¡¡¡Ohayo!!! ^ ^

Raven: Bueno... el chapi anterior te gusto... a ver este... (como son extremados... jejeje...)

Linita Gabriev: Ya está aquí. He tardado un poquito mas que de costumbre (creo) pero aquí está. ^ ^ Muchas gracias.

Cass Metallium: Gracias. Me alegro muchísimo de que te parezca interesante ^ ^

Amber-san: Jejeje... ya verás el papel de Val en todo esto... Lee este chapi y tendrás la respuesta a una de tus preguntas... :P

Bloosom Inverse: ¿Has dicho que te encanta? Es que no está muy claro XD (es broma... es broma... ^ ^) Me alegro.

A todos vosotros muchísimas gracias. De verdad. Os agradezco de todo corazón vuestros reviews.

Recuerdos a Suissei, Nadesiko y a Masaki ^ ^

Personajes, propiedad de Kanzaka excepto Téride, que es de mi invención (como alguien lo coja sin mi permiso le pego. Aunque un poco difícil desde aquí... ^ ^U)

*************

Estaba despachando a una mujer que había entrado en la tienda de cerámicas y otros útiles que he montado en el pueblo donde me instalé.

El negocio iba bien, pero últimamente, las ventas habían bajado. Aún así, mientras tuviera algo que darle de comer a mi hijo, Val, no me importaba.

La mujer tenía problemas para decidirse sobre cual de los dos jarrones escoger, el blanco, o uno con filigranas amarillas.

Oí como alguien entraba en la tienda y mientras dejaba a la mujer decidiéndose sobre qué jarrón le regalaría a su prima, me dirigí hacia el extraño.

Él era Téride, el mensajero de una manada de dragones dorados que hay en las montañas de Kaatar.

Le dije que yo ya no estaba vinculada con los dragones dorados, pero aún así quiso hablar conmigo, y le invité a pasar.

Val estaba dentro, jugando con sus muñecos. Le encanta jugar con muñecos, y a veces yo también juego con él...

Bueno... lo cogí en brazos porque recelaba de el extraño y me senté en un sillón.

"¿Quiere un té?" Pregunté

"No, gracias. Me gustaría poder discutir este tema lo antes posible" dijo "He de dar una respuesta a mi tío, el jefe de la manada: Milgazia".

Yo estaba un poco extrañada. Nunca había oído hablar de las montañas de Kaatar, pero Téride me aclaró que era una cordillera al norte del territorio del interior de la barrera.

Téride me explicó que un pequeño ejército de demonios habían atacado el valle dónde ellos vivían, pero que, por suerte, los habían evitado.

Luego, se habían enterado de que el ataque había sido organizado por los Dark Lords y dirigido por Sherra Grauscherra y Zeros Metallium. Es decir, que, según Milgazia, se están organizando para acabar con los dragones dorados, porque así las fuerzas del caos estarán por encima de las del orden. Y esa desnivelación de poderes provocará la destrucción de este mundo, que es lo que ellos están buscando.

No podía creer lo que estaba escuchando.

Otra lucha. Otra guerra. Parece que estas cosas me persigan aunque yo no quiera formar parte de ellas.

"¿Y cual es mi misión en todo esto?" Pregunté yo.

"Estamos intentando reunir a todos los dragones dorados para poder combatir esta amenaza" dijo "Creíamos que en el exterior de la barrera había al menos una manada que adoraba al Dios Dragón del Fuego, pero nos hemos enterado de que murieron todos en una batalla, hará cosa de tres años... menos usted y el Gran Anciano".

"Así es" contesté "Pero no quiero participar. Estoy harta de esta lucha continua y absurda que no llega a ningún lado, y no quiero que mi hijo crezca en un ambiente de guerra. Además estoy al cargo de un negocio, y no lo puedo dejar de lado".

"Lo comprendo pero..." dijo.

"Así que no" dije yo. "Dígale a su tío que no pienso luchar, ni por él, ni por nadie".

Téride pareció un poco desconforme, pero de fue sin rechistar. No obstante me dijo que vendría de vez en cuando para darme noticias si así lo deseaba.

