¡¡¡Ohayo!!!
Adelanto éste chapi, porque me voy a Wolf Pack, y éste fin de semana no lo podré actualizar... Ya sé que es muy pronto pero bueno, ya me diréis algo ¿ok? ;)
Agradecimientos a:
Amber: ¡¡Cuánto tiempo!! Yo también me he planteado muchas veces si Téride y Filia hacen buena pareja, pero no es algo sumamente importante (ya verás porqué), así que no le di importancia y seguí con lo mío... :P Bueno... lo de "es igual" supongo que fue una paranoia que me dio en ese momento, pero ya saldrá. En cuanto a Martina, tienes razón, pero te aseguro que "está todo bajo control"~.~. Arigato por el Revieeeew... ^ ^
Linita Gabriev: ^ ^. Muchas gracias. (Tampoco es para tanto...). Reena ha sido fácil de vencer porque le han herido por la espalda, así Gaudy podrá estrenar espada. Arigato por el review, ^^
Como siempre, Kanzaka y sus amigos, compañeros de toda la vida, etc, etc, menos Téride que es miiiiiooo... (tesssooorooooo...).
Muchos besos como animales muy gordos a todos los demás (Masaki, Nadesiko, Raven, Bloosom, etc). ;)
Bueno, os dejo. ^ ^
*************
Gaudy y Sherra estaban llevando a cabo una encarnizada lucha, pero había algo extraño en aquella contienda: Sherra ya no se teletransportaba.
Zeros, quien estaba a su lado, debió notar esa sensación entre duda y sorpresa.
- ¿Te preocupa que Gaudy pierda, Caballera de Cephied?.- preguntó a Luna sonriente mientras ésta dirigía la vista hacia el demonio.
- Si Sherra no utiliza el teletransporte no hay de qué preocuparse.- admitió Luna. Zeros siguió sonriendo, pero no dijo nada.- Has sido tú ¿verdad?- añadió la Caballero de Cephied.
- ¿Qué se supone que he hecho?
- Le has dicho a Sherra que luchara sin teletransportarse.
El demonio ensanchó más su sonrisa.
- ¿Qué estás planeando?- preguntó Luna.
- Eso es un secreto.- contestó Zeros.
- Cómo no...- dijo Luna con los ojos medio cerrados mientras una gota le caía por la sien.
Su concentración volvió a dirigirse hacia Gaudy y Sherra. El dominio de ambos con la espada, era casi insuperable y por un momento, dudó de que Gaudy fuera a ganar, pero recordó que el espadachín llevaba su espada, y eso la calmó un poco.
De pronto, una estocada de Sherra hizo que Gaudy perdiera el equilibrio durante unos segundos, que la generala aprovechó muy bien.
Sherra clavó la punta del acero entre dos de las costillas de Gaudy, pero no lo mató. El espadachín cayó de rodillas mientras la sangre le chorreaba por el costado.
Los demonios que observaban la contienda, empezaron a gritar entusiasmados. Luna miró de refilón a Zeros y vio que seguía sonriendo. No había que alarmarse aún.
- ¡¡Vamos, levántate!!.- dijo Sherra a lo lejos, mientras le propinaba una patada a Gaudy. El espadachín cayó al suelo.
Luna sabía que Sherra disfrutaría más si Gaudy se levantaba y luchaba de nuevo. No obstante, no hacerlo sería una provocación.
Tal como pensaba Luna, la paciencia de Sherra se terminó bien pronto.
La generala miró hacia donde estaban Luna y Zeros e hizo un gesto de triunfo. Luna miró otra vez a Zeros de reojo y vio que éste no había modificado la expresión de su cara, sin embargo, la sonrisa del demonio no le calmó ésta vez.
Sherra levantó la espada en un gesto solemne y, acto seguido, la bajó.
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Notó unas manos frías y rasposas que cogían la suya. Pronto se dio cuenta de que tenía un poco de frío y le dolía mucho el costado.
Gimió un poco. Tenía los huesos entumecidos de no haberse movido en mucho rato. Decidió abrir los ojos.
Al principio, los colores se mezclaban, pero poco a poco todo ganó nitidez.
Primero fueron figuras sin forma, luego tomaron apariencia humana y por último, descubrió a Zelgadis y a otra persona que no conocía de nada a su lado.
- Amelia...- susurró Zelgadis suavemente.
La aludida gimió.
- ¿Dónde está Sherra?
Zelgadis pareció sorprendido por ésta pregunta.
- Amelia... Sherra te ha herido. Estás en la enfermería.
La princesa frunció el ceño.
-¿En la enfermería?
- Sí.
- ¿Entonces Luna está luchando con Sherra?
Zel negó con la cabeza.
- Reena ha luchado antes con ella, pero ahora está herida. Supongo que Gaudy se estará ocupando de Sherra.
- ¿Y tú?-preguntó la princesa.
- Estaba esperando a que te despertaras.- dijo la quimera dándole un beso en la frente. Acto seguido, hizo ademán de irse.
- No te vayas, Zel.- pidió Amelia.- Quédate conmigo.
Zelgadis estuvo dubitativo un rato hasta que al fin, decidió quedarse al lado de su princesa.
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Impresionante. Malditamente impresionante.
Así era como Sherra hubiera descrito esa situación si se lo hubieran pedido.
Parecía que ese grupito de humanos era especial, sobre todo los dos últimos.
Una, la desafía desvergonzadamente. Otra le ataca mediante un Ragna Blade y, por último, ése rubio revivía como por arte de magia y paraba en seco su espada, que estaba a punto de caer sobre la cabeza del mercenario. Y lo más sorprendente de todo, era que la espada de ese humano, no se había quebrado aún bajo la presión de la suya propia.
