Título: Lágrimas
Autor: Vania Hepskins (vaniah2000@yahoo.com)
Clasificación: R, totalmente, AU (Alternate Universe) no todo lo que paso en los libros sucedió igual aquí. No hay Arwen, y Haldir no murió, gracias a los Valar. MPREG totalmente, (Varón embarazado) así que no te gusta, por favorcito, NO LO LEAS
Advertencia: Contiene SLASH es decir, relación hombre / hombre, mas bien hombre / elfo. Si no te gusta tal tipo de género, favor de buscar otro mas apropiado a tu gusto.
bla, bla Hablado en élfico
Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R. Tolkien y/o NewLine Cinema. Escrito sin fines de lucro, no ganaría nada ni pretendo ganarlo así que nada de demandas por favor.
32. El perdón
Alrededor se escuchaban murmullos, voces élficas hablando, todo tan confuso, tan lejano, y sentía el cuerpo arder, como si le hubieran tostando sobre brazas. Alguien le había dado una seria paliza y no sabía cuando le había recibido.
Sentía la cabeza pesada y nada de fuerzas para levantarle. Parpadeo un poco, su garganta le irritaba y había personas a su alrededor hablando aun. Cuando pudo enfocar su mirada todo era borroso pero de un color claro, sí, el techo de su habitación. Volvió con lentitud su cabeza a un lado y una sombra se hizo más grande.
- ¡Ha despertado! – exclamó en élfico la voz de una dama
- Ara… goon… - raspeó Legolas, mareado aun por la mezcla de anestesia y hierbas tranquilizantes.
- Aquí estoy, Legolas – respondió una nueva sombra presentándose a su derecha
Legolas sintió que alguien le tomaba su mano y la barba raspándola segundos después.
- ¿Bebé?
- Él está bien, muy bien, amor ¿Cómo te sientes?
- Muerto… - respondió Legolas tratando de sonreír.
Aragorn sonrió y le beso en la frente. Luego tomo su cabeza y le dio a beber un poco de jugo de manzana
- ¿Bebé? – volvió a pregunta Legolas adormecido
- ¿Quieres verlo?
- Sí…
Lara trajo al bebé, recién le había dado Serima de comer y entre las dos peleaban por la oportunidad de tenerlo en sus brazos, pero tenían que ceder cuando el padre o el abuelo reclamaban su derecho.
Aragorn lo tomo entre sus brazos, le acomodo el cabello al pequeño príncipe y lo colocó a un lado de Legolas, teniendo cuidado de no perderle y girara sobre sí mismo.
Legolas volvió su cabeza lo más que pudo para ver por primera vez a su hijo, el bebé tenía la piel más cremosa y blanca que había visto, estaba enfundado en una manta blanca con bordes azules que le tapaba su cabecita y casi por entero su cuerpo hasta la cintura. Las manos envueltas en guantes azul claro.
Tenía sus ojos cerrados, con gruesas pestañas oscuras y pequeña nariz de avellana. Sus labios rosas eran delgados, y la boca pequeña no estaba cerrada por completo.
- Auril... – carraspeó Legolas
Legolas se acercó un poco más.
- Bebé… Hueles a leche...
El bebé agitó un poco sus manitas, tocando la punta de su nariz como si tuviera sueño, y lo reafirmo al bostezar frente a su adar.
- ¡Ah! ¿Tienes sueño? – preguntó Legolas, después de lo cual plantó un suave beso en su mejilla reuniendo toda la fuerza que le fue posible.
Aragorn aun a su lado descubrió un poco al pequeño para revelar su cabello y sus orejitas. Era rubio, con el cabello ondulado como su padre y orejitas puntiagudas como su adar.
- ¡Ah! – suspiro Legolas al observarlo
El bebé reveló entonces sus enormes ojos gris claro parecidos a los de Aragorn pero llena de esa pureza e inocencia que sólo los más pequeños poseen.
- ¿No es hermoso nuestro Auril, amor? – preguntó orgulloso Elessar
- ¡Hermoso!.
- Te amo Legolas, y te agradezco este maravilloso regalo que me brindas a mí, que no merezco tanta felicidad.
Los ojos de Legolas se llenaron de lágrimas, por que en su corazón sentía que había dolor y traición, que no todo estaba bien, pero no lograba recordar, estaba muy confundido.
Aragorn se inclinó hacia Legolas y le besó, y Legolas correspondió abriendo sus labios sabor a manzana para él. Fue un beso cálido, amante y apasionado, que tanto uno como otro necesitaba. El bebé en medio de los dos frunció el ceño al oscurecerse repentinamente su mundo, tuvo miedo y empezó a llorar llamando la atención de sus padres.
