Título: Lágrimas

Clasificación: R, totalmente, AU (Alternate Universe) no todo lo que paso en los libros sucedió igual aquí. No hay Arwen, y Haldir no murió, gracias a los Valar. MPREG totalmente, (Varón embarazado) así que no te gusta, por favorcito, NO LO LEAS

Advertencia: Contiene SLASH es decir, relación hombre / hombre, mas bien hombre / elfo. Si no te gusta tal tipo de género, favor de buscar otro mas apropiado a tu gusto.

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R. Tolkien y/o NewLine Cinema. Con excepción de los desconocidos (Auril, Lassel, Aldelas, Serima, Ossmar, Amdum Daguel y Lassiriel) que salieron de mi linda cabecita. Escrito sin fines de lucro, no ganaría nada ni pretendo ganarlo así que nada de demandas por favor.

La canción "Como yo te ame" es escrita música y letra por Armando Manzanero. Canta: Luis Miguel

Cap. 37 Remordimientos

A pesar de que invadían su privacidad, Thranduil estuvo de acuerdo en separarles uno del otro. Entraron a la habitación ellos mismo, mucho antes de llegar el alba, Elrond con ayuda de Amdum tomó a Haldir envuelto en una sábana y lo llevaron discretamente a su habitación, Thranduil hizo lo mismo con Legolas. Sin embargo el primero que despertó recién salía el sol, fue Haldir, Elrond fue informado por Amdum de esto. Fue algo inesperado, ya que la pócima del olvido, contenía un ingrediente extra que les haría dormir un par de horas mas de lo acostumbrado, pero siendo Haldir mayor, tal vez el efecto fue menor.

Haldir parecía haber olvidado todo, por que preguntaba la razón por la cual el ayudante de Elrond se encontraba en su habitación. Elrond sólo contestó que el día anterior, el Galadrim había caído de un caballo durante un paseo, dándose un golpe en la cabeza a su caída, llevando a caer a Legolas por igual. Haldir asombrado sólo se llevo una mano a la cabeza y pido un poco de privacidad pues deseaba arreglarse.

Una vez que le dejaron a solas pudo estirarse y sentir vibrar todos los músculos de su cuerpo, para su sorpresa se encontró desnudo, y el rubor subió a sus mejillas al suponer que así le habían transportado a su habitación. Reflexiono durante unos instantes sobre la noche pasada.

Había sido una noche especial, y ahora que se levantaba se sentía vivo, se sentía gustoso pero a la vez sabía que era el principio de su fin. No sabía aun si moriría de tristeza, por que en ese momento sentía irradiar felicidad, no sentía el vacío que pensó sentir, no sintió la tristeza de ser utilizado por otra causa que no fuera el amor. Si no hubiera tenido la oportunidad, tal vez hubiera sido mejor, no hubiera pasado sus días soñando e imaginando como sería, suspirando a escondidas de sus hermanos, y repitiéndose una y otra vez, que nunca sería. Y sí, había sido, tal vez no por amor, pero se sentía satisfecho y conforme, tranquilo por la salud de su amigo, y la paz de su alma.

Cómo yo te amé

Jamás te lo podrás imaginar

Pues fue una hermosa forma de sentir

De vivir, de morir

Y a tu sombra seguir

Así yo te amé!

El brazalete aun seguía en su brazo, y como recuerdo a esa ocasión nunca le dejaría. Había servido para no unirse con Legolas, pero si no era con él, no sería con nadie.

Tomó el baño que ya le habían preparado, con plena sonrisa estaba en su rostro, y mientras el agua caía en su cuerpo recordaba los besos de él, las caricias que le dio, y todo lo que se dijo esa noche. Si no hubo amor entre ellos, al menos una gran estima, pero no era eso lo que él deseaba, deseaba amor y cariño por parte de Legolas.

Cómo yo te amé

Ni en sueños lo podrás imaginar

Pues todo el tiempo te pertenecí

Ilusión no sentí

Que no fuera por ti

Así es cómo te amé!

Ahora nunca más le tendría, tenía que abandonarlo, por que Aragorn estaba allí para él, como siempre, uno al lado del otro y él salía sobrando. El rey de Gondor había regresado con ese motivo, llevarse a su esposo e hijo. Ofreciéndole en reparación al daño causado, nuevas, nuevas ropas y todo el lujo que podía ofrecerle su posición. En cambio él, no tenía que ofrecerle más que todo el amor del mundo, un sencillo techo, por alimento no faltaría, pero juraría por lo más sagrado siempre cuidarle y amarle.

Cómo yo te amé

Por poco o mucho tiempo que me quede por vivir

Es verbo que jamás podré volver a repetir

Comprendo que fue una exageración

Lo que yo te amé

Pero siempre supo que no tenía remedio, ese sentimiento tan fuerte, que en su pecho se extendía, serviría como cáncer que poco a poco le consumiría. Y moriría feliz, con todos sus recuerdos, por que su cielo lo alcanzo una noche, y no tenía más que agradecer con ello.

Cómo yo te amé

No creo que algún día

Me lo quieras entender

Tendrías que enamorarte como lo hice yo de ti

Para así saber

Cuánto yo te amé

Le había besado, por primera vez en su vida no fue sólo un roce, fue algo mas, fue entregarle su corazón a pesar de brazaletes y pociones, fue decirle lo que nunca se atrevió, fue suyo una noche.

Cómo yo te amé

Por poco o mucho tiempo que me quede por vivir

Es verbo que jamás podré volver a repetir

Comprendo que fue una exageración

Lo que yo te amé

Haldir se bañaba, llevándose con el agua las caricias y los besos, pero no importaba, esos los tenía guardados bajo candado en su corazón, y ninguna gota llegará allí sino en forma de lágrimas, pero no de tristeza, sino de felicidad al haberla conocido, por una sola noche, por un solo corazón, por una sola causa, y no era la suya.

Cómo yo te amé

No creo que algún día

Me lo quieras entender

Tendrías que enamorarte como lo hice yo de ti

Para así saber

Cuánto yo te amé

Cuando hubo arreglado sus pertenencias, cuando tenía empacado todo por salir y no regresar, la botellita llena aun al lado de su cama, brillo momentáneamente recordándole su sentencia si no le tomaba. Haldir la tomó y la escondió entre sus ropas cerca de su pecho. Tal vez después.

