Ohayo.

Bueno, esta vez he tardado muchísimo. Me ha costado mucho escribir éste capítulo. Además, cuando lo empecé no tenía inspiración y no encontraba las palabras adecuadas para describir lo que pasaba. Espero que os guste. ^ ^

Agradecimientos a:

Linita Gabriev: Bueno, bueno... ya se verá si Filia y Téride se enfadan, y si llega a salir a la luz todos los "secretitos" de Mil. ¡¡Arigato!!

Nadesiko: El famoso combate Zeros-Luna... Primero hay que ajustar cuentas con Sherra ¿no te parece? Y Amelia... ^^U Era el personaje ideal para esa escena. Gracias por el review ^^.

Bueno besitos a todos.

En fin... Personajes de Kanzaka (Excepto Téride) etc, etc...

Historia al cantoooooo...

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- ¿Dices que luche contra vosotros?- preguntó Sherra lentamente.

- Noooooooo... Amelia... ella... Lo decía de broma... – dijo Reena intentando cubrir a la princesa de Saillune, no obstante, Amelia salió al encuentro de la Generala de Dynast.

- ¡¡Por el amor y la justicia lucharemos contra los que no tienen corazón!!.

Sherra acentuó mas su malvada sonrisa y puso el filo de su espada a la altura de su mejilla.

- De acuerdo, "justiciera". Veamos qué sabes hacer.- dijo peligrosamente.

Sherra hizo un rápido movimiento desplazándose hacia delante, espada en ristre.

Fue algo tan rápido, que prácticamente no se dieron cuenta. En menos de un segundo, Sherra se había abalanzado sobre Amelia mientras ésta hacía un pequeño conjuro que cegó un poco la vista de todos, pero que no acabó de realizar.

Lo que vieron después fue a Sherra agazapada al lado de Amelia, como si hubiese hecho un corte horizontal, pero la princesa seguía en pie, y no había signos de que estuviera herida.

Reena y los demás se quedaron estupefactos. Ni siquiera Gaudy era tan rápido y diestro con la espada. Sherra se levantó haciendo ondear su larga trenza y envainó el acero. En el momento en el que la empuñadura tocó la vaina, Amelia escupió sangre, y ese mismo fluido empezó a emanar de una herida profunda y horizontal provocada por la endemoniada espada de Sherra.

- ¡¡¡AMELIA!!!- gritó Zelgadis mientras corría hacia dónde estaba la princesa, que había caído al suelo. Reena y Gaudy le siguieron.

De pronto la situación se hizo caótica para Reena. Sólo podía ver la sangre de Amelia derramándose por el suelo y sólo podía oír a Zelgadis pronunciando el nombre de la princesa hasta que una risa fría como témpanos de hielo entró en sus oídos entumeciéndole los sentidos.

Dirigió la vista hacia la risa que, obviamente, era de Sherra. La idea de la venganza inmediata se formó en su mente y la necesidad de ver a ese ser desaparecer de la faz de la tierra casi le lleva a la locura.

- ¡¡¡MALDITA SEAS!!!- gritó la hechicera.

- ¿Qué pasa? Fue ella quien quiso luchar contra mí- dijo Sherra entre risas.

- ¡¡¡ZEL!!- gritó Reena. La quimera ni siquiera le miró pues tenía los ojos detrás de su flequillo.

- ¡¡¡LLEVA A AMELIA A LA ENFERMERÍA!!!

Durante unos momentos no hubo movimiento detrás de la hechicera hasta que Gaudy instó a Zelgadis para que cogiera a Amelia en brazos y la llevara a un lugar más seguro.

Reena miró con intenso odio a la generala, que en esos momentos disfrutaba como un niño comiendo su golosina favorita.

- ¡Los humanos sois patéticos!- exclamó.- Zeros se lo debió pasar en grande riéndose de vosotros cada día.

Reena estaba demasiado furiosa para contestar. En esos momentos lo único que realmente deseaba era destrozar a Sherra con sus propias manos hasta que no quedara ni un solo trozo de su cuerpo.

Pero de repente, una gran explosión se oyó a lo lejos y fue tan grande, que el polvo y el viento provocados por la onda expansiva llegaron hasta ellos.

