Capitulo 3: Recuerdos compartidos
Era increíble. Mas que increíble, casi estúpido. Después de pasear claramente por esos pasillos Harry Potter estaba perdido en uno de los tantos recovecos de Hogwarts. Parecía estar encerrado en una especie de gimnasio personal. Y es que era realmente estúpida la forma en que había caído allí. Había prometido ir a la biblioteca por un libro para Hermione pero una de las escaleras movedizas de Hogwarts se había quitado de su camino obligando al chico a tomar otro camino. Camino que no debió haber tomado y que lo llevó a un pasillo que no conocía. Ni siquiera utilizar "Lumus" para iluminar ese lugar oscuro le sirvió y pronto sintió algo moverse a sus pies haciéndolo tropezar y traspasando así un cuadro realmente repugnante que lo indujo al gimnasio personal de alguien. Una vez mas maldijo su suerte cuando escucho pasos provenientes del pasillo. Intentó esconderse pero ¿en el medio de ese centro de ejercicios? ¿Cómo era que Hogwarts tenía algo así? No se detuvo a pensar y busco en donde estar a salvo pero el una figura ya conocida para él atravesó el cuadro situándose con su esplendorosa figura frente al chico.
- Vaya vaya, Potter que ansioso eres... ¿No podías esperar
siquiera dos miserables días?- las palabras arrastradas de Draco
Malfoy llegaron a sus oídos. Palideció y de inmediato pareció notar la
verde decoración que llevaba el lugar. Y en el techo había pintada una
serpiente!!! No podía creer como había ido a parar allí. Solo estaba
seguro de una cosa ahora: No admitiría ante Malfoy que se había
equivocado
- No tengo deseos de ver como una serpiente entrena a su estomago
para engullir a su victima, Malfoy. Es algo repugnante- Harry pareció
ironizar la palabra repugnante.
- Cuanto darías tu por algo como esto Potter- y deslizó un dedo
por su abdomen bien formado.
- Muchísimo menos que lo que ofreciste tú en la subasta, estate
seguro de eso.
- No sabes de lo que soy capaz- Dijo Draco saboreándose.
- Espero no llegar a saberlo nunca Malfoy- exclamó Harry entornando los
ojos.
No sabia que era ese sentimiento que tenia al sentir los ojos de Draco
clavados en él. La mirada penetrante y que aparentaba un frío amanecer
gris le inquietaba en una manera que hacia que sus nudillos quisieran
romperse en pedazos y sacarse los ojos para no sentirse mas visto por
nadie. Pasó a su lado y aspiró el aroma caí embriagador de Draco. Un
aroma que parecía veneno... un embriagador veneno.
- No tan rápido Potter- dijo Draco cuando Harry ya había pasado a su lado. Harry se dio vuelta a tiempo para esquivar su hechizo aturdidor. Harry se preguntó ¿Qué demonios sucede aquí? Pero no tuvo tiempo de reflexionar porque Draco cayó sobre el tumbándolo en el suelo y sujetándolo por las muñecas.
- Malfoy que diablos haces?- intentó liberarse en vano y cayo en la cuenta de que Draco era mas fuerte que él.
- Vamos a jugar un poco- dijo y pasó su lengua muy cerca de la boca de Harry sin llegar a tocarla.
- Dejame ya Malfoy. Maldita sea- Harry descubrio que sus intentos por soltarse parecian ineficases desde antes de empezar
- Divirtamonos un rato Harry- empezó desabrochando la tunica del Gryffindor lentamente provocando que Harry se retorciera por completo.
De pronto una subita sensacion de calor le inundó la cabeza. La cicatriz brillaba y le dolia tanto como si un puñal se le hubiera clavado.
- Sueltame Draco ¡Por favor! ...
Pero Malfoy parecia enloquecido solo con el hecho de tener cerca al chico. La cicatriz punzaba una y otra vez y Harry no sabía si el dolor venia de ella, de sus muñecas rojas y apretadas por Draco o de la impotencia de no poder soltarse.
- Sueltame Malfoy!!!! La cicatriz me duele- Harry pensó en lo estupido del motivo por el que queria que Draco lo soltara.
- Deja la maldita cicatriz en paz...- el rubio acaricio la mejilla del ojiverde con la suya propia y el cuerpo de Harry no evitó responder y lanzar un suspiro.
Pero en la mente de Harry solo había una voz, la del Señor de las tinieblas...
- Regresaré por tí Harry... regresaré...
- Ya basta!!!- el grito del Gryffindor podria haber sido suficiente como para despertar a todo Hogwarts y solo en su mente podia percibir lo que Voldemort intentaba mostrarle.
Parecia un interrogatorio. Una docena de mortifagos (quizas mas porque Harry no pudo percibirlos cerca) rodeaban dos sillas donde un hombre y una mujer estaban amordazados. Parecian haber sido golpeado y maltratados. En el medio de todos los mortifagos estaba Voldemort. Parecio contener las ganas de un Avada Kedavra. El hombre en la silla parecia querer levantar la cabeza para dirigir una mirada llena de odio a Voldemort. No pudo hacerlo porque la maldicion de un mortifago (con tunica impecable) le dio de lleno dejandolo inconsiente. La mujer sin embargo estaba despierta, con la cabeza inclinada y susurrando algo inentendible pero que Harry interpretó como una cancion infantil. La mayoria de los mortifagos fueron alejandose. Parecia que la reunion habia terminado. El mago que habia disparado la maldicion cruciatus contra el hombre parecio caminar en direccion a Harry. El chico se quedó de piedra pero supo de inmediato que no podía verlo. Justo cuando caminaba amargamente e iba a llegar a él se quitó la mascara. Harry tragó en seco. Era Severus Snape.Unamano en su hombro hizo detener la marcha del profesor de pociones que estaba a punto de "chocar" con Harry.
