Autor: Vania Hepskins vaniah2000@yahoo.com

Pareja(s): Aragorn/Legolas

Clasificación: R, totalmente, AU (Alternate Universe) no todo lo que paso en los libros sucedió igual aquí. No hay Arwen, y Haldir no murió, gracias a los Valar. MPREG totalmente, (Varón embarazado)  así que no te gusta, por favorcito, NO LO LEAS

Advertencia: Contiene SLASH es decir, relación hombre / hombre, mas bien hombre / elfo. Si no te gusta tal tipo de género, favor de buscar otro mas apropiado a tu gusto.

bla, bla - Hablado en élfico

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R. Tolkien y/o NewLine Cinema. Escrito sin fines de lucro, no ganaría nada ni pretendo ganarlo así que nada de demandas por favor, soy pobre y de familia numerosa.

26. Muriendo de amor

Ya la luna se encontraba muy en alto cuando el viento empezó a soplar repentinamente, los árboles se doblaban al sentir la fuerza del aire golpeando sus suaves ramas, Serima no hizo sino cobijarse hasta el cuello, ajustar sus mantas bajo su cuerpo para que no volaran con lo demás, tenía demasiado sueño y la cintura le dolía como para molestarse a buscar un lugar tranquilo donde protegerse.

Figwit quedo de centinela de pie cerca del fuego danzante, mientras Ossmar caminaba cercano a cada miembro como era su rutina, no quería sorpresas pero algo le estaba incomodando y ahora el aire que soplaba de esa manera, servía para aumentar su nerviosismo. Se enfundo en su capucha y siguió caminando; preparándose para lo inesperado,  sentía la presencia de alguien pero no podía ver mas allá de la espesura de los árboles moviéndose al compás del viento.

Y el viento siguió soplando entre las copas de los árboles, siempre de la misma dirección pero esta vez trayendo un olor peculiar, Figwit frunció el ceño y un elfo del Bosque Verde se irguió enseguida, parecía reconocer el aroma tan particular.

- ¡Dragón! - exclamó tomando su arco y apuntando a la oscuridad en dirección del norte.

- ¡Figwit! - Gritó Ossmar corriendo junto a su compañero de viaje - Dragón, Dragón

Los Galadrim respondieron al llamado de Ossmar  y estuvieron listos preparando sus arcos al igual que los elfos de Eryn Lasgalen .Serima escuchó las advertencias pero dichas en un lenguaje extraño para ella, no sabía a que se referían, igual un gato salvaje, orcos enfurecidos, alguna fiera hambrienta, ¿pero donde? Reconociendo el temor en las voces extrañas se puso en pie y detrás de la muralla que formaban los elfos se enredo entre las mantas, acurrucándose junto a una piedra como si fuera lo suficiente grande para no distinguirla.

Pero la carreta seguía allí, y el viento seguía soplando alborotando el cabello de los elfos y moviendo las capas enredándose en sus cuerpos. El viento venía detrás del carruaje, zarandeando un poco las mantas que le protegían.

Adentro, Haldir había sentido el viento soplar, el cambio repentino de la dirección de donde anteriormente llegaba el aire, no era normal el viento del norte y ahora soplaba así. Legolas descansando en su brazo izquierdo dormía despierto, la mano protectora reposaba sobre su vientre como si temiera al visitante nocturno.

No se escuchó más que el rasgar de las telas encima de sus cabezas por una tremenda garra que destruía su techo de un solo zarpazo. Fue una mala suerte que en ese momento Haldir empezara a erguirse por que alcanzó a ser aventado con el trozo de carreta que se desprendía con el golpe.

Legolas despertó aterrado, irguiéndose entre las mantas y pedazos de madera y arcos que había rodeándolo, alcanzo ver como el cuerpo de Haldir volaba hasta caer donde su vista no le ayudo a distinguirlo, vio siluetas cerca acercándose armadas y aun no comprendía si era verdad o una pesadilla. Legolas quedo a merced de un dragón de ojos rojizos y enormes que se blandían encima de su cabeza.

El pecho de Legolas se agitaba con miedo, no por la muerte próxima, no por el dolor que vendría sino por que en su interior una criatura temblaba al sentir que la muerte le rodeaba, un humano lo presiente y le teme, un elfo no, el bebé era mezcla de ambos y podía distinguirle.

