Título: Lágrimas
Autor: Vania Hepksins vaniah2000@yahoo.com
Pareja(s): Aragorn/Daguel (En este capítulo)
Clasificación: PG13, pero puede subir en el camino. AU (Alternate Universe) no hay Arwen, y si la hubo, sólo fue una querida hermana de Aragorn. MPREG totalmente, así que no te gusta el MPREG (Varón embarazado) NO LE LEAS POR FAVOR, snif…
Resumen: Una vez unidos por su amor, Aragorn y Legolas viven en Minas Tirith donde Aragorn es el rey, y Legolas el príncipe consorte. Pero aun falta una hermosa pieza para completar su felicidad. ANGST
Advertencia: Contiene SLASH es decir, relación hombre / hombre, mas bien hombre / elfo. Si no te gusta tal tipo de género, favor de buscar otro mas apropiado a tu gusto.
Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R. Tolkien y/o NewLine Cinema. Escrito sin fines de lucro.
15. Amores prohibidos
El beso se hizo mas intenso cuando Daguel sintió la palma del rey sosteniendo su nuca, su brazo lo movió a un lado para evitar herirle aun más. Los labios del rey cubiertos con su suave barba rozaban los de Daguel en forma cuidadosa y tímida, mientras que los del muchacho experimentando su primer beso de amor respondían igual, Siempre pensó que su demostración de amor debía ser completamente apasionada y libre de prejuicios, pero ahora que el rey estaba besándolo todas sus ideas se desvanecían.
Se sentía derretir en su abrazo, poco a poco aprendió como responderle y con su mano izquierda se aferró al musculoso brazo del soberano. Daguel sentía su pecho latir junto al del rey, el calor le invadía y sintió que cada una de sus heridas y golpes habían valido la pena para recibir esta recompensa.
Aragorn actuó en respuesta a la visión de ternura que proyectaba el joven, y sus labios eran tan suaves, su beso era con toda la pureza de la juventud inocente. Daguel se le ofrecía sin restricción alguna, eso loo supo cuando sintió que el cuerpo se soltaba entre sus brazos. Y los segundos que corrían con celeridad, Daguel aprendió a abrir sus labios para dar paso a la lengua demandante del rey.
La respiración de ambos era agitada por su primer encuentro, y el rey se dio cuenta que su acción no era correcta.
- ¡No! – exclamó el rey alejándose un poco
- ¿su...majestad? – preguntó Daguel abriendo sus ojos al mundo después de saborear los labios fuertes del soberano
- Disculpa Daguel, esto no está bien… No es correcto…
- Pero su majestad, si yo soy libre de aceptar sus besos
- Pero yo no lo soy. Amo a mi esposo
Y diciendo esto Aragorn aparto a Daguel dejándole descansar a su lado. Las lágrimas habían desaparecido y el joven estaba levemente enrojecido.
- Entonces ¿no conservo alguna esperanza de que este momento se pueda repetir?
- Entiende Daguel, no quiero que te ilusiones… Amo a mi esposo como te dije y no deseo hacerle ningún daño. Ni al él ni a ti, busca a alguien mas.
Los ojos del rey evitaban mirar al joven. No quería caer de nuevo en la tentación de besar sus labios con sabor a vino. Labios rojizos y suaves, cuerpo enteramente seductor.
- ¿Y yo? ¿acaso mi corazón no le importa a su majestad? – preguntó el joven con lágrimas rondando por las mejillas. -¿No le importo en absoluto?
- Daguel… Esto es imposible, no puede ser y lo sabes. Te pido que no vuelvas a insistir.
- ¡Entonces mi vida no sirve para nada! –gritó Daguel enojado
Daguel se levantó agitado y con toda la energía que junto salió de la cueva tropezando entre los guardias que no comprendían lo que sucedía y le gritaban para que regresara, el aire frío golpeaba su rostro y no le importó que le congelara los huesos, ya no le importaba nada y sólo sentía mucho que el dragón hubiera muerto sin llevarse su miserable vida consigo.
Pasó tan cerca de Haldir y Rúmil que si tan sólo hubiera ido un poco a la izquierda hubiera podido tropezar con ellos, ninguno dijo nada y se escondieron mas en la espesura de los arbustos, pronto saldrían los guardias a buscar al joven llamado "Daguel" y podrían hallarles
Vieron como los hombres de Gondor se pusieron en pie y algunos avanzaron para seguirle hasta que Elessar mismo salio de la cueva siguiendo su camino y pidiendo a los demás que no le siguieran, él mismo traería a Daguel de vuelta. Extraños rumores se levantaron por el campamento pero nadie se atrevió a decirlo más allá de susurros y pensamientos.
