Título: Lágrimas

Autor: Vania Hepskins vaniah2000@yahoo.com

Pareja(s): Aragorn/Legolas

Clasificación: R,totalmente, AU (Alternate Universe) no todo lo que paso en los libros sucedió igual aquí. No hay Arwen, gracias a los Valar. MPREG totalmente, así que no te gusta el MPREG (Varón embarazado) NO LE LEAS POR FAVOR

Resumen: Una vez unidos por su amor, Aragorn y Legolas viven en Minas Tirith donde Aragorn es el rey, y Legolas el príncipe consorte. Pero aun falta una hermosa pieza para completar su felicidad. ANGST

Bla, bla - Hablado en élfico

Advertencia: Contiene SLASH es decir, relación hombre / hombre, mas bien hombre / elfo. Si no te gusta tal tipo de género, favor de buscar otro mas apropiado a tu gusto.

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R. Tolkien y/o NewLine Cinema. Escrito sin fines de lucro.

23. Despedidas

Aun no comenzaba la mañana y Aragorn no había podido conciliar el sueño, había dormido pocas horas recostando la cabeza sobre Legolas, esperando que las horas pasaran tan lentas como pasan los siglos. Por nada del mundo quería que llegara la mañana, le temía y sentía dolor en el pecho al pensar en ella. No deseaba sentir la cama solitaria por las mañanas, la calidez de su cuerpo desnudo junto al suyo, despertar asustado en las noches para darse cuenta que no había nadie junto a él que le confortara. Ese elfo hermoso que últimamente disfrutaba de leche y galletas, que con sus juegos aumentaba la pasión en la pareja.

Los paseos hasta Osgiliath, el recorrido por la ciudad, los duelos que sostenían para no perder sus habilidades como guerreros no se llevarían a cabo. Y no sabría del desarrollo de su embarazo, no sabría de más pataditas de bebé. Y aun le quedaba una noche de esclavitud que ofrecer, aun necesitaba poseer a su majestuoso esclavo élfico.

Aragorn sollozaba en silencio mientras sentía que el cuerpo de Legolas se acurrucaba junto a él, disfrutando por última vez de su calor, envuelto en sueños élficos, lejos todavía de su realidad. Las mantas les cubrían por entero protegiéndoles del frío, no sé atrevía a moverse si quiera un poco, no quería despertarle, pero pronto sintió el movimiento acostumbrado del elfo cuando estaba a punto de despertar.

- Buen día – saludo Legolas liberándose de su abrazo

- Nada de bueno podrá traerme este día…

- Buen día… - repitió el elfo arreglando el cuello de su bata

- Buen día, amor. – dijo Aragorn al fin dándole un beso en su frente -Aun no amanece, puedes seguir descansando

- No puedo seguir, mi corazón busca paz y no la encuentro, ni siquiera en el sueño.

Aragorn le abrazo nuevamente, y Legolas sintió en su frente las lágrimas cálidas que brotaban del rey.

- Aragorn. . . – murmuró Legolas

- ¡No quiero que te vayas! – exclamó el rey con voz quebradiza

- No resistiré, no podría soportarlo. . . – insistió el elfo agitando su cabeza en negativa

- ¡Quiero una oportunidad! Por favor. . .

- ¿Cómo dártela si no conservo esperanza? ¿cómo podría nuevamente confiar?

- Legolas. . .

- Amanece. . . Debo preparar mi equipaje. . . – dijo Legolas haciendo un movimiento para levantarse

- Aun falta tiempo para que los rayos del sol aparezcan

- Quiero dejar el palacio para ser el primero en saludar a Anar

- ¡No! Por favor. . .

El rey se inclino, y busco los labios del elfo, les beso y Legolas ofreció su despedida permitiendo que el rey los explorara ligeramente por última ocasión, antes de apartar su rostro de su cercanía.

- No me beses mas, me haces mucho daño cuando siento tus labios tocar los míos

- Y es mucho el daño cuando no los siento cerca

- Debo irme ya – declaró Legolas intentando erguirse

- No

- Mi equipaje. . .

Legolas salió de la cama reteniendo un suspiro, no quería pensar en nada más que su viaje, su familia y el bebé. No quería remordimientos por dejar al rey, así tenía que ser de ahora en adelante por el bienestar del recién nacido.

