CAPÍTULO 6: La pesadilla de Tohma
La despertó un codazo. Tohma, a su lado, se revolvía en sueños. Se giró, medio dormida todavía, para mirar a ver qué le pasaba.
- No. . . No es justo – Qué raro. Las veces que Tohma hablaba en sueños se dedicaba a dar órdenes a diestro y siniestro, como si aún estuviera en el despacho. Esa adicción al trabajo un día acabaría con él. . . Pero esta vez era diferente, tenía la frente cubierta de gotitas de sudor frío y cara de estar pasándolo mal. Pobrecito, tenía una pesadilla - No es justo. . . no es justo. . .
Enternecida, Mika le abrazó. "Ahora mismo voy a hacer que se te pase, mi amor"
- Tohma, cariño, no pasa nada. Estoy aquí, contigo. . .
- Ei. . . Eiri-san. . . – Y Tohma empezó a hacer unos ruiditos que parecían sollozos.
El abrazo de Mika se quedó helado. Aquello ya era demasiado. Estuvo dudando un rato entre despertarle o seguir durmiendo y que se arreglara él sólo con lo que fuera que estuviera soñando, aunque se lo podía figurar. Bueno, pues no tenía ganas de despertarle y, después de lo que acababa de oír, imposible volver a dormirse. Se deslizó fuera de la cama.
Encendió la luz del salón. El fogonazo la deslumbró, pero se acostumbró enseguida. Se fue derecha al mueble-bar, pensando que si su padre la viera servirse una copa a las 4 de la mañana, se moriría de la impresión. "Pues mira papi, siento decirte que ahora mismo, me da todo igual" Sopesó un momento cuál de las botellas podría hacerle mejor compañía, y al final se decidió por la de whisky. Se sirvió dos dedos, sin hielo, y se lo bebió de un trago. Se sirvió la segunda de camino al sofá.
Cómodamente recostada, se puso a pensar en lo absurdo de todo junto. Tan absurdo como la decoración de su salón. Las litografías de Andy Warhol, los extraños muebles de diseño, la combinación de colores imposibles. . . tan al estilo de Tohma. Y lo gracioso del asunto era que todo junto quedaba bien. Levantó el vaso para mirar otra vez a su alrededor a través del whisky, que lo teñía todo de un color marronoso.
- ¿Qué haces Mika? Lo normal a estas horas es una vasito de leche, no un copazo – Era el vaso el que le hablaba.
- Sí, bueno. Tampoco es muy normal que el marido de una esté enamorado de su hermano, ¿no?
- Ahí te tengo que dar la razón.
- Pues eso. Así que, si no tienes nada útil que sugerirme. . .
- ¿Y yo que quieres que te sugiera? Sólo soy un vaso.
- Ya, ya lo sé. Ojalá fuera tan fácil como encontrar la solución en un vaso de whisky.
- Bueno, tu hermano también creyó durante algún tiempo que podría encontrar alguna solución a sus problemas en el fondo de un vaso.
- ¡Oh! No me hables de mi hermano.
- Él no tiene la culpa.
- Sí, ya sé que él no tiene la culpa de nada. Es el único pensamiento que me permite conservar un poco de salud mental.
- Me parece que en tu familia nadie va sobrado de salud mental, querida ^^
- Oye, no te rías de mí. Es lo único que me falta.
- Perdona. ¿Y qué piensas hacer?
- Nada, ¿qué quieres que haga?
- Yo de ti, las maletas, pero como sé que no me vas a hacer caso. . .
- No, no te voy a hacer caso – Sonrió maliciosamente – porque se me acaba de ocurrir una idea mucho mejor.
- Miedo me das.
- Y más que voy a darte, jeje.
Apuró lo que quedaba del whisky y regresó al dormitorio. La pesadilla de Tohma parecía haber terminado, pero seguía con la misma expresión angustiada en la cara. Volvió a meterse en la cama, con cuidado de no despertarle. Pasó un brazo alrededor de la esbelta cintura de su marido y, para su sorpresa, Tohma respondió al gesto, acurrucándose entre sus brazos. Pobre Tohma, si es que hasta le daba lástima "Debo de estar completamente loca" Tohma estaba enamorado de alguien a quien nunca podría tener y, muy a su pesar, entendía perfectamente su frustración.
- ¿Quieres a Eiri-san, verdad mi vida? Pues no te preocupes, que yo me encargaré de que lo tengas.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
¡¿Qué vas a hacer Mika?!
¿Queréis saber que descabellada idea se le ha ocurrido? Pues os dejo con la intriga, así podré darle la razón a mi amiga Yuki, que dice que me estoy volviendo tan mala como Tohma JUAAAAAAASSS XD~
La despertó un codazo. Tohma, a su lado, se revolvía en sueños. Se giró, medio dormida todavía, para mirar a ver qué le pasaba.
