-¿Seguro qué quieres hacerlo?

-Si. Él necesita a alguien, que le enseñe a amar. Está muy deprimido, y no ha dejado de mirar a las parejas enamoradas allí abajo en el mundo humano.

-Pero el sigue siendo el dios de la luna.

-Cómo dios, tiene el derecho de hacer lo que se le antoje.

-¡Pero es muy joven! Además, es menor de edad, para que pueda bajar al mundo humano. Puede que sea un dios, pero debe respetar nuestras reglas.

-Pero Ra, él quiere tener a alguien que lo ame. Quiere sentirse amado, protegido, tener alguien en quién confiar, para decirle todos sus secretos que tiene guardado y que ni siquiera me los dice a mi.-afirmó Isis, moviendo su cabeza, haciendo que sus largos cabellos negros se mecieran con suavidad.

-Bien. Lo hará, pero tendrá vigilancia, para evitar que haga algo tonto, pero no permanente.-agregó al ver la cara de la diosa.

-Gracias Ra.

~*~

Touzouko, más conocido cómo Bakura, se encontraba admirando el cielo nocturno, recostado sobre las arenas del desierto, usando su bolso lleno de tesoros cómo un cojín. Se sentó con sus piernas cruzadas, y su caballo relinchó.

-¿Y ahora qué pasa?-el animal mordisqueó unos mechones del corto y plateado cabello del ladrón.-Ya sé que tienes hambre, igual que yo. No puedo hacer nada por eso. Ahora----pero se detuvo.

Una luz azul pálido, en forma de una columna, bajó del cielo a la tierra, para luego desaparecer lentamente. Bakura se levantó, y montándose sobre su caballo, comenzaron a dirigirse hacía la extraña y brillante luz.

Al llegar al oasis, no vio absolutamente nada. Se desmontó de su caballo, y se dirigió hacía el gran lago de agua. Hoyo un quejido, y volteó hacía el ruido, sólo para contenerse y no desmayarse.

Un chico con piel de porcelana, con una hermosa melena larga blanca,  ojos de un oscuro marrón, mirada tímida y asustadiza, con una sonrisa tímida igual. Sus vestimentas, muy diferentes a las de Bakura, una especie de tapado, muy amplio, que dejaba ver sus frágiles, largas y finas piernas y gran parte de su escote.

Lo único que pudo hacer fue acercarse al joven chico, que inmediatamente retrocedió, acercándose hacía la orilla del lago. Antes de que el ladrón pudiera tomarlo para evitar que cayera al agua, el chico se hundió, pero salió rápidamente. Para sorpresa de Bakura, el agua comenzó a cristalizarse.

-Lo siento...

El moreno se viró, al escuchar la dulce y suave voz del chico, al disculparse. El ladrón se acercó a la orilla, y tocó el agua, pero estaba dura. ¡Y fría!

-¿Quién eres tu?-preguntó el chico, con su tímida voz.

-Mi nombre es Toukouzo, Rey de los Ladrones, pero mi apodo es Bakura. ¿Tu quién eres?

-Soy Jue....(N/A: NO confundan.....Este NO ES Jue, de Sakura Card Captors. Sólo saqué el nombre, ya que significa Luna en Chino)....Pero me llaman Ryo.

-¿Qué eres Ryo?

-Soy el Dios de la Luna...

-¿¡Un dios?!-Bakura se sentó frente al chico.-¿¡De-de verdad lo eres?!

-Si. Por eso el agua se congeló.

-¿Congeló? ¿Te refieres que ahora está dura y fría?-el asintió.-¿Qué hace un dios tan poderoso cómo tu aquí en el mundo humano?

Ryo sólo sonrió.

-¿Podría quedarme contigo? He estado observándote muco tiempo. Sé cómo robas las tumbas, y tengo mejores planes de cómo hacerlo. Porque en algunas ocasiones has sido descubierto. ¿Verdad?-Bakura se sonrosó de vergüenza.

-Ehhh.....Si. Pero nunca lograron atraparme.

-¿Qué pasarían si lo hicieran? No te gustaría tener que estar encerrado dentro de uno de los calabozos del faraón.

-Es cierto. Pero me vengaré de él. Destruyó toda mi villa, mi hogar, mi familia, mis amigos. Lo destrozaré con mis propias manos....

Ryo tomó ambas manos de Bakura, juntándolas con las suyas, haciendo que el ladrón se sorprendiera ante esta repentina acción.

-Debes sentir mucho dolor...-cerró sus ojos.-Si. Tienes mucho dolor apresado en tu corazón. Yo puedo ayudar, si me prometes que me llevarás contigo.

-'He...Un dios poderoso cómo él no me vendría nada mal como compañía....' Claro que si.

-Gracias. ¿Tienes algo planeado para esta noche?

-No.

-Entonces, deberíamos dormir. Mañana podremos, si quieres, ir a una tumba---

-Ya he saqueado a todas las tumbas del valle.

-No lo creo. Sé muchas otras que no han sido todavía abiertas.