Aragorn también se puso de pie, fue hasta la mesita del espejo y encendió una de las lámparas de la habitación, a media luz el elfo trataba de alcanzar la bolsa de equipaje, pero se hallaba arriba del armario donde una vez la coloco el mismo, mas ahora por su abdomen abultado, no la alcanzaba a tocar.

- Te ayudo – ofreció Aragorn bajando la bolsa con presteza

- Te lo agradezco

Legolas abría cajones, sacaba su ropa más cómoda, no deseaba ropas elegantes, nada ajustado para el camino, el calzado más cómodo, los vestidos más ligeros, un poco de todo arreglado en la bolsa.

- ¿Por qué no tomas mi capa? – dijo el rey ofreciendo su prenda mas abrigadora – No quiero que sientas frío en el camino

- No. No temo al frío – respondió el elfo ocupado sin mirarle

- Pero mi bebé puede sufrirle.

- Gracias pero no es necesario – rechazó Legolas acomodando con presteza su equipaje. – Llevare unas mantas

Tenía en mente bajar sin despedidas solemnes, sin que nadie mas estuviera en su paso al salir de Gondor, lo que dijeran de él no importaba, muchos ya sabrían el porque y no se atrevían aun a comentarlo.

No llevaría ropa de Gondor mas que la necesaria, sus dagas, arco y carcaj, dudaba en llevarlos consigo por que no podría disparar con su vientre abultado, siendo un regalo de Galadriel no podría dejarlos abandonados.

- Creo que es todo – resolvió el príncipe acostumbrado a viajar ligero

Legolas empacó con rapidez, como es costumbre de quienes están atentos al combate. Aragorn tomó la pintura hecha el día más feliz de su vida, poniéndolo a la vista del elfo para hacerle recapacitar, regresar la memoria a sus días felices. Abrió su túnica dispuesto a cambiar de atuendo.

Legolas había entrado al baño para mudar sus ropas también, salió minutos después impecable y majestuoso, con los labios sonrosados y la piel pálida, dos delgadas trenzas que enmarcaban sus sienes para reunirse en su nuca sujetas con un prendedor de plata. Tomó su bolso de equipaje y con el otro su arco y su flecha, necesitaría valor para elevar su rostro, para salir de allí sin que muriera al cruzar las fronteras. No se había percatado de que el rey se encontraba listo y dispuesto, luciendo como quien va de caza, de cuero negro la túnica, las botas también, con el cabello ligeramente desarreglado y con seriedad absoluta en su cara.

- Permíteme – dijo Aragorn tomando con mano temblorosa el equipaje de Legolas

- Aragorn, no deseo mas despedidas, por favor

- Es que aun no nos despedimos, amor – respondió el rey con melancólica sonrisa

Legolas se mordió el labio inferior, llevando su arco y carcaj junto a sí, apretando contra su pecho como para prevenir que el dolor fuera más grande. Siguió el paso de Aragorn, quien avanzaba a paso lento, por que cada paso ya le estaba alejando más de él.

Llegaron a la entrada, y el sol apenas enviaba sus primeros rayos sin aparecer aun. Encontraron una comitiva de elfos aguardando desde temprano en la entrada de palacio, Haldir sostenía la brida de su caballo y de la carreta en cada mano, Figwit tomó el equipaje que el rey dejaba en el suelo y al llegar Legolas hasta él tomó también el arco y el carcaj.

Haldir miraba a Aragorn sin remordimientos, sin vergüenza ni rencor, no era un elfo que guardaba tales crueles sentimientos, ya tendría el mortal demasiado castigo una vez que Legolas le hubiera abandonado, lástima sentía ahora por él. La carreta estaba provista con provisiones en un apartado, con mantas y almohadones finos, tendrían que valerse de la buena voluntad de los Valar en el viaje, ya que ninguno de los dos curadores del reino deseaban dejar a su rey por servir al elfo.

Legolas quedo un paso detrás del rey, elevó su mirada y aun podían distinguirse las estrellas, una brillaba aun mas que las otras, la luna a su lado, se despedía hasta la próxima noche. Que triste saber que la siguiente vez que le contemplara no estaría mas a su lado.