Sherra notó la furia del rubio crecer como un bizcocho en el horno. Le gustó notar algo más que pasotismo, pero al ver los azules ojos de Gaudy, la generala se empezó a preocupar de su propia seguridad.
Los ojos del mercenario, eran rabia, furia, odio... todo eso canalizado hacia ella, podía provocar su fin.
Sherra notó que la presión que ejercía sobre la espada no era suficiente. Haciendo fuerza, y con la sangre aún cayéndole por un costado, Gaudy Gabriev se fue levantando del suelo muy lentamente.
La Generala de Dynast apenas podía contener la espada de Gaudy, así que decidió saltar hacia atrás.
El mercenario agachó la cabeza, y cuando Sherra empezaba a creer que se había dado por vencido, Gaudy se desplazó hacia delante con una rapidez pasmosa. Tanto, que hirió a Sherra en el mismo brazo en el que le había herido Reena.
La generala emitió un grito de dolor.
Enfurecida, miró a Gaudy y entonces la idea de matarlo la cegó.
Para Sherra, no había nada más. Solo estaba Gaudy, que era su objetivo. No existían ni Zeros, ni Luna, ni nadie a su alrededor.
Sus estocadas empezaron a ser golpes dados sin ton ni son que Gaudy esquivaba fácilmente. Y mientras más veces se libraba Gaudy de los ataques de Sherra, más se enfurecía ésta. Y si Sherra se enfurecía, se encegaba más y luchaba peor.
Llegó un momento, en que se descubrió tanto, que Gaudy vio su oportunidad e hirió a Sherra en un hombro, atravesándoselo y llegando la herida hasta el abdomen.
Sherra cayó al suelo entre gritos de rabia y de dolor. Entonces se dio cuenta de lo estúpida que había sido al aceptar la propuesta de Zeros.
Si hubiese usado el teletransporte, habría acabado mucho antes.
- Maldito... ¡¡¡¡MALDITO!!!- gritó Sherra a Zeros. Este se limitó a sonreír.
En éste estado Sherra podía luchar, pero no estaba dispuesta a perder la vida intentando ganar a un humano para luego batirse en duelo con otro mucho más poderoso.
- ¡¡¡ME LAS PAGARAS!!!- le gritó a Zeros. Acto seguido, se trasladó al plano astral, con el fin de recuperarse de sus heridas.
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Gaudy había sido llevado a la enfermería. Y ahora que se habían quitado de encima a Sherra era su turno.
Hacía unos minutos que estaban uno enfrente del otro, pero sin embargo, parecía que el momento de empezar no llegaba nunca.
Luna observó cada detalle del rostro de Zeros.
Era una sonriente máscara que no dejaba ver su interior, y su interior, como en todas las máscaras, se debía de ver a través de los ojos.
Observó sus ropajes, el suave ondeo de su capa movida por un débil viento... Tenía que haberse traído la suya, empezaba a refrescar.
Miró de nuevo el rostro de Zeros y se preguntó qué pasaría por la mente de esa criatura. Qué planes tendría. Cuales serían sus verdaderos secretos. Cómo había llegado a ser lo que era...
Decidió poner punto y final a sus meditaciones y romper el hielo.
- Así que tu eres el famoso General y Sacerdote del ama de las Bestias.- Dijo Luna como si se acabaran de ver por primera vez.- Si quieres que te diga la verdad, te imaginaba de otra manera.
- Así que tú eres la famosa Caballero de Cephied.-dijo Zeros imitándola.- Si quieres que te diga la verdad, yo también te imaginaba de otra manera.
- Vaya...- repuso Luna.- Parece que ninguno de los dos está conforme con lo que esperaba del otro.
Zeros levantó el dedo índice.
- Yo no he dicho que no esté conforme.- sonrió.
Luna levantó las cejas.
- ¿Cómo me imaginabas?.
- No se... más "parecida" a tu hermana.- dijo Zeros señalándose vagamente el pecho.
A Luna se le marcó la vena de la sien.
- ¿Quieres saber cómo te imaginaba yo a ti?
- Nooop.- contestó Zeros con una sonrisa triunfante.
Fin del primer asalto (cero-uno a favor de Zeros).
La intención de Luna de "romper el hielo" se había convertido en una batalla verbal, y por desgracia, Zeros tenía las de ganar. Pero Luna no se rendiría fácilmente. Decidió no perder los nervios y concentrarse en buscar respuestas ocurrentes.
- Pues... Me has decepcionado mucho.- comenzó Luna de nuevo.- Para ser tan famoso, no has hecho un gran trabajo aquí. No eres tan sangriento como dicen.
- Bueno, señorita Luna, al fin y al cabo, yo tengo una reputación pero...
- Pues lucha por conservarla.- le cortó Luna.- O tu "jefa" terminará por "despedirte".
Fin del segundo asalto. (Victoria de Luna y empate a uno).
Zeros abrió los ojos con gesto enfadado y miró a Luna a los suyos.
Ya le había encontrado una debilidad. Ahora estaban iguales. Él sabía que a ella no le gustaba que hablaran de su hermana y ella sabía que a él no le hacía ni pizca de gracia que se burlaran de su Ama.
- Es curioso que un ser tan ruin como tú obedezca tan ciegamente las órdenes de "otra cosa".- dijo Luna. Zeros la siguió mirando airado durante unos segundos. Luego sonrió perversamente.
- Es curioso que una persona como tu hermana haya confiado tantas veces y tan ciegamente en un ser tan ruin como yo.- dijo Zeros. Esta vez, fue Luna quien lo miró airada.
Fin del último asalto (Puntos nulos y empate a uno).
- ¡Basta ya de parloteo!- exclamó Luna.
- ¡Estoy de acuerdo!- respaldó Zeros.