- Malditos Longbotton, no nos dijeron nada a pesar de que les dimos con todo. Se volvieron locos los cretinos con tal de no delatar a Dumbledore...
-Tienes razon Lucius- Severus parecía harto de la presencia de Malfoy.
Harry no se quedó a ver la conversacion, mas bien parecia decepcionado de su profesor. Se acercó a ver a Alice y Frank, los padres de Neville que parecian haber enloquecido. Palidecio cuando la escena cambio en una abrir y cerrar de ojos y vio a su madre y a su padre en lugar de los padres de Neville. Ahora era Lily Potter la que susurraba una cancion de cuna y James yacia desfallecido a su lado. Se tapo la boca con una mano y cerro los ojos con el pensamiento "¡¡¡No es real!!! ¡¡¡No es real!!!". Sacudio la cabeza locamente ye temio volver a abrir los ojos para ver a sus padres asi. Pero no tenía opcion... Abrio los ojos y cayó de rodillas con las manos en el cabello llorando amargamente. Ya no eran sus padres los que estaban alli... eran Ron y Hermione. Los labios de Hermione parecian susurrar una cancion de cuna que no debia ni conocer. Harry ya no podía ver a nadie mas asi, intentaba mantener los ojos abiertos para no ver sufrir a nadie mas pero antes de que el parpadeo lo traicionara, Lord Voldemort se acercó a él y le susurró al oido...
- Pronto Harry... pronto...
El chico cayó desmayado pero con lagrimas en los ojos mientras Malfoy parecia observarlo preocupado. En ese momento la puerta se abrio y Severus Snape entro por ella para ver la peor escena... Malfoy sobre Harry con las tunicas abiertas.
- A las mazmorras ¡¡¡De inmediato!!!
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-
*-*-*-*
No tuvo conciencia de cuando sus débiles pies lo llevaron directo a su
despacho en las mazmorras. Dejó al chico en la cama de su habitación
inconsciente nuevamente y corrió tras una copa de brandy. Necesitaba un
poco de aire pero le resultaba imposible abandonar las mazmorras. Cerró
la puerta de la habitación con lentitud y aprovechó la oportunidad para
sentarse en su sillón favorito en el despacho. Sacudió la copa y comenzó
a relajarse. Acomodó su cabeza tranquilamente en el respaldo y suspiró
lentamente.
-No te escucho tallar los calderos Malfoy. Unos ruidos raros
provenientes del aula donde él impartía pociones deshicieron el encanto
del dulce ensueño. El ruido parecía asemejar a veinte espantosos platos
rompiéndose.
- Ten cuidado con eso o me encargaré de que tengas detenciones
permanentemente- gritó Snape
Severus volvió a relajarse. Después de que tomara un largo descanso se
levantó para servirse otro trago pero la puerta se abrió
interrumpiéndolo.
- Esta es la ultima Severus- se notaba el aspecto cansado del chico, con
ojos apagados, pelo despeinado y túnica totalmente mugrosa con liquido
limpia calderos- No puedes castigarme solo por intentar seducir a Potter
- Me importa poco tu vida personal Draco, yo solo te di detención por
estar en un gimnasio clandestino a estas horas de la noche.
- Mientes Severus, admite que estas tras del maldito cara rajada. Y exijo que si es eso dejes de castigarme así!!!- Severus movió su copa un poco y se sentó en el sillón
- Lo dices después del castigo de la vez anterior. Me sorprende tu poca resistencia Draco, me veré obligado a hablar con Lucius sobre esto- Severus rió irónicamente
- Háblale y veremos que dice cuando sepa que me castigas solo para que no me acerque a Potter.
- Te aseguro que si conoces bien a tu padre sabrás que me apoyará en esto. He tenido una actitud muy Slytherin y digna de mí ¿no te parece?- Severus apoyó nuevamente sus finos labios en la copa.
- Eres despreciable Severus ¿Lo sabias?- Draco arrojó a los pies de Severus el trapo y el liquido limpiador.
- Me han dicho peor querido ahijado- Severus sonrió irónico sacando de quicio a Draco.
- Como quieras Severus, jugaremos tu juego... sin Lucius y sin reglas pero te aseguro que al final yo saldré vencedor con o sin el consentimiento de Potter- el chico salió de la habitación furioso dejando a su padrino con un placer inigualable. Le encantaban los retos.
- Ya veremos Draco... ya veremos...
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*
Lugar: Privet Drive Nº 4 Hora: 11-55 pm.
- VERNON, date prisa con esa cámara de video!! ¿Qué no ves que en cinco minutos tu chiquitín especial cumplirá 10 años?- reclamaba Petunia
- Ya es todo un hombrecito- exclamó el bigotudo Vernon filmando como Dudley rompía los papeles de sus obsequios.
- Porquería... porquería- exclamó el muchacho mientras hacía volar por los aires su nuevo teléfono móvil (para que nos llames desde donde estés), su televisor de 51 pulgadas y los demás regalos traídos por sus padres.
- Pero cariño, son de primera calidad- dijo su madre indignada e intentando hacer no enfadar a su hijo.
- Déjalo ya, amor. Mañana iremos con él para que escoja nuevos regalos.
- ¿En serio papá?- dijo Dudley entusiasmado arruinando el pastel esplendoroso de su madre.
- Claro que sí hijo, todo lo que tu quieras!!!
Dudley saltó a los brazos de sus padres y sus amigos (los supuestos chicos malos y rechonchos del lugar) prometieron ir con él al día siguiente.