Avanzó cerrando los puños, sólo faltaba poco, muy poco para librarse del dolor que le consumía. Ossmar se asombró de verlo tan pálido, dio un paso hacia las escaleras creyendo que desfallecería en cualquier momento.

El príncipe tomó valor y no quiso pensarlo mucho, su paso decidido hasta la carreta fue detenido al pasar a un lado del rey, el firme puño que cerraba a su derecha le congelo.

- ¿Y no te despides? ¿Y no me dices nada?

Por Elbereth que Legolas no quería mirarlo a los ojos, rogaba por fortaleza para seguir, para dejar a su amor, su traicionero amor.

 Aragorn dio la espalda a los elfos situándose frente al elfo, para contemplar el bello rostro de su esposo. Tan dulce y pálido, como la naturaleza muerta que gustaba de admirar en algunos cuadros.

- Adiós.

- ¿Así nada más? – preguntó Aragorn tomándole de la barbilla, levantando su rostro para reflejarse en sus ojos azules. - ¿No puedo besarte?

Legolas movió la cabeza de un lado a otro, oponiéndose a dejar salir algún sonido que pudiera terminar en quejido, pero sus labios fueron capturados contra su voluntad. Legolas respingó negándose al principio, Haldir dio un paso pero se detuvo, poco a poco las manos del príncipe se encerraban en la cintura del rey abrazándole, el Galadrim desvío la mirada.

- ¿Por qué tiene que ser así, mi amor? - preguntó el rey mientras sus frentes se tocaban y gozaban por última vez

- ¿Por qué tuvo que ser así?

- Te amo . . . siempre te amaré

- Aragorn, debo irme. - declaró el elfo fríamente alejándose un poco del rey que le retenía

El rey le acerco más a su pecho para grabar el calor de aquél cuerpo en su corazón. Legolas rompió el círculo que le unía al soberano, una sola de sus manos se elevo de la cintura a su nuca

- Cuídate mucho, Elessar Telcontar. . . Se feliz

- Legolas – suspiró el rey negándose a dejar partir al elfo

- Espero que tu vida. . . sea mucho más larga y benévola que la mía.

Haldir inició la marcha, seguido muy de cerca por sus hermanos y los demás miembros de las congregaciones, los cuales, antes de girar e iniciar su camino, hicieron una ligera reverencia como despedida al rey de los hombres que no ponía atención a nada mas que la figura de su elfo.

Legolas soporta las lágrimas que retenía con toda la voluntad de que era capaz, saldría con la frente en alto, sin nada de que avergonzarse, pero también sabía, que no podría soportar la mirada de la gente, la lástima que sentían por él si el pueblo de Minas Tirith le observaba partir.

Llevaba de la rienda a su caballo, no deseaba montarle hasta pasar la entrada principal del palacio, no deseaba ayuda del rey para hacerlo por que seguro se ofrecería, no quería que le tocara ya más. Se acercaba a la puerta, la veía cien pasos delante de él, la gran puerta que había sido testigo de su feliz llegada ahora le diría adiós en su tristeza. Antes de salir escuchó una voz de mujer llamándole, los cascos de un caballo dirigiéndose a él.

- ¡Mi señor! ¡Mi señor Legolas! – exclamaba Serima montada en un viejo rocín amarillo.

Sus ojos presentaban la oscuridad del insomnio, la desesperación en sus movimientos.

- ¡Serima! – exclamó Legolas frunciendo el ceño, no esperaba llamados, y mucho menos de ella - ¿Qué es lo que haces aquí? Amanece y deberías estar en las cocinas de palacio.

- No mi señor. . .  – dijo la cocinera tratando de tomar un respiro, sin acostumbrarse a montar, el trayecto hasta la entrada le había casi agotado -  No podría cocinar para él ya mas, no podría atender al rey al saber todo lo que ha ocurrido. Deseo ir con su alteza. . . Si me lo permite

- Pero Serima. . .

- Le seguiré a donde sea, nada me retiene aquí. – comentó la mujer bajando su mirada para encubrir la humedad de su rostro.

- Pero tu. . . – intervino Haldir - tu hijo. . .

