Título: Lágrimas
Autor: Jun - Vania (soy la misma, igual que Darkkie)
Pareja(s): Aragorn/Legolas
Clasificación: PG13, pero puede subir en el camino. AU (Alternate Universe) no hay Arwen, y si la hubo, sólo fue una querida hermana de Aragorn. MPREG totalmente, así que no te gusta el MPREG (Varón embarazado) NO LE LEAS POR FAVOR, snif…
Resumen: Una vez unidos por su amor, Aragorn y Legolas viven en Minas Tirith donde Aragorn es el rey, y Legolas el príncipe consorte. Pero aun falta una hermosa pieza para completar su felicidad. ANGST
Advertencia: Contiene SLASH es decir, relación hombre / hombre, mas bien hombre / elfo. Si no te gusta tal tipo de género, favor de buscar otro mas apropiado a tu gusto. BDSM - Bondage Sadomasoquismo, algo así, muy ligero por que no hay látigos pero si unas cadenas
** KINKY ELF ** =^_^=
Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R. Tolkien y/o NewLine Cinema. Escrito sin fines de lucro.
N/A.- Espero no tocar susceptibilidades con lo del embarazo, son simples palabras, así que no lo tomen a mal. En cuanto al final, será feliz, algo agridulce, pero bueno. Juntos.
9. El rey esclavizado
La noche paso con tranquilidad, Legolas no quiso aprovecharse del cansancio del rey después de su juego de las velas, por que no sería nada divertido atormentar a alguien que no lo disfrutaría y pudiera fastidiarle su juego, además "crueles" ideas pasaban por su cabeza al tiempo que sonreía. Ambos habían entrado ya en la cama y Aragorn se había recostado sobre su pecho abrazándole por la cintura, mientras el elfo le acariciaba el cabello y sonreía en la oscuridad ideando formas de pasar el tiempo castigando a su esclavo, esta palabra, esclavo, le atraía mucho.
La mañana llegó y Aragorn seguía en el pecho firme de Legolas, arropado hasta el cuello, y sin la mínima intención de levantarse a atender sus deberes como monarca de Gondor. Toda la noche había estado lloviendo y aun amenazaba el cielo con seguir así, el invierno estaba en plenitud y el tiempo de lluvia había comenzado.
- Aragorn, despierta – murmuró el elfo
- Mmff – refunfuño el mortal
Un quejido fue todo lo que respondió el rey mientras el elfo sonreía, encontró su oreja y le estiro un poco.
- Anda, es tiempo de que te arregles, quiero desayunar – dijo con la dulce voz que le acompañaba las mañanas.
- Mmmfff – se quejó el rey sin abrir los ojos. La cama estaba muy cálida y el frío se sentía en la nariz
- Aragorn…
El elfo le tomo por los brazos y le acomodo a un lado sobre su almohada, no lo quería admitir pero su esposo era algo pesado, por suerte, al elfo nunca le importo cuando tenían sus encuentros.
- No hagas esfuerzos… el bebé… - dijo Aragorn volviéndose a abrazar a su compañero
- El bebé quiere comer algo
- Mmmfff
Legolas sonrió ante la nueva queja
- Anda, despierta, deseo tomar algo temprano y tú tienes compromisos que cumplir.
- No… un rato más… - respondió el rey aferrándose al cuerpo del elfo sin dejarle ir.
- Ven, vamos…
- Aquí estoy muy bien
Y diciendo esto el monarca arrimo mas a su elfo escondiendo su cara entre el cuello y el hombro de Legolas, como le gustaba ese tibio lugar con aroma a frescura.
- Quédate conmigo, necesito… besos…muchos besos - dijo el rey con su tono de niño mimado
- Creí que yo tenía el mando, señor
- ¿Sólo un poquito, si? – suplicó el rey aun con los ojos dormidos
No hubo respuesta, sintió los labios del elfo sobre los suyos, suplicándole por respuesta. Pequeños besos de mariposa, mordidas en el mentón, hasta que desprevenido, el elfo sintió sus labios aprisionados por los del rey.
