Hola.... Gracias a todos los que me mandarón reiews, en serio que hicieron una buena obra de caridad y yo se los agradezco mucho. Emi Tachibana, tu has sido la elegida, bueno Lilith Asakura (tal vez te cambie el apellido)... una pregunta, ¿te gusta lyserg? jejejejej espero que difruten este capítulo y por igual espero que por favor me dejen reviews, eso sí me los merezco. Pasemos al fic'. Ahm... emi, to te voy a describir así como yo te imagino, si no te pareces ni un poco ¡disculpa!, por eso sólo voy a poner el color del cabello. A plika-z o pilika-z... la que me dijo de que quería salir y que se quería llamar "merin" si vas a salir y como novia de Horo pero mandame caracteristicas o algo y así te pongo en el siguiente capítulo.
[...]- son mis comentarios. Soy loca pero prestenles atención. Ya se van a dar cuenta que estoy traumada con los astericos...
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Len se estaba bajando en la estación correspondiente. Había tomado un tren para conocer más a fondo la ciudad en la que probablemente viviría por un tiempo, en el camino observó cierto lugar, el cuál se miraba hermoso, como para compartir con alguien especial, ese alguien especial, sería Pilika. Londres, que bella ciudad que pertenecia al, un poco, extenso país de Inglaterra, había quedado pétrificado al ver tanta obra de arte que le rodeaba. ¿La ainu ya estaría enamorada?, se comenzó a cuestionar pues lo que observaba no tenía nada que ver con Japón, de seguro los chicos eran más caballerosos... claro que él no se quedaría atrás. [HE'S A GENTLEMAN!!!]
¿Adonde habrá ido el chino?- preguntaba Horo a cierto castaño que yacía a su lado.
"esto me huele a amor"- pensó -mmmm ni idea, después de todo, quizá y regrese pronto- habló
¡¡DONDE DEMONIOS ESTÁ MI DESAYUNO!!- gritó una rubia super sulfúrica
Más vale que digan: Horo corrió a que Ana lo mató- dijo el ainu mientras salían de la habitación, pronto la itako se haría presente.
¡¡YOH!!- gritó la chica tumbando la puerta -¡¡NO VES QUE DEBO COMER!!- siguió reclamandó
Dejame trabajar en eso...- murmuró mientras se acercaba a su, ahora, esposa. La besaba con locura y pasión, estaba tan enamorado de ella, era la mujer de sus sueños y mucho más que eso, el ya tenía a esa persona especial y nunca le dejaría ir. Sus besos se intensificaban, se amaban, Ana lo abrazaba, casi aferrándose a él como si se fuera a escapar. Nunca pensó quererlo con esa magnitud. Yoh lentamente se comenzó a quitar la camisa, hasta que al fin con un poco de ayuda de la rubia lo logró, sus ambas manos estaban masajeando los pechos de la itako, ¡sabía lo mucho que eso le gustaba!. Comenzaban a perder el control, siempre que se besaban así, la cosa terminaba en la cama, el baño o algún otro lugar de la casa. Disfrutaban mucho el sexo.
El chino estaba a las puertas de Harbor Victory College, era tan grande el imperio que le recordaba a una de sus casas. Lo único que le acompañaba era una pequeña mochila que cruzaba su pecho, [De esas que sólo tienen un agarradero], era negra, iba bien con su vestimenta pues llevaba un pantalon negro, zapatos negros, un centro blanco y una chamarra de cuero negro sobre el. [si alguien ve the o.c, es tipo ryan ¬]. Sus maletas estaban dirigidas al hotel en el que se quedaría por unos días mientras encontraba un cuarto disponible. Las jóvenes de dicha institucion, babeaban por él, miraban su tan bien formado cuerpo, sus ojos ambarinos, ¡es un don Juan!, los chicos, por su lado, simplemente se limitaban a mirarlo de reojo. Tenía ese aire de chico malo pero tierno, ¡inexplicable!. Entró muy confiado, tenía que hablar con la directora de la Universidad, aún no creía que estaba ahí, cerca de ella, de la Peliazul.
Café negro para ti, Pilika- decía una chica con la cabellera negra agarrada en un lazo blanco que entraba a la habitación de la antes nombrada. Sus ropas, las de este día, consistían en un pantalón negro y camisa celeste. Desde el día de la llegada de la ainu se había convertido en grandes amigas, pues ambas pasaban por problemas amorosos.
Gracias, Lilith- le dijo mientras tomaba la taza. [la adicta al café es otra 9.9...-inyi mira su tazita de 'god bless america!'-]
Y Hao...?- preguntó la chica un poco interesada
Creo que ya salió a clases- responidó la ainu -Cuando me di cuenta ya no estaba-
Me encanta tu poema Pilika, lastima que tu romeo no lo leerá- felicitó la joven mientras veía las letras que estaba con tizas en la pared.
Lilith.... no sabes como desearía que el estuviera aquí conmigo- dijo con un aire de nostalgia -abrazándome, besándome... amándome-
"Día tras día el tiempo pasa, y no puedo sacarte de mi cabeza, nadie lo sabe, lo que siento dentro, sigo buscando y no puedo encontrar, el coraje para mostrar, para hacerte saber que nunca había sentido tanto amor, y una vez más estoy pensando en tomar la salida más fácil, pero si te dejo ir, nunca sabré, como sería mi vida estando junto a tí, ¿alguna vez te veré sonriendo para mí?, como lo sabré, si te dejo ir. Noche tras noche me oigo a mí misma deciendo: '¡¿porqué este sentimiento no desaparece?!', no hay nadie como tú, tú hablas con mi corazón, es una pena que nuestros mundos esten así de separados, soy muy timida para preguntar y muy orgullosa para perder pero tarde o temprano tendré que escoger, y una vez más estoy pensando en tomar la salida más fácil, pero si te dejo ir, nunca sabré, como sería mi vida estando junto a tí, ¿alguna vez te veré sonriendo para mí?, como lo sabré, si te dejo ir. Y otra vez estoy pensando en la salida más fácil de tomar..."