Luna y Zeros corrieron al encuentro del otro y cuando Luna estuvo segura de que Zeros se encontraba a la distancia adecuada, saltó y dio un mandoble con su espada de la que salieron unos brillantes rayos de luz.
Luna cayó al suelo de pie con una sonrisa triunfante. Seguro que había herido a Zeros.
No obstante, cuando la luz desapareció unos segundos después, no había ni rastro del sacerdote. Luna se alarmó y se puso en guardia.
La Caballero de Cephied había oído decir que una de las tácticas favoritas de Zeros era atacar desde el plano astral*. Así que Luna se concentró por si notaba algo extraño a su alrededor.
Nada.
Parecía que Zeros hubiera desaparecido, pero Luna sabía que no era así. Hubiera sido demasiado fácil si Zeros estuviera ahora muerto.
Luna cerró los ojos para concentrarse mejor. Sus sentidos, al principio, notaban la gran cantidad de gente que observaba, luego pasó a escuchar sus cuchicheos y después notó el tacto de su espada mas presente que nunca.
De pronto lo notó. Detrás suyo. Se giró justo a tiempo para frenar el ataque en seco. Después, llegó el silencio.
Luna se concentró de nuevo y notó otra vez la presencia de Zeros. De nuevo frenó el ataque.
Cada vez, el intervalo de tiempo entre los ataques desde el plano astral que profería Zeros era menor, y a Luna le costaba mucho más detenerlos.
Llegó un momento en que los ataques eran tan rápidos que Luna se giraba y los detenía al azar, pero ésta situación no duró mucho tiempo.
Pronto, Luna sintió un dolor punzante en el costado derecho y cayó al suelo, no sólo por el dolor que le producía la herida, sino también por el cansancio.
Unas botas aparecieron delante de sus ojos. Miró hacia arriba descubriendo así que el propietario no era otro que Zeros.
- Vaya, vaya... ¿Qué te ha pasado, Caballera?¿No eres capaz de defenderte de un simple demonio como yo?.- dijo el General y Sacerdote del Ama de las Bestias.
Luna se incorporó lentamente y se sentó en el suelo. Sonrió confiadamente mientras miraba a Zeros.
- Claro que soy capaz. Sólo estaba "calentando".- dijo Luna. Zeros ladeó la cabeza.
- Muy típico... Pero permíteme dudar de ti.
-¡Callate!- dijo Luna mientras se levantaba.- Estoy lista. Te aseguro que a partir de ahora no dudarás más de mí.
- Ya lo veremos...- sonrió Zeros y acto seguido desapareció de nuevo.
A Luna ya no le hacía falta concentrarse más, pues ya podía notar cada uno de los movimientos de Zeros. Era como si se encontraran dentro del mismo plano, solo que ella no le podía ver.
Lo notó por el mismo lado por el que había sido herida. "Muy astuto" pensó "Pero aún no lo has visto todo de mí".
El ataque fue detenido por Luna. Pero ésta vez, no había debilidad en los movimientos de ésta. No había duda. No obstante, Zeros no dejó de utilizar esa táctica de combate.
El siguiente golpe iba dirigido a la cabeza de Luna, pero ésta vez, para sorpresa de Zeros, la hermana de Reena esquivó el ataque en vez de contrarrestarlo.
El demonio atacó de nuevo a uno de los costados de la mujer, pero lo esquivó de nuevo. Pronto Zeros se dio cuenta de que algo en su estrategia fallaba, la Caballero de Cephied ni siquiera se entretenía en parar sus golpes. Debía cambiar de técnica. Sin embargo se dio cuenta de esto demasiado tarde.
Luna lanzó una débil estocada, porque no sabía si iba a dar en el blanco, a pesar de estar casi segura.
Hubo un momento de silencio en el que el aire sopló débilmente. Después Zeros apareció de la nada con una mano sujetándose el brazo contrario.
Luna se giró y le miró desafiante.
- Te dije que estaba calentando. No debes subestimar las capacidades de tu adversario.
Zeros la miró seriamente durante unos segundos. Después sonrió.
- ¿Tantas flores te echas por esto?.-Dijo descubriéndose el brazo y mostrando una pequeña herida.
Luna lo miró de arriba abajo. Después de escudriñar el rostro del demonio sonrió.
- No tienes porqué seguir fingiendo que estás bien.- dijo Luna.- Apuesto a que no sabes porqué te encuentras así.
Se oyó un murmullo de interrogación entre los que estaban observando (que, a estas alturas, eran todos los demonios y dragones que habían quedado en pie).
- Señorita Luna, me encuentro perfectamente. ¡Continuemos!- apremió Zeros.
-¡No!- exclamó Luna.- Antes te explicaré qué es esto.- dijo Luna levantando el acero.
- A mí me parece una simple espada.- dijo Zeros.
- Pues te equivocas. Posiblemente, crees que esta espada es como la que tenía Gaudy. Pero no es así.- dijo Luna misteriosamente.- Esta espada ésta hecha exclusivamente para el Caballero de Cephied. Sólo él la puede tocar. También está hecha exclusivamente para matar demonios... Como, por ejemplo, tú.- dijo Luna.
El demonio fue a decir algo, pero Luna continuó.
- Espera. Aún no he acabado. Esta espada está hecha para matar demonios pero, al contrario que la otra, también está diseñada para que no se vuelva en contra del lado del orden. Esta espada, por lo tanto, está bendecida por el poder de Cephied.- Zeros la miró como si le hubiera confirmado que ese era el día de su muerte.- Por lo tanto, la herida de esta espada en un demonio, tiene el mismo efecto que si a un humano se le administra un veneno lento.