Había sido una explosión en el aire. Alguien había lanzado un hechizo poderoso contra algo que estaba volando y, por desgracia, todo indicaba a que las víctimas del ataque eran dragones dorados.

Sin pensarlo dos veces, Reena se fue levitando, arrastrando a Gaudy consigo, hacia un lugar más cercano a la explosión.

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Cuando Reena encontró a su hermana poco después, ésta miraba hacia arriba con la rabia pintada en la cara.

- ¿Qué ha pasado?- preguntó Reena.

- Maldito... – murmuraba Luna.

- ¿Qué pasa?- preguntó impaciente la pelirroja.

Luna la miró con sus oscuros ojos como si se acabara de dar cuenta de que su hermana estaba allí. Se limitó a señalar con el dedo índice hacia el aire.

Reena dirigió la vista hacia dónde le indicaba su hermana mayor descubriendo así que la causa de la explosión no era otra que Zeros.

La hechicera deseó con todas sus fuerzas que todos los demonios del mundo tuvieran una muerte lenta y dolorosa, todo lo lenta y horrorosa que pudiera ser una muerte.

Ocultó sus ojos detrás de su irregular flequillo y apretó fuertemente los puños.

De repente sintió que Luna saltaba muy alto y, cuando miró, una luz cegadora provocada por la espada de la Caballero de Cephied, se dirigía a un gran grupo de demonios que estaban babeando por allí cerca.

La luz los desintegró al instante. Luna cayó al suelo agachada, después se levantó y miró desafiante a Zeros, que la observaba atentamente con una sonrisa.

Reena se dio cuenta de que el enfrentamiento Zeros-Luna, se llevaría a cabo pasara lo que pasara, y de repente se acordó de Sherra.

- Luna Inverse, es hora de luchar.- oyó que decía una voz.

Luna se giró visiblemente molesta de ser interrumpida en un momento tan tenso como ese, e incluso Zeros pareció sorprendido.

Obviamente, la propietaria de la voz, no era otra que la generala de Dynast.

Reena empezó a revolverse el pelo con las manos mientras una gran gota de sudor emanaba de su sien.

- ¿¿Cómo se puede ser tan pesado??

Sherra hizo caso omiso del comentario de la pelirroja.

- Vamos, estoy esperando.- dijo la generala poniéndose en posición de ataque.

Luna suspiró. Zeros cambió su expresión risueña por una de evidente fastidio.

- Sherra- dijo el demonio.- Lucha con Reena. Ella no tiene a ningún rival declarado.

- Sí... buena idea...– murmuró Luna pensativa. Después le empezó a susurrar a Reena.- Mantenla distraída, para que no me moleste.

- ¡¡¡¿¿¿EEEEHHHH???!!!- hizo Reena incrédula.

- Por favor, Reena. Es el único favor que te he pedido en años, ¿me lo vas a negar?- dijo Luna casi implorante.

- HDSUFSHFJK... Está bien... Está bien... ¡¡¡Yo seré quien luche contigo, Sherra!!!

La generala los miró incrédula, pensando que se habían vuelto todos locos (porque realmente eso parecía). Miró despectivamente a Reena y luego dirigió la mirada hacia su hermana.

- ¿Tienes miedo, Luna Inverse?.

- Y sigue con lo suyo...- susurró Zeros irónicamente.

- No.- contestó Luna.- Pero parece que no te quieres enterar de que no voy a luchar contra ti. Tengo cosas mas importantes que hacer primero.

- Sherra. Sería de gran ayuda que no te pusieras más en evidencia y luches con Reena. Te aseguro que no es tan fácil de abatir como te piensas... – dijo Zeros.

Sherra lo miró con cara de asco.

- Haré lo que me da la gana, para eso dirigimos este ejército en común.- contestó la generala. Pero Zeros chasqueó la lengua varias veces aún sonriendo.

- Te recuerdo que soy mas poderoso que tú y, por lo tanto, soy superior a ti, así que...

- ¡¡¡MALDITO SEAS, ZEROS!!!¡¡¡YO HAGO LO QUE ME SALE DE LAS NARICES!!!- empezó a gritar Sherra.- ¡¡¡COMO QUIERA!!!¡¡¡Y CUANDO QUIERA!!!- siguió mientras daba golpes de viento con la espada dirigidos hacia él.