Haldir y Rúmil estuvieron a punto de retirarse, pero la llegada del rey con Daguel quien había caído de rodillas en un pequeño claro oscuro, les hizo permanecer en su lugar, podían ser vistos por el antiguo montaraz si hacían cualquier movimiento en vano, pero tal vez ahora sus sentidos estaban mas puestos en una persona que en su seguridad.
- ¡Espera! ¡No te vayas!
- Es que tal vez yo no sea lo suficientemente bueno para su majestad – prorrumpió el joven guardia entre sollozos
El corazón del rey se partía en dos, no quería admitirlo pero la presencia de Daguel le animaba y poco a poco se fue dando cuenta que en cierta forma el joven le gustaba... y mucho.
Daguel se cubría el rostro con su mano sana, mientras la otra se agitaba con cada uno de sus sollozos. El rey le puso en pie sosteniéndole de su brazo izquierdo.
- No digas eso, a ver... deja de llorar por favor. – susurró el rey limpiando con sus dos gruesas manos las mejillas del joven
- No su majestad. Ya no se moleste por mi, yo... estaré bien – dijo Daguel evitando el contacto con el rey
- Daguel, si vas a seguir así no estarás del todo bien
- Ya entendí que debo de ser lo bastante feo y desagradable para que mi señor se fije en mi – respondió el guardia con amargas lágrimas en los ojos.
El rey tomó a Daguel del mentón y le obligo a mirarle
- ¿Y por que piensas que no me fijo en ti?
- ¡Pero mi señor...!
- Si eres un joven atractivo, y con este cabello que... – dijo Elessar acariciando el cabello rubio y oscuro de Daguel que le caía por los hombros – Tu me gustas Daguel... Me gustas mucho...
El rey caía en tentación.
Los ojos de Daguel se abrieron con sorpresa, su boca formo una "o" completa antes de que el rey le capturara por completo. Hacia tanto que el rey no experimentaba la fascinación de un nuevo amor, de alguien tan valiente y noble que no dudo en enfrentarse a un dragón dos veces cara a cara. Ese beso salvaje y loco que compartían con la furia anhelante de dos que desean explorarse por completo, un deseo oscuro. Esta nueva situación le fascino, por el gusto de tener a un amante mortal, que entendiera sus gustos y frustraciones, se sentía atraído por la idea de lo prohibido y oculto, sería tan excitante. El lado oscuro del soberano se reflejaba por primera vez. La sangre de Isildur le hizo caer en una tentación, exquisita. ¿Si Legolas no se enteraba, que daño podría causarle esta pequeña aventura?
Mientras que los ojos de Haldir se encendieron con furia. ¿Cómo se atrevía ese bastardo mortal a engañar a Legolas? ¿Cómo se atrevía a tocar a alguien que no fuera su esposo? ¡Ese maldito! Ganas no le faltaron al Galadrim de tomar al rey y cruzarle de lado a lado con su daga mas filosa, seguro estaba que podría matarle con la mas certera puntería atravesándole la cabeza con sus flechas.
Por suerte, buena o mala, Rúmil estaba a su lado y no le dejo hacer mas. Agito tristemente su hermosa cabeza a su hermano. El rey debía aprender por si mismo a afrontar sus decisiones, tarde o temprano tendría que lidiar con los problemas que sus malas decisiones acarreaban. Si le cuestionaban hoy, mañana podía volver a recaer y nunca averiguarlo por si mismo. Además el destino de todo un reino recaía en ese mortal traicionero, pero hasta ahora si no era el mejor esposo si uno de los mejores regidores que Gondor alguna vez haya tenido.
Así la pareja compartió besos y suaves caricias unos minutos antes de retirarse de nuevo a la cueva, el rey marcho delante de un Daguel que no cabía de alegría en su corazón. No le importaba ser el "plato de segunda mesa", si el rey le amaba y le aceptaba, nada le importaba en el mundo, todo su sueño sería hecho realidad con el tiempo.