Luna detuvo su explicación para poder recrearse en la expresión de Zeros. El demonio, siempre tan seguro de sí mismo, ahora sólo le parecía un animalillo acorralado.
- Pero- continuó Luna.- Si intentas herir a un dragón, por ejemplo- Luna saltó hacia un dragón dorado y le dio un mandoble, pero la espada rebotó contra las escamas de éste.- No le hará ningún daño.
Luna miró de nuevo al demonio que había escondido sus ojos detrás del flequillo, y ahora aguantaba gran parte de su peso en el bastón.
- ¿Sorprendido?¿Qué piensas hacer ahora, Zeros?- preguntó Luna.
- Verás Luna... eso...- Zeros levantó la vista y mostró su típica expresión- Es un secreto.
Se teletransportó quedando detrás de la espalda de Luna y le intentó dar con la bola roja que había en el bastón. Por suerte, Luna se giró y pudo detener el golpe a tiempo.
- Pero si te digo la verdad –dijo Zeros en un susurro mientras abría los ojos- Pretendo matarte.
- Eso no te será tan fácil como que te mate yo a ti.- dijo Luna. El demonio se limitó a sonreír. Mala señal, un hombre que sonreía cuando todo estaba perdido significaba que aún le quedaba un as bajo la manga.
La Caballero de Cephied se echó hacia atrás librándose del bastón de Zeros. Después atacó con la espada mientras Zeros detenía sus estocadas y mandobles una y otra vez.
La dinámica de los ataques y mandobles volvió a comenzar, pero ahora las fuerzas parecían estar más niveladas.
Luna empezó a escuchar los aullidos y chillidos de los que miraban. Estaba sudando y el cansancio empezaba a vencerla. Pensó fugazmente en su hogar y en su tierra, en lo lejos que quedaba ahora todo eso y en si lograría algún día regresar.
De pronto Luna, por pura suerte, mandó a volar el bastón de Zeros que cayó varios metros lejos de su dueño.
Luna esperaba que Zeros se teletransportara, pero recordó que le había herido y que, posiblemente, no se podría desplazar de esa manera. Sonrió, ya casi le tenía.
Zeros esquivó un mandoble de Luna y empezó a levitar intentando escapar de la Caballero de Cephied.
Luna saltó. Utilizó un hechizo de levitación y quedó suspendida en el aire, así que, se desplazó (como quien dice, volando) hacia Zeros.
Dio varios mandobles prácticamente al azar, pero ninguno de ellos pareció dar a Zeros.
Ahora Luna se encontraba vulnerable. No podía atacar. Se había quedado con el brazo derecho (que era el que sujetaba la espada) al lado de la pierna izquierda. Estaba demasiado cansada ya para seguir luchando, y creía que Zeros le atacaría, pero el demonio no hizo nada.
Por último, Luna dio un mandoble hacia arriba, también al azar.
De repente, vio por el rabillo del ojo una cosa brillante que caía. Miró con más detenimiento y vio que se trataba del broche de Zeros, que había salido despedido.
Miró al demonio, que en ese momento tenía la mirada perdida, y vio que la capa de éste caía al vacío. Las costuras de su camisa se rasgaron dejando al descubierto una herida provocada por la espada de Luna.
La Caballero de Cephied miró atónita a Zeros y de pronto notó que ambos empezaban a caer.
Luna aterrizó de cuclillas unos segundos antes de que el cuerpo del demonio cayera al suelo prácticamente inerte.
Luna se levantó haciendo un gran esfuerzo. Y poco a poco, paso a paso, se dirigió hacia el demonio.
Zeros giró la cabeza dolorido, miró a Luna y sonrió como siempre hacía.
- No... seas cínico...- dijo Luna mientras se acercaba.
El demonio no contestó. Se limitó a apoyar el peso de su torso sobre los codos lentamente y temblando.
Luna estaba jadeante. Se hubiera dejado caer allí mismo, pero debía de presentar una imagen intacta.
No sabía qué podía haberla cansado tanto. Tal vez fuera que había estado levitando y atacando a un demonio a la vez. O tal vez fuera la batalla en sí.
Miró a Zeros a los ojos y éste los abrió. Ambos se quedaron un rato en silencio.
- Eres un gran rival.- admitió Luna.- Somos muy parecidos.
- Ya lo había notado.- dijo Zeros burlonamente cerrando los ojos.
- Lamento tener que matarte.- dijo Luna.
- No tengas tanta prisa- repuso Zeros.- Aún no he usado mi última carta.
- Deliras... - dijo Luna.- Si no la has usado, ya es demasiado tarde... Lamento que tengas que morir así.
Zeros abrió los ojos de nuevo.
- Comienza la cuenta atrás.- dijo.
Luna levantó lentamente la espada.
- Tres...- dijo Zeros.
Luna estaba un poco molesta de que ese ser se tomara su propia muerte a guasa.
- Dos...- siguió el demonio.
Luna ya tenía la espada por encima de su cabeza.
- Uno...
Luna no esperó mas. Bajó la espada en un golpe seco, para que fuera a encontrarse con su próxima víctima
*************
*Lo dice Gaarv en un capítulo de Slayers Next traducido al castellano como: La muerte del diablo-dragón (U¬¬ vaya una traducción).
¡¡Wwwwooooooohhh!!¡¡Tenía unas ganas tremendas de escribir éste combate!!¡¡Me ha encantado escribirlo!!
Ahora os toca a vosotr@s decirme si os ha gustado o no ^^, así que ya sabéis, review contándome qué os ha parecido o mail a labestiamayor_zelas@hotmali.com ^^.
Estad tranquil@s por Martina, pronto le llegará su hora... JOJOJO... (risa parecida a la de Naga U¬¬).
Besos como mastodontes del ama de las Bestias:
Zelas Metallium.