De pronto, y a causa de los ataques de una enloquecida Sherra, se levantó una gran humareda de polvo y aire alrededor de ella.

Reena se cubrió un poco los ojos con el brazo. No podía ver nada, y la arena se le metía en los oídos haciéndole daño. De pronto, notó que Luna estaba a su lado.

- Parece que están un poco divididos ¿no?- dijo ésta. Reena asintió.- Eso está bien... un enemigo dividido es más fácil de abatir.

Reena miró a su hermana extrañada.

De pronto, una gran energía hizo que el viento dejara de rugir y que el polvo y la arena cayera de nuevo al suelo.

Del centro de la cúpula que era el escudo, apareció Zeros, aunque para Reena, ese demonio no era el mismo que el que ella había conocido.

Los ojos del general y sacerdote del ama de las bestias estaban escondidos tras su flequillo de corte recto, dándole una apariencia misteriosa y a su alrededor había un aura extraña y maligna que hacía que sus cabellos flotaran levemente.

El demonio se aproximó levitando hacia Sherra que, en esos momentos parecía aterrada.

- Lucharás con Reena y a partir de ahora harás lo que te diga mientras estés aquí, o sino, Sherra, te aseguro que haré de ti el cráter mas grande que haya estado en el suelo de éste mundo- dijo el demonio. Sherra pareció recuperar el valor momentáneamente.

- ¿Es una amenaza?- dijo desafiante.

- No, Sherra.- contestó el demonio recuperando su típica expresión bobalicona.- Es una orden de un superior. Si no la obedeces de mí, la obedecerás de una personita que no estaría muy contenta de tener que hacerlo... Me sigues ¿verdad?.

Puede que fuera la vista de Reena, pero le pareció ver cómo Sherra palidecía al oír las palabras de Zeros. Oyó que Luna lanzaba un suspiro y se giró hacia ésta.

- Mmmm... Tal como pensaba...- murmuró.

-¿Y qué pensabas?- preguntó Gaudy, al que Reena había olvidado hacía rato.

- Que ese tal Zeros es igual...- dijo la Caballero de Cephied. Ahora era Reena la que no entendía.

- ¿Igual que quién?- preguntó la pelirroja.

- Dejadlo...- dijo Luna.- Reena, quiero que la quites de en medio. Si he de luchar con ella, a pesar de que no es tan fuerte, acabaré cansada y puede que herida. Y entonces no podré luchar contra Zeros, que es quien realmente nos interesa.

- Pero...- empezó Reena, sin embargo Luna ya se dirigía hacia los dos demonios.

- Sherra.- llamó la Caballero de Cephied.- Tengo una propuesta que tal vez te interese.

La aludida y Zeros dirigieron la mirada hacia ella.

- Si derrotas a Reena y al espadachín rubio, anularé el combate contra Zeros, lucharé contigo y Zeros no mandará sobre ti. Pero si no consigues vencerles, Zeros será quien luche contra mí, y además estarás bajo su control. ¿Qué os parece?.- Añadió lanzando una mirada suspicaz al General y Sacerdote del Ama de las bestias.

El demonio miró a Luna sonriendo, pero no asintió en seguida, sino que se quedó pensando en las probabilidades de Sherra, y en lo que él ganaba o perdía en esa pequeña apuesta.

- Estoy de acuerdo.- respondió al fin.- ¿Qué dices, Sherra?.

La generala de Dynast los miró con odio intenso y con gran desprecio a la vez.

- ¿Tan poco confiáis en mis capacidades? Está bien. Entro en esta estúpida apuesta. Mataré a Reena Inverse, si eso es lo que estás pidiendo.- dijo a Luna con una sonrisa confiada.

Luna la miró por detrás de su espeso flequillo, pero no dijo nada. La Generala de Dynast, dirigió sus verdosos ojos hacia Reena.

- Empecemos- murmuró.

De repente, Reena vio cómo Sherra desaparecía durante un segundo y después aparecía a su lado con la espada en alto.

La hechicera escapó al ataque en el último momento, pero el filo del arma rasgó sus ropas y le hizo un gran corte a su capa.