Legolas se preocupo pero Aragorn lo tomó con rapidez en sus brazos arrullándolo con cariño, Legolas no veía bien a distancia por las hierbas que tenía aun en su organismo, pero estaba seguro que esa vista era lo que tantas noches soñó ver, su esposo con el bebé en brazos, diciendo dulces palabras para calmar al pequeño.
- Te amo, Legolas… - dijo el rey mientras acostaba al pequeño a su lado nuevamente
- Aragorn… - dijo Legolas luchando para no volver a dormir
- Está empezando a dormir de nuevo, déjale descansar… - Elrond señal
- Pero ¿Cuando…
- Mañana…
- ¿Entonces no…?
- No…
Todo el mundo calló y las nubes a sus ojos reaparecieron. Volvía a haber calma y tranquilidad, volvía a dormir.
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Un ruido le despertó de su largo sueño, un bajito llanto de bebé le llamó la atención, luego susurros de dos mujeres discutiendo.
- Tal vez no me entiendas pero eso está muy apretado. – dijo la voz de Serima
- No sé que desees mujer, pero el ombligo del niño necesita atención
- ¡La cintura necesita estar más holgada! ¡Necesita circular!
- ¿Bebé? – preguntó Legolas con voz baja, tratando de elevar su cabeza sobre las mantas para ver de donde provenían las voces. - ¿Aragorn?
Las dos mujeres se observaron, Lara revisó a Legolas, vendajes y sangrado, mientras Serima aflojaba un poco el pañal del pequeño para después envolverle en suaves mantas celestes y presentárselo al adolorido padre.
- ¿Cómo se siente, su alteza? - preguntó Lara acercándose al príncipe
- Estoy mareado… todo el cuerpo me duele
- Es normal, mi señor.
- ¿Dónde está Aragorn?
Lara no contestó, levantó un poco la sábana, sólo para ver si aun sangraba, no deseaba invadir la privacidad del príncipe, pero si había hemorragia, debía hacérselo saber a Lord Elrond.
- Mi señor Legolas, alguien quiere verlo.
- ¡Oh! Auril, ¿estás aquí? – preguntó Legolas levantando su cabeza
- Permítame su alteza, le ayudo - ofreció Lara tomando al príncipe del brazo
- Gracias
Nunca en sus días activos hubiera permitido que una dama le ayudara a erguirse, pero tenía que ceder por que sus fuerzas eran muy pocas, por que la herida en su vientre dolía, y por que no soportaría mucho tiempo erguido, sino era con la ayuda de los almohadones que amablemente Lara arreglaba.
Serima se adelanto un poco con Auril, el príncipe aun no tenía suficiente fuerza, le puso a su lado, donde su brazo pudiera servirle de corral al pequeño.
- No sabía que así se llamaba mi señor, es un hermoso nombre, ¿Tiene algún significado?
- Si, "Llama Dorada", así decidimos llamarlo – declaró Legolas descubriendo el pequeño rostro del bebé – Hola Auril…
Thranduil, Lassel y Aldelas entraron en ese momento a la habitación, llevando presentes al recién nacido. El retoño que sembrarían en honor a Auril, las ropas de gala que el pequeño vestiría en el día de su presentación al reino, y una pequeña tiara de oro blanco, con una hoja dorada con fuego a su alrededor colocada al centro.
- A todos nos alegra la llegada del nuevo miembro, pero nadie mas que yo, puedo estar tan feliz por esta nueva "hojita" para nuestro árbol familiar – declaró Thranduil acercándose a su hijo y nieto, a este ultimo lo tomo de improviso y lo levanto por encima de su cabeza
El pequeño Auril pudo ver desde su altura los ojos grandes y verdes de su abuelo, su cabello encumbrado con una tiara de oro con hojas de plata.
Aldelas se unió a un lado de Legolas para felicitarle pasando su brazo por su espalda y dando ligeras palmaditas, a lo que su hermano menor contestó con una mueca de dolor.
- ¡Oh! Perdona Legolas, no sabía que estuvieses aun delicado. Han pasado tres días desde que nació el bebé y…
- ¿Tres días?
- Sí – contestó Lassel llegando a su vez por el otro lado y sentándose lentamente en la cama – Estuviste inconsciente y de vez en cuando despertabas un poco atolondrado
Los dos hermanos sonrieron pero Legolas trataba de recordar.
- No puede ser… ¿Tanto tiempo? ¿Dónde está Aragorn?
Lassel y Aldelas bajaron la mirada un momento para después voltear a su padre en busca de respuestas.
- ¿Por qué preguntas por él? Nada tiene que ver aquí.
- ¡Pero él estuvo aquí conmigo! Creo haber escuchado su voz…
- ¿Estás seguro de tus recuerdos? – preguntó Thranduil acariciando al pequeño entre sus brazos sin mirar al menor de sus hijos - ¡Ah! Eres un ángel pequeño Auril… - elevó su mirada a Legolas y añadió – Creo que las hierbas tuvieron otros efectos en ti, hijo mío.
