Mundo pokémon.

Capítulo 11.

By: Joe and Celebi the time travelers.

***

Nuestros amigos se aproximan cada vez más a la primera ciudad que tiene un gimnasio. En el territorio que pisan cuentan de la existencia de los enormes grupos de Sandshrew que viven bajo tierra.

-Hay que beber agua, es muy saludable –dice Amhy sosteniendo una gran botella con líquido transparente.

En eso Joe con un cara de pordiosero y chocando sus dos dedos índice dice: -¿Me das un trago?.

-Claro que noooo –expresa Amhy molesta.

-Sólo un poco.

-¡No!.

-Ándale ¿sí?.

-Ya te dije que no, y si me sigues insistiendo no te doy de mi sándwich.

El chico pone cara de perrito callejero, mientras sigue rogando a la entrenadora.

***

Vivimos,

En un  mundo pokémon.

Yo quiero ser...

Un gran maestro pokémon.

Vivimos,

En un mundo pokémon.

Me esforzaré sin titubear,

La victoria he de alcanzar.

PO-KÉ-MON

***

Hoy presentamos:

Llegando a ciudad Magenta.

Mientras los víveres siguen escaseando... bueno al menos en mi caso... seguimos los dos camino a ciudad Magenta junto a nuestros pokémon.

Hace poco entrené al lado de mis pokémon, competimos en una carrera, el ganador fue Eevee, que usó su agilidad, bueno, después de todo nos divertimos mucho, sobre todo cuando Amhy cayó y se embarró la cara de lodo. Ja ja ja, tan sólo recordarlo me hace llorar de risa.

Con demasiado apetito (ya que la tacaña de Amhy no nos da de su comida), necesitamos llegar lo más pronto posible a Magenta para reabastecernos.

***

El líder de gimnasio se ha ausentado por un tiempo, eso me da tiempo para entrenar a mis pokémon, ya que ese tiempo que gaste cuando estaba en el bosque tratando de escapar de los insectos lo quiero reponer.

Pichu y yo salimos a comprar algo de ropa y aparatos de mantenimiento para pokémon (algo así como las máquinas que usan en el centro, solo que portátiles).

***

-¡Vamos Pidgey trata de ver cuánto nos falta para llegar hasta ciudad Magenta!.

-¡Piiidgey!.

El ave vuela en dirección al noroeste...

-Bueno, quedándonos aquí parados no solucionaremos nada.

-Lo dices porque tú ya comiste –replica Joe con coraje.

-Claro, mmm... estuvo delicioso ese sándwich –se pasa la lengua por el labio superior tratando de antojar al chico-. Si no me hubieras insistido que te diera de mi agua, tal vez me hubiera compadecido de ti y te hubiera regalado un pedacito de mi emparedado.

En eso Pidgey vuelve...

-*Faltan algunos diez kilómetros –dice con júbilo.

-¡Qué bien!.

Unos pasos más allá, Joe camina, cuando... su pie se atora en un pequeño hoyo. Unos metros más allá un agujero se alcanza a ver, y luego una pequeña criatura de color amarillo, parecido a un armadillo lanza una risa bromista, mientas se tapa la boca con sus dos manos (...o patas...), para disimular.

-Eso es un... un... un... –dice Joe sacando el pokédex.

-Sandshrew: Excava sus madrigueras, en lugares áridos, muy lejos del agua, solo emerge para buscar comida, se defiende formando con su cuerpo una bola y así rueda fuera del alcance de los depredadores.

-Oh –exclama el chico. El pokédex nuevamente comienza a habalar.

-Actualmente existe una nueva versión del pokédex, el "pokédex 2.0", acuda al centro pokémon más cercano para actualizar su aparato –termina la enciclopedia electrónica.

-Sí cuando lleguemos a la ciudad te juro que te actualizo... ahora necesito capturar a ese Sandshrew –dice sacando una pokébola.

***

-Este aeropuerto es muy grande –dice una chica de cabello negro con un sombrero de playa enorme (algo parecido al de Mimi), mientras carga dos maletas.

-Tienes razón –dice otra que lleva solo una maleta-. No cabe duda que Ether, y ciudad ébano, en la cual nos encontramos, tiene muchas atracciones turísticas –dice viendo un mapa.

-¿Y gimnasios? –pregunta la primera.

-Ajá.

-¿Y centros comerciales?.

-También –dice la segunda.

-Bueno, tenemos que avanzar –propone la chica de cabello negro- O de otro modo no saldremos de aquí -sigue.

-¡Vamos Plusle y Minun! –dice la chica que sostiene el mapa.

***

-Este parque es hermoso, ¿verdad Squirtle? –dice un chico de cabello azul sentado en la hierba.

-¡Squirtle, Squirtle! –contesta el pokémon tortuga mientras avienta comida apara aves a los Pidgey del parque que se acercan a comer con alegría.