Reena estaba impresionada. La rapidez de Sherra consistía en el teletransporte, no obstante, la utilización del plano astral para conseguir rapidez era una técnica nada despreciable.

Sherra de desplazó hacia la espalda de Reena y lanzó otra estocada, que también esquivó, pero la pelirroja empezó a pensar que no podría seguir esquivando los ataques por mucho tiempo mas.

En menos de un segundo, Reena notó a Sherra de nuevo a sus espaldas, y cuando creía que estaba muerta, oyó un sonido metálico.

Al girarse descubrió a Gaudy que se había puesto en medio de ambas combatientes, y ahora estaba haciendo entrechocar su espada con la de Sherra.

Reena miró la espada que ahora poseía el rubio, y se dio cuenta enseguida de que no era un arma normal. En la empuñadura tenía signos que ella nunca había visto. También se percató de que si hubiera sido una espada normal y corriente la espada de la generala la habría partido. No obstante, estaba entera y parecía que Sherra se sorprendía de que así fuera.

Pronto, Gaudy y Sherra se enzarzaron en un combate dejando a Reena de lado.

El espadachín, no podía hacer mas que defenderse, mientras que Sherra se teletransportaba de un lado a otro lanzando mandobles.

De repente, Sherra y Gaudy se quedaron haciendo fuerza, cada uno con su espada, quietos y en un mismo lugar. Una sola distracción bastaría para que uno de los dos cediera, entonces Reena vio su oportunidad.

Ella no había sido dañada, y a pesar de haber utilizado antes el Drag Slave, se veía a con fuerzas de intentarlo. Al menos esperaba que sirviera de algo...

- Señor de todas las pesadillas... Concédele a mis manos la ira de los cuatro mundos... Genera una espada de oscuridad, de vacío congelado... Con nuestro poder y nuestros cuerpos combinados... Caminaremos por el sendero de la destrucción.... Destructora de las almas de los dioses* ¡¡¡¡¡ RAGNA BLADEEEE!!!!!

Una espada de oscuridad se formó en las manos de la hechicera, que notó la mirada de admiración y sorpresa de su hermana, que estaba mirando el combate junto a Zeros.

Reena se abalanzó hacia Gaudy y la Generala de Dynast.

- ¡¡¡GAUDY APARTA!!!.

El espadachín obedeció al instante a la pelirroja. Reena pudo ver la cara de estupefacción de Sherra al verle acercarse utilizando el Ragna Blade.

La hechicera dio un mandoble en dirección hacia donde estaba la generala y una brillante luz apareció cegándolos a todos momentáneamente.

La espada de oscuridad se deshizo en sus manos y Reena cayó al suelo de rodillas. La pelirroja levantó la vista y vio que Sherra había desaparecido.

- ¡¡REENA!!- grito Gaudy al tiempo que se acercaba hacia su compañera.

Reena se puso en pié con un poco de dificultad, ya que el Ragna Blade absorbía una gran cantidad de energía. Miró incrédula a su alrededor esperando ver a Sherra por allí, sin embargo lo único que divisaba eran a Zeros y a su hermana, al igual que una aglomeración de demonios y algún que otro dragón dorado que habían estado mirando el combate.

- Reena, ¿estás bien?- preguntó Gaudy en tono preocupado. La hechicera tardó en contestar.

- Sí, pero... ¿Eso es todo?¿Ya la hemos vencido?- preguntó asombrada.

- ¿A quién?- preguntó Gaudy.

Reena le propinó al espadachín una colleja.

- ¡¡A SHERRA, PEDAZO DE MEDUSA!!¿¡A QUIÉN VA A SER?!

- AAAAhhhhh...- repuso Gaudy.- Esa tal Sherra...

Reena lo miró interesada.

- ¿Que pasa con Sherra?.- preguntó la pelirroja.

- Su nombre no me suena.- dijo Gaudy.

Reena empezó a pegarle al espadachín mientras a Luna y a los demás espectadores (exceptuando a Zeros, ya que seguro que está acostumbrado) les caía una gota de sudor por la sien.

Reena se levantó al fin del suelo (dónde había estado peleándose con Gaudy), y se disponía a ir hacia su hermana, cuando todo ocurrió en fracciones de segundo.