- Pero el nombre de Auril, el beso… ¡No sé! – exclamó Legolas cerrando los ojos mientras pasaba una mano entre sus cabellos dorados
- Ilusiones – dijo Aldelas
- Sueños – agregó Lassel
Legolas lo ignoraba, pero los tres habían hablado, aun Lord Elrond lo sugirió, aunque al principio no estuvo de acuerdo. Si Legolas hablaba con Aragorn, ha pesar de la felicidad que llegaran a sentir con el nacimiento del pequeño, poco a poco la oscuridad reclamaría a Legolas, la tristeza de la traición sufrida por su pareja, ahora tenía la felicidad al tener a su hijo, tal vez fuese suficiente motivo para salir adelante, para olvidar la infidelidad del pasado, olvidar el daño que un hombre le había causado.
Quedaba el recurso de la conversación, del pedir perdón y del otorgamiento, pero con eso no sería restaurado el lazo que rompió el mortal, ni la confianza recobrada, ni el dolor desaparecería, le llevaría a la muerte más rápido que si le hubiera dejado atrás, por que las heridas que aun no estaban cicatrizadas volverían a sangrar.
Si Legolas no veía mas al mortal, tal como él mismo sugirió desde un principio, podría salir adelante con su hijo, poco a poco despegarse de aquel que le traicionó.
Si estaba con él, sería como estar en Gondor, a su lado lleno de recuerdos, con la daga clavada en su corazón a cada palabra, a cada caricia.
Legolas suspiro, no creía a su familia capaz de mentirle, ¡pero había sido tan real! Aunque se confeso que muchas noches, después de su partida, durante su viaje, soñaba con Minas Tirith, con los días felices al lado de su esposo y era la máxima alegría, sentirse enamorado, todo tan real y hermoso, como si no se tratara de un sueño. A veces no deseaba despertar jamás y seguir en ese mundo irreal. Tal vez así había pasado. Cayeron lágrimas a pesar de que trato rápidamente de ocultarlas de sus hermanos.
- Nosotros estamos aquí, tu familia que te ama nunca te abandonara, eres la luz que naneth nos dejo.
- ¡Oh! Lassel… - sonrió tristemente Legolas recordando a su nana.
Tenían razón su familia siempre estaría allí para apoyarle, siempre podía contar con ellos en las buenas y en las malas. La sorpresa se agolpó en la cara de Legolas al darse cuenta que alguien mas faltaba.
- ¿Dónde está Haldir? – preguntó sorprendido de no verle a su lado. - ¿Ada?
- Él se ha marchado, hijo. Tenía asuntos que resolver en Lothlorien
- ¡Pero no puede ser! ¡El no pudo marcharse sin despedirse! ¡Él no es así! ¡Pudo esperar!
Pensó que tal vez tuvo algún disgusto con su adar, o con Lord Elrond por su causa, tal vez, había dicho algo que pudo ofenderle mientras estaba bajo los influjos de las hierbas. Tal vez…
- Te ha dejado unas líneas escritas, podrás encontrar el papel sobre tu mesa a un lado.
- Pero… pero… Haldir… ¿Vio a mi bebé?
Aldelas sonrió y respondió a su hermano
- Sí, antes de marcharse, vio a Auril, y parece que el pequeño Auril congenió muy bien con nuestro amigo Galadrim, sonreía al escuchar su voz y se distraía apretando su mano.
- ¡Oh!
El efecto que Haldir tenía sobre el bebé en el vientre, aun seguía después de nacido. Su corazón se tranquilizo al saber que su amigo había conocido a Auril.
- No te preocupes, Legolas, estoy seguro de que volverá. – agregó Lassel apretando suavemente el hombro de su hermano.
Lo que no supo decirle Lassel, fue que el día de su retirada, Haldir estuvo unos minutos a solas, en la habitación con él. Y antes de salir, dio un beso tímido en la mejilla del desfallecido sin atreverse a nada más.
Allí entre su familia, convaleciente en la cama, sus hermanos le acariciaban reconfortándole, los sobrinos llegaron de improviso junto con su madre, Tinwelyn, los dos habían heredado el cabello castaño de ella, y le llevaban revuelto de tanto correr por los bosques, de brincar bajo el sol. Llegaron riendo, saltando y deseosos de conocer a su nuevo primo, Thranduil se sentó para que ambos pudieran verle, sus nietos le rodearon y abrieron sus hermosos ojos verdes para contemplar al recién nacido, a Mellina le pareció un hermoso muñequito, a Meshil un raro niño demasiado chico para jugar con él.
