Amuleto del Tiempo 1: La Época de los Fundadores

Esta es una traducción realizada con la autorización expresa de la autora.
Nombre original: "Amulet of Time 1: The Age of the Founders"
Autor: Luna the Moonmonster


Disclaimer: Todas las cosas relacionadas con Harry Potter pertenecen a J K Rowling.

Capítulo Quince - Recuerdos y Duelos.

El sábado por la mañana Hermione regresó a la hora del desayuno como nueva. Horacio aún no regresaba, y según lo que Lady Hufflepuff les había dicho la noche anterior, no se vería durante algún tiempo. Extrañamente, el Gran Vestíbulo parecía más alegre sin él. La gente todavía hablaba sobre lo que Harry había hecho hacía dos días, haciendo que el Muchacho-que-Vivió se avergonzara. Creía que el viaje al pasado le daría un descanso de ser el foco de atención, pero parecía que sin importar donde estuviera, sería famoso por algo. Por lo menos esto apenas durara unos días, y no por el resto del año, pensó alegremente.

Harry no esperaba esa tarde para nada. El sábado era el día en que empezarían su entrenamiento en duelo. Cada vez que pensaba en la siguiente clase no podía evitar recordar su segundo año, cuando Gilderoy Lockhart había organizado un desastroso club de duelo y todos habían averiguado que hablaba pársel. También recordó el inicio del verano, cuando se había batido con Voldemort…

Salió de sus pensamientos por Gallatea. Estaba jalándolo de su asiento y arrastrándolo hacia la puerta del Gran Vestíbulo.

- "'Tea, a dónde vamos?"

- "Ya te has olvidado? Quedamos de encontrarnos con 'Mione, Chris, Ardwick y los Weasley en el lago. Íbamos a contarles más acerca de nuestra época, para que Ginny tenga más que colocar en su libro."

- "Oh, sí. Lo siento. Me había olvidado. Vamos. Es un día agradable, incluso podríamos tener un momento para nadar en el lago."

* ~ * ~ *

Cuando los siete estaban sentados a la orilla del lago, Harry consideraba que sus vidas serían agradables durante el próximo año. Hasta ahora lo habían enfrentado bastante bien. El otro día, sin embargo, Hermione había estallado en lágrimas a la hora del almuerzo. Había estado pensando en sus padres, y la idea de no verlos durante por lo menos tres años la abatía. No habían podido encontrar más información en la biblioteca sobre el amuleto. El único libro que habían encontrado les había dicho que tendrían que hacer por lo menos dos viajes más antes de que pudieran regresar a casa. Tres años era lo mínimo. Para aquellos con familia era mucho tiempo. Aunque Harry no estaba preocupado. Se alegraba al saber que para cuando volvieran, sería bastante mayor para vivir solo, por lo que nunca tendría que regresar con los Dursley. Sin embargo, no podía evitar preguntarse lo que pensarían las personas en casa por su desaparición. Sirius enfermaría por la preocupación. Harry se sentía triste al recordar a su padrino. Si tan solo hubiera traído a Colagusano en lugar de dejarlo en el tren, habría podido liberar a su padrino una vez que regresara. También extrañaba a Hedwig. No porque necesitara enviar alguna carta, pero le gustaría tenerla alrededor. Simbi y Nirah eran una buena compañía, pero no le parecía igual que su querida lechuza. Ella fue su primer regalo de cumpleaños que podía recordar, de su primer amigo, y le había hecho compañía con los Dursley durante las pesadillas de las vacaciones de verano. Los recuerdos de Hedwig lo llevaron inevitablemente a Hagrid. El medio gigante fue la primera persona en ser amable con él que podía recordar. Se preguntó cómo estaría su amigo con Madame Maxime, y si su misión de visitar a los gigantes había tenido éxito.

Los pensamientos de Harry pasaron de lo que había dejado atrás a lo que estarían enfrentando en el futuro. La idea de pasar un año entero en la época de los fundadores no lo asustaba tanto como lo había pensado. Si le hubieran pedido que lo considerara antes de que salieran probablemente habría dicho que nunca lo podría resistir. Pero ahora que estaba aquí lo estaba disfrutando. Aquí había conseguido ser 'sólo Harry' y no 'Harry Potter - el Muchacho-que-Vivio'. Incluso había hecho tres grandes amigos nuevos. Ardwick era bueno para reír. Le gustaban los chistes y los juegos, y nunca tomaba en serio la vida. Christabel era tranquila y más reservada. Era más reflexiva que Ardwick y era tan buena como Ron en el ajedrez mágico. No obstante su seriedad, tenía un agudo ingenio que nadie podía igualar. Gallatea era muy diferente de la otra muchacha. Era muy inteligente y trabajaba duro, y era más extrovertida que Christabel. Cuando Harry se la encontró por primera vez, pensó que era un poco presuntuosa. Sin embargo, una vez consiguió conocerla, y se había sacado de la cabeza la idea del matrimonio, podía ver que iba a convertirse en una de sus amigas más cercanas. Saber que solo vería a sus nuevos amigos durante un año lo entristecía. Después de eso probablemente terminaría en un momento en el que ellos llevaban mucho tiempo muertos. La idea lo afligía, pero decidió no pensar demasiado en eso. En cambio, consideró donde podrían terminar en el siguiente salto. El libro que habían encontrado les había dicho que cada vez que usaran el amuleto estarían más cerca a su propio tiempo. Harry no podía evitar considerar las posibilidades. Podrían terminar en medio de la Batalla de Waterloo, o Culloden. Podrían dar testimonio de algunas de las infames rebeliones de duendes, o de la Gran Peste. Podrían terminar en cualquier parte, literalmente. La idea lo asustaba un poco. El siguiente lugar en el que acabaran podría ser alguno cercano a su propio tiempo, por lo que tendrían que cambiar sus nombres, e incluso, cambiar sus apariencias. Harry salió abruptamente de sus pensamientos cuando Ron lo atizó en el brazo. Regresó a la conversación, mientras Ardwick les contaba una cómica historia sobre su hermana pequeña, el idiota del pueblo, y una vaca embarazada.

