TU, YO Y ¿QUE?
Capítulo 1: Negocios en ciernes
Tres meses después de la inauguración de la casa
-Severus, ¿podrías venir un momento?- gritó Harry desde la habitación libre, la cual había sido transformada en una oficina para los negocios de Harry.
Su petición fue seguida del silencio. Harry podría haber jurado que Severus estaba en el dormitorio principal, preparándose para ir al trabajo de su tienda de pociones o 'remedios homeopáticos', que es como les gustaba llamarla a los Muggles que frecuentaban el local.
-¿Severus?- indagó Harry, sacando la cabeza por la puerta del vestíbulo. Todavía nada. Ahora estaba curioso, así es que se dirigió al dormitorio principal para ver si su amado seguía allí. La puerta estaba cerrada. Hmmm, quizás ya se había ido. Entró en la habitación y allí, boca abajo en la cama, estaba su antiguo profesor, el que ahora era el amor de su vida.
-Severus, ¿estás bien? ¿Hay algún problema?- corrió hacia un lado de la cama y descansó una mano con suavidad en el hombro del hombre.
Escuchó a su amado gemir, y observó como se volvía muy lentamente. Harry lo miró y notó que Severus lucía extremadamente enfermo. Su rostró estaba hinchado y colorado.
-Severus, ¿Qué es lo que pasa? ¿Has atrapado algo? ¿Qué puedo hacer para ayudar?- Harry se inclinó y habló en voz baja.
-Tengo Sarampión Mágico, así que soy contagioso. Debes alejarte, Harry. No puedes quedarte aquí, ya que tu no lo has padecido- murmuró Severus tan suavemente que Harry tuvo que inclinarse más cerca para lograr escucharlo.
-No voy a dejarte, ¿quién te cuidaría entonces? Además, lo más probable es que yo ya haya sido espuesto, duermo a tu lado cada noche. Así que, no pienso ir a ninguna parte, amor. ¿No hay alguna poción que puedas tomar para aliviarte?- Harry acarició tiernamente el rostro de Severus.
-Hay una poción que ayuda a aliviar los síntomas, pera nada que lo cure. Abajo, en mi laboratorio, tengo esa poción que reduce la hinchazón y la fiebre- hizo una pausa para aclarar su garganta, estaba deshidratado y necesitaía mucho líquido para ayudar a ro rojo cuerpo-. Esta etiquetado como 'Redigo Intumesco' y es un líquido verde. Debe estar colocado en algún sitio en la parte alta del gabinete que se encuentra en la pared más alejada.
-Regresaré pronto. Llama a Dobby si necesitas algo de inmediato, como comida o agua- Harry dejo un beso en la frente de Severus, y se precipitó hacia la puerta, bajando al sótano donde Severus había intalado sus equipos de pociones.
El sótano era frío y húmedo, justo como las mazmorras de Hogwarts. No le asombraba que Severus pasara muchas horas aquí, se sentía como en casa. Levantó su varita y pronunció "lumus". No se había encendido ninguna palmatoria y las linternas estaban inactivas, apagadas a un lado. Se dirigió directamente hacia el muro más alejado como Severus le había dicho, y sacando un pequeño taburete, se empinó para mirar en la parte alta del armario. Ahí, dos filas más atrás, se encontraba la poción que Sev erun había mencionado. La tomó con cuidado, asegurándose de no molestar a los demás recipientes a su alrededor
Harry corrió de regreso los dos tramos de escaleras y cuando entró en su habitación una vez más, se alegró al ver a Dbby dándole a Severus un vaso de agua y ayudando a su amor a sentarse, apoyado en la cabecera de la cama.
-Tengo la ampolla, amor. Debes tomarla antes o después de beber agua- se acercó a la cama y se sentó frente a Severus.
-Primero la poción, creo. Tengo que esperar a que haga efecto antes de poder tomar bebida alguna- estiró la mano lentamente hacia la ampollay Harry se la entregó con cuidado. Harry vio como el hombre bebía la poción e hiciera una mueca.
-¿Repugnante sabor?- Harry se rió y Severus arrugó el rostro con asco.
-Extremadamente. Desafortunadamente, no hay nada que pueda hacer para mejorar el gusto.. Gracias a Dios, esta poción no se necesita tomar con tanta frecuencia.