Eso fue hace casi un año.

Téride fue visitándome a la tienda para decirme cómo iba todo. A veces venía con excusas tontas, para estar un rato con nosotros.

Pero un día, mas o menos hace siete u ocho semanas, Téride vino diciendo que tenía que tener cuidado. Que las cosas se estaban poniendo difíciles y que no debía descuidarme porque podía pasarme algo a mí, ya que los demonios estaban intentando exterminar a todos los dragones que encontraban solos.

Al principio no me lo tomé en serio, pero al ver la cara de preocupación que ponía, decidí cuidar más de quien entraba en la tienda, y de quien pasaba por enfrente de casa... pero eso no fue suficiente...

Aquel día, hace ya cuatro o cinco semanas, me había levantado muy pronto. Era festivo, pero me gusta levantarme temprano para hacer cosas, sino, se me quedan acumuladas, y luego no encuentro tiempo.

Giras y Gurabos estaban haciendo una entrega, y no sabía cuando volverían. Eso me inquietaba, por lo que había dicho Téride.

Me levanté, y me lavé la cara. El agua estaba fresca y me dio frío. Tal vez por eso no me di cuenta antes... Encontré la toalla a tientas, y cuando me di la vuelta para dejarla en su sitio él estaba allí...

"Buenos días, Filia" Era Zeros.

Claro que al principio estaba demasiado enfadada, y habíamos acabado demasiado bien hacía cuatro años, como para considerarlo una amenaza, pero pasado el pequeño enfado inicial me asusté... Casi no podía ni hablar... Val estaba aún en la cama.

"Vaya, vaya Filia... parece que hayas visto un fantasma... ¿Estás bien?" dijo burlándose de mí.

"¿Qué haces aquí?" logré decir. Él chasqueó la lengua tres veces.

"No es así como se trata a los invitados"

"Tú no eres mi invitado, así que vete de mi casa" dije señalando la puerta de la habitación.

Pero en vez de irse, se acercó a mí. Mucho... Sin borrar de su cara esa asquerosa sonrisa. Me asusté y me quedé paralizada, entonces me empezó a susurrar al oído.

"Filia... No se debe tratar así a alguien que viene en son de paz... por que sino, puede cambiar de opinión, y convertirse en un auténtico enemigo... y eso no te conviene... ¿verdad que no?"

Negué con la cabeza.

"Buena chica... "dijo como si yo fuera un perro. "En realidad, Filia, vengo a buscar algo..." dijo.

Mi miedo se convirtió en valor y... ¿por qué no decirlo? por desgracia, también se convirtió en estupidez...

"¡¡Pues cógelo, vete de una vez y déjame en paz!!¡¡Pero no quiero volver a verte nunca!!¿Me has entendido?"

Zeros me miró con cara de sorpresa. "Muy bien" dijo sonriendo y abrió la puerta de la habitación.

Le seguí.

No me fiaba, pero lo último que hubiera imaginado, es que fuera a secuestrar a mi Val...

Vi como entraba en la habitación de mi hijo, y entonces caí en la cuenta... pero cuando llegué allí, Zeros se había ido, llevándose a Val con él...

Después de eso me sentí muy mal... Me pasaba los días llorando yo sola. Por eso no fui a la boda del padre de Amelia. Estaba demasiado triste como para ir a una fiesta.

Téride vino unos días mas tarde de que llegara la invitación.

Me dijo que fuera... así me animaría al veros y tal vez me ayudaríais a encontrar a Val, pero no quise hacerle caso... Además tenía que llevar la tienda.

Sólo cuando regresaron Giras y Gurabos hace tres o cuatro días, me di cuenta de que había estado perdiendo un tiempo precioso, y decidí ir a buscaros...

Y el resto... ya lo sabéis.

_?_?_?_?_?_?_?_?_?_?_?_?

Después de relatar la historia del secuestro de Val, Filia se fue a dormir exhausta.

Todos estaban conmocionados por la historia, y pensaban en silencio sobre la guerra que se avecinaba.