- No. . . No es justo – Qué raro. Las veces que Tohma hablaba en sueños se dedicaba a dar órdenes a diestro y siniestro, como si aún estuviera en el despacho. Esa adicción al trabajo un día acabaría con él. . . Pero esta vez era diferente, tenía la frente cubierta de gotitas de sudor frío y cara de estar pasándolo mal. Pobrecito, tenía una pesadilla - No es justo. . . no es justo. . .
Enternecida, Mika le abrazó. "Ahora mismo voy a hacer que se te pase, mi amor"
- Tohma, cariño, no pasa nada. Estoy aquí, contigo. . .
- Ei. . . Eiri-san. . . – Y Tohma empezó a hacer unos ruiditos que parecían sollozos.
El abrazo de Mika se quedó helado. Aquello ya era demasiado. Estuvo dudando un rato entre despertarle o seguir durmiendo y que se arreglara él sólo con lo que fuera que estuviera soñando, aunque se lo podía figurar. Bueno, pues no tenía ganas de despertarle y, después de lo que acababa de oír, imposible volver a dormirse. Se deslizó fuera de la cama.
Encendió la luz del salón. El fogonazo la deslumbró, pero se acostumbró enseguida. Se fue derecha al mueble-bar, pensando que si su padre la viera servirse una copa a las 4 de la mañana, se moriría de la impresión. "Pues mira papi, siento decirte que ahora mismo, me da todo igual" Sopesó un momento cuál de las botellas podría hacerle mejor compañía, y al final se decidió por la de whisky. Se sirvió dos dedos, sin hielo, y se lo bebió de un trago. Se sirvió la segunda de camino al sofá.
Cómodamente recostada, se puso a pensar en lo absurdo de todo junto. Tan absurdo como la decoración de su salón. Las litografías de Andy Warhol, los extraños muebles de diseño, la combinación de colores imposibles. . . tan al estilo de Tohma. Y lo gracioso del asunto era que todo junto quedaba bien. Levantó el vaso para mirar otra vez a su alrededor a través del whisky, que lo teñía todo de un color marronoso.
- ¿Qué haces Mika? Lo normal a estas horas es una vasito de leche, no un copazo – Era el vaso el que le hablaba.
- Sí, bueno. Tampoco es muy normal que el marido de una esté enamorado de su hermano, ¿no?
- Ahí te tengo que dar la razón.
- Pues eso. Así que, si no tienes nada útil que sugerirme. . .
- ¿Y yo que quieres que te sugiera? Sólo soy un vaso.
- Ya, ya lo sé. Ojalá fuera tan fácil como encontrar la solución en un vaso de whisky.
- Bueno, tu hermano también creyó durante algún tiempo que podría encontrar alguna solución a sus problemas en el fondo de un vaso.
- ¡Oh! No me hables de mi hermano.
- Él no tiene la culpa.
- Sí, ya sé que él no tiene la culpa de nada. Es el único pensamiento que me permite conservar un poco de salud mental.
- Me parece que en tu familia nadie va sobrado de salud mental, querida ^^
- Oye, no te rías de mí. Es lo único que me falta.
- Perdona. ¿Y qué piensas hacer?
- Nada, ¿qué quieres que haga?
- Yo de ti, las maletas, pero como sé que no me vas a hacer caso. . .
- No, no te voy a hacer caso – Sonrió maliciosamente – porque se me acaba de ocurrir una idea mucho mejor.
- Miedo me das.
- Y más que voy a darte, jeje.
Apuró lo que quedaba del whisky y regresó al dormitorio. La pesadilla de Tohma parecía haber terminado, pero seguía con la misma expresión angustiada en la cara. Volvió a meterse en la cama, con cuidado de no despertarle. Pasó un brazo alrededor de la esbelta cintura de su marido y, para su sorpresa, Tohma respondió al gesto, acurrucándose entre sus brazos. Pobre Tohma, si es que hasta le daba lástima "Debo de estar completamente loca" Tohma estaba enamorado de alguien a quien nunca podría tener y, muy a su pesar, entendía perfectamente su frustración.
- ¿Quieres a Eiri-san, verdad mi vida? Pues no te preocupes, que yo me encargaré de que lo tengas.
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¡¿Qué vas a hacer Mika?!
¿Queréis saber que descabellada idea se le ha ocurrido? Pues os dejo con la intriga, así podré darle la razón a mi amiga Yuki, que dice que me estoy volviendo tan mala como Tohma JUAAAAAAASSS XD~