Capítulo V: La Luna

Tomoyo y Eriol andaban por delante muy sonrientes y cogidos de la mano, Sakura no pudo evitar sentir un poco de envidia y miró de reojo a su acompañante, Shaoran, pero éste había desaparecido.

- ¡Shaoran! – lo buscó parándose en seco.

Era sábado por la tarde y los cuatro amigos, uno de ellos a regañadientes, habían salido al centro para comprar algunas cosillas o simplemente mirar aparadores. Desde que Tomoyo y Eriol salían juntos, Sakura había tenido muchas ocasiones de quedarse a solas con Shaoran, pero por alguna razón extraña, siempre eran interrumpidos por alguien o por algo, así que su relación seguía igual: sin relación.

- ¿Qué pasa Sakura? – preguntó Tomoyo que se había acercado hasta ella.

- ¡No sé donde se a mentido Shaoran! – se desesperó Sakura pensando que quizás ya no lo volvería a ver hasta el lunes próximo.

- Pero si hace un momento iba contigo.... – se extrañó Tomoyo.

- Debe haber entrado en esa tienda de música – sonrió Eriol.

Asomándose a uno de los aparadores de la tienda, empezaron a recorrerlo con la mirada en busca de Shaoran, pero no lo encontraron y Sakura empezó a entristecerse.

- ¿Qué estáis buscando? – preguntó alguien detrás de ellos.

- ¡Shaoran! – exclamó Sakura parándose frente a él con los ojos muy abiertos.

- ¿Dónde estabas? – preguntó Tomoyo.

- Hablando por teléfono – y les mostró una cabina muy cercana a ellos.

Eriol sonrió y Sakura se sintió un poco absurda, pues había exagerado demasiado con su preocupación, se estaba obsesionando con el amor de Shaoran y si esto seguía así, tendría graves problemas, pero ¿Qué culpa tenía ella si estaba enamorada?

Aprovechando que estaban delante de la tienda de música, decidieron entrar y observar un poco, para ver si encontraban alguna cosa, y como Sakura se había imaginado, Tomoyo y Eriol los dejaron a solas con una excusa tonta. Shaoran miraba atentamente la sección de bandas sonoras y Sakura lo seguía sin prestar mucha atención a su alrededor.

- ¡Fíjate! – exclamó de pronto Shaoran, provocando que Sakura se asustara – estuve buscando esta banda sonora por toda Inglaterra y no hubo manera de encontrarla, siempre estaban agotadas y aquí hay a miles... – sonrió levemente y Sakura se entristeció al pensar que unos simples discos podían hacerle feliz antes que ella.

- Hola – saludó alguien y girándose pudieron comprobar que era Asuka Kimiwa, la chica de las gafas enamorada de quien no debía – Que casualidad ¿verdad?

- Sí – sonrió Sakura forzadamente.

- ¿Qué estáis haciendo? – preguntó Asuka algo pálida.

- Hemos venido con Tomoyo y Eriol a pasear un poco – contestó Sakura.

- Ah, que bien – dijo Asuka aliviada.

- Asuka... – la llamó una niña de unos ocho o nueve años cogiéndola de la manga del abrigo – vamos a ver los juguetes...

- Ahora no... – susurró y volvió a mirar a la pareja con una gran sonrisa – ¿y estaréis mucho tiempo por aquí?

- No lo sé... – dijo Sakura mirando de reojo a Shaoran, pero ya no lo encontró a su lado, era experto en desaparecer sin que ella se diera cuenta.

Se giró lentamente y pudo comprobar que él, después de saludar a Kimiwa con la mirada, siguió con su búsqueda de bandas sonoras, Sakura lo encontró muy divertido, pues significaba que esa chica no le importaba mucho.

- Asuka... – volvió a llamarla la niña.

- Yukary, por favor, luego iremos a los juguetes pero ahora no molestes – le dijo Asuka a la pequeña niña, molesta.

La pequeña, algo cansada, decidió alejarse de esa persona que no le hacía caso y pasando por delante de la muchacha bonita de ojos verdes, se acercó a su acompañante, el que debía ser su novio, que miraba con mucha atención las extrañas cajas cuadradas con dibujitos; era muy alto y su pelo era como la miel, sonrió para si divertida, se parecía a los príncipes de los cuentos que le leía su mamá.

El chico apartó los ojos de las cajitas cuadradas y la miró, ésta se asustó, pues nunca había visto a nadie mirar con tanta intensidad.

- Hola... – le saludó tímidamente.

- ¿Te has perdido? – le preguntó Shaoran algo confuso.

- No – negó la niña con la cabeza – es que no me quieren llevar a ver los juguetes...

- ¡Ah! – exclamó Shaoran extrañado.

- ¿Eres un príncipe? – preguntó la pequeña sin más.

- ¡¿Qué?! – se sonrojó Shaoran por primera vez desde hacía mucho tiempo.

- ¡Yukary! – la cogió Asuka por un brazo suavemente - ¿Se puede saber que estás haciendo?

