"Darkness"
Capítulo III. "An important Lesson"
Por: Kyûketsuki Akari.
Las nubes pasaban a toda velocidad al lado del objeto.. o más bien era el objeto el que pasaba a toda velocidad a través de ellas, una mirada oscura miraba distraídamente como el paisaje cambiaba de azul celeste a un color rojizo, tenían ya varias horas viajando y dentro de poco llegarían a la Aldea Apache. Manta y Tamao le habían comentado vagamente de lo que se trataba el Torneo de Shamanes y las personas con las que se encontrarían ahí.
Había estado tratando de memorizarse los nombres de todas las personas de las que hablaban así como tratar de comprender cada una de las cosas de las cuales hacían mención la chica pelirrosa y el joven Oyamada como consecuencia a eso obtuvo un dolor de cabeza aun peor que el que ya portaba desde que despertó y las pastillas no ayudaban de mucho y al parecer lo único que hacían era adormecerla, así que decidió dejarlas a un lado, prefería aguantar el dolor de cabeza que quedarse dormida.
Se sentía en territorio desconocido y lo más sensato que se le ocurría era mantenerse alerta.
Manta había dicho que estaba muy contento de regresar, que durante ese par de días había extrañado mucho a Yoh, al decir ese nombre Anna pudo notar un leve sonrojo por parte de Tamao para después decir de manera nerviosa que ella también quería verlo y saber como se encontraba.
Vaya... ese Yoh era una personas muy querida, por lo que había alcanzado a escuchar de labios de sus acompañantes ese chico estaba rodeado de gente que lo admiraba y lo quería.
Unos minutos después ya se encontraban aterrizando y a la itako se le revolvió el estomago, sintió como sus manos temblaban ligeramente y sudaban, pudo sentir un poco de frío.
Estaba nerviosa.
- ¡Ya llegamos! - Comentó la shaman de manera entusiasmada.
- Hai.. - Dijo Manta un poco serio mientras observaba a Anna quien se encontraba mirando hacia la ventana, dirigió su mirada hacia allá para ver que era lo que observaba la rubia y se le iluminó el rostro.
- ¡Son Yoh-kun y los demás!, ¡Se han dado cuenta de que llegamos y vienen a recibirnos! - Gritó el chico rubio para después mostrar su gran sonrisa en muestra de la gran alegría que lo embargaba.
Al terminar su aterrizaje Manta bajó apresuradamente del avión seguido por una muy nerviosa y contenta Tamao, tras ella venía a pasos lentos Anna como tratando de analizar de un poco más lejos a las personas que se encontraban ahí.
- ¡Manta! - gritó Yoh acercándose rápidamente en su rostro podía notarse cierta preocupación, cosa que fue percibida inmediatamente por su amigo - ¿Estás bien? -
- Si, ¿Qué sucede Yoh-kun? - Cuestionó Oyamada al ver el extraño comportamiento del más joven de los Asakura.
- Bueno.. lo que pasa es que mi abuela se comunicó diciendo que había sucedido algo y que probablemente uno de ustedes se sentiría un poco mal y también dijo algo de que ese alguien se sentiría fuera de lugar, dijo que cuidara de esa persona - Expresó Yoh con su habitual actitud despreocupada para luego sonreír - pero no importa ya que parece estar todo bien, creo que mi abuela le dio por exagerar las cosas -
- Yoh-kun... -
- Vamos Manta deben de estar hambrientos después de ese viaje tan largo y también cansados de venir sentados - Pronunció el chico castaño soltando su peculiar risita.
- Yoh-kun... - Repitió Manta.
- Hay alguien más ... - Murmuró Anna, Tamao se volvió a verla.
- ¿Que sucede Anna-san? - Interrogó Tamao que había sido la única que había escuchado el comentario de la itako.
- ¡Anna-dono! - Gritó Ryu al notar la presencia de la chica rubia - Que gusto ver.. - El joven detuvo su eufórico saludo - ¡Anna-dono! - Ahora el grito fue de completa preocupación, ante esto todos dirigieron su mirada a donde estaba la prometida de Asakura.
Anna se sintió incomoda al tener tantos ojos sobre su persona pero le incomodaba más aquellas presencias que podía sentir y que por una razón extraña lograba distinguir que le pertenecían a personas fuera del círculo de amigos de Manta y Tamao.
- No forman parte de ustedes.. - Dijo tratando de mantener la mirada en alto para después dejar caer sus ojos oscura en los del pequeño Oyamada como buscando apoyo.
- Anna ... - El joven Asakura planto su mirada nocturna sobre la figura de Kyouyama y la sonrisa que se encontraba en su rostro desapareció, haciendo ver en su cara una expresión de seriedad bañada de una brisa de preocupación.
