Título: Lágrimas

Autor: Jun/Vania (soy la misma, igual que Darkkie)

Pareja(s): Aragorn/Legolas

Clasificación: PG13, pero puede subir en el camino. AU (Alternate Universe) no hay Arwen, y si la hubo, sólo fue una querida hermana de Aragorn. MPREG totalmente, así que no te gusta el MPREG (Male pregnant) NO LE LEAS POR FAVOR, snif…

Resumen: Fue una historia corta, una vez unidos por su amor, Aragorn y Legolas viven en Minas Tirith donde Aragorn es el rey, y Legolas el príncipe consorte. Pero aun falta una gentil pieza para completar su felicidad. ANGST

Advertencia: Contiene SLASH es decir, relación hombre/hombre, mas bien hombre/elfo. Si no te gusta tal tipo de género, favor de buscar otro mas apropiado a tu gusto.

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R. Tolkien y/o NewLine Cinema. Escrito sin fines de lucro. Yo nada ganó, así que no me demanden por que no tengo ni un centavo partido a la mitad.

N/A.- Espero no tocar susceptibilidades con lo del embarazo, son simples palabras, así que no lo tomen a mal. En este capítulo expongo lo que he atestiguado y sabido acerca de los síntomas de un probable embarazo entre las parejas. Lo que pasa con la sangre en este capítulo, lo saque por un fic llamado "Sin or Blessing", de Dream15Clown, espero y no se ofenda por ello.

4. Discusión

Pronto llegaría la hora de llevarle la noticia al rey, casi podía estar seguro, nunca se le había ocurrido que tan simple era averiguar cuando un elfo varón esperaba una criatura, en cuanto lo comprobara, sus palabras alegrarían al rey, tan sólo necesitaba unas pequeñas gotas de su sangre élfica para lograr su objetivo.

Ya se veían las grandes construcciones de Minas Tirith frente a ellos, los mismos guardias que le acompañaron todo el  viaje, expresaban su alegría con risas y exclamaciones al saber que pronto estarían abrazando a sus familias en el calor de su hogar. El mismo Melfor añoró a su esposa e hijos y deseaba llegar a abrazarles, sus preciados tesoros. Pero primero y antes que nada, deseaba entrevistarse con el rey antes de la hora de descansar, primero para mostrarle el resultado de sus investigaciones y después para practicar la prueba en el príncipe consorte. Deseaba ver el rostro de felicidad de la pareja real al escuchar las nuevas, si en verdad no se equivocaba en su diagnóstico.

Un pequeño príncipe o princesa de Gondor sería la felicidad entera del reino, ya que al ser feliz la familia real, ellos mismos obtendrían la buena voluntad de sus regidores. Todos estos pensamientos animaban más el corto camino que le quedaba a Melfor por llegar a su destino.

*~*~*~*~*~*~*~*~*

Aragorn le veía con ojos de incredulidad, pero no podía negar que las palabras de su amante le habían perturbado al grado que cayó de espaldas al escucharlo.

- ¿Qué?

- Cuidado, toma mi mano.

El Rey tomó la mano que le ofrecía su consorte, se sacudió la túnica por detrás mientras interrogaba al elfo que le miraba con una sonrisa traviesa.

- ¿Cómo es que dices que yo, el rey de Gondor, pudiera concebir un hijo? – preguntó el rey frunciendo el ceño

- Simplemente que recordaba mi oración de hace unos meses – respondió Legolas deseando empotrarse mas allá del sillón que lo albergaba

- Creí que habías pedido que se nos bendijera con un hijo, ¿no es así?

- Es verdad, mi señor, pero mis palabras no fueron exactamente que "yo" fuera bendecido con el don de procrear, simplemente pedí que se nos otorgara el milagro de engendrar un hijo, que iluminara la alegría de nuestro hogar.

- Pero esa oración funciona sólo en elfos no en humanos.  Además creí que sabías que decía la oración.

- Por tus venas corre sangre élfica no lo olvides, además la oración como tal no existe, una oración se eleva con las palabras verdaderas del corazón, no dictadas por costumbre y sin sentido

- Pero…

Aragorn no continuó, la cabeza le empezó a doler, trataba de recordar que había pasado aquella fatal noche en que casi pierde a Legolas. Recordaba que habían despertado a la mañana uniéndose nuevamente, pero… ¿Quién tenía el control esa ocasión? ¿El o el elfo? Estaba seguro de que…No, no lo estaba.

- ¡Esto debe de ser un error! Legolas, ¡yo no puedo tener un hijo!

El elfo frunció ligeramente el ceño mientras veía al rey levantar las manos con gesto de desesperación andando de un lado a otro de la habitación.