- La luz de la luna te ilumina poco pero mis ojos son capaces de reconocerte – dijo el dragón emanando calor de su hocico cercano al elfo

La guardia de elfos empezó a disparar, pero las flechas rebotaban en la dureza de la piel como para hacerle algún daño, el dragón era astuto al cubrir su pecho con lo que quedaba de carreta. Su ojo izquierdo seguía lastimado de los ataques que el soberano había hecho hacía algunas semanas. No se podía observar  de cerca más que su cabeza, mientras una de sus patas delanteras se encontraba encima de la carreta y la otra apoyada en el suelo, las patas traseras y el cuerpo se perdían entre la oscuridad y los árboles.

El dragón rugió al aire con flamas ligeras que iluminaron el lugar como decenas de antorchas unidas, Serima temblaba entre sus mantas resguardándose de la mirada del la bestia a pasos de ella.

Legolas trato de moverse pero el dragón al sentir sus movimientos, acerco más su cabeza  para percibir su aroma.

- La vez pasada cometí un grave error pero hoy no será lo mismo. – declaró el dragón mientras sus orificios nasales se expandían y contraían valorando el aroma fresco del hijo de Thranduil.

- ¿Qué es lo que deseas, gran y noble dragón? – preguntó Legolas

- Mi tiempo es corto por que me encuentro indefenso, pero hoy será mi festín con tu carne y sangre.

- No, entiendo, no creo que sea de sabor tan dulce.

- El tesoro que llevas contigo será mi premio y mi armadura.

Legolas se recargaba en sus codos por que la pata del dragón se posicionaba temerariamente en el borde derecho de la carreta, si se apoyaba un poco mas podía voltearla sin intención y seguramente el bebé sufriría con la caída. El vientre se endureció como para protegerse, el bebé no se movía, tenía miedo de llamar la atención como si se tratara de un ser visible.

Los elfos rodeaban la carreta de un sólo lado, el dragón rugió nuevamente cuando notó que Figwit quería ir más allá del campo de vista del dragón.

- Si siguen moviéndose, te comeré de un bocado para después acabar con ellos. – advirtió el dragón a Legolas en voz alta y sonora, los elfos no dejaron de apuntar pero dejaron de moverse.

Figwit vaciló, Rúmil y Orophin trataban de buscar el lugar  donde las escamas del dragón se reblandecían para matarle de un certero tiro, pero desde lejos y cercano a la carreta era difícil averiguarlo, tenía que ser un único y profundo golpe para causarle daño, pero el dragón no perdía de vista a los elfos y sólo jugaba con ellos antes de rostizarlos, quería comer su tesoro pero el acompañarles con mas de la deliciosa carne élfica sería un bocado casi completo.

- Mis amigos y yo no llevamos tesoros valiosos para ofrecértelos.

- ¿Por qué querría más tesoros si el milagro que llevas contigo me dará el más esplendido? 

El dragón rugió con llamas una vez mas ahora muy cercano a los elfos, advirtiéndoles por ultima vez que cesaran su movimientos. Inmediatamente después volvió sus ojos entrecerrados al elfo blondo que tenía a vigilado.

La carreta cedió un poco ante el peso y una de las ruedas de madera trono haciendo a Legolas caer de espaldas, una mano le sirvió para aferrarse al borde de la carreta mientras con la otra cuidaba del vientre endurecido.

- Te pediría que me lo entregaras ahora mismo pero como no es posible tal empresa, me alimentare con ambos.

El dragón hablaba entre líneas, pero Legolas pudo advertir que su bebé estaba sentenciado a morir entre las fauces del dragón, quería luchar, pero su arco y flechas habían salido volando con todo lo demás, sus dagas también habían acompañado a todo lo que el techo de la carreta había destruido.

- Las palabras me sobran y desde hoy quiero ser conocido como Ferudran "¡El No Visible!"

Serima gritó al ver la quijada del dragón abrirse mientras se acercaba a Legolas, los elfos estallaron en una lluvia de flechas que caían cercas de Legolas, una se clavo en el paladar de la bestia, pero el dragón hizo caso omiso, ya habiendo elegido el tiempo de alimentarse no hacía caso a nada más.

