Título: Lágrimas

Clasificación: R, totalmente, AU (Alternate Universe) no todo lo que paso en los libros sucedió igual aquí. No hay Arwen, y Haldir no murió, gracias a los Valar.

Advertencia: Contiene SLASH es decir, relación hombre / hombre, mas bien hombre / elfo. Si no te gusta tal tipo de género, favor de buscar otro mas apropiado a tu gusto. MPREG totalmente, (Varón embarazado)  así que no te gusta, por favorcito, NO LO LEAS

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R. Tolkien y/o NewLine Cinema. Escrito sin fines de lucro, no ganaría nada ni pretendo ganarlo así que nada de demandas, por favor.

Todo lo de este capítulo hablado el élfico, para evita bla

30. Esperanzas

Elessar Telcontar, Rey y Señor de Gondor

Al recibir mis líneas, ruego a los altísimos por que el reino de Gondor prospere mucho tiempo bajo tu mano y no haya nube alguna que oscurezca su futuro.

Hace un par de meses inicie mi peregrinaje a las tierras de hombres, tomando un poco de tiempo y descanso en el reino élfico de Lothlorien y en Rohan. Mi sorpresa fue a los pocos días de salir de Edoras y desearles paz a los habitantes del lugar.

Un grupo de elfos heridos y preocupados por la salud de uno de ellos, cruzó sus pasos conmigo. Es necesario mencionar que entre ellos figuraba el príncipe consorte de Gondor, auxiliando a uno de los Galadrim que gustoso hubiera dado la vida por él así como los demás que componían su unidad

Te informo que se han perdido vidas durante el viaje por el ataque de una bestia halada que tenía su objetivo en Legolas, como generoso obsequio para aumentar sus habilidades. Por fortuna, no ha sufrido daño alguno, así como tampoco el fruto inocente que le acompaña.

Pronto dejaremos Edoras para terminar nuestra jornada de viaje en Eryn Lasgalen, donde me hospedare con consentimiento del Rey Thranduil, si es que aun considera que es necesaria mi presencia para el nacimiento de su nieto. Legolas no ha revelado mas detalles de la causa de su separación, ni yo se los he requerido, pero me he enterado de lo suficiente como para ponerme al tanto de la situación. Su ánimo es tal, que lo único que lo consuela en este momento, es la esperanza de tener a su bebé entre sus brazos.

Te recuerdo, o hago de tu conocimiento, que las fuerzas que necesita un hijo de los Eldar, en los momentos de nacimiento, la obtiene de su pareja, y no es posible tomar ese lugar por algún pariente o hermano. Es tu deber como esposo de Legolas estar a su lado en ese momento, pero debido a la premura del tiempo no sé como es posible que no hayas salido antes de Minas Tirith. Si ya los has hecho, ruego a los Valar, que el mensajero haya interceptado tu camino.

No juzgo en este momento tus acciones, por que de tus labios no he escuchado la versión, pero por ningún motivo es justificación para lo que Legolas está experimentando en este momento. Deseo que pronto se aclare este problema para beneficio de los tres involucrados, contando como participe al bebé, el más inocente de los involucrados. Tanto Legolas como tú, mi hijo adoptivo, tienen mi afecto y cariño, pero no obstante, no permitiré que cualquiera de los dos salga lastimado e incluso pueda morir de tristeza por la conducta del otro. No consiento en ningún momento ni bajo ninguna circunstancia la infidelidad en la unión de dos almas, eso es definitivo.

Tu vínculo con Legolas ha sido eliminado, por lo tanto estas libre de él, pero no él de ti, por lo mismo sufre con tu ausencia y más aun en estos momentos.

Te recuerdo que la ofensa que has hecho al hijo de Thranduil no será tomada con consideración alguna por el rey elfo de los Bosques, pero tratare de hacer lo posible por que las relaciones entre los reinos de Eryn Lasgalen y Gondor no sufran mella alguna, aunque no prometo que proseguirá la paz una vez que el rey elfo tenga conocimiento, ya que como sabes, tiene en mucho aprecio a sus tres hijos, y más aun por el más pequeño.

Me despido con estas líneas, inseguro de tu respuesta al momento, creo conocerte de cierto tiempo, y espero no llegué el día en que mi corazón sufra por ofrecerte mi casa en tiempos pasados. Mi estimación por ti es tal, que sufriría como padre al enterarme de una decepción de tu parte. Honro la valentía del Reino de los Hombres y no juzgo a nadie en este momento.

Aun ruego a los Valar, por que tu amor a Legolas no haya decaído tanto, que hagas caso omiso a mis comentarios, pero si es así, ruego disculpe mis palabras, y omitas de tu pensamiento las palabras que te he dirigido.

Sinceramente,

Elrond Peredhil, Señor de Imladris

Edoras

*~*~*~*~*~*~*~*~*

Mi señor y Rey, Elessar Telcontar

Gustoso estoy de hacerle participe de mi alegría. Mi señora y dueña, Eowyn ha dado a luz a un hermoso varón, que llevara el orgullo de mi sangre y estirpe, ostentando con sumo cariño el nombre de Elboron, hijo de Faramir.