- No, ya no tengo mas hijo, no tengo de quien sentirme orgullosa

Los elfos lo ignoraban, pero ella había tenido la conversación mas dolorosa en su vida también, un día antes Serima había hablado en vano con el joven, quien triste y enfadado había abandonado la casa en horas de la madrugada, sin importarle que su madre llorara por él, por su conducta y amoríos. Daguel había cambiado mucho, no era ya más noble ni servicial, no era mas la alegría de sus días ni su orgullo al compartir platicas con las demás mujeres que servían en palacio. Daguel estaba enamorado, no, encaprichado con la luz de Elessar, Daguel no vivía ni respiraba mas que por él.

- Serima, yo no podría pedirte que dejes palacio. . . Yo. . .

La cocinera bajo del caballo y se acercó hasta el príncipe

- Mi señor, sé que podré ser una carga para el grupo, y que no soy de sangre élfica para soportar el largo camino, pero ayudare, resistiré por que soy joven, por que deseo servirle y por que. . . Creo que ninguno de los señores elfos aquí presentes se les ha ocurrido llevar un poco de dulce y miel para complacer al bebé en el camino.

Legolas se sonrojó un poco por que Haldir era el único que podía entenderle y escucharle, y estaba allí, a su lado escondiendo su sonrisa por que Serima estaba en lo cierto.

- ¿Y quien cuidara de mi. . . del rey? ¿Quién velara por que se alimente, por que siga con fuerzas para gobernar al pueblo de Gondor? – preguntó Legolas oprimiendo con ternura la mano que le ofrecía la mujer.

- Muchos sirvientes hay en el palacio dispuestos a atenderlo, yo soy una de la que puede prescindir. Con gusto le seguiré, no me niegue mi señor este ruego.

- Bien, Serima, pero por lo que veo tu equipaje es poco, y me temo que necesitaras un algo mas que eso para el camino. – dijo Legolas para después dirigirse a Ossmar en élfico - ¿Podrías pedir a alguno de los que te acompañan, que escolten a esta mujer, hasta la misma frontera de Gondor? Esperaremos allí, sólo que sea necesario, no quiero quedarme mucho en estas tierras

- Si mi señor - contestó Ossmar yendo detrás de la carreta para hablar con alguno de los elfos de su comitiva  y explicarle la situación.

- Serima – dijo Legolas hablando a la cocinera – No puedo retrasarme mucho, pero te estaremos esperando, ese joven elfo que ves allí, - señalo Legolas a Ossmar y el elegido – Él aguardara por ti hasta que estés preparada, luego te llevara hasta nosotros, te pido que no tardes demasiado, por favor

- En una hora, mi señor Legolas, una hora nada más y le seguiré sin demora alguna – aseguró Serima sonriendo estrechando aun mas la mano del elfo

- Bien, anda y no tardes.

Pronto sin saber como, sin desear recordarlo, se encontró pidiendo la salida a los guardias de la entrada. Asombrados y sin preguntar, abrieron las gruesas y altas puertas de madera para el príncipe y la comitiva. Suponían los soldados de Gondor, que el príncipe salía de viaje con el consentimiento del rey, nadie se atrevió a preguntarle, ni osaba dudar de la honradez de un grupo de elfos.

Mientras el príncipe iba a la cabeza, dirigiéndose al oeste, viajarían por cercando las montañas blancas hasta encontrar un camino más directo hacia Lorien. Haldir y Ossmar lo observaban, preocupados por su salud y la del bebé que llevaba en sus entrañas.

Mientras tanto el rey aun no se separaba de su lugar hasta que la primera brisa de la mañana le hizo reaccionar, se había quedado inmóvil observando por donde su esposo había salido. Yendo a la orilla observó desde su altura un grupo de elfos que se alejaban poco a poco de su ciudad, uno solo iba al frente de ellos sin importarle mucho si seguían detrás o no, se veía más grueso que los demás y ahora cubierto con una capucha como si intentara cubrir su rostro.

Y no despegó su vista de ellos hasta que se perdieron en el infinito de su horizonte.

Tan pronto y Minas Tirith quedo casi fuera de su alcance Legolas giro su cabeza, ya no volvería a ver ese magnífico pueblo que llego a amar como suyo propio de nuevo, tal vez su bebé sería capaz de gobernarlo, de convivir con ellos y aun con su padre, pero de él mismo, no estaba seguro.

