Título: Infidelity

Autor: abysm

Disclaimer: Sí, sí...Los personajes son de JK Rowling... ¿Contentos?

Advertencias1:AU - Voldemort ya no existe y esto será slash Draco / Harry. Tendrá un par de escenas explícitas, más adelante, así que... si le molesta... No siga leyendo, sipi?

Advertencias2: Muy bien, este capítulo contiene además de slash, LEMON, LEMON, LEMON, LEMON, LEMON!!!! En caso que no sepas a qué me refiero, quiero decir: relaciones homosexuales, con descripción explícita. ¿De acuerdo? Si eres menor, homofóbico, intolerante o una combinación de todas ellas, te pido que tomes en cuenta esta advertencia, no sigas leyendo y luego no molestes a la gente de ffnet con quejas. Muchas gracias. Y si te gusta, pues espero que lo disfrutes

Summary: Un error, uno solo puede arruinar muchas cosas. Harry va a descubrir que no valoró lo que tenía y ahora quizas tenga que pagar un precio demasiado alto.

Capitulo 3

Esos días encerrado fueron desesperantes, cada instante esperando que su existencia apacible se destrozara en miles de pedazos.

Finalmente, la tercera noche debía concurrir a una fiesta, cuya invitación que ya había sido aceptada con bastante tiempo de anticipación, por lo cual era imposible no asistir.

Aunque no estaba de ánimo de fiesta, sabía que era necesario sacudirse el miedo de esos días, necesitaba volver a ponerse en movimiento. Casi no se reconocía con ese temor que le agarrotaba los miembros, parecia imposible que fuese el mismo que tiempo atrás había librado batallas con magos poderosos.

Terminó de vestirse con el traje de etiqueta negro que siempre usaba en esas ocasiones, hecho a medida para él frente al espejo de pie.

Los brazos de Draco lo abrazaron por detrás, le depositaron un beso breve en el cuello y Harry se acomodó al cálido cuerpo tras él.

- ¿Estás listo, amor?

- Sí.- sintió las manos gentiles que abandonaban su cintura y le acomodaban la capa sobre los hombros asegurándole el broche bajo el mentón guiándose de forma experta por el reflejo.

- Vamos entonces.

Apenas un momento de súbito temor experimentó Harry cuando salieron al exterior antes de meterse en el carruaje guiado por pegasos, pero la reja estaba desierta, no había nadie fisgoneando desde allí, al menos nadie que él pudiera ver.

Al llegar a la mansión donde se daba la recepción, por una vez en tantos días, se sintió libre. Allí estaba rodeado de gente que lo conocía, no había posibilidad que ese tipejo horrible se hubiera escurrido dentro de la fiesta y eso lo hizo suspirar con alivio.

La sensación de la música flotando en el aire lo atravesó, recorriendo su piel, llenándolo de alegría. No era un bailarín experto ni mucho menos, su naturaleza tímida siempre lo había hecho poco propenso a esas demostraciones, pero esa noche, se sentía ennervado por la repentina libertad y se lanzó al baile para deshogar en él las tensiones.

De pronto se dejó ir en el torbellino de ritmo, se abandonó a la embriaguez de los movimientos. Sentía los miembros afiebrados, plenamente consciente que muchos lo miraban, y sabía que lo miraban, hombres y mujeres porque era atractivo. Quizás no fuera como Draco, pero era atractivo de un modo mas informal.

- Vaya, Harry...¿Qué tienes esta noche?

Todavía trastornado por el frenesí de la pieza musical, se volvió, risueño, agitado pero los ojos escrutadores y fríos de su pareja lo atravesaron.

"Cielos... ¿Qué demonios estoy haciendo...? Me mostré demasiado desenfrenado... Maldición..."

- ¿De qué...? ¿Qué quieres decir...?- preguntó ante el puñal de esa mirada.

- Nada... Solo que es...extraño...

Ni siquiera se atrevió a preguntar qué quería decir con eso, pero tampoco hubo tiempo. Draco giró y regresó a la conversación que tenía con otros dos magos.

En ese movimiento, Harry tomó en cuenta los hombros anchos y fuertes, sobresaliendo poderosamente bajo la nuca de hierro. Solo en ese instante, Harry se dio cuenta que él no había crecido demasiado, pero Draco era otra cosa, era casi un metro noventa poderoso y fuerte.