Anna pudo sentir la mirada del joven desconocido sobre ella, sabía que era Yoh Asakura porque Manta le había llamado 'Yoh-kun' pero eso para ella no significaba nada, el hecho de saber el nombre de una persona no significa que supiera quien era.
Y con lo que ella respectaba, ella no conocía a Yoh Asakura, así que solo se limitó a mirar por unas milésimas de segundo al shaman de cabello castaño para dirigir de nuevo sus ojos negros hacía Manta en busca de ayuda, hasta el momento a él había sido a quien más había tratado de todos los presentes.
- ¿De que hablas Anna? - Preguntó Manta como captando el mensaje de aquella mirada, si Anna se sentía un poco mejor dirigiéndose a él estaba bien, poco a poco iría tomándole confianza a los demás, todo era cuestión de tiempo.
- Son fuertes.. es mejor que estén alertas.. - Mencionó la rubia de forma tranquila, y no es que lo estuviera, estaba aterrada y nerviosa por todo, pero algo en su interior le decía que debía mantenerse calmada, que esconder lo que sentía era la mejor manera de protegerse.
- ¿Anna-san de quién habla? - Preguntó Tamao comenzando a pensar que la rubia estaba empezando a delirar.
- Asakura Yoh -
Los shamanes giraron sus miradas de manera tediosa, incluso se pudo escuchar un par de suspiros de resignación, una voz que todos conocían muy bien se escuchó a sus espaldas.
Un hombre de cabellera rubia vestido de blanco les observaba con sus ojos de un color azul intenso tras sus gafas, las cuales acomodó mecánicamente con su dedo índice, a su lado estaba un chico que aparentaba no tener mas de trece años de edad de cabellos y ojos verdes. Atrás de ellos se encontraban otras personas también vestidas de blanco que parecían estarlos siguiendo a ambos.
Esos ojos...
Anna pudo notar algo en aquella mirada esmeralda, mucho arrepentimiento, tristeza e inseguridad, incluso ella misma se sintió un poco mal al sentir el aura tan deprimente del shaman de cabellos verdosos. Y se asustó, ¿Desde cuándo era ella capaz de distinguir los sentimientos como si fueran propios?
Supuso que aquello se debía a los poderes que había recibido de nacimiento y que la hacían especial de los cuales había hablado la abuela Asakura, aun así, tendría que preguntar más tarde acerca de todo lo referente a su pasado, tal vez aquellas personas podrían ser más explícitos que la señora Kino.
- Ahora.. ¿Que pasa? - El shaman castaño preguntó de manera fría y seria haciendo sorprender a sus compañeros, incluso el joven acompañante del rubio pareció impresionado.
- Te estoy dando la oportunidad de reflexionar y unirte en pro de la justicia - Mencionó el hombre - Si te unes a nosot...-
- No me interesa - Yoh volvió a responder con seriedad.
- Yoh-kun, Marco-san solo esta tratando de ayudarlos a ir por el camino correcto - Por primera vez en ese instante se dejó oír la voz de aquel chico que se encontraba al lado derecho de Marco.
Yoh podía haber recibido aquella inesperada visita con una sonrisa, como siempre lo hacía fuera cual fuera la situación. Pero en aquel momento solo quería que esas personas los dejaran en paz para así poder preguntar que rayos había pasado en aquel viaje como para que su prometida estuviera en ese estado, no solo físico, el estaba acostumbrado a sentir en la presencia de Anna mera tranquilidad y en uno que otro caso enojo extremo pero no lo que estaba sintiendo ahora...
Miedo, confusión incluso algo de tristeza, todos aquellas cosas mezcladas entre sí provocándole una sensación de incomodidad, frustración e impotencia.
Necesitaba una explicación y la necesitaba ahora.
- ¿Y tú crees estar en el camino correcto? - Ojos negros chocaron con unos color esmeralda que la miraban confundido.
Yoh se giró sorprendido al escuchar la tranquila voz de la rubia.
- Sí.. - Respondió Lyserg.
- No te escuchas, ni te ves muy convencido de ello - Todos los shamanes no hacían más que observar a los dos interlocutores. A pesar de que Anna se veía en estado delicado debido a los golpes y raspaduras seguía teniendo esa presencia imponente.
A excepción de Lyserg que la miraba de forma suplicante, como pidiéndole que no le arrebatara lo que el creía, de lo que el pretendía estar seguro.
- Hao es un ser malvado, un asesino y aquel que no este de nuestra parte lo esta de parte de él, será un pecador así que debe ser aniquilado, les estamos ofreciendo la oportunidad de vivir más y actuar de manera correcta - Marco habló fuerte clavando sus ojos en la figura de Anna.