Fue a buscar al rey y agradecerle su confianza, por recibirle y tratarlo como a uno mas de su familia, a los príncipes con quienes había convivido por poco tiempo y estimaba, a desear felicidad a Serima y Ossmar, por que dieron buenas nuevas al grupo cuando atravesaban por momentos difíciles, la mirada de esos dos cuando se dirigían a Mirkwood decía mucho, con Lord Elrond a quien respetaba y tenía por uno de los grandes señores elfos de su era, y por último a buscar a Legolas, fingir dolor por una caída y despedirse. No lo volvería a ver por que no lo soportaría, pero le gustaría saber que al fin era feliz al lado de Aragorn, y que Auril crecía sanamente y disfrutando del amor de sus padres

No podría ver a Aragorn, no después que suponía que el mortal estaría al tanto de todo lo que aconteciera la noche anterior, no le guardaba rencor, mas un poco de resentimiento por que por su causa, Legolas había padecido, y Auril con él.

Aragorn mientras tanto, no se hallo ocioso durante toda la noche, no había dormido, su padre lo acompañó durante sus momentos más críticos por la madrugada, pero durante su soledad, su cabeza empezó a molestarle, fue a ver a su pequeño Auril quien pedía ya por su comida de la madrugada, Lara estaba con él y le atendía, Aragorn fue parco con ella, deseaba que arreglara a Auril para un viaje largo, con un equipaje que sirviera para varias semanas de camino.

Thranduil fue informado de esto, y momentos después de que el mensaje había llegado hasta sus oídos, el rey Elessar se presentó ante él. Esa noche aun no terminaba, el sol apenas iba a presentarse y ya tenía nuevamente a Elessar en su despacho.

- Hoy partiré con Auril para Gondor – dijo Elessar con voz áspera.

Sus ojos estaban rojos e hinchados, había palidez en su rostro y un ligero temblor en su cuerpo.

- Creo que aun no has hablado con mi hijo y pienso que es con él con quien debes de tratar, no conmigo.

- Sé que debo hablar con él, pero no por eso dejare de hacer los preparativos. Auril ya esta preparándose así como mis hombres, en cuanto Legolas… despierte, hablare con él.

- Bien, si él no tiene inconveniente, por mi no habrá problema, - dijo Thranduil tranquilamente para agregar lo siguiente con mirada aguzada - pero te sugiero que no intentes llevarte al bebé por la fuerza, sin su consentimiento, por que no es una buena idea.

Era una sutil advertencia, y Elessar se dio cuenta de ello. Aragorn saludó, salió con paso firme, y paso revista a su gente, todos sus hombres se hallaban ya presentes, esperando sus ordenes, la carreta que habían traído para el traslado de Legolas y Auril ya estaba lista.

Encontró a Lassel al salir de los establos. Elessar no estaba de humor para hablar con nadie, menos para escuchar reproches por su decisión, pero Lassel no pensaba igual. Después de un corto y seco saludo, Aragorn se dispuso a escuchar.

- No te diré que no te lleves a mi sobrino, por que no soy quien para impedirlo.

- Bien.

- Pero no creo justo para Legolas, después de todo lo que ha pasado desde su separación, el que le quites a su hijo, al menos no tan repentinamente.

- Es mi hijo también y tengo todo el derecho, como que será mi heredero.

- Lo sé. Pero al menos, por favor, te pediría un poco mas de tiempo, desconozco tus motivos, pero me hacen suponer que lo de anoche no te dejó nada bueno en el corazón. No es conveniente tomar decisiones en tu estado.

- No sabes de lo que hablas, Lassel– murmuró Elessar arreglando los puños de su camisa

- Conozco que eres celoso de Legolas, cómo él puede ser celoso de ti, ¿no fue por eso que se separaron?

- ¡No eres quien para juzgarme! – reclamó Aragorn resentido.

- No te juzgo por que no es de mi incumbencia, pero no deseo ver a mi hermano sufrir, mi padre y yo lo apoyamos enteramente y lo sabes.

Eso era mas una advertencia que un consejo, si Legolas pasaba tristeza por la decisión de Aragorn, Thranduil y Lassel no se quedarían con los brazos cruzados.

- Bien, hablaré con él.

Después fue a revisar su equipaje pero no contó con que Lord Elrond había oído las nuevas noticias por voz de Lara, cuando arreglaba al pequeño. Ya le esperaba en su habitación. Alguien más con quien discutir.

- ¿Cómo es eso que sales del reino? ¿Y no sólo eso, sino que te llevas a Auril contigo?

- Es mi hijo, y he dicho a la gente de mi reino, que el príncipe heredero regresara conmigo.

- ¿Y qué hay de Legolas?

- …

Aragorn siguió ciñéndose la espada, preparando sus ropas. Hizo caso omiso a las palabras de su padre adoptivo.

- ¿No piensas decirle nada? Tanto como tu, también es su padre, debe de estar enterado.

- No creo que tenga ánimos de escucharme, después de lo de anoche… Pero sí… hablare con él. – dijo sin dar siquiera la cara a su padre, que detrás de él le interrogaba.

- ¿Y aun así haces planes para llevarte a Auril?

- Es mi hijo y Legolas no podrá negármelo.

- Aragorn – dijo Elrond tomando a Elessar del brazo obligándole a darle la cara - ¿No me escuchaste? ¡Legolas no pudo evitarlo! ¡Y para hoy no recordara nada!

Al fin estalló el mortal

- ¿Cómo que no pudo evitarlo? Bien sabe que Haldir y yo no nos llevamos bien y tuvo que hacerlo con él.

- Si hubiera sido de algún otro extraño, ¿hubieras actuado distinto?

- ...

- ¿Entonces? Comprendo tu reacción en estos momentos, pero espera un poco, además creí que Legolas había hablado contigo.

- Lo hizo, pero no quiero pasar el resto de mi vida, sabiendo que él fue de alguien más.

- ¿Y él si podrá entonces? ¿Afrontarlo, pasar sus días en profunda tristeza?