- Mmmm…. Que rico… - murmuró el rey entre besos y un amante abrazo – Este será mi almuerzo
- Dudo que… soportes toda la mañana con esto…
Mas besos y caricias, y cuando el elfo sintió que eso les llevaría a algo mas se apartó un poco.
- Vamos, Aragorn, que tengo mucha hambre.
- Nooo…. ¡Yo quiero mas! – protestó el rey
- No, ya, vamos…
Aragorn quería mas besos, pero Legolas se había apartado de él y ya se ponía en pie.
- Te prometo que esta noche, será mejor.
El rey suspiro antes de ponerse en pie, como acostumbraban antes de cruzar el umbral compartieron un beso frente a la puerta y salieron, en el comedor compartieron el desayuno con el recién llegado y húmedo jefe de guardias que se encargaba de Itmuth, tal parecía que nuevos incendios habían estallado en otras regiones cercanas al pueblo, pero no habían encontrado aun su respuesta. Aragorn y Legolas escucharon atentas todas las noticias y teorías. No comentaron o agregaron algo mas al respecto, pronto estaría cerca el invierno y con seguridad los incendios cesarían, aun así no deseaban que se repitiera en días futuros
Legolas se acercó al rey antes de que entrara a despachar, se veían muchas personas de muchas regiones pidiendo audiencia con el rey y se preveía que toda la mañana y parte de la tarde se encontraría ocupado.
- Hoy no podré acompañarte, me disculpo por eso, pero deseo preparar algunas cosas y me encontrare ocupado.
- ¿Vas a salir? – preguntó el rey preocupado, era raro que Legolas no tomara audiencia, por que su consejo y palabra tranquilizaban a la gente y tenía muy buen juicio al tomar decisiones importantes junto al rey
- Sólo iré al pueblo, comprare algunas cosas y… regresaré a palacio temprano, no te preocupes.
- Haré que un guardia te acompañe – sugirió el rey buscando por alguno que estuviera en las cercanías. –Está lloviendo aun y podrías caer
Legolas le encontró primero observándoles pero la idea no le agrado.
- No, no es necesario, no deseo que gente extraña se entere de ciertas cosas que sólo atañen a este humilde príncipe y a su esclavo particular.
Aragorn se sonrojó hasta las orejas. No había olvidado el pacto, pero el que se lo recordara cercano al salón del trono le ruborizó. Temía por la seguridad de su elfo, pero igual estaba impaciente por obedecer a su señor.
- Muy bien, pero no te agites, no quiero que tengas contratiempos, ¿pero si llegas a marearte o sentirte mal? ¿Quién vera por ti?
- Mientras no este mucho tiempo cercano a algún olor extraño no me pasara nada. No tardare y además a donde voy no queda lejos.
- No tardes por favor
- No tardare
- Y cúbrete bien que aun no anuncio nada al pueblo y no quiero que empiecen a murmurar
- Aun no se nota del todo
Legolas le besó y se despidió. El rey entro a su salón de audiencia y no salió de allí hasta cerca de las 6 de la tarde, con excepción de la comida donde cierto elfo no había asistido, pero había obtenido noticias de que el príncipe había estado en la ciudad, visitando a un herrero, comprando telas y otras cosas. Aragorn le había hecho seguir para sentirse mas seguro, estaba seguro de que Legolas se había dado cuenta de ello pero no le podía dejar solo sin preocuparse un minuto.
Deseoso de darse un buen baño y descansar un poco se dirigió a su habitación, encontrándose a dos guardias en la entrada impidiéndole el paso para su sorpresa.
- Lo siento, su majestad, el príncipe nos ha pedido que no le demos acceso a la habitación
- ¡Pero si es mía! ¡Quiero entrar!
- Tenemos órdenes de impedirlo, el príncipe Legolas así lo ha ordenado.
- Eso no es posible, debe de haber algún error.
Uno de los guardias sacó un papel de entre sus ropas y lo presentó al rey.
- ¿Qué es esto?
- Nos los dio su alteza, para usted.
"Descansa, toma un baño y vuelve mucho mas noche, con mi cena
Legolas"
- ¿QUÉ?