La magia se había extinguido de pronto. Ya no le apetecía bailar más, se quedó unos minutos allí, sin saber exactamente qué hacer y al girar, volvió a encontrarlo. Mirándolo, atravesándolo con esos ojos de acero; involuntariamente tembló ante esa mirada y su silencio.

- Ehmm... ¿Ya tenemos que irnos...?- susurró en voz baja.

- Sí.- la respuesta dura, casi hostil.

El regreso fue silencioso, Harry no se atrevio a abrir la boca, pero al llegar a la casa, Draco pareció haber olvidado lo sucedido.

Como siempre le ayudó a quitarse la capa y luego él se despojó de la suya y la chaqueta, quedándose en camisa.

- ¿Quieres un trago antes de subir al dormitorio?- preguntó solícito y el gesto enterneció a Harry, quien decidió que no iba a arruinar toda la noche.

- Claro.- dijo, mientras dejaba su chaqueta sobre un sillón.

Luego fue hasta el mini bar donde Draco estaba preparando las bebidas y se divirtió unos segundos tratando de quitarle el corbatín sin estorbar la preparación de los tragos. Lo logró un poco antes y lo dejó con cuidado en el mostrador de madera pulida. Le desprendió los primeros botones de la camisa hasta revelar parte del pecho.

- Toma.

Draco le extendió el vaso sonriendo y fue hasta el sillón mas grande donde se sentó. Con una pequeña palmada en el lugar vacio a su lado invitó al otro joven a unirse a él, cosa que no tardó en suceder.

Ambos disfrutaron un rato del silencio, solo se oía el tintineo del hielo en los vasos de cristal tallado.

- Estabas muy lindo bailando esta noche...- murmuró Draco, usando su brazo libre para enlazarlo por la cintura y atraerlo hacia sí.- Todos te miraban, y yo casi muero de celos.

"¿Celos? ¿Por qué celos? ¿Sabe algo...?" antes que el temor arruinara todo, le dio salida a esos pensamientos.

- Lo siento, no quise avergonzarte delante de toda esa gente...

- Tú nunca me avergonzarías, amor.

Culpa. Horrible y desgraciada culpa.

Antes que Harry pudiera encontrar algo para decir, Draco dejó su vaso en la mesita que tenía enfrente, le aferró la barbilla para hacerle girar la cabeza y lo besó suavemente.

Sus labios se posaron sobre la boca de Harry rozándola apenas en un principio, recorriendola con su lengua, invitándolo a responder tomando entre sus dientes el labio inferior, saboreando. Y Harry respondió, entreabrió la boca para permitir que él la invadiera, la explorara como si nunca hubiese estado ahí, como si nunca quisiera irse.

En algún momento, Draco le quitó el vaso de las manos, poniendolo en la mesita junto al suyo y se dedicó a esa boca que siempre lo desquiciaba hasta lo impensable. Lo besó hasta que ambos quedaron sin aliento.

En un movimiento sabio, aprendido y practicado muchas veces, lo reclinó en el sofá, sin dejarlo libre ni un momento.

Harry sintió el cuerpo firme sobre el suyo, acomodándolo en el sillón, y las manos que empezaban a luchar con la camisa. Contento, abandonándose, alzó los brazos y los enlazó en el cuello que había contemplado con temor durante esa noche, y que ahora se volvía irresistible. Quitó el lazo del cabello rubio gozando al sentir la seda de plata entre sus dedos, y goloso, ofreció su boca de nuevo, atrayendolo para que no pudiera resistir la invitación.

- Condenación...- gruñó Draco dentro de su beso.- Te compraré una camisa nueva... Una docena.

No le dio tiempo a Harry a preguntarse qué había querido decir con eso, y tiró de aquella haciendo saltar los botones de nácar y ganando con eso pleno acceso al torso moreno, tentador. Soltó los labios para dedicarse con devoción al cuello, al recorrido de la clavícula, al hueco que formaba en el hombro escuchando la respiración agitada de Harry.

Aquel solo sentía ya sin pensar, la lengua húmeda dejando caminos cálidos en sus hombros, y la sintió llegar a uno de los pezones. Lanzó un gemido cuando sintió los dientes apretando apenas. Se arqueó porque mientras la boca ávida se concentraba en uno de ellos, el otro era atribulado por unos dedos sabios que lo rozaban, pellizcaban y volvían a acariciar hasta que los dos estuvieron enrojecidos y duros.