- Es fruto de nuestro amor, Aragorn. La representación de lo que hay entre nosotros. – declaró Legolas con su tono habitual.

- Pero yo no puedo, soy un rey, con responsabilidades y desafíos, no podría enfrentarme a mis enemigos si tuviera el abdomen crecido. No sin que mi orgullo sufriera por ello.

- No veo por que avergonzarse de tan maravillosa etapa. Le llevarais con amor, como nos tenemos el uno por el otro.

- No, no podría, se burlarían de mí, mis súbditos, mi gente, me señalarían si…

Los labios de Legolas se unían hasta formar una recta perfecta, su vista seria y pensativa hicieron detenerse al rey en su andar.

- Entonces no quieres un hijo. – afirmó el príncipe tajantemente

- Legolas… - suspiró Aragorn, ya venía venir una discusión sobre un tema que no quería tocar.

- Es lo que me dices con tus palabras

- No es eso a lo que me refiero, sabes que anhelo un pequeño retoño, tanto tuyo como mío. – declaró el rey cruzando sus brazos sobre su pecho

- ¿Pero si se te bendijera con ese milagro en tu cuerpo? – preguntó Legolas aferrándose a su esperanza en el mortal.

Aragorn se quedo pensativo, la simple idea le aterraba, no podría, se volvería loco, el no era un elfo que tuviera esa capacidad de amar hasta ese punto, era un simple mortal, un varón, vamos, que eso no es normal. Sería señalado y reducido, humillado y juzgado por ser un rey débil

- ¿No serías capaz de llevarlo por ambos? ¿No serías capaz de sufrir todo esto por amor a el? ¿Por amor a mí?

- Pero Legolas tu eres un elfo y yo… - dijo el rey arrodillándose frente a su elfo.

- Ya veo que no... – dijo Legolas evadiendo la mirada del mortal y apoyando sus codos en los descansa brazos mientras sus manos se enlazaban

- Legolas, por favor, no sigamos con esto, no quiero herirte. – dijo Aragorn buscando la mirada de Legolas

- Ya has hecho lo suficiente

- Compréndeme, por favor, soy un hombre nada mas, un simple mortal, no estoy hecho para esto... Además el ser rey implica que yo deba conservar cierta presencia, infundir confianza...

- ¡Tú eres un rey orgulloso de su persona y yo sólo un estúpido príncipe elfo que haría todo por ti, ¿no es cierto?! – reclamó Legolas poniéndose en pie alejándose unos cuantos pasos del  rey - ¡Tu tienes un reino que dirigir, gente en que pensar, por quien dar la cara y la vida! -agregaba amenazando con la mirada mientras el rey daba un paso hacia atrás - Por ellos respondes pero ¿que pasa conmigo?

- No entiendes, es diferente. – respondió Aragorn evadiendo su mirada.

- ¡No, no es diferente!, sólo dejo ver la posibilidad de que tú lleves el precioso símbolo de nuestra unión en tu cuerpo y reclamas, sin embargo, si fuera yo, no representaría problemas para ti, ¿cierto? – argumentó el consorte frente al rey, para después dar media vuelta retirándose un poco mas y proseguir sin dirigirle la fulminante mirada - ¿Por qué debería llevarle yo si veo que no podrías dar mas amor y sacrificio con él que con tu pueblo? ¿Por qué debería?

El príncipe consorte había dado media vuelta ahora y dejaba ver toda la decepción que le causaba el rey en su suave boca ligeramente torcida. ¿Aragorn no sería capaz de sufrir, de cargar con la responsabilidad de llevar una dulce luz? ¿Ni siquiera como ofrenda del amor que se tenían? ¿Por que debía Legolas ser quien llevara el fruto de su amor en su vientre si su pareja nunca podía expresar el amor de esa manera?

- Legolas... – susurró Aragorn aproximándose

- No sé como pude pensar que eras diferente a los demás mortales…

El elfo salió de la habitación profundamente irritado, nuevamente Aragorn pensaba como lo que era, un rey, dueño absoluto de su gente y territorio, y no como pareja y amante, ¿Por qué debería él ser quien llevara el pequeño? Le amaba, y sería profundamente dichoso si fuera bendecido con tal don, pero su pareja ni siquiera lo entendía, su amado esposo nunca siquiera le paso por la mente la idea de concebir, de sacrificar su cuerpo y mente por el amor que había entre ambos.

- ¡Legolas! Regresa…

- ¡No quiero escucharte! – dijo Legolas con voz mesurada.

