CAPÍTULO 17: A la mañana siguiente
***
Tal y como había prometido, Shuichi volvió a casa a la mañana siguiente. Abrió la puerta procurando no hacer mucho ruido, temeroso de lo que podría encontrarse.
Dentro no se oía ni una mosca. Buscó por toda la casa a su Yuki, incluso en los lugares más extraños (véase, dentro del horno, de la nevera y en el cesto de la ropa sucia), pero no le encontró (extraño, eh?), ni a él ni a Seguchi. Empezaba a inquietarse, aunque, al menos, en la casa no se veían signos de violencia. Finalmente, se dirigió al último sitio que le quedaba por mirar, el que, inconscientemente, había estado evitando.
Sigilosamente, abrió la puerta del dormitorio. Tal y como se habían quedado la noche anterior, Yuki y Tohma seguían tumbados en la cama, el uno junto al otro, los dos sin camisa, profundamente dormidos. Shuichi se dio cuenta de que estaba pisando algo que resultaron ser las camisas, una de ellas hecha jirones.
Se tapó la boca para ahogar un grito y cerró la puerta de la habitación.
Se quedó apoyado contra la puerta, todavía tapándose la boca con las manos. Las lágrimas se empezaban a acumular en sus ojos. Al final había sucedido, se había acabado todo. Yuki le iba a dejar, no, ya le había dejado. . . por Seguchi. Sus piernas perdieron toda su fuerza. Poco a poco, fue resbalando hasta el suelo. "Claro, no es extraño, snif. Seguchi es mucho más listo que yo, snif, y más guapo. . . y. . . y tiene talento, mucho, snif, snif. . . y no llora nunca, snif. . . No es raro que le prefiera. . ." Jamás se había sentido tan triste. Al final había pasado lo que cada día temía que sucediera, que Yuki se cansara de él, que le dejara. Y además, le dejaba por un hombre. Ese ya no era el problema, la razón era única y exclusivamente él, que no era lo bastante bueno para Yuki. "Pero Yuki se lo merece, se merece estar con alguien como Seguchi. Sí, Seguchi le dará todo lo que necesite, mucho mejor que yo. Si. . . snif. . .si Yuki es feliz, entonces yo. . ." Pero aunque intentaba aferrarse a ese pensamiento, no lo podía soportar, no podía soportar perder a Yuki para siempre, porque ahora sí que sería para siempre. Empezaba a llorar más fuerte, pero seguía tapándose la boca con fuerza. Por nada del mundo quería que le oyeran.
Por una vez, Shuichi casi no había hecho ruido, pero sí el suficiente como para despertar a Tohma. Se giró a tiempo de ver como la puerta se cerraba y una mancha rosa desaparecía tras ella.
"Muy bien Tohma, hasta aquí hemos llegado. Saluda al público y abandona el escenario" – "Sí, es verdad. Aquí se acaba todo." Se volvió. Yuki dormía a su lado, tumbado sobre su estómago. Incluso dormido, aquella eterna expresión de angustia no desaparecía de su cara. Le acarició la mejilla con la punta de los dedos "Vamos Tohma, no lo alargues más de lo necesario" – "Es que. . . Duele, duele mucho. . ." – "Lo sé, sé que duele. Pobre Tohma. . ." – "Es tan hermoso. . ." – "Tohma, basta. Este no es tu sitio, nunca lo ha sido. Haz lo que tienes que hacer."
Zarandeó un poco a Yuki por el hombro.
- Eiri. . . Eiri-san. . .
- ¿Hm? – Yuki gruñó y abrió un ojo. Las mañanas no eran su mejor momento.
- Shuichi ha vuelto a casa.
Yuki abrió los dos ojos. Sin prestar más atención a Seguchi, se puso de pie y salió de la habitación.
Shuichi se había ido a la sala de estar, y ahora estaba llorando ruidosamente en el sofá. Siguió avanzando hacia él hasta que el chico se percató de su presencia. Shu levantó la cabeza. Tenía toda la cara mojada por las lágrimas, y su cuerpo entero temblaba a causa de los sollozos que estaba intentando contener. Se puso de pie y caminó hacia Yuki, mirando al suelo.
- ¿Quieres. . . snif. . . quieres. . . que recoja mis cosas?
- No.
Shuichi volvió a levantar la cabeza, esta vez a causa de la sorpresa.
- ¿No?
- No – Maldito imbécil, todo había que repetírselo cincuenta veces.