Los Galadrim después de asegurarse de no ser vistos por los hombres de Gondor, regresaron a su campamento, aun antes de salir el sol su grupo se puso en marcha. Habían visto el trofeo del Dragón, habían comprendido que la tarea estaba hecha y que la bestia que tanto preocupo a los reinos élficos ya no moraba en este mundo. Sin embargo, tan cerca de Gondor, sería una descortesía no presentar sus saludos a los soberanos de Gondor y sobre todo a cierto príncipe élfico que necesitaría apoyo en poco tiempo.
Esa noche el rey y Daguel durmieron por primera vez juntos, sin intercambiar mas que besos pasionales y caricias reprimidas. Aun el joven estaba muy débil para intentar algo nuevo. El viaje a casa debía de ser tranquilo y con pausas, Daguel así lo ameritaba. Había esperado tanto por ese momento, por dormir en brazos del rey, que el dolor de su brazo no le importo, las caricias y besos del rey le sanarían más pronto.
Los soldados habían comprendido el ligero "roce" entre su monarca y el guardia, no podían reprocharle su secreto affaire, puesto que ellos mismos alguna ocasión lo habían perpetuado, lo único que lamentaban, es que la nueva afición de su soberano fuera un joven hombre y no una dulce y voluptuosa dama, pero conociendo sus "preferencias", nadie se atrevió a cuestionarle. Y por mucho que les doliera ver como el rey traicionaba la confianza de tan espléndido elfo guerrero como era Legolas, también se "alegraban" en cierta manera de ver a Daguel feliz, aunque sea por unos momentos.
Ellos debían dejarlo así, con el tiempo el rey recapacitaría, apreciaría lo que tiene y tendría en un futuro y lo compararía con el deseo de una noche de lujuria. Así debía de ser, puesto que un heredero llegaría y un esposo hermoso y valiente le esperaban en el castillo. Nadie apostaba a que el amor prohibido de los dos llegaría incluso hasta Minas Tirith.
Pero Elessar era cauteloso y con orgullo, a pesar de que sabía de que sus guardias estaban al tanto de su secreto, les pidió en con sencillas y honestas palabras antes de ir al primer campamento que ninguna palabra de lo allí acontecido saldría de sus bocas. Daguel se avergonzó de figurar como el nuevo amante del rey. Todos afirmaron con la cabeza o con alguna seña al llamado de su rey, no era necesario pedírselo, ya sabían lo que se llamaba discreción.
Daguel cabalgo detrás del rey muy avergonzado, las miradas de sus compañeros a veces eran de alegría y otras pocas le reprochaban. Tal vez ahora en adelante le verían como "el amante del rey" y no como el valiente soldado que se enfrento al dragón logrando salvar a su monarca. Cada dos horas se detenían para tomar un bocado, esta lentitud exasperaba a algunos que deseaban llegar ya a su pueblo para abrazar a sus familias. Lamentablemente el Elessar no pensaba igual y prolongaba el momento del encuentro cuanto podía.
Examinaba los vendajes de Daguel y le cuidaba con sumo cariño, ahora que podía besarle con disimulo frente a sus hombres se sentía un poco mejor. Recordaba la tentación que había llegado la primera vez a él cuando le encontró casi desnudo en la cocina. Esa noche, su corazón conoció el deseo de otra forma. No lo había aceptado, pero la disposición de Daguel a sus caricias le atraían.
Por otra parte, Elessar sentía su corazón pesado, como si hubiera aumentado repentinamente haciendo sus pasos más cortos y lentos. Legolas no se enteraría, y cuando hubiera pasado el alumbramiento, regresaría a sus brazos como antes, esto sería temporal, esto sería cuestión de días para aliviar su frustración al no obtener del elfo lo que fácilmente conseguiría del mortal. Le ayudaría a tener su carácter mas balanceado, ya no habría tantas discusiones con su elfo debido a las noches frustradas que pasaba el rey, si Daguel le aliviaba ese dolor todo lo demás con el príncipe marcharía bien, sólo sería cuestión de días.
Esa misma tarde llegaron al primer campamento, varios hombres pidieron permiso para adelantarse con el pretexto de sentirse enfermos y desear el cuidado de sus esposas. El rey no se los concedió asegurándoles que tendrían una buena y magnífica entrada a su palacio con el trofeo por delante.