- Así lo ordenó, dijo que usted entendería, más bien que usted obedecería, esas fueron sus palabras exactas.
Se escuchaban martillazos lejanos, y el rechinar de muebles arrastrándose. El rey agitó la cabeza y se dirigió a la cocina, no quería imaginar que planeaba el elfo para él y menos que se agitara preparándolo. La hora señalada llegó, el rey había descansado en una habitación para invitados para asombró de los sirvientes de palacio que le prepararon el baño allí. Esperaban que no hubiera distanciamiento entre sus gobernantes, pero el rey se mostraba bien, preocupado pero tranquilo. Ordenó la cena del príncipe para llevársela en bandeja por el mismo, Serima se la preparó en persona, la señora encargada de la cocina tenía más de diez años trabajando para el rey y le alegraba mucho servir tanto a Aragorn como a Legolas personalmente, el elfo le gustaba mucho por que ella presumía que en su juventud, era envidiada por tener un cabello tan rubio y sedoso como el del elfo, aunque ahora se le encontraba canoso y envuelto en una áspera trenza, algo dudoso de creer, pero Legolas sonreía divertido cada vez que la mujer lo mencionaba.
Los guardias habían abandonado su lugar, el rey no tuvo problema en abrir la puerta, y no encontró a nadie en la habitación, se escuchaban aun ruidos en el baño, seguramente Legolas estaba tomando uno, no había ningún cambio en su habitación, pero con certeza los habría en la contigua. Un letrero de "No pasar. Elfo trabajando" se veía colgado en la perilla forjada, con el dibujo de un simple mono con orejas puntiagudas y cabello largo y martillo y daga. Le causo mucha gracia al rey, se suponía que se trataba de Legolas con arma y herramienta en sus manos evitándole el paso, a él, al soberano monarca de Gondor, Aragorn dejó la bandeja sobre su cama y sin hacer ruido se acercó a la puerta de la otra habitación.
- ¡No te atrevas a entrar allí! – advirtió una voz a su espalda.
- ¡Ah! Legolas, no sabía que estabas aquí.
- Si, me lo imagino… - respondió el elfo sin creerle.
El elfo no había salido aun del baño pero al parecer tenía muy buen oído, siempre le tuvo.
Legolas salió momentos después del tocador, con el cabello recogido en un cola que le caía por la espalda, ya estaba preparado, pero no para dormir. Llevaba una bolsa negra algo abultada que colocó en la cama lejos de un mortal curioso que había tomado asiento en ella cuidando de sus alimentos.
Dio la mano a su esposo y el rey se puso de pie, Aragorn le abrazo y compartieron el beso de las tardes, cuando por alguna razón no se veían en muchas horas, un beso amante les unía nuevamente.
- Anda come, tu cena se enfría. – sugirió el rey
- Soy yo quien está al mando recuerda… ¿señor?
Aragorn sonrió. EL juego reiniciaba y era por lo que tanto espero. Adoptó su papel con humildad y bajó la mirada
- Claro mi señor, no lo olvido, sólo deseo que el pequeño no sufra por falta de alimento.
- Mmmf… No le preocupaba lo mismo en la mañana, señor mío – respondió Legolas observando con ansias su cena.
La tarde había sido algo pesada para alguien que no acostumbraba a tomar tan frecuente el martillo y cincel. Pero valió la pena. En cambio, el rey había tenido la oportunidad de descansar pero esta ansioso por saber que había del otro lado de esa puerta y el por que se escuchaban tantos ruidos en él por la tarde.
Tomó en calma sus alimentos, sin ninguna prisa mientras Aragorn le llenaba su vaso, le pasaba la servilleta y observaba de en cuando en cuando la bolsa negra al lado del elfo.
- Podría preguntar, mi señor, ¿que es lo que guarda en esa bolsa? – interrogó el esclavo ansioso
- ¿Quiere saberlo? – respondió el amo limpiando su boca con una servilleta
- Si mi señor, me agradaría mucho poder averiguarlo.
