Título: Lágrimas

Autor: Vania Hepksins vaniah2000@yahoo.com

Pareja(s): Aragorn/Legolas

Clasificación: R, me arriesgo a que le borren, :-(. AU (Alternate Universe) no hay Arwen, y si la hubo, sólo fue una querida hermana de Aragorn. MPREG totalmente, así que no te gusta el MPREG (Varón embarazado) NO LE LEAS POR FAVOR

Resumen: Una vez unidos por su amor, Aragorn y Legolas viven en Minas Tirith donde Aragorn es el rey, y Legolas el príncipe consorte. Pero aun falta una hermosa pieza para completar su felicidad. ANGST

Bla, bla - Hablado en élfico

Advertencia: Contiene SLASH es decir, relación hombre / hombre, mas bien hombre / elfo. Si no te gusta tal tipo de género, favor de buscar otro mas apropiado a tu gusto.

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R. Tolkien y/o NewLine Cinema. Escrito sin fines de lucro.

19. Corazones destrozados

El rey subió corriendo las escaleras sin detenerse si quiera a respirar, sabia el riesgo que corría la vida de su esposo y de su hijo en esos momentos, rogaba por un minuto, un minuto si quiera en el que pudiera explicar a Legolas la supuesta equivocación, la velocidad con que corrían sus pensamientos era alarmante. Lo mejor sería decir la verdad, Legolas nunca creería que fuera un malentendido, su oído era tan fino que con toda seguridad había escuchado  sus palabras, esperaba con miedo y angustia que su esposo lograra perdonarle.

¿Pero como podía perdonar un elfo traicionado? ¿Cómo podía ser alguien tan bueno y perfecto como para no guardarle rencor? Legolas conservaba su orgullo de príncipe y esta traición no la pasaría por alto, no cuando él no fue el causante de toda esta angustia. Y con cada peldaño que subía maldecía una y otra vez el momento en que Daguel le sedujo, el instante en que su corazón saboreo las mieles del adulterio y no sintió remordimiento en ello. ¡Cómo podía ser tan ruin que no se daba cuenta lo que destruía! Con sus noches de lujuria que desintegraban su preciosa familia

Se maldijo varias veces antes de llegar a la habitación, la alcoba donde él y Legolas habían sido tan felices. Abrió la puerta con precipitación pero estaba vacía al igual que el cuarto contiguo. Maldijo nuevamente en alta voz antes de salir corriendo al segundo piso. La puerta de la habitación privada del elfo estaba cerrada.

- ¡LEGOLAS!

Nadie contestó a su llamado, lo que lo hundió más en la desesperación de su búsqueda, volvió a golpear a gritar y por fin a abrir la puerta por la fuerza. Nada, la habitación estaba tranquila sin nadie en su interior.

¿Dónde podría estar su esposo? ¡Haldir! Tal vez había acudido al amparo de su amigo, quien para estás horas debía estar encerrado en sus celdas. Llegó hasta el ala donde las delegaciones élficas pasaban sus noches y nada, todas ellas estaban vacías. Seguramente se habían dado cuenta, ¿habrían salido en busca del príncipe?

De dos en dos buscaban el príncipe consorte, los soldados de Gondor se preocupaban por la salud del futuro heredero, muchos no sabían el motivo de su desaparición, y los pocos que lo sabían o lo sospechaban, no decían ni una palabra al respecto, eran esos mismos que había acompañado al rey en su búsqueda por el dragón.

Daguel se retiraba con la cabeza gacha y la mirada perdida hacia su casa, triste por que su amado rey seguramente no tendría ya mas tiempo para él, más que para el príncipe consorte, seguramente en esos momentos todos en palacio, le estarían buscando ¿Por qué tenía él rey que fijar sus ojos en un elfo? Alguien como él no podía ni podría nunca entender los anhelos de un mortal. ¿Por qué tenía que ser tan perfecto? Él nunca llegaría a ser como él, lo sabía, y era lo que mas le dolía. Pero si el rey había puesto sus ojos una vez en él, siendo un simple soldado mortal, seguramente podía regresar después que este suceso haya pasado.

Ahora que al parecer el arrogante elfo de Lorien tenía mas interés en el príncipe y no podía ocultarlo. Los golpes que intercambio con "su Elessar" demostraban que no sólo defendía el honor de Legolas, si no que vertía su odio en aquel quien tenía el amor del elfo de Mirkwood. ¡Que extraño sucedía todo! Mientras el anhelaba los besos y caricias del soberano, el otro elfo de Lorien buscaba el afecto del príncipe.