- ¡Fue un error! ¡Un error!

- Y ya pagaste por ello, de cualquier manera, si Legolas no hubiera accedido a romper su vínculo, para dentro de unos días estaría muerto. ¿Estarías feliz entonces? Igual tendrías a Auril, tal vez sea lo único que te interesa.

- No... – dijo Aragorn evitando que la dura mirada de su padre cayera sobre sus ojos - Eso no es verdad, amo a los dos... pero ayer... fue demasiado...

- Tranquilízate, te sugiero que lo pienses un poco, hoy es un día muy difícil. Nada bueno saldrá si tomas las decisiones tan precipitadamente. – sugirió Lord Elrond con voz más pasiva

- ¡Me llevaré a Auril conmigo! – estalló Aragorn desesperado. Todo era confusión en su cabeza

- Pero... Aragorn... ¡Recapacita!

- ¡No me entiendes padre! ¡No entiendes todo lo que amo yo a ese elfo!

- ¿Entonces por que te pones así? Si lo amas como dices…

- ¡No! Nunca…- titubeó Aragorn - ¡Hoy partiré para siempre!

Aragorn salió de allí, a revisar nuevamente su caballo, a desfogar su coraje a solas.

Legolas despertó llegando el medio día, Amdum a su lado leyendo un libro, cuando se percató de que el príncipe despertaba, le saludó con la cabeza. Legolas sintió la cabeza aturdida y el cuerpo adolorido, se encontró desnudo en su cama sin saber como había llegado allí y con el ayudante de Elrond a su lado, supuso que había tenido un accidente del cual no recordaba, tal vez otro desmayo. Elrond llegó antes de que Amdum pudiera salir a buscarle.

- Ya has despertado, ¿cómo te sientes? – preguntó Elrond estudiando sus facciones-

- Aturdido. ¿Qué ha pasado, Lord Elrond? – respondió Legolas irguiéndose un poco

- Has caído del caballo, Haldir y tú tuvieron un accidente cuando salieron de paseo con Aldelas y Serima.

- ¿Caer? ¡Si no he caído de un caballo en años! ¿Cómo pudo pasar? ¿Auril se encuentra bien?

- Lo llevaba Serima, así que no te preocupes.

Legolas frunció el ceño, él nunca dejaba a Auril en otras manos si él mismo podía atenderle, menos en las manos de una mujer cuando estuvieran montando a caballo. Que Haldir cayera era otra noticia asombrosa. No recordaba nada de lo sucedido.

- Me duele la cabeza y el cuerpo, parece que la caída ha sido fuerte.

- Sí, pero espero y mejores pronto.

- ¿Y por que estoy desnudo?

- Tus ropas fueron llenas de fango, así que las retiramos – dijo Elrond pero al ver la coloración de Legolas añadió - fue tu padre y tu hermano quien lo hizo.

- ¿Por qué…? ¿Por qué no recuerdo nada? Ayer… el día anterior…

- Legolas… Tal vez no es un buen momento, pero debo de darte una noticia.

- ¿Si?

- He ejercido en ti, un hechizo que te ha librado de las ataduras que conservabas con Aragorn, eso debió de afectarte un poco.

Los claros ojos de Legolas se abrieron todo lo que pudieron, no esperaba tan grata noticia.

- Yo… entonces… ¿Ya no…?

- No, ya no…

Legolas le abrazó, pues Elrond se encontraba sentado a su lado en la cama, le apretó fuertemente de tan feliz que estaba, ahora era libre y podía vivir para su bebé. Ahora podía seguir adelante sin la necesidad de liarse con alguien. ¿Por qué no habían dado con esa fórmula antes? ¡Bah! Ya no importaba, Legolas sintió que en verdad y a pesar del dolor, estaba mas vivo que nunca, que no sentía la pesadez ni el cansancio de la trizteza. Había regresado la esperanza con la mañana y estaba más que feliz y agradecido con Elrond.

- ¡Gracias! ¡Oh, mi señor Elrond! ¡No sabe lo dichoso que me hacen sus palabras…!

- Sí, Legolas… No ha sido nada – dijo Elrond sintiéndose cómplice de su mismo plan. – pero debo decirte algo mas…

- ¡Oh! Hoy nada podrá nublar mi día… Si me lo permite, quiero tomar un baño e ir a ver a mi hijo.

- Pero Legolas…

El entusiasmo de Legolas se le notaba en el rostro, estaba ansioso de ver al pequeño Auril, y si así lo declaraba, no dudaba que averiguaría lo que trataba de decirle. Por Elbereth, ahora le tocaría enfrentar a Elessar. Ahora, no estaba seguro si Aragorn le reclamase, si podría mantener la boca cerrada cuando su corazón estaba tan dolido. Nada estaba saliendo como esperaba. Después de simular ligera revisión en su cabeza, Elrond y Amdum le dejaron, Legolas tomó un baño rápido para ir a ver al pequeño Auril.

Al salir de la habitación se encontró con Haldir, que llegaba a la suya ataviado con sus ropas de viaje, Legolas conoció que debía partir.

- Pero amigo, ¿te vas tan pronto? ¿Sin despedirte?

Haldir sonrió con tristeza mientras se acercaba a Legolas, abajo había visto a los hombres de Aragorn preparados para su viaje. No sabía si Legolas iría con ellos, pero era lo mas seguro después de lo que había acontecido. Deseaba partir antes que ellos.

- Me han dicho… que tu salud mejora…

- Sí, después de caer del caballo, creo que me he confundido un poco, pero ya estoy bien, ¿y tu? ¿Cómo te encuentras amigo?

Al decir esto, Legolas puso la mano en el hombro de Haldir, apretándole ligeramente

- Yo… Yo estoy bien… Creo que la caída no me afecto tanto como a ti. – declaró Haldir sintiendo un escalofrío recorrer todo su cuerpo al contacto del elfo.

- Es increíble que un elfo como tu, haya podido caer de su montura, ¿Cómo ha sucedido? No recuerdo mucho.

- Yo, yo tampoco recuerdo gran cosa. Debió ser vergonzoso. Pero ahora, Legolas debo marcharme, el camino es largo y creo que mi presencia no es necesaria.