Adelanto éste chapi, porque me voy a Wolf Pack, y éste fin de semana no lo podré actualizar... Ya sé que es muy pronto pero bueno, ya me diréis algo ¿ok? ;)
Agradecimientos a:
Amber: ¡¡Cuánto tiempo!! Yo también me he planteado muchas veces si Téride y Filia hacen buena pareja, pero no es algo sumamente importante (ya verás porqué), así que no le di importancia y seguí con lo mío... :P Bueno... lo de "es igual" supongo que fue una paranoia que me dio en ese momento, pero ya saldrá. En cuanto a Martina, tienes razón, pero te aseguro que "está todo bajo control"~.~. Arigato por el Revieeeew... ^ ^
Linita Gabriev: ^ ^. Muchas gracias. (Tampoco es para tanto...). Reena ha sido fácil de vencer porque le han herido por la espalda, así Gaudy podrá estrenar espada. Arigato por el review, ^^
Como siempre, Kanzaka y sus amigos, compañeros de toda la vida, etc, etc, menos Téride que es miiiiiooo... (tesssooorooooo...).
Muchos besos como animales muy gordos a todos los demás (Masaki, Nadesiko, Raven, Bloosom, etc). ;)
Bueno, os dejo. ^ ^
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Gaudy y Sherra estaban llevando a cabo una encarnizada lucha, pero había algo extraño en aquella contienda: Sherra ya no se teletransportaba.
Zeros, quien estaba a su lado, debió notar esa sensación entre duda y sorpresa.
- ¿Te preocupa que Gaudy pierda, Caballera de Cephied?.- preguntó a Luna sonriente mientras ésta dirigía la vista hacia el demonio.
- Si Sherra no utiliza el teletransporte no hay de qué preocuparse.- admitió Luna. Zeros siguió sonriendo, pero no dijo nada.- Has sido tú ¿verdad?- añadió la Caballero de Cephied.
- ¿Qué se supone que he hecho?
- Le has dicho a Sherra que luchara sin teletransportarse.
El demonio ensanchó más su sonrisa.
- ¿Qué estás planeando?- preguntó Luna.
- Eso es un secreto.- contestó Zeros.
- Cómo no...- dijo Luna con los ojos medio cerrados mientras una gota le caía por la sien.
Su concentración volvió a dirigirse hacia Gaudy y Sherra. El dominio de ambos con la espada, era casi insuperable y por un momento, dudó de que Gaudy fuera a ganar, pero recordó que el espadachín llevaba su espada, y eso la calmó un poco.
De pronto, una estocada de Sherra hizo que Gaudy perdiera el equilibrio durante unos segundos, que la generala aprovechó muy bien.
Sherra clavó la punta del acero entre dos de las costillas de Gaudy, pero no lo mató. El espadachín cayó de rodillas mientras la sangre le chorreaba por el costado.
Los demonios que observaban la contienda, empezaron a gritar entusiasmados. Luna miró de refilón a Zeros y vio que seguía sonriendo. No había que alarmarse aún.
- ¡¡Vamos, levántate!!.- dijo Sherra a lo lejos, mientras le propinaba una patada a Gaudy. El espadachín cayó al suelo.
Luna sabía que Sherra disfrutaría más si Gaudy se levantaba y luchaba de nuevo. No obstante, no hacerlo sería una provocación.
Tal como pensaba Luna, la paciencia de Sherra se terminó bien pronto.
La generala miró hacia donde estaban Luna y Zeros e hizo un gesto de triunfo. Luna miró otra vez a Zeros de reojo y vio que éste no había modificado la expresión de su cara, sin embargo, la sonrisa del demonio no le calmó ésta vez.
Sherra levantó la espada en un gesto solemne y, acto seguido, la bajó.
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Notó unas manos frías y rasposas que cogían la suya. Pronto se dio cuenta de que tenía un poco de frío y le dolía mucho el costado.
Gimió un poco. Tenía los huesos entumecidos de no haberse movido en mucho rato. Decidió abrir los ojos.
Al principio, los colores se mezclaban, pero poco a poco todo ganó nitidez.
Primero fueron figuras sin forma, luego tomaron apariencia humana y por último, descubrió a Zelgadis y a otra persona que no conocía de nada a su lado.
- Amelia...- susurró Zelgadis suavemente.
La aludida gimió.
- ¿Dónde está Sherra?
Zelgadis pareció sorprendido por ésta pregunta.
- Amelia... Sherra te ha herido. Estás en la enfermería.
La princesa frunció el ceño.
-¿En la enfermería?
- Sí.
- ¿Entonces Luna está luchando con Sherra?
Zel negó con la cabeza.
- Reena ha luchado antes con ella, pero ahora está herida. Supongo que Gaudy se estará ocupando de Sherra.
- ¿Y tú?-preguntó la princesa.
- Estaba esperando a que te despertaras.- dijo la quimera dándole un beso en la frente. Acto seguido, hizo ademán de irse.
- No te vayas, Zel.- pidió Amelia.- Quédate conmigo.
Zelgadis estuvo dubitativo un rato hasta que al fin, decidió quedarse al lado de su princesa.
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Impresionante. Malditamente impresionante.
Así era como Sherra hubiera descrito esa situación si se lo hubieran pedido.
Parecía que ese grupito de humanos era especial, sobre todo los dos últimos.
Una, la desafía desvergonzadamente. Otra le ataca mediante un Ragna Blade y, por último, ése rubio revivía como por arte de magia y paraba en seco su espada, que estaba a punto de caer sobre la cabeza del mercenario. Y lo más sorprendente de todo, era que la espada de ese humano, no se había quebrado aún bajo la presión de la suya propia.