- No desesperes, esclavo…
Pero el rey esclavo estaba ansioso por que el amo elfo terminara su cena. Cuando lo hizo no sabía que esperar. Tomó presuroso la charola y le puso sobre la mesa del espejo y espero de pie las órdenes de su amo.
- Retira toda tu ropa – dijo Legolas con los brazos cruzados
- ¿Ya? – preguntó Aragorn decepcionado por lo directo que iba el elfo.
- ¡Silencio! ¡haz lo que digo!
EL montaraz así lo hizo, quedo desnudo mientras el elfo aseguraba bien las puertas puesto que no deseaba interrupciones, se volvió, encontró a su esposo dispuesto y sonrió.
- Ahora date vuelta – ordenó Legolas
- Si, mi señor
El rey quedo viendo hacia el ventanal, de espaldas al príncipe, sintió que alguien le pellizcaba un glúteo en forma libidinosa mientras una boca le mordía el hombro. Después cubrieron sus ojos con un lienzo negro asegurándose una y otra vez que no fuera capaz de observar por alguna abertura. No puso resistencia, Legolas le tomó de la mano, separo el índice y lo metió en su boca engulléndolo por completo. La sensación era deliciosa al rey puesto que una y otra vez repitió el movimiento, después arrastro la mano por completa sobre su firme pecho de porcelana, llegando hasta el punto en que su redondez era palpable pero no más debajo.
- ¡Aaah! – exclamó el rey deleitándose, trato de acercar a su elfo pero no le dejo.
- Alto, ven toma mi mano y sígueme.
- ¿A dónde me llevas? – preguntó el rey temeroso de que alguien mas le observara en ese estado
- ¿Osas preguntar?
- Mil disculpas mi señor.
Escuchó la puerta de la habitación contigua abrirse, poco a poco avanzaron hasta que al rey se le hizo que pronto toparían con la pared. Legolas le ayudo a caminar, le hizo que diera vuelta hacia donde habían venido, separo un poco sus rodillas y sus pies y ya no sintió el contacto.
Algo hizo clic en su tobillo, luego en otro, sintió el frío de un grillete en sus pies. Legolas le tomó de la mano derecha y la elevó, hasta que un nuevo clic metálico se hizo escuchar, antes de que pudiera palparle con la mano el elfo tomó la otra e hizo lo mismo. Le habían encadenado de pies y manos imposibilitando su movimiento, a merced total de un elfo libidinoso. Eso le excito y le preocupo a la vez.
- Legolas ¿Qué haces? ¿Qué piensas? – preguntó un rey nervioso por la extraña actitud de su amado
- ¡Silencio!
Una leve bofetada en su mejilla. No se escuchó nada, mas que el sonido de la puerta al salir. Le habían dejado solo. Aragorn trató de quitarse el vendaje, quería ver que pasaba, que sucedía, pero por más que trato no pudo. Las cadenas no le dejaban moverse mucho.
Pasaron varios minutos y Elessar se estaba preocupando, seguramente ese no iba a ser su castigo, no podía ser. La puerta se abrió, de rato sintió las manos sobre sus mejillas, un beso apasionado forzado, Legolas quito el vendaje y poco a poco el rey se acostumbro a la oscuridad, unas velas encendidas en la habitación hacían el ambiente misterioso, pero delante de él, alguien desconocido. Con antifaz negro, cabello suelto, largo y… negro. Con una especie de capa con capucha negra, que se cerraba por la cintura pero que dejaba el pecho blanco y delineado por las formas varoniles a la vista, le caía hasta cubrirle los pies, sin mangas dejando sus hombros a la vista. Guantes que llegaban hasta el codo del mismo oscuro color. Un elfo malicioso sonreía detrás de la máscara, refugiado en una capucha que le hacía ver mas serio y tenebroso. Imposible de creer para su esposo que siempre creyó tener un ángel como compañero.
Eso era un sueño y Aragorn iba a morir en el. Cuantas veces soñó en ver a su elfo dominante vestido de negro tan sensual, quería abrazarlo y despojarlo de todo el conjunto y hacerlo suyo en ese mismo instante.
