CAPÍTULO 20: Blanco
Al despertar, sólo vio ante sí una gran superficie blanca.
Ni una mancha, ni un ruido, sólo el blanco que no parecía tener principio ni final. ¿Estaría en el cielo? Desechó esta idea inmediatamente, convencido de que, en caso de palmarla, él se iría a cualquier sitio menos al cielo.
Poco a poco fue distinguiendo distancias y proporciones. Una esquina, una grieta. . . Debía de ser un techo.
Ahora ya alcanzaba a percibir el murmullo de una conversación formada por distintas voces. Una silueta negra interrumpió la uniformidad del blanco, y le llegó un familiar aroma a tabaco y colonia.
- Se ha despertado. . . Seguchi, ¿estás bien? - ¿Eiri?
Intentó responder o incorporarse. No consiguió hacer ninguna de las dos cosas. Unas manos le sujetaron por los hombros y le colocaron encima de una nueva almohada. Una vez se hubo acomodado en la nueva posición, miró a su alrededor.
Reconoció a los dueños de las voces que había escuchado antes. Allí estaba Eiri, en efecto, y Shuichi, que le sonreía tímidamente. También estaban Sakano y K, con un ramo de flores entre los brazos tan grande como su ametralladora, y Noriko y Ryuichi, abrazados el uno al otro, mirándole con cara de estar seriamente preocupados. Les sonrió, pobrecitos (sonrisita)
- ¡¡Está bien!! – Gritaron los dos miembros de Nittle Grasper al unísono. Inmediatamente después, corrieron hacia él.
- BUAAAAAAA ¡Tohmaaaaaaaaa! ¡He pasado mucho miedo! BUAAAAA – Gritó Ryuichi, abrazándose a su cuello.
- ¡No vuelvas a asustarnos así nunca más, Tohma! Snif, ¿Me has oído? ¡Nunca más! BUAAAAAAA – Noriko se le enganchó al cuello también. Era muy agradable ver que se preocuparan así por él, ciertamente, pero no podía decir que el achuchón le estuviera sentando demasiado bien.
BLAM¡¡
- ¡¡Tohma!!
Suguru irrumpió en la habitación, jadeando y mostrando signos evidentes de haber venido a todo correr. Inmediatamente después apareció Hiro en la puerta, por lo visto, a la persecución de su compañero. Shuichi le llamó mientras llevaban a Seguchi al hospital, y habían quedado en que él pasaría a buscar a Suguru y le explicaría con tacto lo que había sucedido para que el chico se alterara lo menos posible. Desgraciadamente, el tacto de Hiro no había tenido mucho éxito.
Nada más ver a su primo, unos lagrimones como puños empezaron a resbalar por las mejillas de Suguru. El chico estaba muy asustado, porque temía que la causa de lo que había pasado fuera aquella maldición que le lanzó a Tohma el día que se enfadó tanto con él.
- ¡¡Tohma!! BUAAAAAAAAAA – Se abalanzó sobre Seguchi, llorando a moco y baba - ¡Tohmaaaaaaaaaaaa! ¡No te mueras, Tohmaaaaaaaa!
- Urgh. . . – Fue todo lo que pudo decir Seguchi cuando su primo se tiró encima de él y se abrazó con todas sus fuerzas a las tres costillas que tenía rotas. Hubiera dicho algo más, pero el tener a Noriko y a Ryuichi estrujándole el cuello se lo impedía.
SUGURU: BUAAAAAAA
NORIKO: BUAAAAAAA
RYUICHI: BUAAAAAAA
LOS TRES: ¡¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!
- Por favor, conténganse. ¡Lo van a rematar! – Suplicó Sakano, al ver que su jefe empezaba a ponerse azul. Siendo un hombre más de acción que de palabras, K le pasó el ramo de flores y agarró a Ryuichi por la cintura, intentando separarle de Tohma. Nada que hacer, por supuesto.
Hiro y Shuichi también estiraban de Suguru, que seguía berreando y agarrado a su primo como si le fuera la vida en ello.
- Venga Suguru, me prometiste que no te pondrías así. Suguru, suéltale. ¡Que le sueltes he dicho!
