Capítulo X: Corazones

- Sakura…

- ¿Qué?

¿Cómo podía ser posible que no se diera cuenta de todo aquello que pasaba a su alrededor? Estaba saliendo con un chico el cual desconocía, que había cambiado completamente, tal vez para bien, pero sin embargo, sabía tan poco de él, y allí estaba, enamorada hasta la raíz de los cabellos, confiando profundamente en él y ciega ante los hechos.

- ¿Qué pasa? ¿Te duele algo? – Sakura la miraba con los ojos bien abiertos y su dulce sonrisa.

- Sakura… - era una de sus mejores amigas, tenía que decirle la verdad, explicarle ese nuevo sentimiento que había brotado en su corazón, no quería engañarla – yo…

- ¡Mira Rika! ¡Ya salen! – Sakura la dejó con la palabra en la boca y se adelantó para recibir a dos de sus amigas que salían de la librería que tenían frente a ellas - ¿Lo habéis encontrado?

- Dice que se han agotado todos los amuletos, sólo les quedaba uno en forma de campanilla con el poder de la fortuna – comentó Asuka.

- Ya se sabe, cuando sale una nueva curiosidad al mercado, en pocos días se termina… - sonrió Chiharu.

- Yo he visto que muchas compañeras de clase llevan estos amuletos – observó Asuka.

- Bueno, tendremos que esperar – sonrió Sakura, entonces se giró para mirar a Rika - ¡oh, Rika! ¿Qué querías decirme?

- ¡No! ¡No tiene importancia! – zarandeó las manos echándose atrás, con las demás no se atrevía a sincerarse con Sakura.

- ¡Sakura! – Tomoyo se acercó a ellas corriendo acompañada de Naoko, les mostró un sobre donde habían seis amuletos completamente iguales, en forma de rosa.

- Solo quedaban estos seis y hemos decidido comprarlos – sonrió Naoko – estos son los amuletos del amor.

- ¡Oh! – Sakura cogió el suyo - ¡Que bonito!

- Puedes colgártelo en el cuello, llevarlo de llavero o incluso puedes adornar tu ropa – Asuka cogió su flor y se la ató a la muñeca – lo importante es que la lleves siempre contigo, así te dará buena suerte en el amor.

- ¿De verdad? – observó Sakura impresionada por lo mucho que sabía Asuka sobre los nuevos amuletos.

- Sí, este amuleto en forma de rosa tiene la particularidad de atraer al chico que te gusta… - sonrió Asuka terminando de colocarse su amuleto – lo leí en una revista.

- Vaya… - Tomoyo miró su amuleto.

- Pero Tomoyo… si tú ya tienes a Eriol – sonrió Asuka.

- Sí, es verdad…

- ¡Va! Todo amuleto es poco para mantener vigilados a esos dos locos que tenemos por novios… - murmuró Chiharu poniéndose el amuleto en el cuello, todas se pusieron a reír.

- ¿Reunión de chicas? – apareció Eriol.

- ¡Por cierto chicas! – Yamazaki se situó en el centro del círculo que habían formado las seis amigas, asustándolas a toda - ¡Ahora os hablaré un poco de la historia de los amuletos! Se cuenta que había un monje que vivía todo solo en la montaña más alta de Japón, se sentía tan sólo que debía pasar el tiempo como podía, así que decidió entretenerse en grabar sobre trozos de madera signos japoneses…

- ¿Y que tiene de interesante esto? – gruñó Chiharu.

- Como no tenía mucha traza, pues la madera era muy dura, lo hacía con harina.

- ¿Harina? – repitió Sakura.

- Exacto, harina – Yamazaki levantó en dedo índice de su mano derecha – envolvía los trozos en un pedazo de tela cosido por él y luego bajaba al pueblo a venderlos. La gente que pasaba por allí ni se los miraba, hasta que una niña sintió curiosidad y compro un amuleto, el monje le dijo que si lo cocina y se lo comía, tendría suerte… - Chicharu le golpeó la cabeza con el puño.

- Tus historias cada vez son más absurdas.

- Por cierto ¿Qué hacéis aquí? – les preguntó Naoko dejando tranquilos a la parejita.

