CASA PARA OCHO
Notas de antes de comenzar:
Ari: debo decir… me encanta relatar desde el punto de vista de Takeru-chan en este fic ^^ en especial cuando se trata de sus sentimientos por Mimi-chan… él es adorable *^_^*
Cris: vale vale... si es adorable pero es rechazado! pobre Takeru ¬_¬
Ari: (ja, y dice eso, cuando casi todo su sufrimiento es idea suya…)
Cris: ¿dijiste algo?
Ari: ¿yo? No, nada…
Cris: bueno, ¡ya hemos vuelto después de tantos problemas en FF.N!
Ari: ummm… ojalá no tenga que dar mi pésame de nuevo, es un poco molesto dar por muerto a una página que luego revive pero sigue con un pie en la tumba…
Capítulo 19: Preludio de muchas cosas.
Veintitrés.
Veintitrés zapatos ya…
No lo soportaría mucho más… no podía ser cierto que estaba atrapado en esa pesadilla…
Pero era cierto.
Takeru estaba acompañando a Mimi de compras.
Había amanecido un lindo día, mucho mejor que los anteriores días de lluvia, y tenía ganas de salir… y a Mimi no se le ocurrió nada mejor que hacer que Takeru lo acompañara al centro comercial.
Los dioses lo habían maldecido, Takeru estaba seguro. No podía tener tan mala suerte por coincidencia…
-¿y que tal éstas?
Mimi salió del vestidor, usando unos jeans que acompañaban unas zapatillas con plataforma.
Ella tenía la extraña teoría que los zapatos debían ser probados con la ropa adecuada, así que por cada zapato nuevo, venía una nueva vestimenta… lo que hacía la pesadilla aún más dolorosa…
-están bien, Mi-chan, aunque no sé para qué usas plataforma si ya eres bastante alta…
-nunca lo suficiente. – afirmó ella. – pero… - miró sus zapatos. – con plataformas me siento como volando… no me gusta, prefiero tacos…
Y volvió al vestidor.
Diez, veinte, treinta… Takeru no paraba de contar para no morir de desesperación… ¿pero que demonios…? ¡Eso sólo servía si pretendía quedarse dormido!
Ah, diablos…
El rubio trató de pensar en otra cosa que no fuera su maldición, pero si no eran pensamientos de Mimi, eran de su hermano…
Argh, con él si que era una pesadilla salir a comprar… y parecía un chico tan normal, tranquilo, relajado… pero una vez que entraba a un centro comercial…
Uy, ahí se desataba, ¡era increíble! ¡Peor que cualquier chica! Más aún si el tipo de ropa que siempre compraba no era precisamente unos simples pantalones de buzo y un polerón… esos ajustados pantalones de cuero y camisas de vinilo que usaba sólo de vez en cuando… tenía miles de ellos en el ropero, y había veces que se encerraba en el cuarto para probarse todo y ver que le acompañaba mejor ese día.
Y luego venía lo de arreglarse el cabello…
De pronto, el Takaishi recibió un zapatazo en la cabeza.
-¡por favor Takeru-kun, no te distraigas! ¡Necesito ayuda!
Él suspiró.
Entre su hermano y Mimi…
Ummm… con razón Mimi no lo quiso traer en vez de Takeru. Yamato era una gran competencia a su vanidad…
-esto no me sirve, - exclamó ella mirando su nuevo traje, pantalones de tela y zapatos azules. Ni siquiera esperó a que su acompañante le diera su opinión. - ¡no sé en qué estoy pensando! Si ya se acerca el invierno, ¡necesito botas!
El rubio se fue de espaldas…
¡Oh, por el amor de Dios! ¡No más!
Y eso que Takeru no creía en Dios…
El rubio se detuvo a pensar… quizás era eso… si se hacía católico, encontraría la salvación divina… ahora, ¿habría una iglesia cerca del centro comercial para bautizarse?
-¡Takeru-kun! ¿Qué te pasa? Te fuiste a otro mundo… ¡de nuevo!
El pobre chico volvió a mirar a su amiga…
-no es nada, es…
-¿qué te parece esto? ¿Se ve bien?