Al recibir mi misiva, le ruego contar con una semana de plazo para ponerme a sus órdenes, su majestad, pido su permiso hasta entonces, ya que mi esposa aun reciente el dolor del parto.

Con alegría y respeto por mi señor,

Faramir, orgulloso padre de Elboron

Ithilien del Norte

*~*~*~*~*~*~*~*~*

Aragorn leyó las dos misivas con celeridad, pero tardo más en leer y releer la de Lord Elrond para comprender todo el contexto. Legolas había sufrido peligros y contrariedades durante su viaje, pudo haber muerto en el camino sino es que estaba bien acompañado por el grupo de elfos y de... Haldir. Le dolía pensarlo, pero lo más seguro que él era el elfo mal herido a quien auxiliaba su esposo y también, que gracias a él, su elfo estaba con vida, pero nada decían si el Galadrim estaba aun con él. Ahora pronto llegarían a Eryn Lasgalen sino es que ya se encontraban allí, y Thranduil tendría las razones suficientes para no permitirle ver de nuevo ni a Legolas ni a su bebé, aunque por este último no tendría que objetar su derecho como padre.

Las relaciones entre ambos habían sido cordiales, a pesar de la negativa del Rey elfo a su unión con su hijo en un principio, pero había acabado por aceptarla. Ahora no sabía que esperar ni como enfrentar una posible afrenta entre ambos reinos sino es también entre razas.

Debía salir de allí cuando antes, sin descanso alguno, sin detenerse solamente para lo estrictamente necesario. Elrond sólo hablaba de la tristeza de Legolas pero no daba mas detalles. Tenía que salir inmediatamente si es que deseaba alcanzar a compartir ese momento con su esposo. Debía estar allí.

*~*~*~*~*~*~*~*~*

Aldelass seguía mirando con curiosidad a su hermano que cabalgaba paso a paso junto a su padre que sonreía. Legolas embarazado. Sería para reír pero era una realidad, allí adentro llevaba un bebé listo para salir en cualquier momento. Su tercer sobrino. Lassel, príncipe heredero y felizmente casado con Tinwelyn, ya tenía dos hijos, una traviesa princesita y un pequeño de dos años. Se preguntaba como sería el tercero de sus sobrinos, todo un milagro.

Legolas sintió la mano de su padre en su brazo, estrechándole con cariño. Enjugaba sus lágrimas por que hacía tiempo que no le veía, y más por la ocasión que les había reunido. Sus hermanos iban cabalgando detrás y podía sentir las miradas en su espalda. Sabía que Lord Elrond también esperaba la hora de conversar con el rey, y que tarde o temprano su padre tendría que ser informado y debía afrontarlo. Aun le extrañaba que no hubiera preguntado por Aragorn, seguramente pensó que el rey llegaría después, y había dado a Legolas la oportunidad de que su heredero naciera en Mirkwood. Pero nada menciono el monarca. Tenía a ambos señores a su lado y suspiro, no deseaba más preocupaciones ahora que estaba en casa.

Thranduil orgulloso de la nueva era en sus dominios, llena de paz y armonía mostraba los cambios que poco a poco se manifestaban en el Bosque Verde.

La gente del Bosque Verde era más cordial que la de Lothlorien, quienes estaban llenos de misticismo y secretos, pero más reservada de costumbres a diferencia de Imladris. Cada reino élfico tenía su encanto, y a pesar de estar mucho tiempo bajo las sombras de Sauron, su gente no había perdido la alegría propia de un elfo.

Le recibieron con entusiasmo, sin miradas extrañas ni cuchicheos como en Edoras, se sentían orgullosos del milagro que habitaba ahora entre ellos y más por que un miembro de la casa de Thranduil era portador de él. Sonrisas, saludos y enhorabuena. El bebé se movía poco, tal vez curioso de todas esas voces que saludaban a su ada, voces élficas que le atraían mucho.

*~*~*~*~*~*~*~*~*

En el palacio del rey, en las cuevas frescas del Bosque Verde, se respiraba la vida a través de los árboles, la frescura de la mañana por cada pasillo que llevaba de una cueva a otra. Adornadas habitaciones, ligeras y espaciosas, presentadas a los recién llegados; para Lord Elrond pero Haldir también recibió una de las mejores. Serima se instaló con un poco de incertidumbre al conocer el modo en que vivían los elfos del Bosque Verde. Ossmar le había comentado lo hermoso que era vivir entre los árboles, pero nunca se imagino que sería en cuevas y la ausencia del elfo guerrero a su llegada le desanimo un poco. Tenía la sospecha que Ossmar vivía fuera del palacio en alguna cabaña con su familia, pero nada le había comentado al respecto.