- No hacía nada... – la niña se apartó - ¿Cuándo iremos a ver los juguetes?

- ¿Es tu hermana? – preguntó Shaoran de pronto.

- Sí... – contestó Asuka sorprendida. Shaoran se arrodilló frente la pequeña.

- ¿Cómo te llamas? – le preguntó para asombro de Sakura.

- Yukary Kimiwa. – respondió la niña con una grande sonrisa.

- Yukary... – sonrió levemente y le ofreció un caramelo de manzana, ésta lo cogió divertida – hasta pronto. – Se levantó despacio y se alejó de las chicas mirando los CD's.

- Nos vemos el lunes – se apresuró a despedirse Sakura y siguió a Shaoran hasta situarse a su lado.

- ¿Qué te ha dado? – le preguntó Asuka a su hermana pequeña. Ésta la miró poniéndose el caramelo en la boca. - ¡Te ha dado un caramelo! – la pequeña sonrió y empezó a correr hasta la salida, seguida de cerca por una hermana celosa.

- ¡Sombra, envuelve la Niebla! – chilló Sakura - ¡Sombra!

La carta Sombra se manifestó y rápidamente envolvió la niebla que estaba destrozando el gimnasio de una escuela. Cuando Eriol estaba a punto de sellar la carta, ésta volvió a liberarse gracias a la intervención de la carta Viento, que con mucha fuerza, apartó la carta Sombra y la dejó extendida en el suelo, ésta última volvió a su estado original.

Cuando la carta Niebla se vio libre, se puso en situación de ataque y fue directamente hacia Sakura, pero Shaoran se interpuso y con su espada la cortó en dos. La carta Viento, rápidamente actuó, se unió con la carta Niebla, formando una de sola, y con mucho más poder lograron envolver la espada de Shaoran y ante los atónitos ojos de éste, la destruyeron; Shaoran se quedó inmóvil, sorprendido, pues su espada era indestructible y en esos momentos la tenía entre las manos, completamente destrozada.

La carta Niebla, unida aún con la carta Viento, hecho que le daba mucha más velocidad y fuerza, volvió a ponerse en posición de ataque.

- ¡Shaoran! – lo llamó Eriol, pues la carta Niebla iba directamente a él y éste seguía inmóvil frente a su espada rota.

- ¡Shaoran! – lo llamó Sakura, apartándolo y tirándolo al suelo.

La carta Niebla perdió el equilibrio, pero nuevamente se puso en posición de ataque contra Sakura.

- ¡Viento! – chilló ésta, protegiendo a Shaoran, que seguía tumbado en el suelo.

La carta Viento se manifestó y con agilidad se enfrentó con la carta Niebla, pero fácilmente fue derrotada, pues la carta Viento seguía unida a ella.

- Oh no... – Sakura cogió con fuerza su vara, ya no sabía que más hacer, pues si ya era difícil ganar a una sola carta, peor era derrotar a dos a la vez.

Eriol se avanzó a Sakura y haciendo brillar su esfera mágica, convocó el viento para que atacara la carta Niebla, pero sus intentos fueron ahogados como los de la señora del poder de la estrella.

- ¡Es imposible! – exclamó Eriol - ¡Sakura! Lo intentaremos los dos a la vez con la Sombra.

- ¡Sí!

Los dos se pusieron uno al lado del otro; a la vez que Sakura invocaba la carta Sombra, Eriol hacía brillar su vara; Shaoran seguía de rodillas al suelo, mirando su espada destrozada, esa espada que había sido de la familia Li durante siglos, y ahora reposaba entre sus manos completamente inútil.

El ataque de Eriol y Sakura fue muy potente, pero falló de nuevo, esas dos cartas habían conseguido una sincronización exacta como si...

- ¡Mellizos! – exclamó Sakura – la carta Mellizos también está unidas con ellas, es por eso que logran una precisión tan exacta.

- Pues muy mal – dijo Cerberus – contra tres cartas juntas no tenemos nada a hacer.

La carta Niebla se volvió a poner en situación de ataque, buscando un blanco fácil, encontrando a Shaoran que aún no había reaccionado.

- ¡Shaoran! – lo llamó Eriol cuando vio que las cartas se dirigían hacia él.

- ¡Señor! – chilló Neko.

Éste se interpuso entre los dos, recibiendo el golpe que iba directo hacia Shaoran. Él despertó y con lo que quedaba de espada en las manos corrió hacia donde yacía el pequeño cuerpo lastimado del leopardo con alas de libélula.

- ¡Neko-chan! – lo cogió con la mano que le quedaba libre.

- Señor... ¿Estás bien? – le preguntó con los ojos entre abiertos.

- No... – susurró Shaoran y lo acercó a su pecho.

Las cartas habían vuelto al ataque, esta vez contra Yue, que estaba protegiendo a su señora que a su vez, cubría a Tomoyo completamente indefensa. Éste fue herido y tumbado al suelo.

