CAPÍTULO 2: Willow weep for me

Habían pasado diez días. Diez días en los que Mika había continuado ocupándose de la casa, cuidando de sus hermanos, obedeciendo a su padre. . . Siempre atenta y correcta, como se suponía que debía ser, sin ningún cambio aparente. Aunque tal vez, pensó, si su madre siguiera viva, ella sí que hubiera notado el cambio en su hija.

Mika se había convertido en un autómata programado para fingir normalidad, mientras esperaba una respuesta, una señal, un algo, referente a lo que había pasado en su habitación.

También es verdad que podría haber hablado ella misma con Tohma, pero algo le decía que eso sería un error. Sus amigas siempre decían que, después de acostarse contigo, los chicos dejan pasar un tiempo para ver si te pones nerviosa y empiezas a fastidiarlos preguntando si ya sois novios o qué. Entonces, lo que una tenía que hacer era mantenerse fría y hacerse la interesante, como que te importa un pito, vamos, porque si te ven demasiado ansiosa, se agobian un montón. "Los hombres son como animaluchos. En cuanto ven que han cazado a la presa, pierden el interés". Así hablaban ellas, sin permitir que el insignificante detalle de que ninguna se hubiera acostado todavía con nadie, les impidiera dárselas de expertas en la materia. Después se sonrojaban y soltaban aquellas risitas estúpidas. Mika se reía con ellas, aunque en el fondo pensaba que todo aquello no era más que una sarta de tonterías. Pero, ¿y si tenían razón? Al fin y al cabo, Tohma estaba haciendo lo que ellas habían dicho. Pero. . . Tohma no era como el resto de los chicos. Tohma era. . . Oh, por favor, ¿es que sabía alguien realmente como era Tohma? ¿Estaba haciendo bien? ¿Estaba haciendo mal? ¿Y si él estaba esperando que ella dijera algo? ¿Y si él pensaba que era a ella la que no le daba importancia a lo sucedido? ¿Y si le llamaba? ¿Y si él perdía el interés? ¿Y si. . .? Tales eran las cosas que pasaban por la cabeza de Mika mientras preparaba el té, saludaba a los invitados, buscaba las gafas que Eiri había vuelto a perder. . .

En realidad, Seguchi había ido a su casa uno de aquellos días, pero los dos minutos escasos que habían pasado juntos habían sido en presencia de su padre, así que cualquier mención al ASUNTO habría resultado imposible. Luego, Tohma se había metido con Eiri en su habitación y no lo volvió a ver en toda la tarde hasta que se despidieron.

El cuarto de Eiri estaba justo enfrente del suyo. Cuando Mika subió un momento a su habitación, escuchó las voces de los dos chicos a través de la puerta. Eso no estaba bien, pero una vocecilla cabreada en su interior le dijo que tenía todo el derecho del mundo a escuchar.

- ¡No! De ninguna manera. JAJAJA

- Venga, Eiri-san. Déjamelo ver.

- Que no, que me da vergüenza.

- Oh, eso no es justo Eiri-san. Yo no tengo secretos para ti.

Adivinó de lo que estaban hablando. Hacía dos días, Eiri había acabado un relato corto, de unas seis páginas escasas, pero que estaba francamente bien. Su hermano estaba muy orgulloso de haber sido capaz de escribir una historia entera, pero decía que no se lo quería enseñar a nadie más que a ella porque no estaba del todo satisfecho de cómo le había quedado y le daba vergüenza.

Mika entró en su cuarto a coger el teléfono inalámbrico que se había llevado para dejarlo otra vez en el salón, sin sentir el suelo bajo sus pies.

***//~~~

Volvía a su casa siguiendo la orilla del río. El otro camino era más corto pero, la verdad, caminar por un camino de tierra, con aquel sol infernal cayéndole sobre la cabeza sin piedad, no era algo muy apetecible. Caminando junto al río se tardaba más, pero se estaba mucho más fresco.

RIIIIIING RIIIIIIIIING

- Mikaaaaaaaa

Era Seguchi, que venía hacia ella en bicicleta, saludándola con el brazo en alto. Se paró frente a ella.