Cerca de él se vio como seis soldados de Gondor encabezados por su jefe de guardias, llevaban sostenidos por los brazos, a un elfo Galadrim inconsciente, el cual presentaba sangrado en la nuca,  con toda seguridad sería llevado a las celdas de Gondor por haber atentado contra la vida del rey. Daguel observó que los ocho soldados, y aun el jefe de guardias presentaban golpes, heridas y algunos sangraban aun de la nariz y de la cabeza, el elfo había presentado resistencia y si hubiera estado armado nadie hubiera podido vivir para contarlo.

¿Cómo fue posible que Elessar hubiera salido con vida? ¡Ah! ¡Ya recordaba! Su rey había sido un montaraz, cuya juventud la había pasado entre elfos, no era raro que peleara tan bien, siendo capaz de sostener puño a puño un enfrentamiento con el elfo de Lorien. Si la pelea no hubiera sido detenida ¿quién hubiera salido vencedor? Elessar había enfrentado los peores temores y batallas antes de llegar a ser rey, pero el Galadrim estaba acostumbrado a las peleas cuerpo a cuerpo. Difícil saber el resultado.

Ahora que llegaba a casa, que veía la fachada de el hogar que compartía con su madre, la angustia le atormentada. Recordó que su madre lo había presenciado todo, que había sido testigo de su amor por el rey y todos los problemas que trajo consigo.

Daguel abrió la puerta y encontró a Serima esperándole, sobre la mesa a su lado había agua caliente, trozos de tela y alcohol, todo dispuesto para atender sus heridas. La cocinera le presentó un banco de madera, el joven le miró un momento con lágrimas brotando de sus ojos, se sentó y sintió maternales y frías manos  empezaban a atender. Serima lloraba en silencio, por que su corazón había sido traicionado, pero no podía, no era el momento de abandonar a su hijo. No apoyaba de ninguna forma las afecciones de su hijo por el rey, tendría que hablar duramente con él, hacerle entender, pero no era el momento, podía gritarle y decirle, pero sólo lograría que el joven se alejara, buscara al rey y empeorara el asunto.

Sin embargo, el silencio de su madre no hacían mas que sentir culpable una y otra vez con cada desgarrador suspiro al joven guardia, Serima seguramente se sentía avergonzada por él, por no conducirse como varón, por buscar los brazos de un hombre casado y lo que era peor destruir el gran amor que se tenían los dos gobernantes. Daguel pensó en el bebé, y pensó en él, era egoísta pero… aun amaba al rey.

´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`

Haldir despertó con dolor agudo en su nuca, llevando su mano derecha hasta ella palpó la humedad y a través de la oscuridad advirtió sangraba, el olor era inconfundible. Se encontraba recargado contra la mohosa pared de su celda, sin más luz que la que se colaba por la pequeña abertura de la entrada. La gruesa puerta de madera ya era vieja, pero aun podía soportar sus vanos intentos por tirar de ella o hacerla salir de sus goznes con sus golpes.

Su pelea con Aragorn le había dejado el labio un poco partido pero no dolía tanto como su nuca, los golpes en el pecho y costillas dados por el soberano no eran tan agudos como el duro escozor que le atormentaba en la espalda.

Una pequeña ventana en la puerta era todo su contacto con el exterior. La luz titilante provenía de su derecha, al final del pasillo brillaba una antorcha empotrada en la pared. Agito la puerta y la golpeo hasta que sus manos estuvieron molidas por tantos azotes, desesperado por que nadie respondía a sus llamados. No sabía de Legolas y su bebé, o si ya había pasado mas de un día, si le habían encontrado a esas horas y en que estado. No sabía más que varios de los hombres del rey le habían rodeado en una de las callejuelas de la ciudad, que había luchado con varios hasta que le vencieron golpeándole por la espalda cobardemente. Y ahora despertaba allí, privado de su libertad, de la luz y del conocimiento. ¿Cuánto tendría que estar allí?