Yuki decidió que él también debería hacer algo. No lo había pasado tan mal para permitir que ahora aquellos tres idiotas le acabaran la faena a Aizawa. Se dispuso a separar a Noriko de Tohma, pero aquella mujer parecía tener una fuerza descomunal, al menos para pegarse como una lapa al cuerpo de un herido indefenso.
K, a quien la experiencia le había enseñado cuáles eran los puntos débiles del cantante de Nittle Grasper, cambió de estrategia y empezó a hacerle cosquillas a Ryuichi.
- UAAAAAAAA JUA JUA JUA JUAAAAAAAA – La risa histérica de Ryu-chan llenó la habitación.
- ¡¿Pero qué es este escándalo?! – Una enfermera de unos cincuenta años, rechoncha y corpulenta, que de no haberse dedicado a la enfermería hubiera sido cabo de escuadra, entró en la habitación - ¿Dónde se han creído que están? ¡Esto es un hospital! ¿Y que hace aquí tanta gente? Fuera todos, ¡a la de ya!
Yuki se apoyó en la pared, adoptando una posición que dejaba bien claro que él no pensaba moverse de allí porque se lo dijera una gorda gritona.
- ¿Aquí donde se puede fumar un cigarro? – Preguntó, desafiante.
- En ningún sitio. Acabo de decir que esto es un hospital, ¿recuerda? – Yuki y la enfermera se miraron como si estuvieran a punto de saltar el uno sobre el otro y arrancarse la piel a tiras.
Lentamente, todos fueron abandonando la habitación. Antes de salir, la mirada de Yuki se cruzó con la de Tohma. . .
¿Cómo es que no estaba Mika con todos los demás? Tal vez lo hubiera soñado mientras estaba inconsciente, pero el recuerdo de su mujer llorando mientras le abrazaba era demasiado vívido para no ser real. ¿Pero por qué no estaba allí? ¿Por qué? La mirada de Yuki le respondió. Mika sí que había estado en el aparcamiento, y también estaba en el hospital. Mika se preocupaba por él, sí, pero no quería verle.
- ¿Puedo hablar un momento con mi primo? - Preguntó, sonriendo zalamero a la enfermera.
- ¿Quién es su primo? – Respondió la mujer, mirando a Yuki con una cara que indicaba que, en caso de ser aquel, que se fuera despidiendo.
- El más chiquitín (sonrisita)
La enfermera buscó a ese que se hacía llamar "el más chiquitín", decidida a mostrarse inflexible. Pero cuando vio a aquella monada de niño, que levantaba tímidamente la mano y trataba de contener los sollozos, no pudo evitar ablandarse.
- Bueno. . . Pero sólo cinco minutos.
- Muchas gracias (otra sonrisita)
Se quedaron solos en la habitación. Suguru aún hacía esfuerzos por no llorar, mirando a su primo con una mezcla de vergüenza y arrepentimiento. Sin dejar de sonreír, Tohma le indicó que se acercara. Suguru cogió una silla y se sentó junto a la cama.
- ¿Qué. . . snif. . . qué querías decirme, Tohma?
- Primero, que no tengo ninguna intención de morirme, así que deja de llorar. Necesitarás algo más que esto para deshacerte de mí.
- Oh, Tohma. . . – Protestó Suguru.
En realidad, la vida de Tohma no había corrido peligro en ningún momento, aunque a él mismo se lo llegó a parecer. (¿O qué os pensabais? ¿Qué iba a matar a mi Tohma kawaii? ¡Sólo faltaría!)
- Y segundo. . . ¿Quieres ser el nuevo teclista de Nittle Grasper?
- ¿Queeeeeeeeeeee? – Todo lo que quedaba del llanto del pobre chico se esfumó, tan sorprendido estaba con aquella insólita propuesta.
- Lo diré de otra manera. ¿Quieres sustituirme?
- Pero. . . pero. . . ¿Por qué? ¿A qué viene esto?
- Suguru, mira mi mano – Suguru obedeció y, aunque intentó evitarlo, el horror y la sorpresa se plasmaron claramente en su cara – Tengo cuatro dedos rotos. ¿Sabes lo que eso significa, verdad? – Tohma sonrió tristemente.