- Tengo entendido que aniquilar es lo mismo que asesinar así que básicamente ustedes actúan de la misma manera que ese sujeto, por lo tanto, no existe mucha diferencia entre ambos - Volvió a clavar sus pupilas oscuras en las verdes de Lyserg - ¿Estás seguro que actuando bajo ese principio estas haciendo lo correcto?, Sí estas en contra de lo que hace Hao, ¿Piensas que la mejor forma de enfrentarlo es cayendo a su nivel? -
Diethel Lyserg guardó silencio y bajo su mirada al piso.
- ¡Niña insolente como te atreves a hablar así de nosotros! - Marco la miró de forma furiosa y despectiva.
Anna se sobresaltó un poco ante el grito del mayor y la mirada que parecía atravesarla. El menor de los hermanos Asakura se dio cuenta de esto y se colocó frente a ella, evitando de esta manera que el rubio la siguiera viendo.
- Ella solo fue sincera - Yoh contrarrestó la mirada de Marco con una de sus miradas serias y frías. Marco se estremeció, cuando Yoh se ponía en ese plan el parecido que tenía con Hao era más notorio, incluso llegaba a ser más intimidante, ya que el otro castaño no acostumbraba a mirar con seriedad, solamente se burlaba de sus oponentes.
"Marco regresen"
Una voz de una mujer retumbó en la cabeza del líder de los X laws dándole una orden a la cual no podía desobedecer así que se dio la media vuelta haciéndole una señal al resto de su grupo indicándoles la retirada - Nos estamos empezando a cansar -
- ¿Por qué hablas en plural? - La voz de la itako sonaba seria - ¿Acaso piensas por ellos también? - Yoh dejó escapar una pequeña risita ante el tono irónico con el que hablaba su prometida, le encantaba oír eso, saber que a ella nada ni nadie la intimidaba.
El rubio gruño y le gritó a Lyserg que se moviera, ya que el inglés no daba la menor seña de pretender irse de su sitio, levantó sus ojos verdes encarando los ojos de Yoh, seguidamente los de Anna quien había sacado su cabeza a un lado para que pudiera verla y finalmente antes de voltearse para seguir a su líder pudo ver un par de fieras y penetrantes pupilas doradas que lo miraban expectantes.
Lyserg lo sabía.
Muy en el fondo algo le gritaba que seguir el principio de los X laws no era lo correcto pero el ahora los consideraba sus amigos y por influencia de Marco sentía que le debía una enorme lealtad a la doncella Jeanne, ahora se sentía aun más confundido que antes, las palabras de la rubia había logrado remover sus propios pensamientos que el mismo había tratado de enterrar con tanta voluntad.
Pero de algo estaba el seguro, por primera vez en su vida lo estaba realmente, el no se rebajaría al nivel de Hao, a lo contrario de lo que era antes que creía ciegamente en las palabras de sus compañeros.
El jamás asesinaría, por que el no era así, porque el no estaba de acuerdo con aquello y se mantendría firme en ello.
Anna le había recordado una importante lección que había aprendido de sus padres cuando era muy pequeño y esa era el respetar la vida de los demás siendo quienes sean.
Los X laws desaparecieron del lugar tan pronto como habían aparecido dejando por fin relativamente tranquilos al Yoh-gumi.
- Arigatou.. - Yoh abrió los ojos de sobremanera al escuchar la voz firme de su prometida dándole las gracias.
- No tienes porque darlas.. - Se giró para estar frente a frente con Anna, por fin los extraños se habían ido y ahora podía expresar toda la preocupación que sentía - ¿Qué ha sucedido Anna? -
Anna lo miro un instante tratando de captar aquella sensación que emanaba del aura del shaman de cabellos castaños, solo hizo lo único que sabía hacer en aquel momento, ser sincera.
- No lo sé -
- Etto.. Yoh-kun creo que debemos hablar con calma pero antes que nada... Anna ellos son nuestros amigos así que puedes sentirte cómoda ante ellos, estás en confianza -
Todos los shamanes sin excepción miraban a Manta como si tuviera dos cabezas o algo así, Anna hizo una leve inclinación en señal de saludo.
- ¿Manta que esta pasando aquí? - Asakura Yoh ya se estaba empezando a poner nervioso todo aquello se estaba tornando demasiado extraño para su gusto.
- Vamos Yoh-kun, Anna y yo tenemos algo que platicarte acerca de este viaje, Tamao-chan por favor comunícales a los demás lo que sucedió - Tamao asintió y sin más el rubio se dirigió a un lugar un poco apartado del resto seguido por Anna y un confundido Yoh.
Al parecer esa noche descansar no sería lo que harían precisamente.
Fin del Capítulo III.
