Turno de Noche, 01:45 am, County General

El silencio que Susan y Luka habían escuchado antes se hacia ahora más plausible, cada vez era más denso, y las miradas se cruzaban hablando entre sí, una lengua que ninguno sabía descifrar.... El olor a pólvora aún no había desaparecido, y la sangre de Luka brotaba cada vez más débilmente...

Gracias a Dios, no estaba muerto, aún abría los ojos de vez en cuando para mirar la cara desencajada de Susan que lo sujetaba sobre sus piernas acariciándole el pelo mechón por mechón...

Aquel gesto parecía consolarle, parecía mitigar su dolor, sin embargo para Susan era todo un sacrificio. Sabía que si no le atendían de inmediato, Luka moriría desangrado o por causa de la fiebre.

No podía verle morir en sus brazos, después de todo era el hombre que había estado amando desde que ella volvió al County.

Tenía dos opciones: abandonarle y dejarle sufrir solo ,o esperar y verle morir en sus brazos. Sin duda, optó por lo segundo.

-¿Dónde está Tommy? – preguntó el cabecilla a Susan – tu y tu novio moribundo le habéis atendido antes, ¿no?, Cuanto antes me lo digas, antes acabaremos con todo esto y antes podréis curar al pobrecito este – dijo golpeando a Luka con la punta del zapato.

-No se..No se quien es ese Tommy ni porqué qué diantre queréis saberlo.

- Vamos rubita, ¿quieres que le meta un poco más de plomo a tu amigo? – dijo encañonando la sudorosa frente de Luka.

- Vale, trauma 5, la última habitación del pasillo de la derecha, pero por favor...dejadnos ir – suplicó llorando – es mejor que os entreguéis que no que entren por la fuerza...

-¡A callar! Y dile algo a ese para que deje de rezar en arameo...- dijo mirando a Luka con desdén.

Luka empezaba a delirar por la elevada temperatura a la que estaba siendo sometido su frágil cuerpo...

Abrió sus enorme ojos de tonos cambiantes y miró fijamente a los de Susan, esbozó una leve sonrisa y empezó una especie de rezos en una lengua que Susan no conocía, seguramente, su lengua natal, croata. De todas aquellas palabras indescifrables Susan solo pareció entender un par de ellas, concretamente tres nombres: Danjela, Jasna y Marko.

Los ojos de Luka se cerraron por unos instantes que a la vista de todos eran segundos interminables. Todos escuchaban la conversación que Luka mantenía con su yo interior entendiendo lo mismo que Susan.

Sus ojos volvieron a abrirse de nuevo, esta vez mucho más, hasta desencajar su rostro por completo. Esta vez miró a su alrededor y vio a sus compañeros maniatados; se humedeció los labios como para decir algo, pero las palabras no llegaron a salir.

Un fuerte disparo resonó al final del pasillo dando por terminado el juego de los secuestradores.

Ahora solo tenían que actuar las fuerzas de seguridad para liberarles de su prisión.

Los secuestradores regresaron con los médicos y pidieron comunicación con el exterior. Dijeron que si cumplían las ordenes que ellos imponían nadie resultaría herido. Lo único que pedían era un helicóptero y un piloto del ejercito, a poder ser con experiencia.

Los agentes accedieron a todas las peticiones que hicieron los secuestradores ya que sabían que eran potencialmente peligrosos y que uno de los médico estaba herido de gravedad.