La incapacidad de moverse, de buscar, de saber, le desesperaban, daba vueltas por la celda y averiguo que no tendría más de quince pies de ancho por veinte de largo, con una cama de piedra húmeda y fría a su lado que le debía de servir de lugar de reposo sin manta alguna que le protegiera. El olor era insoportable, la oscuridad claustrofóbica y el eco de sus reclamos le mostraban la soledad de su encarcelamiento.

´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*

Rúmil y Orophin aun no sabían del encarcelamiento de su hermano, todas las partidas de elfos de los tres reinos investigaban el paradero del príncipe consorte. Figwit y Ossmar buscaban al príncipe en conjunto, Orophin les había avisado que el príncipe había escapado pero no sabían bajo que circunstancias. Al contrario de los otros, pensaban que Legolas no debía de estar muy lejos, su caballo seguía allí y con el abdomen tan desarrollado no hubiera pasado inadvertido.

La oscuridad llegó sin percatarse del rápido paso del tiempo, el rey que había salido en su caballo buscando por toda la ciudad, regresaba a palacio cansado de tanto investigar, pero no regresaba a descansar, si no a iniciar su búsqueda desde el mismo origen. Las noticias de sus hombres no le alentaban, ningún ciudadano reportaba algo inusual, y trataban de no levantar sospechas o preguntas con sus indagaciones, nadie le había visto salir de la ciudad y ese era su único consuelo, Legolas seguía allí pero ¿Dónde? ¿En que estado estaría?

Buscaban en los árboles de la ciudad, en todas las habitaciones del palacio, en las caballerizas y armerías, en la cocina y salones, incluso Haldir pudo ver como dos hombres recorrían el pasillo buscando entre las celdas vecinas. Ya habían pasado muchas horas desde que despertó de su desmayo y aun no encontraban al príncipe, el Galadrim maldijo al mortal enfurecido. En ningún lado había rastro del elfo de Mirkwood.

´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*

Detrás de unas pacas de paja había un elfo de rubios cabellos recostado sobre dorados filamentos del forraje, tenía los ojos abiertos y cristalinos. Seguía pensando mientras sus manos se cruzaban acariciando con un pulgar el fruto de su vientre. Su alma estaba desecha y deseaba morir en ese instante, sólo la luz del pequeño le impedía tomar esa alternativa, merecía una oportunidad, merecía ser querido con todo el amor del mundo puesto que era el más inocente de los afectados.

Su bebé sería un hijo ilegítimo, un pequeño príncipe o princesa no reconocido por no nacer en los lazos de amor forjados por sus padres. Aragorn le había traicionado a él y a su bebé. Legolas mordía su labio inferior repasando todo lo que hasta ahora había vivido, recordando los juramentos y caricias de su ahora antiguo esposo, como es que a través de la guerra del anillo sus sentimientos se habían manifestado sin que hasta que el día de su coronación, compartieron su primer beso.

Recordaba que contra los designios de su padre había aceptado la unión con el mortal, como había persistido todo el inicio de su estadía en palacio por obtener el respeto de la gente de Gondor. Había abandonado su familia su reino y su lugar en Valinor por permanecer con él.

¿Y ahora? Aragorn ya no le amaba, había buscado calor de otros brazos, había besado a otro hombre y compartido sus caricias con él. El rey ya no se sentía a gusto con su hermoso consorte puesto que alguien mas llenaba su lugar, Aragorn amaba a otro ser mucho más que a él y a su hijo y le dolía mucho enfrentar la realidad. En cualquier momento se presentaría vano a sus ojos, le dejaría de besar y abrazar, ya no le acariciaría ni pediría consejo. Ya no compartiría sus mas caros y preciosos con él.

Y en que había fallado él. ¿Cuál era su error? ¿No le había dado todo su amor? ¿No había sido paciente en las costumbres de los mortales, en sus comidas con carnes rojas, en sus vinos cargados de alcohol? ¿No había aceptado a llevar a un hijo en su vientre? ¿No había entregado hasta la última gota de amor y aun estaba dispuesto a más? ¿No había pasado por todo eso, no había dado su arco y su flecha por el? ¿No había abandonado a su familia, renunciado a la paz de sus bosques, a la alegría de sus amigos por estar a su lado?

Tal vez era su pancita que no le gustaba al mortal, tal vez era que había ganado peso y no era ya mas el flexible y esbelto elfo que hacia inolvidable sus veladas. Quizás sus ojos estaban más fijos en el futuro de su pequeño, que en el esposo demandante de caricias. ¿Podría ser que no le hubiera atendido bien? ¿Había sido mal esposo? Tal vez era que sus antojos le habían molestado durante las noches, tal vez sus caprichos le habían cansado y busco refugio en alguien que no le demandara tanto.