Pero en la planta alta, justo al borde de las escaleras y aferrándose a los barrotes de esta, un niño de cabello azabache (enemigo de todo peine), anteojos redondos quebrados en el medio y cicatriz en rayo en su frente observa con envidia. Recordaba sus cumpleaños y tenía ganas terribles de llorar. Como era que si un día (un remoto día que no cabe explicar en este asunto) los Dursley le habían dicho que querían lo mejor para él lo hacían sentir así. El año anterior había recibido dinero de ellos (unas pocas libras claro está) y ahora su primo recibía siempre lo que él quería. ¡Oh injusto destino! Cuánto hubiera dado Harry Potter por un televisor como esos!!! Por cuanto habría vendido su alma para obtener siquiera un mísero regalo, una insignificante postal o una carta de sus padres para sus 15 años. Desde luego que sabía que sus tíos no eran sus padres y no podían darle los mismos gustos que a Dudley pero... ya estaba harto. Siempre que necesitaba una miserable cosa sufría porque sabia a la perfección que se la darían a Dudley.
Caminó pisando firmemente la alfombra en dirección a su habitación. Cuanto quería él regresar a la alacena en donde estaba antes con su privacidad intacta. Se arrojó despreocupadamente sobre la cama mirando detenidamente cada detalle. Apretó su puño con ganas. Su habitación a comparación de la de su primo estaba vacía. Toda la frustración y la ira parecían no querer salir de sus prisiones y el golpe en la pared fue algo insignificante. Inclinó la cabeza hacia tras ahogando un grito y dejando que por primera vez en esa noche las lagrimas cruzaran el camino de siempre hacia sus labios. Y quiso gritar, gritar por la maldita frustración que sentía, lo injusta que era la vida. Cayó de rodillas en el piso de su habitación y enterró el rostro entre las manos intentando (en vano) aliviar un poco de dolor. Los gruñidos del tío Vernon y los pasos apresurados de Tía Petunia yendo escaleras arriba lo alertaron e intentó lo mas normal en esa situación... tranquilizarse. Se puso de pie y cerró los ojos firmemente. Cuando volvió a abrirlos, las ardientes y verdes pupilas habían desaparecido siendo reemplazadas por unos profundos abismos negros. Toda la escena había cambiado. Ahora las cálidas lágrimas escurrían por unas pálidas mejillas, de un muchacho flacuchento y nada desarrollado. Las pupilas negras parecían querer destruirse cuando al volver a cerrar los ojos (y derramar mas lagrimas) apretaba los párpados lastimándose y queriendo olvidar. Apretó con mas fuerza los libros que tenía en las manos; esos eran sus verdaderos amigos, ni Lucius ni nadie... solo sus libros. El sentimiento de frustración se apoderó nuevamente de él y un escalofrió le recorrió la espalda (no supo si era por seguir presionando su cuerpo contra la fría pared del pasillo de la mazmorra o por la ira). Maldito Sirius Black y malditos sus comentarios. Las palabras del mejor amigo de James Potter (el otro cretino según Severus) resonaron en su cabeza nuevamente y cerró los ojos con frustración. Se deslizó por la pared quedando sentado en el no tan diferente piso del pasillo. Más lagrimas... mas lagrimas solo por saber que saldría de Hogwarts siendo un excelente estudiante (el mejor según Malfoy) pero sin ningún amigo...
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Snape soltó la frente de Harry y se alejó de él con el labio inferior aun temblando.
- ¿Qué fue todo eso mocoso?- dijo viendo al chico quien seguía durmiendo agitadamente
No podía creer lo que había visto. Su frustración en los hipotéticos casos de la vida de Harry Potter. Él con la falta de amigos (Oh Merlín cuanto había sufrido ese débil y pálido muchacho por no tener nadie mas que sus libros y su pensadero para contar secretos) y el niño que vivió por no tener una infancia llena de obsequios y lujos; de sueños e ilusiones como cualquier niño. Soportando casi 17 cumpleaños sin mas que ropa vieja gastada, calcetines llenos de agujeros y unas pocas libras y chelines.
- Profesor...- la voz casi infantil de Harry llamándolo (Severus dudó si sería en un sueño o estaría despierto) lo sacó de un estado estático.
Se acercó al cuerpo del muchacho temiendo todavía por volver a los recuerdos fríos de su niñez. Sin embargo la figura de Harry parecía incapaz de dañar a nadie y mostraba un aspecto pálido que era indeseable hasta para el peor de los enemigos. Volvió a mover su varita para calentar el agua del cáliz en donde mojaba el pañuelo que estaba en la frente de su alumno. Se lo pasó suavemente por la cabeza deteniéndose en la cicatriz de rayo acariciándola suavemente. Se detuvo a mirarla con curiosidad y anhelo hasta que el sonido de una puerta abriéndose en el despacho contiguo lo sacó del ensueño y desesperadamente e intentando tapar la figura de Harry se fue a ver que desagradable visitante tenia el valor de venir a verlo.
Fue la sonrisa apacible de Remus Lupin quien lo recibió en su despacho advirtiéndole que dentro de dos días sería luna llena.
- Es raro en ti que hayas olvidado algo como esto Severus. Todo dirían que tienes la cabeza como de un enamorado... metido en otra cosa- Remus rió con ganas sin dejar de ver al profesor de pociones pero no recibió una respuesta buena.
- Cállate Lupin, por supuesto que recuerdo la poción, pero no hace falta que la tomes hasta mañana.
- Es cierto Severus pero aun así me pareció conveniente recordarte que...
- Si venias solo a eso puedes estar seguro de que no la olvidé- dijo Severus y siguió hablando fríamente- y si eso era todo agradecería te retiraras porque quiero descansar.
