CAPÍTULO 22: Guerra psicológica
Al fin había llegado la noche del concierto. Los miembros de ASK estaban en su camerino charlando y riendo, prometiéndoselas muy felices y haciendo planes para cuando su carrera volviera a despegar y fueran otra vez las estrellas que habían sido.
TOC, TOC
- Holaaaaaaaa telonerooooooos – Saludó Hiro, entrando en el camerino sin esperar a que le dieran permiso para hacerlo, seguido de Shuichi y Suguru.
- ¿Qué hacéis vosotros aquí?
- Venga hombre, no pongas esa cara que estás muy feo, jeje – Respondió Shu – Hemos venido a presentaros a Suguru Fujisaki, nuestro teclista. Todavía no estaba con nosotros cuando tocamos juntos, pero gracias a él. . .
- Ya le conocemos – Le interrumpió Aizawa – Todo el mundo conoce al primito de Seguchi. Qué bien tener familiares tan bien situados, ¿eh, niño? Así no te hace falta demostrar que tienes talento, como tuvimos que hacer los demás.
Suguru hizo oídos sordos a esta provocación, aunque no había nada en el mundo que le reventara más que el que le dijeran que había conseguido triunfar por enchufe, a excepción, tal vez, de que le conocieran como "el primo de Seguchi". Bien aleccionado por Mika, se contuvo y se limitó a hacer una reverencia de saludo y a sonreír dulcemente, al más puro estilo de Tohma. A los de ASK se les pusieron los pelos de punta al ver esa sonrisa.
- ¿Qué chicos, vais a poner a tono al público para cuando nosotros salgamos? – Les preguntó Hiro, con intención.
- Puedes contar con ello. Quedarán tan impresionados que ni se acordarán de que vosotros tocáis después.
- Oh, eso sería muy interesante. Tengo entendido que fue precisamente lo que pasó la última vez que tocasteis juntos, pero al revés, ¿no? Ji ji - Dijo Suguru, con toda la inocencia del mundo.
Eso indignó en sobremanera a Aizawa.
- ¡Sólo que esta vez no estará aquí Sakuma para ayudarte, Shindou!
- Ni Sakuma, ni ninguno de los miembros de Nittle Grasper, de hecho – Añadió una voz femenina, a diez grados bajo cero.
Ma, Ken y Aizawa miraron en dirección a la puerta para ver quién era la propietaria de esa voz. Los tres a la vez abrieron la boca desmesuradamente al ver que allí no estaba otro que Yuki Eiri, y a su lado una mujer alta y delgada, vestida de negro, con una mini falda mini, mini, mini, y que estaba bastante buena, por cierto. Si les hubieran dicho que se trataba de la mismísima Reina del Sur (1), se lo hubieran creído.
- Hombre Aizawa, cuento tiempo sin vernos. Te encuentro algo desmejorado. Oh, me parece que no os conocéis. Os presento a mi hermana, Mika Seguchi – Tres miradas interrogantes se cruzaron. "¿Seguchi?" – La es-po-sa de Tohma Seguchi – Añadió.
- Mucho gusto, pero me parece que os estamos molestando. Debéis de estar nerviosos y querréis un poco de tranquilidad antes de este concierto tan importante, ¿verdad? Venga Eiri-san, dejémoslos tranquilos. Y vosotros también, id a vuestro camerino, que para eso los tenéis.
- Sí, Mika-san – Todos salieron de la estancia, en una muestra de que Mika era ahora la jefa allí.
- Espero que os vaya muy bien. . . y que no falle nada – Añadió, con una amplia sonrisa, y cerró la puerta del camerino, dejando a los otros tres con la boca abierta y sudando frío.
En cuanto la puerta se cerró, empezó el desastre.
- ¡La hemos jodido! ¡¡La hemos jodido pero bien!! – Gritaba Ken, paseándose arriba y abajo por el camerino con las manos en la cabeza, mientras que Ma se llevaba una y otra vez a los labios una petaca de vodka.
- ¿De qué coño hablas, imbécil?
- ¡Es su mujer, tío! ¡Es la mujer de Seguchi, y encima también es la hermana del escritor psicópata ese! Y luego está el primo. . . el primo. . . ¡AAAAAAAAAAH, nos van a mataaaaaar!
PLAF¡¡¡
Aizawa le pegó a su compañero tal bofetada, que Ken de desplomó sobre uno de los tocadores del camerino.
- ¡Ya está bien, me dais asco! ¡No me digáis que ahora os vais a acobardar delante de un crío y una zorra mini faldera!