Tal vez era que hasta ese momento pudo el rey expresar sus verdaderos sentimientos, tal vez hasta ese momento pudo decir a alguien mas, que no amaba al príncipe y no deseaba a su hijo. Tal vez todo fue mentira y nunca le amo. Tal vez…

Era probable que el rey necesitara salir mas a probar sus fuerzas y el elfo no le dejaba, tal vez no supo entender la sangre vibrante de los mortales. ¿Acaso fue que le molestaba sus antojos extraños por fresas con crema? ¿Su piel ya no era suave y cremosa? ¿Ya no le gustaba pasar sus dedos por su cabello? Tal vez…

Legolas suspiraba y luchaba por reprimir el llanto, el ansia de morir llegaba a su corazón pero algo le detenía, su pequeño retoño aun no había visto la luz bondadosa de Anar y clamaba por una oportunidad.

El era un guerrero, y seguramente su  hijo también lo sería, tenía que ser fuerte y frío y afrontar su derrota, pero su amor propio sufría, su orgullo se derrumbaba y el corazón se desmoronaba pedazo a pedazo, no quería admitirlo, pero Aragorn no le amaba y tal vez desde hacia ya mucho tiempo, el mortal jugaba con él cuando quizás en su pensamiento estaba el jovencito de cabellos rubios. Ese elfo no era más necesario más que para engendrar hijos, Aragorn era complacido por alguien más en la cama y él le complacía ante la sociedad.

No podía llorar, no podía darse el lujo de rendirse ante la adversidad, no si ahora él sería el único ejemplo que su bebé tendría de ahora en adelante. Pero dolía, dolía mucho, y quería morir, desaparecer en ese instante, buscar un puerto seguro que le llevara a Valinor, lejos de los mortales, lejos de su antigua pareja y de todo el dolor. La muerte parecía tan dulce, el corazón estaba a un paso de recibirle pero el pequeño huésped no quería, clamaba por una oportunidad.

- No te quieres ir, ¿verdad, mi amor? – dijo Legolas en voz baja frotando con cariño su abdomen

El bebé no se movía, estaba triste al sentir desmoronarse a su padre élfico.

- Tú me tendrás a mí… Tú y yo solos pequeño mío… no nos importa el mundo oscuro de los mortales.

Legolas de lado, con el cabello cayendo por su hombro, con las lágrimas apareciendo en sus cristalinos ojos, caían los párpados para dormir, por que el sueño élfico sería demasiado angustiante al enfrentar al mundo si permanecían abiertos. Quería alejarse de todos y de todo, excluirse de la humanidad que tanto le hirió.

´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`

Sonaron las campanas para saludar al nuevo día, renovándose poco a poco los sonidos de las labores cotidianas, las mujeres barrían sus calles, los hombres ordeñaban sus a sus animales, se disponían a tomar el primer alimento del día.

Aragorn no había dormido ni ninguno de los elfos de palacio, el rey había tomado unos minutos de vigilia, esperando ver a su elfo regresar por la puerta que daba al trono, o por la puerta de su habitación real, quizá regresaría a su habitación privada, pero a ninguna de ellas llegó. Tanto Seris como Melfor estuvieron al pendiente todo el día y toda la noche, pero por la mañana sólo a Seris se le encontró al lado del monarca.

Haldir estaba sentado en su cama de piedra, perdido en la oscuridad, con la cabeza apoyada entre sus manos, ahogando sus gritos de impaciencia y tratando de pensar con racionalidad. A Legolas aun no le habían encontrado, ya que él seguía allí, puesto de ser lo contrario, hacia ya tiempo que hubiera exigido su liberación. Y lo que mas le preocupaba a Haldir, es que un elfo no necesita mas que de horas si no de días para morir de tristeza.