Horohoro, de todo lo ocurrido en el cuarto de Len no había escuchado nada de nada, no es que los esposos fueran callados y temieran ser escuchados. El ainu tenía otras cosas en mente, como por ejemplo conseguirse una buena chica, esto se escucha fácil pero no lo es y el estaba consciente de ello, no se metería con cualquier loca por ahí sino que de todas las chicas que le seguían iba a sacar una especial. Varias estaban descalificadas por el hecho de que sus cartas era similares 'te amo', sin ni siquiera sentirlo, sí, al peliazul le llegaban papeles de amor continuamente, pero nada comparado con los de Tao. Aún pensaba al lugar al que pudo haber ido el tiburon, pero, francamente, no le interesaba, el chico ya estaba bastante crecidito como para tener alguien que lo cuidase.
Después de un extenuante tiempo Ana e Yoh ya habían acabado, terminaron acostados en su futón, la habían pasado fenomenal, siempre lo hacían, como les encantaba estar el uno cerca del otro, sentir ambas repiraciones, nadie conocía ese lado 'oscuro' de la itako a excepción de Yoh y a éste como le fascinaba esa faceta. Sus caricias eran de las mejores, sus besos... esos besos, cada vez que ella le proporcionaba uno sentía como si su boca ardiera en fuego y no era para menos pues la rubia era muy apasionada en todo lo que hacía.
Me perdí en todas nuestras fantasías... Annita- hablaba un cansado shaman samurai.
Yo me vuelvo loca si estoy junto a ti- continuó Kyôyama, dándole un corto beso. Ambos se veían cubiertos por sábanas. Ella recostada en su pecho, abrazándolo, él, por su lado, acariciaba el cabello de su amada... sí, su amada, se muere por ella.
Len, el chico del pelo violáceo, ya estaba en las afueras de la oficina de la directora. En la puerta decía "Jeanne -Principal Director 'University of Harbor'-". Una secretaria le avisó que podía pasar, el muy atento, le siguió. Entró, ya estaba ahí y no había vuelta de hoja, vio lo que tenía la señora, quién diría que la tipa iba a ser la más aburrida del mundo, a su punto de vista. Tenía su escritorio, todo en sumo orden, su silla forrada en terciopelo [un poco loca la vieja U], un archivo donde, según él, se encontarba los datos de algunos de los alumnos, o quizá, pornografía, ni le interesaba. Ante sus ojos se veía una mujer de cabellos plateados puestos en un moño, sus ojos parecía tener hemorragia, pues eran rojos más rojos que la sangre propia, su piel era blanca, blanca, blanca llegando a ser palida. -"Ahora veo porqué es la directora... tiene cara de prostituta barata"- pensó mientras mostraba una sonrisa falsa
Usted es el joven Len Tao, ¿cierto?, parece ser un buen caballero, justo lo que necesitamos aquí en Harbor- habló la señora
"Lo que usted diga vieja loca"- pensaba -Muchas Gracias- habló -Estoy muy feliz de poder ser trasferido aquí- siguió, sí, sí estaba felíz pero no por los estudios sino por su querida enamorada.
Según su récord estudiantil, sobresale en las materias básicas, su expediente está completo, tengo desde referencias hasta las listas de las escuelas a las que ha asistido. Usted es de la gran familia de los Tao, será muy bien recibido aquí- explicó mientras verificaba un folder, donde estaba toda su información, datos, etc. -Aquí esta su horario- prosiguió Jeanne entregándole una papeleta con todas las clases restantes que le harían falta.
El chico muy cómodo salió de la dirección, sonriendo por lo fácil que había entrado a Harbor Victory College, después de todo un poco de dinero si hace efecto, ahora bien su siguiente paso era encontrar los salones pues no conocía ni la más minima parte del lugar, además se tenía que poner al día, encontrar un cuarto disponible y miles de cosas para su estadía definitiva, más tarde comenzaría en su 'busqueda' ya que no iría por gusto. Inclusó las que trabajaban ahí se quedaban admiradas al ver su físico, ver como esos pantalones se amoldaban a sus bien dotadas piernas, ese centro que se acoplaba de una manera extravagante a su firme pecho, y esa chamarra de cuero que le daba el toque de chico malo. Todas estaban embobadas hasta que vierón lo que le cruzaba en el pecho, su mochila... -¡es un estudiante!- suspirarón en coro. Ya, fuera de las oficinas de H.V.C, chocó con alguien, ambos callendo al suelo, inmediatamente se tocó la cabeza, se había golpeado pero no de una manera exagerada.
¡¡QUE NO!!- gritaba un Hao sulfúrico
Pero.... hermanito, no seas así, ayudame con Pilika- pedía el chico originario de Inglaterra.
¡¡N-O, NO!!- seguía gritando - ¬¬ Ni siquiera entiendo porqué te viniste aquí, a ésta universidad ¡¡NO TE CANSAS CON HACERME LA VIDA IMPOSIBLE!!, ¡¡CON QUE SEAS MI HERMANO BASTA Y SOBRA!!- reclamó.