- Muy bien esclavo, esta noche conocerá a su dueño y señor... El dolor que sufrirá le hará suplicar a Mandos para que lo reciba
- …
- ¿No desea hablar? Muy bien, así será sentirá al final ganas de gritar por misericordia, le doy mi palabra en ello.
El rey ya tenía ganas de gritar, por que le soltaran y le dejara besarlo. Esos labios estaban tan deliciosamente humedecidos, ese pecho clamaba por que le dibujara con su boca, ah, era demasiado lo que tenía a la vista. La voz era tan sensual y grave, la interpretación perfecta. Tomó nuevamente el vendaje y le impidió gozar de la vista.
- No, no por favor, no haga eso mi señor, yo deseo…
- ¡Silencio! Si eres bueno, te permitiré observar.
- Si mi señor, seré bueno, lo prometo.
Aragorn jalaba de las cadenas de pies y manos pero no lograba librarse. Una nariz husmeaba en su cuello causándole escalofríos, besos en la barba de dos días, mordidas en el lóbulo de la oreja izquierda, el calor de un cuerpo cercano. Legolas le aprisionaba contra el, al chuparle con deseo la base del cuello, dejando una leve marca rojiza. Sintió como su suave lengua bajo de su hombro a su pecho. Donde las manos enguantadas trazaban caminos entre los vellos de su piel erizada. Las tetillas erectas, tanto, que el elfo no soportó la tentación y succiono de una de ellas mientras con la otra le pellizcaba una y otra vez. El cabello rozaba su abdomen causándole una agradable sensación.
El primer gemido real, pero el príncipe no se detuvo, al contrario le excito mas, y siguió succionando, emitiendo ruidos de placer carnal lo suficientemente fuertes para que el rey les escuchara.
- ¡Aaaah! – exclamó el rey cuando el elfo se detuvo para observar sus reacciones
Y las reacciones complacieron al príncipe, pero deseaba hacerle sufrir. El montaraz ya estaba iniciado, quería sentir más y lo sintió, alguien le tomaba por la cintura, pero las manos estaban colocadas de forma diferente, sintió algo tibio en su miembro, la piel suave del trasero del elfo que se rozaba con su parte. Que deleite, Aragorn quería verle observarle, pero si hablaba, y si no le dejaba, tenía que ser bueno y soportar hasta que el elfo decidiera. Mas gemidos cuando el elfo recostaba su cabeza en el hombro de su amado y subía y bajaba lentamente sus caderas frente al rey incitándolo.
- ¡Oh… mi señor!
- ¿Quieres ver?
- ¡Por favor!
- Pero esta noche serás mío, sólo mío…
Legolas bajó sus ropas ocultando nuevamente su cuerpo desnudo y quito el vendaje al rey, que le pedía un beso. Se lo concedió mientras las manos enguantadas bajaban hasta la espada y la masajeaban, lentamente mientras el beso era lento como sus caricias.
El elfo se apartó deliberadamente y en la oscuridad de la habitación Aragorn fue testigo de las formas majestuosas de Legolas, desnudo más que con el antifaz negro y esa cabellera falsa que no le agradaba del todo al rey. ¿Por qué ocultar algo tan hermoso?
Legolas se acercó al rey, con la mirada bajo el antifaz llena de deseo, le tomo la cabeza con sus dos manos y le mordió deliciosamente los labios entre gemidos de ambos, su pierna subió acariciando su cadera tratando de no apoyarse mucho en el rey. La espada y la flecha se rozaban, delicadamente al compás de sus movimientos.
Sus besos fueron bajando hasta encontrarse frente al arma del rey, frente a frente, Aragorn le miraba con ojos expectantes, deseaba mas y el elfo le dejaba indefenso, sentado en el piso entre las piernas velludas del rey Legolas reinició la tortura. Uso la punta de su lengua para acariciar los sacos del rey, quien sólo era capaz de ver unos ojos azules debajo de una máscara entre sus piernas. Ya deseaba terminar, sentirlo o sentirse dentro. La boca recorrió las piernas del rey, yendo hacia atrás trazando todo el camino hasta perderse de su vista, Una mordida en la redonda mejilla derecha.
