-Que hermoso collar....-murmuró Ryo, al pasar por una tienda de joyas.

-Si lo quieres, puedo dátelo...-contestó Bakura.

-Tendrías que robarlo, y eso no está bien.

-He robado toda mi vida, para poder darle de comer a mi familia...Te lo conseguiré tarde o temprano. Al parecer, es el joyero del faraón...-dijo el ladrón, al notar a los dos soldados a cada lado de la tienda.

-En ese caso, ¿Podríamos pedirle que me haga una pieza en plata?

-¿Plata? ¿Qué es eso?

-Es un metal, que se puede modelar cómo el oro, pero en lugar de ser amarillo, es blanco y brillante...

-¿Para qué quieres eso? Hazte una pieza con oro...

-No...El oro va bien con pieles oscuras cómo la tuya. Resalta mejor. En cambio, la plata se ve mejor en pieles claras, cómo la mía...-explicó Ryo, sacando se su tapado un pequeño anillo sencillo de plata.

-¿Esta es la plata?-preguntó Bakura, tomando el anillo, mirándolo por todas partes.

-Si.

-Bonito metal...Bueno, veamos que es lo que nos ofrece ese viejo...

~*~

Atemu paseaba por los corredores de su palacio, con sus pensamientos perdidos en la nada, mientras observaba el paisaje que le daba el Nilo.

Pensaba en lo que le había dicho Seth hace unos momentos.

~ Flash Back ~

-Mi faraón, ¿Podría hablar con usted en privado?-preguntó el sacerdote, con una inclinación.

-Claro.-contestó, levantándose de su trono, siguiendo a Seth.

Entraron en la recámara del sacerdote. Este le ofreció asiento a su señor, mientras que él se sentaba frente a Atemu.

-¿De qué necesita hablarme?

-Sobre el chico, este, "dios"....

-Ya sabemos, que es un dios, Seth.

-Lo suponía...

-¿Qué ocurre?

-Me ha parecido, que este joven dios, es inexperto...

-¡¡¡NO TE LO PERMITIRÉ!!!-rugió Atemu, al captar las intenciones del sacerdote.

-Pero su poder es inmenso. Si lográramos---

-¡¡¡¡JAMÁS!!!! ¡ES UNA DIVINIDAD SAGRADA! ¡ES NUESTRO DIOS!-gritó nuevamente Atemu, poniéndose de pie.-Te prohíbo, que lo toques.

-Aún así, no podrá impedir que tenga su poder. Puede ordenarme que hacer, pero no controlar mi voluntad...Su poder, será mío...

~ Fin del Flash Back ~

Atemu se sorprendió a si mismo, dentro de un jarrón. Sonrió débilmente. Cuando era más chico, solía esconderse en jarrones con Mana, para escaparse de las lecciones. Miró hacía arriba, al cielo despejado.

-Tendré que pensar en cómo detener a Seth...-se dijo a si mismo.

~*~

-Bakura...

-¿Qué ocurre Ryo?

-Te quiero...-el ladrón rió suavemente, dándole un tierno beso en su frente.

-Yo también te amo...

-No...Te deseo, Bakura...

-¿Qué?

-Hazme tuyo, sólo tuyo...-replicó, recostándose sobre este, besando su cuello.

Pero Bakura se apartó suavemente de su amado. Memorias que nunca deseaba recordar, llegaron de pronto a su mente, haciendo que se alejara a la punta de la cama, mirando hacía la nada. Ryo se sentó a su lado, colocando su cabeza en su hombro.

-¿Qué pasa, Bakura? ¿Por qué estás tan triste?

-Hace varios años, cuando Kuru Eruna, mi villa, fue incendiada, estuve vagando por toda la ciudad, en busca de refugio. Verás, me encontraron una pandilla de ladrones. Me adoptaron, pero, uno de ellos no quería que me quedara. Luego de pasar varios meses con ellos...-se quedó en silencio un rato, antes de volver a hablar.-Abusaron de mi, cuando tenía 10 años. El que me odiaba. Cuando el líder, mi padrastro, se enteró, inmediatamente lo mató, pero yo aún tengo esa cicatriz, de esa violación.

-Lo siento, no quise presionarte...Yo---

-No...Tienes razón...Es natural que me desees, siendo lo que somos...-suspiró.-Tal vez, te haga mío, cuando vea el momento adecuado para mi, pero prometo que será pronto.