La "pelirroja" se había colocado una diminuta falda negra y botas de cuero. Takeru tuvo que concentrarse duramente para no babear… pero por eso no pudo controlar el rubor de sus mejillas.
-te ves bien… muy bien. – "demasiado bien…" agregó para sí, tratando de guardar la imagen frente a él para futuros pensamientos si alguna noche tenía problemas de insomnio… - yo digo que compres esas botas, las necesitarás en caso de que vuelva a llover.
Ella sonrió.
-ok, espera aquí.
Y así lo hizo. Takeru suspiró al darse cuenta que por fin parecía acabar el día, el largo día…
¡Que ganas de volver a casa!
Aunque… bueno, volver a casa involucraba problemas…
Todo el asunto de Taichi, Hikari y Koushirou…
Hace tres días había sido la celebración del cumpleaños de Mimi… fueron días de lluvia los dos primeros, y en fin de semana, lo que los obligó a todos a estar encerrados en la casa…
Taichi parecía haber llegado al punto más alto de su ira, en especial cuando se enteró que todo el resto del grupo sabía… y nadie le había dicho.
Takeru se sentía un poco culpable… todos habían apoyado a Hikari y Koushirou en su decisión de esconderse, pero… tal vez hubiese sido mejor haber dicho todo de inmediato…
No pudo entender bien el problema de Taichi, no hasta que Yamato se lo explicó.
Curioso eso, que Yamato fuera el único en entender a Taichi.
Yamato trató de hacerle entender a Hikari que si Taichi actuaba como un idiota era porque se preocupaba por ella, y que, además de todo, se sentía traicionado por los demás por no decirle nada. Que podía ser que Taichi sintiera que sólo la tenía a ella, y que al descubrir que ella tenía alguien más, se sintió solo y frustrado, y por eso golpeó a Koushirou… dos veces.
La segunda no fue sorpresa, excepto para Koushirou, claro. Luego de un poco de calma, cuando el Izumi trató de contarle la historia completa a Taichi, se le escaparon un par de detalles que quizá no debió haber revelado… como que pasaban las noches juntos desde hace meses, y que, efectivamente, nunca habían tenido intenciones de decirle a nadie, en especial a él…
Ahora la casa era un campo de batalla. Los hermanos Yagami cada vez que se veían terminaban en gritos, y Jou y Sora ya le habían aconsejado a la chica que dejara su relación con Koushirou si no lo quería encontrar muerto cualquier día de esos…
Takeru volvió al presente cuando Mimi, vestida con la falda larga lila y la blusa negra que había usado en un principio, se le acercó con un par de bolsas nuevas.
-¿nos vamos? – le preguntó, dudoso.
-ajá… a la tienda de computación.
-¿¿qué?? – exclamó él. - ¡pensé que a casa!
-no, primero quiero pasar a comprar un regalo para Kou-kun…
El rubio alzó una ceja.
-¿a Koushirou-san? ¿Por qué? Su cumpleaños fue hace meses…
Ella dejó el comentario para después y lo obligó a cargar todas sus nuevas compras, tal como había hecho en las tiendas anteriores…
-creo que no es justo que Kou-kun la pase tan mal por culpa del carácter de Hikari-chan y Taichi–san. – finalmente explicó ella. - quiero hacerle un regalo a ver si se anima un poco… - lanzó un suspiro desalentado. – lo he visto tan deprimido estos días…
Él soltó aire que no sabía que estaba sosteniendo.
-ah, era eso. – murmuró, de alguna manera aliviado.
No era que estuviera celoso… sólo… no, no era eso. No tenía derecho a estar celoso…
-¿tú qué crees que pueda gustarle? – comentó la chica, caminando ya por los pasillos camino a la sección de informática. – la palabra "computación" es bastante amplia…
Takeru la vio caminar con ligereza unos pasos más adelante que él… ella se movía con tanta gracia… a veces podía jurar que no tocaba el suelo, porque flotaba como un hada, e incluso, un brillo especial la rodeaba, en especial cuando esa hermosa sonrisa asomaba…
Argh… estaba pensando como un niño enamorado…
…
Rayos, ¡ERA un niño enamorado!