- El chaval no nos preocupa, Tachi – Dijo Ma, que ayudaba a Ken a volver a ponerse derecho – Como tú dijiste, ¿qué va a poder hacer un crío contra nosotros? Pero es que ella es su mujer, Tachi, ¡su mujer! Y está claro que no está aquí por casualidad, ¿o es que tú la habías visto antes en algún concierto? Esos tienen pensado algo, seguro. No saldremos vivos de esta – Ma tenía todo el aspecto de estar a punto de ponerse a llorar.
- Vosotros os habéis vuelto idiotas de repente. No, siempre habéis sido un par de idiotas. Está claro que si no pienso yo, aquí no piensa nadie. ¿Qué creéis que nos van a hacer delante de tanta gente?
- ¡Cualquier cosa, Tachi, cualquier cosa! Seguro que han contratado a un francotirador par que nos dispare al salir al escenario, o prenderán fuego al local con nosotros dentro, o. . .
- ¡Basta! ¡Basta ya de tonterías! No quiero oír ni una palabra más. Salid ahí fuera y procurad hacerlo tan bien como sepáis, porque yo no me he dejado el culo intentando conseguir este concierto para permitir que ahora que un par de gallinas como vosotros lo estropeéis.
Cabizbajos y compungidos, Ma y Ken salieron en dirección al escenario. Antes de seguirlos, Aizawa cerró la puerta del camerino y sacó de su zapato la dosis que tenía reservada para después del concierto, o para la mitad, según como estuviera de fuerzas. Salió al escenario haciendo gestos raros y frotándose la nariz.
Mientras saludaban al público con sonrisas forzadas y movimientos de autómatas, miraban a todos lados en busca de cualquier amenaza, muertos de miedo, un miedo que aumentó cuando vieron que a un lado del escenario estaban Shuichi y Hiro, sonriéndoles con sorna, y en el otro "el primito" y un tío grandote y rubio, un tío que, como Aizawa había tenido ocasión de comprobar, tenía la mala costumbre de ir por ahí armado; un miedo que se transformó en auténtico terror cuando vieron que, en primerísima fila, separados del resto del público por un cordón de seguridad y dos enormes empleados de la sala, estaban Mika y Yuki, los dos altos, inexpresivos, impávidos.
Jamás en la historia de la sala Ruido había tenido lugar una actuación tan desastrosa como aquella. Los de ASK tocaban absolutamente desconcentrados, esperando que en cualquier momento Mika diera la orden y un foco se descolgara y cayera sobre sus cabezas, que el escenario se hundiera sepultándoles en vida, o que el famoso francotirador apareciera en uno de los andamios y acabara con ellos. Ma y Ken tocaban a destiempo, mecánicamente, sin escucharse el uno al otro. Aizawa cantaba con la misma expresividad que la voz de una máquina dispensadora de tabaco, con la boca medio dormida a causa de la farlopa, incapaz de vocalizar debidamente. Con la cara desencajada y la voz pastosa, intentaba animar/calmar al público farfullando que estaban encantados de volver a actuar, que "que suerte habéis tenido de ser los primeros en presenciar la reaparición de ASK", y chorradas por el estilo.
No conseguían tocar ni una sola canción a derechas. Y es que estar simpático con el público, tocar y estar alerta a cualquier atentado que pudiera intentar perpetrarse contra sus vidas, todo a la vez, es demasiado para cualquiera. Cuanto más se esforzaban en concentrarse en lo que estaban haciendo, más tensos se ponían, más fallos cometían y la cosa todavía iba a peor. En uno de los temas, Ma y Ken tocaron la introducción de una canción y Aizawa empezó a cantar la letra de otra. Su nerviosismo y su rabia crecía cada vez más al ver que Shuichi y Hiro se reían de sus equivocaciones a carcajadas, sin ningún tipo de disimulo. Por si eso fuera poco, se les ponían los pelos de punta cada vez que "el primito" le decía algo al "esbirro", porque pensaban que podría ser una orden para que K sacara "la pipa" y les dejara como un colador. Hubo un momento, incluso, en que los tres dejaron de tocar al mismo tiempo, quedándose inmóviles, mirando en dirección al público con caras de póquer. La causa de ese lapsus fue que Mika se había inclinado hacia su hermano para decirle algo y que Yuki metió la mano debajo de su americana. Pero lo único que sacó fue un paquete de cigarrillos para darle uno a su hermana.