- Tío Legolas, ¡es un hermoso bebé! - dijo Mellina saludando con un beso al nuevo padre
- ¡Bebé! - repitió Meshil
- Gracias, pequeños
Serima se sintió un poco fuera de lugar en la habitación, todos hablaban en élfico, aun los pequeños y no entendía mucho, supuso que hablaban del rey por que creyó distinguir su nombre en la conversación, y también por que atestiguo la tristeza de su señor príncipe. Algo mas escuchó sobre Haldir. Ella sabía que el rey había estado en el parto, sabía que seguía allí en el reino, que veía a Legolas con regularidad mientras estuvo inconsciente y que cuidaba y alimentaba al niño en una habitación aparte.
- ¡Es hermoso! ¿Puedo cargarlo abuelo? - preguntó Mellina, ansiosa de tener al muñeco de porcelana en sus brazos. Auril abrió sus ojitos viendo su rostro acercarse demasiado.
- Creo que aun eres muy pequeña, quizá mas adelante - contestó Thranduil sonriendo a su pequeña.
- ¡Bebé! ¡Bebé! - gritó Meshil demasiado cerca del pequeño asustándole y haciéndole llorar
Tinwelyn apartó a su hijo con delicadeza e le indicó con una seña que no debía de gritar al pequeño. Serima ofreció con timidez su ayuda al rey, quien la acepto encantado, no era muy bueno con los recién nacidos y temía hacerles mas daño que bien. La mujer llevó a Auril con su adar, quien con cuidado le recibió a su lado y le habló palabras tiernas.
Auril observaba a su ada, ceso su llanto entre suspiros, poco después, con los ojos azules de su padre cuidándole, durmió el pequeño tranquilamente. Tinwelyn se despidió de su cuñado y salió con sus dos hijos en silencio. Serima también lo hizo así, la nostalgia por los hijos volvía cada vez que observaba la felicidad que estos daban a sus padres. Y hacia unos días había visto a un soldado de Gondor, amigo de su hijo conociendo el lugar. Quiso preguntar por Daguel, pero el muchacho le negó la mirada, evitando tener algún conflicto en un reino élfico desconocido. La mujer suspiró por su suerte, Ossmar hacia días que no se aparecía para acompañarle a pasear. Serima se entristeció por los recuerdos y nadie le vio entrar llorando a su habitación.
Lord Elrond entró a la habitación de Legolas momentos después, cuando los hermanos y el rey salían, cuando Lara se llevaba a Auril a dormir a su cuna a la habitación de al lado, arrullándole entre sus brazos, feliz de tener la oportunidad de llevar al pequeño a descansar en lugar de Serima.
Mientras tanto Aragorn aguardaba en otra habitación, la que muy "amablemente" Thranduil había dispuesto para él. No era fácil enfrentar a los hermanos de Legolas, mucho menos a Lord Elrond y nunca a Thranduil. Sólo tenían tolerancia al mortal, sólo por que el bebé necesitaba en sus primeros días del apoyo de ambos padres, de las caricias y voces de los dos. Le estaba absolutamente prohibido ver a Legolas, bajo la pena de expulsión del reino sin posibilidad de regreso, podía ver a Auril y convivir con él mientras no interfiriera en la recuperación del príncipe, pero nada mas.
Los días en que Legolas yacía desvanecido, tuvo la oportunidad de alimentar a Auril en esa habitación, Lara y Tinwelyn habían sido amables en educarle al respecto, sólo una vez cambio a su hijo de pañales, pero no soporto una segunda prueba. Auril era dócil en sus brazos, y no lloraba más por comida o cambio de pañal. Abría sus ojos acerados para ver su espejo en los de su padre, y chillaba un poco cuando la barba le rozaba sus mejillas, cosa que Aragorn no podía evitar dejar de hacer.
Valió la pena la travesía por Tierra Media en un mes, tomando caballos de refresco en cada población, dejando los suyos y los de sus hombres a cambio, la autoridad del Rey de Gondor llegaba más allá de sus límites. No importaba si sus escoltas no llegaban con él, Aragorn tenía que estar allí en el nacimiento de su primogénito.
Legolas era asistido en su convalecencia por sus hermanos, mientras Elrond verificaba su estado de salud ayudado por Amdum y Lara, esperaba que el nacimiento de su bebé le fortaleciera, que fuera su esperanza de vida y su mayor ilusión, y así lo fue, la recuperación de Legolas físicamente tomó menos de una semana, poco a poco se levantaba y caminaba lentamente, su mayor alegría fue cuando pudo salir a pasear con su hijo en brazos por el palacio, aun con sus hermanos cuidándole cada paso, Legolas era feliz de tener al pequeño consigo.
Pero para el Señor de Imladris, su trabajo no había terminado, los tres meses después del nacimiento serían un período crítico para el estado anímico del príncipe, sin su pareja a un lado podía morir de tristeza, y más que todo por la traición que había sufrido, sólo quedaba Auril para hacerle vivir.