Siguiendo su curso, los labios recorrieron el camino a través de su abdomen y juguetearon un siglo en el ombligo mientras las manos febriles se deshacían del obstáculo del cinturón.

Las manos, la boca, todo Draco se retiró por unos instantes para dedicarse a quitarle los zapatos que volaron en alguna dirección, luego los calcetines y ascendieron por dentro de las perneras de los pantalones, acariciando las piernas. Salieron de ahí para librarlo de esa prenda estorbosa.

Harry entreabrió los ojos, y se irguió un poco. Draco lo miraba, el deseo hacía que sus ojos se vieran casi negros, brillantes como si tuviese fiebre. Al notar que Harry lo miraba, empezó a desvestirse frente a él y sin poder resistirse, Harry se irguió y empezó a ayudarlo. Sin haberse librado por completo de su camisa, aquella pronto se unió a la de Draco en el suelo, y luego le siguieron los pantalones y el resto de la ropa.

El moreno empujó apenas al otro, sentándolo y se ubicó entre sus piernas. Volvieron a unirse sus bocas y con eso, los cuerpos entraron en contacto pleno, la piel contra la piel, produciendo calor intenso, la maravillosa sensación de electricidad corriendo en todas direcciones. Era ahora él quien se dedicaba a asaltar el cuello de piel blanca, dejar la marca de sus dientes en los músculos del tórax y abdomen. Y no es que no quisiera quedarse allí más tiempo, es que había una parte que necesitaba atención urgente y él estaba más que dispuesto a brindarla.

Su lengua rodeó el glande, y se extasió escuchando el gemido ronco que vino en respuesta; despues de lo cual empezó a recorrerlo, saboreando las primeras muestras de la excitación de Draco. Una y otra vez lo recorrió, mientras los dedos acariciaban los testículos y al final lo aprisionó en su boca. Lo soltaba casi por completo y luego volvía a hundirlo en su cavidad ardiente, glotonamente, pero a una velocidad exasperante por lo lenta. Hasta que un par de manos lo aferraron con fuerza por el cabello, manteniéndolo firme para penetrar hasta el fondo de ese cálido sitio. Harry no se resistió, sabía que tenía que relajarse para no ahogarse y poder respirar sin dejar de brindar ese placentero tormento, sus manos se aferraron a las nalgas firmes de Draco para confirmarle su placer con ese ritmo.

Pero Draco parecía tener otras ideas. Súbitamente se soltó, lo levantó por las axilas llevándolo hasta su altura deseoso de probar su propio sabor en la boca amada. Un poco sorprendido, pero sin oponerse en absoluto, Harry volvió a sentir la lengua de Draco enredándose en la suya, repitiendo en ella lo que segundos antes había hecho con su miembro.

Cuando lo soltó, en unos segundos Harry volvió a encontrarse en la posición inicial, el cuerpo firme y poderoso de su pareja aprisionándolo contra el sofá mullido, sus erecciones en contacto, en fricción incesante por el movimiento de las caderas. Ahora jadeaban juntos, las manos recorrian los lugares ya tan familiares sabiendo las sensaciones que despertaban, sin que por eso resultaran menos placenteras.

- Tiene que ser ahora...- gruñó Draco, levantando las piernas de Harry sobre sus hombros. Pero él era un amante cuidadoso, e inclinándose apenas, le ofreció los dedos que iba a usar para prepararlo. Harry se aplicó a chuparlos con verdadera devoción. Segundos después abandonaron su boca para ubicarse en otro lugar, casi tan caliente como aquella. Harry gimió ante la invasión, apenas un quejido, que se extinguió cuando comenzó el movimiento circular. Incapaz de contenerse acompañó el movimiento con sus caderas. Cuando el segundo dedo acompañó al otro, ya fue un jadeo evidente.

- Oh... por favor...- pidió clavando las uñas en el tapizado.

- ¿Qué es lo que quieres...?- preguntó el rostro ahora enrojecido por el deseo, luchando por el control de aquello que amenazaba explotar en cualquier momento.

- A tí... Te quiero a tí...

- ¿En serio...?

- Te quiero dentro de mí...

- Tú ordenas...- quitó los dedos y ubicó su palpitante pene en la entrada expandida.- y yo te obedezco...- jadeó empujando con fuerza.