Haito, lindo, hermoso y precioso... ella me gusta mucho ., yo no me conformo con su amistad- decía con sus cuadernos en mano -se un buen samaritano y ayudame-
¡¡ESCUCHAME LYSERG, A MÍ ME VALE UN CARAJO QUE QUIERAS CON PILIKA!!- exclamó ya hartó de la persistencia de su, desafortunadamente, pariente.
¬¬ Yo te ayudo con Hogarth, o debería decir Lilith... yo sé que te gusta- sobornó, provocando un notorio sonrojo en las mejillas del cabello largo.
¡¡MALDITO INGLÉS DE QUINTA!!- le gritó mientras con su libro más grueso le dió un golpe en la cabeza - ¡¡A VER SI ASÍ YA PIENSAS CON CLARIDAD!!- como le molestaba ser su hermano, por más que lo pensaba no encontraba la manera en que dos seres tan diferentes podían tener la misma sangre. Él, tipo cazanova y su hermano el estúpido teñido verde que no tenía vida social y propia. ¡Lo odiaba!
Que rica está el agua...- suspiraba Yoh
La sientes así porqué estás cansado, picarón...- molestó Horo al ver la expresión de la cara de su amigo.
Sí, cuando necesites ayuda me avisas- se burl
Aún no puedo creer todo lo que pasó en un año- empezó a comentar el peliazul con un modo serio.
Jijijijiji- rió para variar -Sí, por fin ya soy más feliz, estoy casado, tengo a mis amigos, ¿que más podría pedir?-
¿Una personalidad?- dudó el puerco-espín.
Jijijijijijijijiji- prosiguió -cuando te consigues una novia, eh-
-.- en esas estoy, tú por lo menos ya tienes hasta esposa-
Sí, soy afortunado-
si tu lo dices u.u-
Oh, disculpame- habló Len Tao ayudando a la joven a recoger sus pertenencias
Ya que te veo, no te me haces conocido- inició la chica
Mmmmm ¿te has recorrido toda la Universidad?- dijo con sarcasmo
¬¬ simplemente encantador... eres nuevo, ¿cierto?-
sí- respondió secamente - ¿podrías ayudarme a encontrar mi salón?- pidió, de una o de otra manera tenía que pedir ayuda.
No hay problema- sonrió -Prestame- habló mientras le quitaba la hoja de su horario -Computación con planificación de materiales- suspiró, era su misma clase -Puedes venir conmigo y mis amigos- sugirió
Bueno- aceptó - Mi nombre es Tao, Tao Len- se presentó -Gracias por la ayuda-
Hogarth, Hogarth Lilith- correspondió la joven -Le vas a encantar a mi amiga- siguió. Tenía las mismas características que Pilika le había contado de su romeo, sin embargo, no sabía su nombre. ¡¡Lo había descrito miles de millones de veces pero jamás había revelado su nombre!!
Ana estaba en la ventana de su habitación, mirando la ciudad que le rodeaba, sería bueno visitar a los abuelos de Yoh. Hace tiempo que no salían de la pensión, o podían ir por Tamao para hacer un viaje a la playa, pues tendrían que llevar a Horo. Ni ella misma creía las ideas que estaba teniendo ya que para hacer todo esto tenía que gastar dinero, ¡es una abara!, sin embargo, al lado de su esposo ya nada importaba, no necesitaba tener dinero, siempre y cuando lo tuviera a él, para ella, sólo para ella. Ya nada más tenía sentido si él no estaba cerca suyo, amándola, apoyándola, y muchas otras cosas más.
Londres, capital al sureste de Inglaterra, en Europa, su clima normalmente es neutro, entre cálido y frío, aunque por las noches éste último se apodera del lugar. Sus habitantes ya estaban acostumbrados a este hecho pues ya no les incomodaba pasar un poco de frío nocturno, a la mayoría esta idea les encantaba, más que todo a las parejas por que podían estar cerca el uno del otro dándose calor. Pero cierta ainu se calentaba con un poco de café muy negro, era su favorito, este día se había levantado de las mil maravillas, más no tenía ni la menor idea de como iba a cambiar su vida. No obstante, por las jugarretas del destino, la chica no asistiría a clases, por un lado era por qué, como siempre, estaría aburrida, pero por el otro lado, era porqué tenía que terminar unos planos, que pertenecían a su clase de computación con planificación de materiales, y ella áun no los tenía listos, en esa hora que se tomaría libre los terminaría y así los entregaría a tiempo. Decidió hacer sus planos en la cafetería.
Faltaban cinco minutos para el incio de clases. El chino y Hogarth Lilith, [me gusta escribir eso ], yacían ahí, esperando a los amigos de la última. Él por su parte se limitaba a estar parado recostado en la pared que se encontraba cerca de la puerta. La chica veía su reloj constantamente, los parientes volverían a llegar tarde.
¡Alguien me extrañaba!- grito cierto cabellos largos y oscuros mientras le daba un beso en la mejilla en forma de saludo
¬¬ un poco más y llegas tarde, inútil- reclamó.
¡¡¡¡No se olviden de mí!!!!- exclamó un teñido verde, saliendo a las espaldas de su hermano.
¿Y Pilika?- preguntó Lilith un poco preocupada. Al oir este nombre Len rápidamente puso atención a lo que dirían. No lo podía creer, en unos segundos más podía ver a SU ainu, por que no podía ser que hubiera otra, No, era ella, SU peliazul.