- ¡Yue! – exclamó Sakura corriendo hasta donde él estaba, seguida de cerca por Cerberus que llevaba en lomos a Tomoyo.

- Esta espada pertenece a mi familia desde hace generaciones... ¡Y tú la has destruido! – chilló furioso Shaoran contra las cartas - ¡Pero esto no terminará así! – y lanzando el resto de espada al suelo, del cuello se quitó un colgante y lo puso en el centro de su mano, extendió el brazo y cerró los ojos – Oh llave que ocultas las fuerzas de la luna, revélate en tu forma verdadera, te lo ordeno por el pacto que me ha sido concedido por los duendes ¡Transformación!

Ese pequeño colgante se envolvió de una luz azul que lentamente se convirtió en una vara de las mismas dimensiones que la de Eriol, con la única diferencia de la luna que la iniciaba. Neko-chan y Nees-chan recuperaron su forma verdadera, convirtiéndose, así como lo indicó Eriol, en Neko Sun y Nees Lluna, respectivamente. Una vez finalizada la transformación de los guardianes de la luna, Shaoran abrió los ojos y cogió su vara, transformando, dicho tacto, la ropa de éste en una vestido de gala muy parecido al que antiguamente había llevado, pero con los colores blanco, azul y amarillo.

Nees Lluna se situó delante de su señor y con un poderoso conjuro, atacó a las cartas, reforzada de Neku Sun, que sacó llamas azules por la boca, pero ese ataque tampoco fue efectivo.

- ¡Maldita sea! – se quejó Nees Lluna –– no hay nada que hacer...

- Oh Duende de la Sombra, por el poder que me ha estado concebido, pido tu presencia, ayúdame a vencer la Niebla ¡Duende de la Sombra! – dijo Shaoran y con un movimiento de su vara, apareció un pequeño duende verde.

- ¡Sombra! – dijo el duende.

La vara de Shaoran se iluminó y el duende se convirtió en la Sombra que rodeó las cartas, pero este también fue parado.

- ¡Nada! – chilló Nees Lluna desesperada.

- Debemos atacar los tres juntos – dijo Shaoran – Oh Duende del Viento, por el poder que me ha estado concedido, pido tu presencia, ayúdame a vencer la Niebla ¡Duende del Viento! – de nuevo apareció otro duende delante de Shaoran, que siguiendo el mismo método que el primero, atacó las tres cartas dándoles un buen golpe - ¡Ahora! – chilló Shaoran.

Los tres señores se pusieron uno al lado del otro.

- Oh Duende de la Sombra, por el poder que me ha estado concedido, pido tu presencia, ayúdame a vencer la Niebla ¡Duende de la sombra! – chilló Shaoran.

- ¡Sombra, envuelve la Niebla! – ordenó Sakura - ¡Sombra!

Y Eriol realizó de nuevo el conjuro de la Sombra. Los tres poderes se unieron formando uno de solo que logró, finalmente, envolver las tres cartas juntas.

- ¡Recupera tu forma verdadera, carta de Wolc! – ordenó Eriol.

Las tres cartas volvieron a su forma y fueron a parar en manos de Shaoran. Todos miraron sorprendidos aquella espectacular imagen que ofrecía, magnífica gracias a unas enormes alas que también le había salido con la transformación. Shaoran miro las cartas y después perdió el conocimiento, su vara y sus guardianes volvieron a su forma prestada.

- ¡Increíble! – dijo Yue.

- ¡Shaoran! – Sakura corrió hasta él, arrodillándose a su lado.

- Vaya... – Eriol se acercó hasta Sakurra – no pensaba que era necesario que se rompiera su espada para que utilizara sus poderes de la luna...

- ¿Por qué ha perdido el conocimiento? – preguntó Tomoyo que había dejado de filmar en vídeo.

- Mi señor no está acostumbrado a usar tanta magia – observó Neko-chan.

- Es como le sucedió a Sakura al principio de transformar las cartas de Clow en las suyas propias.

- Sí, ha gastado mucha energía – sonrió Eriol – pero ya se acostumbrará.

- Shaoran... – suspiró Sakura.

Notas de la Autora

Hola, hola, hola (método Kero XD) ya hemos llegado al quinto capítulo de Doble Carta, que personalmente es el que más me gusta (si es que tengo una imaginación increíble XD). Una cosa que me comentó mi hermana (pequeña, se llama Andrea y es muy maja) que debo tener en cuenta que Sakura es la protagonista... ¡Sí! Ya lo sé, pero es que Shaoran es tan majo... tan dulce... tan mono... (bueno, en mi fanfic aún no, pero esperen a leer el siguiente capítulo ¡ju!).

Una cosilla más... (que pesada soy ') En la verdadera y original Card Captor Sakura, me lo pasé muy bien con la relación Yukito-Sakura, como podéis comprobar, Shaoran sigue el mismo camino de Yukito con la misteriosa hermanita de Asuka (será pringada la tía que hasta su hermana pequeña tiene más éxito con los tíos que ella). Espero que os estéis divirtiendo tanto como yo escribiéndolo.