Agitó su cabeza, alejando esos pensamientos tontos… porque sabía que eran tontos… Mimi no lo quería de esa manera, no podía seguir pensando en ella como algo más que una amiga…
"Nunca debí pensar en ella como algo más que una amiga en primer lugar" pensó. "Grave error."
-¿Meems? ¡Mimi!
Una voz ajena llamando al objeto de su afecto atrajo la atención del hermano de Yamato. Un extraño se les había acercado.
Takeru lo miró con detención por un par de segundos. Había algo en él… su cabello era un poco más rubio que el propio, y era increíblemente más alto… cosa sorprendente porque Takeru ya era bastante alto para un japonés normal, pero éste chico no parecía japonés… un extranjero, no mucho mayor que él…
¿Quién era?…
Giró su vista a Mimi de nuevo. Y ella se veía distinta… sorprendida, sí, pero además… ¿Tensa? ¿Nerviosa?… ¿O simplemente incómoda?. No podía definir su expresión… y ella decidió esconderla luego de la inicial sorpresa.
-¡Michael! ¡Tanto tiempo sin verte! – lo saludo, un poco más formal de lo que Takeru esperaba, pues Mimi solía ser muy afectiva con sus amigos. - ¿qué haces en Tokyo?
El llamado "Michael", como suponía obvio Takeru, miraba de arriba abajo a su compañera, con una sonrisa que no le gustaba para nada al Takaishi…
Deseo… eso le decía la sonrisa.
¡Nadie podía desear de esa manera a Mimi más que él!
La muchacha pareció notar la rabia de su amigo y decidió evitar problemas.
-Takeru-kun, ¿me dejas un rato a solas con Michael? Seguro esto es una conversación que te aburrirá…
El rubio menor asintió, un poco dolido que Mimi ni siquiera decidiera presentarlo a su viejo conocido, pero tratando de respetar el espacio de su amiga… si no hacía al menos eso, no tenía derecho a quererla como la quería…
No que fuera un gran consuelo poder quererla de todas maneras.
No pudo descifrar bien de que hablaron esos dos por el rato que estuvieron juntos, lo cual, para su alegría, no fue mucho. La Tachikawa parecía querer mantener una distancia prudente con el otro muchacho mientras eran observados por Takeru… pero si él no los vigilaba… ¿se comportaría igual?
Al final, ella se despidió de él, y Michael aprovechó el momento para darle un beso en la mejilla…
¡El muy aprovechado! Takeru hizo maravillas para no dejar escapar su ira y golpearlo en esa cara de creído que tenía…
Lamentablemente, tanto Mimi como Michael notaron eso, y éste último encorvó una sonrisa victoriosa antes de retirarse.
La chica, a su vez, lanzó un largo suspiro, dejando la tensión de hace un momento escapar al fin.
Se volvió a Takeru.
-¿nos vamos a casa? – le propuso.
-¿uh? – el rubio se sobresaltó por la idea. - ¿y el regalo de Koushirou-san?
-nah, se lo compro mañana… - ella indicó su reloj. – además, Yama-kun nos pidió estar temprano en casa, ¿recuerdas?
Takeru asintió. Totalmente cambiando el orden de sus pensamientos…. Yamato…
Su hermano tenía algo muy importante que decirle a los demás, necesitaba todo el apoyo posible…
El ambiente parecía saludable, pensó Yamato al entrar al comedor.
Si… estaban todos en la misma habitación, comiendo. Muy pocos se dirigían la palabra, eso era cierto, pero nadie parecía con intenciones de armar una guerra todavía…
Aunque nunca se sabía con los hermanos Yagami…
Se sentó en su acostumbrado lugar luego de tantos meses viviendo junto con sus amigos en esa casa. Él al lado derecho de Takeru, Hikari al otro lado de éste, al frente, Jou, Sora y Taichi, y Koushirou en uno de los extremos de la mesa, enfrentando a Mimi desde el otro extremo.
