algo así.
-¿por qué esa cara?
-otro asunto, no importa.
-como digas…
-entonces… ¿estamos en paz?
Ella volvió a asentir.
-siempre y cuando aprendas a respetar y diferenciar la amistad del amor, Tai.
-si, claro… - él se volvió para retirarse, pero sintió que algo se le olvidó. – Sora…
-¿um?
-sé porque yo tengo problemas con mis propios sentimientos, pero… quiero saber, ¿había alguna posibilidad de que tú me amaras a mí?
La estudiante de medicina se quedó callada por un rato antes de responder, pero finalmente…
-si. Claro que sí. Era sólo cuestión de tiempo.
Él emitió una sonrisa.
-ajá, solo cuestión de tiempo… es bueno saber eso.
Y el chico se fue a su habitación. Sora se quedó en el umbral de su puerta por unos segundos más, preguntándose si hizo lo correcto en decirle eso a su amigo, pero terminó por encojerse de hombros.
-es la verdad… - se argumentó a ella misma. – es la simple verdad…
Mimi dio varias vueltas en su cuarto. Aún tenía en la cabeza lo que le había dicho Takeru…
¡Y es que no entendía! Ok, nunca antes había tenido un amigo gay, pero… no era para tanto tampoco, ¿verdad? Ella era feliz porque desde pequeña le habían gustado las historias yaoi, lo encontraba todo de lo más normal, un hombre con otro hombre… ¡si de imaginárselos sabe que son tiernos!
¿Por qué entonces es que Taichi no lo había aceptado y decidía mantener distancia con Yamato?
Los vio interactuar durante la hora de almuerzo… era molesto. Yamato se sentía culpable, Taichi incómodo, Takeru enojado, y Sora estaba demasiado distraída como para notar nada. No así Mimi, que no pudo establecer una conversación decente con ninguno de ellos.
Y ahora… Hikari y Koushirou habían salido antes de almorzar, al terminar de comer, les siguieron Yamato y Sora juntos, y un poco más tarde, Takeru. Estaba a solas en la casa con uno de los causantes de su dolor de cabeza. Tenía que hablar con Taichi.
Toc, toc.
Al no sentir respuesta, volvió a tocar, esta vez más fuerte.
-… ¿uh? ¡Ya voy! – exclamó la voz dentro de la habitación. Se escucharon pasos y luego el chico asomó su cabeza por la puerta. – ah, eres tú Mimi-chan…
-si, soy yo.
-¿qué quieres?
La muchacha a lo miró seriamente.
-hablar contigo sobre lo de ayer.
Taichi se giró, dejando entrar a la chica en su pieza. Se lanzó sobre la cama, que ya estaba algo desordenada.
-ya hablé con Sora, Mimi, no hay problema…
-no es sobre Sora. – insistió ella. – es sobre… Yamato.
El hermano de Hikari frunció el ceño.
-¿qué con él? – dijo con desgano.
-has actuado muy frío con él desde ayer…
-no es asunto tuyo. – replicó él.
-¡si los es! ¡Los dos son mis amigos!
Taichi se levantó de la cama, aún más enojado.
-mira, Mimi, tú no sabes nada, así que mejor será que te calles y…
-¡si sé!
Los ojos de la 'rubia' se cruzaron con los del Yagami. Él notó algo… ella si sabía…
-¿cómo es que tú sabes? – interrogó, sorprendido.
-Yamato-kun me dijo hace unos días, - dejó pasar los segundos, pero ella sintió la necesidad de explicar más a fondo. - luego que me declaré y… me rechazó.
-hum. – se acercó más a Mimi, y bajó la vista. - entonces deberías saber lo que siento.
Ella dudó.
-no… no lo sé.
Él cerró sus puños, levantando la cara.
-¡está mal! – gritó. - ¿cómo esperas ahora que esté tranquilo en el baño si él está dentro también? ¡O en cualquier circunstancia! Me da asco de solo pensarlo, ¡está mal!
Mimi retrocedió… ¿está mal?… tal vez, tal vez Taichi tenía razón hasta cierto punto… él era un hombre, claramente sería más incómodo para él… pero…
-¡Taichi, Yamato es tu amigo! Da lo mismo si está bien o mal lo que hace, ¡sigue siendo tu amigo! – se detuvo, para recobrar el aliento, y luego agregó. - ¿o es que por esa razón dejarás de lado su amistad?
Él volvió a bajar la vista, y empujó a su amiga fuera del cuarto.
-eso… no lo sé. Le pedí que dejara sus asuntos fuera de mi vista, si cumple, puede que no haya problemas, fuera de eso, no sé que más hacer.
Y diciendo eso último, le cerró la puerta en las narices antes que ella pudiera replicar.
Mimi suspiró.
Y luego casi grita al sentir una mano en su hombro.
-¡Takeru-kun!
El chico sonrió. Su sonrisa era triste, pero sonrió de todos modos.
-hiciste muy bien en tratar de hablar con él, Mi-chan.
-¿tú crees?
Él asintió.
-no alcancé a escucharlo todo porque acabo de llegar, pero lo último que dijiste es cierto. Taichi-san no debería dejar que la situación estropee su amistad con mi hermano, y él lo sabe.
Ella lanzó otro suspiro.
-sólo espero que no se deje llevar por su terquedad. Taichi-san realmente podría arruinar muchas cosas si deja que su amistad se desvanezca…
-tú lo has dicho, Mi-chan, tú lo has dicho…
Continuará…
Notas:
Cris: uhh si Mimi tiene razón... ¿pasará eso? ¿O no?... habrá que ver que pasará en los próximos capítulos ^_^
Ari: suena a telenovela a estas alturas… sigh… no puedo hablar… me duele la cabeza…
Cris: ¡pobre Ari-chan!
Ari: el calor me está matando…
Cris: bueno, otra cosa... déjenos en sus reviews su mail, para que les mandemos fanart
de este fic. ¿Quieren? Vamos, levanten la mano..
Ari: ¡es cierto! Tu último fanart te quedó precioso, ¡te felicito amiga!
Cris: ^___^
Ari: así que ya saben, ¡dejen su review! (Mientras yo voy por unas aspirinas… sigh…).