Aragorn lo observaba escondido entre las sombras, tenía prohibido por el rey acercarse al pequeño cuando estuviera con Legolas, casi se cumplía el mes que le dieron de plazo para su estancia en Eryn Lasgalen, y no había visto a Legolas mas que en pocas ocasiones sin ser percibido, alguna vez cuando bajaba la escalera con el pequeño en brazos, otra mas cuando bajaba al salón a almorzar con su familia, y a él le dejaban con Auril para alimentarlo y pasar un tiempo conociéndose.
Pero ya tendría que abandonarlos, ya no podía estar con su hijo tanto tiempo como quisiera hasta que llegando a una edad considerable, un año a lo sumo, lo llevaría a Gondor para que su reino le reconociera como el príncipe heredero. Pero no deseaba irse así, sin arreglar las cosas con su elfo. Ahora que Haldir no estaba, ahora que no sentía el apoyo de su amigo, tal vez este tiempo con su familia le habían hecho recapacitar, pensado un poco en él, como tanto tiempo que él pensó en su esposo. Tal vez podría tener una oportunidad de hablar con Legolas a solas, pero las oportunidades habría que buscarlas.
Y Legolas si había tenido tiempo de pensar, de extrañarle y de sentirse morir cuando el pequeño en sus brazos reía consigo y no había nadie mas que le atestiguara, cuando le alimentaba y nadie le ayudaba a limpiar su boquita sonrosada llena de leche tibia, cuando le dormía y no había quien le arreglara los almohadones de la cuna. Había querido encargarse de su hijo y así había sido. Lara y Serima se encargaban de Auril cuando él salía a expediciones cortas con su hermano Aldelas, cuando tenía asuntos pendientes con su padre, ellas se hacían cargo del pequeño príncipe llevándolo a otra área del palacio, donde su llanto no interrumpiera las reuniones del rey.
Y Haldir no estaba allí para animarle, para retarle a tirar al blanco con el arco, para subir a los árboles como hacían en Lorien. Haldir se había ido dejándole unas pocas líneas escritas, explicándole su repentina partida y felicitando al príncipe por el nacimiento de un hermoso bebé. Nada decía, o hacia suponer que estuviera enfadado, incluso al final, quedaba la posibilidad de regresar si le necesitaba, y le deseaba una pronta recuperación. Haldir era muy amable, bravo y orgulloso guerrero elfo, digno de admiración y respeto por quien sentía un gran cariño, Legolas tuvo que admitir, que si Aragorn no hubiera ganado su corazón, Haldir seguramente ocuparía su lugar.
Esa tarde, Legolas tomó al pequeño Auril en una canasta, su arco y carcaj, y una bolsa de cuero donde llevaba un poco de alimento y ropa para el camino, deseaba tomar el sol y Auril disfrutaba del aire fresco de la primavera, con su sombrerito blanco y hojitas verdes bordeando las orillas. No se alejaban mucho, siempre en el mismo lugar bajo la sombra, lejos del río que rodeaba el palacio y con la privacidad para gozar a su pequeño.
Había tendido una manta sobre el claro, y los rayos del sol que traspasaban las ramas caía en reflejos dorados sobre ambos príncipes. Auril en una canasta, encima de acolchadas mantas y cubierto con una sábana, mientras Legolas sacaba una manzana de la bolsa para comer. El ruido de pasos le hizo estar alerta, no se trataba de un elfo por el peso al caminar, sino otra clase de criatura.
Se puso en pie mientras que el arco ocupaba sus manos y la flecha estaba por prepararse.
- ¿Es necesario usar armas conmigo? – preguntó Aragorn apareciendo entre los árboles.
- E.. Elessar... – titubeo Legolas dejando caer su flecha
Auril desde la cuna abrió los ojos al escuchar la voz de sus padres, pero no hizo ruido alguno, el bosque le tranquilizaba y su vista se fijaba en las ramas que se mecían al viento.
Legolas no tenía palabras, todo el tiempo esperando escuchar noticias de él, sin obtener nuevas de los mensajeros. Nunca se atrevió a preguntar a su padre, tampoco a Lord Elrond, y ahora, estaba allí enfrente, inclinándose a saludar a su hijo quien tomó su dedo con su manita. La familiaridad de ambos asombró a Legolas.
- El bebé... Auril... – murmuró Legolas dejando a un lado también su arco
- ¡Es hermoso! – declaró Aragorn - Como tu, mi amor.
Las mejillas de Legolas se ruborizaron cuando toda la confusión le embargo, no sabía como responder ni actuar, hacia tanto tiempo, meses desde que no le veía. El rey se puso frente a Legolas después de balbucear algunas palabras a Auril.