- Pero siempre has sido un buen amigo para mí. No comprendo como es que tan repentinamente te marchas

- Tú no me necesitas cuando "él" está aquí.

- ¿Él?

Haldir señalo con la mirada detrás de Legolas, quien giró la cabeza un poco, Aragorn los veía con Auril en brazos, entró a la habitación apenas se dio cuanta que le observaban.

- ¡Oh, Aragorn aquí! – exclamó Legolas alegre

- Sí… Aragorn aquí.- repitió Haldir con aspereza

Legolas ansiaba ir con Aragorn, contarle las buenas nuevas decirle que era libre, decirle tantas cosas, principalmente que le amaba, pero tenía que despedir a su amigo también.

- Haldir tu sabes que yo ya estoy mejor, pero no sabes que yo…

- ¿Qué ya eres libre?

- ¡Así es mi amigo! – sonrió el príncipe dichoso

- Si, me lo suponía. Me alegro mucho por ti y por Auril.

Legolas le abrazo al tiempo que decía:

- ¡Oh! Haldir. ¡Soy el más feliz de los elfos! Hoy comienza un nuevo día y una nueva etapa.

- Cuídate Legolas, por favor. Y cuida a Auril, despídeme de él por favor. – dijo Haldir aspirando por última vez el aroma de Legolas entre sus cabellos

- ¿Por qué no vienes y…? – preguntó Legolas apartándose

- No, no podría… Te deseo lo mejor de nuestra era, la mayor felicidad.

- Haldir, hablas como si ya no volviera a verte.

- ¿Quién sabe? – sonrió el Galadrim – Feliz día, Legolas. Se muy feliz.

- Gracias Haldir, que Eru te ilumine.

Haldir se aparto y bajo las escaleras sin volver atrás la vista, con el corazón oprimido, pero conociendo que ya nada podía hacer, que una vez que Aragorn estuviera a su lado, todo sería de nuevo felicidad para Legolas y Auril. Y él, seguiría habitando, hasta que su señora y señor lo ordenaran, en Lorien.

Apenas llegó a la habitación encontró a Auril sonriente, quien para su sorpresa estaba en brazos de Aragorn, del cual no había tenido noticia de su llegada, tal vez el día anterior, tal vez había llegado por la noche, por que vestía su ropa de viaje, pero ¿Por qué Auril llevaba sus ropas que le protegían del sol?

- ¡Oh, Aragorn! ¡Qué sorpresa encontrarte aquí!

Aragorn siguió con el bebé, quien a su corta edad de tres meses empezaba a balbucear algunos monosílabos. Se debe recordar, que los elfos aprendían a hablar y caminar antes de un año, y Auril como medio elfo, tenía eso muy presente.

- Pa.. pa… - dijo Aragorn mientras le sentaba de frente en su regazo – Pa… pa…

- ¡Paaa! – gritó Auril triunfante con la felicidad en su rostro

Cuando vio llegar a Legolas, Auril se animo aun mas. Legolas se acercó a ambos e inclinándose ante Auril le dijo sonriendo:

- Aaaa… Da… di Auril, Aaaada

- ¡Daaaaa! – gritó Auril jubiloso, agitando sus manos y sonriendo.

Auril extendió sus brazos cuando Legolas le ofreció sus manos, le besó en sus mejillas y aspiro el aroma del polvo de arroz en su cuello y pecho.

- Mmm… ¿Parece que mi Auril iba a salir a algún lugar sin consultármelo?. Malo Auril – dijo Legolas al bebé, sonriendo un poco cuando el bebé le miraba. – Eso no se hace pequeño.

- Auril parte conmigo.

- ¡Oh! Aragorn me alegro tanto de que hayas llegado… Tengo tanto que decirte, yo…

Aragorn tomó a Auril, de sus brazos. Legolas no comprendió lo que sucedía.

- No quiero que me cuentes nada. No quiero escucharte, solamente te he esperado, para decirte que Auril partirá conmigo a Gondor.

- ¿Qué?

- Lo que oíste, Auril y yo iremos a Minas Tirith, ya ha pasado mucho tiempo aquí y es justo que su gente le reconozca como príncipe heredero.

- Pero, Aragorn, acabas de llegar, y yo… - dijo Legolas al principio preocupado para después añadir con una sonrisa - Bueno, es que yo ya soy libre, sabes, es lo que quería decirte.

- Si, ya estas libre de mí. – espetó Aragorn acariciando el cabello de Auril, quien se recostaba en su pecho.

Legolas frunció el ceño, por que las palabras de Elessar eran duras, y no entendía por que, además, abrazaba a Auril muy posesivamente, como si no deseara que Legolas le tocara, y ahora decía que se lo llevaría, y no le importaba ya, que él estuviera ya mejor de salud.

- No veo por que deseas llevártelo, Auril aun es muy pequeño, y yo…

- Auril es mi hijo, y es lo único, que ya tengo en la vida – dijo Aragorn tratando de usar las mismas palabras que Legolas uso una vez.

- ¿Lo… lo único? – preguntó Legolas preocupado - ¿Y yo?

- ...

Los ojos de Legolas le observaban pero no le reconocían, le oían pero no le entendían.

- Pero… Aragorn… ¿Por qué? ¿Por qué estás enfadado conmigo? Necesito saber

- ¿Aún lo preguntas? – interrogó Aragorn a su vez

Él sabía la respuesta, sabía que Legolas no recordaba pero le dolía mucho que volviera así con él, fresco y sin mella alguna de lo que había pasado la noche anterior.

- Es que no sé que te ha ocurrido, apenas te he visto y ¿Por qué quieres llevarte a Auril?

- Es momento ya que le conozcan, su gente le espera.

- Creo que la gente de aquí también es tanto su gente como la de Gondor, es mi hijo después de todo.

- Mío también. Tengo todo el derecho, es mi derecho el presentarlo a su gente.

- ¡Pero también es mi hijo!, yo no puedo estar lejos de él, yo no…

Aragorn ya daba algunos pasos fuera con el bebé, Legolas se interpuso en su camino, evitándole la salida.

- No, no te llevaras a Auril – dijo Legolas terminantemente.