Legolas entró a su habitación, limpia y fresca como la última vez que había salido de ella, y su cama con cabecera finamente labrada, con su manta azul que tan bien se sentía al tacto, con el cuadro de su madre colgando en una de las paredes. Todo estaba aun en su lugar como cuando le dejo. Sus ropas que usaba en su soltería, y que no tuvo tiempo de recoger, sus arcos aun guardados en sus estuches, su pequeña biblioteca particular con los mejores ejemplares que apasionaron sus días de infancia. Su primer arco colgando orgulloso cercano al orificio en tierra a modo de ventana, su pequeña tortuga rellena que su madre había confeccionado para él en sus primeros días. Tantas cosas, tantos sentimientos, creyó nunca verle de nuevo y las lágrimas asomaron a su rostro, cerró la puerta y se echó en la cama sintiendo paz verdaderamente en su corazón, acariciando su vientre con dulzura. Ya no era el elfo inocente que había salido de allí, ya no era el elfo guerrero y valiente que se aventuro con ocho extraños en la tarea más peligrosa  de su vida. Todo había cambiado y ahora regresaba acompañado por la criatura de sus sueños. Su bebé.

Y el día llegó en que Lord Elrond y Thranduil hablaron. Sólo tenían un día allí y Thranduil mostró su furia por cierto rey humano. Lassel también estaba presente como príncipe heredero, debía permanece al tanto de lo que acontecía en su reino, y también frunció el ceño al escuchar las palabras del Señor de Imladris..

Observaba el rostro de su padre mientras se ponía de pie, el salón contenía la cólera del rey del Bosque Verde y Elrond sentía la tensión. Trataba de calmarle, si debía hablar con Legolas lo mejor era no hacerle sentir temor ni represalias hacia el que sin duda era el padre de su nieto.

Legolas fue llamado y habló a su padre con sinceridad, omitiendo detalles que pudieran ser más ofensivos a su rey y a su hermano mayor. Si conocían el caso, ¿por qué dar más señas?

- ¿Y no has limpiado nuestro nombre con su sangre? ¿Con ninguna de los dos? – preguntó Thranduil, desde su trono intimidando a su hijo con su mirada de oro.

- No padre, no he sido capaz – respondió el príncipe de pie y erguido ante su padre y señor

- Entonces yo, por el orgullo de nuestra familia, me encargaré de hacerlo. No tenemos por que soportar ser tratados de semejante manera.

- ¡Pero señor! – exclamó Legolas dirigiéndose a su majestad – No deseo que por mi causa se inicie acciones hostiles contra Gondor, la población no tiene culpa de los actos del rey.

- Eso debió pensar Elessar primero, ¿Cómo pudo atreverse a portarse de manera tan vil?

- ¡Adar! – exclamó Legolas cerrando los puños

- El rey tiene derecho de expresar su enojo, pero el momento debe aplazarse. Piense su majestad en las consecuencias para su pueblo, para sus nietos y herederos.

Thranduil valoró las palabras de Elrond, quien hablaba con cordura y certeza, pero no quedaría allí el honor manchado de su hijo.

- Aprecio tus palabras Elrond, pero mi furia no cesara con el nacimiento de mi nieto. Elessar ha traído desdicha hacia mi hijo y no lo toleraré. Siento que tengas que escuchar mis duras palabras hacia el que fuera tu hijo adoptivo, pero no puedo menos que sentirme ofendido en esta ocasión.

- Ada, por favor, - interrumpió Legolas atrayendo la mirada de ambos - te suplico que no des por terminadas las relaciones entre Gondor y el Bosque Verde, aun llevo el hijo de Elessar en mi, y tiene derecho, sino a verme entonces a ver por él, sino es por mí, piensa en el bebé. No deseo que mi hijo sufra por hechos lamentables por su causa.

A pesar del dolor en su pecho, de la agonía que sentía su hijo, Thranduil tuvo que aceptar que Elessar era el padre, que tenía todo el derecho de ver a su heredero, pero no dejaría que viera Legolas, no para volverle a lastimar. Cedió temporalmente a la idea de terminar las relaciones con el reino de los Hombres.

- Nuevamente hablaremos cuando el pequeño haya nacido. Recapitularemos los acuerdos entre ambas partes. – terminó el rey cruzando sus brazos e inclinándose ligeramente ante Elrond

- Muy bien dicho, sabio señor y rey Thranduil.

Lord Elrond se inclinó también, agradecido de la hospitalidad del Rey y asombrado de que su presencia no le molestara, después de todo, él había criado desde la niñez a Estel. Thranduil conocía el amor que como padre Elrond tenía al mortal, pero sabía que no podía dejar de ser lamentable que el humano se comportara de semejante manera. Aun así, agradecía que Legolas fuera asistido en su parto por el mejor curador de toda Arda.

Thranduil calmo su enfado, por el bien de Legolas sólo debía concentrarse en él y el bebé en ese momento, sería difícil para su hijo, si no contaba con el apoyo y respaldo de su familia.

El príncipe sintió la mano de su padre sobre su hombro antes de salir, y la mirada de duda y confusión de Elrond. Sólo quedaron Lassel y él.

- Te quiero hermanito, por que sólo tú puedes hacer la vida de nuestro padre más interesante.