- ¿Descansar? Pero si has estado encerrado aquí todo el día!!- exclamó Remus
- Lo que yo haga aquí encerrado no es de tu incumbencia Lupin, y ahora te repito que quiero que te largues para poder descansar- Severus se dirigió al terminar su frase con ironía, a su habitación pero Remus fue más ansioso y corrió tras él.
Cual fue la sorpresa del licántropo al encontrar en la cama de su "amigo" Severus Snape, el cuerpo desfallecido de Harry Potter. Remus contuvo las ganas de ir a ver que le sucedía al chico pero al ver como Severus contenía el aliento solo alcanzó a decir:
"¿Es esta tu forma de descansar... Severus?"
Salió de la habitación en seguida al igual que lo hizo segundos después con el despacho. Dejó a Severus atontado y mirando extrañamente hacia la cama donde estaba Harry Potter.
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Hermione Granger movía su pie nerviosamente mientras mordía ligeramente la punta de un lápiz intentando entender lo que sucedía.
- ¿...y dices que se apareció en su cama...de la nada?- a pesar de los conocimientos brujos de la chica no podía creer que Harry había aprendido a aparecerse antes que ella.
- No estoy loco Hermione!!! Yo lo vi!!!- después de describir el relato unas cuantas veces su amiga había empezado a mirarlo como si no creyera nada de lo que él decía.
- Imposible Ron, imposible...
Ron parecía molesto porque la chica no entendiera lo que él trataba de decirle sobre la noche anterior cuando sus ojos claros habían visto a su mejor amigo Harry Potter aparecerse de la nada y seguir roncando en la mitad de la noche.
- Tal vez no estás loco... solo estabas algo dormido ¿no Ron?- exclamó Hermione con tono irónico.
Ron volvió a bufar con el comentario de su amiga y hubiera empezado una discusión con ella de no ser por la milagrosa llegada de Harry que venia bajando las escaleras.
-No han bajado a desayunar todavía?- preguntó el muchacho que estaba totalmente adormecido y a la vez mostraba una palidez inusual.
- Te esperábamos Harry, estaba explicándole a Hermione como...
- ¿Te sientes bien Harry?- Hermione interrumpió al pelirrojo y corrió hacia su amigo para ver si tenía fiebre.
- Si Hermi, pero bajemos porque ya tengo hambre- Harry pareció tranquilo pero los ahora habituales intereses de su amiga para con él lo hacia (en muchas ocasiones) sentirse incomodo e incluso enfadado. Sabía que Hermione estaba agradecida con él por haberla comprado en la subasta y que pasar una noche con la chica no sería difícil pero...
Bajó al Gran Comedor todavía intentando recordar lo que había acontecido ayer en la tarde pero no consiguió nada mas que vagas imágenes de alguien tocándole la frente con manos frías. Eludió como pudo las preguntas de Hermione sobre si estaba bien de salud y sus consejos sobre ir a la enfermería y se cansó de escuchar a Ron recordarle que dentro de dos días tendría su noche con Draco Malfoy. Se sentaron en la mesa de Gryffindor y comenzaron a charlar con Dean y Seamus que estaban cerca de ellos.
Harry se mostró asqueado incluso frente a su delicioso zumo de calabaza. Parecía tener unas nauseas increíbles y Seamus empezó a hacer bromas sobre su aspecto parecido a Nick casi decapitado. Un estrépito sacudió a todo el salón y miles de lechuzas atravesaron las mesas en busca de sus dueños. La primera de todas se sentó frente a la comida de Hermione trayéndole el profeta, mientras Pigwidgeon, la lechuza de Ron le entregó una carta de su madre en la que lo saludaba a él y Harry. Por su parte, el aludido chico Potter esperó a Hedwig pero puso fin a sus esperanzas cuando la lechuza no llegó. Sin embargo el mayor escándalo lo armó un hermoso aunque peligroso cuervo negro que volvió a posarse frente a Harry. Todos en el Gran Comedor se quedaron absortos mirando al ave que estiró la pata para que el chico pudiera agarrar un pequeño pergamino. Harry lo miró con curiosidad y estaba dispuesto a leerlo cuando el cuervo estiró su otra pata y Harry vio que llevaba un baúl miniatura. Dudó entre sacar el baúl o dejarlo allí pero un grito espantoso proveniente del animal (nada comparado a los suaves ululeos de Hedwig) lo hizo tomarlo de inmediato. El cuervo se alejó sin mas pero clavando su penetrante mirada en el chico desde lejos.
"No te molestes en saber por que. Lo único que debes saber es que dentro de ese baúl hay un regalo por cada desdichado cumpleaños que has padecido. Feliz cumpleaños."
Harry se quedó sin habla. Sus amigos miraban la nota con asombro y desdén. Todo el Gran comedor quería saber de que se trataba la nota mientras Dumbledore rogaba (internamente) que no se tratara de nada peligroso. Severus Snape solamente entornó los ojos y dibujó una débil sonrisa al ver como el chico saltaba de alegría.
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N/A: Lamento haber dejado este fic tan colgado y sin una continuación porque realmente me ha sorprendido la repercusión que tuvo. Pero ahora aproveché las vacaciones para continuarlo. Voy a dedicar este capitulo a todos los que siguen leyendo a pesar de todo y en especial a una amiga que conozco desde hace un año y que se ha convertido en la persona que mas quiero por internet. Es mi mejor amiga y por lo tanto todo lo que yo hago es para ella... gracias Oracle.