La pelirroja se giró al notar algo extraño, pero, antes de que pudiera darse toda la vuelta, el filo de una espada la hirió profundamente en la espalda.

Reena cayó al suelo escupiendo sangre mientras algunos demonios aclamaban al atacante de la hechicera.

Lentamente, Reena se puso boca arriba con las pocas fuerzas que le quedaban, y vio la hoja ensangrentada de una espada sostenida por Sherra. Sin embargo, ésta estaba herida en un brazo, seguramente a causa del Ragna Blade.

- ¡¡¡Maldita!!!¡¡Me has hecho daño!!- dijo Sherra entre dientes mientras miraba a Reena con desprecio.

Entonces, el mundo de la hechicera, se fue oscureciendo hasta que, por fin, se apagó.

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Aunque furiosa, Sherra estaba sorprendida de la habilidad de esa insignificante humana. Había conseguido conjurar un Ragna Blade y, lo que era aún mas sorprendente, había logrado herirla en un brazo.

Miró al hombre alto y rubio que estaba ahora al lado de la que antes fuera Reena Inverse y decidió que sería divertido jugar con él hasta matarlo. Además había sido un buen rival y las ansias de luchar contra Luna Inverse, se estaban esfumando rápidamente mientras contemplaba el cuadro que formaban rubio y pelirroja en el suelo.

Había sido un error matar a Reena sin poder alimentarse antes de su dolor, pero le había enfurecido mucho haberse tenido que esconder en el plano astral y aún así, haber salido herida.

De pronto, notó que alguien la miraba y, por primera vez, se percató de la cantidad de seres que admiraban el combate. No obstante, la mirada que había notado era de Luna.

Se teletransportó hacia allí y notó el nerviosismo de la Caballero de Cephied, quien estaba pidiendo a unos dragones dorados que llevaran a su hermana a la enfermería.

- Te dije que la mataría.- dijo burlonamente.

- ¡No está muerta!- contestó Luna entre dientes.

-¡Oh!¡Claro que lo está!- soltó Sherra. Acto seguido miró a Zeros, que tenía el semblante serio y sus hermosos ojos abiertos mientras miraba a los dragones dorados llevarse a Reena.

Esa expresión... No era normal. Desde el primer día, Sherra había sospechado que Zeros tramaba algo a sus espaldas, y así se lo había dicho a su Señor, pero éste había hecho caso omiso de ella. Estaba segura de que había sido Zelas quien le había convencido de que todo iba bien, pero no era verdad. Ella lo sabía. Sólo le hacía falta algo que demostrara que Zeros y su Señora tramaban alguna cosa.

- Creía que no te importaba lo que pudiera pasarle a esa humana.- le dijo a Zeros.

- Y no me importa.- contestó Zeros sin cambiar la expresión de su rostro.

Sherra no dijo nada. Solo miró a Zeros con rencor. Se iba ir hacia donde estaba Luna, cuando el general y sacerdote, le llamó la atención.

- Sherra.- llamó.- Aún no has acabado con el otro.- dijo señalando al hombre rubio, que ahora estaba sentado en el suelo llorando.

- ¿Acaso tienes prisa?- preguntó Sherra con sorna.

- En absoluto.- contestó Zeros con su sonrisa de siempre, pero sin cerrar los ojos.- Me he dado cuenta de que, durante todo el combate, has utilizado el teletransporte. Lo cual veo justo, porque eran dos personas. Pero ahora que solo hay uno, te propongo que luchéis en igualdad de condiciones.

Sherra lo miró con escepticismo.

- Siempre se te ha dado mejor hablar que luchar. Pero a mí no me engañas. Se que estás tramando algo y quieres quitarme de en medio, pero no voy a picar, Zeros.

El demonio se encogió de hombros a la vez que cerraba los ojos.

- Siempre puedo decirle a Luna que no luche contigo si no cumples estas condiciones.

-¡Me importa un comino lo que diga Luna!- admitió Sherra.

- Entonces ya podemos luchar...- dijo Zeros levantándose de su improvisado asiento.