Sora y Jou eran los únicos que trataban de mantener la normalidad, comentando los hechos irrelevantes del día… Koushirou jugaba desganado con su comida, y suspiraba cada vez que Taichi le lanzaba una mirada de muerte… que eran frecuentes, pero Taichi no decía ni hacía nada más, pues era vigilado por su hermana menor. Hikari lo tenía en su mira en todo momento, por lo que tampoco estaba acabando su cena. Mimi… Mimi parecía en otro mundo, notó Yamato, y se hizo recordar mentalmente preguntarle después que le pasaba a su amiga. Porque Takeru también estaba extraño… ¿habrían tenido una discusión?… no, no estarían tan callados si así fuera…
-Hikari… pásame la sal. – pidió Taichi, en voz más o menos civilizada… quizás ya pensaba en hacer las pases.
Pero la chica lo ignoró por completo y al contrario de cómo lo trataba de matar con la mirada hace un momento atrás, ahora giró la cabeza como si una mosca la hubiese molestado, sin decir nada.
Takeru miró algo nervioso a los hermanos y se decidió él por hacerle el favor a Taichi. Éste, enojado por el desprecio de Hikari, lanzó un bufido y su mirada fulminante también se posó en el menor rubio.
Yamato pensó que tal vez ya era hora de interrumpir.
Carraspeó para llamar la atención de los demás.
-eh… - dudó por un segundo. Mimi y Takeru lo miraban con expresión neutra. – me preguntaba si para este viernes todos tienen planes…
Jou y Sora cruzaron miradas, al parecer aliviados. Taichi alzó una ceja, desconfiado. Hikari y Koushirou no estaban seguros de qué pensar…
-¿por qué? ¿Alguna idea en especial, Yama? – preguntó la colorina con emoción. Salir en grupo y pasarlo bien tal vez ayudaría… si es que no terminaban como la última vez, claro.
-yo… - volvió a titubear… la mirada de Taichi lo ponía nervioso, más aún. – este viernes viene un grupo importante al bar donde yo trabajo, pensé que sería entretenido si ustedes fueran, para que conozcan donde yo… trabajo. – "con todo lo que eso implica" se recordó él mismo.
-¡genial! – exclamó Jou, tratando de animar la situación un poco. – ya era hora que nos invitaras, ne? – miró a los demás.
El mayor de los Yagami seguía mirando con desconfianza al rubio, hasta que Yamato no pudo más y le devolvió la mirada. "Si, Taichi, es exactamente lo que piensas." Le dijo con los ojos.
De inmediato el castaño se puso de pie.
-yo no voy. – anunció. Y sin dar más explicaciones, se retiró.
El Ishida no tuvo tiempo de sentirse mal respecto a ese rechazo, pues apenas el Yagami desapareció del escenario, Hikari sonrió.
-si él no va, yo iré encantada. – decidió, y miró al otro lado de la mesa, tratando de captar la atención del pelirrojo. – Koushirou… - su voz se suavizó, un poco ansiosa. - ¿tú irás?
Él la observó un momento con una extraña expresión indescifrable, pero finalmente le devolvió la dulce sonrisa, y se volvió a Yamato.
-yo también voy.
Takeru y Mimi también cruzaron miradas, y el alivio volvió a sus corazones. Ese viernes sería un día decisivo…
-um, no sé que ponerme… - comentó de pronto Hikari.
-es cierto, - dijo Sora, - ¿qué tipo de bar es?
Los corazones de Mimi y los hermanos rubios volvieron a acelerarse.
-er… - Yamato tragó saliva. – uno muy especial…
Continuará…
Notas:
Ari: snif… que pena…
Cris: ¿que pena…? ¿Por qué Ari-chan?...
Ari: no me gusta lo que le hacemos a Michael… pobre… snif…
Cris: ah, sí. Al fin apareció otro personaje: Michael! de qué conoce a Mimi, habrá
que averiguarlo, no? ^^
Ari: Como sea… el próximo capítulo es sobre la visita de los chicos al bar… ¡esperen con ansias!
Cris: y si FF.N lo permite, ¡dejen review!