"Si Legolas no se hubiera enamorado… si no se hubiera casado… si yo… si él… si él muere…"

Figwit acompañado de Ossmar entraron al granero, lleno de pasturas, granos para los animales del rey y otras aves. Repasaron cada lugar con detalle, con certeza los soldados ya le habían revisado, pero donde los elfos podían observar los mortales sólo veían. La escalera estaba allí, pegada al segundo nivel, dejando apenas el suficiente espacio debajo para que un hombre de regular estatura pasara. Ossmar busco entre las pacas de abajo, Figwit subió al siguiente nivel para  inspeccionarle. Encontró a Legolas detrás de las pacas de fondo, con sus ojos cerrados y con una mano sobre su vientre, el otro brazo le servía de almohada.

- ¡Su alteza! - profirió Figwit consternado

El elfo de cabellos oscuros se arrodilló junto al príncipe elfo, y recostó su cabeza en sus piernas para inspeccionarle. Respiraba con tranquilidad, estaba algo pálido y las pestañas aun estaban húmedas, pero lo que mas le preocupaba en esos momentos es que los elfos sólo cerraban sus ojos cuando el dolor era demasiado fuerte para seguir afrontándole. Ossmar subió momentos después, al ver que el príncipe estaba inconsciente fue a avisar al soberano de Gondor de su hallazgo.

El representante de los elfos de Mirkwood llegó con premura hasta el patio empedrado, encontrando el salón del trono vacío; pasando por unas cuantas puertas abiertas de roble llegó al salón comedor, igualmente estaba desierto en ese momento, sólo sirvientes que poco sabían del idioma élfico, así que contrario a su naturaleza serena y respetuosa llegó hasta el pie de las escaleras que daban a las habitaciones para exclamar:

- ¡Su Majestad! ¡Lo encontramos!

Aragorn no podía omitir esas palabras de aliento en su corazón, salió al pasillo que daba a sus habitaciones y vio desde el tercer piso a Ossmar que le apuraba a bajar. Así lo hizo el rey, seguido de Seris, los primeros dos iban con tal ímpetu que no se tomaban un momento para que el curador les alcanzara y mientras caminaban hasta el granero, el soberano no paraba de cuestionarle:

- ¿Está bien él? ¿Y el bebé? - interrogó Aragorn frunciendo el ceño preocupado

- Si, su majestad él… - alcanzaba a responder Ossmar

- ¿Está despierto? ¿Qué ha dicho...?

Ossmar llevó a Elessar junto a Figwit quien trataba de darle la mayor comodidad al príncipe elfo, esperando que despertara de su extraño letargo

- ¡Legolas! – exclamó Aragorn encontrándolo inconsciente

Se arrodilló a su lado casi arrebatándoselo a Figwit de los brazos sin atención alguna. Le tomó en sus brazos y le empezó a besar las mejillas, Seris se colocó a su lado para verificar su estado, no sabía mucho de la tristeza de los elfos, no sabía mucho del porque la separación repentina entre el príncipe y el rey, sólo estaba allí por que era necesario y parecía que una tormenta había pasado a su alrededor sin que él se hubiera percatado.

- Todo está bien con él, su majestad. – declaró presuroso Seris

- No, no todo esta bien… Esto no es normal, su majestad – agregó Figwit quien había sentido una frialdad rara en los elfos, tal vez por ser invierno Seris no lo tomó en consideración pero entre elfos ese cambio era notable – Su piel es mas fría de lo normal y sus ojos no deberían estar cerrados.

- ¡Dame tu capa! – exclamó el rey irritado ante la perspicacia del elfo

Aragorn hubiera dado la suya si la tuviera pero no llevaba alguna consigo, cubrió a Legolas con ella, recostó su cabeza contra su pecho, le tomó en sus brazos, y le llevó hasta palacio donde encontró a dos elfos rubios en la entrada en busca de respuestas

- ¡Denme paso por favor!

- Sabemos que no es el momento, su majestad, pero a su tiempo necesitaremos respuestas mi señor - dijo Rúmil mientras él y su hermano se inclinaban cediendo la entrada al pequeño grupo

El rey no le dio importancia a ese hecho, y llegó sin más contratiempos hasta su lecho, donde recostó a Legolas en su mullida cama, le quito el calzado y le cubrió con las mantas hasta el cuello. Figwit y Ossmar se retiraron, no era momento de  hablar al rey de partidas, no era el momento para muchas cosas pero debían regresar a sus reinos, Ossmar, Figwit y Haldir habían concretado sólo tres días de reposo después de la llegada del rey, pero la situación cambiaba drásticamente desde que el príncipe presentaba síntomas extraños similares a tristeza y Haldir no se les había reunido en esa mañana.