-Esto no puede ser verdad... – dijo Amelia al cabo de un buen rato. Ya era muy de noche, pero estaban seguros de que si se hubieran ido a la cama, no habrían podido dormir.

- Yo tampoco acabo de creérmelo... –admitió Reena.- Y no puedo tragar que, por lo que nos están contando, Zeros es muy diferente a como lo era con nosotros.

- Contigo.- señaló Zel.

-¿Qué?- preguntó la hechicera sin dar crédito a lo que había oído.

- Zeros se comportaba bien contigo por que te necesitaba para llevar a cabo sus planes.

-¡¡Eso ya lo se!!- dijo la hechicera enfadada.- Pero... no se... me resulta raro... ¡¡Y ADEMAS ME DA MUCHA RABIA, PORQUE ME HA ESTADO TOMANDO EL PELO!!

- Reena, no chilles, que Filia está durmiendo- chistó Amelia.

- Es verdad, Reena. – apoyó Gaudy.

La hechicera abrió la boca para hablar, pero en ese momento, alguien llamó a la puerta.

Los cinco se quedaron extrañados, para después recelar. ¿Podría ser Zeros?

Reena deseaba que sí. Así podría estrangularlo, ahogarlo, darle una paliza, lanzarle los hechizos mas poderosos... matarlo... No por el mal que le hubiese hecho a otras personas, sino porque nadie le había tomado el pelo tantas veces y durante tanto tiempo, y eso le daba rabia... tanta que podría llegar a matar...

Mas toques en la puerta. Reena se levantó, e hizo señas para que los otros la siguieran.

Si era Zeros, ella sería la primera en atacar. Detrás estaban Zelgadis y Amelia, y por último, estaban Gaudy, que ahora no poseía arma alguna, y Martina, que era totalmente inútil en un combate, y podría llegar a ser un estorbo.

Los toques se fueron haciendo mas insistentes, Reena se situó enfrente de la puerta, abrió y...

- ¡¡BOLA DE FUEGO!!

Reena se maldijo a sí misma... ese no era un ataque muy poderoso, pero la costumbre...

Miró detenidamente la figura (ahora negra) que se encontraba delante suyo inmóvil.

Era alto... mas o menos como Zeros, pero... ese no era su peinado...

Unos ojos dorados se abrieron en la oscuridad de la noche. Y de repente, la figura que había sido atacada por Reena se cayó de espaldas con los ojos en espiral mientras soltaba una bocanada de humo.

- Reena ¿Qué has hecho? –preguntó Amelia atónita.

- Pensaba que era Zeros y...

De repente el hombre que había sido atacado por Reena se levantó de un salto.

- ¡¿¿ZEROS!??¿¿DÓNDE??¡¡DEJÁDMELO A MI!!

Todos lo miraron con los ojos como platos.

- ¿Quién es este?- preguntó Martina a Amelia en voz baja.

- No se...

- ¿AH?¿EH?¡¡AH...!! JEJEJE... Disculpen las molestias... –dijo el hombre llevándose una mano a la nuca y riendo tontamente mientras una gota de sudor le caía por la sien.

Sus cabellos eran rubios. Un rubio tan claro y brillante como el del cabello de Filia, y aunque lo tenía corto, unos mechones rebeldes escapaban por los lados, y dos mechones de su flequillo, que eran un poco mas largos que los demás, le caían graciosamente entre los dos ojos.

Sus ojos eran de un color dorado, tirando a ámbar, pero eran tremendamente agradables de mirar, pues indicaban vitalidad e inocencia.

Reena pudo ver que estaba vestido con una capa blanca, que se enganchaba por los hombros a una camiseta cruzada, que dejaba al descubierto sus atléticos brazos. Llevaba unos pantalones, también blancos, y unas zapatillas del mismo color.

La hechicera sacudió levemente la cabeza.

-¿Qué desea?- preguntó Zelgadis con cierta brusquedad.

La expresión risueña del hombre fue sustituida por una de preocupación.

- Estoy buscando a una mujer... Rubia... que lleva una capa de color...