- Lassel, no es motivo de burla. – contestó "Tithen Lasgalen" ofendido

- ¡Pero si te tenemos aquí! – exclamó Lassel abriendo sus brazos a su hermano mientras se acercaba con sonrisa en los labios – Si has vuelto a nosotros y a pesar de la situación, nuestro padre no podría estar mas feliz.

Abrazo a Legolas por los hombros y le dio un beso en la mejilla, como acostumbraba de pequeños.

- ¡Ai, Legolas! Aquí hay dos pequeños elfos que desean hablar contigo, quieren saber de orcos, oliphantes y Trolls de las cuevas

- ¡Ah! Hermano, es lo que todo héroe debe de sufrir con sus admiradores.

Legolas no estaba de ánimo después de la reunión, pero al ver a los dos pequeños elfitos, de ojos grandes y mirada inocente mirarle con ilusión, no dejo de enternecerle.

- Bien, pero busquemos al Señor Haldir, que el también tuvo parte en la batalla.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Los siguientes días, eran difíciles para todos, Serima trataba de acostumbrarse a la comida élfica, rica en sabores y texturas sin duda, pero carente de especias y algún picante. Ossmar la visitaba con regularidad, mostrándole los bosques cercanos pero nunca invitándola a conocer el lugar donde vivía. Ella sonreía mientras le acompañaba. Ansiaba escribir unas líneas a Daguel, para decirle de su locación, de saber algo de él, si era feliz, si estaba comiendo como debía, si había llegado a encontrar a alguien que le supiera corresponder. Pero no podía, no cuando sabía de otras fuentes que Thranduil vería con malos ojos la correspondencia a ese reino. Entonces Serima, cansada de tanto descanso y paseo, decidió aprender cocina élfica y ayudar a su señor elfo como lo había prometido.

Haldir hablaba con Legolas y durante una hora al día le acompañaba junto con sus hermanos a caminar, a descubrir para el Galadrim los sitios que frecuentaba en su infancia, las mazmorras de los prisioneros vacías, las mismas que ocuparon  los enanos en su cautiverio. Mostró además donde había sido el lugar del escape de Gollum.

Rápido paso el mes de espera, entre el amor de su familia, el encuentro con sus sobrinos, Mellina  e Meshil, de cabellos castaños y claros como sus padres. A Mellina le daba curiosidad, como a todos los niños, de saber como había llegado ese pequeño allí adentro, Legolas tuvo que usar todo su ingenio para no perturbar su inocente corazón. Meshil sólo llegaba corriendo entre pasos aun torpes para tocar la pancita de Legolas con timidez y salir corriendo sin decir nada, escuchando sólo su risita por donde quiera que pasara.

El elfo de Lorien caminaba pensativo junto con el grupo, donde antes había oscuridad hoy poco a poco el verde sobresalía aun en invierno, no era un panorama muy alentador el que tenían frente a sí, las sombras de Sauron tenían poco de haberse retirado, y no era seguro alejarse mucho más de trescientos pasos, pero era lo suficiente para un príncipe cansado de las frías murallas de los Hombres.

Y seguían recorriendo las veredas de su niñez, sus recuerdos inocentes, tenía el sabor de Loslin aun en los labios, el dulce que Serima había preparado en su primera lección le sentó muy bien para saborear al atardecer. El Galadrim como siempre le observaba, vigilando sus movimientos, acallando sus deseos de mostrarle sus sentimientos, no era el momento ni el lugar, tal vez en un futuro, después del nacimiento, después de su nueva realidad podría hablar con él y tener alguna oportunidad. Algún día.

- Haldir, no deseo que tengas problemas en Lorien por estar aquí conmigo – habló Legolas con sinceridad

Haldir sonri

- No habrá ninguno, mi señora Galadriel sabe perfectamente que mi situación aquí constituye una tarea en la cual me complazco realizar

Legolas se ruborizo y bajo su mirada, con sus manos sobre su vientre abultado agregó:

- Debería de alegrarme de tener un amigo como tú, agradecer cada instante por la bendición de tenerte a mi lado en estos momentos.

- Sabes lo mucho que te estimo, nada me haría mas dichoso que verte feliz.

- Pero has pasado por tantos problemas, resultado herido por mi causa, enfrentado a golpes con un rey, y…

El príncipe estuvo a punto de mencionar a Éomer, pero Haldir nunca le había dicho ninguna palabra de él, pero al ver la mirada en su partida supuso que Haldir lo rechazo. Era muy triste saber que podía ser por su culpa, si Haldir no encontraba las atenciones de Éomer tentadoras, o si no aceptaba su cariño por su causa, le remordía de alguna forma la conciencia, por que en ese aspecto no podía ayudar a su amigo.

Sintió la mano en su hombro derecho deteniendo su camino y la voz de Haldir acercándose por la espalda.

- Deja ya de pensar tanto en mí, que aunque no deja de halagarme  - declaró Haldir con una ligera sonrisa – ahora debes de pensar solamente en tu hijo.

Legolas le imitó poniendo su mano derecha en el hombro de Haldir para responderle con un ligero apretón y sonrisa.