´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*

Seris observó toda la mañana la condición extraña del elfo, obteniendo como única conclusión una terrible fatiga y fuerte alteración que presentaba el paciente. Preguntó al rey sobre algún acontecimiento en particular que hubiera perturbado últimamente la vida de su esposo, a lo que el rey negó tener conocimiento alguno. Seris sólo reafirmo lo que el mismo Aragorn sabía, que una fuerte emoción, si era mala y le afectaba directamente, podía conducir al elfo a la muerte y con ello, por consecuencia, la vida del bebé.

Por la noche Elessar tomó un baño, se perfumo como hacia cada noche especial que él y Legolas compartían, utilizo la misma bata azul bordada de pequeños árboles blancos en las solapas que usaba cuando ambos compartían la habitación hacia… tan poco tiempo. A Legolas le dejo sin túnica ni cinto seguía dormido en un sueño intranquilo, resistiéndose a despertar.

"Tal vez sólo necesite descanso, tal vez piense y fuera una pesadilla… tal vez…"

Aragorn guardaba muchas esperanzas pero su corazón sentía mucho miedo, esa noche iba a dormir nuevamente con su elfo, quien respiraba demasiado lento para su gusto, iban a compartir la cama como siempre lo habían hecho desde su boda, pero ¿Por qué sentía miedo? ¿Por qué sus manos temblaban y su pecho se contraía al recordar que toda había sido su culpa?

Odiaba verlo así, dormido y sin prestarle atención, deseaba que sus hermosos ojos cerúleos se abrieran brillantes para él y que desde su lado izquierdo de la cama le recibiera con su sonrisa antes de besarlo y hacer el amor, o simplemente hablar durante horas antes de quedar dormidos uno en brazos del otro.

Con temor tomó su lugar a su lado, le colocó para que su cabeza cayera en su brazo como acostumbraba a hacer Legolas cuando se presentaba melancólico recordando su reino y su gente. Paso sus dedos entre su suave cabello sintiendo en su pecho desnudo la suave respiración del príncipe, aun en la oscuridad y sólo con la vela detrás de sí, su consorte se veía muy pálido.

En algún momento le sintió moverse levemente, ajustándose a su nueva posición como de costumbre, Aragorn derramó una lágrima cuando la cabeza cayó hasta el punto en que la nariz fina de Legolas toco su pecho, cuanto extraño esa tierna sensación de tener la felicidad segura durmiendo a su lado.

- Mi amor… ¿qué podría decirte para que me perdonaras?

La soledad de la habitación no contestaba y no había luna allí que le diera esperanza de ser escuchado, seguía pasando jirones de cabello dorado entre sus dedos mientras le hablaba.

- ¿Cómo puedo decirte que… lo siento?

Aragorn lloraba y no se avergonzaba del hecho, deseaba que todo eso nunca hubiera pasado y como de costumbre por la tristeza de Legolas, él era responsable. Ahora que se daba cuenta de lo que podía perder su corazón se deshacía con acidez, por que sabía que Legolas no le perdonaría, que nunca más le volvería a amar y que por infidelidad podía perder a su esposo y a su hijo.

Estando allí junto a él, en sus brazos, respirando lentamente, pálido y frío, el perdón se miraba distante y lejos de ser alcanzado. Hablaba entre sollozos no importándole que nadie le escuchara en ese momento.

- Sólo sé que no te merezco, ni siquiera el estar en este momento aquí a tu lado… tal vez nunca fui lo suficientemente bueno para ti… por que tu te mereces todo… pero yo… te amo… demasiado y sufro mucho… tengo miedo de perderte… ¿Qué haría yo sin ti? ¿Dime?...

Le tomó de la nuca y beso su frente, mientras con la mano libre le acercó por la cintura para sentir el contacto de su pequeño no nacido.

- ¿Y que haría yo sin este tesoro divino? ¿Qué podría hacer sin este milagro?

La mano del rey pasó de la cintura al abdomen abultado de Legolas, estaba duro y no se sentía movimiento, como si de un almohadón rígido se tratara.

Ninguno de los dos le contestaba y la desesperación era mucha, seguía llorando mientras le abrazaba, los brazos de Legolas estaban inertes, sin voluntad de abrazarle como le hacían cada noche, buscando su cercanía.