Harry ahogó un grito de profundo placer que hubiese despertado a todos en la mansión mientras Draco empujaba un poco más, y un poco más hasta estar completamente dentro de ese cuerpo ardiente. En los instantes que siguieron, Harry intentó relajarse, para acostumbrarse a la sensación de ocupación plena en sus entrañas, pero era tan agradable. Sin darse cuenta fue él quien inició el movimiento, y en respuesta, sabiendo que ya estaba bien, Draco se retiró casi del todo y empujó de nuevo al tiempo que tomaba en su mano el pene de Harry.

Ahora aquel empujaba contra las caderas del rubio, buscando la penetración mas profunda, el contacto mas completo. Quería a Draco enterrado en lo más profundo de su carne, tomando posesión de lo que siempre había sido suyo y que nunca más daría a otro. Ese pensamiento hizo que las embestidas posteriores fueran casi salvajemente incentivadas por él, y cuando Draco explotó en su interior, llenándolo con sus fluidos calientes, Harry gritó su orgasmo sin ningun tipo de pudor, aunque con ello se despertaran hasta los elfos de la cocinas. Después, se abandonó a los brazos que lo rodearon, sudoroso, jadeante, satisfecho en cuerpo y alma; feliz por haber alejado el miedo que lo consumía, al menos por una noche.

TBC...

Reviews:

Moryn: Al fin a alguien le gusto mi rubio serio y empresario, es que los imagino a los dos ya mayorcitos. No me resulta fácil escribir slash con menores de 17... me encanta leerlos, pero cuando quiero escribirlos...Puf! Todas las ideas se esfuman, por eso los personajes me salen un poco serios y angustiados. Snif.

GabOO: Harry está sufriendo, je, le remuerde la conciencia por idiota, err... Oops, Sevie/Harry? No creo, cómo le hago eso a mi rubio lindo? No te preocupes, Harry ya tendrá su merecido. Cual de todos tus fics? Es que entré en tu profile y tienes muchas cosas escritas!!! No sabía dónde empezar y caí en un Lucius/Draco OO! (jamás lo pensé, pero me gustó)Dame tiempo para ponerme al tanto,sipi? Besitos

Ayesha: A mí me gusta mi Draco serio... ;; tan bonito él, responsable y lindo. Cuida y quiere mucho a Harry y el otro $%& va y le pone los cuernos. En fin, que ya le tocará sufrir. Lo que hizo de calenturiento lo va a pagar porque su conciencia Gryffindor no lo dejará en paz. Y Draco... no sé que haría si se enterara, pero si el amante de Harry le llega a hacer una escena, se me muere el morenito y lo necesito para el fic, je. Son ideas mías o Harry no te cae del todo bien? Besos

Murtilla: holitas! Por ahora, el punto de vista es el de Harry, pero habrá tambien el de Draco. No les gusta mi rubio serio? Vaya, que sea serio no significa que haya perdido su toque Sly, ya saldrá a relucir... algo.

Nima jaganashi: Es muy tonto! Lo dicho, si no quería al rubio en casa, lo hubiese mandado a la mía., yo contenta que contenta. Los amiguitos de Harry... no andan por aquí. Que este es un problema doméstico, intimo... No me lo imagino a Harry hablando con Ron: Y sí, me aburrí y le puse la cornamenta... Jejeje, no, creo que por ahora no saldrán.

Gala Snape: Sí, ya se le hizo la noche, porque no lo van a dejar en paz, ni su conciencia ni su chantajista favorito. Pero ahora sabe que quiere al rubio y no quiere que las idioteces que se mandó perjudiquen a Draco, por eso resulta fácil de chantajear, por eso y por otras cositas...

Little My: Es muy escurridizo ese muggle, verdad? Tienes mente detectivesca, a ver si se te ocurre alguna otra cosita, no estás muy lejos... Oohh! Qué estoy diciendo? Igual no tendrás que aguardar mucho, no hago fics largos para asegurarme de terminarlos jejeje, asi que ya pronto se desatará todo. Besitos

Di Malfoy: Incertidumbre y miedito de que el rubio lo descubra... Eso lo tiene mal, al fin y al cabo, era Gryffindor nomás y no puede hacer algo sin que la conciencia lo persiga por los siglos de los siglos. El encapuchado era Draco. O era el muggle?? Je, pensaste que lo iba a decir? Jejeje. Bien, no durará mucho la espectativa. Beso.