Legolas cerró los ojos, apretó los labios y no dejo de pensar en Aragorn, no dejo de extrañarlo y fruncía al ceño decepcionado al saber que no sería capaz de conocer a su hijo, el futuro heredo al trono de Gondor no vería la luz de Anar para el siguiente invierno. Tal vez nunca debió salir de Minas Tirith, tal vez nunca debió dejar Mirkwood, tal vez nunca debió rendir su corazón a un mortal que le hiciera llorar como tantas noches le había hecho. Tal vez, así, nunca hubiera entablado lazos con él pequeño ser en su interior y no hubiera sido el tesoro de un dragón que anhelaba ser no visible.

Y ahora iba a morir siendo el bocado de un dragón que había esperado por él, morir sin decirle al maldito mortal que le seguía amando, sin ver a sus padres y… sin acunar al bebé en sus brazos, le había una dicho una noche hacia poco que era varoncito, que deseaba conocerle y que serían muy felices, y ahora no habría nada de eso.

Todo paso tan rápido que con sus ojos cerrados sólo sintió el calor del fuego pasar cerca de él y el fuerte rugido de dolor de una bestia frente de él. Alguien le tomó entre sus brazos arrastrándole fuera de la carreta y el humo de la carreta incendiada, le impedía ver con claridad.

Los elfos se había arremolinado frente a un Dragón herido en su región mas vulnerable, se encontraba moviendo la cabeza de un lado a otro, y escupiendo fuego a los elfos que había cercano a él, tres gritaban de dolor por que sus pieles ardían, por que sus ropas se encontraban en llamas por las lenguas del fuego que salían del hocico del dragón. Rúmil arrastraba a un elfo rubio alejándole del grupo, mientras los restantes usaban sus dagas largas para partir las filosas garras delanteras y perforar aun más donde la daga principal había herido al dragón.

Y con el ultimo aliento, con la fuerza que le daba la desesperación de ser vencido el dragón dio unos pasos hacia Legolas, quien sin saber como había llegado al suelo y se encontraba entre Serima y un elfo de Eryn Lasgalen, Ossmar salió al paso para enfrentarse a la bestia, esquivando su fuego y arremetiendo de un salto al otro ojo del dragón, cegándole de una vez, la sangre le cubrió el traje sintiendo arder el pecho.

Serima y el otro elfo ayudaron a Legolas a levantarse para quedar fuera del alcance del dragón ciego. Seguía rugiendo y escupiendo fuego mientras sus alas se movían para evitar que los elfos se acercaran más. Su cola amputada seguía agitándose golpeando el suelo haciéndole retumbar y temblar las piernas de los valientes elfos. El dragón ya no volaba desde que su cola había sido cercenada, y necesitaba de su tesoro para ser invisible e invencible. Si pudiera volar, no habría fuerza alguna que le detuviera pero ahora sólo necesitaba comer del milagro élfico para su defensa. Tendría que esperar mil años más para recobrar su cola por completo y poder volar como antes. Pero ahora no había más futuro y sentía poco a poco morir a manos de tontos y valientes elfos que supieron encontrar su punto débil.

Legolas seguía con su respiración agitada con las manos en su vientre que le dolía, el temor había sido el culpable de que el bebé no se moviera y esperaba no tener que pasar nuevamente por lo mismo, no resistiría perder a su bebé sin Aragorn a su lado, sin tener a Haldir para… ¡Haldir!

Ossmar fue ayudado por un elfo de Eryn Lasgalen mientras Serima ayudaba a erguirse a Legolas quien seguía sentado en el suelo, cercano a la piedra donde la mujer se refugio.

La luna había contribuido un poco en ese momento, podía ver a los elfos acabando con el dragón que respiraba ya con lentitud, ellos se mantenían perforando sus alas que destajaban con las dagas. Reconoció a  Orophin entre ellos,  y también a Rúmil, que se les reunió un poco después recuperando la daga de Legolas que había perforado la debilidad del dragón.

El mayor de los tres hermanos se apartó nuevamente para cerciorarse si aun los cinco elfos heridos serían capaces de reponerse; ya no había nada que hacer cuando tres habían sido incinerados, uno de ellos amputado de piernas y el otro… sería necesario empezar a buscar su cabeza.

Pero no estaba allí Haldir, el hermoso rostro de Legolas se entristeció al reconocer a los elfos fallecidos, elfos de Eryn Lasgalen, de Rivendel y uno de Lorien. Lloraría junto a sus familias por ellos, junto a sus corazones, pero no estaba allí Haldir.