Aragorn tenía mucho que decir pero no las palabras con que expresarse, sus temores eran profundos ya que ahora ni su bebé le reconocía al tacto como hizo la última vez que le saludo, ni siquiera el fruto de su amor se dignaba a darle una esperanza en ese momento. Toda la noche fue una tortura para el rey, acariciando un cuerpo aletargado y frío, cuya respiración apenas mostraba signos de seguir en el reino de los vivos.

Y cuando el sueño y cansancio venció al rey, no se dio cuenta de cómo su calor revivió la costumbre en el elfo. Acostumbrado a raspar su nariz algunas veces contra el pecho del rey buscando su permiso para acercarse, Aragorn le abrazó por la cintura en respuesta, dormido y disfrutando sin darse cuenta de la sensación, Legolas con pesadez levantó la mano y le rodeo la cintura, inclinó la cabeza y sonrió.

Por que un cuerpo reconocía al otro y se complementaban tan bien en la oscuridad que sus amos no se daban cuenta de lo que acontecía, uno buscaba las caricias del otro, mientras el otro ofrecía su abrazo para seguir disfrutando del descanso, siempre había sido así y aun en ese momento tan crítico, seguían las costumbres uniéndolos en un simple abrazo nada mas.

´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`*´\/`

Todo era tan perfecto al amanecer, parecía que el invierno se hubiera retirado esa mañana ya que juraba que escuchó un pajarillo trinar en su ventana, sentía el calor de su esposo a su lado y el olor a su cálido cuerpo oculto entre las sábanas. No sabía la razón, pero tenía mucha hambre, tal vez Aragorn le acompañe un poco mas tarde a tomar el desayuno en el jardín, si, un poco de frío no mataría al mortal, además, aun tenían que hablar del nombre del bebé, debían elegirle con sumo cuidado por que era un hecho importante y le acompañaría de por vida. Pero un poco más de tiempo en cama no haría mal a nadie, y el con frío que se respiraba desde afuera y a pesar de ser un elfo que no sufre por el clima, la atmósfera le invitaba más al reposo.

Aragorn le tomaba posesivamente como siempre, acercándole como todas las mañanas hasta él para evitar que se escabullera a la cocina. ¿Acaso creería que no tenía su dotación de caramelos de emergencia muy bien escondidos en la mesita de a lado? El mortal tenía que ser muy tonto si nunca lo hubiera encontrado o si quiera pensado. Tal vez compartiría uno con él al despertar, un beso en la boca con sabor a menta sería delicioso para iniciar la mañana.

Pero el bebé no se movía, tal vez era temprano para él, bajó un poco su mano y encontró su vientre duro de una manera irregular, eso no era normal, y la tela era algo inusual en él para dormir y no había peinado su cabello para dormir, y anoche… empezaba a recordar.

TBC…

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Siento la tardanza, no anduve muy inspirada, y tal vez hubiera tardado lo mismo, tuve fiebre por tres días seguidos y una noche entera soñando con DataBase Management Hobbits, ¡en serio! Además de que ffnet me prohibió actualizar cualquier fic durante toda una semana, ya estoy penada y un día me desaparezco.

BlazeVein- Espero y hallas conseguido que la PC te obedezca nuevamente, ^_^. Haldir se desquito creo que por muchas por aquí.

AnyGracias por ser siempre tan amable en leer, a pesar de que por ahora sólo uno sufrirá mas que el otro, tratare de que los dos sufran.

Akhasa – El pobre Haldir sufre su castigo por dar de golpes al rey y creo que allí quedara un buen tiempo encerradito, al menos hasta dentro de dos capítulos.

Nina – Claro que no es presión ninguna los reviews, ^_^, y si, Haldir es incapaz de hacerle daño a Legolas a voluntad, pero con Aragorn es diferente, y de resultado, ya vez, triste y abandonado en una celda, ¡ah! Pero tiene hermanitos que cuidan por el y mas que todo, el favor del príncipe. ^_^

Ayesha – Primero, gracias por recomendar a Alym. ¿Cómo castrarlos a todos, y luego, con que se torturan... snif? :-P

Balrog of Althena - ¡Sí! La historia tiene final feliz, Believe it or not! Pero falta un rato para eso, sino, yo me traumaría con esto. ^_^

Tira Tinuviel – Mil gracias por tus palabras y espero y te siga gustando la historia.