Fue cerca de dos horas después que pasado un llano rocoso una figura a caballo se presento ante ellos asombrándolos a los seis elfos que le reconocían.

- Un buen día se presenta para un viaje, señores elfos, les deseo la mejor jornada.

Como Legolas iba a la cabeza detuvo su marcha para no acercarse más al joven causante de todas sus desgracias

- No deseamos sus saludos, y el día marchara mejor si se apartas del camino – dijo Haldir acercándose a Legolas de un lado mientras Ossmar lo hacia del otro. – Diga adiós y continúe su camino en paz

Daguel hizo una reverencia con sonrisa maliciosa, bien deseaba hacer hablar al elfo Galadrim pero sobre todo al príncipe. Sus cabellos estaban revueltos pero sujetos con una cinta negra, el caballo en que montaba respiraba con agitación, era obvio que había recorrido todo ese camino sin dar tiempo al animal de reponerse.

- Veo, mi señor Haldir, que ha seguido mi consejo al pie de la letra, lo cual agradezco mucho.

Legolas frunció el ceño al escuchar esas palabras pero no desvió la mirada del joven soldado a pesar de que evidentemente las palabras le causaban curiosidad de mirar la reacción del elfo de Lorien.

- Ninguna de sus palabras ha sido escuchada por mis oídos, no tiene el derecho de suponer lo que no es verdad

Daguel sonrió y acercó un poco más su caballo al grupo que tenía de frente.

- ¿Y no se despedirá el príncipe consorte del pueblo que tanto amo? ¿No merece la gente de Minas Tirith sus últimas palabras?

- No creo que sea usted salga favorecido con ello, señor Daguel, no deseamos mas demoras, así que permítanos seguir nuestro camino – agregó Haldir

El soldado de Gondor acercó mas su caballo al príncipe, parecía que deseaba retarle, medir sus fuerzas con el príncipe elfo, que erguido, no le mostraba ninguna debilidad.

- ¡Ah! Que tristeza que el príncipe perdiera el habla así como la dignidad ante su pueblo. Ahora necesita de alguien mas para que mueva sus labios tanto para hablar, como para… otras cosas

Haldir hizo un movimiento, no le gustaban las crueles palabras del jovencito que se conducía con tanta desvergüenza ante un miembro de la realeza élfica.

- No tengo por que responderte. Tus palabras no hacen mella en mi, aléjate de mi vista, y piérdete en tu miseria – dijo Legolas al fin

- No habrá miseria para mí, mi señor elfo, - dijo Daguel inclinándose nuevamente -solamente alegrías en mi futuro, mis noches no serán solitarias y mis días estarán llenos de sol. . .  Pero eso usted ya lo debe de saber. . . – agregó sonriendo de triunfo -  Yo sólo he venido a ofrecerle esta humilde despedida y reafirmarle que encargare personalmente de la seguridad del soberano, en lo que su alteza está. . . ausente.

Legolas sintió una punzada en el corazón, había odio y coraje, deseos reprimidos de cortar el cuello al joven con un solo y simple movimiento. Sus ojos se fijaron en los oscurecidos del soldado quien guiaba su caballo de un lado a otro como preparado para iniciar la carrera en cualquier momento.

Las dagas no estaban más que a centímetros de su mano, colocadas con cuidado en la montura que llevaba cercanas a sus rodillas, su velocidad aunque disminuida por su embarazo aun podía superar la de un joven mortal e inexperto como Daguel, pero el bebé, el bebé también contaba en su decisión.

Haldir lo suponía, por lo mismo él y Ossmar le protegían colocándose a sus costados, vigilando tanto sus movimientos, como de uno y del otro. No sabían de lo que Daguel podía ser capaz y no deseaban averiguarlo.

Rúmil y Orophin y los miembros de la comitiva formaron una línea con sus monturas frente a la carreta, impidiéndole el paso en cualquier momento.

Daguel había salido del palacio después que los elfos, tomando atajos peligrosos para sobrepasarles y encontrarles mas adelante. No sabía muy bien por que, pero deseaba asegurarse que nunca mas volvieran a Gondor, que jamás ese elfo rubio tocara las puertas del corazón de su señor, y si podía conseguir que el pequeño bebé no nato nunca rigiera en la ciudad, sería mucho mejor. Además, su corazón estaba tan feliz por la partida del príncipe consorte que quería estar cien por ciento seguro, de que sus ojos no le engañaban, que aun conservaba la esperanza de volver con Elessar en el futuro.