Ah, ya que lo mencionas me la encontré en la cafetería- habló Hao -pero no me dijo nada-
No me extrañaría- comentó Lyserg
Supongo que no asistirá a clases- razonó la única chica que se encontraba ahí.
¿Podrías decirme donde está esa cafetería?- interrogó timidamente el shaman chino
Te vas a la planta primera, en el primer pasillo, a la derecha hasta el fondo- respondió lyserg sin aún saberla identidad que le cuestionaba. Sin más, el chico nuevo, Tao, ya no estaba ahí, no asistiría a clases él tampoco. Tenía que ver a Pilika.
Ah... por cierto él era Len Tao- apuntó Hogarth
¡¿ESTÁS BROMEANDO, CIERTO?!- exclamó Hao sin creer lo que le estaban diciendo. Pilika ya le había confesado hace tiempo el nombre de su chico secreto.
¿de que hablan O.ô?- preguntó lyserg sin entender palabra
Porqué me gritas... ¬¬ no tengo necesidad de mentirte- alegó Lilith
¡¡ES LEN TAO!! ¡¡EL ROMEO DE PILIKA!!- le respondió haciendo que la chica, incredúla, saltará de la emoción por su amiga.
Después del baño, Horo comenzó a entrenar de nuevo, ya fresco, no podía pensar en otras cosas por el momento, sólo esperaría a la llegada de la carta de su hermana, pues en ella había una interrogante importante e interesante. Estaba levantando pesas, no sabía porque, ya que siempre odió el entrenamiento del infierno que le hacía la ainu. Sus mejillas se ruborizarón, al recordar un incidente pasado hace ya mucho tiempo, (unos meses antes de la partida de la peliazul), con Tamao, no lo pudo evitar, jamás lo olvidaría. Desde esa vez fue que empezó en busca del amor. Pero para él, aún, en su corazón, seguía la pelirosada, no muy profundamente, pero siempre tenía un lugarsito en él.
-------FLASHBACK-------
Después de la ronda rutinaria, en la que el chino molestaba al ainu, éste último muy enojado se fue a la cascada, una que se encontraba en lo más profundo de la pensión, más no se dió cuenta que alguien más estaba allí. Se paralizó, no supo que hacer, se quedó parado allí, tanta era la belleza que su ser quedó hipnotizado. Esos cabellos rosados, así de rosados como el color en que sus mejillas se estaban convirtiendo. Estaba desnuda, en cuerpo y alma, era tan hermosa que parecía una obra de arte hecha por Picasso. Tamao, él nunca habría pensado en ella de esa manera, en ese ser tan especial, amable y bondadoso, allí se encontraba, tomando un baño. El agua no cubría ni la mitad del cuerpo de la chica, [¬¬U, y eso que es una cascada], sus pechos, redondos y firmes, su vientre, minímamente arqueado ya que estaba haciendo sus cabellos hacia atrás, su forma era tan esvelta que ni el mismo ainu podía negarlo. Hermosa, demasiado, pensó él. Un poco de vapor que se sentía hacia que las emociones asendieran. Tamaura lo notó, pero la edad la había convertido en una persona más deshinibida, ya no se ruborizaba como antes [U Tamao es un poco OOC]. Se dió vuelta y sonrió maliciosamente, observando como Horo se cubría de los tonos más rojos. Lo había atrapado. Caminó hasta él, sin cubrirse, así desnuda se paró frente a él, un poco más a la izquierda yacían sus toallas. El ainu no supo que decir, las palabras simplemente no cruzaban en su garganta, ¿que podía decir?.
-Usted también me gusta mucho- habló Tamao, tomando sus toallas cubriendose y yendose del lugar. Desde esa ocasión, no logró decirle lo mucho que sentía haberla visto ya que un mes después la chica se fue a la casa de los abuelos de Yoh.
-------FIN DEL FLASHBACK-------
Yoh estaba en su habitación escuchando música, se encontraba muy relajado, era su preferida sensación, después de la ce estar con su esposa. Nada podría hacer que su vida empeoraze o al menos eso pensaba él. Ana había salido un rato para comprar cosas de la cena. Sí, el chcio estaba muy feliz de la mujer en que Kyôyama se había convertido, siempre trataba de hacer las cosas, aunque no le gustarán, todo por hacerlo feliz, a él, por esa y muchas otras razones la amaba. Yacía muy contento de que la rubia correspondiera sus mismos sentimientos, pensamientos y muchas cosas más.
Ahí estaba el chino, en un esquina, la había localizado, era Pilika, SU pilika, SU ainu, SU peliazul, la dueña de su corazón. No sabía que hacer, estaba como paralizado por verla, no podía llegar como si nada, y estaba consciente de eso. La joven yacía con sus planos sobre la mesa, una taza de cafe a un lado, ¡y que decir de como estaba!, su cuerpo ya estaba con mucha más forma, aunque estaba sentada se podía ver que sus curvas están mejoradas, Len se moría de ganas de besarla y decirle, nuevamente, lo mucho que la amaba y deseaba. Sus ropas, hacían que se viera mucho mejor, andaba una camisa rosada de manga 3/4 rosada de cuello, y sobre ésta un chaleco negro, ¡que bien se veía!, su pantalón era negro al igual que sus zapatos. Se veía tan hermosa ahí, trabajando, con algunos de sus cabellos celestiales asentuandose en su cara, ¡estaba muy sensual!. Entre más la veía, más se convencía de lo mucho que le gustaba. Suspiró y comenzó a acercarce a la chica.