Harry sólo se reclinó sobre su codo y observó a su amor, que se acomodaba sobre las almohadas debajo de él- Bien, ahora estamos bajo cuarentena. Mejor que alerto a tus empleados de la tienda de que no vas a ir hoy, así como a los clientes con los que se suponía me reuniría hoy. Probablemente debería cancelar mis reuniones por el resto de la semana- ¿Quieres darle alguna instrucción a tus empleados, amor?
Severus se sentó tranquilo y pensó por un momento, chequeando mentalmente las cosas que estaban pendientes por hacer, pero vio que el personal se podía encargar de todo en su ausencia.
-No, creo que pueden encargarse de todo con las existencias que hay en la tienda. ¿Cómo les informarás?
-Les mandaré a Hedwig con un mensaje. En cuanto a mis clientes, haré que Dobby se aparezca en sus casas con un mensaje- Con eso, Harry regresó a su oficina y tomó varias hojas de pergamino para comenzar sus cartas. Primero redactó la que iba dirigida al personal de Severus en su tienda,"Antiguas Remedios Caseros", la cual era franca y puntual. Les decía que Severus estaba enfermo con el Sarampión Mágico y que estaría alejado de la tienda por el resto de la semana. Cuando llegara el fin de semana, los llamaría a través de la chimenea para que le dieran a Sevrus un informe de cómo estaban yendo las cosas. Una vez que hubo sellado la carta, la enrrolló y fue hasta la jaula de Hedwig ubicada en una esquina.
-Hola, preciosa. Necesito que lleves una carta al trabajo de Severus. Dásela a Arabella. Estoy seguro que ella te dará agua y cubrirá tus necesidades. Ten cuidado, Hedwig- le ató la carta y abrió la ventana para dejar salir a la lechuza. Se paró allí y la observó alejarse hasta que fue apenas un tenue punto en el cielo. Entonces regresó al escritorio y consultó su cronograma de trabajo para el resto de la semana. En realidad tenía bastante copados los siguientes tres días con citas para reunirse con los clientes, y odiaba no poder tratar con ellos, pero no podía enviar a nadie en su lugar.
Estaba muy orgulloso de su negoció, "Potter, Plagas y el Emporio de las Serpientes" La parte de su negocio dedicada a las Plagas gozaban de mucha demanda, pues brujas de todos los rincones de la ciudad, pedían los servicios de sus serpientes para encargarse de los gorgojos y gnomos que destruían sus jardines. La parte del Emporio de las Serpiente iba más lento, pero los contratos aumentaban rápidamente. Durante los últimos dos meses había realizado tres viajes al Amazonas y los campos despoblados de Australia para conseguir serpientes raras que no podían ser encontradas en el Hemisferio Norte. Severus lo había acompañado en dos de los viajes, pero en el tercero, que implicaba internarse en la zona más profunda del Amazonas, el profesor de pociones se había quedado para ocuparse de sus propios negocios.
La otra actividad del Emporio de la Serpiente era una idea propia, la psicología de la serpiente y su comunicación. En realidad, había sido más bien una idea de Sliver, pero ¿qué le iba a decir al mundo mágico? ¿qué su pequeña serpiente era un genio para los negocios? Harry no lo creía. Sliver le había dicho que era lindo poder comunicarse y ser capaz de expresar sus necesidades a alguien que quisiera escucharla. A partir de ahí, Harry se dio cuenta que a otros propietarios de serpientes les alegraría sus habilidades para hablar con ellas, diagnosticar sus dolencias o sus deseos, y lo que generalmente las complacía. Hasta ahora había marchado bien, pero por supuesto, no había muchos propietarios de serpientes en el mundo mágico de Gran Bretaña. De hecho, se encontró con que había más Muggles dueños de Serpientes, y había encontrado más trabajo a través de sus compañeros de escuela de origen Muggle.
Sliver se había alimentado muy bien en los últimos meses, ya que era la serpiente que Harry utilizaba para librar las casas de alimañas indeseadas. Estaba comenzando a crecer y engordar verdaderamente, al punto que ya casi no podía acurrucarse alrededor de los hombros y muñeca de Harry, pues pesaba demasiado.