Sherra notó la furia del rubio crecer como un bizcocho en el horno. Le gustó notar algo más que pasotismo, pero al ver los azules ojos de Gaudy, la generala se empezó a preocupar de su propia seguridad.
Los ojos del mercenario, eran rabia, furia, odio... todo eso canalizado hacia ella, podía provocar su fin.
Sherra notó que la presión que ejercía sobre la espada no era suficiente. Haciendo fuerza, y con la sangre aún cayéndole por un costado, Gaudy Gabriev se fue levantando del suelo muy lentamente.
La Generala de Dynast apenas podía contener la espada de Gaudy, así que decidió saltar hacia atrás.
El mercenario agachó la cabeza, y cuando Sherra empezaba a creer que se había dado por vencido, Gaudy se desplazó hacia delante con una rapidez pasmosa. Tanto, que hirió a Sherra en el mismo brazo en el que le había herido Reena.
La generala emitió un grito de dolor.
Enfurecida, miró a Gaudy y entonces la idea de matarlo la cegó.
Para Sherra, no había nada más. Solo estaba Gaudy, que era su objetivo. No existían ni Zeros, ni Luna, ni nadie a su alrededor.
Sus estocadas empezaron a ser golpes dados sin ton ni son que Gaudy esquivaba fácilmente. Y mientras más veces se libraba Gaudy de los ataques de Sherra, más se enfurecía ésta. Y si Sherra se enfurecía, se encegaba más y luchaba peor.
Llegó un momento, en que se descubrió tanto, que Gaudy vio su oportunidad e hirió a Sherra en un hombro, atravesándoselo y llegando la herida hasta el abdomen.
Sherra cayó al suelo entre gritos de rabia y de dolor. Entonces se dio cuenta de lo estúpida que había sido al aceptar la propuesta de Zeros.
Si hubiese usado el teletransporte, habría acabado mucho antes.
- Maldito... ¡¡¡¡MALDITO!!!- gritó Sherra a Zeros. Este se limitó a sonreír.
En éste estado Sherra podía luchar, pero no estaba dispuesta a perder la vida intentando ganar a un humano para luego batirse en duelo con otro mucho más poderoso.
- ¡¡¡ME LAS PAGARAS!!!- le gritó a Zeros. Acto seguido, se trasladó al plano astral, con el fin de recuperarse de sus heridas.
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Gaudy había sido llevado a la enfermería. Y ahora que se habían quitado de encima a Sherra era su turno.
Hacía unos minutos que estaban uno enfrente del otro, pero sin embargo, parecía que el momento de empezar no llegaba nunca.
Luna observó cada detalle del rostro de Zeros.
Era una sonriente máscara que no dejaba ver su interior, y su interior, como en todas las máscaras, se debía de ver a través de los ojos.
Observó sus ropajes, el suave ondeo de su capa movida por un débil viento... Tenía que haberse traído la suya, empezaba a refrescar.
Miró de nuevo el rostro de Zeros y se preguntó qué pasaría por la mente de esa criatura. Qué planes tendría. Cuales serían sus verdaderos secretos. Cómo había llegado a ser lo que era...
Decidió poner punto y final a sus meditaciones y romper el hielo.
- Así que tu eres el famoso General y Sacerdote del ama de las Bestias.- Dijo Luna como si se acabaran de ver por primera vez.- Si quieres que te diga la verdad, te imaginaba de otra manera.
- Así que tú eres la famosa Caballero de Cephied.-dijo Zeros imitándola.- Si quieres que te diga la verdad, yo también te imaginaba de otra manera.
- Vaya...- repuso Luna.- Parece que ninguno de los dos está conforme con lo que esperaba del otro.
Zeros levantó el dedo índice.
- Yo no he dicho que no esté conforme.- sonrió.
Luna levantó las cejas.
- ¿Cómo me imaginabas?.
- No se... más "parecida" a tu hermana.- dijo Zeros señalándose vagamente el pecho.
A Luna se le marcó la vena de la sien.
- ¿Quieres saber cómo te imaginaba yo a ti?
- Nooop.- contestó Zeros con una sonrisa triunfante.
Fin del primer asalto (cero-uno a favor de Zeros).
La intención de Luna de "romper el hielo" se había convertido en una batalla verbal, y por desgracia, Zeros tenía las de ganar. Pero Luna no se rendiría fácilmente. Decidió no perder los nervios y concentrarse en buscar respuestas ocurrentes.
- Pues... Me has decepcionado mucho.- comenzó Luna de nuevo.- Para ser tan famoso, no has hecho un gran trabajo aquí. No eres tan sangriento como dicen.
- Bueno, señorita Luna, al fin y al cabo, yo tengo una reputación pero...
- Pues lucha por conservarla.- le cortó Luna.- O tu "jefa" terminará por "despedirte".
Fin del segundo asalto. (Victoria de Luna y empate a uno).
Zeros abrió los ojos con gesto enfadado y miró a Luna a los suyos.
Ya le había encontrado una debilidad. Ahora estaban iguales. Él sabía que a ella no le gustaba que hablaran de su hermana y ella sabía que a él no le hacía ni pizca de gracia que se burlaran de su Ama.
- Es curioso que un ser tan ruin como tú obedezca tan ciegamente las órdenes de "otra cosa".- dijo Luna. Zeros la siguió mirando airado durante unos segundos. Luego sonrió perversamente.
- Es curioso que una persona como tu hermana haya confiado tantas veces y tan ciegamente en un ser tan ruin como yo.- dijo Zeros. Esta vez, fue Luna quien lo miró airada.
Fin del último asalto (Puntos nulos y empate a uno).
- ¡Basta ya de parloteo!- exclamó Luna.
- ¡Estoy de acuerdo!- respaldó Zeros.