- ¿Cómo se llama usted?- Interrumpió Martina. Tenía estrellitas y corazoncitos en los ojos, y las manos juntas por debajo de la barbilla.

- Emm... pues... yo... este... – le caía una gota de sudor por la sien, y parecía algo apurado por el comportamiento de la reina de Zoana, pero la expresión risueña regresó a su rostro. – Mi nombre es...

-¡¡TERIDE!!

- Sí... eso... mi nombre es... ¿¿EH??- el hombre miró hacia quien había pronunciado su nombre. - ¡¡FILIA!!

Algo de color dorado pasó por delante de Martina tan rápido que la despeinó, y pronto vio a Filia y a Téride abrazados. Parecía que no se habían visto en años, sin embargo, Filia les había dicho que hacía unas semanas se habían visto...

- Vaya... Qué calladito se lo tenía... –dijo Reena pensando en voz alta.

- Sí... ya decía yo que hablaba de él con mucha familiaridad.- dijo Amelia.

- Que bonito... Están enamorados... – dijo Martina con estrellitas en los ojos.

- ¿Dónde hay un rebozado?- preguntó Gaudy.

- Menos mal que era pudorosa... – continuó Reena.

- Sí... porque mira cómo se le abraza... – respaldó Amelia

- Oye Reena, tengo hambre.- Gaudy iba a la suya.

- Que se den un besito, que se den un besito... – canturreaba Martina.

- Chicas... basta ya... – Zel sudaba por vergüenza ajena.

De mientras Téride y Filia se separaron, pero sus brazos seguían entrelazados.

- ¿Qué haces aquí?- preguntó Filia.

- Pues... he venido a buscarte.- contestó Téride.

- ¿Ha pasado algo?- preguntó Filia preocupada.

- Sí... Ha pasado que te fuiste de tu casa sin decirme nada... no sabes el susto que me di... He removido cielo y tierra para encontrarte...

Téride le miraba a los ojos con gran intensidad. Filia no pudo evitar sonrojarse ante ésta declaración.

- No tenías por qué hacerlo, además ya he...

- Ejem... – hizo Reena.

Reena, Gaudy, Amelia, Zel y Martina los estaban mirando con diferentes expresiones.

Reena parecía decir: "Os hemos pillado in fraganti". Gaudy... bueno, él no tenía ninguna expresión... simplemente... les miraba.

Amelia ponía cara de estar encantada, al igual que Martina, y Zel los observaba sin demasiado interés.

Se separaron mientras un rubor cubría sus mejillas.

- Esto... Reena... chicos... – empezó Filia- Éste es Téride... el dragón del que os he hablado...

- Ya... lo hemos notado.- dijo Reena con sorna.

- ¿Eh?¡¡Un momento!!- exclamó el dragón dorado- ¿Tú eres Reena Inverse?.

- La misma.- dijo Reena.

- Entonces... – dijo Téride- El rubio debe ser Gaudy Gabriev, la chica morena será Amelia Wil Tesla Saillune y el... la... el... el otro debe ser Zelgadis Graywords.

- ¿El "otro"?- repitió Zel en voz baja mientras se le marcaba la vena de la sien.

- Pero... ¿Quién es esta?- dijo Téride señalando a Martina.

-¿¿EEEEHHH??¿¿NO SABEIS QUIEN SOY??¡¡SOY LA REINA DE ZOANA!!¡¡MARTINA ZOANA MEL NAVRATILOVA!!¿¿CÓMO PUEDE SER QUE NO HAYAIS OÍDO HABLAR DE MÍ??

- Pues... no se... ¿Dónde está Zoana?- dijo el dragón. Todos cayeron al suelo.

- ¡¡¡¡¡¡ZOANA ESTA EN...!!!!!!- empezó Martina, pero pronto se vio impedida del don de hablar a causa de que la mano de Reena tapaba su boca.

- Y... ¿cómo es que sabes quién somos? Nunca nos habíamos visto... ¿o sí?.