- He venido, por que deseo que hablemos.
- Yo... yo no creo que tengamos mucho de que hablar, salvo de las condiciones de custodia de Auril.
- No quiero la custodia de Auril, sino es con la tuya también... Hay mucho mas que hablar y lo sabes.
- No. No hay nada mas que eso – recalcó Legolas recobrando su frialdad – Todo entre nosotros termino y Auril es lo único que nos une.
- ¿Entonces ya no me amas?
Esa pregunta. ¿Cómo podía ser capaz de mentirle cuando su corazón retumbaba en su ser? Si al escuchar su voz sentía un relámpago de hermosas sensaciones recorrer todo su cuerpo, mientras el corazón resentía la herida.
- No preguntes eso, es difícil encontrar una respuesta, difícil después de lo que sucedió.
- No es difícil cuando el corazón está decidido. Yo te amo, Legolas, hoy mas que nunca que tenemos un hijo.
Aragorn se atrevió a colocar su mano en el hombro para ganar su confianza.
- Yo... Amo a mi hijo, y es lo único que ata mi barca a este puerto.
- Legolas... – murmuró el rey decepcionado por la respuesta – Te ofrezco mi corazón, mi ser y todo lo que tengo, este tiempo sin ti... Sin Auril, sin los dos juntos ha sido terrible. He sufrido por tu ausencia, y me avergüenzo de mis actos, me odio a mí mismo por la estupidez que cometí, por haberte herido y traicionado. Por que eres lo que más amo en este mundo junto con nuestro hijo.
- Elessar... – dijo Legolas cuando sentía como la mano del mortal envolvía la suya
- No me llames así, que nunca fui para ti mas que Aragorn.
- Tal vez no soy el indicado para llamarte así – respondió el príncipe retirando su mano y alejándose después unos pasos.
Legolas recordó las palabras que había escuchado salir desde la cocina de palacio, los ruegos de Daguel y la imagen de ambos besándose abrazados.
- Por favor, Legolas. No me hieras mas, necesito escuchar que aun me amas. Necesito saber que aun hay esperanza.
- Mas me has herido tu con tu traición, por que nunca la espere de ti.
- Te amo, Legolas.
- Será mejor que te retires, no sé como mi padre ha podido...
Aragorn se acercó a Legolas y por la fuerza le beso, pero el elfo no estaba ya tan débil ni embarazado para no anticiparse al rey y alejar en el momento que posaba sus labios sobre los propios.
- ¡No! ¡No quiero tus besos! ¡No quiero sufrir de nuevo!
- Legolas, necesito tu perdón, necesito saber que aun puedo luchar por tu amor, ¡Qué aun me amas!
- ¿Cómo puedes venir a pedirme perdón después de lo que nos has hecho? ¡A mi y tu hijo! ¡Destruiste nuestra familia!
- ¡Lo sé! ¡Fui un tonto! – declaró Aragorn angustiado - ¡Un completo idiota! Pero soy un ser humano, lleno de defectos, me arrepiento una y mil veces de mis actos, por eso he venido a buscarte, ¡a decirte cuanto lo lamento y cuanto anhelo una caricia tuya!
Los ojos de Aragorn empezaban a empañarse y los de Legolas se resistían a seguirle.
- Aragorn... Aunque obtengas mi perdón, no arreglara con eso las cosas entre nosotros. No guardo rencor ni odio hacia ti.
- ¡Pero podemos intentarlo, iniciar de nuevo! – insistió Aragorn.
- ¿Y mi confianza en ti? ¿ Y la fe que tenía depositada en ti?
- Te amo, Legolas, y aunque lo niegues, yo sé que me amas aun, tanto como yo a ti, sé que te duele y a mi mucho más, que fui el causante... No deseo perderte, no deseo que lo nuestro termine así.
- Lo siento... No puedo... No puedo...
La fuerza de Legolas estaba menguando cuando veía al rey caer de rodillas ante él, con las lágrimas cayendo y rindiéndose a sus pies.
- Legolas... Amor, por favor, dame una oportunidad. Sólo te pido una oportunidad para rehacer nuestra unión.
- No... Yo no puedo... no quiero sufrir de nuevo. Auril es lo único que nos une. – insistió Legolas
Aragorn se acercó un poco y se aferró a sus piernas, olvidándose de su condición de monarca de Gondor, Legolas sintió los recuerdos que las manos de Aragorn traían a su cuerpo. El rey de los hombres lloraba.
- No... Aragorn... No te arrodilles. – dijo tratando de separarlo.
- Legolas, amor...
Y las fuerzas terminaron por acabar con la voluntad de Legolas.
- Aragorn – murmuró Legolas cayendo de rodillas frente al mortal.