El deseo había sido en un principio solamente el de verles partir, simplemente con eso estaría en paz y feliz de tener el campo libre para reconquistar el corazón de su rey. Pero no era suficiente, todos marchaban tranquilos y el siempre príncipe orgulloso les guiaba, pensativo y el semblante triste, y de su mirada serena podía saber que aun le amaba, tanto como antes si no es que menos, la traición no había hecho más que herirle, no matar sus sentimientos. ¿Cómo podía asegurarse que el odio prevaleciera? ¿Cómo estar seguro de que ese amor no le hiciera regresar algún día? ¿Cómo hacerle saber que allí no encontraría mas que al soberano con un joven soldado a su lado para acompañarle?

- Si has venido a causarme daño, no lo podrán hacer tus palabras, lárgate, y sé feliz si crees que con él podrás serlo. Aragorn no posee mas corazón que el que yo me llevo en mi ser. – dijo Legolas con fría y serena voz.

- Yo no podré darle herederos, a menos que hechizos desconocidos me ayuden, pero podré darle todo el amor y las experiencias que él desee. Nunca le diré no. . .

- No deseo escucharte, márchate te lo digo, no me importa lo que opines, tu presencia me enferma.

- Ya me retiro mi señor. Deseo que su camino siga en completa paz, y si algún día llegamos a encontrarnos. . . Espero y no lleve esa carga que tanto daño le ha hecho al rey – agregó Daguel dando una ligera mirada al abdomen abultado del elfo

El rostro de Legolas se incendió con ira, bien podían agredirle a él y no le importaba, pero no a su bebé, no al pequeño que no tenía idea lo que pasaba a su alrededor.

- ¡Maldito! – exclamó Legolas furioso – ¡No te atrevas a mencionarle si quiera!

- Tal vez sin él, mis puños puedan hacer lo que mis palabras no. Pero no soy capaz de enfrentarme a alguien tan débil y . . . femenino

Daguel se puso alerta, Haldir y Ossmar tomaron las riendas como pudieron del caballo

- ¡No, detente Legolas! – dijo Haldir – Piensa en el pequeño

- ¡Si te atreves a ofender a mi señor! – dijo Ossmar apuntando a Daguel con su flecha – Pagaras caro tu insolencia

Los demás elfos al ver la reacción de Ossmar apuntaron al jovencito. Para asombro de los presentes el joven soldado rió.

- ¡Ah! Pero no me esperaba menos, todo un regimiento de elfos, contra un solo y desarmado ser humano. Creí que no se veía esa conducta en tales seres.

Siguió riendo pasando su caballo de un lado a otro, sin decidirse si regresar o enfrentarlos

- ¡Alto! Dejen de apuntarle. Lárgate sucio mortal, por que no seré responsable de mis actos ni los de mis acompañantes

- ¡Oh! ¿Una amenaza del príncipe? . . . ¡Tonterías! – exclamó Daguel, estaba nervioso y temblaba aunque no quería admitirlo, se había atrevido a amenazar a un príncipe de la casa de Thranduil, a uno de los nueve caminantes, y ahora. . . ahora no sabía como salir del embrollo, pero reuniendo su valor siguió – La próxima vez su alteza, que ruego que no haya nunca tal ocasión, tal vez podamos tener la conversación. . . A solas.

- ¡Aléjate! Vuelve a tu nido, rata asquerosa. – exclamó Haldir enojado - ¡Denle paso para que se retire! - agregó a sus camaradas.

El guardia se alejo y su risa fue apagándose, Ossmar observaba a su señor, preocupado, la mano del príncipe había bajado a su abdomen, como tranquilizando a su bebé inquieto.