- ¡Haldir! ¡Haldir! – exclamó Legolas tratando de ponerse en pie, pero Serima se lo impidi

- ¡No! ¡Déjame mujer! ¡Rúmil! - gritó Legolas desesperado y enfadado por no encontrar a su amigo - ¡Rúmil!

Serima no lo entendió, Rúmil no hizo caso por que volvió al lugar de donde había partido, se arrodilló ante un gran arbusto y Legolas con pasos lentos y temblorosos vio que Haldir se hallaba inconsciente tirado en el suelo y con pedazos de madera incrustados en su pecho. Había sangre y la vestimenta rasgada por el golpe.

- ¡Haldir! – gritó Legolas - Rúmil ¿Qué ha sucedido? ¡Por Elbereth, ¿Haldir está…? - dijo Legolas interrumpiéndose por que no podía articular palabra, era de noche y la sangre era una mancha oscura que revestía de un nuevo color la antigua túnica verde del Galadrim

- Acaba de perder el conocimiento… - dijo Rúmil sintiendo el latir del pecho de su hermano - Mi hermano es fuerte, pero yo aun no alcanzo a averiguar que tan profundas son las heridas, y si hay sangre de dragón que haya llegado hasta sus venas, para mañana mi hermano nos habrá abandonado.

Las palabras del elfo salían con dolor, Orophin aun no se enteraba y sabía que estaría furioso con Haldir por haber hecho algo tan arriesgado, los tres hermanos sólo se tenían a ellos mismos desde que sus  padres les dejaron, siempre muy unidos sufrían la tristeza de uno y reían con las alegrías de otro. Orophin el menor, era el mas voluble de carácter pero también el mas sensible de los tres.

Rúmil tomó a su hermano entre sus brazos y empezó a examinar las heridas, cuando le había encontrado arrastrándose, aun se encontraba consciente y furioso por el ataque del dragón. Preocupado por Legolas, tomó una de las dagas que habían caído junto con él, y sin ocuparse de sus heridas, se arrastró por los suelos debajo del dragón y la carreta, teniendo el suficiente tiempo como para encontrar su punto más débil y herirle. Haldir fue un héroe temerario, que pudo morir bajo el peso del dragón o de la carreta si llegaba a ceder ante el peso de la bestia alada. Rúmil había entendido eso de las pocas palabras de su hermano antes de desfallecer.

- Podremos llegar hasta Rohan ¿Podemos arreglar la carreta y llevarlo? ¿Podemos…? - preguntó Legolas preocupado

Figwit se acercó envuelto en polvo y sangre de dragón, había estado con Ossmar revisándolo pero sus heridas no parecían del todo graves, no a comparación del elfo de Lorien.

- ¡Figwit! Es necesario trasladar a los heridos graves a Edoras! Allí habrá algún curador lo suficientemente bueno para sanarle   -ordenó Legolas

- No llegara con vida para el medio día, Legolas – advirtió Rúmil meditabundo

Orophin escuchó estás palabras y palideció, no había visto a su hermano y cuando apenas empezaba a sentir el duelo por sus compañeros, su corazón se encogió al ver a Haldir en brazos de Rúmil, si arrodilló a su lado y en élfico empezó a llamarlo, siempre eran los tres, siempre estarían los tres, ¿Por qué Haldir se iba cuando así lo habían jurado?

A Legolas se le partió el corazón al ver a Orophin, por que sólo necesitaba de una explosión de palabras y llanto para deshacerse también en ellas. La mano de Legolas acariciaba a su pequeño, reconfortándolo, el abdomen ya no estaba duro pero inconscientemente el bebé transmitía preocupación.

Tuvo un momento para ver por la salud de sus elfos leales del Gran Bosque Verde, había muerte en su grupo, pero aun conservaban el ánimo suficiente de todo buen y leal soldado, ya su tarea estaba terminada y no quedaba ahora más que escoltar al príncipe hasta su ciudad. Sabían a  que se enfrentarían desde el inicio de su viaje, a una bestia alada que con simple soplido podía acabar con sus vidas, por eso habían sido llamados para evitar mas tristeza en los reinos a causa de la ferocidad del dragón.