- Por favor, entiéndeme – dijo el rey tomándole rudamente por el brazo haciéndole dar media vuelta

- No ahora, no aquí- dijo el elfo tratando de zafarse de la mano del rey sin hacer demasiado escándalo

Se habían detenido en el pasillo, con pocos sirvientes les miraban preocupados desde la planta baja. Aun no era la hora de la cena y los preparativos para ésta habían comenzado, algunos guardias detenían sus pláticas al escuchar al rey y al príncipe discutir.

- Legolas, no – dijo el rey con tono suave y medido evitando que su pareja se soltara de su puño.

- ¿No? No deseo hablar contigo, y menos aquí.

- Entonces volvamos a la habitación.

- No, no tengo nada que hablar contigo – termino el elfo usando su fuerza hasta lograr liberarse

Legolas se soltó del brazo de su rey, y siguió avanzando por el pasillo, esperaba llegar al segundo piso para encerrarse en una habitación que usaba como retiro en los días tormentosos que no podía salir al jardín. Tenía allí uno privado que el mismo había acondicionado.

- Esto es una tontería Legolas, regresa aquí. – dijo Aragorn al borde de su paciencia

- No soy tu súbdito, pero me tratas como tal

- Legolas, ven a aquí. – ordenó el rey

El elfo seguía avanzando sin responder, el eras un príncipe después de todo, orgulloso de su linaje y de su pueblo, no tenía por que soportar ser tratado así. Bajó los primeros escalones, con paso firme hasta el descanso de las escaleras un poco mas abajo, Aragorn se impacientó, fue tras él importándole muy poco que los guardias palidecieran al ver su expresión cuando paso a su lado.

- ¡Legolas! –exclamó el rey atrapando a su esposo nuevamente por el brazo.

- Te he dicho que no deseo hablar contigo

El esfuerzo que hizo el elfo para alejarse del rey fue tal, que perdió el pie, y aunque trató de aferrase al pasamanos, cayó rodando por las escaleras golpeándose varias veces en su cuerpo, vio un ligero derrame salir de su boca cuando esta golpeo con el filo del escalón, vio su cabeza nuevamente sangrar al pegar en los cimientos del pasamanos de madera, unos leves crujidos, tal pesadilla parecía ocurrir tan lenta como en un sueño, pero tan rápida como para poder evitarle.

- ¡Legolas! – gritó el rey

El rey bajó lo más rápido que pudo, esto no podía estar ocurriendo, todo fue tan rápido, bajaba los escalones por donde se veían unas gotas de líquido rojo por aquí y por allá esparcidos por el tapiz que cubría la alfombra.

Se arrodillo junto a él, y dos guardias fueron en su ayuda, el rey no quiso que le tocaran, les pidió sin mirarles si quiera que llamaran con urgencia al curador, el mismo llevaría al príncipe a su habitación. Legolas estaba inconsciente, boca abajo y con el cabello revuelto, las piernas cruzadas una contra la otra, los brazos bajo su cuerpo tal y como quedo, el rey le volteo con cuidado, sabía que era peligroso si elfo presentaba fracturas internas, vio su rostro ensangrentado y palideció un poco, seguía respirando. Le tomó entre sus brazos ocultando su rostro entre su pecho, su boca estaba ligeramente abierta y la sangre inmediatamente le manchó la túnica.

Subió consternado por las escaleras, Daguel le acompañó, ayudó al rey a cubrir al príncipe con las mantas y acomodo una almohada bajó su cabeza. El rey ni siquiera se dio cuenta de su presencia, el mismo busco unas franelas para limpiarle, deseaba escuchar a su esposo, deseaba ver la luz de sus ojos, pero estaban vacíos. Tomó su cara y comenzó a limpiar la sangre de su magullado rostro, primero la frente, alejó los cabellos, observó la herida en su sien derecha, profunda pero nada grave, bajó a sus labios ahora resecos por la sangre, les limpio y con el movimiento y la frescura del pañuelo esperaba que su consorte recobrara la conciencia.

Se veía mas pálido que lo habitual, con una mano sobre su vientre como si le protegiera, si el estuviera, si fueran ciertas sus sospechas… Que no fuera así, no deseaba perder a un hijo, no deseaba perder a su elfo por la tristeza, no deseaba su mundo derrumbado. La sangre aun brotaba ligeramente de su cabeza y el cambio de franela para no contaminarle.

Daguel observó como el rey cuidaba de su esposo, vio lo hermoso que era el príncipe Legolas durante el sueño aun estando herido y la tristeza le invadió al pensar que el rey sufriría mucho por la perdida de su consorte, ninguna esperanza. Seris se presentó acompañado por otro guardia.