- Mika-san, ¿cómo estás? ^_^

Mika hubiera querido responder con una sonrisa igual de esplendorosa que la que él lucía, pero fue incapaz. Ya tenía bastante con procurar que no se le notara el nerviosismo y con fingir que, si miraba al suelo, era porque le daba el sol en la cara. Siguieron unos minutos de conversación intrascendente. A Mika cada vez le costaba más aguantarse las ganas de llorar. ¿Es que no pensaba decirle nada? ¿NADA? Y cuando la verborrea imparable de Tohma dio un giro hacia el relato de Eiri-san, de lo bueno que era, de lo bien escrito que estaba, del talento que tenía su hermano, estuvo a punto de cruzarle la cara de una bofetada. Hasta que. . .

- El vestido que llevas hoy no tiene cremallera.

De un respingo, Mika alzó la vista, encontrándose con la bonita cara de Tohma perfectamente imperturbable. La cara de ángel más inocente del mundo.

Su respiración volvió a hacerse pesada.

- No.

- Qué interesante ^_^

Mika tuvo la sensación de que alguien le ponía una venda en los ojos y así, a ciegas, la guiaba hacia Tohma.

***

Le dio un besito en la mejilla antes de levantarse. Tohma acabó de abrocharse la camisa de pie, su silueta recortándose contra los rayos del sol. Tarareaba algo entre dientes. Después se despidió de ella con una exquisita reverencia, sonrisa incluida, como si le estuviera dando las gracias por haberle servido el té. Mika, seria e inexpresiva, le dijo adiós con la mano, sin decir una palabra más, y él se marchó en su bicicleta.

Se quedó allí tumbada un buen rato, mirando a las nubes desnuda de cintura para arriba, protegida por los arbustos de la vista de cualquiera que pasase por el camino, sintiendo el frescor de la hierba en su espalda.

Ahora estaba todo claro. Tan claro, que le resultaba increíble no haberse dado cuenta hasta entonces.

Tohma nunca le daría la mano al acompañarla a casa después de las clases, nunca le regalaría bombones por San Valentín, ni se sentaría frente a su piano a escribir cursis cancioncitas de amor para ella. Del mismo modo, nunca olvidaría su cumpleaños, ni la llamaría "larguirucha", como hacían sus hermanos, ni dejaría de tocar la canción que tanto le gustaba siempre que ella se lo pidiera. Tohma, sencillamente, la usaría cuando le viniera en gana y después la dejaría, como había hecho hoy. . . para ir a buscar a. . . ¡Dios!, ni siquiera se atrevía a pensarlo.

No tomó ninguna decisión. En realidad, no había nada que ella pudiera o no decidir. Simplemente supo que le dejaría hacerlo, y que Tohma también lo sabía.

***//~~~

"Willow weep for me."

Empezaba a anochecer. Billie Holiday cantaba en el equipo que tenía en la estantería de su habitación, acompañada por la impecable trompeta de Harry "Sweets" Edison. Estaba escribiendo una carta a una amiga que pasaba las vacaciones en Hokkaido.

"Here me willow and weep for me."

BRRRRRRRRRRUMMMMMM¡¡¡¡¡

- ¡Mikariiiiiiiiiiiin! - Eiri había entrado como una estampida en su habitación, jadeando a causa de la carrera por las escaleras - ¿Sabes qué?

- Por dios, Eiri-san, qué susto. ¿Qué pasa?

Eiri necesitó unos momentos para recobrar el aliento, antes de explicarle aquella noticia tan maravillosa que traía.

- El curso que viene iré a estudia a Estados Unidos¡¡¡¡¡ UAAAAAAAAAAAA

"Gone my lovely dreams."

- ¿A Estados Unidos?

- Sí¡¡¡ A Nueva York. Seguchi dijo que si quería me llevaría con él, y papá ha dicho que sí. ¿No es genial? – Eiri parecía a punto de explotar de la emoción – Imagínate, viviremos un año entero en Nueva York, la ciudad más alucinante del mundo. Podré conocer a gente del mundo entero, seguro, y Seguchi me llevará a ver el Empire State, y musicales a Broadway y bla, bla, bla. . .

"Lovely summer dreams."