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Oh, oh, oh, oh, oh, oh, NO!... ojalá nadie me mate , me pareció un buen final y si tenen alguna sugerencia, serán bienvenidas. Gracias por leer el fic' y de antemano Gracias a los que planean dejarme review, si no les gusta como me va quedando ¿porqué lo leen?... jajajajaja bueno gracias, otra vez, para las que me dan ánimos de continuar. ARIGATÔ.
[...]- son mis comentarios. Soy loca pero prestenles atención. Ya se van a dar cuenta que estoy traumada con los astericos...
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Len se estaba bajando en la estación correspondiente. Había tomado un tren para conocer más a fondo la ciudad en la que probablemente viviría por un tiempo, en el camino observó cierto lugar, el cuál se miraba hermoso, como para compartir con alguien especial, ese alguien especial, sería Pilika. Londres, que bella ciudad que pertenecia al, un poco, extenso país de Inglaterra, había quedado pétrificado al ver tanta obra de arte que le rodeaba. ¿La ainu ya estaría enamorada?, se comenzó a cuestionar pues lo que observaba no tenía nada que ver con Japón, de seguro los chicos eran más caballerosos... claro que él no se quedaría atrás. [HE'S A GENTLEMAN!!!]
¿Adonde habrá ido el chino?- preguntaba Horo a cierto castaño que yacía a su lado.
"esto me huele a amor"- pensó -mmmm ni idea, después de todo, quizá y regrese pronto- habló
¡¡DONDE DEMONIOS ESTÁ MI DESAYUNO!!- gritó una rubia super sulfúrica
Más vale que digan: Horo corrió a que Ana lo mató- dijo el ainu mientras salían de la habitación, pronto la itako se haría presente.
¡¡YOH!!- gritó la chica tumbando la puerta -¡¡NO VES QUE DEBO COMER!!- siguió reclamandó
Dejame trabajar en eso...- murmuró mientras se acercaba a su, ahora, esposa. La besaba con locura y pasión, estaba tan enamorado de ella, era la mujer de sus sueños y mucho más que eso, el ya tenía a esa persona especial y nunca le dejaría ir. Sus besos se intensificaban, se amaban, Ana lo abrazaba, casi aferrándose a él como si se fuera a escapar. Nunca pensó quererlo con esa magnitud. Yoh lentamente se comenzó a quitar la camisa, hasta que al fin con un poco de ayuda de la rubia lo logró, sus ambas manos estaban masajeando los pechos de la itako, ¡sabía lo mucho que eso le gustaba!. Comenzaban a perder el control, siempre que se besaban así, la cosa terminaba en la cama, el baño o algún otro lugar de la casa. Disfrutaban mucho el sexo.
El chino estaba a las puertas de Harbor Victory College, era tan grande el imperio que le recordaba a una de sus casas. Lo único que le acompañaba era una pequeña mochila que cruzaba su pecho, [De esas que sólo tienen un agarradero], era negra, iba bien con su vestimenta pues llevaba un pantalon negro, zapatos negros, un centro blanco y una chamarra de cuero negro sobre el. [si alguien ve the o.c, es tipo ryan ¬]. Sus maletas estaban dirigidas al hotel en el que se quedaría por unos días mientras encontraba un cuarto disponible. Las jóvenes de dicha institucion, babeaban por él, miraban su tan bien formado cuerpo, sus ojos ambarinos, ¡es un don Juan!, los chicos, por su lado, simplemente se limitaban a mirarlo de reojo. Tenía ese aire de chico malo pero tierno, ¡inexplicable!. Entró muy confiado, tenía que hablar con la directora de la Universidad, aún no creía que estaba ahí, cerca de ella, de la Peliazul.
Café negro para ti, Pilika- decía una chica con la cabellera negra agarrada en un lazo blanco que entraba a la habitación de la antes nombrada. Sus ropas, las de este día, consistían en un pantalón negro y camisa celeste. Desde el día de la llegada de la ainu se había convertido en grandes amigas, pues ambas pasaban por problemas amorosos.
Gracias, Lilith- le dijo mientras tomaba la taza. [la adicta al café es otra 9.9...-inyi mira su tazita de 'god bless america!'-]
Y Hao...?- preguntó la chica un poco interesada
Creo que ya salió a clases- responidó la ainu -Cuando me di cuenta ya no estaba-
Me encanta tu poema Pilika, lastima que tu romeo no lo leerá- felicitó la joven mientras veía las letras que estaba con tizas en la pared.
Lilith.... no sabes como desearía que el estuviera aquí conmigo- dijo con un aire de nostalgia -abrazándome, besándome... amándome-
"Día tras día el tiempo pasa, y no puedo sacarte de mi cabeza, nadie lo sabe, lo que siento dentro, sigo buscando y no puedo encontrar, el coraje para mostrar, para hacerte saber que nunca había sentido tanto amor, y una vez más estoy pensando en tomar la salida más fácil, pero si te dejo ir, nunca sabré, como sería mi vida estando junto a tí, ¿alguna vez te veré sonriendo para mí?, como lo sabré, si te dejo ir. Noche tras noche me oigo a mí misma deciendo: '¡¿porqué este sentimiento no desaparece?!', no hay nadie como tú, tú hablas con mi corazón, es una pena que nuestros mundos esten así de separados, soy muy timida para preguntar y muy orgullosa para perder pero tarde o temprano tendré que escoger, y una vez más estoy pensando en tomar la salida más fácil, pero si te dejo ir, nunca sabré, como sería mi vida estando junto a tí, ¿alguna vez te veré sonriendo para mí?, como lo sabré, si te dejo ir. Y otra vez estoy pensando en la salida más fácil de tomar..."