Mellina y Meshil corrían junto a ellos, había pasado ya el mes desde que su tío había llegado, y le tomaron cariño con rapidez, también el serio señor Galadrim había sido objeto de curiosidad, en toda su corta vida no habían tenido oportunidad de conocer a gente fuera de su reino, y con la llegada de Lord Elrond, un importantísimo señor elfo que no era muy divertido, Haldir era la mejor opción para conocer de su boca que había mas allá de sus fronteras. Y el Galadrim había sido paciente con los pequeños, delante de Lassel  relataba con sencillez pero lleno de detalles y emociones, como se elevaban los grandes bosques de Lothlórien, su belleza y misticismo, que atraían como cuento de hadas a los pequeños escuchas.

Lassel y Aldelas les acompañaban un poco mas atrás, cuidando de su hermano y de los pequeños. Legolas sonreía mientras sus pasos poco a poco le acercaban nuevamente a la entrada principal del palacio, observaba como minutos después Haldir lidiaba con unos pequeños llenos de preguntas de todo tipo y clase. ¿Qué tan altos eran los árboles? ¿Cuánta gente había? ¿Había llegado alguna vez a los puertos? ¿Tenía niños? ¿Esposa? ¿Algún poder desconocido del cual un niño pudiera temer?

Lassel, el de ojos verdes y grandes, de cabello rubio y liso, con facciones serias y frunciendo el ceño, se preguntaba como es que un gran guerrero Galadrim podía lidiar una de batalla contra sus hijos y salir victorioso. Aldelas sin embargo, había  captado una o dos veces la mirada de Haldir pendiente de Legolas, no era el tipo de mirada que se dirigía a un amigo, estaba llena de cariño y algo mas profundo, ¿sería tal vez amor? Repentinamente los ojos azules de Aldelas se tornaron hacia Legolas, tenía una mano en su vientre y el rostro afligido.

- ¡Yaaaag! – gruño Legolas cerrando sus ojos y apretando sus dientes para no gritar mas fuerte.

- ¡Legolas! ¿Estás bien? ¿Es el bebé? – preguntó Lassel tomando a su hermano de un brazo, observándole respirar profundamente antes de responder

- Creo que... llegó el momento. – sonrió un Legolas tembloroso

Lassel ordenó a los pequeños buscar a su abuelo e hizo seña a su hermano para que le ayudara con el otro brazo. Legolas se resistía a esta clase de ayuda, sólo había sido un aviso y podía aun caminar erguido.

Haldir mostraba preocupación, por que los hermanos de Legolas le acaparaban y le dejaban de lado, sin pedir su ayuda ni apoyo. No sabía que lugar tomar ante tal situación.

- Aldelas, iré en busca de Lord Elrond, tal vez estén en el despacho de mi padre, lleva a Legolas a su habitación.

Aldelas asintió, sin soltar a Legolas del brazo, este volvió el rostro para ver a Haldir paralizado.

- ¿No me acompañaras amigo? – preguntó Legolas con una sonrisa

Haldir reaccionó, Legolas no debía de estar de pie, si en verdad el bebé ya llegaba necesitaba estar en reposo, había muchas escaleras por las cuales subir, pasillos que recorrer antes de llegar a su habitación.

- No deberías de caminar

Sorpresivamente Haldir le tomó entre sus brazos para sorpresa de Legolas y de su hermano, quien no creía el atrevimiento del elfo de Lorien.

- ¡Haldir! ¡Bájame! Puedo caminar – objetó Legolas con disgusto

- No discutas

- ¡Pero Haldir mi gente, mi reino... mi dignidad! – insistió el príncipe ruborizado por sentir los fuertes brazos del Galadrim tomándole con resolución

- ¡TU hijo!

Quien pudiera hablarle así a Legolas y no obtener un golpe en respuesta merecía respeto, aun asombrado Aldelas siguió a los dos. Debía de ser muy amigo de su hermano para tomarse el atrevimiento de tomarle así.

Le colocó con cuidado en su cama, y Aldelas le acomodo los almohadones, pocos segundos después llegaba, Thranduil, Lord Elrond, su ayudante y la curadora del reino, detrás de ellos, Lassel y los pequeños temerosos.

Tanta gente al pendiente de él, le consternaban.

- ¿Dolores? ¿en que región? – preguntó Lord Elrond seriamente, poniendo sus manos encima del abdomen del príncipe

- Fue... fue uno solo, como si se encajaran mil dagas... aquí. – dijo Legolas mostrándole un lado de su abdomen.

- Bien, sólo hace falta uno solo para iniciar la reacción. Amdum, aun faltan dos días, pero conviene que todo lo necesario para la cirugía esté preparado. – declaró Lord Elrond a su ayudante, quien le saludó antes de retirarse. Agregó después para Lara la curadora – Legolas necesitara algo para calmar su dolor, que le mantenga despierto, pero no sufra, necesitare tu ayuda.

Lord Elrond salió acompañado de la dama elfa de cabellos largos y oscuros, revestida en morado revelando la seriedad de su rango. Thranduil se sentó al lado de Legolas, en la misma cama, mostrando un cariño que a ninguno de sus hijos había enseñado alguna vez.