- No lo sé – sonrió Eriol – la verdad es que íbamos a la biblioteca, pero de pronto nos hemos encontrado aqu

- Son los amuletos – susurró Yamazaki mientras Chiharu lo zarandeaba – si fueran de harina y os los comierais, aún tendrían más poder…

- ¡Cállate ya! – aulló ésta dándole otro golpe.

- ¿Los amuletos os han traído hasta nosotras? – Asuka se miró su amuleto y alzó la vista, detrás de Eriol estaba Shaoran que la miraba intensamente, ésta se sonrojó - ¡funcionan!

- Tonterías – al fin Chiharu había dejado tranquilo a Yamazaki que intentaba reponerse del golpe – ya sabían que íbamos a comprar los amuletos y nos habrán seguido para gastarnos una broma…

- ¿Nos crees capaces de hacer algo así? – dijo Eriol medio riendo.

- Sí. – y todos se pusieron a reír.

- Entonces… ¿no funcionan? – preguntó Sakura algo desilusionada.

- Sólo funcionarán si crees en ello – soltó Shaoran de pronto.

Y con esas palabras de su chico, terminó de convencerse, tal vez le compraría un amuleto a Yukito para que le diera suerte y se reconciliara con Touya.

- Sakura… hay algo que…

- ¿Qué pasa Rika? ¡Ya sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras! – sonrió Sakura.

- Verás… yo… creo… - levantó la mirada para encontrarse con esos ojos verdes que tanto la alegraban, pero en esos momentos se sentía tan culpable – es difícil de explicar, verás… creo que me gusta alguien…

- ¿A sí? ¡Que bien! – aulló Sakura muy contenta – me alegro mucho por ti Rika, ahora sólo queda Naoko y…

- ¡Sakura! – la interrumpió Rika – es que…

- ¿Qué ocurre? ¿Ese chico no te corresponde? ¡Oh Rika! no te preocupes, tú eres una chica muy buena, seguro que si le confiesas tus sentimientos… - entonces se calló antes de que Rika pudiera interrumpirla de nuevo.

- ¿Sakura? – se levantó precipitadamente del banco donde estaban las dos sentadas.

- ¡Acabo de recordar que debo hacer algo muy importante! – aulló de pronto – lo siento Rika, hablaremos más tarde – y salió corriendo.

Rika la observó hasta que desapareció de su campo de visión, pero no apartó la mirada ¿es que nunca podría contarle ese sentimiento nuevo que había surgido en ella? ¿no podría advertirla sobre su novio? En ese momento se sintió tan pequeña…

- ¡Sakura! – Nakuru salió corriendo y se tiró al cuello de ésta. - ¡Que bien que hayas venido! – y la zarandeó cariñosamente.

- Hola Nakuru – intentó escaparse de ella, pero era muy difícil – He venido a ver a Shaoran ¿Está?

- ¡Sí! – aulló señalando el cielo con el dedo índice de su mano derecha - ¿eso significa que no has venido a verme? – sollozó exageradamente - ¡nadie se acuerda de mi! ¡Tan siquiera Touya! ¡No! – se puso las manos a las mejillas fingiendo que estaba muy deprimida, Sakura sonrió débilmente.

- Claro que he venido a verte… - susurró.

- ¡Ah! Ya sabía que tú no me fallarías – Nakuru volvió a tirarse a su cuello.

Finalmente pudo deshacerse de ella para poder encontrarse con Shaoran; lo halló en una especie de terraza interior que tenían en el salón, observando como Eriol podaba una planta. Fue directa hacia él pero algo la paró, era Ness que se había situado frente a ella.

- ¡Alto! ¿Qué haces tú aquí?

- Yo… - Sakura no sabía que decir, se había sorprendido mucho.

- Ness… - susurró Shaoran.

- No, no, aquí no se puede entrar sin haber concertado una cita antes y en todo caso, no te hubiera dejado venir – y la miró furiosa.

- Ness – Shaoran la apartó delicadamente y sonrió débilmente a Sakura – que sorpresa.

- Hola – se ruborizó Sakura.

- Hola Sakura – la saludó Eriol aún con las tijeras en la mano - ¿Te quedarás a cenar?

- ¡No! – contestó la guardiana de la luna por ella.

- No… - sonrió Sakura – he venido para decirle una cosa a Shaoran.