- Legolas, Legolas... ¡Te pido que me perdones! – exclamó Aragorn abrazándolo y presionándole contra su pecho.
- Aragorn... – repitió Legolas cerrando sus ojos para contener su llanto, su barbilla descansaba en el hombro del mortal, y el recuerdo de sus brazos sobre su cuerpo revivió.
- ¡Te amo Legolas! No sabes cuanto te he extrañado, no sabes cuanto pienso en ti... no sabes lo que me arrepiento cada día. Legolas
Y separándose un poco le volvió a tomar para besarle nuevamente, y esta vez el príncipe no puso resistencia al principio, los labios se buscaban, y el cuerpo recordaba las caricias añoradas, pero también se habrían mas las heridas.
- No... ¡No me beses! – exclamó Legolas apartándolo antes de que sucediera otra cosa
- Pero te amo, no puedo evitarlo, y tus labios también lo demandaban...
- Mis labios están acostumbrados a responderte... Pero no lo deseo mas... – fueron las palabras de Legolas mientras se ponía de pie - Vete, Aragorn.
- Legolas...
- Vete por favor, me haces mucho daño.
El rey también se puso de pie, y enjugó sus lágrimas.
- Pero... ¿conservó alguna esperanza? ¿Podré recuperarte? ¿Verte nuevamente?
- No... (Aragorn palideció) - no sé... No puedo responder ahora, Auril es lo único que me importa en este momento... Ha pasado poco tiempo y no sé...
- Siempre te amare, siempre te esperare por ti y luchare por recuperarte, amor.
Aragorn estaba convenciéndolo, por que creía en sus palabras, por que el arrepentimiento estaba en su mirada, y por que temblaba a pesar de lo que hubiera hecho para ocultarle.
- Vete Aragorn, mi corazón esta muy confundido, y la herida se resiente.
- ¿Pero no hay nadie mas que turbe o siembre esperanzas en tu corazón?
Legolas frunció el ceño por que supo a lo que se refería Aragorn, si se había enterado de todo lo que Haldir había hecho durante el camino a Eryn Lasgalen.
- Por que si alguien fomenta tu amor, y te aleja de mí, - prosiguió el rey - moriré de tristeza a pesar de que mi sangre no es totalmente de Eldar.
- Aragorn.
- Y querré morir mil veces por mi culpa, por mi error y por perderte – continuó el monarca evadiendo la mirada del elfo.
- Nadie puede ocupar, ni ocupara nunca tu lugar. Nunca podré volver amar como...
Aragorn levantó la cabeza y le miro esperanzado
- ...como te amo yo a ti.
Al fin lo había dicho, y es lo que necesitaba escuchar, saber de su propia boca que aun había esperanzas.
- Con eso me basta, por que lo seguiré intentando, por que te amo mucho Legolas y por que nunca te había visto más hermoso que cuando llevas a nuestro hijo en brazos.
¿Aragorn lo había visto?
- Mañana partiré, regresare a Gondor para terminar unos asuntos, amor. Pero no dudes que regresaré por ti, que todo ha cambiado y hoy mas que nunca deseo que estemos los tres juntos.
- Aragorn, yo no he dicho que...
- ¡Ssssh! No lo arruines, amor – dijo ignorándole sonriendo para luego inclinarse ante su hijo - ¡Me despido Auril! Tu padre sale de viaje, pero regresare para llevarte conmigo. Convence a tu adar y háblale bien de mí.
Auril sonrió al escuchar a su padre, pero frunció su ceño cuando sintió la gruesa barba en sus mejillas y lloró. El rey rió y lo tomó en sus brazos, elevándolo por los cielos de tan feliz que estaba por la esperanza que asomaba a su corazón. Le volvió a bajar para darle un nuevo beso, por lo que no paro de llorar el retoño. Con una sonrisa de satisfacción, Aragorn puso a Auril en manos de Legolas, quien aun asombrado por la actitud infantil del rey, le tomó para tranquilizarlo. El rey aprovechó el instante para robarle un beso de sus labios y se retiro rápidamente de allí.
Así quedo Legolas solo nuevamente, meciendo a un bebé con mejillas irritadas.
TBC...
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Bishoujo_Hentai.- Bueno, Legolas estaba dopado, ¡así que decía cada cosa!:-P
MelianWB.- Aragorn tuvo que acatarse a las decisiones del rey, sino le iba mal, pero al final consiguió ver al elfito.
Forfirith.- Gracias por leer, ^_^ Ah! Espero y Tolkien me perdone por lo que hago con sus personajes, pero sólo es por entretener. :-P
Balrog of Althena.- ¡Ah! ¿Conque novio, eh? ¿Por eso tardas en actualizar? ^_^ Me alegro de que estés feliz, digo para que no escribas es que el amor pega duro. Jeje... sobre tu fic, ¡me gustó mucho! No me malinterpretes, por que bromeaba:-P Besos!