- Su majestad… - dijo Daguel sin terminar, sólo deseaba atraer la atención del rey.

Aragorn levantó la mirada por acto reflejo y vio al curador aproximarse.

- Buen Seris, por favor, yo mismo lo he examinado pero no deseo equivocarme.

- ¿Qué ha pasado? ¿Qué ocurrió su majestad? – preguntó el curador ocupando el lugar del rey junto al elfo en la cama.

- Cayó por las escaleras, cayó y no pude detenerle… no logró despertarlo.

Seris abrió la túnica del príncipe revelando su pecho firme y su abdomen plano, la suavidad de su piel se podía adivinar a simple mirada, pero las contusiones que aparecían no daban buenos indicios, seguramente una o dos costillas rotas.

- Por lo que veo creo que sufrió de golpes, y me parece que tiene algunas costillas rotas su majestad.

- ¿Pero no podría decirme... no podrías saber…?

- ¿Sí? – preguntó Seris mientras le examinaba el cuello y los brazos.

Aragorn dudaba si comentarle este hecho al curador, el mismo cavilaba entre puras sospechas, nada en claro había en cuanto a la condición de su amado, la idea de que el mismo llevara el fruto de su amor, le tranquilizo un poco. Si  fuera así, no tendría que preocuparse por la caída de Legolas. Solamente de cuidarle y mimarle como se merecía, muy egoísta se había portado y se avergonzaba de ello.

- Lo que sucede es que…

El rey iba a continuar pero los guardias no se habían retirado, ambos tenían clavados los ojos en el pecho de su marido observando los capullos sonrosados contrastando con los cardenales morados recibidos por los golpes.

- Pueden retirarse, por favor, les agradezco la ayuda. – dijo el rey despidiéndoles.

Ambos guardias saludaron y se retiraron sin comentar sobre el asunto.

- ¿Qué es lo que sucede su majestad? – preguntó el curador mientras buscaba fracturas en las piernas del príncipe

- No sé si mi querido Legolas espera un hijo.

- ¿QUÉ? – exclamó sorprendido Seris, dejando caer la pierna sin cuidado

- Es por lo que discutíamos cuando cayó por las escaleras, usted debe de estar al tanto de cierta oración élfica

- Sí, lo estoy, algo he sabido al respecto, pero creí que se trataba de una leyenda, un mito de nuestro días.

- No, no es un mito, Legolas oró hace algunos meses y… yo no sé… - dijo Aragorn pasándose las manos por el cabello - ¿Hay alguna manera de averiguarlo?

- No estoy enterado.

- El caso es que, no dimos con esa sospecha hasta que usted lo comentó hace poco.

Seris observó nuevamente al príncipe, el había sugerido esa posibilidad como simple juego, no como un diagnóstico formal, además los síntomas los compartían los dos… Pero eso era un hecho en varias parejas, algunas veces la persona portadora de la criatura sufría con todos ellos, y otras los compartían entre ambos. El mito entre las señoras de edad, es que si en la pareja ambos compartían las dolencias del embarazo, el amor entre ambos era inmensurable.

- Yo no puedo estar seguro, no sé mucho al respecto, su majestad – dudando de si mismo en tal materia.

- Melfor le inspeccionó hace algunos meses, pero no me mencionó nada al respecto… Y ahora que lo pienso, tal vez él tampoco sabía.

Seris se atrevió a descubrir el vientre del príncipe sin consultar al rey, oprimió los mismos puntos que haría si el paciente en cuestión fuera una dama. Encontró un pequeño bulto poco habitual en el cuerpo de un hombre y mas en un elfo.

- ¡Oh!

- ¿Qué sucede?

- No estoy seguro, él podría… pero no estoy seguro…

Seris se levantó y anduvo unos pasos por la habitación, se mesaba los cabellos como si la incertidumbre le asaltará. Volvió al lado del príncipe y nuevamente le examinó, el pequeño cuerpo seguía estando donde mismo. ¿Pero como estar seguro? Realizó el reconocimiento una vez mas, obteniendo una pequeña queja del lesionado.

- ¡Legolas! – exclamó el rey avanzando hasta la cama para tomarle de la mano sentándose al lado contrario a Seris

Legolas no respondió y volvió a caer en su sueño de recuperación.

- Dígame por favor ¿existe la posibilidad de que?

- No lo sé su majestad, todo será revelado con el paso del tiempo.

- ¿Pero es que no habrá manera? ¿Podría… podría perderlo con la caída?

- Por lo que me han contado, mucho me temo que sí.