Ossmar estaba herido junto con otro elfo, pero no eran tan graves su heridas que le pusieran en grave peligro, Legolas en persona ayudo a atenderles, y agradecía a cada uno de ellos el valor que pusieron en su empresa.

Los elfos dejaron de atacar al dragón que ya empezaba a despedir olores nauseabundos. La carreta fue reparada por que sin bien no contaba con el techo, lo demás no había sufrido mucho daño con las llamas. Rúmil le retiro la túnica para limpiarle las heridas, quitarle las astillas y tratar de sanarle. Aun había fuego ardiendo a su alrededor, las llamas del dragón habían alcanzado varios árboles de los alrededores, pero la humedad del ambiente, y lluvias recientes no permitieron que se esparciera tanto el fuego como se podría esperar en verano.

Las mantas de la carreta fueron cambiadas por que Serima aporto su almohada y la manta extra, los elfos donaron algunas suyas para proteger al Galadrim en su viaje. Figwit llevaría en la carreta a Haldir y sus hermanos para cuidarle hasta Edoras.

Cuando le subían a la carreta entre tres elfos cansados, el Galadrim parpadeo un poco al sentir que las manos le apretaban en los brazos y en las piernas.

- ¡Legolas! – exclamó el Galadrim tratando de erguirse

- Sssh, él está bien, no te preocupes, hermano - dijo Orophin acomodando desde su asiento al frente la cabeza de su hermano sobre el almohadón

- Legolas… - volvió a repetir, mientras le acomodaban entre mantas y algunos almohadones. – Legolas…

El Galadrim no estaría en paz hasta ver al elfo por quien había dado la vida.

- Haldir, aquí estoy, todo está bien, gracias buen amigo, a ti te debo mi vida. – dijo Legolas acercándose a la carreta por un lado y tomando la pálida mano del elfo herido

- Legolas… - dijo con voz quebradiza el elfo de Lorien

- Es hora de irnos – advirtió Figwit con las riendas de la carreta en mano, Orophin iba a su lado y Rúmil aun no subía a la carreta.

El hermano mayor del trío de Lorien, observaba como los dos elfos rubios se miraban uno al otro, uno con profundo cariño y agradecimiento y el otro con amor y respeto.

- Será mejor que subas Legolas, - indicó Rúmil - Haldir necesitara un apoyo en el camino

- Pero tu…

- Yo puedo estar mas tranquilo sabiendo que mi hermano está en buenas manos.

- Legolas… - repitió Haldir apretando levemente la mano de Legolas.

- Pero él necesita de sus hermanos, necesita de ambos…

- Llegaremos también mañana, llegaremos después de despedir a los bravos guerreros y  atender a los heridos. Llegare para ver la recuperación de mi hermano menor.

- Pero Serima, ella… - vaciló Legolas mirando a la joven mujer temblorosa tratando de colocar con firmeza el vendaje en la cabeza de un elfo de cabellos oscuros

- No temas por ella, es fuerte y aun con el dolor que hay en su corazón, supo enfrentar más adversidad, ella seguirá con nosotros hasta Edoras, no temas.

Sólo faltaban esas palabras para convencer por completo a Legolas de subir, dudaba por que no le correspondía estar al lado del Galadrim en ese difícil momento, pero también quería su pronta recuperación, como todos. Orophin sonrió a las optimistas palabras de Rúmil, Figwit volteo su cabeza para saber quien tomaría al fin su lugar.

- Rúmil… -dijo Legolas vacilando al tomar su lugar

- Además tu también necesitas ser atendido, seguramente el pequeño sufrió una fuerte impresión al igual que tu. Vayan. – dijo Rúmil dando un paso atrás - Ve Figwit y llévalos por buen camino.

Legolas se colocó a un lado de Haldir, dejando el suficiente espacio para que el Galadrim reposara sin soltar su mano.

La noche trascurría, entre sueños y vivezas, Haldir dormía y despertaba, la lucidez era mayor cuando parecía estar en sus últimos momentos.

- Vamos, Haldir resiste – dijo Legolas acariciando sus hermosos cabellos plateados

El movimiento de la carreta era rudo, pero sabía que no podía ser de otra manera, Orophin sentado al frente giraba su cabeza de vez en cuando para asegurarse de que su hermano siguiera respirando, hablando con Legolas palabras que no alcanzaba a entender por el movimiento, el viento pegando en su rostro y por que pasaban con tanta facilidad del lenguaje élfico a la lengua común que le revolvía la cabeza.