Horohoro, de todo lo ocurrido en el cuarto de Len no había escuchado nada de nada, no es que los esposos fueran callados y temieran ser escuchados. El ainu tenía otras cosas en mente, como por ejemplo conseguirse una buena chica, esto se escucha fácil pero no lo es y el estaba consciente de ello, no se metería con cualquier loca por ahí sino que de todas las chicas que le seguían iba a sacar una especial. Varias estaban descalificadas por el hecho de que sus cartas era similares 'te amo', sin ni siquiera sentirlo, sí, al peliazul le llegaban papeles de amor continuamente, pero nada comparado con los de Tao. Aún pensaba al lugar al que pudo haber ido el tiburon, pero, francamente, no le interesaba, el chico ya estaba bastante crecidito como para tener alguien que lo cuidase.
Después de un extenuante tiempo Ana e Yoh ya habían acabado, terminaron acostados en su futón, la habían pasado fenomenal, siempre lo hacían, como les encantaba estar el uno cerca del otro, sentir ambas repiraciones, nadie conocía ese lado 'oscuro' de la itako a excepción de Yoh y a éste como le fascinaba esa faceta. Sus caricias eran de las mejores, sus besos... esos besos, cada vez que ella le proporcionaba uno sentía como si su boca ardiera en fuego y no era para menos pues la rubia era muy apasionada en todo lo que hacía.
Me perdí en todas nuestras fantasías... Annita- hablaba un cansado shaman samurai.
Yo me vuelvo loca si estoy junto a ti- continuó Kyôyama, dándole un corto beso. Ambos se veían cubiertos por sábanas. Ella recostada en su pecho, abrazándolo, él, por su lado, acariciaba el cabello de su amada... sí, su amada, se muere por ella.
Len, el chico del pelo violáceo, ya estaba en las afueras de la oficina de la directora. En la puerta decía "Jeanne -Principal Director 'University of Harbor'-". Una secretaria le avisó que podía pasar, el muy atento, le siguió. Entró, ya estaba ahí y no había vuelta de hoja, vio lo que tenía la señora, quién diría que la tipa iba a ser la más aburrida del mundo, a su punto de vista. Tenía su escritorio, todo en sumo orden, su silla forrada en terciopelo [un poco loca la vieja U], un archivo donde, según él, se encontarba los datos de algunos de los alumnos, o quizá, pornografía, ni le interesaba. Ante sus ojos se veía una mujer de cabellos plateados puestos en un moño, sus ojos parecía tener hemorragia, pues eran rojos más rojos que la sangre propia, su piel era blanca, blanca, blanca llegando a ser palida. -"Ahora veo porqué es la directora... tiene cara de prostituta barata"- pensó mientras mostraba una sonrisa falsa
Usted es el joven Len Tao, ¿cierto?, parece ser un buen caballero, justo lo que necesitamos aquí en Harbor- habló la señora
"Lo que usted diga vieja loca"- pensaba -Muchas Gracias- habló -Estoy muy feliz de poder ser trasferido aquí- siguió, sí, sí estaba felíz pero no por los estudios sino por su querida enamorada.
Según su récord estudiantil, sobresale en las materias básicas, su expediente está completo, tengo desde referencias hasta las listas de las escuelas a las que ha asistido. Usted es de la gran familia de los Tao, será muy bien recibido aquí- explicó mientras verificaba un folder, donde estaba toda su información, datos, etc. -Aquí esta su horario- prosiguió Jeanne entregándole una papeleta con todas las clases restantes que le harían falta.
El chico muy cómodo salió de la dirección, sonriendo por lo fácil que había entrado a Harbor Victory College, después de todo un poco de dinero si hace efecto, ahora bien su siguiente paso era encontrar los salones pues no conocía ni la más minima parte del lugar, además se tenía que poner al día, encontrar un cuarto disponible y miles de cosas para su estadía definitiva, más tarde comenzaría en su 'busqueda' ya que no iría por gusto. Inclusó las que trabajaban ahí se quedaban admiradas al ver su físico, ver como esos pantalones se amoldaban a sus bien dotadas piernas, ese centro que se acoplaba de una manera extravagante a su firme pecho, y esa chamarra de cuero que le daba el toque de chico malo. Todas estaban embobadas hasta que vierón lo que le cruzaba en el pecho, su mochila... -¡es un estudiante!- suspirarón en coro. Ya, fuera de las oficinas de H.V.C, chocó con alguien, ambos callendo al suelo, inmediatamente se tocó la cabeza, se había golpeado pero no de una manera exagerada.
¡¡QUE NO!!- gritaba un Hao sulfúrico
Pero.... hermanito, no seas así, ayudame con Pilika- pedía el chico originario de Inglaterra.
¡¡N-O, NO!!- seguía gritando - ¬¬ Ni siquiera entiendo porqué te viniste aquí, a ésta universidad ¡¡NO TE CANSAS CON HACERME LA VIDA IMPOSIBLE!!, ¡¡CON QUE SEAS MI HERMANO BASTA Y SOBRA!!- reclamó.
Haito, lindo, hermoso y precioso... ella me gusta mucho ., yo no me conformo con su amistad- decía con sus cuadernos en mano -se un buen samaritano y ayudame-
¡¡ESCUCHAME LYSERG, A MÍ ME VALE UN CARAJO QUE QUIERAS CON PILIKA!!- exclamó ya hartó de la persistencia de su, desafortunadamente, pariente.