Aragorn quería gritar, apretó un poco más la mano de su inmortal, y le beso, Seris se quedo de pie para no interrumpirles, no podía hacer mucho en su favor, el mismo elfo tenía la suficiente capacidad de sanar rápidamente su propio cuerpo pero dudaba que este don se proyectara también en el hijo.

- Mi amor… ¿me escuchas? – preguntó el rey aproximándose a Legolas

Legolas seguía con los ojos entrecerrados, sin dar respuesta y con la imperceptible respiración que apenas indicaba su existencia. Una pequeña mancha plateada estaba sobre su labio inferior y el rey la retiró, una más en su sien e hizo lo mismo. Alguna especie de pintura vieja había dejado residuos durante la caída de su esposo.

Le comenzó a hablar mientras Seris preparaba los vendajes para su torso.

- Aquí estoy Legolas, estoy contigo, ¿me puedes escuchar?

Aragorn retiró la túnica del elfo con cuidado mientras Seris cortaba un poco de tela y la sumergía una preparación verdosa. Vendaron al príncipe sin que este respondiera o se quejara nuevamente, su cabeza fue envuelta también aunque la herida parecía ya no sangrar, las vendas quedaron bien sujetas y firmes, Seris se despidió del rey al ver que todo lo que podía hacer estaba hecho.

- Legolas, perdóname, te lo pido con mi corazón, por favor despierta, quiero verte bien, quiero oír tu voz…

Le acomodó el cabello, le cubrió el pecho desnudo con las mantas, puesto que la túnica había sido retirada.

- No sabes cuanto te amo, no sabes como me tienes mi amor, ¿Por qué no despiertas? – preguntó haciendo por sonreír al final

Seris le había dicho que tratara de reanimarlo, por mínimo que fuera, el golpe en la cabeza podía traerle complicaciones.

- Si lo haces, te aseguro que hablaremos y te demostraré todo mi amor, Legolas… por favor…

Apretaba la mano un poco mas, y ya se encontraba el mismo atravesado en la cama junto a su esposo, sosteniendo la pálida y fría mano, mientras acariciaba el cabello tratando de obtener una reacción.

- ¿Verdad que tú también me amas y me perdonas? – preguntó Aragorn mientras una lágrima furtiva rodaba por su mejilla. - ¿Verdad que despertaras y nos besaremos como siempre?

Los ojos seguían vacantes, libres de toda expresión mirando al vacío. Sin vida. Secos.

- ¡Te amo Legolas! ¡Y no quiero perderte ni a ti ni a nuestro hijo!

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OMG! Cuando escribía que Aragorn lloraba veía "Carlitos´ Way" y sale Viggo llorando con barba y todo y ¡oh! (Ô.ô) Casi me da un infarto, snif…

Ahora,veamos los amabilísimos Reviews.

Ayesha: ¿Cómo crees que podría embarazar a Aragorn? Digo, ganas no me faltaron pero no me quiero traumar yo sola... Jajaja... Aunque no sé aun... ¡Quiero que también sufra! (¿Mas?) ¡Quiero que todos floten!

Myrem: Tengo una duda, no sé si eres de la comunidad, del grupo o simple lectora de Ffnet, aun así te agradezco que leas este fic. Actualmente ya tengo otros dos capítulos escritos, pero les estoy "refinando".

Akhasa: Ayesha me dio la idea de embarazarlos a los dos,  pero eso ya se ha hecho, como lo de Legolas pregnant también. Ambos tienen síntomas por que a mi hermana así le paso, mi cuñado tenía algunos y mi hermana otros, mi jefecito, sufrió de todo tipo de suertes, su esposa,  muy bien gracias. Espero encontrarte algun día/noche en el MSN, me alegraría mucho.

Shanna: Bueno, al menos sé que cuento con el apoyo de tres chicas de la comu, eso ya es mucho y se agradece infinitamente. Espero y te siga gustando ^_^

Legolas12: Bien, veamos, con respecto a lo que preguntas, Legolas no estaba seguro si Aragorn podía haber quedado embarazado por lo que dijo en su oración, ya que no especifico cual de los dos, por eso le alegró que Aragorn tomara tan bien el embarazo, pero el rey se asustó al escucharle y se cayó de un sentón ante la noticia. Aquí en México las "sentaderas" son las pompas, el trasero, etc...Espero haberte sacado de la duda..^_^

Any: Mi cabecita tiene complejo de inferioridad, y de repente quiere que todos sufran, si sigo aferrada a mi idea les embarazare a los dos pero esto ya sería comedia, y no soy buena en eso.

¡Dejadme reviewcitos! Si no, me pondré a traducir... ¿OMG amenazando? Jajajaja.. me he recordado a alguien... `^_^'