Ryo recostó a Bakura sobre la blanda arena, y lentamente se fue quitando su especie de tapado, haciendo que el ladrón se sonrosara suavemente ante dicha acción. El dios se quitó su vestimenta y cubrió a su compañero con ella, antes de recostarse a su lado, tapándose igual. Se acurrucó lo más que pudo al cuerpo de Bakura, y acomodó su cabeza entre el hombro y la cabeza de él, suspirando, haciendo que al ladrón le recorrieran algunos escalofríos por su espalda.

-Buenas noches.-dijo Ryo, pero Bakura sólo cerró sus ojos.

~*~

Ryo abrió sus ojos, y los enfocó en la cara dormida de su compañero. Gentilmente, comenzó a acariciar su mejilla, sintiendo la suave piel morena del ladrón, que gimió. El dios se sonrojó fuertemente, y tocó el cabello de Bakura, sintiendo su suavidad. Tan similar al suyo, pero diferente.

Con cuidado, Ryo se recostó sobre el pecho de él, sintiendo los suaves latidos de su corazón. Suavemente recorrió lo que pudo con sus manos el pecho desnudo y moreno del ladrón, suspirando.

-Tan suave eres....Tan hermoso.-dijo en susurro feliz.-Tan gentil y amable.

Ryo se sonrojó fuertemente al sentir una extraña pero reconfortante calidez dentro de su pecho. Se sentó sobre las arenas calientes por sus cuerpos, llevándose ambas manos al pecho, por este extraño sentimiento de calidez.

Mirando de nuevo al ladrón dormido, sintió en la boca de su estomago, como mariposas dentro de él. Sintió esa calidez deslizarse desde su pecho, hasta entre sus piernas, haciendo que las cerrara tímidamente ante esa sensación.

Bakura lentamente abrió sus ojos, y se sentó sobre la arena. Corrió una mano por su corto y húmedo cabello, antes de mirar al dios.

-Buenos días, Bakura.-saludó dulcemente el chico, haciendo sonrosar levemente al ladrón.

-Ah...Buenos días. ¿Cómo dormiste?

-Bien. Creo que deberíamos bañarnos antes de seguir, ¿No lo crees?

-Si tu lo dices....

Bakura le entregó el tapado que usaban de manta al dios, pero este lo rechazó. Se puso de pie, y se dirigió a la orilla del lago, lentamente desatando el nudo de su falda de largo irregular. El ladrón se colocó a su lado, curioso. Al ver como Ryo se desnudaba sin importarle, exclamó.

-¿Qué diablos haces?

-Irme a bañar.

-¿No te da vergüenza desnudarte frente a mi?-dijo burlonamente, más que como diversión, que era su intención real.

-No.

-¿No?

-No hay que sentirse avergonzado de nuestra belleza exterior.-dicho esto, Bakura volvió a sonrosarse, para que Ryo sólo sonriera dulcemente.

El dios se quitó su falda, y lentamente, tirando la vestimenta sobre la orilla, comenzó a entrar en la fría agua del lago. Bakura miró con fascinación ese cuerpo desnudo, perfecto, entrando lentamente en el agua.

Ryo se hundió por completo en el agua, y volvió a emerger, con todo su cuerpo húmedo, brillando suavemente por el sol y las gotas de agua en su cuerpo.

-Que hermoso.....-murmuró para si el ladrón.

El dios se viró sobre sus talones y, dirigiéndose a la orilla con la intención de arrastrar a Bakura dentro del agua, le dedicó una mirada y sonrisa divertida, antes de comenzar a deslizar lentamente el tapado rojo de Bakura de sus hombros, con la más clara intención de quitárselo.

-No te sientas avergonzado.

Pero él no dijo nada.

'Del cielo te vi llegar

Con una hermosa luz azul cómo el mar.

Llegaste a mi, de una manera que no esperaba.

Todo tu ser, sólo hacía mi, sólo para ser tocado por mi,

Sólo para mi....

Todo para mi...'

Bakura entró en el agua, y tembló por lo fría que se encontraba. Ryo tomó sus manos llevándolo hasta el centro del lago, dónde el frío se concentraba aún más, haciendo que el ladrón temblara más.

-No te preocupes. Pronto pasará.

-Tu puedes aguantarlo, yo no.-ante esto, Ryo rió.

-No es tan malo. Saldremos dentro de unos momentos.

-¿Por qué....no tienes vergüenza.....?

-Nosotros los dioses nos atendemos mutuamente, ya sea incluso mientras no bañamos.-hizo girar a Bakura, y hacerlo arrodillar, para luego sentarse detrás suyo.-Te masajearé un poco la espalda. Te sentirás mejor.

-Bueno....

'Tu toque frío, hace que mi cuerpo tiemble,

pero que tiemble porque me agrada sentir,

tu frío toque sobre mi.

Todo tu ser es frío, aunque tu corazón es cálido...

Justo cómo el Sol, o las arenas del muerto desierto.

Pero, más cálidos que ellos, es tu corazón, devorando

La insensibilidad del mío, con tanta rapidez,

Que ya me encuentro, amándote...'

-Bakura, ¿Sabías qué eres hermoso?