"Darkness"
Capítulo I. "My identity"
Por: Kyûketsuki Akari.
Es curioso que la noche se muestre más fría y sea más oscura que de costumbre, no hay estrellas y las nubes bloquean la luz de la luna, tal vez sea por que se acerca el otoño, no lo se, a mi me parece que la noche esta acorde con la situación, me pregunto si fue lo correcto venir a este lugar desde que llegamos he tenido un mal presentimiento, no me siento cómodo, es como si algo fuese a pasar y creo que ese algo no es nada bueno.
Cuando veníamos en el avión me sentía un poco más preocupado, creo que mi preocupación era un tanto obvia porque Tamao trato de entablar conversación conmigo para tranquilizarme, es verdaderamente una chica muy amable, tiene cierto parecido con Yoh tal vez sea por eso que puedo conversar con ella tan animadamente o quizá sea el hecho de que nuestra otra acompañante no es muy accesible a mantener una platica, a veces me gustaría saber porque Anna es tan fría y seria. En el momento en que recibió el mensaje de Kino-sama de que la necesitaba ver cuanto antes posible Tamao se alarmó mucho, dijo que era extraño ver actuar tan precipitadamente a la abuela de Yoh, sin embargo Anna se mantuvo seria y con su expresión aburrida de siempre, realmente me hubiera gustado saber que estaba pasando por su cabeza en ese momento, era tan extraño ver el contraste de actitudes de Tamao y Anna, aunque debo admitir que creo que la forma de actuar de ambas es un tanto extremista.
Bueno... el punto es que por culpa de ese mensaje enviado por Kino-sama a Anna, ella tuvo que venir aquí y Tamao y yo la acompañamos, el resto de los chicos se quedaron en la Aldea Apache ya que ellos no podían alejarse mucho porque era probable que les tocará combatir en cualquier momento y como sería algo rápido no tenía caso armar tanto alboroto, bueno, eso fue según palabras de Yoh, pero hay que recordar que Yoh suele tomarse las cosas muy a la ligera... él al igual que Tamao me dijo que no me preocupara, que todo saldría bien, además dijo que estaba seguro porque estaría con Anna.
Pero ese extraño presentimiento también me dice que no es de mí por quien me debo preocupar ...
....
Vaya! de tanto estar pensando no me había percatado de lo silencioso que esta todo, es extraño, demasiado silencio, es como si fuera a ...
Estruendoso sonido, fuego, humo por doquier, tierra dispersa cerca del sitio: Una explosión.
Suceder algo.
Me levanto rápidamente del lugar donde estaba observando el cielo para avisarle a los demás habitantes de la casa lo que había sucedido, sin embargo una nerviosa o más bien una casi histérica Tamao choca conmigo.
- ¡Tamao-chan! escuchaste .. - Pero no pude continuar al ver la mirada llorosa de Tamamura.
- ¡Manta-san, esto es terrible! -
- Si, lo se Tamao-chan, hay que avisar a los demás para ir a socorrer a la gente que vive en esa área cuanto antes
- Manta-san esa zona esta deshabitada .. -
- Entonces no es tan terrible Tamao-chan, nadie salió herido - Le sonreí para tranquilizarla un poco, pero ella empieza a sollozar con más fuerza.
- ¿Qué sucede Tamao-chan? - Ante este cuestionamiento ella me muestra su tablilla, yo no logro comprender así que la observo interrogantemente.
- ¡Manta-san! - Lágrimas comienzan a mojar su rostro mientras aprieta su tablilla contra su pecho - ¡Anna-san y Kino-sama estaban en ese lugar! -
- ¡¿Qué?! -
El pequeño chico rubio abrió sus ojos poco a poco acostumbrándose a la luz del sol, se había quedado dormido sentado en el suelo esperando a que les avisaran que había sucedido y cual era el estado de la señora Kino y la joven Kyouyama.
La noche anterior había presenciado una explosión algo fuerte desde una distancia bastante prudente pero no todos habían tenido la misma suerte que él. Cuando Manta y Tamao se disponían a salir corriendo a buscar a Anna y a su instructora, el señor Yohmei ya venía a todo lo que sus piernas daban, Kino-sama se encontraba con algunos rasguños y raspones en su cuerpo y caminaba con algo de dificultad, pero lo que preocupó más a la joven de cabellos rosados y a su pequeño amigo fue ver el estado de la sacerdotisa la cual se encontraba inconsciente en los brazos del abuelo de Yoh.
Asakura Kino les había explicado, mientras Tamao curaba sus heridas, el motivo por el cual había llamado a Anna con tanta urgencia. Se trataba de un poderoso espíritu al cual necesitaban mandarlo al descanso eterno, pero consideró que ella sola no podría con el, así que pensó de inmediato en que la joven sacerdotisa la podría auxiliar, sin embargo y a pesar de que lograron exorcizar a dicho espectro antes de irse había alcanzado a atacar a Kino y en un esfuerzo por protegerla la itako salió mal herida.
El joven Oyamada suspiró frustrado, lo de Kino-san no era algo grave pero necesitaba descansar y después de que recuperara energías le harían un chequeo general para asegurarse que no existiera nada fuera de lo normal, después de todo era una persona mayor y por lo tanto necesitaba muchos cuidados aunque solo fueran pequeñeces.
Pero Anna era otro boleto... estaba algo preocupado y como no estarlo si la joven rubia no había abierto los ojos desde que la trajeron de regreso, se había dado un golpe fuerte en la cabeza por lo cual se la habían vendado al igual que su mano derecha, pero no se había quebrado nada así que de daños graves físicos podían estar seguros que no existían, solo hacia falta que ella despertara.
De repente comenzó a sentir revuelto el estomago y ese presentimiento de que algo malo sucedería lo invadió de nuevo.
- ¡Manta-san! - Escuchó gritar a la shaman de cabellos rosas desde la habitación de la itako, se había quedado toda la noche velando su sueño.
- ¿Qué sucede Tamao-chan? - Cuestionó el pequeñín incorporándose aún algo somnoliento.
- ¡Anna-san ya despertó! -
Entro corriendo hacía la habitación seguido por Tamao, había pasado por momentos de mucha tensión, cierto que tenía que reconocer que Anna era una chica cruel, fría y calculadora, pero.. vamos queriendo o no le había tomado cariño a la rubia malhumorada, era la prometida de su mejor amigo y con el tiempo que la había tratado se había dado cuenta que la chica no era tan mala como aparentaba y aunque no lo dijera en voz alta el ya la consideraba como una amiga.
La joven itako se sentó sobre las blancas sabanas con algo de dificultad, Manta y Tamao la miraban con una expresión de alivio en sus rostros, ella solo los volteo a ver con inseguridad.
- Anna-san, ¿Cómo te sientes? - Preguntó el chico rubio.
- Anna-san, ¿Ya se siente mejor? - Tamao con lágrimas de felicidad en sus ojos.
La rubia parpadeo un par de veces y continuaba mirándolos con duda, hasta que se animó a pronunciar algo.
- ¿Anna? ... ¿Quién es Anna? -
Esto no podía estar nada bien pensó Oyamada.
Ahora entendía la razón de sus malos presentimientos, lástima que no pudiera predecir las cosas porque eso definitivamente le hubiera ayudado de mucho en esos momentos.
Fin del capítulo I.