- Bueno, pero. . . pero. . . eso no tiene por qué ser definitivo, ¿no? Vamos, que yo estoy seguro, pero segurísimo, vaya, de que volverás a tocar. Mira, les preguntaremos a los médicos. Seguro que con una buena rehabilitación quedarás como nue. . .
- En todo caso sería una rehabilitación muy larga, Suguru, y el grupo no puede estar parado tanto tiempo. Dime, ¿quieres sustituirme como nuevo teclista de Nittle Grasper?
- Pero. . . Pero Tohma. . . ¿Por qué quieres que te sustituya yo? Si soy. . . soy. . . mediocre – No sabéis lo que le costó pronunciar esta última palabra.
- ¡Anda ya, Suguru! ¿A estas alturas todavía piensas que eres mediocre?
- Tú lo dijiste. . . - Se sonrojó.
- Jajaja. . . – Tuvo que dejar de reír. El abdomen le hacía demasiado daño para eso – Verás, querido primo, eso fue una "estrategia empresarial", ¿comprendes? Tú funcionas al revés que Shindou. Trabajas mejor cabreado.
- ¡Serás hijo de. . .! – Suguru recordó justo a tiempo la situación y el lugar en el que se encontraban. No era el mejor momento para decirle a su primo lo que pensaba de él.
- Tienes toda la razón Y ahora que lo hemos dejado todo claro, ¿qué contestas?
- Pues. . . Verás Tohma. . . La verdad es que yo. . . soy muy feliz en Bad Luck.
- ¿Pero no dices siempre que son unos payasos, unos irresponsables, que no te hacen caso, que no se toman nada en serio y qué sé yo?
- Sí, pero. . . – Suguru dirigió una mirada de complicidad a su primo – Con todos los respetos Tohma, ¿tú crees que eso iba a solucionarse cambiando Bad Luck por Nittle Grasper?
Seguchi recordó lo alocados e irresponsables que eran Noriko y Ryuichi también, como intentaban siempre escaquearse de los ensayos, como se peleaban como niños de guardería por cualquier cosa, y luego hacían las paces con innumerables besos y abrazos. Recordó que siempre tenía que estarles encima y lo que le costaba meterlos en cintura para que hicieran algo de provecho. Cuando se ponían a ello, trabajaban muy bien, eso es cierto. Pero hasta que se ponían. . . le hacían sudar a uno.
- Jeje. . . Muy perspicaz primo (sonrisita) Vuelves a tener razón
- Además, ¿qué gracia tendría competir con Nittle Grasper si tú no estás ahí para pasarte la mano por la cara?
- Chaval, anda que no te queda para eso – Miradas de cómplice competitividad volvieron a cruzarse entre los dos primos – Y ahora vete a descansar. Tienes un concierto dentro de unas horas.
Suguru dio un abrazo de despedida a su primo, mucho más suave que el anterior, gracias al cielo, y se dirigió hacia la puerta. Cuando estaba a punto de salir. . .
- Suguru.
- ¿Sí?
Tohma necesitó un momento para decidirse a continuar. Su cara se había ensombrecido.
- ¿Dónde está Mika?
- Pues. . . No lo sé. Yo es que acabo de llegar. ¿Quieres que vaya a buscarla?
- . . . No
¿A que es mono Suguru? Aix, es que me lo comería, juju (Sí, lo sé. Soy una avariciosa, los quiero a todos XD)
Muy bien, como ya sospechaba, este maldito editor sigue sin dejarme poner las caritas. La madre que lo. . . GRRRRRR Bishouju me preguntó que a qué se debía esto. Pues verás, la cosa va de que este nuevo editor de textos que han puesto en el Fanfiction te deja poner negrita y cursiva y todo eso, pero no te deja escribir sinos de puntuación solos, ni asteriscos ni nada de eso. Una mierda, vaya, no veáis lo contenta que me tiene.
Sobre lo de cuántos capítulos quedan, la verdad es que no estoy segura porque yo voy escribiendo, escribiendo, escribiendo y luego divido en capítulos.
Uf, disculpad que no esté más dicharachera, pero he tenido un fin de semana agotador y la cabeza no me da para escribir más tonterías. Como siempre, espero que os halla gustado. Hasta el próximo¡¡¡ (sonrisita)