Foxy Prateada.- Si, Baby Leggy llegó para ser atormentado por la barba de su padre. Aragorn sufrirá, en dos capítulos mas, creo. Muhehehe
Lara.- Gracias por darte un tiempo para leer. ^_^ A mi me encantan los babies.
Saori_Makimashi_Shinomori.- Espero y tu cumple lo hayas pasado genial. ^_^ Siento que no se reconcilien en este capítulo, pero aun falta un poquito para el final.
Daniela_Bloom.- Estos dos se quieren pero no se animan. :-P Espero y te hayas mejorado de tu lesión y que no sea de mucho cuidado. Besos
Little_My.- El bebé tiene los ojos del papá, pero lo demás se parece a Legolas, y sí, Aragorn le tocara sufrir.
Laurë_Alcalime.- Aragorn tenía que salir, arreglar todo en Gondor para ver si se le hace que regrese el elfito y baby. ^_^
Ceili_Boy.- Gracias por las palabras, y si, el nombre de Celhir también me gustaba mucho. ^_^
Prince_Legolas.- ¿Era Auril o Aurël? ^_~ En fin, espero pronto ver tu nuevo fic. No sé si las perdices sean felices, yo sabía que las lombrices, sí.
Iona.- ¡Ah! Qué sugerencia, el elfo en plan de infiel...(¬.¬) interesante.
Nessimelle.- Es raro que te encuentre por MSN pero nos pasamos un rato agradable. ^_^ Gracias por el review. ¿Aun no lo perdonas? Bien, por que aun le falta sufrir.
Integrachan.- Gracias por el review. Besos ^_^
Akhasa.- Besos para ti y el bebé. Legolas recuerda pero vagamente. Cree que fue un sueño pero duda.
Reiko_Noriko.- Haldir conoció al bebé, pero con Aragorn por allí, pues mejor se fue, ya no quería problemas con él, aunque le dolió dejar a Legolas. El nombre fue una votación Cap.29.
Abysm.- Una mas que no perdona al rey. Si, es que es difícil. Espero y sigas pronto con tu fic.
Any.- Sólo te fallo el color de los ojos, :-P si no, sería una réplica de Legolas en chiquito. Un Chibi Legolas.
Azalea.- ¡Ah! Si ellos dos quedan al final... Bueno, sí. Gracias por el review por aquí.
Mery.- Gracias por el review, aunque no sé que es una kapa (kpa), pero supongo es algo bueno. ^_^
Diane Greenleaf Malfoy.- Si, ya era hora del nacimiento, ¡Oh! Haldir, bueno, no te preocupes ya por él.
Angad666.- Sí, ya sé que esperar acostada (Broma):-P Lo de antiguo suegro es que no creo que haya divorcios en Tierra Media con elfos y pues tampoco creo que le digan "ex esposo" así que le puse así jejeje... Si, el elfito es "demasiado" rosita alguna vez, ya me lo han dicho (ojitos a Aye) ¿ER? ¡Ah! Me gustaba mucho verla. ;_;
Kel.- ¡Ah! Cuando mencionaste el nombre completo del bebé, sonó muy bonito. Como de mucha categoría. ^_^
Shanna.- Ah! Gracias por el email, por las atenciones que te tomas y mas por leer. Espero y pronto vuelva slashfiction. ;_;
Camila.- Y Aragorn será torturado, jejeje... seré mala.
Nina.- No te preocupes por los votos, fue una opinión de todos. ^_^
Lara_Eternal_Anjiru.- ^_^ Por favor, no me mates si Lara casi no habla, es algo seria, y si hago al personaje un poco más activa sería un Mary Suecito. :-P (Broma) Ah! Mil felicidades, respecto al fic, te diré, aun tengo uno pendiente del año pasado, he dejado a Elithil embarazada y aun me pregunta que para cuando se alivia. Así que no te prometo, mas que tratare de escribirlo en un ataque de inspiración cercano, ¿qué te parece? ^_^ Besos y mil felicidades.
Lanthir.- ¡Ah! Haldir (suspiro) Tendrá su momento. ¡Gracias! En una oportunidad me paso por tu página y leo el fic, me muero de ansias pero esta máquina no me deja entrar. Y_Y Ya pensare en otra sugerencia, y me pondré las pilas con "Aurora"
Ezra.- Gracias por leer y por tus palabras, Sipi, es el nombre del baby por votación. ^_^ Por cierto, no pude entrar a tu comunidad, no la encuentra. ;_;
Mercy_Forever .- Un mensaje muy tierno el tuyo, que bien que te gustó, lástima que no pudo ser niña. Gracias.
Free_my_mind.- Baby listo y a la orden. ^_^