Luna y Zeros corrieron al encuentro del otro y cuando Luna estuvo segura de que Zeros se encontraba a la distancia adecuada, saltó y dio un mandoble con su espada de la que salieron unos brillantes rayos de luz.
Luna cayó al suelo de pie con una sonrisa triunfante. Seguro que había herido a Zeros.
No obstante, cuando la luz desapareció unos segundos después, no había ni rastro del sacerdote. Luna se alarmó y se puso en guardia.
La Caballero de Cephied había oído decir que una de las tácticas favoritas de Zeros era atacar desde el plano astral*. Así que Luna se concentró por si notaba algo extraño a su alrededor.
Nada.
Parecía que Zeros hubiera desaparecido, pero Luna sabía que no era así. Hubiera sido demasiado fácil si Zeros estuviera ahora muerto.
Luna cerró los ojos para concentrarse mejor. Sus sentidos, al principio, notaban la gran cantidad de gente que observaba, luego pasó a escuchar sus cuchicheos y después notó el tacto de su espada mas presente que nunca.
De pronto lo notó. Detrás suyo. Se giró justo a tiempo para frenar el ataque en seco. Después, llegó el silencio.
Luna se concentró de nuevo y notó otra vez la presencia de Zeros. De nuevo frenó el ataque.
Cada vez, el intervalo de tiempo entre los ataques desde el plano astral que profería Zeros era menor, y a Luna le costaba mucho más detenerlos.
Llegó un momento en que los ataques eran tan rápidos que Luna se giraba y los detenía al azar, pero ésta situación no duró mucho tiempo.
Pronto, Luna sintió un dolor punzante en el costado derecho y cayó al suelo, no sólo por el dolor que le producía la herida, sino también por el cansancio.
Unas botas aparecieron delante de sus ojos. Miró hacia arriba descubriendo así que el propietario no era otro que Zeros.
- Vaya, vaya... ¿Qué te ha pasado, Caballera?¿No eres capaz de defenderte de un simple demonio como yo?.- dijo el General y Sacerdote del Ama de las Bestias.
Luna se incorporó lentamente y se sentó en el suelo. Sonrió confiadamente mientras miraba a Zeros.
- Claro que soy capaz. Sólo estaba "calentando".- dijo Luna. Zeros ladeó la cabeza.
- Muy típico... Pero permíteme dudar de ti.
-¡Callate!- dijo Luna mientras se levantaba.- Estoy lista. Te aseguro que a partir de ahora no dudarás más de mí.
- Ya lo veremos...- sonrió Zeros y acto seguido desapareció de nuevo.
A Luna ya no le hacía falta concentrarse más, pues ya podía notar cada uno de los movimientos de Zeros. Era como si se encontraran dentro del mismo plano, solo que ella no le podía ver.
Lo notó por el mismo lado por el que había sido herida. "Muy astuto" pensó "Pero aún no lo has visto todo de mí".
El ataque fue detenido por Luna. Pero ésta vez, no había debilidad en los movimientos de ésta. No había duda. No obstante, Zeros no dejó de utilizar esa táctica de combate.
El siguiente golpe iba dirigido a la cabeza de Luna, pero ésta vez, para sorpresa de Zeros, la hermana de Reena esquivó el ataque en vez de contrarrestarlo.
El demonio atacó de nuevo a uno de los costados de la mujer, pero lo esquivó de nuevo. Pronto Zeros se dio cuenta de que algo en su estrategia fallaba, la Caballero de Cephied ni siquiera se entretenía en parar sus golpes. Debía cambiar de técnica. Sin embargo se dio cuenta de esto demasiado tarde.
Luna lanzó una débil estocada, porque no sabía si iba a dar en el blanco, a pesar de estar casi segura.
Hubo un momento de silencio en el que el aire sopló débilmente. Después Zeros apareció de la nada con una mano sujetándose el brazo contrario.
Luna se giró y le miró desafiante.
- Te dije que estaba calentando. No debes subestimar las capacidades de tu adversario.
Zeros la miró seriamente durante unos segundos. Después sonrió.
- ¿Tantas flores te echas por esto?.-Dijo descubriéndose el brazo y mostrando una pequeña herida.
Luna lo miró de arriba abajo. Después de escudriñar el rostro del demonio sonrió.
- No tienes porqué seguir fingiendo que estás bien.- dijo Luna.- Apuesto a que no sabes porqué te encuentras así.
Se oyó un murmullo de interrogación entre los que estaban observando (que, a estas alturas, eran todos los demonios y dragones que habían quedado en pie).
- Señorita Luna, me encuentro perfectamente. ¡Continuemos!- apremió Zeros.
-¡No!- exclamó Luna.- Antes te explicaré qué es esto.- dijo Luna levantando el acero.
- A mí me parece una simple espada.- dijo Zeros.
- Pues te equivocas. Posiblemente, crees que esta espada es como la que tenía Gaudy. Pero no es así.- dijo Luna misteriosamente.- Esta espada ésta hecha exclusivamente para el Caballero de Cephied. Sólo él la puede tocar. También está hecha exclusivamente para matar demonios... Como, por ejemplo, tú.- dijo Luna.
El demonio fue a decir algo, pero Luna continuó.
- Espera. Aún no he acabado. Esta espada está hecha para matar demonios pero, al contrario que la otra, también está diseñada para que no se vuelva en contra del lado del orden. Esta espada, por lo tanto, está bendecida por el poder de Cephied.- Zeros la miró como si le hubiera confirmado que ese era el día de su muerte.- Por lo tanto, la herida de esta espada en un demonio, tiene el mismo efecto que si a un humano se le administra un veneno lento.