- ¡Yuki! - Se lanzó hacia el cuerpo de su amante, abrazándose a su cintura, sin poder contener más el llanto, aunque ahora fuese de alivio.
- Baka. . . – Le puso una mano sobre la cabeza – No tienes por qué llorar – Pero eso sólo hizo que Shu sollozara todavía más fuerte.
Hubiera preferido marcharse sin ser visto, pero para llegar a la puerta había que pasar forzosamente por la sala de estar. Los vio a los dos abrazados, Shuichi llorando, para variar. A lo mejor, si no hacía ruido, conseguiría pasar sin que se dieran cuenta. Pero no hubo suerte. . . Los dos a la vez se volvieron a mirarle. Le había cogido a Yuki una camisa y una chaqueta, que le venían enormes, y tenía todo el aspecto de estar resacoso perdido.
- Seguchi. . . ¿A dónde vas?
Tohma no contestó, se limitó a sonreír. Resultaba increíble la capacidad que tenía para cambiar de expresión cuando le daba la gana. Pese a la mala cara que tenía, toda ella se iluminó al dibujarse la famosa sonrisa. Sin añadir nada más, se marchó.
***//~~~
Era una mañana gris, de esas en las que parece que está a punto de llover, pero que la lluvia no acaba de decidirse. Casi mejor, el aire fresco y húmedo le estaba sentando muy bien.
Tal vez el clima incierto fuera la causa de que hubiera más bien poca gente por la calle, y la que había no parecía prestar ninguna atención a aquel individuo ojeroso y despeinado que llevaba ropa demasiado grande para él. Siguió paseando por las calles al azar, disfrutando de aquella sensación de libertad de poder caminar por donde quisiera, sin que nadie le esperara en ningún sitio. Y si le esperaban, le daba igual. . .
Ya llevaba un buen rato caminando, y estaba mucho más despejado. Se encontraba sorprendentemente tranquilo, teniendo en cuenta todo lo que había pasado. En realidad, se podría decir que se sentía casi liberado. Miró la hora. Las 10:30. Joder, aquello era un auténtico acontecimiento. Teniendo en cuenta que él entraba a trabajar a las ocho, el primero, después de los servicios de limpieza, sus empleados debían de pensar que se había muerto. Se rió con la idea. "En tal caso, deben de estar descorchando botellas de champán."
De todos modos, era extraño que el teléfono no hubiera sonado ni una sola vez todavía. Seguro que, pese a todo, al menos Sakano le hubiera llamado. ¿Cuántos intentos de suicidio debía de llevar ya el pobre hombre, abrumado por el estrés de la repentina desaparición de su jefe? Tal vez alguno de ellos hubiera tenido éxito. . .
Entonces lo recordó. El teléfono estaba en su abrigo, y el abrigo en el local, junto con el maletín y el resto de sus cosas. Eso lo explicaba todo. Uf, suerte que las llaves las llevaba siempre en el bolsillo del pantalón. Pero, de todas formas, el coche estaba aparcado delante del local, así que ir a buscarlo no era una opción, no fuera cosa que el barman cumpliera su amenaza.
Volvió a reírse solo. Lo de la noche anterior había sido, con diferencia, lo más estúpido que había hecho en toda su vida. En fin, tendría que enviar a alguien a buscar sus cosas, porque estaba claro que él ya no podría volver por allí nunca más. Sonrió con resignación. Lástima, era un sitio agradable. . . "Espero que al menos a Mika la deje volver"
Mika. . .
"Si a ti también te declara persona non-grata, habrá sido culpa mía, ¿verdad? Pobre Mika, siempre culpa mía. . ."
"Al fin lo reconoces" – "No reconozco nada. Me limito a remitirme a los hechos" – "Qué testarudo eres, Tohma. Tu plan estalla en tus propias narices y ni aún así quieres reconocerlo" – "No sé de que plan estás hablando" – "Claro que lo sabes. Tenías un plan, sólo que fue desmoronándose poco a poco y tú no te diste cuenta" – "Sigo sin saber de qué me hablas" – "Vamos Tohma, piénsalo bien, seguro que recuerdas. . . Tenías un plan, que empezó a fallar cuando. . . empezaste a necesitar a tu mujer. . ."
Se paró delante de un escaparate para distraerse de sus propios pensamientos. De repente, decidió que le dolía la cabeza y que ya estaba cansado de caminar.
Bueno, ya iría a trabajar por la tarde. Lo mejor ahora sería irse a casa. Así podría darse una ducha, tomarse una aspirina y, sobre todo, lavarse los dientes, porque la boca le sabía a rayos.