- Muy bien, entonces partiré y regresaré con un grupo de hombres que harán la guerra gustosa a tu reino, por recuperar a su príncipe.

- Pero Aragorn, yo no quiero la guerra, moriría gente inocente, yo no quiero que sufran… yo…

- ¡Entonces apártate…! – exclamó Aragorn poniendo su mano en el hombro de Legolas, ejerciendo presión para quitarle de en medio. – Y nadie sufrirá por esto

Legolas sentía el puño cerrándose sobre su hombro, aprisionándole, le tomó el brazo tratando de buscar un punto de contacto.

- Aragorn... ¿Qué es lo que te ha pasado? – preguntó Legolas apretando gentilmente su brazo

- Apartate... por favor... – le advirtió Aragorn pero al sentir las manos del elfo en su brazo vaciló un momento, él era su debilidad, siempre lo había sido

- ¿Pero por qué? ¡Si te fuiste y me dijiste que me amabas!

- Eso fue antes... Debemos marcharnos... – murmuró Aragorn evitando su mirada directa, para observar a Auril que restregaba sus ojos con ambas manos.

- ¡No!

- ¿Quieres entonces la guerra, elfo? Entonces te la declaró, y de aquí a un año, de tu reino no habrá más que ruinas...

Legolas palideció, Aragorn hablaba en serio, podía terminar con su reino que tanto les había costado reconstruir, con sus bosques, con su familia que seguro defendería a sus príncipes, su corazón palpitaba furioso, de coraje y miedo. Seguía amando al mortal, tanto o más como siempre, y no deseaba perderle, ahora que llegaba para hablar con él, para saber su parecer, ahora que no había obstáculos, Aragorn había cambiado de parecer.

- No... Esto no puede ser... No reconozco tus palabras... ¡No tienen sentido!

- Para mi sí, así que retírate, no quiero tener que usar la fuerza cuando Auril está conmigo.

- Pero... ¿cuándo los veré?

El príncipe trato de calmarse, tal vez había pasado tiempo durante su viaje, tal vez algo le hizo retrasarse y tenía que volver a Gondor, tal vez, en unos meses regresaría por él, y él ya se estaba preocupando.

- Tal vez a Auril alguna vez, a mí... ¡nunca!

- ¿Nunca? Pero si yo... si yo te amo. Y mi hijo... no puedes hacerme esto, no puedes hacerlo…¡Yo sufrí por él, yo le tuve en mi cuerpo!

- Y tanto que sufriste por él, ¿no es cierto? – preguntó Aragorn irónicamente

- Aragorn, no entiendo nada de esto, tu actitud hacia mí ha cambiado.

- No podría... ahora debo irme. El tiempo corre.

La fuerza de Aragorn empezaba a menguar cuando quería besarle y salir con los dos de allí. Lo amaba, mucho y nunca lo dejaría de amar, pero el orgullo le cegaba, el tonto orgullo creador de sus celos y dudas, no podía negarlo. La mirada de Legolas le dolía, igual su pecho ardía y sabía que él había iniciado la tormenta, y ahora que las cosas retomaban su lugar, su determinación fallaba. Auril ofrecía las manos a su adar, todo lo que había pensado durante la noche, lo que había imaginado le dolía ahora mucho más. Legolas le suplicaba que se quedara, que no se marchara con Auril, pero tal vez era eso lo que deseaba, a Auril. Si él se iba, tal vez no le seguiría, tal vez el elfo no le quería como pregonaba.

- Aragorn, hablemos, por favor, no sé que te pasa, no sé que es lo que…

- No hay tiempo, debo marcharme mis hombres me esperan, ha pasado mas de mediodía, y deseo salir del bosque antes de que anochezca

Legolas le observaba aun incrédulo, Aragorn estaba muy enfadado, no le dirigía la mirada y si lo hacia era llena de coraje y rencor, no entendía por que estaba así.

- Pero... por favor, hablemos, no veo por que la prisa... Yo, Aragorn... yo pensé...

- Por favor Legolas, ¡déjate de tonterías!

- ... ¿tonterías? – repitió Legolas tomando fuerzas desde lo mas profundo de su ser - Pero he venido a hablarte, feliz de informarte que al fin estoy libre, que tenía esperanzas... Tu y yo... Auril... Los tres...

- Tu padre no piensa igual, y no quiero que Auril parta a las Tierras Imperecederas

- Auril se quedara con sus padres, no pienso embarcarme...

- Y cuando hagas no te lo llevaras.

- ¿Por qué te marchas ahora? ¿Por qué no después? Por que no hablamos y me dices que es lo que pasa.

- No puedo. Debo regresar ya a Gondor, debo regresar con él...

El elfo abrió mas los ojos, tal vez estaba escuchando mal, ¿Con él? ¿Con Auril o con...? Su corazón palpitó con mayor celeridad. Aragorn apartó a Legolas con un solo movimiento de su brazo, tan asombrado estaba el elfo por su actitud que no previno sus actos. Tal vez sólo tenían que cumplir requisitos como heredero al trono, tal vez el tiempo apremiaba para reconocerle como su hijo, en estas y otras excusas Legolas se aferraba.

- ¡Auril! ¡Espera! – recapacitó Legolas. Tomó al bebé que lloraba, y le acurrucó en sus brazos. – Vamos bebé, no llores mi Auril.

Auril lloraba, pero en los brazos de su adar se consolaba, ambos tenían los ojos llenos de lágrimas, y algunas caían en el pecho del bebé. Legolas había tomado asiento, donde antes estaba el mortal, quien sin decir palabra les observaba con un nudo en la garganta. Auril estaba recostado en sus piernas, con su cabecita dorada en el brazo de su ada, quien le acariciaba su pancita.

- Ya mi amor, mi Auril. Cuídate mucho. Auril…

- Da… Da… - decía el bebé entre sollozos.

- No me olvides, se un buen elfito.

- Da…

- Mi pequeño… Te amo mucho, mi bebé.

Legolas estaba llorando, hubiera salido corriendo con él en brazos pero no podía, Aragorn estaba ahora vigilando la puerta, hubiera tenido a sus soldados apoyándole, y los elfos apoyándole a él, pero la guerra por un bebé se iniciaría y no deseaba eso. No quería empañar el nacimiento del pequeño con esa mancha, ya había sufrido mucho.