¬¬ Yo te ayudo con Hogarth, o debería decir Lilith... yo sé que te gusta- sobornó, provocando un notorio sonrojo en las mejillas del cabello largo.
¡¡MALDITO INGLÉS DE QUINTA!!- le gritó mientras con su libro más grueso le dió un golpe en la cabeza - ¡¡A VER SI ASÍ YA PIENSAS CON CLARIDAD!!- como le molestaba ser su hermano, por más que lo pensaba no encontraba la manera en que dos seres tan diferentes podían tener la misma sangre. Él, tipo cazanova y su hermano el estúpido teñido verde que no tenía vida social y propia. ¡Lo odiaba!
Que rica está el agua...- suspiraba Yoh
La sientes así porqué estás cansado, picarón...- molestó Horo al ver la expresión de la cara de su amigo.
Sí, cuando necesites ayuda me avisas- se burl
Aún no puedo creer todo lo que pasó en un año- empezó a comentar el peliazul con un modo serio.
Jijijijiji- rió para variar -Sí, por fin ya soy más feliz, estoy casado, tengo a mis amigos, ¿que más podría pedir?-
¿Una personalidad?- dudó el puerco-espín.
Jijijijijijijijiji- prosiguió -cuando te consigues una novia, eh-
-.- en esas estoy, tú por lo menos ya tienes hasta esposa-
Sí, soy afortunado-
si tu lo dices u.u-
Oh, disculpame- habló Len Tao ayudando a la joven a recoger sus pertenencias
Ya que te veo, no te me haces conocido- inició la chica
Mmmmm ¿te has recorrido toda la Universidad?- dijo con sarcasmo
¬¬ simplemente encantador... eres nuevo, ¿cierto?-
sí- respondió secamente - ¿podrías ayudarme a encontrar mi salón?- pidió, de una o de otra manera tenía que pedir ayuda.
No hay problema- sonrió -Prestame- habló mientras le quitaba la hoja de su horario -Computación con planificación de materiales- suspiró, era su misma clase -Puedes venir conmigo y mis amigos- sugirió
Bueno- aceptó - Mi nombre es Tao, Tao Len- se presentó -Gracias por la ayuda-
Hogarth, Hogarth Lilith- correspondió la joven -Le vas a encantar a mi amiga- siguió. Tenía las mismas características que Pilika le había contado de su romeo, sin embargo, no sabía su nombre. ¡¡Lo había descrito miles de millones de veces pero jamás había revelado su nombre!!
Ana estaba en la ventana de su habitación, mirando la ciudad que le rodeaba, sería bueno visitar a los abuelos de Yoh. Hace tiempo que no salían de la pensión, o podían ir por Tamao para hacer un viaje a la playa, pues tendrían que llevar a Horo. Ni ella misma creía las ideas que estaba teniendo ya que para hacer todo esto tenía que gastar dinero, ¡es una abara!, sin embargo, al lado de su esposo ya nada importaba, no necesitaba tener dinero, siempre y cuando lo tuviera a él, para ella, sólo para ella. Ya nada más tenía sentido si él no estaba cerca suyo, amándola, apoyándola, y muchas otras cosas más.
Londres, capital al sureste de Inglaterra, en Europa, su clima normalmente es neutro, entre cálido y frío, aunque por las noches éste último se apodera del lugar. Sus habitantes ya estaban acostumbrados a este hecho pues ya no les incomodaba pasar un poco de frío nocturno, a la mayoría esta idea les encantaba, más que todo a las parejas por que podían estar cerca el uno del otro dándose calor. Pero cierta ainu se calentaba con un poco de café muy negro, era su favorito, este día se había levantado de las mil maravillas, más no tenía ni la menor idea de como iba a cambiar su vida. No obstante, por las jugarretas del destino, la chica no asistiría a clases, por un lado era por qué, como siempre, estaría aburrida, pero por el otro lado, era porqué tenía que terminar unos planos, que pertenecían a su clase de computación con planificación de materiales, y ella áun no los tenía listos, en esa hora que se tomaría libre los terminaría y así los entregaría a tiempo. Decidió hacer sus planos en la cafetería.
Faltaban cinco minutos para el incio de clases. El chino y Hogarth Lilith, [me gusta escribir eso ], yacían ahí, esperando a los amigos de la última. Él por su parte se limitaba a estar parado recostado en la pared que se encontraba cerca de la puerta. La chica veía su reloj constantamente, los parientes volverían a llegar tarde.
¡Alguien me extrañaba!- grito cierto cabellos largos y oscuros mientras le daba un beso en la mejilla en forma de saludo
¬¬ un poco más y llegas tarde, inútil- reclamó.
¡¡¡¡No se olviden de mí!!!!- exclamó un teñido verde, saliendo a las espaldas de su hermano.
¿Y Pilika?- preguntó Lilith un poco preocupada. Al oir este nombre Len rápidamente puso atención a lo que dirían. No lo podía creer, en unos segundos más podía ver a SU ainu, por que no podía ser que hubiera otra, No, era ella, SU peliazul.
Ah, ya que lo mencionas me la encontré en la cafetería- habló Hao -pero no me dijo nada-
No me extrañaría- comentó Lyserg
Supongo que no asistirá a clases- razonó la única chica que se encontraba ahí.