Besos, dejen reviews please!!!! Los quiere y en el proximo capitulo contesto reviews
Battousai Tomoe
*-Everything i do, i do it for you... Sirius Black-*
Era increíble. Mas que increíble, casi estúpido. Después de pasear claramente por esos pasillos Harry Potter estaba perdido en uno de los tantos recovecos de Hogwarts. Parecía estar encerrado en una especie de gimnasio personal. Y es que era realmente estúpida la forma en que había caído allí. Había prometido ir a la biblioteca por un libro para Hermione pero una de las escaleras movedizas de Hogwarts se había quitado de su camino obligando al chico a tomar otro camino. Camino que no debió haber tomado y que lo llevó a un pasillo que no conocía. Ni siquiera utilizar "Lumus" para iluminar ese lugar oscuro le sirvió y pronto sintió algo moverse a sus pies haciéndolo tropezar y traspasando así un cuadro realmente repugnante que lo indujo al gimnasio personal de alguien. Una vez mas maldijo su suerte cuando escucho pasos provenientes del pasillo. Intentó esconderse pero ¿en el medio de ese centro de ejercicios? ¿Cómo era que Hogwarts tenía algo así? No se detuvo a pensar y busco en donde estar a salvo pero el una figura ya conocida para él atravesó el cuadro situándose con su esplendorosa figura frente al chico.
- Vaya vaya, Potter que ansioso eres... ¿No podías esperar
siquiera dos miserables días?- las palabras arrastradas de Draco
Malfoy llegaron a sus oídos. Palideció y de inmediato pareció notar la
verde decoración que llevaba el lugar. Y en el techo había pintada una
serpiente!!! No podía creer como había ido a parar allí. Solo estaba
seguro de una cosa ahora: No admitiría ante Malfoy que se había
equivocado
- No tengo deseos de ver como una serpiente entrena a su estomago
para engullir a su victima, Malfoy. Es algo repugnante- Harry pareció
ironizar la palabra repugnante.
- Cuanto darías tu por algo como esto Potter- y deslizó un dedo
por su abdomen bien formado.
- Muchísimo menos que lo que ofreciste tú en la subasta, estate
seguro de eso.
- No sabes de lo que soy capaz- Dijo Draco saboreándose.
- Espero no llegar a saberlo nunca Malfoy- exclamó Harry entornando los
ojos.
No sabia que era ese sentimiento que tenia al sentir los ojos de Draco
clavados en él. La mirada penetrante y que aparentaba un frío amanecer
gris le inquietaba en una manera que hacia que sus nudillos quisieran
romperse en pedazos y sacarse los ojos para no sentirse mas visto por
nadie. Pasó a su lado y aspiró el aroma caí embriagador de Draco. Un
aroma que parecía veneno... un embriagador veneno.
- No tan rápido Potter- dijo Draco cuando Harry ya había pasado a su lado. Harry se dio vuelta a tiempo para esquivar su hechizo aturdidor. Harry se preguntó ¿Qué demonios sucede aquí? Pero no tuvo tiempo de reflexionar porque Draco cayó sobre el tumbándolo en el suelo y sujetándolo por las muñecas.
- Malfoy que diablos haces?- intentó liberarse en vano y cayo en la cuenta de que Draco era mas fuerte que él.
- Vamos a jugar un poco- dijo y pasó su lengua muy cerca de la boca de Harry sin llegar a tocarla.
- Dejame ya Malfoy. Maldita sea- Harry descubrio que sus intentos por soltarse parecian ineficases desde antes de empezar
- Divirtamonos un rato Harry- empezó desabrochando la tunica del Gryffindor lentamente provocando que Harry se retorciera por completo.
De pronto una subita sensacion de calor le inundó la cabeza. La cicatriz brillaba y le dolia tanto como si un puñal se le hubiera clavado.
- Sueltame Draco ¡Por favor! ...
Pero Malfoy parecia enloquecido solo con el hecho de tener cerca al chico. La cicatriz punzaba una y otra vez y Harry no sabía si el dolor venia de ella, de sus muñecas rojas y apretadas por Draco o de la impotencia de no poder soltarse.
- Sueltame Malfoy!!!! La cicatriz me duele- Harry pensó en lo estupido del motivo por el que queria que Draco lo soltara.
- Deja la maldita cicatriz en paz...- el rubio acaricio la mejilla del ojiverde con la suya propia y el cuerpo de Harry no evitó responder y lanzar un suspiro.
Pero en la mente de Harry solo había una voz, la del Señor de las tinieblas...
- Regresaré por tí Harry... regresaré...
- Ya basta!!!- el grito del Gryffindor podria haber sido suficiente como para despertar a todo Hogwarts y solo en su mente podia percibir lo que Voldemort intentaba mostrarle.
Parecia un interrogatorio. Una docena de mortifagos (quizas mas porque Harry no pudo percibirlos cerca) rodeaban dos sillas donde un hombre y una mujer estaban amordazados. Parecian haber sido golpeado y maltratados. En el medio de todos los mortifagos estaba Voldemort. Parecio contener las ganas de un Avada Kedavra. El hombre en la silla parecia querer levantar la cabeza para dirigir una mirada llena de odio a Voldemort. No pudo hacerlo porque la maldicion de un mortifago (con tunica impecable) le dio de lleno dejandolo inconsiente. La mujer sin embargo estaba despierta, con la cabeza inclinada y susurrando algo inentendible pero que Harry interpretó como una cancion infantil. La mayoria de los mortifagos fueron alejandose. Parecia que la reunion habia terminado. El mago que habia disparado la maldicion cruciatus contra el hombre parecio caminar en direccion a Harry. El chico se quedó de piedra pero supo de inmediato que no podía verlo. Justo cuando caminaba amargamente e iba a llegar a él se quitó la mascara. Harry tragó en seco. Era Severus Snape.Unamano en su hombro hizo detener la marcha del profesor de pociones que estaba a punto de "chocar" con Harry.