Eiri seguía hablando sin parar de la cuidad de sus sueños, pero Mika ya no le escuchaba, ni siquiera le oía. De repente sentía un vacío en la boca del estómago.

Tohma iba a marcharse. Un año entero. Con Eiri-san. Y a ella no le había dicho nada. Tohma le había hecho el amor escasas horas antes y no le había dicho nada. Tohma se iba. . . con Eiri-san. . .

"Gone and left me here. . ."

- Seguro que me encontraré con un montón de famosos. Oye Mikarin, si te encuentras por la calle a alguien a quien admiras mucho, mucho, mucho, ¿es de mala educación pararle para pedirle un autógrafo? A mí no me molestaría, pero claro, a lo mejor hay gente que. . .

". . . to weep my tears along the stream."

Le interrumpió un violento sollozo, seguido de otro, y otro más. Se giró, sorprendido, hacia su hermana, cuyo cuerpo era sacudido por otro sollozo y que había escondido la cara entre las manos.

- ¿Mika? ¿Mikarin. . .? – El desconcertado chico se arrodilló junto a su hermana - ¿Mikarin, por qué lloras?

"Sad as I can be."

- No, no es nada, Eiri-san. . . snif. . . Es que. . . Es que voy a echarte mucho de menos – Y rompió a llorar tan fuerte que su hermano estuvo a punto de echarse a llorar con ella. La abrazó.

- Mikari, por favor, no llores. Te escribiré todos los días, te lo prometo. Y Seguchi también, ya lo verás. Y hablaremos mucho por teléfono. Bueno. . . a lo mejor mucho no, pero que te escribiré todos los días, eso seguro. De verdad, será como si no me hubiera ido. Anda, no llores, por favor.

"Here me willow and weep for me."

- Sí. . . – Se forzó a sonreír – Claro que sí. . . Snif, no te preocupes, cariño – Se pasó las manos por las mejillas para limpiarse las lágrimas – Mira, deja que ordene un poco esto y ahora voy a que me lo acabes de contar, ¿vale?

No necesitó mucho más para convencerle. El chico tenía mucha prisa por coger el teléfono y contarles a toooooodos sus amigos que se iba a estudiar al extranjero.

"Whisper to the wind and say that love has sinned. . ."

En cuanto su hermano cerró la puerta de la habitación, empezó a sollozar de nuevo. Tohma se iba a marchar, y ni siquiera había considerado necesario decírselo. No le había dicho nada. ¡Maldito, maldito Tohma! ¡Era un ser despreciable! ¡Le odiaba! Que Tohma se fuera ya era terrible, pero que se fuera con Eiri. . . Pasarían un curso entero juntos, ellos dos solos. . . y a ella no le había dicho nada. . . ¿Pero por qué era tan mezquino con ella? Lo único que había hecho era quererle. No podía parar de llorar.

". . . to leave my heart a sign and crying all alone."

Toc, toc, toc.

- Mika, ¿puedo pasar?

Los toques en la puerta la sobresaltaron, tan perdida estaba en su desesperación.

- Un. . . un momento Tetsuha – El enano, siempre tan oportuno – No, snif, no estoy vestida.

"No one will find me sighing. . ."

Se abalanzó sobre el espejo para intentar borrar los rastros del llanto. No tenía ganas de dar explicaciones al cotilla de su hermano pequeño.

- ¿Qué pasa?

- Mika, necesito que me ayudes a. . .

No tuvo más tiempo para desahogarse. Tenía que ayudar a Tetsuha con los deberes de la escuela de verano y preparar la cena.

". . . crying all alone."

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Bueno, al fin y al cabo. . . es un fic de Gravi. No podía faltar la música, ¿verdad? ^_^

Quisiera dedicar este capítulo a dos personas. Primero, a mi adorada Billie Holiday y su maravillosa voz, que me inspiró para esta última escena. Y segundo, a mi querida Yukii (Sí, sí, es mi Yuki particular. ¿A que soy afortunada? ^___^) porque yo no publico nada que no se lea ella primero, y la pobre debe de estar ya hasta el moño de mí y de mis neuras XDDDDDDDD

Muchas gracias por vuestros rw¡¡¡. Espero que os haya gustado.

Un saludo y una "sonrisita Tohma" para todos ^_^