El público empezaba a ponerse violento. Ya venían bastante "calentitos" por haberse enterado en el último momento de que Nittle Grasper no iba a actuar y no les quedaba paciencia como para encima tener que aguantar a aquellos petardos. Los primeros abucheos empezaron a escucharse, y una lata de cerveza describió una trayectoria parabólica en el aire para aterrizar a los pies de Aizawa.
De repente, sin previo aviso, la música cesó y las luces del escenario se apagaron. Se escucharon más abucheos y protestas, más latas fueron a parar al escenario. Mika y Yuki intercambiaron sonrisas maliciosas.
Los empleados de la sala agarraron a los de ASK por la ropa y los sacaron del escenario a empujones.
- ¡Salid ahora mismo de aquí, imbéciles! ¡Inútiles, mal nacidos! – Gritaba el dueño de la sala, dándoles manotazos en la cabeza.
- ¿Cómo te atreves a hablarme así? ¿Es que no sabes quién soy yo? ¡Yo soy. . .!
- ¡TÚ eres un yonqui de mierda! ¡Eso es lo que eres!
Los gorilas les echaron del local por la puerta de atrás.
- ¡Deprisa, salid ya y calmadlos! ¡Me van a destrozar el local! – Les suplicó el dueño a los de Bad Luck.
Las luces del escenario se volvieron a encender, iluminando la entrada de Suguru, Hiro y Shuichi. El público no les saludó con el entusiasmo al que ya se habían acostumbrado, escépticos como habían quedado de la lamentable actuación de ASK. Tendrían que ofrecerles algo realmente bueno si querían obtener alguna muestra de agradecimiento por su parte.
- ¡BUENAS NOCHES A TODOS! ¡SOMOS BAD LUCK Y ESTAMOS AQUÍ PARA QUE LO PASÉIS COMO NUNCAAAAAAAAAAA! – Gritó Shuichi.
La música empezó a sonar, acompañada de una explosión de luces parpadeantes. La sala no tardó en llenarse con los gritos de cachondo júbilo de las féminas, estimuladas por la música y por la maravillosa visión del apetitoso ombliguito de Shu frente a ellas.
- ¡SHINDOU, SHINDOU KAWAAAAI! - ¡SHUICHI, TE QUIEROOOOOOOOOOO! - ¡NAKANO, NAKANO ES EL MEJOOOOOOOOR!
"Jodeos, perras", pensó Yuki, "A este me lo como yo y nadie más que yo"
El estruendo de la música y los gritos del público podían escucharse incluso en el sucio callejón al que habían sido expulsados los de ASK. Ken fumaba con melancolía paseando distraídamente. Sentado en el suelo junto a unos cubos de basura, Ma seguía bebiendo de su petaca, y Aizawa, con los puños apoyados contra la puerta metálica por la que acababan de empujarle, lloraba de rabia, sintiendo como la puerta temblaba con las vibraciones de los bajos de la música, escuchando unas exclamaciones de admiración que él ya no volvería a disfrutar nunca más, sufriendo por saber que los odiosos niñatos de Bad Luck estaban ahí dentro, tocando, triunfando, mientras que él se había hundido definitivamente.
Sobra decir que ese fue el último concierto de ASK, el último que dieron en toda su vida, tanto juntos como por separado.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
(1) La Reina del Sur: Sobre nombre que se le dio a Teresa Mendoza, narcotraficante mexicana afincada en España que revolucionó el tráfico a través del Estrecho de Gibraltar, convirtiéndose en multimillonaria.
Hola a todos¡¡¡
Uf, no veáis lo que me ha costado acabar este capítulo. No por falta de ideas para hundir en la miseria a Aizawa i a los otros dos peleles ¬¬ pero todas eran demasiado gore. Al final, pensando, pensando, llegué a la conclusión que lo mejor que se podía hacer era no hacer nada y que las cosas siguieran su curso. Al final, a todo cerdo le llega su San Martín UAAAAAAAAAA JUA JUA JUA JUA
Hay que ver, ya más de noventa rw ¡Qué ilusión! Ah, y respecto a la puja por Ryu-chan, a todo lo que habéis ofrecido, le añado unas gafas de sol "super-fashion" color verde, para que le hagan juego con el pelito, y una sudadera que ponga "I´M TOO SEXY FOR MY SHIRT" XDDDDDDDDDD Rikku, yo pujaría contra ti por Tohma, pero después de esto, creo que deberíamos dejar que Mika lo disfrute un poco ¿no?
El próximo capítulo sí que será ya el último. Espero que este os haya gustado (sonrisita)
Hasta el próximo¡¡¡¡¡