Paró un taxi y le dio la dirección. Cuando estaba a medio camino, recordó que tampoco llevaba la cartera.
***//~~~
Era la noche antes del concierto. Ya estaba todo preparado, no quedaba nada por revisar. Aún así, Seguchi dijo que quería quedarse a echar el último vistazo. El dueño de la sala, que conocía a Tohma desde el debut de Nittle Grasper, sabía que era una persona en extremo meticulosa, pero aquello ya rozaba el ridículo. Lo que aquel hombre no sabía era que, una vez más, Tohma evitaba irse a casa.
Estuvo un buen rato paseándose por el escenario vacío, cambió de sitio un par de cosas, las volvió a dejar donde estaban antes, pasó un rato metido en los camerinos. . . Cuando llegó a la conclusión de que en casa estaría igual de solo que allí, decidió marcharse.
El aparcamiento estaba tan vacío y solitario como cuando Noriko y Aizawa tuvieron su más que desafortunado encuentro. Los coches que quedaban aparcados eran los que pasaban habitualmente la noche allí. Tohma puso el suyo en marcha y se dirigió hacia la salida. Justo cuando se disponía a coger la rampa de subida, otro coche salió inesperadamente de uno de los carriles laterales y frenó bruscamente delante del suyo.
Tohma no tuvo tiempo de evitar darle un golpe, por suerte, sólo en la parte de atrás. Salió de su coche a toda prisa para preguntarle al otro conductor si estaba bien, y en qué cojones estaba pensando para conducir así dentro de un aparcamiento.
Se quedó clavado en el suelo, paralizado por la sorpresa, cuando vio que el que conducía el otro coche era Ken, el compañero de Aizawa, que no parecía haberse hecho ningún daño. Es más, le saludaba desde el interior del coche.
- Ah, Seguchi-san, que agradable sorpresa volver a vernos – Saludó una voz burlona.
Tohma se giró. Por detrás de él se acercaban Aizawa y Ma, sonriendo maliciosamente. Ken salió del coche.
Dedujo lo que había sucedido. Aquellos tres le había estado observando, tal vez siguiéndole, esperando el momento oportuno para cumplir con aquella amenaza que en su momento se le antojó tan ridícula. Analizó rápidamente la situación. Estaba demasiado lejos de su coche para volver a meterse dentro y salir de allí, no le daría tiempo, y correr tampoco le serviría de nada porque los coches le cerraban el paso.
Sonrió, burlándose de sí mismo por haber sido tan poco precavido. "Estoy perdiendo facultades" Ma cerró la puerta de su coche, él y Aizawa se colocaron delante de Tohma, Ken detrás. Ahora sí que no había posibilidad de salir de allí.
No opuso ninguna resistencia. ¿Para qué? Ya sabía lo que le esperaba, y él nunca se había distinguido por su fuerza física. En fin, aún le quedaba el consuelo de tocarles un poco las narices antes de que pasara lo que tuviese que pasar. Con parsimonia, empezó a quitarse un guante, sin dejar de sonreír.
- Oh, Aizawa-san, ¿todo esto es en mi honor? Un auténtico detalle. Que te tomes tantas molestias por mi humilde persona me hace sentir tan. . . especial.
Sus palabras tuvieron el efecto esperado. La rabia de Aizawa se desató, materializándose en un fuerte puñetazo que encajó justo en la boca de su estómago, haciendo que su cuerpo se doblara por la mitad, impidiéndole pensar en otra cosa que no fuera concentrarse en controlar el dolor y volver a respirar, pero otro golpe en la espalda hizo que cayera de bruces al suelo. Ma le cogió por el brazo izquierdo y Ken por el derecho, le arrastraron hasta un rincón del aparcamiento, y se lo pasaron en grande.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
¿Qué os parece? ¿Creéis que Tohma os empezará a dar lástima a partir de ahora? Yo creo que sí. Al menos en el anterior lo conseguí con Sadame ^^
Vale, veo que aparte del club anti-Tohma, se va a acabar fundando el club anti-Mika. Mirad que como se enfade la xurri es capaz de tiraros un bloque de hormigón por la cabeza XDDDDDDDDD
A ver Rikku, cómo era esto. . . (Vaslav saca el megáfono) Ejem, ejem. . . SEÑORAS Y SEÑORES, TOHMA NO ES MALO. TOHMA NO ES MALO, QUE ES UN QUERUBÍN (Jujuju) Bueno, a lo mejor tampoco tanto, pero malo no es, pobrecito.