El rey fue alojado en la tienda más grande, donde podría atender las "heridas" de Daguel, que por sus dotes de curador habían casi ya sanado. La piel suave y blanca del joven guardia había recobrado su color normal. Sus ojos estaban llenos de felicidad y a todas horas se le podía ver sonreír, los soldados se asombraron al ver a Daguel cocinando una receta sencilla y secreta que Serima le había enseñado. Todos compartieron un bocado y le felicitaron, con eso logró ganarse el cariño de algunos, la felicidad en alguien con tal mala fortuna debía de agradecerse, y el rey le recompensó con un beso apasionado y secreto al vaciar su plato.
Esa tarde la pareja casi no salió de su tienda, el rey comenzaba a preguntar e indagar todo lo que podía de la vida de su nuevo amante no averiguando nada nuevo. Lo dicho, Daguel era un joven huérfano a quien amablemente Serima había recogido cuando niño, su vida había sido por completa entregada a su oficio y nunca conoció el amor... Hasta ahora. Esas palabras hicieron sonrojar al monarca mientras vertía un poco de vino en sus copas.
El joven era sincero y no escondía nada, incluso Elessar pudo averiguar que se conservaba virgen y eso le atrajo mas aun al jovencito. La idea de amoldarlo a sus gustos y maneras le apetecía. De nuevo la figura de su esposo apareció por breves instantes. Recordó que Legolas también permanecía puro hasta el momento de su enlace, y que con el paso del tiempo ambos disfrutaban de sus juegos y caricias, hasta que... el bebé apareció. Pero no, no debía pensar así, ese hijo era una bendición y lo que mas amaba en el mundo junto con su esposo y ahora con... ¿Daguel?
¡Bah! No debía de preocuparse de eso en esos momentos, su esposo estaba lejos de allí y debería aprovechar cada momento que pasaba a solas con su nuevo y prohibido amor.
La esperada primera noche llegó para ambos, el rey estaba tan nervioso como su primera vez, pero se debía a la acción de lo prohibido, lo intenso de hacer lo que no estaba bien, de probar nuevas caricias, de explorar un nuevo cuerpo.
Daguel había cambiado sus ropas y peinado sus cabellos, si le iban a comparar con el elfo, no debía salir perdiendo a los ojos del monarca. En cambio el rey permanecía aun con sus mismas ropas, tuvo una tarde ocupada hablar con sus hombres respecto a su llegada a Minas Tirith, debían de celebrar en grande la hazaña de Daguel y la muerte del dragón.
El rey al entrar a su tienda por la noche encontró a Daguel sentado sobre sus piernas encima del lecho que debían de compartir, Elessar le miro por unos instantes antes de sonreírle, el guardia le respondió igual con su rostro iluminado por la llama danzante de la lámpara sobre la mesa.
Elessar se acercó a Daguel y le tomó por la mano sana para ayudarle a ponerse en pie, había perfumado su cuerpo con sándalo y sus cabellos brillaban por un suave aceite que puso para hacerles mas sedosos. Tanto envidiaba a Legolas que deseaba no ser menos para el rey.
Su primer contacto fue un abrazo, para seguir con un beso suave y tierno seguido de otros más demandantes. Elessar ansiaba un encuentro salvaje a la vez que apasionado, deseaba escuchar su nombre de labios del jovencito y averiguar de qué manera jadeaba al entregarse por completo, debía ser una experiencia suprema.
El soberano ayudo a Daguel a despojarse de su camisa sin hacer daño a su casi reestablecido brazo, mientras que el joven le presentaba el semblante mas feliz del mundo, al sentir las manos nerviosas del rey deshaciendo los nudos de su camisa. Una vez que Elessar termino de desnudar al joven su aliento se detuvo. Era tan atractivo ese joven cuerpo ataviado con sencillas formas, con músculos definidos, con caderas estrechas e impolutas, con las piernas delgadas y en forma. El rey estuvo complacido con el banquete que se le presentaba a su mesa.
Daguel presenció el cuerpo en todo su esplendor del rey, de frente a él, sin nadie más a su lado como la última vez que le vio, era perfecto. Con vello en el pecho, con los brazos torneados por sus músculos y sus piernas acostumbradas al arduo ejercicio. Los abdominales firmas y el orgullo de ostentar una "espada" nunca antes vista por otro mortal que no fueran mujeres en su juventud.