- Malditos Longbotton, no nos dijeron nada a pesar de que les dimos con todo. Se volvieron locos los cretinos con tal de no delatar a Dumbledore...
-Tienes razon Lucius- Severus parecía harto de la presencia de Malfoy.
Harry no se quedó a ver la conversacion, mas bien parecia decepcionado de su profesor. Se acercó a ver a Alice y Frank, los padres de Neville que parecian haber enloquecido. Palidecio cuando la escena cambio en una abrir y cerrar de ojos y vio a su madre y a su padre en lugar de los padres de Neville. Ahora era Lily Potter la que susurraba una cancion de cuna y James yacia desfallecido a su lado. Se tapo la boca con una mano y cerro los ojos con el pensamiento "¡¡¡No es real!!! ¡¡¡No es real!!!". Sacudio la cabeza locamente ye temio volver a abrir los ojos para ver a sus padres asi. Pero no tenía opcion... Abrio los ojos y cayó de rodillas con las manos en el cabello llorando amargamente. Ya no eran sus padres los que estaban alli... eran Ron y Hermione. Los labios de Hermione parecian susurrar una cancion de cuna que no debia ni conocer. Harry ya no podía ver a nadie mas asi, intentaba mantener los ojos abiertos para no ver sufrir a nadie mas pero antes de que el parpadeo lo traicionara, Lord Voldemort se acercó a él y le susurró al oido...
- Pronto Harry... pronto...
El chico cayó desmayado pero con lagrimas en los ojos mientras Malfoy parecia observarlo preocupado. En ese momento la puerta se abrio y Severus Snape entro por ella para ver la peor escena... Malfoy sobre Harry con las tunicas abiertas.
- A las mazmorras ¡¡¡De inmediato!!!
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No tuvo conciencia de cuando sus débiles pies lo llevaron directo a su
despacho en las mazmorras. Dejó al chico en la cama de su habitación
inconsciente nuevamente y corrió tras una copa de brandy. Necesitaba un
poco de aire pero le resultaba imposible abandonar las mazmorras. Cerró
la puerta de la habitación con lentitud y aprovechó la oportunidad para
sentarse en su sillón favorito en el despacho. Sacudió la copa y comenzó
a relajarse. Acomodó su cabeza tranquilamente en el respaldo y suspiró
lentamente.
-No te escucho tallar los calderos Malfoy. Unos ruidos raros
provenientes del aula donde él impartía pociones deshicieron el encanto
del dulce ensueño. El ruido parecía asemejar a veinte espantosos platos
rompiéndose.
- Ten cuidado con eso o me encargaré de que tengas detenciones
permanentemente- gritó Snape
Severus volvió a relajarse. Después de que tomara un largo descanso se
levantó para servirse otro trago pero la puerta se abrió
interrumpiéndolo.
- Esta es la ultima Severus- se notaba el aspecto cansado del chico, con
ojos apagados, pelo despeinado y túnica totalmente mugrosa con liquido
limpia calderos- No puedes castigarme solo por intentar seducir a Potter
- Me importa poco tu vida personal Draco, yo solo te di detención por
estar en un gimnasio clandestino a estas horas de la noche.
- Mientes Severus, admite que estas tras del maldito cara rajada. Y exijo que si es eso dejes de castigarme así!!!- Severus movió su copa un poco y se sentó en el sillón
- Lo dices después del castigo de la vez anterior. Me sorprende tu poca resistencia Draco, me veré obligado a hablar con Lucius sobre esto- Severus rió irónicamente
- Háblale y veremos que dice cuando sepa que me castigas solo para que no me acerque a Potter.
- Te aseguro que si conoces bien a tu padre sabrás que me apoyará en esto. He tenido una actitud muy Slytherin y digna de mí ¿no te parece?- Severus apoyó nuevamente sus finos labios en la copa.
- Eres despreciable Severus ¿Lo sabias?- Draco arrojó a los pies de Severus el trapo y el liquido limpiador.
- Me han dicho peor querido ahijado- Severus sonrió irónico sacando de quicio a Draco.
- Como quieras Severus, jugaremos tu juego... sin Lucius y sin reglas pero te aseguro que al final yo saldré vencedor con o sin el consentimiento de Potter- el chico salió de la habitación furioso dejando a su padrino con un placer inigualable. Le encantaban los retos.
- Ya veremos Draco... ya veremos...
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*
Lugar: Privet Drive Nº 4 Hora: 11-55 pm.
- VERNON, date prisa con esa cámara de video!! ¿Qué no ves que en cinco minutos tu chiquitín especial cumplirá 10 años?- reclamaba Petunia
- Ya es todo un hombrecito- exclamó el bigotudo Vernon filmando como Dudley rompía los papeles de sus obsequios.
- Porquería... porquería- exclamó el muchacho mientras hacía volar por los aires su nuevo teléfono móvil (para que nos llames desde donde estés), su televisor de 51 pulgadas y los demás regalos traídos por sus padres.
- Pero cariño, son de primera calidad- dijo su madre indignada e intentando hacer no enfadar a su hijo.
- Déjalo ya, amor. Mañana iremos con él para que escoja nuevos regalos.
- ¿En serio papá?- dijo Dudley entusiasmado arruinando el pastel esplendoroso de su madre.
- Claro que sí hijo, todo lo que tu quieras!!!
Dudley saltó a los brazos de sus padres y sus amigos (los supuestos chicos malos y rechonchos del lugar) prometieron ir con él al día siguiente.