- Ningún augurio bueno es empezar el viaje con semejante despedida. . . - comentó Rúmil a su hermano

- Sigamos – dijo Legolas al fin

Sabía que podía acabar con la vida del amante de una vez, en ese momento tenía el derecho de cortarle el cuello por la ofensa recibida y deshacerse de su persona de una vez para siempre, pero no con el bebé. Qué podía sacar sus dagas tan rápido y acertar a darle en la frente sudorosa, pero no con su pequeño de testigo. Además, el estar acompañado y él joven solo y desarmado en apariencia, no obtendría una victoria honrosa. Sus fieles acompañantes con gusto y obediencia llevarían efectuadas sus ordenes, pero no así, no con quince elfos apuntando a un joven soldado. Tenía que tragarse su impotencia y seguir adelante con los sacrificios, era una cadena que tenía que soportar hasta el nacimiento de criatura. La rabia se apoderaba de Legolas, la impotencia y la frustración. Si el joven tenía razón, Aragorn y él pronto reanudarían su relación, libres de un elfo preñado, de un compromiso que sostener, de apariencias que guardar, ¿Qué se podía esperar de un mortal?

Daguel siguió a todo galope su camino, con el sudor en su frente sin arrugas, con los cabellos removidos por el viento, la cinta, hacia rato que se había caído, tenía el corazón golpeando con fuerza, al igual que la última vez que se enfrentó al dragón, pero esta vez, sus sentimientos estaban de por medio, no sólo su vida, si no su ser y deseos, el corazón parecía explotarle.

Dos figuras se acercaban a él, y cuando reconoció a una de ellas, su corazón se detuvo.

TBC…

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Sip, espero y sea por un paro cardíaco y allí quede el jovencito, pero no creo. Disculpen la demora, pero no andaba nada inspirada para escribir. ^_^

Sobre el cambio de casita slashera (site), pues lo haré hasta que me saquen de aquí. No sé en que se basen para censurar los fics, pero no ha sido mi caso, por suerte. Tal vez más adelante lo hagan. Si algún día no llegan a encontrarme, dejaré mi dirección en el profile, por que al tiempo que actualice aquí, lo haré allá.

Gracias por los reviews.

Balrog of Althena.- Me alegro te haya gustado la canción, ahora ando con LuisMi en mi cabeza, pero tratare de no ponerle mucho.

Eruve.- Por un momento pensé y habías perdonado al rey, pero oh! Falsas ilusiones. Aun le toca sufrir, y ahora que está solito, mas. . . ^_^ siento no poder escribir algo pitufito, espero y de repente quede la "noche de bodas" de esos dos. :-P

Ayesha.- sipi, esto se tiene que arreglar y Daguel no estaba muerto. . . Andaba de parranda.

Txiri .- Haldir siempre conservara las esperanzas, y como todo, tendrá su recompensa. :-D

DanielaBloom.- Si, de momento no encontraba otra canción mas angustiosa pero ya tengo otras en mente. ^_^ Al fin una que perdona al reyecito ;_;

Saori Makimashi.- Gracias por leer ^_^ Espero encontrarte algún día y platicar unos minutitos, sería padre!

Alym.- augurios malos para el príncipe y compañía en el camino a casita.;_; ¿Es que no les puedo dejar en paz un rato? No. . .  ^_^

Legolas12.- Creo que por allí leí que Elrond escogió ser elfo y Arwen mortal, por aquello que tienen tanto sangre humana como élfica, tengo que verificarlo con mi asesora de confianza ¬.¬ (¡Jun llamando a Roser!)

Akhasa.- ¡Oh! Lamento hacerte llorar, andaba con esa intención, snif, pero me gustan los fics angustiosos, snif… ;_; Mil besos para ti y el peque hermoso que llevas.

Laurë_Alcalime.- Bien, para responder a tu llamado reapareció Daguel,  y creo que le odiaran mas, ¿será posible? ;_;

Nina.- La pequeña criatura nacerá en Mirkwood, y Legolas. . . bueno, tendrán final feliz. ;_;

Zac_angel_de_maldad.- Bueno, Zac, digo, ¿acaso lees el futuro? ¡Pero nooo!  ^_^ Mi palantir anda un poco ahumada y no sé aun que ondas, si llegaran a Lorien o no. :-P

Angad_666 .- ¡Ah! Un día intenté hacer algo cómico y fallé miserablemente. . . snif . . . Digo, si hago algo mas fuerte que "Con los ojos. . ." no lo publicaré por aquí o me bannean, :-P Pero yo aviso, ¿ok?