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Tal y como había prometido, Shuichi volvió a casa a la mañana siguiente. Abrió la puerta procurando no hacer mucho ruido, temeroso de lo que podría encontrarse.
Dentro no se oía ni una mosca. Buscó por toda la casa a su Yuki, incluso en los lugares más extraños (véase, dentro del horno, de la nevera y en el cesto de la ropa sucia), pero no le encontró (extraño, eh?), ni a él ni a Seguchi. Empezaba a inquietarse, aunque, al menos, en la casa no se veían signos de violencia. Finalmente, se dirigió al último sitio que le quedaba por mirar, el que, inconscientemente, había estado evitando.
Sigilosamente, abrió la puerta del dormitorio. Tal y como se habían quedado la noche anterior, Yuki y Tohma seguían tumbados en la cama, el uno junto al otro, los dos sin camisa, profundamente dormidos. Shuichi se dio cuenta de que estaba pisando algo que resultaron ser las camisas, una de ellas hecha jirones.
Se tapó la boca para ahogar un grito y cerró la puerta de la habitación.
Se quedó apoyado contra la puerta, todavía tapándose la boca con las manos. Las lágrimas se empezaban a acumular en sus ojos. Al final había sucedido, se había acabado todo. Yuki le iba a dejar, no, ya le había dejado. . . por Seguchi. Sus piernas perdieron toda su fuerza. Poco a poco, fue resbalando hasta el suelo. "Claro, no es extraño, snif. Seguchi es mucho más listo que yo, snif, y más guapo. . . y. . . y tiene talento, mucho, snif, snif. . . y no llora nunca, snif. . . No es raro que le prefiera. . ." Jamás se había sentido tan triste. Al final había pasado lo que cada día temía que sucediera, que Yuki se cansara de él, que le dejara. Y además, le dejaba por un hombre. Ese ya no era el problema, la razón era única y exclusivamente él, que no era lo bastante bueno para Yuki. "Pero Yuki se lo merece, se merece estar con alguien como Seguchi. Sí, Seguchi le dará todo lo que necesite, mucho mejor que yo. Si. . . snif. . .si Yuki es feliz, entonces yo. . ." Pero aunque intentaba aferrarse a ese pensamiento, no lo podía soportar, no podía soportar perder a Yuki para siempre, porque ahora sí que sería para siempre. Empezaba a llorar más fuerte, pero seguía tapándose la boca con fuerza. Por nada del mundo quería que le oyeran.
Por una vez, Shuichi casi no había hecho ruido, pero sí el suficiente como para despertar a Tohma. Se giró a tiempo de ver como la puerta se cerraba y una mancha rosa desaparecía tras ella.
"Muy bien Tohma, hasta aquí hemos llegado. Saluda al público y abandona el escenario" – "Sí, es verdad. Aquí se acaba todo." Se volvió. Yuki dormía a su lado, tumbado sobre su estómago. Incluso dormido, aquella eterna expresión de angustia no desaparecía de su cara. Le acarició la mejilla con la punta de los dedos "Vamos Tohma, no lo alargues más de lo necesario" – "Es que. . . Duele, duele mucho. . ." – "Lo sé, sé que duele. Pobre Tohma. . ." – "Es tan hermoso. . ." – "Tohma, basta. Este no es tu sitio, nunca lo ha sido. Haz lo que tienes que hacer."
Zarandeó un poco a Yuki por el hombro.
- Eiri. . . Eiri-san. . .
- ¿Hm? – Yuki gruñó y abrió un ojo. Las mañanas no eran su mejor momento.
- Shuichi ha vuelto a casa.
Yuki abrió los dos ojos. Sin prestar más atención a Seguchi, se puso de pie y salió de la habitación.
Shuichi se había ido a la sala de estar, y ahora estaba llorando ruidosamente en el sofá. Siguió avanzando hacia él hasta que el chico se percató de su presencia. Shu levantó la cabeza. Tenía toda la cara mojada por las lágrimas, y su cuerpo entero temblaba a causa de los sollozos que estaba intentando contener. Se puso de pie y caminó hacia Yuki, mirando al suelo.
- ¿Quieres. . . snif. . . quieres. . . que recoja mis cosas?
- No.
Shuichi volvió a levantar la cabeza, esta vez a causa de la sorpresa.
- ¿No?
- No – Maldito imbécil, todo había que repetírselo cincuenta veces.
- ¡Yuki! - Se lanzó hacia el cuerpo de su amante, abrazándose a su cintura, sin poder contener más el llanto, aunque ahora fuese de alivio.