- ¡Ay! – exclamó el rey inclinándose lo que pudo hacia delante
- ¿Dolió? – preguntó el elfo detrás de él
- ¡Sí!... ¡Ay!
Se escucho una risita traicionera detrás, el elfo emparejo la situación y dos lindas marcas tenía el rey en su trasero. Le parecían hermosas pero algo tenues, mordió un poco mas obteniendo de nuevo dos gritos por parte del soberano. Subió lentamente ayudándose con los hombros del rey, y se apretó contra él. Su pequeño bulto aun le permitía acercarse lo mas hasta la oreja del mortal.
- Se ha portado mal mi señor esclavo, y por lo mismo tendré que castigarle, duro…muy duro
- Siii… - ronroneo el esclavo al sentir el tibio aliento de su amo en el cuello
El rey se derretía al sentir las manos del príncipe en su espada, enfundando y desenfundando, mientras detrás se rozaba una y otra vez. La flecha de Mirkwood deseaba afinar su puntería, pocas semanas tendría mientras su vientre le permitiera una entrada fácil, y quería aprovechar cada minuto, cada segundo. Tomó un tarro de aceite que había dejado cercano a la pared y regreso donde su esposo.
Pellizcando primero las formas redondas del rey le indicaba su cometido. Sus dedos fueron lubricados y trazo el camino con mucho cuidado. Después de prepararle como se merecía, untando su flecha marcando el camino y llegar al blanco, el rey gimió de dolor fundido con placer.
- Ah, Aaahhh…
- Así me gusta…
- ¡Mi señor…! – gritó el rey mientras hacia por estirar las cadenas que le ataban las manos, una sensación le embargaba, sentía su cuerpo hervir.
Lentamente se movió al principio, observando los cardenales que había firmado en los glúteos del rey, dándole palmadas al tiempo que se fundía en el.
- Ah... señor mío… es usted…
- ¿Soy que? – preguntó el enmascarado
- Es usted malo… con… ¡Ah! Conmigo… - declaró el rey entre gemidos de incontinencia
- No ya no…
Legolas volvió a bombear con su mano, poco a poco al compás de él mismo, de sus caderas encontrándose, de sus cuerpos uniéndose. El rey volvía su cabeza y encontraba al príncipe detrás de el, con la mirada perdida en su espalda, con las manos en su cadera sosteniéndole y cuando se encontraron sus ojos le sonrió con deseo.
- Te castigaré... ¡ah! Yendo hasta el fondo... – dijo el amo entre gemidos de placer
- Sí... hasta ... ¡ah! ... el fondo... – repitió el esclavo
- Y no te dejaré... ¡aaahh! Terminar... hasta... que... lo diga...
- Sí, mi señor... ¡aaah!
El príncipe estaba disfrutando mucho de este cruel martirio a su esclavo personal, sentía el poder nuevamente y el ver a su rey en tal estado le excitaba, siempre había soñado con tenerle así, en sus manos y a su merced completamente.
- Mi señor… por favor… - se atrevió a decir el esclavo
- ¿Sí?
- Deseo ver su cabellera, por favor…
- Has sido bueno, muy bien
Legolas dejó en libertad su cabello aprisionado y sin dejar de moverse sacudió sus hermosos cabellos rubios de un lado a otro para sentirles, el montaraz sintió terminar allí, esa vista era perfecta por que Legolas no había retirado el antifaz, sus ojos azules brillaban con deseo a la luz de las velas y la oscuridad le hacía parecer muy sensual.
Aragorn terminó primero, en la mano de su amo, aquello fue demasiado para él, nunca creyó experimentar tanto en una sola noche. Legolas al ver que era suficiente para su esclavo termino dentro de el. Le beso la base del cuello, la espalda y lentamente fue saliendo.