- ¿Ocurre algo? – preguntó éste empezándose a preocupar, Sakura negó con la cabeza.

- Está bien, pero la próxima vez espero que te quedes a cenar – insistió Eriol y volvió a su labor.

- Claro – sonrió Sakura y siguió a Shaoran hacia otra habitación para que pudieran hablar tranquilamente.

- No si yo puedo evitarlo… - gruñó Ness.

La condujo hasta una biblioteca abarrotada de estanterías de libros muy viejos con las portadas gastadas por el tiempo; en el centro había un piano, seguramente de Eriol.

- ¿Y bien?

- Veras… - pensó que sería un poco difícil, pero que debía hacerlo – hasta hace un momento que me he dado cuenta que debía hacer algo muy importante, así que… - levantó la cabeza para poderlo mirar, éste esperaba muy impaciente – Shaoran yo… - bajó otra vez la cabeza y se ruborizó – yo… - de golpe le dio la espalda y sacó algo de su cartera, lo que le pareció un juguete a Shaoran, se giró de nuevo hacia él y le mostró un oso de peluche, seguramente artesano, algo mal hecho y con rasgaduras que mostraban que había sido desecho varias veces para corregir los errores – yo… - abrazó el oso tiernamente, miró a Shaoran, suspiró y a la vez que cerraba los ojos le tendió el oso frente su cara, éste tubo que retirarse - ¡Te quiero! – gritó muy nerviosa y después de un breve silencio, abrió lentamente sus ojos y se miró los zapatos, sin retirar el oso – Shaoran… tú eres las persona que más me gusta… te quiero mucho… - estás últimas palabras las dijo tan bajas que temió que no las hubiera oído ¿debía repetirlas?

- Sakura… - notó como le quitaba el oso de sus manos, lo miró para comprobar que lo tenía apoyado en su pecho y sonreía levemente, le acarició una de las mejillas tiernamente y la abrazó.

- Siento haber tardado tanto en decirte que te quiero… - susurró avergonzada.

- No… así está bien…

De pronto despertó sudoroso y temblando, había tenido una pesadilla horrible, cuatro sombras oscuras… que amenazaban Tokio y un desenlace desastroso… ¿Tenía algo que ver con las misteriosas cartas? Hasta entonces ya habían cazado la mayoría, pero aún les faltaban cuatro: el fuego, el agua, la oscuridad y la luz… y por primera vez, después de mucho tiempo, empezó a sentir miedo.

Acostarse de nuevo era una tontería, pues se había desvelado completamente, así que salió de la cama y se dirigió a su rincón favorito, con sus plantas, aunque no era época de florecer, muchas de ellas mostraban magníficos capullos… las plantas lo ayudaban a pensar. Entonces recordó de nuevo el sueño… cuatro sombras muy borrosas, pero claras, sombras humanas, tal vez guerreros… un combate y un desenlace espantoso: la muerte ¿Para quien? ¿Para él? No… para…

- ¡Eriol! ¿Qué haces levantado a estas horas? – Shaoran interrumpió sus pensamientos.

- He venido a ver las plantas ¿Has visto cuantos capullos? – sonrió disimuladamente Eriol.

- Sí – se acercó a él – aunque aún estemos en invierno, muchas de tus plantas ya han florecido – le sonrió levemente – eres todo un experto.

- Por cierto ¿Qué haces tú levantado?

- He tenido una pesadilla – la mirada de Shaoran se oscureció y Eriol se puso en alerta.

- ¿Una pesadilla? ¿Qué clase de pesadilla? - ¿podría ser que hubieran soñado lo mismo? Entonces… ¿había sido otra de sus premoniciones?

- Mi madre… - empezó Shaoran – no, nada, en realidad ha sido una tontería, bueno, me voy a la cama, buenas noches. – y lo dejó solo.

- Buenas noches… - susurró Eriol.

Quedaba descartado, no había soñado lo mismo, pues en su sueño no había aparecido la madre de Shaoran en ningún momento, pero si que presintió la muerte ¿Podría ser que…? Tal vez sus sueños estuvieran enlazados de alguna manera, de ser así, Sakura tendría que estar soñando algo en estos momentos… que extraña sensación… algo espantoso se estaba acercando y lo peor de todo es que esta vez no podía controlarlo, tan siquiera lo conocía.