- Baka. . . – Le puso una mano sobre la cabeza – No tienes por qué llorar – Pero eso sólo hizo que Shu sollozara todavía más fuerte.
Hubiera preferido marcharse sin ser visto, pero para llegar a la puerta había que pasar forzosamente por la sala de estar. Los vio a los dos abrazados, Shuichi llorando, para variar. A lo mejor, si no hacía ruido, conseguiría pasar sin que se dieran cuenta. Pero no hubo suerte. . . Los dos a la vez se volvieron a mirarle. Le había cogido a Yuki una camisa y una chaqueta, que le venían enormes, y tenía todo el aspecto de estar resacoso perdido.
- Seguchi. . . ¿A dónde vas?
Tohma no contestó, se limitó a sonreír. Resultaba increíble la capacidad que tenía para cambiar de expresión cuando le daba la gana. Pese a la mala cara que tenía, toda ella se iluminó al dibujarse la famosa sonrisa. Sin añadir nada más, se marchó.
***//~~~
Era una mañana gris, de esas en las que parece que está a punto de llover, pero que la lluvia no acaba de decidirse. Casi mejor, el aire fresco y húmedo le estaba sentando muy bien.
Tal vez el clima incierto fuera la causa de que hubiera más bien poca gente por la calle, y la que había no parecía prestar ninguna atención a aquel individuo ojeroso y despeinado que llevaba ropa demasiado grande para él. Siguió paseando por las calles al azar, disfrutando de aquella sensación de libertad de poder caminar por donde quisiera, sin que nadie le esperara en ningún sitio. Y si le esperaban, le daba igual. . .
Ya llevaba un buen rato caminando, y estaba mucho más despejado. Se encontraba sorprendentemente tranquilo, teniendo en cuenta todo lo que había pasado. En realidad, se podría decir que se sentía casi liberado. Miró la hora. Las 10:30. Joder, aquello era un auténtico acontecimiento. Teniendo en cuenta que él entraba a trabajar a las ocho, el primero, después de los servicios de limpieza, sus empleados debían de pensar que se había muerto. Se rió con la idea. "En tal caso, deben de estar descorchando botellas de champán."
De todos modos, era extraño que el teléfono no hubiera sonado ni una sola vez todavía. Seguro que, pese a todo, al menos Sakano le hubiera llamado. ¿Cuántos intentos de suicidio debía de llevar ya el pobre hombre, abrumado por el estrés de la repentina desaparición de su jefe? Tal vez alguno de ellos hubiera tenido éxito. . .
Entonces lo recordó. El teléfono estaba en su abrigo, y el abrigo en el local, junto con el maletín y el resto de sus cosas. Eso lo explicaba todo. Uf, suerte que las llaves las llevaba siempre en el bolsillo del pantalón. Pero, de todas formas, el coche estaba aparcado delante del local, así que ir a buscarlo no era una opción, no fuera cosa que el barman cumpliera su amenaza.
Volvió a reírse solo. Lo de la noche anterior había sido, con diferencia, lo más estúpido que había hecho en toda su vida. En fin, tendría que enviar a alguien a buscar sus cosas, porque estaba claro que él ya no podría volver por allí nunca más. Sonrió con resignación. Lástima, era un sitio agradable. . . "Espero que al menos a Mika la deje volver"
Mika. . .
"Si a ti también te declara persona non-grata, habrá sido culpa mía, ¿verdad? Pobre Mika, siempre culpa mía. . ."
"Al fin lo reconoces" – "No reconozco nada. Me limito a remitirme a los hechos" – "Qué testarudo eres, Tohma. Tu plan estalla en tus propias narices y ni aún así quieres reconocerlo" – "No sé de que plan estás hablando" – "Claro que lo sabes. Tenías un plan, sólo que fue desmoronándose poco a poco y tú no te diste cuenta" – "Sigo sin saber de qué me hablas" – "Vamos Tohma, piénsalo bien, seguro que recuerdas. . . Tenías un plan, que empezó a fallar cuando. . . empezaste a necesitar a tu mujer. . ."
Se paró delante de un escaparate para distraerse de sus propios pensamientos. De repente, decidió que le dolía la cabeza y que ya estaba cansado de caminar.
Bueno, ya iría a trabajar por la tarde. Lo mejor ahora sería irse a casa. Así podría darse una ducha, tomarse una aspirina y, sobre todo, lavarse los dientes, porque la boca le sabía a rayos.