Los hermanos de Legolas estaban también allí y los niños seguían en la puerta, temerosos de que con su entrada al pequeño bebé se le antojara salir por alguna parte, Legolas no les había explicado bien como la criatura llegaría al mundo, pero imaginaban que tendría mucha sangre, vísceras y otras cosas repugnantes. Haldir se inclinó con respeto para dejar la habitación pero la voz del rey le detuvo.

- Tú has sido quien ha salvado la vida de mi hijo, de mi nieto y la mía misma al devolverme con bien al más pequeño de mis hijos. ¿Te molestaría si te pidiera permanecieras junto a él una vez más?

Haldir palideció por la solicitud que el mismo rey le hacia. Tenía la mirada de los cuatro puesta en él, pero la de Legolas fue la que más le solicito su presencia con esos ojos azules que le derretían el corazón cada vez que los miraba. Asintió.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Varias horas después, cuando el día había llegado a su fin, las lámparas iluminaban con luz amarilla y temblorosa la habitación. Legolas se agitaba entre las blancas sábanas entre quejidos de dolor. Haldir a su lado le apretaba la mano con cariño infundiéndole ánimos para soportar el trance por el que pasaba.

El vientre abultado del elfo se agitaba debajo de las mantas, subiendo y bajando, al compás de los gemidos reprimidos de su padre.

- ¿Cuánto más tendré que soportar, Haldir? – preguntó Legolas tomando aire, el dolor había cesado

- Lord Elrond dice que el dolor debe de ser mas frecuente, las contracciones menos espaciosas en tiempo. Entonces podrán ayudarte con un tranquilizante.

- Quiere decir… - dijo Legolas tratando de esbozar una sonrisa – ¿Qué debo casi morir para estar seguros que es tiempo? ¿Reventar por el ombligo para decir que mi hijo está por nacer?

- Así es, así que por favor se tan amable de avisarme cuando la voz de Mandos te de la bienvenida a su reino – respondió Haldir sonriendo nerviosamente

- Estoy seguro que por mis gritos sabrás que ha llegado el momento

Legolas volvió a cerrar los ojos, una nueva contracción y él estrujaba la mano del Galadrim fuertemente, apretó sus dientes por que el dolor era insoportable.

- No sé como es posible… - observó Legolas respirando con dificultad - no sé como las mujeres elfas pueden soportarlo…

- Simplemente sus cuerpos están hechos para eso…

- Sí… eso debe de ser…

El príncipe de Mirkwood palidecía, venía una nueva contracción y le parecían las suficientes señales como para que sacaran al pequeño de allí. Haldir estaba nervioso, como si se tratara de su propio hijo y fuera su pareja quien pasara por todo el dolor del alumbramiento, tomaba la mano de Legolas entre las dos suyas y de cuando en cuando retiraba las hebras doradas de su rostro.

El miedo se estaba apoderando de Legolas, la incertidumbre que le otorgaba el cansancio, era demasiado el dolor, mas que mil flechas apuntando en todas las direcciones de su cuerpo crecido, el pequeño se movía demasiado, apuntando al sur de su cuerpo en busca de una salida, pero no la había y tenían que abrirle paso con cirugía. Seguía quejándose Legolas sin darse cuenta que dos siluetas entraban en la habitación, para que sólo una de ellas, la mas esbelta, saliera en busca de más toallas, agua limpia y mantas para el bebé.

Los gemidos de dolor no podían reprimirse por mas tiempo y Haldir palidecía con cada apretón que Legolas daba a su mano, mientras la otra se aferraba a las mantas que le cubrían haciendo que sus manos temblaran de tanto que apretaba con fuerza.

- Haldir… - dijo Legolas aspirando largamente por aire.

- Aquí estoy Legolas… resiste un poco que Lord Elrond viene en camino

- Debe de venir en sus rodillas… - dijo Legolas sonriendo débilmente – ya tardo mucho… Haldir

- Dime… - respondió presto Haldir acariciando su frente tratando de confortarle

- Yo… yo estoy muy cansado amigo…

- Legolas, pronto pasara, es cuestión de tiempo…

- Haldir… no… si yo… si yo llego a morir…

- ¡No digas eso! ¡Ni si quiera lo pienses!

Legolas sonrió pero no duró mucha la luz en su rostro, volvía a atacarle el dolor y su rostro palidecía a la vez que adquiría un leve color rojizo, las lágrimas empezaban a salir por la impotencia de vencer semejantes ataques.

- Haldir… si yo muero…

- No, Legolas, no…

- Si yo muero… quiero que el pequeño… quiero que mi bebé este con… Aragorn…

- No digas eso, tu ya lo verás… tu tomaras esa decisión…

- El sería un buen padre… estoy seguro… Haldir – sonrió Legolas

Haldir empezaba a palidecer aun más, no le gustaba ese tipo de confesiones, no le gustaban las despedidas por que siempre fueron terribles para él, su madre cuando joven ¿y ahora Legolas? No, no era posible…

- Haldir, por favor… prométeme que harás lo imposible por que él lo tenga en sus brazos…

- Legolas… no me pidas eso…

- Sé que puedo confiar en ti… no podría pedírselo a mi padre… ni a mis hermanos…

- Legolas….