Elessar les miraba, al bebé como contemplaba a su adar, y Legolas como le acariciaba, como uno al lado del otro se entendían muy bien. Auril lloraba con sentimiento, como si supiera que era una despedida. A Aragorn se le partía el corazón, por que hubiera tomado a los dos, a Legolas y a Auril, y salido de allí, sin importarle el pasado, pero necesitaba tiempo, un poco de tiempo para asimilarlo. Tal vez fuera, con Auril. Pero sería difícil sin su elfo al lado, ya lo había probado y no creía soportarlo de nuevo.

Legolas dio mas besos al bebé, que parecía haberse calmado en sus brazos, se había olvidado del golpe, se había olvidado de Aragorn, por que el bebé era todo lo que tenía en mente.

- Dámelo ya. Es hora de partir.

- ¿Pero quien lo cuidara? ¿Quién verá por él? ¿Quién…?

- Yo soy su padre, ¿no es así? Ya me he encargado de todo – dijo Aragorn tomando a Auril por la cintura.

- ¡Aragorn! Por favor, creí que me amabas, ¡Qué volveríamos a ser una familia! – exclamó desesperado Legolas cuando le quito al bebé.

- Adiós. – respondió Elessar casi sin voz y sin fuerzas para seguir discutiendo.

- Pero Aragorn… yo te sigo amando – confesó Legolas acercándosele

- ...

Con esas simples palabras, Aragorn palideció, por que lo sabía el elfo lo amaba, a pesar de todo, lo amaba, y ahora su corazón se le presentaba un problema, aun y con de todo lo dicho no podía negar que se veía hermoso, con aroma a fresco, con su cabello húmedo. Cerca de él, tocando el brazo que llevaba a Auril, con sus ojos húmedos, con sus labios entreabiertos.

El corazón de Legolas estuvo a punto de estallar, por que no comprendía las palabras de su antiguo esposo, por que no le había visto desde aquella vez que se despidió tan amoroso en su cama, con la promesa de regresar con ambos, ahora estaba allí, ignorándole y llevándose a su hijo. ¿Qué habría pasado?

Aragorn se acercó, mirando sus labios, repasando su rostro y al fin lo beso. No pudo evitarlo cuando Auril se balanceaba hacia delante buscando a su adar, cuando sin querer les puso tan cerca que el mortal no tuvo la valentía de negarle, se acerco lentamente deteniéndose para observarle. Legolas había cerrado los ojos, esperando el contacto, por donde acababa de trazarse una húmeda vereda, le secó pasando su ancho pulgar por la suave mejilla antes de besarle. Sabía tan dulce, tan tímido ese contacto, como la primera vez que se había atrevido a besarle antes de unirse, pero con plena conciencia del pasado, quiso entonces olvidar, como no podía en su momento.

- Debo irme... Necesito tiempo. – dijo Elessar perdiendo casi la voluntad de seguir escuchando a su necio orgullo

- ¡Aragorn!

- Yo... yo... volveré... – titubeó el rey

- Pero...

Aragorn salió de allí con Auril en brazos, sollozando el pequeño, y con su corazón destrozado. Había contenido sus lágrimas, y no deseaba volver a atrás, Legolas en cambio se había quedado en la silla, mudo y pálido, sin saber como reaccionar, sin saber por que sucedía todo tan repentinamente, si su día había empezado con buenas noticias, si ya era libre y había perdonado a Aragorn, si tenía tantas esperanzas… y ahora.

Thranduil vio a Elessar salir de la habitación de Auril, con el bebé en brazos, se dirigió a ella para encontrar a su hijo llorando sin responder a nada.

- ¡Legolas! ¡Legolas! ¿Te ha hecho daño? – preguntó Thranduil viendo lo rojo del rostro de Legolas - ¡Contesta! ¡Si es así te juro que yo mismo me ocupare de él!

- Auril… Auril…

- ¿Lo sabes? Entonces ordenare que le impidan la salida.

Legolas le detuvo, por que sabía que su padre no sería capaz de decir no a una guerra por su nieto, pero todo tendría consecuencias para su gente, para la gente que poco a poco partiría ya los puertos. No había caso del por que retenerlos por una guerra que no les traería mas que tristezas.

- No adar, no quiero una guerra… por favor… No quiero que mi Auril sufra

- Legolas…

- Auril…Aragorn - dijo Legolas dejando caer su cabeza entre sus manos

- Ya querido mío, calma.

Aragorn puso a Auril consigo sobre el caballo, no tuvieron problemas para salir, y sus hombres iban detrás de él, asombrados de ver sólo al pequeño con él, sin Legolas a quien tanto amaba. Elessar se reprimía, se contenía de llorar y regresar, siguió cabalgando, siguió de frente llevando a su bebé en brazos. No quería alejarse de él hasta pasar los límites del reino de Thranduil. Quería seguir adelante, por que si volvía, se derrumbaría frágilmente aferrado a la cintura de su elfo, de quien nunca debió separarse, ni para perseguir dragones, ni para aliviar heridas.

Haldir iba mas adelante, tratando de no pensar mas en Legolas pero era imposible, había dejado su corazón atrás, seguramente moriría de tristeza, pero ahora sonreía, por que llevaba consigo las memorias de una noche a su lado, tanto que le había añorado y ahora debía pagar las consecuencias de su acción. Llevaba la pócima aun entre sus ropas, tenía aun una semana para beber y olvidar lo que paso esa noche, sin afectar las anteriores. Pero creía que no sería capaz, deseaba conservar ese recuerdo por toda su vida, por corta o larga que fuese.

Escuchó unos ruidos cercanos, relinchar de un caballo, pero era un poco mas adelante, lejos del camino, se detuvo. Alguien tarareaba una canción que era frecuente escuchar entre las filas de los mortales guerreros. Lo sabía por que la había recordado de su batalla en Cuernavilla, algunos hombres de Rohan las entonaban para darse ánimos en sus días de combate, era también un lema conocido en Gondor, hablaba mas de la fuerza de los hombres ante los males que enfrentaban.