- "Para qué hiciste eso?", susurró a su amigo.

- "Regresaremos al castillo en un minuto. Ginny piensa que ya que es sábado, deberíamos gastar algún tiempo en el cuarto practicando lo que hemos aprendido hasta ahora. Mañana, 'Mione planea arrastrarnos a la biblioteca para investigar nuestra forma animaga."

- "Parece un plan. Creo que Ard ha terminado, debemos subir ahora. Creo que necesitas un poco más de práctica con el arco y la flecha."

Ron le sonrió tímidamente mientras el grupo se marchaba.

* ~ * ~ *

Cuando Gryffindor regresó esa noche se sorprendió al ver a cuatro estudiantes sudorosos y cansados. En cuanto comprendió que habían estado practicando tal como les había sugerido, les sonrió orgullosamente.

- "Bien hecho, todos. No esperaba que fueran tan entusiastas. Me alegro de ver que están tomando la iniciativa y están entrenando ustedes mismos. Realmente les ayudará a la larga. ¡Ahora! Empecemos. Harry, quiero que te ubiques al frente de Ginny. ¡Allí! Y Ron, por aquí, en frente a Hermione. Ahora, quiero que Harry y Ginny tengan un duelo a la cuenta de tres. Necesito tener una idea de dónde se encuentran. Uno, dos, tres!"

Harry y Ginny sacaron sus varitas y apuntaron.

- "Expelliarmus!", gritó Harry, pero Ginny lo esquivó, mientras apuntaba ella. Lo primero que pudo pensar gritar fue un hechizo de dolor suave. Desgraciadamente, el hechizo era uno de los que salía con un haz de luz verde brillante.

Los ojos de Harry se ensancharon al ver el hechizo disparado hacia él. Se tiró a un lado, permitiendo que el hechizo pasara sobre su cabeza, antes de acurrucarse en una posición fetal en el suelo, meciéndose ligeramente de un lado a otro. Las voces y los recuerdos se arremolinaron en su cabeza.

Mata al otro.

Un destello de luz verde.

Los gritos de su madre.

El cuerpo de Cedric cayendo a tierra.

La maldición Cruciatus.

Los ojos rojos.

Mata al otro.

A Harry no, por favor, tómame en su lugar.

Esto es parte de la prueba?

Un domo dorado.

La varita vibrando.

Mata al otro.


Harry se arrastró finalmente de sus recuerdos ante la insistente sacudida de Ron en su hombro. Sus ojos se abrieron instantáneamente y recorrían el cuarto con terror. Cuando comprendió que estaba en la torre de Gryffindor, a 1000 años de Voldemort, y no en un cementerio en Pequeño Hangleton, empezó a relajarse. Con su respiración aún agitada, se puso de pie y se volvió a los horrorizados ojos de Ginny Weasley. En cuanto estuvo de pie la muchacha se lanzó a sus brazos y lo sostuvo, mientras murmuraba disculpas una y otra vez. Una vez el par se había tranquilizado, Gryffindor preguntó qué estaba pasando.

- "Tuve un recuerdo. Lo siento. Simplemente, he visto a varias personas que me importan caer muertas con la Maldición Asesina. La luz verde me hizo aterrar. Creí que el Señor Oscuro de nuestro tiempo estaba atacándome. No pasará de nuevo."

Gryffindor miraba al joven muchacho, ya que realmente no quería que pasara de nuevo por eso.

- "Esta bien Harry. Si crees que no puedes tomar esta clase..."

- "¡NO! Tomaré la clase. Superaré mi miedo, y sere el mejor duelista que pueda", dijo el muchacho, con un brillo de determinación en sus ojos. Todo lo que Gryffindor pudo hacer fue regresarle la sonrisa al muchacho con orgullo. No estaba rindiéndose, y eso era todo lo que el fundador podía pedir.

* ~ * ~ *

N/T. Hasta aquí llega este capítulo, con el que llegamos a la mitad de la historia. Aprovecho para pedirles disculpas por la demora en la continuación de la traducción, no he abandonado el proyecto, es sólo que por motivos de trabajo tuve que salir unos días de la ciudad, y al regresar tenía que ponerme al día con mis clases, por lo que no tuve tiempo para continuar. Agradezco a todos la comprensión y los ánimos para continuar.