- No... – contestó el dragón dorado.- Pero mi tío os ha mencionado alguna vez... y Filia siempre me está hablando de vosotros... En realidad me va de maravilla que Filia os haya encontrado. Supongo que ya os lo ha contado todo ¿verdad?.

- Sí.- asintió Zelgadis.

- Está bien... – dijo Téride pensativamente.- Tengo algo que añadir a todo esto.

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

- La primera batalla, y ojalá la última, se llevará a cabo en las llanuras del oeste del reino de Ralteague. Las tropas demoníacas son infinitamente mas numerosas que las nuestras... Eso sin contar la presencia de Sherra Grauscherra y de Zeros Metallium, que complicarán aún mas las cosas.

- ¿Cuántos dragones luchan?- preguntó Zelgadis.

- Sin contar a mujeres y niños... unos trescientos. Mientras que los demonios son miles, aunque la mayoría de bajo nivel.

- Estáis en una mala situación. – anunció Reena.

-¿Ese demonio, Zeros, va a ir a la guerra esa?- preguntó Martina mientras a todos les caía una gota de sudor por la sien.

- Emmm... sí, claro... Es el que dirige a los demonios- contestó Téride con aire infantil.

- Pues entonces yo voy.- dijo Martina.

Un largo silencio se adueñó de la sala.

- Emm... – Reena lo rompió.- Martina, no se si sabes que van a haber... ¡¡¡DEMONIOOOOOOOOOOOOOOOOOOS!!!

Martina casi se queda sorda con el grito de Reena.

- Ya lo se. Pero yo he venido hasta aquí para encontrar a mi marido. Esta es la primera pista que he tenido de ese demonio que lo ha secuestrado en días, así que...

-¡¡OTRA VEZ NOOOOOOO...!!¡¡POR FAVOOOOOOR!!- Reena estaba hasta las narices del tema de Zangulus.

- Muy bien dicho, Martina, yo también voy.- Filia se había levantado de su asiento.

-¿QUEEEEE?¿¿TU TAMBIEN??

- Por supuesto... Zeros ha secuestrado a mi hijo... he de ir a buscarlo.- dijo Filia.

- Pero Filia... ¿no decías que no querías luchar?- preguntó Téride con preocupación.

- Por mi hijo, sería capaz de destruir el mundo.- admitió Filia.

- ¡¡Además hay que luchar para que la justicia reine sobre la tierra!! No podemos dejar que Zeros no pague por lo que e hizo a mi mensajero, al tabernero, y a Filia... ¿verdad Zelgadis?

- ¿Por qué me metes a mí en esto?- contestó el aludido mientras era arrastrado por el brazo de su amada.

- ¿Y lo de mi Zangulus, que?- preguntó Martina sin que nadie le hiciera caso.

- ¿Eso significa que vamos a ir todos juntos otra vez?- preguntó Gaudy encantado.

- ¡¡Claro que sí, Gaudy!!- contestó Amelia alegremente.

- ¡¡Que bien!!¿Has visto Reena?¡¡Como en los viejos tiempos!!

Reena se revolvía frenéticamente el pelo, pero estaba demasiado agobiada para contestar.

- Aun así... no sé si habrá suficiente...- dijo Téride.- Necesitamos toda la ayuda posible. Aunque si puede ser, mientras menos humanos, mejor.

- ¿¿Eh??¿Y eso porqué?- preguntó Amelia entre decepcionada y enfadada.

- Porque sois muy fáciles de manejar para los demonios.

- Yo conozco a alguien que nos será de mucha ayuda.- dijo Filia.

-¿A sí?- dijo Reena con sorna.

La dragón dorado asintió.

- ¿Y quién es?

- Alguien que tú conoces muy bien, Reena- contestó Filia.

Reena cayó en la cuenta al instante.

- ¿¿¿EHHHHH???¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!

La hechicera salió de la casa como una exhalación.

- ¿A quién te refieres, Filia?- preguntó Amelia.

- A Luna Inverse. La hermana de Reena, que es la caballero de Cephied.