El príncipe le dejo exhausto, jadeando y tratando de tomar aire después de sufrir semejante castigo, salió de la habitación volviendo con una vianda, él mismo ya se había aseado y lo mismo haría con su rey. Limpió la espada que había servido bien en batalla y las piernas de Aragorn, el elfo llevaba una bata verde, y en su hombro la azul del rey.
Le liberó y le recibió en brazos, el castigo había sido duro para el rey que cayó como un saco de papas en sus manos. Respiraba agitado, y sus piernas temblaban. Legolas creyó haber sido demasiado cruel con él, nunca quiso hacerle daño, pero sus muñecas parecían adoloridas por lo rojizo de su piel, y sus tobillos algo ligados por el movimiento de sus piernas. ¡Por Elbereth! Aragorn no se había quejado en absoluto de eso. Le ayudo a ponerse la bata, con un ligero quejido de su parte al pasar la manga por sus manos, sus hombros le dolían, sus piernas estaban entumecidas y su espalda le estaba matando.
Legolas lo percibió y se sintió culpable.. Había exagerado y ahora su esposo seguro querría terminar el pacto allí, o tal vez no lo haría por que tenía su palabra en ello, pero el elfo sentía palpitar su corazón cuando el rey entró en su cama sin decir palabra alguna cayendo exhausto.
El príncipe se sentó en su lado de la cama y le observó, le arropo como siempre, le quito el cabello de la cara y limpio el sudor en su frente con su pañuelo húmedo. El no entro, sólo le miraba, estudiaba su mano enrojecida, su ceño fruncido, ¿Por qué había llevado ese juego tan lejos? ¿Por qué había pensado en esclavizarle sin medir las consecuencias? Nunca creyó que sería doloroso, pensó que sería en una buena idea y trabajo toda la tarde en ella, cuidando de no caerse al colocar las cadenas y grilletes, moviendo las mesas, preparando el atuendo, mordiéndole e incitándole. Aragorn se iba a molestar con él, era seguro, y seguiría con el juego por que se lo había prometido pero él ya no sabía… Le había hecho daño y… tenía remordimientos, se sentía mal. Miraba sus manos, el cuello con la marca de sus labios el atuendo en el piso, la habitación contigua con los grilletes aun meciéndose de un lado a otro.
No sabía si dormir con él o dejarlo descansar. Seguía pensando muchas cosas, tal vez su juicio en las ideas no eran buenas, tal vez no sería tan bueno como pareja, si le hizo daño al mortal sin quererlo no deseaba que lo mismo pasara con su hijo. Acarició su vientre y suspiro entristecido. ¿Pero que sucedía? ¿Qué es lo que le pasaba que últimamente le hacía tan sensible? Limpió su rostro con la mano enfadado, pero regresando la vista al rey volvió a sentirse culpable, y sintió un nudo en su garganta.
- Legolas… - murmuró el rey tanteando el espacio a su lado buscando su cuerpo
- Aquí estoy – respondió el príncipe tomando su mano
Aragorn la tomo entre las dos suyas y abrió los ojos para encontrar a un elfo con una mirada apagada en su rostro, no le gustó.
- ¿Qué sucede, amor?
- ¿Mmm?
- ¿Qué tienes?
- Aragorn… lo siento fui... fui muy cruel contigo...
- ¡Oooh!
Aragorn lo acercó hacia el, indicándole que se acostara a su lado y le abrazo fuertemente con sus brazos adoloridos
- ¿Por qué piensas eso? – preguntó el rey poniendo la cabeza del elfo contra su velludo pecho
- Te hice daño, mira tus manos y tus tobillos… yo no quise eso… yo…sólo quería jugar
- Ssshhh… nada de eso, me gusto mucho. – afirmó el rey besando sus mejillas y al final su boca
- Eso es mentira…
- Sabes que no miento, ha sido una de… una de mis fantasías contigo.
- ¿Fantasías? – preguntó Legolas frunciendo el ceño ligeramente
- Si, siempre desee ser tu esclavo, y esta noche has hecho mi sueño realidad.