Sherra se quedó unos segundos en silencio. La última vez, Zeros ganó los Demon Blood, otorgados por el mismísimo Shabranigudu y consiguió ser uno de los demonios mas respetados y temidos del mundo. Y si además era él quien derrotaba a la Caballero de Cephied... Sherra enloquecería si esto llagara a pasar.

- Maldito Zeros... ¡¡Eh!!¡¡Espera!!¡¡Está bien!!¡¡Lucharé en igualdad de condiciones con el rubio!!Al fin y al cabo, sólo es un humano. No me costará mucho matarlo como a la otra.

Zeros la miró con esa sonrisa que hacía que le dieran ganas de hundirle la cara de un puñetazo.

Sherra era consciente de que estaba cayendo en su trampa. No sabía qué ganaba Zeros con esto, pero no le importaba con tal de ganar poder.

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Reena...

En esos momentos pasaban por su mente imágenes de ella que creía haber olvidado.

Reena...

No podía ser que ya no estuviera a su lado, pegándole o gritando como de costumbre. No podía creerlo, ni tampoco entender cómo podían arrebatarle a una persona lo que más quiere en menos de cinco minutos.

Reena...

Sentía que su mundo se desvanecía, porque su vida sin ella no era nada. Se sentía como un planeta al que no le llegaba la luz del Sol. Oscuro y vacío. Sin ella, la vida no tenía sentido alguno. Lo único que le daba fuerzas era que los dragones habían dicho que estaba viva. No obstante, también decían que había pocas esperanzas de que se recuperara.

Se sentía solo. La necesitaba a su lado. Necesitaba saber que estaba bien.

¿Por qué?¿Por qué esa chica había querido matar a Reena?

Y ¿cómo?. ¿Cómo se habían metido en esta situación?

Las respuestas que normalmente no encontraba en su mente, acudían a la vez, haciendo que se confundiera y entristeciera aún mas.

De pronto oyó una voz.

- ¡Eh!¡Tú!¡El rubio!¡¡Levántate!!¡¡Vamos!!

Gaudy levantó tristemente la cabeza y sus ojos se encontraron con los del ser que le había quitado todo cuanto amaba.

- ¿Qué te pasa?¿No quieres luchar?- dijo Sherra riéndose de él.

- ¿Por qué...?- atinó a preguntar Gaudy.

Sherra rió.

- ¿Por qué? Porque mi reputación está en juego...- dijo Sherra.- Y porque esa chica era una tonta. Se atrevió a herirme, y merecía morir...

Gaudy se enfureció. Seguía sin entender porqué esa cosa le había hecho eso a su querida Reena, pero no permitiría que dijera que era tonta y menos que merecía morir.

Con dificultad, el rubio se levantó del suelo y llevó la mano a la empuñadura de su espada.

- Reena no está muerta...

- ¡Oh! Bueno, no importa, cuando derrotemos a todos los dragones dorados, iremos a la retaguardia y acabaremos con los supervivientes.- respondió la generala.

Gaudy desenvainó la espada y Sherra le imitó. El espadachín pudo ver que la generala no se había molestado en reposar para que se le curara la herida del brazo.

Se miraron durante un rato, concentrándose en sus espadas y, cuando notaron que era el momento, corrieron al encuentro del otro, con intención de eliminarse mutuamente de la faz de la tierra.

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* Bueno, en vista de que hay millones y millones de traducciones diferentes de éste maravilloso conjuro (lo adooooro... ^^), he hecho una mezcla extraña entre el conjuro del manga 6 (editorial Ivrea) y el de la traducción de la serie que hicieron aquí en España (que por cierto, es penosa). Ya, ya sé... esto está mal, pero es que ninguna traducción me gustaba del todo... ^ ^U.

^ ^U Lo sieeeeeento... no he podido evitar lo de Reena (es superior a mí). Pero tranquilos, que no está muerta ¿eh? Solo se ha hecho un poco de daño mientras "jugaba" con Sherra.

A propósito, tengo un problema con éste personaje, porque no se si en realidad sería tan... neurótica (Aunque, si os digo la verdad, me gusta el papel que hace éste personaje en esta historia ^^).

Quejas, dudas, halagos, críticas... ya sabéis, review o mensajito a: labestiamayor_zelas@hotmail.com.

Besos como triceratops del ama de las bestias:

Zelas Metallium.