Luna detuvo su explicación para poder recrearse en la expresión de Zeros. El demonio, siempre tan seguro de sí mismo, ahora sólo le parecía un animalillo acorralado.
- Pero- continuó Luna.- Si intentas herir a un dragón, por ejemplo- Luna saltó hacia un dragón dorado y le dio un mandoble, pero la espada rebotó contra las escamas de éste.- No le hará ningún daño.
Luna miró de nuevo al demonio que había escondido sus ojos detrás del flequillo, y ahora aguantaba gran parte de su peso en el bastón.
- ¿Sorprendido?¿Qué piensas hacer ahora, Zeros?- preguntó Luna.
- Verás Luna... eso...- Zeros levantó la vista y mostró su típica expresión- Es un secreto.
Se teletransportó quedando detrás de la espalda de Luna y le intentó dar con la bola roja que había en el bastón. Por suerte, Luna se giró y pudo detener el golpe a tiempo.
- Pero si te digo la verdad –dijo Zeros en un susurro mientras abría los ojos- Pretendo matarte.
- Eso no te será tan fácil como que te mate yo a ti.- dijo Luna. El demonio se limitó a sonreír. Mala señal, un hombre que sonreía cuando todo estaba perdido significaba que aún le quedaba un as bajo la manga.
La Caballero de Cephied se echó hacia atrás librándose del bastón de Zeros. Después atacó con la espada mientras Zeros detenía sus estocadas y mandobles una y otra vez.
La dinámica de los ataques y mandobles volvió a comenzar, pero ahora las fuerzas parecían estar más niveladas.
Luna empezó a escuchar los aullidos y chillidos de los que miraban. Estaba sudando y el cansancio empezaba a vencerla. Pensó fugazmente en su hogar y en su tierra, en lo lejos que quedaba ahora todo eso y en si lograría algún día regresar.
De pronto Luna, por pura suerte, mandó a volar el bastón de Zeros que cayó varios metros lejos de su dueño.
Luna esperaba que Zeros se teletransportara, pero recordó que le había herido y que, posiblemente, no se podría desplazar de esa manera. Sonrió, ya casi le tenía.
Zeros esquivó un mandoble de Luna y empezó a levitar intentando escapar de la Caballero de Cephied.
Luna saltó. Utilizó un hechizo de levitación y quedó suspendida en el aire, así que, se desplazó (como quien dice, volando) hacia Zeros.
Dio varios mandobles prácticamente al azar, pero ninguno de ellos pareció dar a Zeros.
Ahora Luna se encontraba vulnerable. No podía atacar. Se había quedado con el brazo derecho (que era el que sujetaba la espada) al lado de la pierna izquierda. Estaba demasiado cansada ya para seguir luchando, y creía que Zeros le atacaría, pero el demonio no hizo nada.
Por último, Luna dio un mandoble hacia arriba, también al azar.
De repente, vio por el rabillo del ojo una cosa brillante que caía. Miró con más detenimiento y vio que se trataba del broche de Zeros, que había salido despedido.
Miró al demonio, que en ese momento tenía la mirada perdida, y vio que la capa de éste caía al vacío. Las costuras de su camisa se rasgaron dejando al descubierto una herida provocada por la espada de Luna.
La Caballero de Cephied miró atónita a Zeros y de pronto notó que ambos empezaban a caer.
Luna aterrizó de cuclillas unos segundos antes de que el cuerpo del demonio cayera al suelo prácticamente inerte.
Luna se levantó haciendo un gran esfuerzo. Y poco a poco, paso a paso, se dirigió hacia el demonio.
Zeros giró la cabeza dolorido, miró a Luna y sonrió como siempre hacía.
- No... seas cínico...- dijo Luna mientras se acercaba.
El demonio no contestó. Se limitó a apoyar el peso de su torso sobre los codos lentamente y temblando.
Luna estaba jadeante. Se hubiera dejado caer allí mismo, pero debía de presentar una imagen intacta.
No sabía qué podía haberla cansado tanto. Tal vez fuera que había estado levitando y atacando a un demonio a la vez. O tal vez fuera la batalla en sí.
Miró a Zeros a los ojos y éste los abrió. Ambos se quedaron un rato en silencio.
- Eres un gran rival.- admitió Luna.- Somos muy parecidos.
- Ya lo había notado.- dijo Zeros burlonamente cerrando los ojos.
- Lamento tener que matarte.- dijo Luna.
- No tengas tanta prisa- repuso Zeros.- Aún no he usado mi última carta.
- Deliras... - dijo Luna.- Si no la has usado, ya es demasiado tarde... Lamento que tengas que morir así.
Zeros abrió los ojos de nuevo.
- Comienza la cuenta atrás.- dijo.
Luna levantó lentamente la espada.
- Tres...- dijo Zeros.
Luna estaba un poco molesta de que ese ser se tomara su propia muerte a guasa.
- Dos...- siguió el demonio.
Luna ya tenía la espada por encima de su cabeza.
- Uno...
Luna no esperó mas. Bajó la espada en un golpe seco, para que fuera a encontrarse con su próxima víctima
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*Lo dice Gaarv en un capítulo de Slayers Next traducido al castellano como: La muerte del diablo-dragón (U¬¬ vaya una traducción).
¡¡Wwwwooooooohhh!!¡¡Tenía unas ganas tremendas de escribir éste combate!!¡¡Me ha encantado escribirlo!!
Ahora os toca a vosotr@s decirme si os ha gustado o no ^^, así que ya sabéis, review contándome qué os ha parecido o mail a labestiamayor_zelas@hotmali.com ^^.
Estad tranquil@s por Martina, pronto le llegará su hora... JOJOJO... (risa parecida a la de Naga U¬¬).
Besos como mastodontes del ama de las Bestias:
Zelas Metallium.