- Legolas… - murmuró Haldir al sentir la mano perderse entre sus finos cabellos - ¿Estás bien, como te sientes?

- Sí, estoy bien, gracias a ti – mintió el elfo de Lorien.

- ¿Y el bebé?

La criatura se hizo presente dando una patadita de solidaridad. Había estado tranquilo al principio, pero la voz aun suave y fresca del Galadrim causaba un efecto de alegría en él. El nieto del Gran Oropher había sentido el miedo natural de los mortales, pero poco a poco aun sin ver todavía la luz de Anar, estaba aprendiendo duramente lo que era la vida.

- Él está bien… y te agradece lo que has hecho, ansía conocer a su salvador.

- Creo que no tendré ese placer. – dijo Haldir sonriendo

- ¡No digas eso! – exclamó Legolas frunciendo el ceño. – Mi niño quiere saber de ti, creo que le agradas.

- ¿Niño?

- Sí, será un varón el regalo que los Valar me obsequian

Haldir sonrió y cerró los ojos, no esperaba que Legolas le diera la noticia por que esa revelación tan íntima sólo era primicia para los oídos del otro padre. Pero ahora que Aragorn estaba lejos, tal vez el elfo deseaba compartir su alegría y más con un moribundo como él.

- Es admirable lo que el vínculo entre padre e hijo puede lograr - dijo Haldir

Legolas con sumo cuidado paso su mano por debajo del cuello del Galadrim para sentirle entre sus brazos. Haldir no le impidió hacerlo por que disfruto de ese pequeño contacto.

- Nuevamente te doy las gracias, por salvarme a mi y todos los demás elfos de una muerte segura, Haldir amigo mío

- Si necesito morir para estar entre tus brazos como ahora, con gusto moriría una y mil veces, Legolas

Legolas cerró los ojos al escucharle hablar así, Haldir no tenía muchas esperanzas si alguien no le atendía con rapidez, si los ungüentos adecuados no eran aplicados, ellos habían hecho lo posible, atendiéndole con un poco de Athelas, pero sin las manos de alguien capaz de incrementar su efecto juratorio, poco podían hacer ellos mismos.

- ¿No sería posible que te mantuvieras vivo? Es difícil mantener una conversación si no es así - respondió Legolas bromeando para dar alegría al elfo

- Cualquiera que te escuchara, resucitaría al oír tu dulce voz, Legolas

- ¡Oh, Haldir si yo pudiera… - suspiró el príncipe al recordar su reciente pasado

- Lo sé Legolas… Lo sé…

Legolas le beso en la frente, acariciando sus cabellos con una mano mientras con la otra sentía los latidos de su cuello palpitar. Poco a poco los caminos fueron cambiando, de rocas a senderos, de bosques a llanuras desoladas, Haldir había caído en un sueño perturbador, que le hacían estremecer de frío en el abrazo de Legolas. Su respiración se entrecortaba por la sangre que pudo entrar en su torrente sanguíneo, tal vez la infección, tal vez el dolor de las quemaduras en su pecho, tal vez las estacas clavadas en su ser, tal vez…

- ¡Por Favor Haldir, resiste! – exclamó Legolas asiendo al elfo Galadrim entre sus brazos - ¡Resiste!

La carreta se detuvo repentinamente, alguien se había cruzado en su camino, cinco jinetes silenciosos llegaban del lado opuesto del camino a Edoras.

TBC…

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Hi! Por lo corto del fic, sorry, mmm… Ya me anda por que el bebé nazca, snif. Pero al fin ya saben que es el baby. ^_^ nombres y canciones depresivas y lindas, o alegres, que se utilizaran, bien recibidas.

Balrog of Althena.- A ti te andaba buscando, te enviare un mail para más noticias. Ya has visto lo que ha pasado;_; No suelo dejar los fics así, pero no  pude resistirme.