Y la noche paso entre dolor, sangre y finalmente la cumbre de sus deseos, Daguel tuvo miedo al principio y la pena fue grande al averiguar lo que su primera vez sería, poco a poco se acostumbro al encuentro del rey, y disfruto como nunca de las delicias del sexo. Los dos convertidos en uno solo se movían al compás de la lámpara, tratando de acallar sus gemidos y deseando gritar su nombre a los cuatro vientos. Daguel era absolutamente feliz.
Esa noche, en cambio, Legolas sentía un dolor en su pecho como si le atravesaran, sintió la opresión de la incertidumbre al estar recostado en su cama. Su hermoso cabello rubio se esparcía sobre su fina almohada mientras revisaba por última vez la sortija plateada que Aragorn le había entregado el día de su enlace. Legolas suspiró y sintió tristeza. No sabía por que, pero deseaba llorar, y el pequeño dentro él le reconfortaba con pataditas de alivio para calmar su tristeza. Legolas acarició su vientre y giro a su derecha, la almohada de Aragorn le esperaba y ya hacia dos semanas que su esposo le había dejado y no tenía noticias de él.
Legolas contempló la noche por el ventanal, y el viento ligero agitando la punta de los árboles. Extrañaba mucho a su esposo y sus caricias, extrañaba su voz por las noches y su saludo amoroso por las mañanas, encerrado en el palacio cada vez su vida era mas solitaria.
TBC...
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Espero y haya quedado bien. Mil gracias por sus reviews, ya saben que me alegra mucho recibirles y escribirles también.
Kel – Mil gracias por tu mensaje, fue muy grande y lleno de aciertos. Aragorn es malo al olvidarse de Leggy y de baby. Jejeje.. y si, somos unas locas por imaginar si quiera estas situaciones, pero creo que se vale soñar, jejeje..
Tere –El consuelo de que Haldir estará allí... Daguel es buen chico, pero anda en malos pasos... creo que falto que su madre adoptiva lo metiera en cintura... pero no del reyecito.. ¿Legolas y Daguel? Jajaja.. buena idea, ¿pero y si luego se les antoja un trío? O cuarteto con Haldir incluido.??? Ooooh!
Bishoujo-Hentai – Algún día me dará por escribir de Tuxedo Mask... sería interesante slash con él, (sorry es que vi tu perfil) La sangre élfica de Aragorn viene de... Válgame no recuerdo, es que hace un rato que no leo los libros, mas para comparar el final.
The Balrog of Altena - ¿Daguel un encanto?jejeje.. eso sí… La película me gustó aunque como dices le faltaron muchas cosas... Esa escena de Eowyn me gustó mucho, por eso la prefiero a Arwen..jejeje
Legolas12 – Creo que a Leggy ya le entró algo y mas cuando se entere.^_^
Ayesha - ¿en verdad quieres ver lemoncito con Daguel?:-S ok, para la próxima
Eruve – Ah! Ya ansío yo que haya guerra entre elfito y mortal..jejeje
Anu - ¿yo? ¿Acomedida? Jejeje... es que ando tierna y dulce con tanto pastel y frituras navideñas...jejeje
Shanna - ¡Muy feliz año para ti también! ^_^ Jejeje.. cuando dices "estoy cogiendo manía a Daguel" significa que no estás "a gusto" con el chico? Jejeje... Bueno, mas escenitas de amor.. snif...
Ceili boy – Mil gracias por tu review, espero y te sigan gustando los capítulos ¿aborto élfico? No sabes cuantas veces a pasado por mi cabecita..jejeje
Nurigu – Espero y no hacer muy protagónico a Daguel, pero necesitaba unos capitulitos con el rey. ^_^
Nessimelle – Bueno, si el rey no está engañando en este capítulo al elfito, pues no sé que otra cosa hace...jejeje... Hay de engaños a engaños...
BlazeVein – Snif.. no sé por que no quieren a mi pobre negro, mas bien, que culpa tiene l pobrecito de amar a Remus… creo que ya me salí... jajaja... Creo que el dragón andaba tras otro "tesoro", pero le confundió.
Irisxz – ¡Gracias! Ya te respondí por mail, espero y lo hayas recibido, me di una vuelta por tu comu, pero aun no me uno.^_^ Espero y siga contando con tu lectura.
Mil besos a todas y que hayan pasado la mejor noche vieja, los mejores deseos para el año que viene.
¡Reviews, por favor!