Un nuevo grito, un nuevo gemido de dolor y más cansancio para su cuerpo. La lágrima que derramaba Haldir no llegó a brillar durante mucho tiempo.

- Ellos no entenderían… Haldir… - dijo Legolas jadeando un poco, apretando su puño con miedo – He escrito unas cartas… unas líneas… ellos entenderán…

Legolas miraba a su mesita de noche, indicándole el lugar donde debía de buscar.

- No Legolas, no me pidas ser mensajero… no me angusties por favor…

- Yo… - dijo Legolas sonrojándose un poco inocentemente – yo también le he escrito a él… Yo…

- Por favor… no sigas…

- Cuando le lleven al pequeño, tú o quien sea… a mi hijo… Dale mis líneas… yo…

Las lágrimas entorpecieron las palabras del elfo preñado, Haldir ya no las ocultaba.

- Yo le digo muchas cosas… que… aun lo amo… Creo que él… alguna vez… me amo…

- Legolas… no, por favor…

- Siempre pensé… que estaría conmigo… - agregó Legolas mientras mas lágrimas brotaban de sus límpidos ojos azules

Una sombra se perdía entre los muebles

- Yo quería… - dijo Legolas aspirando con dificultad – yo quería que estuviera aquí… pero… no se pudo… Haldir…

Más dolor y una doncella elfa entro con varios instrumentos para salir con premura.

- Haldir… prométeme que le llevaran a mi bebé…

- No, no… tu mismo, ¡tu sabrás que hacer!

- ¡Promételo!

- No, no es necesario… tu….

- ¡Haldir! – exclamó Legolas apretando con mas fuerza el puño de Haldir - ¡Promételo!

- Lo prometo – acabo diciendo el Galadrim bajando su cabeza derrotado

Legolas volvió a ser presa del dolor, Lord Elrond entró en ese momento acompañado de su ayudante y Lara, para verificar nuevamente el cuerpo de Legolas en busca de señas.

- ¡Me duele! Por favor… Lord Elrond… me duele… - dijo Legolas entre sollozos

- Resiste Legolas, tomara unos momentos… Pronto pasara… resiste por favor…

Las sábanas y almohadones le impedían voltear a su izquierda, ver el rostro de un mortal que le miraba con desesperación, que miraba como Haldir le acariciaba la frente, como le animaba cuando él era quien debería ocupar ese lugar.

- ¡Ah! Por favor… por favor… - gemía Legolas desesperado.

- Pronto Legolas, pronto… - dijo Lord Elrond lavando sus manos mientras descubrían el abdomen abultado del elfo y le limpiaban con alcohol – Toma Haldir cubre su pecho, no deseo que se levante ni nos observe

- ¿Será necesario atarle? – preguntó Haldir observando como la otra mano de Legolas se aferraba a las mantas

- ¡No! Por favor… ¡YA!…. – gritó Legolas suplicante

Una doncella le ató la mano izquierda que no dejaba de aferrarse a las mantas mientras Haldir hacia lo mismo con la derecha. El dolor se hacia mas agudo y los gritos de Legolas subían de tono, lloraba y no le importaba, era insoportable y tenía miedo, miedo de no ver a su retoño, de no conocerle antes de partir, de no saber su apariencia, de irse sin despedirse.

Las lágrimas se agolpaban y resbalaban por sus pálidas mejillas, el pequeño buscaba salida y si tenía que desgarrar la piel de su padre seguro y lo hacía, su padre se quejaba y gemía con desesperación.

- Aragorn… - dijo entre sollozos con temor

Y él le escuchó y dio un paso al frente petrificándose por la mirada de Lord Elrond. Haldir no hizo movimiento alguno, su corazón se angustiaba por el dolor de Legolas.

- ¡Oh! Aragorn… - suplico una vez mas Legolas cerrando sus ojos y apretando sus puños tratando de liberar sus amarres – Me duele…

Contuvo un quejido nuevamente, y sus gemidos se mezclaban con sollozos

- Tranquilo Legolas… pronto pasara todo… - dijo Haldir acariciando su frente y mejillas, desvaneciendo esas lágrimas que le quemaban el corazón de impotencia

- Haldir… cuídate mucho… Te quiero… - declaró Legolas apretando con cariño la mano de su amigo

- Legolas…

- Toma Haldir, pon esto en su boca y nariz, le ayudara a resistir el dolor adormeciéndole –observó Lord Elrond mientras Lara pasaba el paño al Galadrim – debemos de esperar y es en lo único que por el momento podemos ayudarle

Haldir obedeció, cubrió nariz y boca con el paño humedecido, a lo cual el príncipe aspiro con rapidez el embriagante aroma. Legolas se retorció una vez más cuando le descubrían el vientre. Tenía miedo, la pena le embargaba y podía escuchar como su ser se rompía por dentro pedazo a pedazo.