Sacudió la cabeza para reenfocar sus pensamientos en el aquí y el ahora. Todavía tenía varias cartas que escribir y sabía que al menos debería comenzar con las cartas de los negocios del día. Escribió tres rápidas cartas a sus clientes, explicándoles las razones de la cancelación, y preguntándoles si podían cambiar su cita para una fecha posterior. Les proponía que en caso de aceptar les ofrecería un descuento en sus servicios. Sabía que era mejor mantenerlos contentos y ahorrar algo de dinero siempre era una ventaja con las personas, Muggles o Magos. Sin embargo, agradecía que todos sus clientes de esa semana fueran brujas o magos, pues odiaba tener que usar el teléfono para contactar a los Muggles.
-¿Dobby, podrías venir un segundo?- llamó Harry.
En un segundo, Dobby apareció en su habitación, excitado ante la posibilidad de ser útil.
-¿Qué necesita el Amo Harry de Dobby, señor?
-Necesito que entregues estas cartas, Dobby. Hedwig está entregando un mensaje en la tienda de Severus y no regresará a tiempo para ocuparse de éstas. La dirección y el nombre de cada cliente está en el sobre. ¿Podrías hacer esto por mí, Dobby?
-Sí, señor, Amo Harry, señor. Dobby se pondrá en eso- alcanzó el manojo de cartas enrolladas y desapareció con un pop. Ahora que había resuelto esos asuntos, regresó al pasillo y fue a ver cómo estaba su enfermo amado.
Entró en puntillas al notar que Severus estaba dormido y arrimó suavemente una silla a un lado de su cama para sentarse y observó al hombre dormido. Verdaderamente amaba a Severus y haría cualquier cosa y todo lo que estuviera en su poder para asegurarse que mejorara rápidamente y con el menor dolor posible.
Sin embargo, en los últimos tres meses, se había dado cuenta que deseaba algo más para su vida. Sí, trabajar y tener a alguien en casa cuando regresaba era precioso, pero algo faltaba todavía. Sólo que no sabía qué era. Aún así sabía que la pieza que faltaba en su pequeño rompecabezas aparecería más pronto o más tarde.
Hasta entonces, tendría que esperar y ser paciente
Hola chic@s. Aquí está el primer capítulo de la continuación de Wanted: single, older man a roommate. Esperamos que les haya gustado y porfis dejen sus comentarios. Besos
Queremos agradecer a todas las chicas que dejaron reviews en el último capítulo.
Ana Rickman Luzy Snape Marla Lanthir Azalea Gala Snape
¡¡Gracias chicas!!
Capítulo 1: Negocios en ciernes
Tres meses después de la inauguración de la casa
-Severus, ¿podrías venir un momento?- gritó Harry desde la habitación libre, la cual había sido transformada en una oficina para los negocios de Harry.
Su petición fue seguida del silencio. Harry podría haber jurado que Severus estaba en el dormitorio principal, preparándose para ir al trabajo de su tienda de pociones o 'remedios homeopáticos', que es como les gustaba llamarla a los Muggles que frecuentaban el local.
-¿Severus?- indagó Harry, sacando la cabeza por la puerta del vestíbulo. Todavía nada. Ahora estaba curioso, así es que se dirigió al dormitorio principal para ver si su amado seguía allí. La puerta estaba cerrada. Hmmm, quizás ya se había ido. Entró en la habitación y allí, boca abajo en la cama, estaba su antiguo profesor, el que ahora era el amor de su vida.
-Severus, ¿estás bien? ¿Hay algún problema?- corrió hacia un lado de la cama y descansó una mano con suavidad en el hombro del hombre.
Escuchó a su amado gemir, y observó como se volvía muy lentamente. Harry lo miró y notó que Severus lucía extremadamente enfermo. Su rostró estaba hinchado y colorado.
-Severus, ¿Qué es lo que pasa? ¿Has atrapado algo? ¿Qué puedo hacer para ayudar?- Harry se inclinó y habló en voz baja.
-Tengo Sarampión Mágico, así que soy contagioso. Debes alejarte, Harry. No puedes quedarte aquí, ya que tu no lo has padecido- murmuró Severus tan suavemente que Harry tuvo que inclinarse más cerca para lograr escucharlo.
-No voy a dejarte, ¿quién te cuidaría entonces? Además, lo más probable es que yo ya haya sido espuesto, duermo a tu lado cada noche. Así que, no pienso ir a ninguna parte, amor. ¿No hay alguna poción que puedas tomar para aliviarte?- Harry acarició tiernamente el rostro de Severus.