¿Podrías decirme donde está esa cafetería?- interrogó timidamente el shaman chino
Te vas a la planta primera, en el primer pasillo, a la derecha hasta el fondo- respondió lyserg sin aún saberla identidad que le cuestionaba. Sin más, el chico nuevo, Tao, ya no estaba ahí, no asistiría a clases él tampoco. Tenía que ver a Pilika.
Ah... por cierto él era Len Tao- apuntó Hogarth
¡¿ESTÁS BROMEANDO, CIERTO?!- exclamó Hao sin creer lo que le estaban diciendo. Pilika ya le había confesado hace tiempo el nombre de su chico secreto.
¿de que hablan O.ô?- preguntó lyserg sin entender palabra
Porqué me gritas... ¬¬ no tengo necesidad de mentirte- alegó Lilith
¡¡ES LEN TAO!! ¡¡EL ROMEO DE PILIKA!!- le respondió haciendo que la chica, incredúla, saltará de la emoción por su amiga.
Después del baño, Horo comenzó a entrenar de nuevo, ya fresco, no podía pensar en otras cosas por el momento, sólo esperaría a la llegada de la carta de su hermana, pues en ella había una interrogante importante e interesante. Estaba levantando pesas, no sabía porque, ya que siempre odió el entrenamiento del infierno que le hacía la ainu. Sus mejillas se ruborizarón, al recordar un incidente pasado hace ya mucho tiempo, (unos meses antes de la partida de la peliazul), con Tamao, no lo pudo evitar, jamás lo olvidaría. Desde esa vez fue que empezó en busca del amor. Pero para él, aún, en su corazón, seguía la pelirosada, no muy profundamente, pero siempre tenía un lugarsito en él.
-------FLASHBACK-------
Después de la ronda rutinaria, en la que el chino molestaba al ainu, éste último muy enojado se fue a la cascada, una que se encontraba en lo más profundo de la pensión, más no se dió cuenta que alguien más estaba allí. Se paralizó, no supo que hacer, se quedó parado allí, tanta era la belleza que su ser quedó hipnotizado. Esos cabellos rosados, así de rosados como el color en que sus mejillas se estaban convirtiendo. Estaba desnuda, en cuerpo y alma, era tan hermosa que parecía una obra de arte hecha por Picasso. Tamao, él nunca habría pensado en ella de esa manera, en ese ser tan especial, amable y bondadoso, allí se encontraba, tomando un baño. El agua no cubría ni la mitad del cuerpo de la chica, [¬¬U, y eso que es una cascada], sus pechos, redondos y firmes, su vientre, minímamente arqueado ya que estaba haciendo sus cabellos hacia atrás, su forma era tan esvelta que ni el mismo ainu podía negarlo. Hermosa, demasiado, pensó él. Un poco de vapor que se sentía hacia que las emociones asendieran. Tamaura lo notó, pero la edad la había convertido en una persona más deshinibida, ya no se ruborizaba como antes [U Tamao es un poco OOC]. Se dió vuelta y sonrió maliciosamente, observando como Horo se cubría de los tonos más rojos. Lo había atrapado. Caminó hasta él, sin cubrirse, así desnuda se paró frente a él, un poco más a la izquierda yacían sus toallas. El ainu no supo que decir, las palabras simplemente no cruzaban en su garganta, ¿que podía decir?.
-Usted también me gusta mucho- habló Tamao, tomando sus toallas cubriendose y yendose del lugar. Desde esa ocasión, no logró decirle lo mucho que sentía haberla visto ya que un mes después la chica se fue a la casa de los abuelos de Yoh.
-------FIN DEL FLASHBACK-------
Yoh estaba en su habitación escuchando música, se encontraba muy relajado, era su preferida sensación, después de la ce estar con su esposa. Nada podría hacer que su vida empeoraze o al menos eso pensaba él. Ana había salido un rato para comprar cosas de la cena. Sí, el chcio estaba muy feliz de la mujer en que Kyôyama se había convertido, siempre trataba de hacer las cosas, aunque no le gustarán, todo por hacerlo feliz, a él, por esa y muchas otras razones la amaba. Yacía muy contento de que la rubia correspondiera sus mismos sentimientos, pensamientos y muchas cosas más.
Ahí estaba el chino, en un esquina, la había localizado, era Pilika, SU pilika, SU ainu, SU peliazul, la dueña de su corazón. No sabía que hacer, estaba como paralizado por verla, no podía llegar como si nada, y estaba consciente de eso. La joven yacía con sus planos sobre la mesa, una taza de cafe a un lado, ¡y que decir de como estaba!, su cuerpo ya estaba con mucha más forma, aunque estaba sentada se podía ver que sus curvas están mejoradas, Len se moría de ganas de besarla y decirle, nuevamente, lo mucho que la amaba y deseaba. Sus ropas, hacían que se viera mucho mejor, andaba una camisa rosada de manga 3/4 rosada de cuello, y sobre ésta un chaleco negro, ¡que bien se veía!, su pantalón era negro al igual que sus zapatos. Se veía tan hermosa ahí, trabajando, con algunos de sus cabellos celestiales asentuandose en su cara, ¡estaba muy sensual!. Entre más la veía, más se convencía de lo mucho que le gustaba. Suspiró y comenzó a acercarce a la chica.
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Oh, oh, oh, oh, oh, oh, NO!... ojalá nadie me mate , me pareció un buen final y si tenen alguna sugerencia, serán bienvenidas. Gracias por leer el fic' y de antemano Gracias a los que planean dejarme review, si no les gusta como me va quedando ¿porqué lo leen?... jajajajaja bueno gracias, otra vez, para las que me dan ánimos de continuar. ARIGATÔ.