Paró un taxi y le dio la dirección. Cuando estaba a medio camino, recordó que tampoco llevaba la cartera.
***//~~~
Era la noche antes del concierto. Ya estaba todo preparado, no quedaba nada por revisar. Aún así, Seguchi dijo que quería quedarse a echar el último vistazo. El dueño de la sala, que conocía a Tohma desde el debut de Nittle Grasper, sabía que era una persona en extremo meticulosa, pero aquello ya rozaba el ridículo. Lo que aquel hombre no sabía era que, una vez más, Tohma evitaba irse a casa.
Estuvo un buen rato paseándose por el escenario vacío, cambió de sitio un par de cosas, las volvió a dejar donde estaban antes, pasó un rato metido en los camerinos. . . Cuando llegó a la conclusión de que en casa estaría igual de solo que allí, decidió marcharse.
El aparcamiento estaba tan vacío y solitario como cuando Noriko y Aizawa tuvieron su más que desafortunado encuentro. Los coches que quedaban aparcados eran los que pasaban habitualmente la noche allí. Tohma puso el suyo en marcha y se dirigió hacia la salida. Justo cuando se disponía a coger la rampa de subida, otro coche salió inesperadamente de uno de los carriles laterales y frenó bruscamente delante del suyo.
Tohma no tuvo tiempo de evitar darle un golpe, por suerte, sólo en la parte de atrás. Salió de su coche a toda prisa para preguntarle al otro conductor si estaba bien, y en qué cojones estaba pensando para conducir así dentro de un aparcamiento.
Se quedó clavado en el suelo, paralizado por la sorpresa, cuando vio que el que conducía el otro coche era Ken, el compañero de Aizawa, que no parecía haberse hecho ningún daño. Es más, le saludaba desde el interior del coche.
- Ah, Seguchi-san, que agradable sorpresa volver a vernos – Saludó una voz burlona.
Tohma se giró. Por detrás de él se acercaban Aizawa y Ma, sonriendo maliciosamente. Ken salió del coche.
Dedujo lo que había sucedido. Aquellos tres le había estado observando, tal vez siguiéndole, esperando el momento oportuno para cumplir con aquella amenaza que en su momento se le antojó tan ridícula. Analizó rápidamente la situación. Estaba demasiado lejos de su coche para volver a meterse dentro y salir de allí, no le daría tiempo, y correr tampoco le serviría de nada porque los coches le cerraban el paso.
Sonrió, burlándose de sí mismo por haber sido tan poco precavido. "Estoy perdiendo facultades" Ma cerró la puerta de su coche, él y Aizawa se colocaron delante de Tohma, Ken detrás. Ahora sí que no había posibilidad de salir de allí.
No opuso ninguna resistencia. ¿Para qué? Ya sabía lo que le esperaba, y él nunca se había distinguido por su fuerza física. En fin, aún le quedaba el consuelo de tocarles un poco las narices antes de que pasara lo que tuviese que pasar. Con parsimonia, empezó a quitarse un guante, sin dejar de sonreír.
- Oh, Aizawa-san, ¿todo esto es en mi honor? Un auténtico detalle. Que te tomes tantas molestias por mi humilde persona me hace sentir tan. . . especial.
Sus palabras tuvieron el efecto esperado. La rabia de Aizawa se desató, materializándose en un fuerte puñetazo que encajó justo en la boca de su estómago, haciendo que su cuerpo se doblara por la mitad, impidiéndole pensar en otra cosa que no fuera concentrarse en controlar el dolor y volver a respirar, pero otro golpe en la espalda hizo que cayera de bruces al suelo. Ma le cogió por el brazo izquierdo y Ken por el derecho, le arrastraron hasta un rincón del aparcamiento, y se lo pasaron en grande.
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¿Qué os parece? ¿Creéis que Tohma os empezará a dar lástima a partir de ahora? Yo creo que sí. Al menos en el anterior lo conseguí con Sadame ^^
Vale, veo que aparte del club anti-Tohma, se va a acabar fundando el club anti-Mika. Mirad que como se enfade la xurri es capaz de tiraros un bloque de hormigón por la cabeza XDDDDDDDDD
A ver Rikku, cómo era esto. . . (Vaslav saca el megáfono) Ejem, ejem. . . SEÑORAS Y SEÑORES, TOHMA NO ES MALO. TOHMA NO ES MALO, QUE ES UN QUERUBÍN (Jujuju) Bueno, a lo mejor tampoco tanto, pero malo no es, pobrecito.