Pero en la planta alta, justo al borde de las escaleras y aferrándose a los barrotes de esta, un niño de cabello azabache (enemigo de todo peine), anteojos redondos quebrados en el medio y cicatriz en rayo en su frente observa con envidia. Recordaba sus cumpleaños y tenía ganas terribles de llorar. Como era que si un día (un remoto día que no cabe explicar en este asunto) los Dursley le habían dicho que querían lo mejor para él lo hacían sentir así. El año anterior había recibido dinero de ellos (unas pocas libras claro está) y ahora su primo recibía siempre lo que él quería. ¡Oh injusto destino! Cuánto hubiera dado Harry Potter por un televisor como esos!!! Por cuanto habría vendido su alma para obtener siquiera un mísero regalo, una insignificante postal o una carta de sus padres para sus 15 años. Desde luego que sabía que sus tíos no eran sus padres y no podían darle los mismos gustos que a Dudley pero... ya estaba harto. Siempre que necesitaba una miserable cosa sufría porque sabia a la perfección que se la darían a Dudley.
Caminó pisando firmemente la alfombra en dirección a su habitación. Cuanto quería él regresar a la alacena en donde estaba antes con su privacidad intacta. Se arrojó despreocupadamente sobre la cama mirando detenidamente cada detalle. Apretó su puño con ganas. Su habitación a comparación de la de su primo estaba vacía. Toda la frustración y la ira parecían no querer salir de sus prisiones y el golpe en la pared fue algo insignificante. Inclinó la cabeza hacia tras ahogando un grito y dejando que por primera vez en esa noche las lagrimas cruzaran el camino de siempre hacia sus labios. Y quiso gritar, gritar por la maldita frustración que sentía, lo injusta que era la vida. Cayó de rodillas en el piso de su habitación y enterró el rostro entre las manos intentando (en vano) aliviar un poco de dolor. Los gruñidos del tío Vernon y los pasos apresurados de Tía Petunia yendo escaleras arriba lo alertaron e intentó lo mas normal en esa situación... tranquilizarse. Se puso de pie y cerró los ojos firmemente. Cuando volvió a abrirlos, las ardientes y verdes pupilas habían desaparecido siendo reemplazadas por unos profundos abismos negros. Toda la escena había cambiado. Ahora las cálidas lágrimas escurrían por unas pálidas mejillas, de un muchacho flacuchento y nada desarrollado. Las pupilas negras parecían querer destruirse cuando al volver a cerrar los ojos (y derramar mas lagrimas) apretaba los párpados lastimándose y queriendo olvidar. Apretó con mas fuerza los libros que tenía en las manos; esos eran sus verdaderos amigos, ni Lucius ni nadie... solo sus libros. El sentimiento de frustración se apoderó nuevamente de él y un escalofrió le recorrió la espalda (no supo si era por seguir presionando su cuerpo contra la fría pared del pasillo de la mazmorra o por la ira). Maldito Sirius Black y malditos sus comentarios. Las palabras del mejor amigo de James Potter (el otro cretino según Severus) resonaron en su cabeza nuevamente y cerró los ojos con frustración. Se deslizó por la pared quedando sentado en el no tan diferente piso del pasillo. Más lagrimas... mas lagrimas solo por saber que saldría de Hogwarts siendo un excelente estudiante (el mejor según Malfoy) pero sin ningún amigo...
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Snape soltó la frente de Harry y se alejó de él con el labio inferior aun temblando.
- ¿Qué fue todo eso mocoso?- dijo viendo al chico quien seguía durmiendo agitadamente
No podía creer lo que había visto. Su frustración en los hipotéticos casos de la vida de Harry Potter. Él con la falta de amigos (Oh Merlín cuanto había sufrido ese débil y pálido muchacho por no tener nadie mas que sus libros y su pensadero para contar secretos) y el niño que vivió por no tener una infancia llena de obsequios y lujos; de sueños e ilusiones como cualquier niño. Soportando casi 17 cumpleaños sin mas que ropa vieja gastada, calcetines llenos de agujeros y unas pocas libras y chelines.
- Profesor...- la voz casi infantil de Harry llamándolo (Severus dudó si sería en un sueño o estaría despierto) lo sacó de un estado estático.
Se acercó al cuerpo del muchacho temiendo todavía por volver a los recuerdos fríos de su niñez. Sin embargo la figura de Harry parecía incapaz de dañar a nadie y mostraba un aspecto pálido que era indeseable hasta para el peor de los enemigos. Volvió a mover su varita para calentar el agua del cáliz en donde mojaba el pañuelo que estaba en la frente de su alumno. Se lo pasó suavemente por la cabeza deteniéndose en la cicatriz de rayo acariciándola suavemente. Se detuvo a mirarla con curiosidad y anhelo hasta que el sonido de una puerta abriéndose en el despacho contiguo lo sacó del ensueño y desesperadamente e intentando tapar la figura de Harry se fue a ver que desagradable visitante tenia el valor de venir a verlo.
Fue la sonrisa apacible de Remus Lupin quien lo recibió en su despacho advirtiéndole que dentro de dos días sería luna llena.
- Es raro en ti que hayas olvidado algo como esto Severus. Todo dirían que tienes la cabeza como de un enamorado... metido en otra cosa- Remus rió con ganas sin dejar de ver al profesor de pociones pero no recibió una respuesta buena.
- Cállate Lupin, por supuesto que recuerdo la poción, pero no hace falta que la tomes hasta mañana.
- Es cierto Severus pero aun así me pareció conveniente recordarte que...
- Si venias solo a eso puedes estar seguro de que no la olvidé- dijo Severus y siguió hablando fríamente- y si eso era todo agradecería te retiraras porque quiero descansar.