***

-¡Deja de correr Sandshrew! –dice Joe tratando de alcanzar al armadillo, que no para de reír.

La chica tampoco puede parar de reír, sentada en una piedra.

El Sandshrew por fin deja de correr, cuando su expresión alegre, cambia a la de un pokémon furioso, y con gran fuerza embiste a Joe en el estómago, el cual no para de toser por el impacto del golpe.

-Con que te gusta jugar rudo –dice con dificultad, mientras se toca el abdomen.

-¡¡Sal Natu!!.

-Tu tu –aletea el pokémon-. *¡A la acción! –dice el pokémon en la mente de su entrenador.

El pokémon de tipo tierra comienza a gruñir.

-Y yo pensé que los Sandshrew eran tímidos –dice Amhy aun sentada.

El armadillo se hace bola, y comienza a gira haciendo que la tierra se revuelva, formando una espesa arena.

Natu es abofeteado por los montones de tierra que lanza su contrincante.

-¡Trata de hacer un remolino Natu!.

-Na tu tu (a la orden).

El ave comienza a aletear rápidamente, como si de un colibrí se tratara.

La arena es arrastrada por la ventisca, la cual también eleva a Sandshrew, pero ni eso evita que este se desenrolle.

Cuando él cae a la tierra, comienza a tomar velocidad para hacer su ataque de rodada, Sandshrew rueda fuera del supuesto campo de batalla...

-¿A dónde crees que vas? –grita Joe enojado.

Pero la bola regresa, cuando ellos se dan cuenta que solo estaba tomando velocidad, para poder elevarse, y así atacar a Natu en el aire.

El ave no puede evitar el ataque por lo que sufre el doloroso golpe, pero enseguida, el pequeño psíquico comienza a brillar de color azul, y su cuerpo se regenera inmediatamente.

-*¡Ya sé! –chilla Natu.

Los ojos del ave comienzan a brillar del mismo color que combinado con el amarillo forma el verde, con intenciones de hacer su ataque de confusión, para así poder desenrollar al armadillo, haciéndolo vulnerable a los ataques de este.

 El amadillo resplandece del mismo color, mientras sus ojos aumentan de tamaño, y sus extremidades se extienden una vez desenrollado. Comienza a elevarse, y por fin pone cara de rendición.

-*Es tiempo... –pronuncia Natu.

Joe al oír esas palabras lanza la pokébola, la cual duramente choca con la cabeza de Sandshrew, cuando este es neutralizado por un rayo rojo y es introducido a la esfera.

Esta no deja de moverse, cuando por fin se detiene.

En un momento repentino la pokébola se abre, y el Sandshrew cae al piso, exhausto.

-Está muy cansado, lo dejaremos en paz Natu –ordena él.

-*No, sólo mira... –contesta.

El ave se para enfrente del pokémon y sus ojos comienzan a tomar distintos colores. Sandshrew lo mira, totalmente relajado. Natu brilla un poco, el armadillo deja caer la cabeza al suelo, cierra los ojos y una burbuja de moco sale de su fosa izquierda.

Joe lanza nuevamente la pokébola, dándose cuenta que el ave hipnotizó al pokémon terrestre. La pokébola sin ningún movimiento encierra al pokémon dormilón.

El pokémon y el chico festejan el momento, mientras Amhy dice:

-¡Vaya!, por fin.

***

Lejos de allí, en un pueblo rodeado por las montañas dos hombres platican.

-La leyenda dice que los titanes pronto nos visitarán y que uno de ellos desatará su furia en contra de nosotros –dice un hombre, charlando con su vecino.

-Tienes razón, ojalá que el protector venga a salvaguardarnos, o de lo contrario nuestro pueblo será destruido –comenta el otro.

***

-Mira, ellos son: Pidgey, Rattata e Eevee.

-*Mucho gusto.

-Rattata raatt (el gusto es mío).

Los tres pokémon se acercan a saludar al armadillo, mientras Natu yace en el hombro de su entrenador.

-Pueden salir a jugar un poco, porque pronto entrenaremos juntos.

Mientras el hambre en Joe persistía, sus pokémon unos metros allá jugaban sin parar:

-*La traes Sandshrew –dice Eevee.

-*Natuuu, no seas tramposo, no es justo volar –dice el armadillo. Se hace bolita, y rodando, se la pega a Rattata, diciendo: -*¡la traes!.

-¡Ohhh! –se desanima la rata.

***

luego de unas oradse caminar y de que el entrenamiento concluye...

-¡¡Mira, allá está ciudad Magenta!! –grita Joe animado.

-¡Ay!, ¡qué bueno que llegamos! –tengo mucha, mucha hambre –grita la niña.

-Pues imagínate yo –comenta Joe.

Los chicos y los pokémon llegan a la tan esperada ciudad Magenta, con más confianza que antes, por la captura de la tarde, Joe camina más animado que nuca junto a sus amigos, bajo el cielo de la noche.

Fin del capítulo...