- ¿Sueño? Pues sí que he tenido uno… - Sakura lo miró a los ojos detenidamente – pero no podría decir que haya sido un sueño normal, ni tampoco una pesadilla…

- ¿Podrías contármelo? – Eriol también la miraba, tratando de adivinar lo que sentía en ese momento.

- Bueno… Estoy junto al cerezo del templo… estoy sola y miro las flores, sigo los pétalos que caen al suelo y estoy triste, muy triste…

- ¿Ya está? ¿Sólo eso?

- Sí – afirmó Sakura con la cabeza – lo cierto es que todo pasa muy lentamente, como si no quisiera terminar nunca, tengo muchas ganas de llorar, pero no me salen las lágrimas y pienso que es injusto…

- ¿Injusto?

- Sí, no sé que es injusto, pero lo pienso y a la vez me siento culpable…

- Culpable… - pensó Eriol en voz alta.

- No tiene mucho sentido ¿verdad? – sonrió Sakura tratando de suavizar el tenso ambiente que había creado.

- Sí lo tiene – Eriol la miró profundamente, un escalofrío recorrió la espalda de la muchacha, nunca había visto a Eriol tan tenso, tan… ¿asustado?

- ¿Qué ocurre Eriol?

- Ayer también tuve un sueño… - susurró mirándose las manos – premonitorio, me parece… vi claramente cuatro sombras muy poderosas y temibles y a mi alrededor sólo podía percibir la muerte – Sakura se estremeció de pavor – no podía verme, ni veros a vosotros, pero tanto Shaoran como tú estabais a mi lado y nos preparábamos para la lucha final… Tú has tenido el sueño del cerezo, yo el de la sombras y Shaoran tubo otro…

- ¿A sí?

- Sí, soñó con su madre pero no me lo terminó de explicar… creo que los tres sueños tienen algo que ver.

- ¿Ver con que?

- Mi madre se me apareció en sueños – Shaoran apareció de pronto, por lo visto lo había oído todo – y me dijo que cuidara de ellas, que las salvara y que las devolviera de regreso…

- ¿A quien? ¿A las cartas? – preguntó Sakura.

- Puede…

- Sin duda los tres sueños tienen que ver algo, cada uno es distinto, pero iguales, pues han sido enfocados a los sentimientos de los tres… - observó Eriol.

- Pero Eriol… tu puedes ver el futuro… - le dijo de pronto Sakura.

- Sí, pero no me gustaba, pues eso hacía que me sintiera distinto, sé que lo soy, tengo poderes mágicos, pero me conformo con poder hacer que las plantas florezcan, no aspiro a ver el futuro, en cierto modo me atemoriza… así que con el tiempo dejé que este poder se durmiera en mi interior, pero como a ti, no he podido deshacerme de los sueños premonitorios, tal y como le sucede a Shaoran. – tomó airé – Ahora tenemos frente a nosotros tres avisos completamente distintos: tristeza, muerte y protección… las tres palabras pueden ser una sola… pero ¿Qué significan? ¿Qué está pasando? No entiendo nada – Sakura se sorprendió al ver a Eriol tan desesperado, cuando normalmente era la tranquilidad en persona.

Si Eriol estaba asustado seguramente les esperaba algo terrible, él era el más poderoso de los tres, él es la reencarnación de Clow Read ¿Qué podrían hacer Shaoran y ella? El pequeño brote que había germinado en su corazón la primera vez que cazaron una de las extrañas cartas, se había mantenido siempre igual, allí estaba, pero era tan pequeño que ha veces se olvidaba de él, ahora había crecido muchísimo y se había apoderado prácticamente de todo su corazón ¿Qué pasaría ahora?

Se estremeció y entonces sintió como alguien la empujaba y la apoyaba contra su cuerpo, era Shaoran que la abraza.

- No te preocupes, recuerda que tú tienes un conjuro especial… - y la sonrió débilmente.

- Seguro que todo saldrá bien… - susurró ésta tratando de simular una sonrisa, pero sentía tanto miedo.

- Lo siento… - dijo de pronto Eriol – siento haberte asustado, no era mi intención.