Laurë_Alcalime – Si, Haldir no aguanto lo que muchas y se satisfizo dando de golpes al mortal, al menos lo que le dejaron.

Legolas12 – Espero y la corta pelea entre elfo y mortal te haya agradado, pero por lo mismo el pobre Galadrim tuvo que pagar, y durante un buen de tiempo (en capítulos) estará por allí. Daguel no tiene la culpa, lamentablemente no todo pinta bien para él.:- (

Txiri – El bebé se niega a contestar, está tan triste que se puede retractar y regresarse a su luz.

Iona – Sufriremos todos un buen rato, creo que no habrá felicidad hasta que nazca el baby, que creo que ya sé que va a ser…^_^  ´Toy feliz!

Angad-666- Mugrosas computadoras, yo también les odio cada que hacen sus cosas...  pero también les quiero mucho…jejeje… Si, creo que eres la unica que no quiere a Haldir, para ti y para Prince Legolas, esta historia es AxL, ¿ok? Noooooooo! No le pondría así, snif, se muere el elfo antes de bautizarle... snif… Es lógico que Aragorncito le eche la culpa a los demás, jejeje…

Kel - ¡Oh! Bueno, según yo sólo quería un poquito de odio para Aragorn, no tanto, snif… al menos así siempre lo pensé, snif. Y si, digo con una traición se rompen los lazos de una unión, al menos para los elfos, por eso Haldir dice lo que dice. Y sobre Daguel, bueno, cumplía con su deber de soldado de Gondor, defender a su rey, y de paso a su amante que daba lo mismo, y de Elrond, llegara, pero no a Gondor, eso si.

Sobre Viggo y Orlando, pues, niña Ô.ô Supongo qué no has visto las fotos de esos dos cuando se saludan ¿No sabes del RPS, Real Person Slash? ¡Oh! Tantas historias que he leído, en inglés por supuesto, todas basadas en ficción, pero sobre todo en fotos, entrevistas y demás… a propósito, ¿no supiste que a Orlando le hicieron un video al finalizar de filmar, con la canción "Hungry Eyes" con imágenes de Aragorn y Legolas y sus miradas? ¡En serio! Dijo que era algo con sentido homoerótico, pero que lo hicieron muy bien, (fue hecho por los mismos de filmación de LotR, y tal vez venga en el DVD ^_^)

Integrachan Reiji- Espero y hayas podido leer el capítulo y te haya gustado, gracias por tomarte el tiempo de dejarme unas líneas, todo tendrá su final feliz, algo triste, pero feliz.^_^

Yersi-Fanel – Si, yo sé que un Legolas en su estado normal, o en su versión Tolkien nunca le serían fácil engañar, pero digamos, que si, y sólo por poco tiempo. ^_^

MelianWB – Mi pobre Haldir está encarcelado por cumplir nuestras expectativas, pero aun sigue furioso y a la vez preocupado.

Lanthir – Según iba a ser así, Aragorn le iba a decir la verdad a Leggy cuando terminara con Daguel, pero el elfo los atrapo primero y ni modo…

Alym – Gracias por leer esta historia un poco angustiosa, y también agradecí a la reina, bueno, no necesariamente actualizo los sábados, pero trato de que sea cada semana o menos si es posible.^-^

PrinceLegolas – No, no me mates a mi reyecito que aun me sirve y mucho, ¿después a quien torturo y mato de tristeza? ^_^ Gracias por tunuelo mail, te pondré en mis contactos de MSN.

Nessimelle – ¡Si! Como dicen mis tías: "…Pero hay un Dios que todo lo ve y todo lo sabe..." jejeje… eso al referirse a las injusticias, que ya han de pagar esos dos un rato.

Reiko Noriko – Oh! Mil gracias por leer durante toda la noche y espero no haber decepcionado con este capítulo. No podría matar a Legolas, eso no… snif…

Zac - ¿Verdad que sería mejor que se fuera con Haldir? Si eso digo yo, pero el elfo aun ama a su rey, snif…

Velia –Bueno, el sentimiento es recíproco si algo le llega a pasarle a Ru, snif, así que actualiza, el elfo apenas y se entera y despierta, no puede morir, aun no.

Mil gracias por su valiosa cooperación, por su apoyo y por sus reviews amables, los capítulos ya no salen como esperaba de angustiosos pero espero y les haya agradado. Besos.