-Hay una poción que ayuda a aliviar los síntomas, pera nada que lo cure. Abajo, en mi laboratorio, tengo esa poción que reduce la hinchazón y la fiebre- hizo una pausa para aclarar su garganta, estaba deshidratado y necesitaía mucho líquido para ayudar a ro rojo cuerpo-. Esta etiquetado como 'Redigo Intumesco' y es un líquido verde. Debe estar colocado en algún sitio en la parte alta del gabinete que se encuentra en la pared más alejada.
-Regresaré pronto. Llama a Dobby si necesitas algo de inmediato, como comida o agua- Harry dejo un beso en la frente de Severus, y se precipitó hacia la puerta, bajando al sótano donde Severus había intalado sus equipos de pociones.
El sótano era frío y húmedo, justo como las mazmorras de Hogwarts. No le asombraba que Severus pasara muchas horas aquí, se sentía como en casa. Levantó su varita y pronunció "lumus". No se había encendido ninguna palmatoria y las linternas estaban inactivas, apagadas a un lado. Se dirigió directamente hacia el muro más alejado como Severus le había dicho, y sacando un pequeño taburete, se empinó para mirar en la parte alta del armario. Ahí, dos filas más atrás, se encontraba la poción que Sev erun había mencionado. La tomó con cuidado, asegurándose de no molestar a los demás recipientes a su alrededor
Harry corrió de regreso los dos tramos de escaleras y cuando entró en su habitación una vez más, se alegró al ver a Dbby dándole a Severus un vaso de agua y ayudando a su amor a sentarse, apoyado en la cabecera de la cama.
-Tengo la ampolla, amor. Debes tomarla antes o después de beber agua- se acercó a la cama y se sentó frente a Severus.
-Primero la poción, creo. Tengo que esperar a que haga efecto antes de poder tomar bebida alguna- estiró la mano lentamente hacia la ampollay Harry se la entregó con cuidado. Harry vio como el hombre bebía la poción e hiciera una mueca.
-¿Repugnante sabor?- Harry se rió y Severus arrugó el rostro con asco.
-Extremadamente. Desafortunadamente, no hay nada que pueda hacer para mejorar el gusto.. Gracias a Dios, esta poción no se necesita tomar con tanta frecuencia.
Harry sólo se reclinó sobre su codo y observó a su amor, que se acomodaba sobre las almohadas debajo de él- Bien, ahora estamos bajo cuarentena. Mejor que alerto a tus empleados de la tienda de que no vas a ir hoy, así como a los clientes con los que se suponía me reuniría hoy. Probablemente debería cancelar mis reuniones por el resto de la semana- ¿Quieres darle alguna instrucción a tus empleados, amor?
Severus se sentó tranquilo y pensó por un momento, chequeando mentalmente las cosas que estaban pendientes por hacer, pero vio que el personal se podía encargar de todo en su ausencia.
-No, creo que pueden encargarse de todo con las existencias que hay en la tienda. ¿Cómo les informarás?
-Les mandaré a Hedwig con un mensaje. En cuanto a mis clientes, haré que Dobby se aparezca en sus casas con un mensaje- Con eso, Harry regresó a su oficina y tomó varias hojas de pergamino para comenzar sus cartas. Primero redactó la que iba dirigida al personal de Severus en su tienda,"Antiguas Remedios Caseros", la cual era franca y puntual. Les decía que Severus estaba enfermo con el Sarampión Mágico y que estaría alejado de la tienda por el resto de la semana. Cuando llegara el fin de semana, los llamaría a través de la chimenea para que le dieran a Sevrus un informe de cómo estaban yendo las cosas. Una vez que hubo sellado la carta, la enrrolló y fue hasta la jaula de Hedwig ubicada en una esquina.
-Hola, preciosa. Necesito que lleves una carta al trabajo de Severus. Dásela a Arabella. Estoy seguro que ella te dará agua y cubrirá tus necesidades. Ten cuidado, Hedwig- le ató la carta y abrió la ventana para dejar salir a la lechuza. Se paró allí y la observó alejarse hasta que fue apenas un tenue punto en el cielo. Entonces regresó al escritorio y consultó su cronograma de trabajo para el resto de la semana. En realidad tenía bastante copados los siguientes tres días con citas para reunirse con los clientes, y odiaba no poder tratar con ellos, pero no podía enviar a nadie en su lugar.