- ¿Descansar? Pero si has estado encerrado aquí todo el día!!- exclamó Remus
- Lo que yo haga aquí encerrado no es de tu incumbencia Lupin, y ahora te repito que quiero que te largues para poder descansar- Severus se dirigió al terminar su frase con ironía, a su habitación pero Remus fue más ansioso y corrió tras él.
Cual fue la sorpresa del licántropo al encontrar en la cama de su "amigo" Severus Snape, el cuerpo desfallecido de Harry Potter. Remus contuvo las ganas de ir a ver que le sucedía al chico pero al ver como Severus contenía el aliento solo alcanzó a decir:
"¿Es esta tu forma de descansar... Severus?"
Salió de la habitación en seguida al igual que lo hizo segundos después con el despacho. Dejó a Severus atontado y mirando extrañamente hacia la cama donde estaba Harry Potter.
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Hermione Granger movía su pie nerviosamente mientras mordía ligeramente la punta de un lápiz intentando entender lo que sucedía.
- ¿...y dices que se apareció en su cama...de la nada?- a pesar de los conocimientos brujos de la chica no podía creer que Harry había aprendido a aparecerse antes que ella.
- No estoy loco Hermione!!! Yo lo vi!!!- después de describir el relato unas cuantas veces su amiga había empezado a mirarlo como si no creyera nada de lo que él decía.
- Imposible Ron, imposible...
Ron parecía molesto porque la chica no entendiera lo que él trataba de decirle sobre la noche anterior cuando sus ojos claros habían visto a su mejor amigo Harry Potter aparecerse de la nada y seguir roncando en la mitad de la noche.
- Tal vez no estás loco... solo estabas algo dormido ¿no Ron?- exclamó Hermione con tono irónico.
Ron volvió a bufar con el comentario de su amiga y hubiera empezado una discusión con ella de no ser por la milagrosa llegada de Harry que venia bajando las escaleras.
-No han bajado a desayunar todavía?- preguntó el muchacho que estaba totalmente adormecido y a la vez mostraba una palidez inusual.
- Te esperábamos Harry, estaba explicándole a Hermione como...
- ¿Te sientes bien Harry?- Hermione interrumpió al pelirrojo y corrió hacia su amigo para ver si tenía fiebre.
- Si Hermi, pero bajemos porque ya tengo hambre- Harry pareció tranquilo pero los ahora habituales intereses de su amiga para con él lo hacia (en muchas ocasiones) sentirse incomodo e incluso enfadado. Sabía que Hermione estaba agradecida con él por haberla comprado en la subasta y que pasar una noche con la chica no sería difícil pero...
Bajó al Gran Comedor todavía intentando recordar lo que había acontecido ayer en la tarde pero no consiguió nada mas que vagas imágenes de alguien tocándole la frente con manos frías. Eludió como pudo las preguntas de Hermione sobre si estaba bien de salud y sus consejos sobre ir a la enfermería y se cansó de escuchar a Ron recordarle que dentro de dos días tendría su noche con Draco Malfoy. Se sentaron en la mesa de Gryffindor y comenzaron a charlar con Dean y Seamus que estaban cerca de ellos.
Harry se mostró asqueado incluso frente a su delicioso zumo de calabaza. Parecía tener unas nauseas increíbles y Seamus empezó a hacer bromas sobre su aspecto parecido a Nick casi decapitado. Un estrépito sacudió a todo el salón y miles de lechuzas atravesaron las mesas en busca de sus dueños. La primera de todas se sentó frente a la comida de Hermione trayéndole el profeta, mientras Pigwidgeon, la lechuza de Ron le entregó una carta de su madre en la que lo saludaba a él y Harry. Por su parte, el aludido chico Potter esperó a Hedwig pero puso fin a sus esperanzas cuando la lechuza no llegó. Sin embargo el mayor escándalo lo armó un hermoso aunque peligroso cuervo negro que volvió a posarse frente a Harry. Todos en el Gran Comedor se quedaron absortos mirando al ave que estiró la pata para que el chico pudiera agarrar un pequeño pergamino. Harry lo miró con curiosidad y estaba dispuesto a leerlo cuando el cuervo estiró su otra pata y Harry vio que llevaba un baúl miniatura. Dudó entre sacar el baúl o dejarlo allí pero un grito espantoso proveniente del animal (nada comparado a los suaves ululeos de Hedwig) lo hizo tomarlo de inmediato. El cuervo se alejó sin mas pero clavando su penetrante mirada en el chico desde lejos.
"No te molestes en saber por que. Lo único que debes saber es que dentro de ese baúl hay un regalo por cada desdichado cumpleaños que has padecido. Feliz cumpleaños."
Harry se quedó sin habla. Sus amigos miraban la nota con asombro y desdén. Todo el Gran comedor quería saber de que se trataba la nota mientras Dumbledore rogaba (internamente) que no se tratara de nada peligroso. Severus Snape solamente entornó los ojos y dibujó una débil sonrisa al ver como el chico saltaba de alegría.
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N/A: Lamento haber dejado este fic tan colgado y sin una continuación porque realmente me ha sorprendido la repercusión que tuvo. Pero ahora aproveché las vacaciones para continuarlo. Voy a dedicar este capitulo a todos los que siguen leyendo a pesar de todo y en especial a una amiga que conozco desde hace un año y que se ha convertido en la persona que mas quiero por internet. Es mi mejor amiga y por lo tanto todo lo que yo hago es para ella... gracias Oracle.
Besos, dejen reviews please!!!! Los quiere y en el proximo capitulo contesto reviews
Battousai Tomoe
*-Everything i do, i do it for you... Sirius Black-*