- ¡Oh no! No… ya estaba asustada… es que no saber que está pasando asusta a cualquiera… Estoy bien, seguro que todo saldrá bien – y sonrió.

Eriol pareció conformarse, pero cuando Shaoran iba a dejarla ir, ésta se estrujó más contra su cuerpo, hecho que hizo que Eriol cambiara de pensamiento, estaba muy asustada y no la culpaba, él también.

Sabía que lo encontraría en la biblioteca, cuando no entrenaba, estaba con Sakura o sino se escapaba a la biblioteca y se pasaba horas leyendo. Ya que no había manera de hablar con Sakura, se lo diría a él mismo, que le explicara de una vez que estaba pasando, por que sentía todo esto.

- Shaoran – se acercó a él sigilosamente y se fijó en la portada de su libro El poder de los Duendes ¿Qué clases de libros leía? Bueno, en ese momento poco le importaba - ¿puedo hablar contigo?

- Claro – dejó el libro en la estantería y la siguió hasta fuera del edificio.

La miró detenidamente tratando de adivinar que quería decirle, pero su cara reflejaba un sentimiento que nunca había visto en ella…

- Shaoran… quiero darte las gracias por haberme ayudado. – se cayó esperando a que éste dijera algo, pero no lo hizo, así que decidió cambiar de actitud y ser la de siempre – lo cierto es que me ayudaron mucho tus palabras y… - se sonrojó – creo que t

- Así es – dijo de pronto éste, interrumpiéndola – lo crees pero no es verdad.

- ¿Cómo? - ¿de que estaba hablando?

- Rika… en ese momento te veías hundida por lo del profesor y viste en mí un amigo especial… pero nada más, lo que crees que sientes por mí, no es más que un sentimiento de gratitud, nada más.

- ¿Cómo sabes…?

- Ahora esto es lo de menos, te agradezco que hayas decidido venir a mí, en vez de contárselo a Sakura, la habrías puesto muy triste, pues la harías debatirse entre sus sentimientos y los tuyos y mucho me temo que acabaría cediendo hacia ti. – la miró con respeto – te agradezco mucho este acto tan noble, no esperaba menos de ti Rika, lo que debes hacer es comparar lo que sientes por el profesor y lo que sientes por mí, veras que no tiene nada que ver y te darás cuenta que sólo somos amigos, muy buenos amigos – y la sonrió tiernamente.

- Sí – sonrió Rika pensando que tal vez tenía razón, que sólo sentía gratitud – muchas gracias Shaoran, me alegro que Sakura no me dejara hablar – rió divertida – tengo que irme ¡Me esperan en el club de piano! ¡Hasta mañana! – y se alejó despidiéndose con la mano derecha.

- Hasta mañana – sonrió Shaoran y giró la mirada hacia uno de los árboles, de detrás salió Sakura llorando.

- Si me hubiera dado cuenta antes de que Rika estaba sufriendo por el señor Terada… ¡Yo no sabía que seguía queriéndolo!

- Mucho, lo ama mucho…

- Y ahora… casi te pierdo ¡¿Por qué no puedo darme cuenta de lo que pasa a mí alrededor?! – aulló indignada por su forma de ser.

Shaoran la abrazó tiernamente y dejó que Sakura se desahogara en su pecho, cuando se calmó le acarició los cabellos y la apartó para poderla mirar a los ojos.

- Es así como me gustas, pura e inocente – sonrió – espero que no cambies nunca – y la besó.

Alguien situado detrás de otro de los árboles, había visto la escena desde lejos y se había acercado lentamente para descubrir quien era esa pareja que se abrazaba, fue un choque tremendo para la persona en cuestión hallar aquel que tanto amaba en brazos de otra para más tarde besarla con pasión, calló de rodillas con lágrimas en sus ojos, se miró la pequeña cesta que tenía entre las manos, eran pastelitos de crema que había pedido a su abuela que los hiciera expresamente para el chico que le gustaba… miró su muñeca y contempló el amuleto, no le había servido para nada, así que se lo quitó y junto con la cesta, la tiró bien lejos llena de rabia y desesperación, que idiota había sido al pensar que tal vez algún día ese chico la amaría.