-Gracias...-contestó, besándolo suavemente.

~*~

-Si pude tenerlo con mis ojos azules una vez, podré tenerlo nuevamente...-se dijo así mismo el sacerdote.

Se levantó de su cama, y miró a través de la ventana, la cual poseía una bella vista del Río Nilo. Sonrió maliciosamente, y regresó a su cama, para dormir.

~*~

-Jue, Jue...Despierta...

-¡Mmmmm! Dormir...-contestó, dándose media vuelta.

-Jue...

-¿Qué pasa? ¿Uh? ¿Ra?

-Si, soy yo, niño.

-No soy un niño.-renegó este.

-Sólo bromeaba.

-¿Qué ocurre?

-Alguien quiere tener todo tu poder cómo divinidad. Quiero que regreses al templo durante algún tiempo.-contestó este.

-Pero, ¿Y Bakura?-dijo este tristemente.

-Tendrás que dejarlo aquí en el mundo humano.

-¡¡NO!! ¡¡NO LO HARÉ!!-gritó este, abrazando a Bakura, que despertó ante el grito y por el fuerte abrazo de su compañero.

-¿Ryo? ¿Qué ocurre?

-¡¡NO!! ¡¡NO!!-repitió otra vez, comenzando a llorar.

-¿Qué pasa?-nota a Mariku, y abraza sobre protectoramente a Ryo.-¿Qué quieres?

-Llevarme a Jue.

-Primero pasa sobre mi.

-No me costará mucho trabajo.

Bakura no se apartó de Ryo. Simplemente dejó que el joven dios se perdiera en su abrazo, mientras que este murmuraba continuamente "No..."

-Jue, tenemos que irnos. No quiero que nada malo te pase. Y no me va a importar tener que acabar con tu compañero para llevarte de vuelta.

Bakura le dio un inesperado puñetazo a Mariku, lanzándolo al suelo, dónde golpeó varias cosas. El moreno se reincorporó lentamente, frotándose la mejilla herida, que ahora se encontraba roja. Miró con furia a Bakura, que seguía abrazando fuertemente a su amado.

-Ya verás, tu desgraciado...-amenazó, colocándose de pie, y caminando hacía la cama.

-¡¡NO!!-gritó Ryo.

-Oh si....Y me aseguraré de que se arrepienta.

Pero antes de que pudiera lanzarse sobre el ladrón, Malik apareció frente a Mariku, con sus brazos abiertos, con una expresión de enojo en su rostro.

-Malik...Apártate...

-No. Deja a Jue y su amante en paz.

-Ese maldito sacerdote quiere tener su poder divino. No dejaré que eso pase. Se quedará en el templo el tiempo que yo indique.

-No, el se quedará aquí en el mundo humano el tiempo que él quiera. Tiene derecho a hacerlo.

-¡¡ES MENOR AÚN!! ¡¡NO TIENE EDAD SUFICIENTE PARA QUEDARSE EL TIEMPO QUE QUIERA!! Además, está bajo MI custodia.

-¿Y? Él tiene SUS decisiones. Puede hacer lo que quiera con su vida. Si quiere quedarse con el Rey de los Ladrones, que lo haga.

-Escúchame Malik. Si ese sacerdote obtiene el poder divino de Jue, sería un caos sobre todo Egipto.

-Pues yo no permitiré que ese tal sacerdote se quede con Ryo. Yo lo protegeré, aunque tenga que hacerlo con mi vida, lo haré.

-¡Bakura!

-¿Lo ves? Jue está a salvo con el Rey de los Ladrones.-afirmó Malik.

-Si veo, que tú...-dijo señalando a Bakura.-Dejas que Jue caiga en manos de ese sacerdote, estás más que muerto.-dicho eso, se desvaneció.

-Bueno, Jue, logré convencer a Ra. Jeje...

-Gracias Malik.-contestó Ryo, apoyando su cabeza en el pecho de Bakura.-No sabes cuanto te lo agradezco...

-Eres mi amigo. Adiós, te veré luego.-dijo, desvaneciéndose.

-Bakura, ¿Me protegerás?

-Si, Ryo, lo haré. Incluso con mi vida...No dejaré, que nadie te toque....

-Te amo...

-Yo también te amo...