Pero, ¿Qué haría uno de los hombres de Aragorn lejos de sus filas? Ya no había tanto peligro en los alrededores del bosque como para enviar a una tropa a limpiar los caminos por donde pasaría el rey. Había visto a sus hombres prepararse al igual que él lo hacia. Hombres que le recordaban a varios rostros que celebraron la caída del dragón, dragón que él mismo había aniquilado.

Dejo a su caballo a unos pasos del campamento, entre árboles y arbustos observó a un jovencito. Cabellos rubios que peinaba una y otra vez, limpiaba su rostro con un paño húmedo mientras se miraba al espejo, por lo visto se acababa de rasurar por que había una navaja a sus pies, parecía tener una especie de manía con su apariencia, por que se empeñaba en hacer sus cabellos lucir mas lacios y brillantes. El caballo que estaba cerca de él parecía hambriento, y comía como no había visto a otro igual hacerlo. Haldir le reconoció. Daguel. Daguel en el reino del Bosque Verde. ¿Cómo es que había llegado hasta allí?

Daguel había seguido su camino, desterrado de Gondor no le quedaba mucho por hacer, su vida no valía nada, no tenía madre ni padre ni nadie que se ocupara ya por él. Hubiera sido mucho mejor que hubiera muerto de sed y hambre en medio de los campos desolados, no tenía caballo, apenas unas frutas, no tenía dinero y muy poco agua. Pero alguien tuvo la buena o mala fortuna de ayudarle, un viajero que se dirigía a Rohan, viéndole joven y débil se apiado de él. Después de compartir su cena, el viejo hombre compartió algo más sin querer, su caballo, sus ropas, y sus provisiones. Daguel sólo llevó consigo su pequeña bolsa de viaje. Sabía que el rey regresaría a Bosque Verde, que regresaría por ese tonto elfo y bebé.

Ahora ya estaba muy cerca, para quitar de en medio a ese pálido rubio y deshacerse de él de una buena vez. Tal vez el bebé también, un vástago de con esa sangre no era bueno, no cuando quería quitarle al rey de sus recuerdos. Eso ya lo sabría, lo que importaba ahora era presentar buen aspecto al rey, una vez que no hubiera elfo y bebé de por medio, Elessar le recibiría. Era lo que ahora le había quitado su amor, ahora que llegaba al reino del elfo, no le veía nada de asombroso a un montón de árboles, si ya le tenían en Itmuth y las tierras cercanas, no veía que tenía de hermoso ese bosque lleno de bayas y robles. Había sido cuidadoso en no acercarse mas, sólo lo necesario, con sus donde de explorador podía recorrer los caminos secretos, si bien los elfos no dejaban huellas, las ramas de los árboles por donde pasaban tenían alguna grieta, las hojas no estaban donde mismo, algún rastro.

- ¡Daguel! ¡¿Qué es lo que haces aquí?! – gritó Haldir irguiéndose.

- ¡Qué? – se preguntó Daguel poniéndose en pie

- ¡Alimaña! ¿Qué te ha traído hasta aquí?

- ¡El elfo!

Daguel tomó su navaja y la lanzó hacia Haldir quien hábilmente le esquivó, Daguel subió a su caballo y salió a galope, sólo tomando su bolsa de viaje y olvidándose de las provisiones. Haldir volvió con presteza por su caballo, debía detener a Daguel antes de que hiciera una tontería, si Elessar llevaba consigo a Legolas y al bebé, podía dañarles.

Legolas tomó su caballo, y a la vista de su padre que le rogaba que se detuviera, salió detrás de su amor y de su hijo, no iba a dejar que se fueran, sin ninguno de los dos, su hombre, a quien amaba tanto, se llevaba a su tesoro, y sin él, tampoco tendría razón para vivir. Estaba dispuesto a humillarse si era necesario por estar a su lado. Era su retoño, a quien había engendrado, quien compartió su tristeza cuando salían de Gondor, quien sobrevivió al olvido de su padre, al ataque de un Dragón, a noches sin fresas con crema. Quien llegaba al mundo como un bastardo pero con la sonrisa en los labios. Auril valía la pena. Auril era su bebé y daría su vida por él.

TBC...


;; Recordando, este fic lo hice por la pena que me quedó en "The King´s Property" by Red Autumn, se los recomiendo ampliamente. Lo estoy traduciendo, y ya subiré otro capítulo mañana.- Darkkie- La versión en inglés está completa en la librería de Moria. (y en slashfanfiction creo)

Balrog of Altena.-Legolas ya está bien de salud. Pero algo triste. ;; ¡Pobre Haldir!

Abysm.- Si, mi Leggy podía estar en top, pero como era la primera vez de Haldir, pues no se pudo. :-P

Kea Langrey.- Si, algo bueno saldrá de todo esto, digo, por una vez de Leggy... ;;

Akhasa.- Espero la beba te haya golpeado por emoción, no por enojo. Pobrecito de mi rey, pero se lo merecía por andar de coscolino, y hacer sufrir al elfito en el trance. YY Espero cumplir con el antojo, nomás dame oportunidad. :-P

Laripochi.- Legolas a salvo, Aragorn sufriendo y muy resentido, Haldir tristecillo en parte. ;; Pero feliz por haber tenido una oportunidad.

Azalea.- Si, Aragorn ya entendió, y Haldir no hizo la tarea. Mon dieu! Creo que debí de haber escrito las nochecitas de Aragorn/Daguel, fueron varias… pero ya será para luego… ¿Verdad Ayesha? w

Nessimelle.- Que bueno que te gustó el lemmoncito, si Legolas lo tenía que hacer al menos con quien quisiera, ¿no? Y a Haldir si le gustó... mucho.

Legolas12.- Haldir aun tiene unos días para tomarse la botellita, ;; aunque dudo que lo haga.

Any.- Entendido y anotado (lo de los mofletes) lo ignoraba. Pobre Haldir, no tomó la poción, pero aun tiene tiempecito.