- Pero tus manos, tus pies… y además…
- Yo sufriré todo contigo – interrumpió Aragorn abrazándole mas fuerte -, no importa si pierdo la cabeza en ello, soy todo tuyo…
- No a ese grado, no así…
- Te amo, y esta noche ha sido muy excitante y mucho mas… No me importaría repetirla
- ¿No mientes?
- No, nunca, te amo, siempre lo he hecho y siempre lo haré.
Legolas observó sus ojos y supo que decía la verdad, el mortal le abrazó. Aragorn comenzaba a comprender que su elfo escondía algunos trucos bajo la manga, ese lado oscuro de su personalidad le asombró y agrado bastante, nunca pensó que Legolas fuera capaz de ser salvaje y rudo en el amor. Un elfo dominante, un elfo con látigo en mano, con sólo mallones de cuero, con ese antifaz negro…. Que deleite. Le sugeriría a Legolas después, pero que no ocultara su cabello, por que era de lo preferido del mortal y a su parecer, ninguno se igualaba a el, tal vez y sólo tal vez, el de Glorfindel.
TBC…
*~*~*~*~*~*~*~*
Quería hacer un elfo mas oscuro, pero creo que así está bien. Muchísimas gracias por sus reviews.
Akhasa – Fue un momento lemmoncito tranquilo, espero este elfo malicioso te haya gustado. Va un día.
PrinceLegolas - ¡Paisana! ¡Ah! Por el final no te preocupes, pero si, como siempre, estoy a favor de que sufra el elfo, y el mortal también para que se le quite... jejeje... Creo que no eres la única que tiene su elfo particular en la casa, por aquí hay otra chica y ahora siento celos de ustedes que se despiertan con él... snif... ^_^... Espero pronto y ver tu fic, y mas si es de esta pareja y con Mpreg... ¡si! Arriba los elfos con pancita...jejejeje... Pensaré en lo de la pareja para Daguel, a mi también me gusta Faramir.:-P
Nessimelle – No problem con lo de la información, luego te paso un correito donde me llegara sin mucho problema, Gracias! Daguel saldrá en el próximo, y me parece que no les va a agradar ya mucho, pero igual, el niño anda namorao... ((Envidia)) ¿Irás al concierto de Evenscence? Snif... por acá no vendrán, nomás Marilyn.. snif... ¡Gritas mucho por mi, por favor! ^o^
Darkhikki – Sí, todo tiene un lado oscuro, hasta cierto elfito kinky... ^_^ Yo también pensé en ese nombre de Arale, (lástima que una chica ya le usa) pero imaginármelo con lentes, con cabello azul y con angelito volando a un lado...jajajaja... ¡que risa!
Legolas12 – Espero y te haya gustado la idea, siempre he querido o imaginado a Legolas de negro, con antifaz y la idea de la capucha me vino por el trailer de RotK
Any – espero y las imágenes hayan llegado bien, algo cuestionables pero me gustaron mucho a excepción de la traumática de "Paternidad" Ô.ô
Aura4 – Please, por lo del ego, jeje...estaba jugando, ya sabes, es que ya me sonó a que sólo quiero cosas lindas y no es así, jejeje...^_^ Acepto pedradas y mentadas... jajaja... Mientras no sea por que es slash todo es recibido... snif... pobre elfito...;_;
Nienya - ¿? ¿Eso es bueno o mal o todo lo contrario? ^_^
Reina Ayesha – No soy tan buena castigando como tu, pero al menos hago el intento... Por lo de las velas, es que no había reloj...jejeje...
Reina Varda -¿Dos reinas leyendo? ¡Válgame! Al menos ya hay realeza visitándome y me siento halagada. Mil gracias por leer y espero que te haya ayudado, y que sigas escribiendo pronto.
Shanna – Si, las imágenes son de esa Elisa, pero creo que fueron edición especial a causa de algunas peticiones. Espero y te hayan llegado bien.
Elithil – ¡No! Cómo te dije el elfo no va a amamantar, ô.Ô me torture mucho con eso, no es que me desagrade, pero ya con la imagen de Paternidad tuve suficiente para traumarme un rato...jajajaja... el elfo contratara una nodriza élfica.
Gracias, muchas gracias por los reviews.