-¡¿La caballero Cephied?!- repitió Téride con estrellas alrededor, mientras Filia asentía con la cabeza.- ¡¡¡ESTAMOS SALVADOS!!!

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

-¡¡¡Estamos perdidos!!! –dijo Téride.

- No digas eso. Ya verás cómo la convencen para ir a buscar a su hermana.- dijo Filia.

- ¿Estás segura?

- Sí... no sabes como puede llegar a persuadirla Gaudy... – dijo Filia entre risitas.

Téride y Filia estaban ahora sentados sobre la arena de cala-medusa. Reena se había subido al tejado y no pensaba bajar hasta que no abandonaran la idea de ir a buscar a Luna.

Ya amanecía, y la luz del alba empezaba a alumbrar el mundo.

Los cabellos dorados de Filia estaban relucientes y, aunque cansada, se veía mas hermosa que nunca.

- Gaudy... y Reena... hace mucho que están juntos ¿verdad?- preguntó Téride.

- Sí... mucho tiempo... – dijo Filia en tono soñador.

- Hacen buena pareja.

Filia agudizó su sonrisa.

- ¿Son ellos los que se habían casado?

Filia rió.

- No... el que se ha casado, es el padre de Amelia. Yo creía que se había casado ella, con Zelgadis.

Téride también rió.

Se quedaron un rato en silencio, escuchando los gritos lejanos que profería Reena.

- ¿Y tú?- preguntó Filia.

-¿Eh?¿Yo qué?- dijo Téride.

- Tú... ¿estás casado?¿Tienes novia? Nunca me cuentas nada de ti... ¿Cómo es tu vida?

Téride la miró tristemente. Luego, apartó la mirada, dirigiéndola hacia el horizonte.

- Mi tío me encomendó esta tarea... la de mensajero... por que soy, según él, rebelde. De esta manera, me mantiene alejado del clan.

Filia se sorprendió.

- ¿Tú?¿Rebelde?¿Qué hiciste para que piense así?.

- Yo era aún muy pequeño cuando se inició la guerra por la resurrección de Shabranigudú, pero mi tío solía cuidarme la mayor parte del tiempo, por que mis padres murieron al principio de la guerra. Milgazia tenía un hijo, una esposa... Los dos cayeron. Su hijo era muy obediente, siempre hacía lo que él le decía. Pero ese día... Ese día nos teníamos que quedar en casa. Él, mi tía y yo. Pero yo quería ver cómo luchaban los dragones, y me escapé de casa. No sólo vi cómo Zeros exterminaba a cientos de los nuestros, sino que también provoqué la muerte de mi primo y mi tía, que salieron a buscarme... Creo que nunca me perdonó por eso.

Filia le miró. No quería que Téride se pusiera triste. Eso provocaba una sensación devastadora en ella. Los ojos de los dos dragones fueron a encontrarse. Y lentamente... se fueron acercando hasta que...

-Ejem... ¿Nos vamos o qué?- La voz de Reena se oyó a sus espaldas. Los dos se levantaron de un brinco, riendo nerviosamente.

- Reena... Entonces... ¿Te has decidido?.- dijo Filia, para cambiar el rumbo de los pensamientos de los presentes.

Reena la miró enfadada.

- GRRRRR... No es que me haya decidido... Es que tengo ganas de coger a Zeros... Cuando lo pille...

Todos rieron. No por auténtica diversión. Tal vez lo hicieran por nerviosismo, o quizá por que sabían que les esperaban tiempos difíciles... Pero todos y cada uno de ellos sabían, que les esperaban días oscuros.

*************

Bueno... hasta aquí hemos llegado.

¿Qué os ha parecido este?¿Aburrido?¿Bueno?¿Malo?¿Divertido?

¡¡Todo review es bienvenido!! (he hecho una rima)

Y si no me mandáis un review, quiero al menos un mail a: labestiamayor_zelas@hotmail.com

Nos vemos en el próximo chapi de... El Nuevo Viaje (bueno... aunque de nuevo, ya tiene mas bien poco ^ ^U).

Besos como diplodocus del ama de las bestias: Zelas Metallium.