Asuka alzó la vista al airé y no pudo evitar volver a mirar la pareja, ya no se besaban pero seguían abrazados, las lagrimas le nublaron la vista y decidió salir corriendo, no podía aguantar más esa situación.

- ¿Qué ha sido eso? – Shaoran se separó de Sakura.

- ¿El que?

- No nada… - le besó en una mejilla – ahora debo ir a la biblioteca, he dejado mis apuntes.

- Bien – se sonrojó Sakura – te esperaré en la salida.

Éste esperó a que Sakura se alejara una distancia prudencial, así que se dirigió hacía donde había creído oír un ruido, cuando llegó descubrió todo el desperdicio y entre la comida tirada un amuleto en forma de rosa, lo cogió, estaba manchado de crema y en la cinta vio escrito su nombre; lo pensó detenidamente y no supo encontrar de quien podía ser, al fin y al cabo, había madurado un poco, pero continuaba bastante ciego ante algunos hechos.

Rika caminaba lentamente de regreso a casa y pensaba en las palabras de Shaoran, muchas veces había intentado comparar lo que sentía por éste y lo que sentía por Terada… tal y como le dijo, eran dos sentimientos completamente distintos pero el resultado descubierto no se parecía para nada a la conclusión de Shaoran; había amado a Yoshiyuki más que ha su vida, hasta convertirse en una droga… como una especie de obsesión, estar con él era como buscar el aire para respirar, completamente necesario, pero ahora que la había defraudado, que había mostrado ser un cobarde, ese amor u obsesión, había desaparecido, no sentía rencor, pero ya no podría amarlo nunca más; pensaba en Shaoran y sentía algo completamente distinto ¿lo amaba? Esa era una pregunta que aún no debía realizarse, durante el día se acordaba de él, pero en vez de sufrir por no verlo, sonreía feliz al recordar que en cualquier momento aparecería por su lado con una pequeña sonrisa para asegurarse de que estaba mejor que ayer y eso la reconfortaba, se sentía protegida, segura y lo más importante, se sentía feliz, entonces ¿lo amaba? Sí, lo amaba, pero era un amor distinto, ni pasional ni de amistad, un amor que surgía de su alma, lo necesitaba pero podía prescindir de él, así que decidió amarlo en secreto, como una vez lo hizo con su amor de niñez, así pues, pensó que se conformaría en ser una de las mejores amigas de Sakura y que Shaoran, fuera su amigo especial.

Una sonrisa se dibujó en sus labios a la vez que pasaba por una librería que ya estaba cerrando debido a la hora. En ella trabajaba Touya, otro de sus múltiples trabajos; le gustaba cambiar, no quería estar siempre en el mismo lugar, todo lo acababa aburriendo, menos dos cosas que le eran completamente prescindibles, dos nombres que le costaba mucho pronunciar, incluso en su interior… miró a su alrededor ¿Por qué hacía todo eso? ¿Por qué no lo admitía? ¿Qué tenía de malo? Nada, estaba en juego su felicidad, debía hacer algo y debía hacerlo ya, así que no se lo pensó dos veces, cogió sus cosas y se dirigió a la salida.

- ¡Kinomoto! – aulló el encargado cuando pasó veloz por delante suyo - ¿ha terminado la limpieza?

- No, tengo que irme antes – y salió de la tienda.

- Pero… ¡Tendrá morro! Nuevo y ya se toma esas libertades… como se lo cuente al jefe le caerá el pelo… ¡Kouji! ¡Ha trabajar! – gritó al otro dependiente.

Notas de la autora

¡Bueno! ¡Que capítulo más raro! A parte de largo --'uff, más apastelado Así que pido perdón a todos aquellos que esperaban un poco de acción, lo único que puedo decir es que la acción total ya se acerca, y para aquellos románticos ¡Espero que os haya gustado! la verdad es que aún quedan un par de cabos sueltos, pero creo que en el próximo capítulo los ventilaré, pues… ¡Esto ya se acaba! Falta poco chicos, Doble Carta se termina ¡Oooooh! O ¡Bien! :P ¡je!

¿Adelanto algo? Nop ' no puedo, pero tampoco os acomodéis mucho que no terminará tan rápido ;; (es que cada vez que lo pienso me entra una tristeza TT ¡Sabía que terminaría llorando!)