Kel.- Creo que ahora te desanime un poco, ya no pude actualizar tan pronto, por que sin inspiración, no soy nada, snif. Y aunque ya me sé lo que va a pasar, es difícil ponerlo en papel, jejeje. . . Creo que también ya estás perdonando al rey, si no me equivocó, snif. . .

Y de las contradicciones que mencionas pues. . . lo elfos no se contradicen, y habrá venganza, digo, todos merecen recompensas, muertes, felicidades y tristezas, ^_^ ¡Besos!

Reiko_Noriko .- Bueno, Haldir podría haber tomado ventaja de su posición de amigo y capitán de guardias de Lorien, pero pues es un elfo "derecho" y no le gustaría tener una cuenta pendiente con la gente de Minas Tirith (entiéndase Aragorn) ^_^  Sipi, Haldir será recompensado. *^_^*

Kea_Langrey.-  Lástima que el mal reapareció, y sufrirá, ¡oh sí sufrirá my preciouss! Muajajaja (Jun ríe maliciosamente)

Lara_Eternal_Anjiru.- ¡Oh! Mil saludos nuevamente al staff, espero y te den un poco de paz. ^_~ El baby tiene poder de la palabra, y será escuchado.

Carmenchu .- Niña, tu ni siquiera debías leer esto, jejeje… Pero espero no traumarte, ok? ¡Y no! No habrá orgías, creo. . . ´^_^´

Integrachan S Reiji Malfoy.- Ô.ô ¿Hay algo? Digo, ¿has leído entre líneas? ¡Oh! Snif, el final ya está pensado y decidido, no me alejaré una vez pensado todas  las opciones, ^_^ No hay mas, así tenía que ser. Gracias por los ánimos ^_^

Ionamensaje .- Bueno, el elfito no sufrirá mas que de recuerdos, por mientras. Ahora toca al mortal hacerle sufrir, junto con el otro jovencito malicioso. X(

MelianWB.- Haldir, vuelvo a repetir tendrá su momento de felicidad, y Aragorn de infelicidad. Algo así, jejeje. . .

Nessimelle.- Ah! Me alegro que ese día estuvieras tan feliz como para dejar doble mensaje, jejeje. . . sip, pertendo hacer sufrir a Daguel, y al rey, pero eso en el siguiente capítulo, de paso, también que sufran los elfos, ¡todo mundo para variar! ^_^

M@rina Mortensen.- Snif, el rey la pasara muy mal sin su elfo, y el otro jovencito rubio también.

Lanthir.- Un premio a tu paciencia por no odiar a Daguel, me preguntó si con este capítulo le llegaras a odiar un poquito. Legolas tiene la intención de que el rey pueda ver al niño, tenerlo algún tiempo, pero no a él, quiere que ambos le críen pero por separado.;_; Te juró que empecé a escribir "Reencuentro" y mas por que quería una escribir un slash fuerte y tupido entre rey y elfito semi dormido, pero allí me he quedao, ya os deje mis sugerencias en tu site, Muero por un Commodoro/Turner, no sé por que me llaman la atención.

PrinceLegolas.- Me alegro que escribieras por que lo has hecho muy bien, me gusta tu fic. El elfo sería feliz contigo, pero creo que aun puede, solito, ^_^

Any.- ¡Ah! Sip, Serima también la pasa mal, por eso tomó esa decisión, no creas que no le duele, pero esta muy triste y angustiada. Ya veremos en el próximo capítulo. Snif. ¡Mil besos! ^_^

YersiFarnel.- ¡Gracias por tus palabras! Haré lo que pueda por hacer justicia, ^_^ ¿el elfo merece ser feliz, no? :-)

Ezra.- ¡Ya no más látima por Daguel! El amor- obsesión lo tiene algo cegado, snif. . . Falta algún tiempo para que se aclaren las cosas, espero y no hacer muy cansado este fic, y más cuando todos sufren. El baby, aun falta, ^_^

Si algún día no me encuentran, busquen en el link de mi profile, slashfiction. Y sobre el review,  pueden dejarlo donde gusten, seguiré actualizando al par, ^_^

¡Mil besos!

Jun

(¡Feliz de ver su rey!) LM, ¿ok? ^_^