- Aragorn… amor… - susurró Legolas

Aragorn quería abrazarle, estar a su lado y decirle que le escuchaba y le amaba, que estaría allí siempre a su lado y nunca le dejaría, ni a él ni a su bebé.

- Aragorn…

- Legolas… - murmuró el soberano de Gondor entre las sombras, escondiendo sus lágrimas.

El rostro de Legolas se iluminó, pudo escucharle, podía jurar que estaba allí pero no le veía, todo era una ilusión.

- No me dejes… Aragorn

La mano izquierda del elfo se abría y cerraba buscando una respuesta, buscando la mano de su amado.

- Mi Legolas… mi elfo

Aragorn tomó su mano y justo en ese momento Legolas perdió la conciencia.

TBC…

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Mil disculpas, no pude hacer que el bebé naciera, ya tenía catorce hojas pero era imposible en un capítulo para todo lo que tengo pensado. En el siguiente y seguro nacerá.

Balrog of Althena.- En honor a ti le he puesto Elboron al hijo de Faramir, por que no sé en realidad si así llega a llamarse, pero suponiendo que sea cierto, lo he llamado como se debe. ^_^ Snif. ¿Por qué me has dado los nombres hasta ahora? Snif…^_^ ¡Mil gracias por tu voto!

Akhasa.- Besos para ti y el baby. Gracias por tu voto Espero pronto Baby Shower. ^_^

Nina.-Thranduil hablará seriamente en el próximo capítulo. De hecho está ya escrito pero o le agregue. Snif… Falto tu voto…;_;

Lara_Eternal_Anjiru.- Ah! Bien, no he podido incluirte como hermana de Legolas por que tenía pensado dos hermanos varones, te he puesto como una fría y buena curadora del bosque, pero ya cambiara al tener al bebé en sus manos. ^_^ De los nombres, hay una diferencia, que Aurëlass es Aure – sunlight / Lasse – hoja,  le traduje mal, sorry."  :-P ¡Mil besos y gracias por tu voto y apoyo!

Saori-Makimashi_Shinomori.- Ya faltan siete días para tu cumpleaños y seguimos contando. ¡Mil besos! Y a seguir divirtiéndose ^_^

Daniela-Bloom.- Como dije, puse tu nombre con apellido por que así lo dejaste en el review ^_^ ¡Gracias por el voto!

Kel.- ¡Aaaaw! Mil disculpas por que el baby no llegó, pero ya va, a la otra y seguro. ^_^ Mil gracias por tu voto, y mas por tus reviews, eres una fuente total de inspiración así como las demás. ¿Hacer un fic feliz de ellos dos? Ô.ô ¡Si este es un fic feliz! ;_; jejeje... No te creas, haré uno, de hecho ya me falta terminarlo, es la boda,.algo sencillo.

Angad666.- Sorry por la espada, resalto mucho. Si aun sigo esperando la segunda parte de tu slash Aragorn/Legolas ^_^ ¡Mil besos y gracias por votar!

Laurë_Alcalime.- Sí, a mi me gustó lo de la hojita, es muy tierno. Mil besos, gracias por el voto y por tus comentarios a este fic.

MelianWB.- Ah! Nuevas disculpas, es que todo tenía que encajar pero ya verán al baby en el siguiente capítulo, y espero que con nombre también.

Lanthir.- Galadriel sólo vio lo que había en el corazón del elfo por ese momento, no podía saber lo demás. Intenté nuevamente acceder a tu página, no veo mas que la barra derecha pero ninguna de las opciones para elegir, y sí podía verlas, snif.;_;

PrinceLegolas.- ¿Nuevo fic? Ô.ô ¿cómo es que no sabía de eso? Espero y publiques pronto. Mil besos y gracias por el voto.

Bishoujo_Hentai.- :-P Sería bueno lo de los dos nombres, no lo había pensado. Me acordaba de enviarte el fic al finalizar, y me encuentro con la grata sorpresa. No podría decirte cuanto mas falta, por que soy mala en los cálculos, pero es poco, menos de 5 capítulos tal vez. Besos y agradezco el voto ^_^

Diane_Greenleaf_Malfoy.- Gracias por tu comentario. Espero que Haldir encuentre felicidad, tal vez no en el siguiente capítulo pero… oh, sorpresas que depara el destino.^-^

Iona.- Si Daguel no deja de pensar en el rey, snif. Pobre. Thranduil aun no habla con el mortal, pero ¡aaah! Eso ya está preparado. Besos

Undamiel.- Gracias por el voto, y como ves, Aragorn ya recibió sus noticias. ^_^

Free_My_mind.- Si, me gusta pensar que la familia de Legolas es muy agradable tal como Leggy  :-P Votaste y me alegró mucho.

Ezraer.- Muy feliz estoy por que votes, mil besos.

Ahora trataré de no matar a ningún hermano de Legolas, ya lo hice dos veces y no resulta nada bueno. Snif por Altadil y Gladel. Snif. Al momento ya hay un posible ganador, con ventaja de dos puntos, al 12 de abril ya habrá decisión.