Estaba muy orgulloso de su negoció, "Potter, Plagas y el Emporio de las Serpientes" La parte de su negocio dedicada a las Plagas gozaban de mucha demanda, pues brujas de todos los rincones de la ciudad, pedían los servicios de sus serpientes para encargarse de los gorgojos y gnomos que destruían sus jardines. La parte del Emporio de las Serpiente iba más lento, pero los contratos aumentaban rápidamente. Durante los últimos dos meses había realizado tres viajes al Amazonas y los campos despoblados de Australia para conseguir serpientes raras que no podían ser encontradas en el Hemisferio Norte. Severus lo había acompañado en dos de los viajes, pero en el tercero, que implicaba internarse en la zona más profunda del Amazonas, el profesor de pociones se había quedado para ocuparse de sus propios negocios.
La otra actividad del Emporio de la Serpiente era una idea propia, la psicología de la serpiente y su comunicación. En realidad, había sido más bien una idea de Sliver, pero ¿qué le iba a decir al mundo mágico? ¿qué su pequeña serpiente era un genio para los negocios? Harry no lo creía. Sliver le había dicho que era lindo poder comunicarse y ser capaz de expresar sus necesidades a alguien que quisiera escucharla. A partir de ahí, Harry se dio cuenta que a otros propietarios de serpientes les alegraría sus habilidades para hablar con ellas, diagnosticar sus dolencias o sus deseos, y lo que generalmente las complacía. Hasta ahora había marchado bien, pero por supuesto, no había muchos propietarios de serpientes en el mundo mágico de Gran Bretaña. De hecho, se encontró con que había más Muggles dueños de Serpientes, y había encontrado más trabajo a través de sus compañeros de escuela de origen Muggle.
Sliver se había alimentado muy bien en los últimos meses, ya que era la serpiente que Harry utilizaba para librar las casas de alimañas indeseadas. Estaba comenzando a crecer y engordar verdaderamente, al punto que ya casi no podía acurrucarse alrededor de los hombros y muñeca de Harry, pues pesaba demasiado.
Sacudió la cabeza para reenfocar sus pensamientos en el aquí y el ahora. Todavía tenía varias cartas que escribir y sabía que al menos debería comenzar con las cartas de los negocios del día. Escribió tres rápidas cartas a sus clientes, explicándoles las razones de la cancelación, y preguntándoles si podían cambiar su cita para una fecha posterior. Les proponía que en caso de aceptar les ofrecería un descuento en sus servicios. Sabía que era mejor mantenerlos contentos y ahorrar algo de dinero siempre era una ventaja con las personas, Muggles o Magos. Sin embargo, agradecía que todos sus clientes de esa semana fueran brujas o magos, pues odiaba tener que usar el teléfono para contactar a los Muggles.
-¿Dobby, podrías venir un segundo?- llamó Harry.
En un segundo, Dobby apareció en su habitación, excitado ante la posibilidad de ser útil.
-¿Qué necesita el Amo Harry de Dobby, señor?
-Necesito que entregues estas cartas, Dobby. Hedwig está entregando un mensaje en la tienda de Severus y no regresará a tiempo para ocuparse de éstas. La dirección y el nombre de cada cliente está en el sobre. ¿Podrías hacer esto por mí, Dobby?
-Sí, señor, Amo Harry, señor. Dobby se pondrá en eso- alcanzó el manojo de cartas enrolladas y desapareció con un pop. Ahora que había resuelto esos asuntos, regresó al pasillo y fue a ver cómo estaba su enfermo amado.
Entró en puntillas al notar que Severus estaba dormido y arrimó suavemente una silla a un lado de su cama para sentarse y observó al hombre dormido. Verdaderamente amaba a Severus y haría cualquier cosa y todo lo que estuviera en su poder para asegurarse que mejorara rápidamente y con el menor dolor posible.
Sin embargo, en los últimos tres meses, se había dado cuenta que deseaba algo más para su vida. Sí, trabajar y tener a alguien en casa cuando regresaba era precioso, pero algo faltaba todavía. Sólo que no sabía qué era. Aún así sabía que la pieza que faltaba en su pequeño rompecabezas aparecería más pronto o más tarde.
Hasta entonces, tendría que esperar y ser paciente
Hola chic@s. Aquí está el primer capítulo de la continuación de Wanted: single, older man a roommate. Esperamos que les haya gustado y porfis dejen sus comentarios. Besos
Queremos agradecer a todas las chicas que dejaron reviews en el último capítulo.
Ana Rickman Luzy Snape Marla Lanthir Azalea Gala Snape
¡¡Gracias chicas!!