Lara-Eternal- Anjiru.- Bueno, creo que Legolas no puede responder a tu pregunta, de quien sería, por que se le perdió la memoria, así que no recuerda nada, ni cuando se lo pidió a Haldir, ni cuando cayó del caballo, ni lo que hizo la noche anterior. ;; Mil sorries, el señor elfo sólo sabe que ama a su celoso reyecito y a su baby.

Shanna.- ¡Ssssh! No digas nada por que se pueden enterar ¿Y luego a donde huyo?

Kel.- Creo que Aragorn pagó en una sola noche todo lo que sufrió Legolas, pero aun así creo que se quedo chico con el castigo...:-P

Monce­.- No Aragorn no es celoso, ¡para nada! ¿Tú crees? Sólo falta el final y un epílogo. ;;

Erusel.- Ejem... esa era posibilidad, no creas que no la había pensado. -

Nina.- Si en los elfos no había infidelidad por algo se debía, tanto uno como otro sufren por que el pago es muy alto. Creo que Aragorn no lo sabía, si Legolas no lo hacia se moría, tan fácil como eso.

Camila.- ¡Oh! Espero que los exámenes finales vayan mejor, ¡los chicos pueden ser tan detestables..! X( Ganas de... bueno, pero pásala lo mejor que puedas, que la escuela de lo que se forman los recuerdos... y el carácter. Yo por mi parte, el femslash, (entre mujeres) no lo leo, es raro, pero igual ¡Gracias por leer!

Bishoujo Hentai.- ¿Maniáticos sexuales? Ô.ô ¿Mi Haldir y Legolas? Jajaja.. no creo que haya podido ponerles así... :-P ¡Besos!

PrinceLegolas.- ¿Ahora bailaras jarabe tapatío sobre mi pobre Haldir? ;; ¿Sobre Legolas? Aragorn y Legolas ya pagaron su cuota de tristeza, bueno, algo... aun falta.

Lisabi.- ¿Mas sufrimiento de Aragorn? ¡No! Que me le da un ataque al corazón y se me muere antes de que... llegue el final... Es tu cumpleaños, aunque sé que es el 11, pero para el 15 ya prometí en final. Muchos besitos y felicidades.

Dirthy.- ¿Capítulo favorito? Creo que no hay pócima anti amor. Gracias por leer.

MelianWB.- ¡Sí! Haldir está bien "armado" (suspiro) lo bueno que Legolas no lo recuerda, w

Forfirith.- ¿Tú crees que Aragorn sufrió mas que Legolas? Ô.ô No te preocupes, ya no habrás mas slashitos H/L... sobre tus sospechas... ¡No descubras caramba! Y no me creeras, pero tenía otra canción de Ana Gabriel para este capítulo... Creo que sería un buen soundtrack :-P

Lanthir.- ¿No sabías que habría muerte?¡Sí! desde hace un buen de capítulos, como 20, lo había dicho. w Aragorn no es malo, quiere a Legolas pero no deja de ser humano, y Haldir, es un elfo... tan lindo que yo también me hubiera derretido. ;;

Iona.- Bueno, Aragorn se lo echo en cara, pero el pobre de Legolas ni se acuerda. Ô.ô ¿Sufriste mas por Aragorn que lo que paso Legolas? -

DanielaBloom.- Legolas lo hizo con cariño, pues le cae bien Haldir, y alguna vez pensó en él, pero nada mas, no le ama como al rey.

Arima Chan.- Ejem...Aunque Shun me gusta, creo que es "Jun". ¡Oh! Sólo fue un capítulo en que Aragorn sufrió, se me hizo suficiente a cambio de todo lo que Legolas pasó cuando se entero, antes y después.

Grillo.- ¿45 min? Ô.ô ¿Pues que andabas haciendo? :-P Ok, creo que el sufrimiento del rey era algo que ya anhelábamos, al menos yo. Sobre el fic, te escribiré un correo, por que aun no sé si lo haga pronto. Así que estaré al pendiente de tu fic, aunque como ffnet no lo permite, escribir sobre Anne Rice, a mi me quitaron mi calaverita de Lestat, y me amonestaron por eso pero me avisas, please.

Lili Celeste.- No, no hay problem con los reviews. Gracias por tus palabras, espero seguir superándome, que para mi todo esto es sólo un "hobby" Gracias sobre todo por la investigación que hiciste, me diste una sorpresa al saber que los elfos varones si se pueden embarazar, aunque no sé si sean los mismos.-

Lisabi.- ¿Otra vez? Jejeje.. ok, Feliz día de las madres, para las correspondientes muchos besitos y abracitos. (No, Leggy no cae en esa categoría, jajaja) Mil besitos, espero que el enamorado aparezca, por que aunque se portan a veces mal, sin ellos no se puede vivir. Besitos y los mejores deseos.

ZacMalfoySnape.-Mi Haldir sólo quería sentirse amado, y Legolas no podía mas que mentirle.

Fedia.- ¡Gracias por leer! Aunque son muchos capítulos, pero lo de H/L sólo es una partecita. ¡Besos y sigue escribiendo!

DianeGreenleafMalfoy.-Espero que el capítulo lo hayas podido leer, mil disculpas por el cambio de ultima hora.

BlazeVein.- Ya, ya ha pasado. Subí el anterior capítulo y seguimos.

Hyocam.- Gracias por invitarme en cuanto tenga un tiempecito, subo mis capítulos por allí.

Nina - Algo de tus profecías se cumplió, Aragorn rechaza a Legolas, pero ya lo tenía pensado así conociendo a Aragorn, pero lo necesitaba así para el futuro...Muehehehe... Sobre las fantasías de Legolas con Haldir, jejeje... él se refería a que una vez pensó en él, ¿recuerdas cuando Aragorn lo halló con el libro? Lo de los hijos fue por parte de Haldir, él fue quien lo mencionó (antes y en el revisado) Legolas recordaba que Aragorn no quería tenerlo el bebé, le daba algo vergüenza como rey.;;

Mercy4ever.- Me alegro que te haya gustado, creo que el sufrimiento de ambos será hasta allí.

Reiko Noriko.- Bueno, espero que el rey se congratule contigo en el último capítulo. Que es el próximo. Besos a ti y a Velia.

Ya se acaba, ya se acaba... toy feliz por que ya se acaba... ' ¡Mil gracias!