Akhasa.- Espero y pronto tener noticias de tu baby. ^_^

Kel.- Bueno, en cierto modo fue una pesadilla, snif. Al fin sabes al igual que el Galadrim lo que será si los Valar lo permite el baby.^_^ Ya puede el elfito empezar  tejer chambritas  en azul, jejeje… bueno, ahora falta Aragorn que lo sepa Y ah! Mil gracias por lo que dices, por lo de escribir y eso, pero no creo, snif, jejeje…

Lara_Eternal_Anjiru.- snif, creo que tu pobre drangoncito tuvo que morir por decisión unánime, mas bien mía, jeje… Y si Aragorn mata a Daguel, ¿Quién será el chico malo de la historia? Ô.ô., snif… Jeje.. El baby sigue en el horno.^_^ Mil besos, abrazos y apapachos al staff que tan valientemente te cuidan.

Kea_Langrey.- Siento mucho lo de tu review, suele suceder y dan ganas de hacer papilla la cosa esta del teclado... snif... Al menos así me pasa…

Nina.- No Legolas sigue tratando a Haldir como un amigo, y el Galadrim entiende el estado por el que pasa Legolas, las miradas dicen mucho entre ellos dos, snif…; _; Sipi, Aragorn sabrá cuando el bebé nazca, ya lo verás.

Daniela Bloom.- ¡No! Legolas no quiere mas que la amistad de Haldir, pero vacilaba por que tal vez el Galadrim podía interpretarlo de otra forma:-P Sigue pronto con tu fic, si?

Laurë_Alcalime.- Ya, ya mero, siento hacer el fic tan largo pero por mas que le quiero apresurar al nacimiento del bebé, pues me clavo en detalles, sorry. Y Daguel no desistirá tan fácilmente Ô.

Saori Makimashi..- Si! Algo de Chile tenía que aprender! Bakan, suena cool! ^_^ Mil gracias por tu apoyo, lo tendré presente aunque no me dejes reviewcito, no siempre se puede, lo sé..

Reiko Noriko.- Hola! Una vez preguntaste si los gemelos Elladan y Elrohir existían, (los hijos de Elrond y hermanitos de... Arwen) y pues si, existen en la Tierra Media, no sé si los utilizare para hacer algún twincest…jejeje Aun Haldir y Legolas no pueden estar "calientitos" pero si juntitos, jejeje

M@rina Morten$en.- Si! Mi pobre reyecito sufre, y espero y sufra más en adelante, jeje

Yersi Fardel.- Siento haber dejado el capítulo anterior así, pero no pude evitarlo:-P

Angad-666 .- Ah! Vi tu fic, y me encantó! Lo has puesto en slashfiction, y es bueno por que sino, te botaban de aquí me imagino. ^_^ ¿qué te ha hecho el pobre Haldir en su vida para que lo trates así? Snif… Pobre Haldir! (A quien sonaré?)

MelianWB.- He visto tu correo, y me gustaron mucho, nada mas está por saber quien canta y será más fácil encontrarles

Any.- Ya que mi pobre Haldir siempre lo he visto seriecito, como que no habla mucho, pero es taaaaan atractivo, y amable... y aaaaah! ¡Me derrito!

Free_my mind.- Esa palabra capullo, jejeje no sabes como me gusta el significado que le das, no por quesea bueno, nada mas por que es diferente por acá…jejeje… Y bueno, un dragón sin colita no es para morirse, pero creo que ahora si, murió por la patria, snif.

Lanthir.- Tiemblo contigo por que sé de lo que eres capaz,.. jejeje… OK, con Aurora creo que es un poquito mas fácil por que llevaba 10 capítulos nomás... Viste LXG? Podrías hacer un Nemo/Dorian Gray? Jejeje.. Sino, bueno, un Elrond/Legolas, que tal? Jejeje

LX La Liga Extraordinaria o algo así. Sobre Daguel, pues aun no sé como es posible que Arwen te agrade, pero igual, lo comprendo, yo no le he podio hacer mala, snif…

Vilnya.- Claro que me acuerdo de ti, si me escribiste sorry, cambié de mail, pero el de yahoo está vigente y es el primero que reviso, mil gracias por leer Besos!

Diane Greenleaf Malfoy.- ¿Haldir con Leggy? ¿A poco no hacen una pareja muy tierna? ^_^¿No merece el mortal mas sufrimiento por portarse mal con el elfito? :-P

¡Gracias! ^_^

**Escribí este capítulo antes del terrible suceso en España,  corazón está con ustedes y que deseo solamente que derraman lágrimas cuando se trate de un fic y no de la vida real, mas que por alegría. Mil besos desde México y todo mi cariño y apoyo.**